La sal de la vida
TEXTOS: PATRICIA RESTREPO (INSTITUTO MACROBIÓTICO DE ESPAÑA)
La sal cohesiona, se vincula a procesos alquímicos de contracción y endurecimiento. Los huesos duros del cuerpo humano están constituidos por sal y minerales, como los minerales y la sal, a su vez, constituyen el esqueleto de la tierra. También son la memoria de la tierra y representa de una manera intrínseca nuestra memoria, así resonamos con la “memoria akáshika” de la creación. La sal, en su memoria, controla y organiza los mecanismos del organismo.
FUEGO
La sal es el alimento que proporciona el fuego al organismo y al espíritu, la podríamos llamar la consciencia de Gaia. Hay un pasaje bíblico donde Jesús dijo “”, parabólicamente quiso decir la consciencia de la tierra. Así como el azúcar es la dispersión y la desconcentración, la desconexión y la relajación que incluso nos puede llevar a perder la cordura y a enfermar, la sal nos ayuda a recuperar el centro, la salud, el entusiasmo, la fuerza, pero es de vital importancia vegetalizarla por medio del fuego. La sal siempre ha de cocinarse, y a partir de su cocción se libera la fuerza nutritiva de la vida,
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