Entrevista a Agustín Pániker
Conocí a Agustín Pániker durante la presentación del libro de Mariana Caplan A mitad de camino. El editor de Kairós hizo una breve presentación y yo fui el encargado de entrevistar a esta autora californiana.
Después del acto, todo el público se fue a un bar. Cada cual estaba en su mesa, charlando y tomando algo. Y cuál fue la sorpresa cuando nos fuimos levantando y, al ir a pagar, descubrimos que la cuenta ya había sido abonada por el editor, quien ya no estaba allí. Hoy, Agustín Pániker me recibe en su despacho de Editorial Kairós, en Les Corts de Barcelona.
En tu biografía dices algo misterioso, que eres el cuarto de cinco o seis hermanos. ¿Cómo es eso de cinco o seis…?
Tuve un hermano, el segundo, que murió a los cuatro días y yo no llegué ni a conocerlo. Mi madre parió seis hijos, pero sólo crecimos cinco.
Hablas de una infancia feliz. Supongo que también era por la forma de vida de tus padres, que os llevaban a todos lados.
Sí, teníamos una situación económica buena y yo recuerdo muy bien los veranos en Ibiza, esos veranos de la infancia que duran tres meses. Era la Ibiza de los años 60, cuando los ibicencos hablaban de los peluts, que eran los hippies. Íbamos a una casa muy aislada, sin agua corriente ni electricidad —algo que para los niños es un paraíso—, y teníamos que hacer cinco kilómetros para al pueblo más cercano. Siendo tantos hermanos, jugábamos entre nosotros.
¿Tus padres eran de hacer muchas cosas en familia?
No tanto… Mi padre tenía mucha vida profesional, era un personaje público, aunque después todo cambió. Mi madre también era un personaje público. Ella era ilustradora, pero además fue la redactora jefe de algunas revistas satíricas importantes, como Hermano Lobo, Por favor… De hecho, mi primer trabajo fue en esta segunda revista. En la época no había muchas mujeres que dibujaran y ella era muy crítica con la situación política, con el franquismo tardío, estaba muy implicada políticamente. Por lo tanto, ambos estaban muy ocupados, pero he tenido buena relación con los dos.
Volviendo a tu biografía, dices que eras un alumno que apuntaba alto hasta que llegaste a la adolescencia…
Sí, fui muy buen alumno hasta los doce o trece años, vamos, hasta que empecé a salir, cuando empecé a fumar porros y a probar todas las drogas posibles. Era la época del punk, de la , a finales de los 70 y principios de los 80.
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