Harold Segura
Mircoles 5 de diciembre
He aqu un predicador diferente! A l le interesa el bienestar espiritual de su auditorio, pero no por eso deja sin atender sus necesidades fsicas y materiales, como el cansancio que los agobia despus de una extenuante jornada o el hambre que los acosa. l no quiere despedirlos como lo han hecho otros maestros de la fe: que se vayan con hambre, aunque se desmayen, pues se han ido llenos de palabras que satisfacen el alma. La homiltica de Jess (el arte de su predicacin) no se concentra exclusivamente en las filigranas de la retrica discursiva. l habla bien y llama la atencin por su fina pedagoga, pero hablar bien es tambin actuar en concordancia con lo que se predica. l tiene genuino inters en lo que dice (es palabra de salvacin), pero igual inters en las necesidades de quienes escuchan lo que l dice. Por eso no quiere despedirlos con hambre. Jess les transmiti de inmediato la preocupacin a sus discpulos. Estos le explicaron que era imposible conseguir pan para tanta gente en un lugar despoblado. Ni haba dinero, ni haba dnde conseguir pan. Al final, como sabemos, el problema se resolvi con un milagro. Hubo pan para todos los oyentes y sobraron varias cestas. El objetivo de la predicacin se logr: se anunci el reino de Dios con palabras y con obras; se habl del amor de Dios y tambin se demostr.
Para seguir pensando: El amor no puede permanecer en s mismo. No tiene sentido. El amor tiene que ponerse
en accin. Esa actividad nos llevar al servicio. Teresa de Calcuta
Oracin: Para que la proclamacin del evangelio por parte de nuestras iglesias no sea un discurso slo de palabras, sino tambin un testimonio de vida.