VILA-MATAS ES OTRO
l narrador de se mira al espejo, mientras se afeita, y no se reconoce. La radical soledad le está convirtiendo en otro, pero no hay en esa transformación angustia kafkiana. “Vivo a gusto mi anomalía, mi desviación, mi monstruosidad de individuo aislado”, nos dice. La metamorfosis, el disfraz, la confusión, el doble, juegan un papel crucial en la literatura de . Sus personajes se desprenden de la identidad –que es al fin y al cabo una molesta concatenación de casualidades a la que solemos dar demasiada importancia– como los reptiles mudan de piel. A veces, la metamorfosis es solamente interior, lo que produce situaciones de comedia del absurdo, como ocurre en , donde el narrador se presenta a un concurso de dobles de y acaba descalificado, en el artículo – con el terrorista en un drugstore o acaba obteniendo un papel secundario en una película de . También la usurpación de identidad puede convertirse en un “acto artístico” a lo , como en las entrevistas inventadas a astros del cine como que hizo para Fotogramas. “”, la famosa frase que escribió en una carta a su amigo , podría aplicarse a un autor entregado con maestría a la liquidación del enervante “yo”.
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