La Transferencia.
(2006)
Autor
Juan Antonio Trujillo López
Ldo. en Derecho y Filosofía
Facultad de Filosofía de la UNED
La Transferencia.
Autor
Director de tesis
Codirector de tesis
Página
INTRODUCCIÓN 15
1. PSICOANÁLISIS
2. CIENCIAS COGNITIVAS
2.1. INTRODUCCIÓN
3. FILOSOFÍA
transferencia.
Freud.
Freud y Lacan.
Figura 2.1. David Hockney - Kasmin Los Angeles 28th March 1982 (1982).
mecanismos cognitivos.
Gladys Abella, Hugo Lietaer, Milagros Picón y Lola López. Igualmente agradezco
Nueva York, así como la gentileza del Instituto Psicoanalítico de Buenos Aires y el
New York Institute of Psychoanalysis. Mención especial merecen las personas que
siempre han estado a mi lado, por su afecto y soporte, Juany, Manolo y Juan; las
pensadora, la UNED.
Para Nana
“...parce qu’elle cherche toujours à reconstituer, et à reconstituer
avec du donné, l’intelligence laisse échapper ce qu’il y a de
nouveau à chaque moment d’une histoire. Elle n’admet pas
l’imprévisible. Elle rejette toute création.”
Henri Bergson, L'évolution créatice.
Introducción
Para subir una escalera se comienza por levantar esa parte del cuerpo
situada a la derecha abajo, envuelta casi siempre en cuero o gamuza,
y que salvo excepciones cabe exactamente en el escalón. Puesta en el
primer peldaño dicha parte, que para abreviar llamaremos pie, se
recoge la parte equivalente de la izquierda (también llamada pie, pero
que no ha de confundirse con el pie antes citado), y llevándola a la
altura del pie, se le hace seguir hasta colocarla en el segundo peldaño,
con lo cual en éste descansará el pie, y en el primero descansará el
pie. (Los primeros peldaños son siempre los más difíciles, hasta
adquirir la coordinación necesaria. La coincidencia de nombre entre el
pie y el pie hace difícil la explicación. Cuídese especialmente de no
levantar al mismo tiempo el pie y el pie).
Si bien subir una escalera parece una tarea sencilla que realizamos de forma
cotidiana, sin mayor dificultad para los que gozamos de buena salud, su
performance.
1
J.A. Bargh y T.L. Chartrand, “The unbearable automaticity of being”, American Psychologist, 54, 1999, pp.
462-479.
aprendidos de comportamiento. Entre éstos algunos surgen como automatismos
corporales.
ellas. Pese a ello nuestra experiencia nos resulta, a menudo, rutinaria. En esto
confluye el hecho de que sólo diez bits de información formen parte de nuestra
número de neuronas oscilaría alrededor de los diez y cien mil millones (1010-1011),
transferencia, alrededor del cual se elaboró toda la práctica emprendida por Freud.
Al igual que la descripción que nos ofrece Cortázar suena abstrusa a nuestros
transferencia goza de una difícil explicitación, por un lado por sus vaivenes dentro
puesto de relieve por Erdelyi6 que señala cómo aquel pensaba ya en términos de
entender que el conocimiento que se tenía en su fecha acerca del sistema nervioso
6
M.H. Erdelyi, Psychoanalysis. Freud's Cognitive Psychology, Nueva York, 1984.
7
“...ambos se centran en las estructuras de la mente y la forma en que éstas determinan los fenómenos mentales,”
D.J. Stein, “Cognitive Science and Psychiatry: An Overview”, Integrative Psychiatry, 8, 1992, p. 112.
8
F.M. Levin y E.W. Kent, “Psychoananlysis and knowledge: Part 2. The special relationship between
psychoanalytic transference, similarity judgment, and the priming of memory”, Annual of Psychoananlysis, 50,
1995, pp. 117-130.
9
F.M. Levin, “Transference, Trauma and Attention”, Samiksa, 52, 1998, pp. 7-14.
10
“...las transferencias crean oportunidades para el aprendizaje en tanto que posibilitan la modificación de
prototipos o esquemas reprimidos, un proceso que óptimamente involucra la activación de la memoria activa.”
F.M. Levin, “Integrating some Mind and Brain views of transference: the phenomena”, Journal of the American
Psychoanalytic Association, 45(4), 1997, p. 1146.
En la terapia el analizante produce, en un nuevo contexto intersubjetivo,
conceptualizarla.13
11
“El psicoanálisis es más que la simple creación de una narrativa, es la construcción activa de nuevas formas de
experimentarse uno con otros,” P. Fonagy, op. cit., p. 218.
12
Así se ha sostenido cómo “...la relevancia mayor de la neurociencia para el psicoanálisis es que nos ayuda a
elegir entre teorías psicoanalíticas en competencia. No genera nuevas,” S.E. Pulver, “On the astonishing clinical
irrelevance of neuroscience”, Journal of the American Psychoanalytic Association, 51(3), 2003, p. 9. A sensu
contrario desde una perspectiva teórica cf. A. Cooper, “Will neurobiology influence psychoanalysis?” American
Journal of Psychiatry, 142, 1985, 1395-1402. La relevancia de las ciencias cognitivas para el psicoanálisis podría
seguir, según Henningsen, cuatro vías: la ausencia de relevancia, poseer un valor metafórico, servir de
fundamento neurobiológico del psicoanálisis, o, por último, su comparación como teorías diversas pero
relacionadas en cuanto a su objeto, cada disciplina tendría que reconocerse en el espejo de la otra, P.
Henningsen, “Im Spiegel des Anderen sich selbst erkennen? Zur Bedeutung der kognitiven Neurowissenschaft
für die Psychoanalyse”, Psychotherapeutische, Psychosomatische und medizinische Psychologie, 48, 1998, pp.
78-87. Para llevar a cabo esta tarea sería necesario, no obstante, buscar una traducción conceptual
interdisciplinar. Según Solms y Turnbull la solución estaría en la búsqueda de correlatos neuronales para los
conceptos básicos psicoanalíticos que puedan, en una segunda fase, ser verificados como parte de una teoría, M.
Solms y O. Turnbull, op. cit.
13
B. Bird, “Notes on Transference: Universal Phenomenon and Hardest Part of Analysis”, Journal of the
American Psychoanalytic Association, 20, 1972. “Se podría plantear una cuestión, por ejemplo, si las diferencias
en el manejo de la transferencia que en un principio eran la propiedad de un analista, se desarrollaron
De acuerdo con Luborsky y su equipo de colaboradores, la transferencia sería
el concepto clínico más importante acuñado por Freud.14 Con este trabajo espero
neurociencia.
otras áreas cada vez más centrales a la empresa cognitiva como la psicología
social cognitiva.
de hechos brutos-, una validación externa de sus principios, pues de por sí resulta
cómo la evidencia clínica era insuficiente para dar razón de la teoría; por ello, la
desarrollar puentes conceptuales básicos entre las disciplinas, no mirando solamente a los elementos exóticos,
esotéricos o marginales, sino examinando conceptos centrales en ambas disciplinas a la luz de la otra,” ibid., p.
488. De hecho, según Watt, “...la vida podría ser una serie de situaciones de transferencia que resultan en la
modificación gradual de, elaboración, y evolución de sistemas de imágenes básicos,” ibid., p. 512.
18
S.M. Andersen, “Toward a Psychodynamically Relevant Empirical Science”, Psychological Inquiry, 3(1),
1992, p. 14.
19
Éste sería el grave problema con el que el psicoanálisis ha topado una y otra vez: “las proposiciones centrales
de varias versiones de modelo (psicoanalítico) no han estado sujetas a test empírico, en parte porque se
formularon en términos que las hacía intestables,” A. Grünbaum, The Foundations of Psychoanalysis: A
Philosophical Critique, Berkeley, 1984, p. 278.
Las respuestas a varias cuestiones principales inexplicadas sobre la naturaleza de
los sistemas vivos pueden encontrarse en la elucidación de interconexiones entre
los diferentes niveles de análisis que son representados en las diversas disciplinas
científicas.20
otras teorías.
20
A.N. Schore, Affect regulation and the Emergence of the Self, Hilldale, 1994, p. 64. “La auto-regulación, la
modulación de procesos energéticos subcorticales mediante la actividad cortical superior, representa un punto de
contacto potencial entre el psicoanálsis y la neurobiología,” ibid., p. 534. Este mismo autor señala la posibilidad
que Freud entreveía al principio de su carrera de reconciliar psicología y ciencia natural. El psicoanálisis había
de proveer un contacto con la biología. A.N. Schore “A century after Freud's project: is a rapprochement between
psychoanalysis and neurobiology at hand?”, Journal of the American Psychoanalytic Association, 45(3), 1997,
pp. 807-840. Cf. D.J. Siegel, “Memory, Trauma and Psychotherapy: A Cognitive Science View”, Journal of
Psychotherapeutic Practice and Research, 4(2), 1995, pp. 93-122.
21
D. Westen y G.O. Gabbard, “Developments in Cognitive Neuroscience: I. Conflict, Compromise and
Connectionism”, Journal of the American Psychoanalytic Association, 50 (1), 2002. En nuestro ámbito cf. A.
Herreros, “Un camino cognitivo al psicoanálisis”, http://serbal.pntic.mec.es/~cmunoz11/herreros.pdf, A parte
Rei, 21. D.J. Stein, “Psychoanalysis and cognitive science: contrasting models of the mind”, Journal of the
American Academy of Psychoanalysis, 20(4), 1992, pp. 543-559. L. Miller, “Freud's brain: Towards a unified
neuropsychodynamic model of personality and psychotherapy”, Journal of the American Academy of
Psychoanalysis, 21, 1993, pp. 183-212, señala la unidad en la falsa dicotomía subjetivo-orgánico y la
insuficiencia de una perspectiva sólamente neuronal para la determinación de algún tipo de desajuste de la
personalidad. D. Olds y A.N. Cooper, “Dialogue with Other Sciences: Opportunities for Mutual Gain”,
International Journal of Psychoanalysis, 78, 1997, pp. 219-225. J.E. Harris, Clinical Neuroscience, Nueva York,
1986, lleva a cabo una traducción conceptual de los procesos biológicos cerebrales con conceptos
psicoanalíticos. M.F. Reiser, Mind, Brain, Body. Toward a convergence of Psychoanalysis and Neurobiology,
Nueva York, 1984. R. Brockman, “Transference, Affect and Neurobiology”, Journal of the American Academy
of Psychoanalysis, 28(2), 2000, pp. 275-88. “La naturaleza complementaria de las fuerzas y debilidades del
psicoanálisis y las ciencias cognitivas podría sugerir que los dos serían partes perfectas en un matrimonio. Cada
uno podría ofrecer lo que le falta al otro, y la unión resultante podría procurar mucho del funcionamiento mental
humano (y específicamente inconsciente),” J. Weinberger, y J. Weiss, “Psychoanalytic and Cognitive
Conceptions of the Unconscious”, D.J. Stein (ed.), Cognitive Science and the Unconscious, Washington, 1997,
p. 47. M. Solms “Preliminaries for an integration of psychoanalysis and neuroscience”, British Psychoanalytic
Society Bulletin 34(9), 1998, pp. 23-38. M. Edelson, “The convergence of psychoanalysis and neuroscience:
psicoanalítica, señalaba la posibilidad de formular una 'psicología general' que
enfermedad desde una óptica que atiende a la influencia de factores tanto sociales
de acuerdo con Dawes, los especialistas de la salud mental son más eficaces, al
24
K. Pope, B. Tabachnick y P. Keith-Spiegel, “Ethics of practice: The beliefs and behaviors of psychologists as
therapists,” American Psychologist, 42, 1987, pp. 993-1006.
25
R.M. Dawes, House of Cards. Psychology and psychotherapy built on myth, Nueva York, 1994. De hecho su
trabajo acaba afirmando, o casi más bien difamando, la técnica de los especialistas en la salud mental que no se
diferenciaría en gran cosa de los poderes sugestivos. “En resumen, creemos en la autoridad de los profesionales
de la salud mental porque hemos oído contínuamente que son los expertos, porque estamos predispuestos a
aceptar lo que gente que afirman ser autoridades dice de todas formas, porque estas autoridades particulares nos
dicen lo que ya creemos, y porque refuerzan nuestro sesgo al atribuir el comportamiento indeseable de otros a
características personales (“enfermedad mental”) y en nosotros debido a circunstancias ambientales...” p. 223.
26
“La cuestión no es ya si las psicoterapias son efectivas (algunas lo son en algunas personas) sino porqué y
cómo funcionan cuando lo hacen. ¿Qué procesos causales, de control y de auto-corrección están involucrados?”
K.M. Colby y R.J. Stroller, Cognitive Science and Psychoanalysis, Hillsdale, 1988, p. 152.
Los más acérrimos críticos del psicoanálisis no paran de señalar la ignorancia de
nociones más vagas y a la vez más necesarias del descubrimiento de Freud. Éste
27
M. Macmillan, Freud Evaluated. The Completed Arc, Amsterdam, 1991. Refiriéndose a las posibles causas del
cambio terapéutico, y a las características del analista como fundamentales en éste, señala: “Incluso si fuesen
éstas o la relación con el paciente o cliente críticas nos faltan conceptos, psicoanalíticos o de otro modo, para
superar la brecha entre ellas y las consecuencias que se suponen producen,” ibid., p. 607. “Incluso si la idea de
un inconsciente, descifrable solo mediante una técnica sobre la que Freud ostentaba la patente, sucumbiese frente
al escepticismo, algo de algún modo contínuo con el psicoanálisis tal como lo hemos conocido podría aún ser
sostenible. La prática podría transmutarse en una actividad autónoma desvestida de pretensiones explicativas y
crudamente terapéuticas, a despecho de lo grandisos del fundador, y consagrada a un sólo objetivo, la
elucidación y articulación del sentimiento del yo. Pero, ¿sería una actividad concebida de esta manera aún
psicoanálisis?” F. Cioffi, Freud and the question of pseudoscience, Chicago, 1998, p. 287. Sulloway, por su
parte, se refiere en especial al carácter sectario del análisis, su falta de integración con otras disciplinas científicas
y con el método científico en especial en su fase de verificación, acusando más bien a los practicantes de
pseudocientíficos que a la propia teoría, en la entrevista de M. Borch-Jacobsen con F.J. Sulloway, “Freud
recycleur: Crytobiologie et Pseudoscience”, C. Meyer (ed.), Le Livre Noir de la Psychanalyse: Vivre, penser et
aller mieux sans Freud, París, 2005, pp. 49-66. Por último Crews llama la atención sobre el carácter mítico de la
invención psicoanalítica en especial en manos de su creador F.C. Crews, The Random House Handbook, Nueva
York, 1987, más moderada, F.J. Sulloway, Freud, Biologist of the Mind: Beyond the Psychoanalytic Legend,
Nueva York, 1979.
28
“Si atender de modo consciente así como la verbalización pueden promover la activación cortical, se podría
argumentar teóricamente que tratamientos como el análisis refuerzan el funcionamiento cortical y aprovechan la
plasticidad cortical para modular respuestas emocionales profundamente arraigadas,” R. Pally, “I: How the Brain
Development is Shaped by Genetic and Enviromental Factors”, International Journal of Psychoanalysis, 78,
1997, p. 593.
actuación recurrentes que conlleva respuestas fisiológicas, neurovegetativas y
señala el acuerdo de ésta con el psicoanálisis frente a las teorías de un calado más
de las teorías de Freud, sino con un amplio bagaje de buena parte de la literatura
29
“Freud y los teóricos psicoanalíticos que han seguido sus pasos han acabado teniendo razón donde teorías
psicológicas competidoras habían estado completamente equivocadas y donde la mayoría de las teorías de la
conciencia contemporáneas siguen siendo o bien incorrectas o incompletas,” D. Westen, “The scientific legacy of
Freud: Toward a psychodynamically informed psychological science”, Psychological Bulletin, 124(3), 1998, p.
344.
Pese a ello, especialistas de primer rango aún mantienen una apertura al
satisfactoria de la mente'30
Kandel aboga por una reconsideración del psicoanálisis que atienda al avance
desmenuzar esta petitio principi ontológica en una serie de procesos concretos con
cuenta de sucesos reales, pero que en un marco empírico han de ser elucidados
30
E.R. Kandel, “Biology and the future of psychoanalysis: A new intellectual framework for psychiatry
revisited,” American Journal of Psychiatry, 156(4), 1999, p. 505. Cf. E.R. Kandel, “Psychotehrapy and the
single synapse: The impact of psychiatric thought on neurobiologic research”, New England Journal of
Medicine, 301, 1979, pp. 1028-37.
31
E.R. Kandel, “A new intellectual framework for psychiatry”, American Journal of Psychiatry, 155(4), 1998, p.
459.
acudiendo a procesos antes que a instancias. Ese es el camino emprendido
naturaleza, antes que un modelo de explicación. Así nuestra tarea será intentar
ciencias cognitivas? Ésta sería pues la tarea que llevaré a cabo en la segunda
parte de este estudio, dotar de contenido empírico a una teoría por medio de la
diálogo con otras disciplinas. Para ello me pareció oportuno llevar a cabo una
hondas raíces epistémicas del método que forjó Freud. Así, éste siempre estuvo
32
D.P. Spence, The rhetorical voice of psychoanalysis: Displacement of evidence by theory, Cambridge, 1994.
33
Cf. M. Solms “Preliminaries for an integration of psychoanalysis and neuroscience”, op. cit. “Más bien,
volviendo a las raíces neuropsicológicas del psicoanálisis podemos obtener una nueva perspectiva sobre su
relevancia para nuestras teorías actuales y prácticas clínicas,” L.M. Miller, op. cit., viii. En concreto Miller señala
la relación entre tres conceptos alrededor de los cuales Freud elaboró su teoría, la histeria, los actos fallidos y los
sueños, y su relación actual con la neuropsicología.
Si bien Freud comenzó con el intento de creación de una ciencia cognitiva
para analizar dos visiones filosóficas acerca de la ciencia, una positivista, más
34
P. Kitcher, Freud's Dream: A complete interdisciplinary science of mind, op. cit.
35
Así, frente a la propuesta de Watt, no resulta extraño que sólo con el abandono de los conceptos rudimentarios
del modelo energético-mecánico se pueda desarrollar el psicoanálisis en un diálogo interdisciplinario. “Es irónico
que el abandono del antiguo modelo energético-mecánico de la transferencia -un modelo estrechamente
relacionado con los esfuerzos de Freud por establecer una base biológica para su psicología- haga ahora posible
desarrollar relaciones más estrechas entre construcciones neuropsicológicas y psicoanalíticas.”
D.F. Watt, “Transference--A Right Hemisphere Event?: The Boundary Between Psychoanalytic Metapsychology
and Neuropsychology”, Psychoanalysis and Contemporary Thought, (9)1, 1986, p. 52.
Un análisis de las críticas epistemológicas y metodológicas al psicoanálisis
extensional en las teorías que se aglutinan bajo las ciencias cognitivas. Su relación,
produce una teoría del sentido, sino que permite alterar las raíces de la experiencia
cosas, el psicoanálisis propugna una técnica que más que mostrar la incorrección
36
D.C. Dennett, Content and Consciousness, Nueva York, 1969, esp. p. 85. Cf. J. Hornsby, “Personal and sub-
personal: A defence of Dennett's early distinction”, Philosophical Explorations, 2000, pp. 6-24.
achatamiento del mundo que produce la psicología experimental que trata de
37
“Si el conocimiento humano no consiste en descripciones almacenadas ¿cuál es entonces la relación entre lo
que decimos y hacemos? Hablar ha de ser visto no como sacar lo que estaba ya dentro, sino como un modo de
cambiar lo que está dentro. Hablar no es volver a declarar lo que ha sido puesto de modo subconsciente en el
cerebro, sino en sí mismo una actividad de representación,” W.J. Clancey, Situated Cognition: On Human
Knowledge and Computer Representations, Cambridge, 1997, p. 3. “Conceptualizar situaciones, problemas y
acciones alternas implica inherentemente un aspecto de autoreferencia en el mecanismo perceptual-conceptual.
Esto es, la comprensión de una persona de '¿qué está pasando?' es realmente '¿qué me está pasando a mí ahora?'”
ibid., p. 27.
I. Psicoanálisis
“Pude apreciar claramente, durante nuestro primer
encuentro personal, en el año 1907, la alta
significación que Freud atribuía a los fenómenos de
la transferencia. Después de una conversación de
muchas horas, se produjo una pausa. De pronto
Freud preguntó, inopinadamente: ‘¿Y qué piensa
usted de la transferencia?’ Respondí con la más
honda convicción que era el alfa y el omega del
método analítico. A lo cual él repuso: ‘Entonces ha
comprendido usted lo principal’.”
Carl Gustav Jung, La psicología de la transferencia.
Reevaluación del Descubrimiento de la Transferencia
generales, una cronografía que ha sido delineada por los principales biógrafos de
través del tratamiento con sus pacientes, el papel clave de la transferencia, no sólo
Isabelle Stengers, Freud poseía la pretensión de hacer tabla rasa frente a cualquier
38
Dos de los principales especialistas en la primera fase del pensamiento de Freud sontienen que “se puede
afirmar hoy en día, con una certeza casi plena, que el descubrimiento de la transferencia fue el primer
descubrimiento capital de Freud, aquel que abre el camino a todos los que seguirían...” L. Chertok y R. de
Saussure, Naissance du psychanalyste. De Mesmer à Freud, París, 1974, p. 147. Breuer, colaborador de Freud
en sus Studien über Hysterie (1895), dirá que el fenómeno de la transferencia era el gran descubrimiento que
debían ofrecer al mundo.
39
P. Gay, Freud. Una vida de nuestro tiempo, Barcelona, 1989. Así las tres partes centrales de la vida de Freud
son recortadas de acuerdo con una primera que trazaría su frontera con la siguiente alrededor de 1905
(Fundamentos 1856-1905). El caso de Dora escrito en 1901 y sólo publicado en 1905 entra justo dentro del
período de inflexión en el que se sitúan otros casos clínicos discutidos por Freud. Así la segunda parte
(Elaboraciones 1902-1915) igualmente participa de un acontecimiento externo, el estallido de la Primera Guerra
Mundial, que,no pudo dejar indiferente a nadie. Finalmente una última etapa vendría dada por las ampliaciones y
correcciones (Revisiones 1915-1939) que lleva a cabo Freud hasta el fin de sus días. El estudio clásico de E.
Jones, The Life and Work of Sigmund Freud (abreviado por L. Trilling y S. Marcus), Nueva York, 1961, sigue un
patrón similar al dividir el devenir freudiano en una primera fase que llegaría hasta 1900 con la publicación de la
Traumdeutung, una segunda que finaliza con el término de la contienda mundial (1919) y una última etapa que se
extiende desde dicho año hasta su muerte. Veremos como estas cronografías son consistentes con el desarrollo
del concepto de transferencia a lo largo de la obra de Freud y que éste es modificado de acuerdo con alteraciones
en otros puntos de su teoría. Otras obras de calado mucho más crítico, M. Macmillan, Freud Evaluated. The
Completed Arc, Amsterdam, 1991, no tratan de forma adecuada el desarrollo de la transferencia y simplemente lo
refieren a las últimas formulaciones relativas a la repetición en la transferencia.
otro tipo de terapia previa y, si bien aprovechó las influencias a las que estuvo
pero como pieza clave de éste, la introducción del sujeto en la medicina tal como
carácter individual del paciente, sino de una forma más profusa, como interacción,
El sujeto cartesiano es criticado no sólo por el requisito del otro, sino por una
movimiento. Un saber empírico, una techné, pues, del único tipo posible, quizás, en
las operaciones realizadas sobre él, sino que se produce en la interacción. Techné
posible elucidación. Hace falta aclarar el propio explanandum para poder remitirlo a
45
“El psicoanálisis, como cualquier otra rama de la ciencia sólo, puede ser estudiado provechosamente en su
evolución histórica, nunca como un cuerpo de conocimiento perfeccionado, y su desarrollo estuvo íntima y
peculiarmente relacionado con la personalidad de su fundador,” E. Jones, op. cit., p. xx.
Figura 1.1. Jerónimo del Bosco- La extracción de la Piedra de la Locura (1475-80). El Bosco, pintor
renacentista irreverente donde los hubiese, muestra en esta pintura un espejo bordeado por una
inscripción que reza: “Maestro quítame la piedra. Mi nombre es Lubbert Das.” Vemos una vivisección
del cerebro con el fin de extraer la 'piedra de la locura'. El que lleva a cabo la operación posee un
embudo, signo de su estupidez, y una bolsa de dinero. Así mismo, acompañando a las figuras
centrales, encontramos un fraile con expresión de sorpresa, como si el maestro realizase algún tipo
de milagro, y una monja, esta última con un libro sobre la cabeza, a modo de sombrero. El resultado,
la extracción de una flor negra de la cabeza del paciente, diverge del previsto.
1.0. Genealogía de la transferencia : Magnetismo, sugestión e hipnosis
a su propio ejercicio, sino en cuanto a las fuentes que poseemos al respecto. Sólo
existencia de cierto fluido universal, con semejanzas al pneuma estoico, que unía a
célebre padre suizo Gassner. Éste trataba ciertas enfermedades del alma a través
46
En el primer capítulo de F.H. Ellenberger, The Discovery of the Unconscious. The History and Evolution of
Dynamic Psychiatry, Londres, 1970, se abordan algunos de estos antecendentes. Pedro Laín Entralgo realiza una
profunda exégesis de los tratamientos pre-psicoterapéuticos en la antigua Grecia en La curación por la palabra
en la Antigüedad clásica, Barcelona, 1984. Sobre la relación entre poder y capacidad de sanación así como de la
interacción de las esferas divinas y terrenas cf. el estudio clásico de M. Bloch, Les Rois Thaumaturges, París,
1997. Aún hoy en día se anuncia un curso de postgrado o Master en exorcismo de dos meses de duración que
comenzó en el año 2005 en el Athenaeum Pontificium Regina Apostolorum.
47
Previamente podemos observar la existencia de ciertas aserciones teóricas acerca de su contenido y
surgimiento tales como las reflejadas en el diálogo entre empiristas y racionalistas, un caso ejemplar podrían ser
las Consideraciones acerca del entendimiento humano de Locke y las Nuevas consideraciones acerca del
entendimiento humano de Leibniz, ambas carentes del sentido práctico propio de la psicoterapia tal y como la
conocemos.
48
Cf. por ejemplo J. Ehrenwald, The history of Psychotherapy: From Healing Magic to Encounter, Nueva York,
1976. F. Rausky, Mesmer ou la révolution thérapeutique, París, 1977. Las obras de Mesmer se encuentran en F.-
A. Mesmer, Le Magnétisme Animal, París, 1971.
49
La importancia simbólica y operativa del concepto de fluido en el arte curativo clásico está bien documentado
en M. Foucault, Historia de la Locura en la Época Clásica, II, México, 2000. Así el fluido estaba relacionado
con la inmersión y la purificación; igualmente ofrecía un medio en el que la transmisión de cualidades se hacía
posible. “En este medio fluido, se hace el intercambio universal de cualidades,” ibid., p. 490.
de los ritos del exorcismo. El propio Mesmer, al dar su opinión acerca de las
prácticas de Gassner sostenía que éste mismo estaba, sin saberlo, utilizando el
cristiano (Deus).
“…más bien como una llama muy pura y viva que, subiendo continuamente en
abundancia del corazón al cerebro, [y] se distribuye de ahí por los nervios a los
sus modificaciones una variedad de afectos y padeceres. Pasa así de una práctica
una alteración interna, un desequilibrio de los fluidos, sino como una distribución
con éste uno puede adquirir un conocimiento interno, personal, mucho más
profundo del que se puede llegar a poseer del mundo externo, el llamado
materialismo, que acabará con la supuesta división ontológica entre res extensa y
siguientes:
(1) Un sutil fluido físico llena el universo y forma un medio de conexión entre el
hombre, la tierra y los cuerpos celestes e igualmente entre los hombres. (2) La
enfermedad surge de la distribución desigual de este fluido en el cuerpo humano, la
recuperación se logra cuando dicho equilibrio se restaura. (3) Con la ayuda de
ciertas técnicas, este fluido puede ser canalizado, guardado y transferido a otras
personas. (4) De esta manera se pueden provocar ‘crisis’ en los pacientes y, de
esta forma, curar enfermedades.52
paciente. El magnetismo surge así como técnica que trata de forma genérica y
capaz de dirigir cierta cantidad de este fluido a través del cuerpo del paciente: el
52
F.H. Ellenberger, op. cit., p. 62.
53
A este respecto cf. la obra de Pedro Laín Entralgo, La relación médico paciente, Madrid, 1983 y M. Foucault,
Historia de la Locura en la Época Clásica III, Barcelona, 2002.
inducir un cambio del fluido que dependía de estos accidentes cósmicos,
como para no necesitar los imanes. La explicación que daba Mesmer de los éxitos
éter, que actuaría entre los planetas a un fluído que abarcaría todos los
Si en un universo armónico sólo podía existir una ley universal, Mesmer estaría
desarreglo del citado fluido y su forma de curación poseía un carácter muy preciso.
Este magnetismo animal, “...debe, en primer lugar, ser transmitido a través del
sentimiento.”54
54
Cit. en L. Chertok, “The discovery of the transference: towards an epistemological interpretation”,
International Journal of Psychoanalysis, 49, 1968, p. 560.
De hecho, afirma que el factor determinante en el resultado positivo de la
aplicación del fluido era la voluntad del magnetizado de ser magnetizado, lo cual
implicaba la participación personal y directa del terapeuta en la terapia, incluso si
no se le ascribía al terapeuta el misterioso poder de curar que Mesner había
atribuído a los imanes. Éste no es el caso usual de un paciente confiando una
parte de su cuerpo a un médico y su instrumental, un abandono de sí sobre el que
el magnetista pudiese operar, sino la renuncia a su propia conciencia, y la voluntad
de acomodarse a la conciencia y voluntad de otro.55
sus curas: su poder reside en sí mismo. Para hacer la curación posible, debe
primero establecer una relación, esto es, un tipo de ‘sintonía’ con su paciente.”56
La idea de un fluido, por su parte, parecía apuntar hacia una presencia física y
objetiva, despersonalizada. Al igual que sucede con los planetas que siguen su
encarga una comisión para el estudio del magnetismo formada por científicos de
55
A. Carotenuto, Kant’s Dove. The History of Transference in Psychoanalysis, Wilmette, 1991, p. 26.
56
F.H. Ellenberger, op. cit., p. 69.
Charles Deslon, y amplía su examen a las prácticas de Mesmer. Éstos
llevar una vida sin preocupaciones, la cantidad cada vez mayor de personas que
pacientes.
57
“Los comisarios no se darían cuenta de que constataban de esta manera la realidad de la acción psicológica
interpersonal: la relación de objeto precisamente,” L. Chertok y R. de Saussure, op. cit., p. 23. Relación de objeto
es la relación del paciente con el mundo mediante sus representaciones y, en concreto, con el analista.
58
J.F. Kihlstrom, “Mesmer, the Franklin Comission and their Legacy,” paper presented at the celebration of
Mesmer Week, Department of Psychology, University of Wisconsin, Madison, 1984.
http://socrates.berkeley.edu/~kihlstrm/mesmer84.htm. Según nuestro esquema, los trabajos de Mesmer aparecen
en el surgimiento de un giro epistémico que también conllevará las primeras prácticas de psicología
experimental. “El único método decisivo, (la comisión) concluyó, eran experimentos designados para revelar la
propia naturaleza de los efectos mesméricos. De acuerdo con ello condujeron una serie de experimentos,
aparentemente designados por Lavoisier, sobre voluntarios. Estos estudios pueden ser considerados como los
primeros experimentos psicológicos formales –ciertamente son los primeros ejemplos del uso del método
experimental en el estudio de psicología clínica y social.”
tubo a la vez. Se les animaba a aumentar el fluido magnético cogiéndose de las
manos y creando, de esta forma, un circuito.59
59
A. Crabtree, From Mesmer to Freud, Yale, 1993, pp. 13-14
60
A. Carotenuto, op. cit., p. 4.
y se centrarán en el aspecto relacional, sosteniendo, en uno y otro caso, la
ontología naturalista alguna. No se encargará tanto del fluido como entidad ajena al
lugar a la curación. Faría comienza a utilizar ciertas técnicas que serán retomadas
considera el pionero de las ideas que dieron lugar a los postulados de la Escuela
de Nancy.
fuese sino Braid, más tarde, quien acuñase el término. Puységur renuncia al
61
Así comenta: “Creo en la existencia dentro de mí de un poder. De esta creencia se deriva mi voluntad de
ejercerlo. La doctrina entera del Magnetismo Animal está contenida en dos palabras: Cree y quiere,” cit. en F.H.
Ellenberger, op. cit., p. 72.
despierta sin recordar nada, produciéndose una sugestión independiente de la
la relación misma como el cuidado del paciente a cargo del médico.62 No llegará a
estados de regresión tan profundos como los alcanzados por Mesmer, sino que
tratará de conducir a los pacientes a etapas infantiles en las que se produce una
proceder.
debilitando; las corrientes ‘fluidistas’ irán dando paso a aquéllos que se centran en
la inducción del sueño y que optan por una teoría más de tipo psicológico que
pero trata de escapar de sus propias pasiones hacia sus pacientes. Es, pues, el
polo del paciente el que se destaca conjuntamente con la idea del sentimiento.
64
L. Chertok y R. de Saussure, op. cit., p. 37.
del paciente, un paciente que se mantiene, al igual que con su maestro, pasivo,
quizás para protegerse de las complicaciones amorosas de las que hacía mención.
Es la capacidad objetiva del médico la que permite obrar la curación frente a los
Puységur irá dando menos importancia a la acción del fluido magnético y más a su
las relaciones sexuales.”66 El polo del sentimiento empieza a cobrar importancia, tal
del encuentro de la voluntad de curar con la de sanar. Se diluyen así las ideas
65
De ello da buena cuenta el artículo de R. de Saussure en “Transference and Animal Magnetism”,
Psychoanalytic Quarterly, 12, 1943. No es de extrañar que en el famoso informe secreto acerca del magnetismo
de la Comisión Real dirigido a Luis XVI apuntase que “...el tratamiento magnético debe necesariamente ser
peligroso para la moralidad,” ibid., pp. 194 ss.
66
J.J. Virey, Examen impartial de la médicine magnetique, París, 1818, cit. en R. de Saussure, ibid., p. 199.
67
“De Villers no atribuye ningún papel al fluido, ninguna eficacia a los procedimientos. Para él la curación está
condicionada por la relación de objeto y por los sentimientos recíprocos entre magnetizador y magnetizado,” L.
Chertok y R. de Saussure, op. cit., p. 40.
vilipendio de los magnetizadores, que ya eran objeto de burla y persecución.68 El
cura.
De este modo vamos pasando de una visión objetual del paciente hacia una
lettre.
68
“A medida que los discípulos de Mesmer se volvían más numerosos, entusiastas y fanáticos, el movimiento se
desvió más de su norma inicial y cayó en descrédito. Se mezcló cada vez más con una especulación salvaje,
ocultismo, y, en ocasiones con prácticas embaucadoras,” F.H. Ellenberger, op. cit., p. 83.
si bien concebido en términos de fisiología- marca un neto paso adelante: rechaza
nervioso ocasionado por una atención fija y abstraída; a este particular estado de
estilo científico positivista que habrá de ocuparse del estudio de los datos
de causas y efectos.
69
Ibid., p. 60.
70
No es de extrañar que la frenología hiciese pronto buenas migas con las prácticas sugestiva e hipnótica.
clave del braidismo’.”71 De esta forma se reducían los efectos del hipnotismo a una
forma de sugestión.
papel central de la figura del médico. Para alcanzar los estados hipnóticos,
someterá los ojos del paciente a los del terapeuta en lugar del objeto luminoso
efecto en el sistema nervioso del objeto brillante, y, por tanto, objetivo e individual -
del magnetismo.
habría dejado de lado y comenzaría, a su vez, una larga disputa con Charcot, si
estados de vigilia. Uno de los experimentos que llevaría a cabo, en la ocasión que
Freud lo visitó en 1889, fue la hipnosis de un sujeto al cual le sugeriría que cinco
71
Ibid., p. 62.
72
A. Carotenuto, op. cit., p. 51.
73
G.J. Makari, “A history of Freud’s first concept of transference”, International Review of Psychoanalysis, 19,
1992, p. 419. Este es el primero de los tres artículos de Makari en los que ensaya una forma de historia
contextual de la primera noción freudiana de transferencia.
minutos después de despertarse habría de dejar de hacer cualquier actividad que
como le había sido ordenado. Al preguntársele por qué había realizado dicha
consistiría en poner en relación una idea con un acto. Al igual que para Liébeault,
de la relación, “la escuela de la Salpêtrière, por su lado, iba aún más lejos en esta
que más que se acercan a tratar la relación dual son Binet y Feré que señalan
cierta sensibilidad electiva que hacía tender más hacia la figura del hipnotizador en
Puységur.
Otra figura destacada en esta historia es Jean Martin Charcot (1825-1893) que
74
Ibid., p. 70. Para éstos la hipnosis habrá de ser un estado somático sin intervención de la sugestión, sino sólo de
estímulos físicos.
técnicas hipnóticas. Como neurólogo y anatomista intentaría reducir los desórdenes
anatómica entre la neurosis y la afección neurológica (la que) le impida ver que su
mujeres que sufrían ataques convulsivos. Así es como empezará a distinguir dos
75
La relación entre la búsqueda de un órgano, una parte del cuerpo y el miedo a relacionarse con el otro en su
integridad, la necesidad de amputarlo y convertirlo en objeto es resaltada por A. Carotenuto, op. cit., p. 63. Más
adelante señala “podríamos decir que desde Mesmer a Charcot la relación terapéutica -...- había sufrido un
proceso rigurosamente creciente de despersonalización,” ibid., p. 67.
76
Ibid., p. 107. No obstante, pese a los intentos de objetivación, “se creerá, y el enfermo será el primero, en el
esoterismo del saber del médico, en algún secreto casi demoniaco de un conocimiento que ha encontrado el
poder de destruir las alienaciones; y cada vez con mayor facilidad, el enfermo aceptará abandonarse entre las
manos de un médico, a la vez divino y satánico, en todo caso fuera de la medida humana; cada vez más se
alienará en él, aceptando en conjunto y por adelantado todos sus prestigios, sometiéndose desde el principio a
una voluntad que siente como mágica, y a una ciencia que él supone presciencia y adivinación, convirtiéndose
así, a fin de cuentas, en el correlativo ideal y perfecto de los poderes que proyecta sobre el médico, puro objeto
sin otra resistencia que su inercia, completamente dispuesto a ser precisamente esa histérica en la cual Charcot
exaltaba el maravilloso poder del médico. Si quisieran analizarse las estructuras profundas de la objetividad en el
conocimiento y en la práctica psiquiátrica del siglo XIX, de Pinel a Freud, sería preciso mostrar que esa
objetividad es desde el principio una cosificación de orden mágico, que no ha podido realizarse sino con la
complicidad del mismo enfermo, y a partir de una práctica moral, transparente y clara al principio, pero olvidada
poco a poco a medida que el positivismo imponía sus mitos de la objetividad científica...” M. Foucault, op cit.,
pp. 268-9.
77
“Diríamos que Charcot, con toda su autoridad y su prestigio, había creado un clima favorable para el
hipnotismo: él le propiciaba una caución moral y, por su teoría fisiológica, le dotaba de una racionalización
científica. Su desaparición pudo provocar el retorno de las antiguas inquietudes,” L. Chertok y R. de Saussure,
op. cit., p. 81.
disociación, a una escisión, se trata de un estado que impide al sujeto actuar de
forma unitaria.
78
Cf. J.M. Pueyo, La Histeria: Del discurso del amo al discurso del psicoanalista, Barcelona, 1999.
síntomática propia del estado morboso.79 “Charcot argumentaba que un ‘ego’ en
estado hipnótico tendía a una ‘disociación fácil’ por la cual las ideas que eran
actuación de los síntomas histéricos parecía entrar en juego una ‘idée fixée’ que
asignará tres fases, de acuerdo con sus ideas fisicistas, que no tardarían tiempo en
continuaría, no obstante, aplicando imanes, con cuyo efecto creía poder desplazar
los síntomas. El propio Bernheim será uno de los grandes críticos de las ideas de
Charcot. Surge así una rivalidad que llegará hasta los tiempos de Freud.
de neurosis, siguiendo los pasos del mecanicismo vigente en el fin de siècle. Freud,
del cuerpo, habrá de especular con la ausencia de cualquier tipo de relación con la
mental.
79
“Charcot mostraba en sus célebres lecciones que éstas (las parálisis histéricas post-traumáticas) no eran debidas
a causas físicas, sino más bien a un shock físico. Era una idea la que provocaba los síntomas de la neurosis,” L.
Chertok y R. de Saussure, op. cit., p. 94.
80
G.J. Makari, “A history of Freud’s first concept of Transference”, op. cit., p. 418. Paralela a esta interpretación
es la elaborada por Janet de disociación, cf. J.R. Haule, “Pierre Janet and Dissociation: The first transference
theory and its origin in hypnosis”, American Journal of Clinical Hypnosis, 29(2), 1986, pp. 86-94.
sería propia a cualquier sujeto.81 Freud desarrollaría esta idea en el sentido de que
no sólo puede ser ocasionada por una sugestión externa, sino que puede ser
autoinducida. Así, según Makari, “en 1895 Freud había abandonado la noción de
falsas son el equivalente directo de la falsa relación entre una idea y un síntoma
81
“Yo defino sugestión en el sentido más amplio: es el acto por el que una idea es introducida en el cerebro y
aceptada por éste,” así comenta Bernheim en su Hypnose, Suggestion, Psychotherapie de 1891, cit. en ibid., p.
420.
82
Ibid., p.428.
Esquema 1.1. Evolución diacrónica de los precedentes psicoanalíticos de la transferencia.
Previamente a su estancia con Charcot, Freud había trabajado como fisiólogo
del individuo más que con las idealistas categorías kantianas.84 Diferenciarían no
83
Hay una línea de discusión que parece dividir a dos sectores del psicoanálisis contemporáneo que se
polarizarían en las corrientes norteamericana y la francesa, así comenta Chertok al hablar de la supuesta
influencia de Helmholtz sobre Freud “...cuya influencia sobre Freud ha sido tan enfatizada y es ahora, una vez
más, objeto de investigaciones en los Estados Unidos,” L. Chertok y R. de Saussure, op. cit., p. 573. Por otro
lado Makari comenta: “para un teórico con intereses psicológicos construyendo un modelo de ideación,
percepción y memoria en la Viena de finales del siglo diecinueve, un punto de arranque obvio habría sido la
convergencia de la filosofía postkantiana y la fisiología empírica que tenía lugar en las influyentes nociones de
percepción de Helmholtz”, G.J. Makari, “In the eye of the beholder: Helmholtzian perception and the origins of
Freud’s 1900 theory of transference”, Journal of the American Psychoanalytic Association, 42, 1994, p. 562. Sin
duda detrás de esta polémica se deja entrever los ‘dos Freud’ aceptados por ambas escuelas, el Freud cientificista
y empírico americano y el Freud filosófico y teórico francés.
84
Así comenta Helmholtz: “Hemos visto suficiente como para responder a la cuestión acerca de la posibilidad de
mantener la convicción innata y natural de que las cualidades de nuestra sensación, especialmente de nuestras
sensaciones visuales, nos den una verdadera copia de las cualidades correspondientes del mundo exterior. Parece
claro que no lo hacen...”, cit. en ibid., p. 558-9.
85
Ibid., p. 561 Así, según Helmholtz, las ilusiones pueden producirse por alteraciones del mecanismo con el que
recibimos los datos sensoriales. Cf. S. Bernfeld, “Freud's earliest theories and the school of Helmholtz”,
Psychoanalytic Quarterly, 13, 1944 y P. Cranefield, “Freud and the 'School of Helmholtz'”, Gesnerus, 23, 1966.
Lipps, la transferencia (Übertragung) sería la transposición de un significado a una
disquisiciones.87
86
T. Lipps, Grundtatsachen des Seelenlebens, Bonn, 1883. Es interesante señalar que Lipps también desarrollará
otro concepto fundamental en psicología como es el de empatía Einfühlung “Einfühlung, innere Nachahmung
und Organenempfindung”, Archiv für die Gesamte Psychologie, 1(2), 1903, Leipzig. Cf. M. Kanzer, “Freud,
Theodor Lipps, and 'scientific psychology'”, Psychoanalitic Quarterly, 50, 1981, pp. 393-410.
87
De hecho se ha abierto una discusión acerca de la originalidad de la obra de Freud, en especial de su relación
con conceptos cercanos a Lamarck y la escuela de Helmholtz a partir de F.J. Sulloway, Freud, Biologist of the
Mind: Beyond the Psychoanalytic Legend, Nueva York, 1979. Este tipo de interpretación ya se encontraba
latente en P. Amacher, “Freud's Neurological Education and its Influence on Psychoanalytic Theory”,
Psychological Issues, 4(4), 1965.“Su método terapéutico fue más bien una innovación, pero su descripción de los
mecanismos involucrados se basaba en los conceptos de la neurología ortodoxa,” p. 73.
1.1. Fase inicial (1890-1905) Desplazamiento, afecto y falsa asociación
cabo una observación que habría de animar toda una nueva forma de
división del cuerpo que no era propiamente fisiológica, sino que estaba
perfilaba la posibilidad de curar actuando sobre las ideas del paciente con el
88
La influencia de la figura de Charcot la sitúan Chertok y de Saussure a dos niveles: afectiva e intelectual. Los
autores, a los que ya nos hemos referido en varias ocasiones, sostienen que la estancia en la Salpêtrière, aunque
difícil en ciertos momentos para Freud, le permitió adquirir el coraje necesario en un terreno tan resbaladizo
como el de la carga sexual de la propia transferencia, el cual, hipotetizan, no habría obtenido en su confortable
Viena. La propia laxitud de las costumbres que Freud detectaría en París, pese a causarle cierta incomodidad, tras
su compromiso oficial con su futura mujer, le ofrecen una visión de las cosas que no podría haber obtenido en
una Viena más recatada, menos cosmopolita.
Figura 1.5. Ejemplo de división anatómica de acuerdo con las características propias del sistema
nervioso (derecha) y división somática propia de la histeria (izquierda). El síntoma no actúa sobre las
regiones nerviosas sino sobre parcelaciones ideacionales como la mano o el pie, siguiendo un
esquema lingüístico y a fortiori mental. [Fuente M.H. Erdelyi, Psychoanalysis. Freud's Cognitive
Psychology, Nueva York, 1984, p. 3].
Después de su paso por la Salpêtrière, en su consulta privada en Viena, y
una psicología del acontecer mental general, de la conciencia. La obra que más
89
H. Bernheim, De la suggestion et de ses applications à la thérapeutique, París, 1886.
de fenómenos que exceden la conciencia, precedido de su autoanálisis, su interés
Entonces, ¿qué cambió entre 1895 y 1900? Pienso que la situación es la siguiente.
Las especulaciones heróicas de 1895 convencieron a Freud de que no podía
descifrar la implementación neural de los estados psicológicos. De este modo si iba
a estudiar los estados psicológicos de algún modo tendría que desechar su interés
acerca de cómo eran implementados a nivel neural y concentrarse en los propios
estados. No obstante continuaría pensando que dichos estados podían ser
estudiados de dos modos: psicológicamente y metapsicológicamente.91
mostraban los casos de histeria. El punto de conexión entre ambos sistemas habría
90
“...el trabajo de Freud sobre la afasia -su primer trabajo aparte de lsa traducciones- es el sine qua non del
nacimiento de la teoría psicoanalítica tal como las podemos distinguir de otras teorías contemporáneas de la
neurosis: una teoría del poder de las palabras en la formación de síntomas,” J. Forrester, Language in the Origins
of Psychoanalysis, Londres, 1980, p. 14.
91
A. Brook, “Neuroscience versus psychology in Freud”, R. Bilder y F. LeFever (eds), Neuroscience of the Mind
on the Centennial of Freud's Project for a Scientific Psychology, Annals of the New York Academy of Sciences,
843, 1998, p. 67. Según Brook, Freud intentaría con su metapsicología dar un rodeo al problema de la
intencionalidad y su estudio empírico, pero su metapsicología no conseguiría eliminar este elemento, al postular
entre sus explicaciones mecánicas una teoría de la pulsión que incluiría un objeto y una finalidad, adscribiendo
intencionalidad a dichos estados. Cf. J. Friedman y J. Alexander, “Psychoanalysis and natural science: Freud's
1895 “Project” revisited”, International Review of Psychoanalysis, 10, 1983, pp. 303-318.
92
“En síntesis, pensamos que Freud, como fisicalista, trataba en verdad de llegar a una ley de Ohm de la función
neural, pero como no disponía de datos cuantitativos para lograrlo, se abstuvo de escribir de hecho la ecuación,”
K.H. Pribam y M.M. Gill, El “Proyecto” de Freud. Una Introducción a la teoría cognitiva y a la
neuropsicología contemporánea, Buenos Aires, 1977, p. 36.
de ser el sistema nervioso. Así aún en su El chiste y su relación con el inconsciente
Los aspectos fisiológicos irán dando paso al estudio de las patologías como forma
de acceso a la cognición. Si bien las ideas eran capaces de generar una neurosis,
éstas sólo son accesibles mediante su expresión en boca del paciente, asociando
asimilaciones, por un lado, del síntoma al fenómeno ideacional y, por otro, de este
lenguaje.
encuentro con casos en los que esta técnica resultaba inútil le harán buscar nuevas
93
S. Freud, Psychische Behandlung (1890), Sta., Ergänzungsband, p. 17. En esta misma obra trata de expurgar
todo tipo de magia o misterio en la curación, comenta, “comenzamos a comprender el hechizo de las palabras.
Las palabras son, en efecto, las que procuran de forma más importante la influencia que un hombre puede ejercer
sobre otro,” ibid., p. 26.
Desde la apertura de su consultorio vienes en 1886 hasta 1889 utilizará la
hipnosis, la cual irá desechando en favor del método catártico de Breuer, que le
haciendo patente poniendo a las claras hasta qué punto las cuestiones técnico-
psicoanálisis como teoría más que como simple propedéutica técnica, tal como se
del propio Freud, hasta la incapacidad de actuar sobre las resistencias del
paciente.
94
A. Carotenuto, op. cit., p. 72.
95
“...cuando las circunstancias requieren una utilización continua de la hipnosis se establece un hábito hacia la
hipnosis y una dependencia del médico hipnotizante que no puede ser encuadrada dentro del propósito de la
curación.” S. Freud, Psychische Behandlung, op. cit., p. 32, vid. también p. 35. Es quizás nuesta primera noticia
implícita acerca de la transferencia en esta fase, fenómeno que parece ocurrir, para sorpresa de Freud, fuera del
marco de la curación.
en que tratando a una paciente ésta le abarazaría, transportando sus sentimientos
por Charcot. Ante esta dicotomía “...Freud, en 1895, seguiría a Charcot y optaría
por un modelo (de tratamiento) que no sería susceptible de los ataques de los
basada en una relación diádica entre doctor y paciente, también serviría a Freud
objetividad del material se veía puesta en peligro por un fenómeno tan poco
96
En su autobiografía contará Freud “Fui lo suficientemente modesto como para no atribuir el evento a mi propia
e irresisible atracción personal y sentí que había entonces entendido la naturaleza del misterioso elemento que
funcionaba detrás del hipnotismo. Para excluirlo o, al menos, aislarlo, era necesario abandonar el hipnotismo.”
Así comenta la situación su biógrafo E. Jones, “Un día una paciente repentinamente lanzó sus brazos alrededor
de su cuello, un contratiempo inesperado remediado afortunadamente por la entrada de un sirviente. Desde
entonces comprendió que la peculiar relación, terapéuticamente tan efectiva, poseía una base erótica...”, op. cit.,
p. 157. No será hasta un momento posterior en el que asuma las conclusiones últimas de este suceso. Al no
haberlo relacionado con su persona, al haberlo tomado con una cierta distancia, a diferencia de Breuer, podrá
objetivar el fenómeno.
97
G.J. Makari, “A history of Freud’s first concept of transference”, International Review of Psychoanalysis, 19,
1992, p. 429. Efectivamente la mayor parte de los estudiosos del tema señalan el valor de la transferencia como
protección de la integridad de Freud, como defensa ante las acusaciones de superchería. “Hay cierta tendencia a
ver la transferencia, realidad sólida y desnuda de todo artificio e innovación revolucionaria en la técnica
psicoterapéutica, que permitiría finalmente personalizar la relación, –pero al mismo tiempo y paradójicamente,
introduciría a su vez una sutil forma de despersonalización por la introducción de una tercera figura entre los
protagonistas,” L. Chertok y R. de Saussure, op. cit., p. 164.
forma, informándonos acerca de las circunstancias bajo las cuales cada síntoma
había surgido para poder aclarar, de este modo, el motivo que posiblemente fuese
que permita una aplicación tan impersonal como los imanes de Mesmer. El
volver al paciente hacia sus recuerdos, entre los cuales se encuentra el elemento
Sólo relatando las circunstancias que habían ocasionado el síntoma, sólo por
98
S. Freud, Über den psychischen Mechanismus hysterischer Phänomene (1893), Sta., VI, p. 16
99
S. Freud, Kurzer Abriss der Psychoanalyse. Freud había trazado una analogía entre el método catártico y la
cirugía, se trataría de una operación sutil, extirpación y sutura. “He comparado a menudo la psicoterapia catártica
con la intervención quirúrgica, señalado mis curas como operaciones psicoterapéuticas, análogas a la apertura de
una cavidad purulenta, al raspado de una caries...” S. Freud, Studien über Hysterie, Sta., VI, p. 96.
100
Para averiguar el recuerdo desencadenante del síntoma, Freud propone dos condiciones “...al retrotraer un
síntoma histérico a una escena traumática sólo conseguimos un incremento de nuestro entendimiento cuando esta
escena posee dos condiciones: cuando tiene la capacidad determinante y cuando se le puede atribuir la necesaria
fuerza traumática.” S. Freud, Zur Äthiologie der Hysterie, Sta., VI, p. 55
medio de su exteriorización lingüística, se lograba la desaparición de los síntomas.
médico.”101
101
S. Freud, Die Freudsche psychoanalytische Methode (1904), Sta., Ergänzungsband, p. 102. Sus dudas acerca
del método catártico las encontramos desde sus primeros escritos: “al intentar emplear el método de Breuer para
la curación de síntomas histéricos en un gran número de enfermos a través del sondeo y la abreacción en la
hipnosis se me planteaban dos dificultades que me condujeron a una alteración tanto de la técnica como de su
concepción. (1) No todas las personas que mostraban irrefutables síntomas histéricos, y en las que con toda
probabilidad reinaban los mismos mecanismos psíquicos, eran hipnotizables. (2) Tuve que tomar una posición
acerca de la cuestión de qué caracterizaba fundamentalmente la histeria y cómo se deslindaba de otras neurosis.”
S. Freud, Studien über Hysteria, op. cit., p. 50. Esta segunda cuestión la tratará más detenidamente en el escrito
que supone su alejamiento de Breuer, Zur Äthiologie de Hysterie, op. cit.
No es de extrañar que de algún modo se entienda que el psicoanálisis fuese
invención del propio Breuer, del cual Freud fue su alumno aventajado. Incluso
podríamos afirmar que la técnica le debe tanto a éste como a su paciente Berta
falsa asociación.103
En su tratamiento Freud aconseja a su paciente los baños con agua fría en vez
de tibia. En una hipnosis realizada con el fin de que la paciente se autosugiriese los
baños fríos, ésta se declara descontenta con tal solución. En la siguiente sesión
expresando miedo por su hermano, pues los blancos, según su relato, eran
angustia. Éste es uno de los capítulos que hará que Freud vaya dejando atrás la
presencia permite la asociación de dos eventos diversos bajo una misma carga
afectiva, la figura del terapeuta se relaciona con sus ideas corrientes, su presencia
ocupa lugares, en la realidad psíquica del paciente, en principio ajenos. Así pues, la
irá ocupando el papel central de su método como medio de obtener los recuerdos
censurados por los pacientes. Paulatinamente irá refinando su técnica que habrá
hacia los hilos asociativos que unen ambos recuerdos, el encontrado y el que
asociación... El paciente, de cualquier forma, sutura los dos bordes de la brecha en el fondo de la cual el estado
hipnótico introducía una sugestión que se dirige al incosciente,” ibid., p. 128 Y la transferencia tiene la función
de anudar esos extremos disjuntos, “...es Freud, él mismo, quien mediante su prescripción y su presencia se
convierte en el hilo de esta sutura,” ibid.
105
Ibid., p. 128.
106
S. Freud, Zur Äthiologie der Hysterie, op. cit., p. 57.
La meta del trabajo analítico será reconstruir una cadena asociativa que nos
y por ello reprimido, en un síntoma, en una manifestación alógica que ofrece una
sirven para categorizar y anudar nuestra experiencia a los sucesos reales. Parece
representaciones.
modelo conceptual similar al del evolutivo diseñado por Darwin, sin un plan
conflicto irresuelto en la mente del paciente: “sea cual sea el caso o síntoma del
del color propio de las situaciones amorosas, Breuer, hombre casado y de moral
107
Ibid., p. 60.
108
“...cuán a menudo está un síntoma múltiplemente determinado, sobredeterminado,” S. Freud, Studien über
Hysterie, op. cit., p. 82.
propicia para el desenvolvimiento de la trasferencia y la cura decide abandonar el
también en el personal.109
Para ello se requería cierto tipo de empatía, de complicidad, hasta tal punto que,
psíquico de una histeria en una persona que me resultase mala y antipática, que no
de ser un contacto activo que venza la resistencia del paciente, una idea que
que se interponía entre la voluntad del paciente de ser curado y el terapeuta, y que
109
Si bien esta es la interpretación clásica del desacuerdo entre Breuer y Freud, J. Bouveresse sostiene, desde una
perspectiva metodológica, que si bien Breuer admitía el tinte sexual de las neurosis, niega el carácter absoluto y
universal que Freud propone en la etiología de la enfermedad. El distanciamiento se produce, pues, por motivos
metodológicos, al intentar Freud subsumir toda la causística bajo un sólo motivo. J. Bouveresse, Philosophie,
Mythologie et Pseudoscience. Wittgenstein Lecteur de Freud, París, 1997, cap. 3.
110
S. Freud, “¡Cuánto menos aceptaríamos la sanación milagrosa y la repentina desaparición de síntomas si
tuviésemos más amenudo conocimiento de los secretos intereses vitales de los enfermos!”, Bruchstück einer
Hysterie-Analyse, Sta., Band VI, p. 171
111
S. Freud, Studien über Hysterie, op. cit., p. 59
éste debía deshacer. De esta manera empieza a formular la primera regla de oro
una excitación excesiva y por ello habían sido objeto de represión. La resistencia
reproducción. De este modo, Freud elabora la idea de una histeria de defensa que
comienza por situar esta defensa como el obstáculo primero del análisis.
diseñarse toda una teoría acerca del inconsciente, acerca de una instancia que
actúa con impunidad, sin autorización alguna por parte de la conciencia del
propia voluntad. Ante esta circunstancia, Freud opta por una serie de recetas
En Studien über Hysterie, escrito junto con Breuer, Freud comenta las
112
“¡Ninguna crítica, ninguna reserva, ni por afecto ni por minusvaloración! Sólo así podríamos encontrar lo que
buscamos, así, en cambio, lo encontraríamos sin falta,” ibid., p. 64.
113
Así, por ejemplo señala: “es inútil avanzar directamente hacia el centro de la organización patógena. Incluso
si se pudiese acertar con éste el enfermo no sabría qué hacer con la información obsequiada y no habría sido
alterado por ésta,” S. Freud, Studien über Hysterie, op. cit., p. 84. El método analítico debería realizar una
apertura en la capa de resistencias. “Si quisiera esquematizar el modo de trabajo, entonces podría decir que
nosotros nos encargamos de la apertura de las capas interiores, el avance en forma radial, mientras el enfermo se
ocupa de la ampliación periférica,” ibid., p. 85.
114
Ibid., p. 93.
encuentro con una resistencia de tal magnitud que no permita incursión alguna en
Emmy von N., en el que el deseo narrado por su paciente en la sesión surge de
mismo afecto que el del deseo prohibido, con diverso objeto. No se trata de su
115
Ibid., p. 94.
objeto presente en la mente del paciente. El enfermo vuelve a ser víctima de su
propio engaño.
del recuerdo va a ser uno de los motivos que consume la ruptura entre él y Breuer.
de 1896.
niñez; de esta misma fase serán sus Tres ensayos sobre la teoría sexual (1905),
116
Así señala ya en 1895, “mientras los de este tipo, con el incremento en experiencia a voluntad hacen aceptar al
médico la etiología sexual para una concreta categoría de casos, otros casos, que si no quedarían ininteligibles se
dejan comprender e incorporar, al menos sin contradicción, a través de la clave de la etiología sexual,” S. Freud,
Über die Berechtigung, von der Neurasthenie einen bestimmten Symptomenkomplex als ‘Angstneurose’
abzutrennen, 1895, Sta., Band VI, p. 40.
117
P. Amacher, op. cit.
neurosis (1898) y se prefiguraba en Sobre la etiología de la histeria (1896).118 Freud
donde parecía que los niños eran objeto de intimaciones de tipo sexual por parte
más bien que el origen de éstas, aunque posiblemente favorecida por una cierta
experimenta en qué ocasión un síntoma surge por primera vez y por qué estuvo
118
En esta última obra apuntaba ya Freud: “Se llega así claramente a la época de la primera niñez, la época del
desarrollo de la vida sexual;...¿No se tiene derecho a asumir que también en la infancia las silenciosas
excitaciones sexuales tienen su lugar? ¿Que, quizás, la evolución sexual posterior esté influenciada de forma
decisiva por sucesos de la niñez?” Ibid., p. 63. Según F.J. Sulloway, op. cit., Freud estaba cercano al
lamarckismo con respecto al pasado psicosexual de la neurosis.
119
En su ruptura con Breuer, en Zur Äthiologie der Hysteria, op. cit., indica también su alejamiento de Charcot
“Saben que según la opinión de la influyente escuela de Charcot sólo a la herencia se la reconoce como causa de
la histeria,”op. cit., p. 53. En este mismo texto intenta explicar la relación supuestamente hereditaria señalada por
Charcot como una repetición de patrones de conducta aprendidas en el seno familiar, vid pp. 69-70.
120
S. Freud, Über den psychischen Mechanismus hysterischer Phänomene, op. cit., p. 20.
La búsqueda de la relación entre síntomas somáticos, su causación
del médico.
independiente del suceso que lo originó que puede no haber tenido ningún efecto
productivo. Así sucede con las ‘zonas histerógenas’ aquellas que “...despiertan un
por una falsa asociación123 entre una causa y su efecto mediado y dependiente.
reflexiones.
121
Freud insiste en esta interrelación tras su estancia con Charcot, así p. ej. en su escrito Neurasthenie und
Angstneurose de 1895 comenta, “aquí como allí multitud de excitaciones -...-; en uno como en otro caso una
incapacidad psíquica, a consecuencia de la cual se producían procesos somáticos anormales.” La diferencia
entre la histeria y la neurosis de miedo hará que Freud distinga la excitación productora de la primera, de carácter
psíquico, interno, y la de la segunda, somático, externo. La crítica definitiva a Breuer y Charcot aparecerá en su
Zur Äthiologie der Hysterie del año siguiente, “Breuer aceptó de hecho –a diferencia de Charcot-, que un suceso
inofensivo puede ser elevado a trauma y desplegar fuerza determinante cuando afecta a la persona en un
disposición determinada, en el llamado estado hipnoide. Yo encuentro, no obstante, que la suposición de tales
estados hipnoides no aporta nada a la solución de otras dificultades, que a las escenas traumáticas tan
frecuentemente les falte la condición determinante,” op. cit., p. 57 Frente a esto Freud desarrollará su teoría de
las neurosis de defensa; la represión de una representación dolorosa como motivo de la defensa (Abwehr). La
crítica de Freud se vuelve abrasiva al cuestionar la propia objetividad con que Breuer y Charcot se habían
acercado al tema y su falta de reconocimiento de la sexualidad en su problematicidad básica, “acerca del tema
controvertido mismo sólo quiero reseñar que la distinción del momento sexual en la etiología de la histeria no
procede de ninguna opinión mía preconcebida. Los dos investigadores de quien fui alumno cuando comencé mis
trabajos sobre la histeria, tanto Charcot como Breuer, estaban lejos de una tal suposición, más bien mostraban
una inclinación personal en contra, la cual yo, en principio, también asumí. Sólo una laboriosa y pormenorizada
investigación me ha llevado a sostener la opinión que hoy defiendo,” ibid., p. 61.
122
También insistirá en la posibilidad simbólica de resolución de los síntomas, “...así es la palabra el sustituto
para el hecho y en ciertas circunstancias el único sustituto (confesión),” Über den psychischen Mechanismus
hysterischer Phänomene (1893), Sta., Band VI, p. 22. O “El enfermo lo elimina al convertirlo en palabras,”
Studien über Hysterie, op. cit., p. 74.
123
Ibid., p. 78.
La importancia de la memoria en sus investigaciones se hace explícita al
señalar que es sólo a través de las huellas mnésicas como podemos obtener una
vía de acceso al complejo patógeno, “...ya que los sucesos infantiles con contenido
sexual sólo pueden mostrar un efecto psíquico mediante las huellas mnésicas ¿no
sería ésto un oportuno complemento a aquél resultado del análisis según el cual
sueños o los actos fallidos, no regidos por la voluntad del paciente. La conciencia
124
Ibid., p. 63.
125
“Nos es imposible aclarar el sueño como proceso psíquico, pues explicar significa retotraer a algo conocido, y
hoy en día no existe ningún conocimiento psicológico al cual podamos subordinar como forma de explicación lo
que se deja descubrir en el examen psicológico de los sueños,” S. Freud, Traumdeutung, Sta., II, p. 490.
126
“La transferencia estuvo cerca del centro del modelo mental de Freud en 1900, pues era un concepto
metapsicológico que formalizaba el modo en que los procesos inconscientes invadían y distorsionaban
contenidos psíquicos preconscientes tanto en la conciencia como en la percepción,” G.J. Makari, “In the eye of
the beholder...”, op. cit., p. 573.
externos –pasiva- y el inconsciente se postula como fuente de estímulos, de
(que) puede sólo expresar ahí un efecto al ponerse en relación con una
de represiones así como las raíces de los síntomas, el sueño, quizás, pudiese
desvelar los secretos del suceder mental. Pero para ello se requeriría hallar la clave
127
Ibid., p. 536.
intepretativa, el guión recurrente que sirviese para darles sentido (deuten), para
interpretarlos.
Dicha clave interpretativa no es otra que el hecho de que todo sueño vendría a
poner en juego un deseo, todo sueño sería la puesta en escena de un deseo cuya
nerviosa propia de su realización efectiva, “el sueño utiliza, por lo tanto, el presente
la situación analítica.129
trasladado.132
“Cuando pido a un paciente dejar salir todo lo que piensa y contarme aquello
asociación.
integrar el material obtenido de sus investigaciones previas: los sueños como modo
niños y la fina línea divisoria entre realidad e imaginación, incidiendo en este último
seducción parece haber conllevado un cambio radical que crecería con el tiempo:
fracasaría, pues ésta dejará la terapia antes que Freud pueda llegar a la resolución
134
V.A. Bonac, “Perception or Fantasy?: A New Clinical Theory of Transference”,
www.human-nature.com/articles/bonac.html
135
Cf. H. Muslin y M. Gill, “Transference in the Dora Case”, Journal of the American Psychoanalytic
Association, 26, 1975, pp. 311-328.
Habrá de reconocer que es el propio médico el que sirve como medio de la
cura como la mejora se produce realmente sólo mediante la persona del médico.”136
la transferencia,
afecto; nos encontramos de nuevo con la misma concepción que recorre toda esta
es reemplazada por otra con una carga afectiva similar. La persona a la que están
acerca del surgimiento de las neurosis; las de tipo autoerótico, basadas en una
apoyo en lo real. En este período, sus Tres Ensayos retoman el tema y tratan las
138
Ibid., pp. 180-1.
139
G.J. Makari, “Dora’s hysteria and the maturation of Sigmund Freud’s transference theory”, Journal of the
American Psychoanalytic Association, 43, 1995, pp. 1085-6.
140
En la misma época Karl Abraham publicaría su “The psychosexual Differences between Hysteria and
Dementia Precox” y vendría a apoyar la distinción entre la transferencia de las histéricas que sería dirigidas a
objetos y la demencia precoz, una alteración de la habilidad cognitiva memorísitica, donde los pacientes habían
perdido la capacidad de relacionarse con objetos, todo sucedía en su imaginario, sin relación alguna con lo real.
141
“La teoría revisada de la transferencia de Freud fue integrada en sus teorías de desarrollo psicosexual y
patogénesis, de tal forma que la transferencia poseería ahora mayor valor clínico,” G.J. Makari,“Dora’s hysteria
and the maturation od Sigmund Freud’s transference theory”, op. cit., p. 1090.
Otro tema que empieza a perfilarse desde este momento es el de la actuación,
“....la histeria no se cura por medio del método, sino del médico cuando consigue
crear un tipo de dependencia ciega y una duradera fascinación del enfermo hacia
psicoanalítica no procura la transferencia, sino que descubre ésta al igual que otros
No es tanto sobre la persona del médico, sino más bien la figura de éste en la
142
S. Freud, Bruchstück einer Hysterie-Analyse, op. cit., p. 183.
143
Ibid., p. 182.
generalizando la idea de la falsa asociación hasta convertir al médico en una figura,
busca el primer objeto querido: la presencia del analista provoca una regresión, un
atención. Todos estos retazos que se señalan aquí serán el arsenal con el que
desplazamiento de la carga afectiva dada por cierta falta de diferencia entre lo real
práctico que de calado teórico. Otro escrito que trataremos a modo de ejemplo es
Se trata de las notas elaboradas a través del análisis efectuado por el propio padre
estudio técnico que impusiese una cierta ortodoxia a sus practicantes. Estamos en
autores, que si bien habían surgido del psicoanálisis habían sufrido una evolución
146
S. Ferenczi, “Introjection and Transference”, A.H. Esman, Essential papers on Transference, Nueva York,
1990, p. 20.
analogías.”147 Observamos cómo el mundo del neurótico se carga de sentimientos
el mundo exterior para hacerlo objeto de sus fantasías inconscientes y aliviar los
objetos con los que se pueda identificar, a quienes pueda transferir sus
introyectar.”148
entre neuróticos y personas sanas, más bien se trata de una diferencia cuantitativa
en sus conflictos.
Ferenczi traza las líneas maestras de lo que Freud acometerá en esta fase:
sino como presente en todo tipo de terapia, analítica o no. Lo que consigue el
147
Ibid., p. 17.
148
Ibid., p. 21. “Mediante una sutil interpretación de la definición freudiana de la transferencia Ferenczi desplaza
el sentido de esta definición. El terapeuta es una realidad definida, sexuada, indicada. Los afectos en exceso e
insatisfechos se fijan sobre esta realidad percibida. El trayecto de la transferencia es el de un afecto que,
partiendo de una representación, cae en una percepción. Ese perceptum es en sí un tipo de sugestión,” M.
Neyraut, op. cit., p. 166.
inadvertidamente, el magnetismo en su práctica. “Freud resume estas
los complejos causados por intentos fallidos, por parte del neurótico, de poner fin a
sintetiza el proceso que le condujo a sus resultados analíticos, así como sus
149
Ibid., p. 25.
150
Así expresará Freud sus anhelos en la época en que empieza reuniones con otros analistas, lo que a la postre
daría lugar a la Sociedad Psicoanalítica Internacional: “doy expresión a la esperanza de que la progresiva
experiencia de los psicoanalistas lleve pronto a un acuerdo acerca de la cuestión técnica de cómo tratar de la
forma más conveniente a los neuróticos,” Ratschläge für den Arzt bei der psychoanalytischen Behandlung, Sta.,
Ergänzungsband, p. 180.
medio de este vivir de nuevo en la ‘transferencia’ es como queda convencido, tanto
de la existencia como del poder de tales impulsos sexuales inconscientes.151
de personas sin estudios médicos. Se pasa del sueño como forma primera, como
vía regia en el desvelamiento del inconsciente, tal y como hiciese Freud através de
pie.
‘técnica afectiva’ en la que debe darse lugar a la confianza, pero en la que el propio
analista sea opaco al paciente, de tal forma que no quede atrapado en la propia
151
S. Freud, Psicoanálisis. Cinco conferencias pronunciadas en la Clarke University, Obras Completas, vol. 2,
Madrid, 1996, pp. 1560-61.
152
Así en su primer escrito de esta serie, Die Handhabung der Traumdeutung in der Psychoanalyse (1911), Sta.,
Ergänzungsband, señala: “La pregunta que hoy pienso tratar no es acerca de la técnica a la hora de interpretar los
sueños. No trataremos de cómo interpretarlos y valorar estas interpretaciones, sino sólo qué uso se debe hacer del
arte de la interpretación de los sueños en los enfermos en el tratamiento psicoanalítico,” p. 151.
presente en la representación del paciente pero ausente en su implicación
personal.
trabajo.
En los dos polos en que divergían los seguidores de Mesmer parece que el
sentimientos del paciente. Optar por una técnica lo más alejada posible de la
en pie de igualdad a terapeuta y enfermo, con la salvedad que será aquél el que, al
saber de la transferencia, deba acarrear con sus afectos. “Nos hemos dado cuenta
personales,155 marca una serie de líneas de actuación que permitan una práctica lo
más profiláctica posible. Entre esta variedad de consejos apunta el deber de evitar
este aspecto en aras de la propia economía del practicante, pues él mismo conoció
médico ‘à la fluide’. Es sabido que Freud analizaría a pacientes sin recursos a los
cuales prestaría dinero para el análisis. Se trata pues de una función simbólica
analítica.
155
Es así que el propio Freud reconocerá “...debo decir claramente que esta técnica se ha dado como la única apta
para mi individualidad; no pongo en dudo que una personalidad médica constituida de diferente forma se vea
impelida a otra postura frente a los enfermos y preferir ésta en la solución de nuestra práctica,” Ratschläge für
den Arzt bei der psychoanalytischen Behandlung, op. cit., p. 171. No obstante los cismas dentro del psicoanálisis
no serían recibidos con tanta ecuanimidad.
Así mismo, se pregunta cuándo se debe empezar a confiar los resultados de la
parte del paciente al enfrentarse al posible conflicto interno. “La primera meta del
tratamiento sigue siendo ligar (al paciente) a la cura y a la persona del médico. No
se requiere para ello de otra cosa que darle tiempo. Cuando se le muestra
coloca al médico bajo una de las imágenes de las personas de las que estaba
poner en juego los sentimientos desviados del paciente, pero ya no surge la idea
ganarse esa tendencia del paciente que desea auténticamente ser curado. El
156
S. Freud, Zur Einleitung der Behandlung. Weitere Ratschläge zur Technik der Psychoanalyse I, Sta.,
Ergänzungsband, p. 199.
157
Ibid., p. 203.
Su escrito principal de esta fase será Zur Dynamik der Übertragung (1912), el
más técnico, publicado con ocasion de otro artículo sobre el tema, contiene unas
profundas de este período. Hay que recalcar la idea de dinámica que suscita el
energía libidinal sin objeto se asocie a la figura del médico siguiendo un cliché
debe comenzar una batalla; todas las fuerzas que han producido la regresión de la
líbido se levantarán como ‘resistencias’ contra el trabajo para conservar este nuevo
158
S. Freud, Zur Dynamik der Übertragung, Sta., Ergänzungsband, p. 160.
159
Ibid., p. 161.
estado.”160 La introyección, al producir el sentimiento que une al analista y al
fuera del ámbito psicoanalítico como simple rapport, pero en psicoanálisis conlleva
Freud muestra cómo éstas ocurren también en otro tipo de terapias; la diferencia
reside en que estas técnicas terapéuticas no las muestran de forma tan evidente.
Así en las instituciones mentales no son tan patentes como en la forma personal
las relaciones, de los sentimientos que tenemos hacia personas significativas, los
160
Ibid., p. 162. Y comenta posteriormente, “siempre que nos acercamos a un complejo patógeno se desplaza la
parte del complejo capaz de transferencia al consciente y es defendido ahí con la mayor persistencia,” ibid., p.
163.
161
Así advierte, “parece ser, a primera vista, una enorme desventaja metódica del psicoanálisis el que la
transferencia, la más importante instrumento para su éxito, se convierta en el medio más poderoso de
resistencia,” ibid., p. 161.
Figura 1.8. Freud y su madre (1926).
psicoanalista las más graves dificultades, pero no se puede olvidar que éstos
neurótica esencial:
162
Ibid., p. 167-168.
Nos damos cuenta finalmente que la utilización de la transferencia por parte de la
como dejaría claro en sus Tres ensayos sobre la teoría sexual (1905), sino desde
En este caso la labor analítica no la lleva a cabo el propio Freud. Éste sabrá
del mismo a través de los informes que elabora el padre de Hans. En tal situación,
163
Ibid., p. 165.
164
“Originalmente habíamos conocido sólo objetos sexuales; el psicoanálisis nos muestra cómo tanto las
personas sin importancia como aquéllas que veneramos en nuestra realidad pueden ser aún objetos sexuales en
nuestro inconsciente,” ibid., p. 165.
paciente. Freud advierte que ésta es la única posibilidad en dicha coyuntura, pues
del interés tierno con el científico en la misma, han posibilitado en este caso hacer
presente, “un niño (es) naturalmente en alto grado sugestionable, quizás más que
por nadie, por su padre. Él aceptaría todo por amor a su padre como
aparato excretor. Así “la finalidad y el contenido de la fobia es una amplia limitación
165
S. Freud, Analyse der Phobie eines fünfjahrigen Knaben, Sta., VIII, p. 13.
166
“...para la superación de una tal (neurosis) se necesita del otro, y en tanto el otro pueda ayudar es la neurosis
curable,” ibid., p. 91.
167
Ibid., p. 89.
168
“El complejo de Edipo introdujo una cierta transparencia entre síntoma y causa, viéndose ahora los síntomas
como una modalidad entre otras de una causa ya conocida...” J. Forrester, op. cit., p. 95. Este descubrimiento se
relaciona, según Forrester, con los intentos que lleva a cabo Freud de una teoría general del símbolo, dándole un
recorrido más fácilmente transitable a las historias de los pacientes, acotada por ciertos eventos comunes.
169
Ibid., p. 116.
El complejo de Edipo, como muestra este caso, es el prototipo de
en la niñez, sino que se sirve del caso para situar el origen de las neurosis en esta
de casos que Freud publicaría muestra el talante del psicoanalísis, no tanto como
teoría abstracta, sino como práctica con un objetivo bien definido. “Un psicoanálisis
terapéutica; no quiere demostrar nada en sí, sino cambiar algo.”170 Los intereses
científicos de Freud han ido basculando desde una posición postivista objetivadora
hasta una reflexión acerca del análisis como praxis, como intervención. La teoría
170
Ibid., p. 91.
por otros. Se descubre el efecto de la transferencia en el propio médico, la
desarrollo de la terapia.
Dentro de la propia serie de escritos técnicos que Freud publica entre 1911 y
1914, aunque éste último publicado en 1915, su trabajo toma una dirección
diferente.
conductas, pese a lo cual Freud sostendrá la pertinencia del método descrito, “el
médico saca a la luz las resistencias desconocidas del enfermo; tan pronto éstas
son vencidas el enfermo cuenta sin esfuerzo las situaciones y contextos olvidados.
radical con sus ideas previas, preservándose el lugar privilegiado que poseía la
171
S. Freud, Erinnern, Wiederholen und Durcharbeiten, Sta., Ergänzungsband, p. 207.
resistencia, no obstante con ésta de telón de fondo, se embarcará en una
una especie de automatismo que evade la recreación lingüística del recuerdo, “...el
no como recuerdo, sino como hecho, lo repite sin saber, naturalmente, que lo
repite.”172
simplemente observable por el analista, como tal inútil para la superación de las
172
Ibid., pp. 209-210. Posteriormente comenta, “por ejemplo: el analizado no cuenta el hecho de acordarse que
era terco e incrédulo frente a la autoridad de sus padres, sino se comporta de esa forma frente al médico,” ibid.
173
Ibid., pp. 210-211.
A renglón seguido señala la proporcionalidad directa entre resistencia y acting
out (agieren), mientras más importantes son las resistencias mayor la tendencia al
resistencias.
realidad, con la figura del analista. “La parte más decisiva del análisis se lleva a
todas las fuerzas psíquicas disponibles. La transferencia es, por lo tanto, el campo
de batalla en el que se deben de encontrar las fuerzas que luchan entre ellas.”175
transferencia consiste en la retirada de la líbido del sistema Bw, lo que quiere decir
idea del acting out, mecanismo por el que las ideas, al no volverse conscientes en
palabras hace que el paciente no pueda sino repetir las relaciones afectivas
esta serie que más satisfizo a Freud, tratará un tema no ajeno a los inicios de las
prácticas mesméricas y que tan de cerca tocó a compañeros suyos como Breuer o
Jung: el tipo de relación personal que se forma entre analista y paciente por medio
paciente hacia el médico como el medio del que se aprovecha la resistencia para
evitar la cura. Al respecto comenta: “ya he dejado entrever que la técnica analítica
176
E. Jones, op. cit., p. 340.
necesitada de afecto. La cura ha de ser llevada a cabo en abstinencia...”177 La
neurosis, tal y como comenta en Recordar, repetir y elaborar (1914). Sólo habría
acting out y podría relatar más abiertamente sus fantasías y recuerdos sin temor al
rechazo, sin ningún tipo de reparo hacia aquél a quien las dirige.
segundo lugar comenta cómo no nos referimos a una reacción nueva, ocasionada
por un auténtico encuentro, se trata, más bien, de una repetición de una situación
infantil.
El problema es que si, como había señalado, en la vida propia del paciente se
situación analítica. Así parece que finalmente no hay diferencia cualitativa, sino una
“...ceder, ha de quedar excluido. No importa cuánto valore este afecto, debe poner
por delante la posibilidad que tiene de hacer superar a su paciente una etapa
actuación.
enfermo busca una satisfacción sustitutoria en la figura propia del médico que le es
dada en la terapia. Ésta resulta ser una satisfacción más inmediata que el arduo
178
Ibid., pp. 227-8.
179
Ibid., p. 229.
trabajo de las resistencias, que la labor analítica en sí, ”el enfermo debe, en lo que
urgentemente manifiesta.”180
sensación de haberlo sabido siempre.’ Con ello la tarea analítica queda resuelta.”181
amor y su relación entre identificación (ser) y relación objetual (tener). Frente a los
previos.
180
S. Freud, Wege der psychoanalytischen Therapie, Sta., Ergänzungsband, p. 246.
181
S. Freud, Über fausse reconnaissance (‘déjà raconté’) während der psychoanalytischen Arbeit, Sta.,
Ergänzungsband, p. 238.
mismo, esto es, se ha vuelto como podría haber sido en las mejores y más
otro lugar, que estaba preparada en el enfermo y con ocasión del tratamiento
transferencia.”184
interrogantes que se planteaban sus precursores. Lo que Freud cree haber logrado
es una explicación del fenómeno, una elucidación de los mecanismos en los que se
182
S. Freud, Vorlesungen zur Einführung in die Psychoanalyse, op. cit., p. 419.
183
Ibid., p. 425. “...superamos la transferencia al mostrar al enfermo que sus sentimientos no proceden de la
situación actual y no son válidos en la persona del médico, sino que repiten lo que ya le había acontecido. De tal
manera le hacemos transformar su repetición en recuerdo. Entonces parece convertirse la transferencia, cariñosa
u hostil, en cualquier caso la mayor amenaza para la cura, en la mejor herramienta de la misma, con cuya ayuda
se dejan abrir las puertas más reservadas de la vida psíquica,” ibid., p. 427.
184
Ibid., p. 428.
encuentra envuelto, de tal manera que todo su sistema parece reducible a una
con inequívoca agudeza en base a su decir según el cual todos los hombres, de
palabras, otra cosa que la tendencia hacia la transferencia, de tal forma que la
podía decir lo que era la sugestíon propiamente y cómo se produce. Era para él
una asunción básica, de cuya procedencia no podía dar prueba alguna. No había
transferencia.”185 Es por ello que las elucubraciones finales de Freud han de estar
dado una solución definitiva al problema, sino que se encuentra con los fantasmas
de los que había creído librarse, “...al llamar indistintamente a la fuerza impulsora
185
Ibid., p. 429. “La sugestión directa es la sugestión dirigida contra la expresión del síntoma, lucha entre su
autoridad y los motivos de la enfermedad. Así no se preocupa de estos motivos, se exige simplemente del
enfermo que sus manifestaciones en forma de síntomas sean reprrimidas,” ibid., p. 431
186
Ibid., p. 414.
He aquí una de las características centrales de la transferencia en
elabora toda una teoría que pretende superar a ésta en cuanto soporte deductivo y,
la teoría del acting out en la práctica analítica y entendería ésta, no como una
forma inútil o residual en el tratamiento, sino como medio mismo de la cura. A partir
ahora que soslaya, no obstante, uno de los principios básicos del psicoanálisis
análisis genético.
Otro de los debates más agudos de este período sería el relativo al análisis
ejercicio del análisis. Lo único que debía ser dejado en manos médicas era la
En sus últimos años, antes de que el cáncer terminase con su vida, Freud
187
Parece que ya previamente había visto Freud las dificultades de alcanzar un término en la cura, en una carta de
1900 a Fliess admitiría, “comienzo a entender que la aparente falta de fin en la cura es algo regular y se debe a la
transferencia,” cit. en Sta., Ergänzungsband, p 355.
vida americano que se va apropiando de la Europa de entreguerras – la utopía
analítica a este tipo de exigencias. Sobre los análisis actuales comentará como “el
presente.
placer en función de unas pulsiones que no le eran propias, sino que se ubicaban
alteración del yo. “La misión terapéutica trata de liberar la líbido de sus
pues, la líbido del neurótico? Es fácil de encontrar; está asociada a los síntomas
teoría de las pulsiones efectuada en Más allá del principio de placer (1920), que
van más allá de los intereses concretos de este trabajo, pero no por ello dejan de
como modo de actuación, como acting out, como estratagema defensiva para la
190
S. Freud, Vorlesungen zur Einführung in die Psychoanalyse, op. cit., p. 436.
Desarrollo del Mecanismo Forma de Medio de
(1890-1905) Asociación
II Fase Introyección Resistencia Sentimiento
(1906-1914) (Ambivalencia)
III Fase Repetición Acting-out191 Amor
(1914-1939)
desplazamiento que ocurre por falsa asociación. Freud titubea acerca del carácter
191
El concepto de acting-out como tal es post-freudiano pero de aceptación generalizada por la dificultad de
traducir el agieren alemán al que Freud sí se refiere, como una 'puesta en acción', con el sentido de
representación teatral y el de acción. Así el autorizado diccionario de Laplanche y Pontalis entiende que ya que
la propia transferencia, en el sentido de reproducción, podría ser entendida como un 'llevar a la acción', no habría
diferencia entre la simple repetición del acting-out. “El término Agieren, como también el de «actuar», implica
un equívoco, que es el del propio pensamiento de Freud: éste confunde lo que, en la transferencia, es
actualización con el hecho de recurrir a la acción motriz, el cual no se halla necesariamente implicado por la
transferencia (véase: Transferencia, Acting out),” J. Laplanche y B. Pontalis, Diccionario de Psicoanálisis,
Barcelona, 1998. He utilizado también el término re-presentación para dar cuenta de esta circunstancia.
sugestión o de la hipnosis, evocando una representación en la mente del paciente,
figura del médico. En sus últimos escritos se profundiza aún más en el carácter
convierte en una representación más que entrar en juego con las preexistentes en
directa con lo que sucede en la terapia, sino que es la experiencia propia del
relación sintomática.
admisión de una compulsión a la repetición que permitiese dar cuenta del regreso
de lo inconsciente y de su efectuación en la actividad del paciente, la neurosis es
una repetición indeseada que sobreviene y que instaura una opacidad en su propio
parte de círculos científicos. Así Alfred Adler o Carl Jung modificarían áreas
Freud -así Sandor Ferenczi u Otto Rank-, y por parte de analistas que toman
representaba para el paciente un objeto introvertido, parte del superyó, dando lugar
Internacional (IPA), Jacques Lacan, un joven analista francés, se decantaría por las
ideas de Klein.194
idea del estadio del espejo el cual suponía, en el desarrollo del sujeto, una fase de
división que se corresponde con la que establecerá entre je, sujeto deseante,
vanguardia antes que a través de sus estudios médicos; influenciado por los
surrealistas, entre los que se encontraba su amigo Salvador Dalí. Éste utilizaría el
simple. Esta fusión de dos figuras en un sólo objeto será una de las vías abiertas
Las curas de tiempo variable en las que la duración del tratamiento quedaba a
de la IPA. Su desdén por las reglamentaciones técnicas hace que sea apartado de
194
“Así Lacan estaba de acuerdo con Melanie Klein sobre la necesidad, en la formación analítica, de acordar un
lugar primordial a la transferencia y no hacer del yo (moi) el lugar de una apropiación del ello,” ibid., p. 263.
195
Cit. en ibid., p. 55. No en vano el surrealismo será uno de los primeros movimientos que den total
reconocimiento a los descubrimientos freudianos acerca del inconsciente y la interpretación de los sueños. No es
de extrañar que en Francia ésta sea la vía más relevante, más que la clínica incluso, en la introducción del
pensamiento del vienés.
la misma y, a posteriori, la exclusión de la sección francesa a la que pertenecía. Se
producía así una dolorosa ruptura.196 Posteriormente, tras reunir a sus abundantes
del maestro. Es así que intentará una reformulación de los principios freudianos
sino más bien cercana a los postulados de Saussure en lingüística. Una ciencia
discurso de Roma: “sus medios son los de la palabra en tanto que ella confiere a
tanto que campo de la realidad transindividual del sujeto, sus operaciones son las
199
J. Lacan, Le Séminaire VIII. Le Transfert, París, 1991, p. 123.
200
J. Lacan, “Fonction et champ de la parole et du langage en psychanalyse”, Écrits, París, 1966, p. 257. (cursiva
añadida). La importancia de la fenomenología del lenguaje como única vía de acceso al inconsciente es apuntada
también en este texto: “Se quiera agente de curación, de formación o de sondeo, el psicoanálisis no posee sino un
medio: la palabra del paciente,” ibid., p. 247. No obstante para Lacan más que de un método fenomenológico de
acercamiento, se trata de un constituyente esencial, el valor propio del significante, sobre este tema inciden
también dos textos fundamentales “La chose freudienne” y “La lettre volée”, ambos de mediados de los cincuenta
e incluídos en su colección de Écrits.
la significante y la del significado deslizándose ésta última bajo la cadena
significado.
S
s
sólo hace de signo para alguien sino que hace un signo de alguien, “hace(r) que el
alguien para quien el signo designa alguna cosa, sea asimilado por ese signo, que
manera que un significante no representa algo para alguien, sino que es el propio
relación idiosincrásica entre significantes que los une de una forma singular, dando
-atómico, indivisible.
Así pues las primeras cuatro características serían semióticas, dando lugar a
metonimia del deseo. Los significantes intentan inútilmente dar lugar al deseo que
no es sino ausencia y que no posee otra forma de expresión más que la lingüística.
es el medio singular a la vez que inadecuado de expresión del deseo, es así que
como medio de comunicación, del cual sólo el Otro guarda la clave, la instancia
alguien.
entender la relación con el otro desde dicha mediación personal, el Otro.203 Parece,
202
J. Lacan “Télévision”, Scilicet, 1974, p. 15.
203
La formulación del Otro se presentaba ya en Massenpsychologie und Ich Analyse (1921), Sta., IX, donde
Freud se refería al Otro en mayúscula como ideal, objeto y adversario.
pues, que nunca se está directamente en relación con el otro fenoménico sino a
través de una tercera figura que es el campo propio de la palabra, donde ésta se
instancias indicadas por Freud la presencia del otro (autre). De tal forma el moi
sería la instancia yoica, el Es el lugar de las pulsiones y el Autre, el lugar del Otro,
de la ley simbólica.
De esta forma el ello (Es) es el único que, en función del principio de placer, de
éste otro no se relaciona con la instancia del yo (moi) sino a través de una relación
producen en el ello, como articulador del deseo de acuerdo con el código que
del Otro. Se produce una reducción de la importancia del otro en favor del carácter
persona del analista? Sin duda el análisis muestra la incardinación de una relación
interpretación.
Para dar una definición acotada del fenómeno transferencial como fenómeno
lingüístico antes que imaginario, Lacan desarrolla la fórmula del sujet supposé
S Sq
s (S1, S2...... Sn)
204
J. Lacan, “Situation de la psychanalyse et formation du psychanalyste en 1956”, Écrits, op. cit., p. 472.
También señalará como la transferencia es, precisamente, la refutación de intersubjetividad alguna. “Me asombra
que nadie nunca haya pensado oponerme, dados ciertos términos de mi doctrina, que la transferencia por si sola
es una objeción a la intersubjetividad. Incluso lo lamento, ya que nada es más cierto: la refuta, es su escollo,” J.
Lacan, “Proposition du 9 octobre de 1967 sur le psychanalyste d’École”, Scilicet, 1968.
205
J. Lacan, “La direction de la cure et les principes de son pouvoir”, Écrits, op. cit., p. 618.
“S es el significante de la transferencia, s representa el sujeto, los elementos
Otro, al campo del lenguaje, donde el sujeto está puesto en relación con dos
significantes, es articulado.
creación en el análisis por la actuación del analista sobre la cadena significante del
cuerpo era recortado por nuestras ideas acerca del mismo, Lacan hará del síntoma
una metáfora, volviéndolo significante. Ésta es la tarea del sujeto supuesto saber,
El sujeto supuesto saber no se refiere tanto al analista como aquél que sabe lo
que le ocurre al analizante, sino a una creación que se produce entre el texto
analista. El sujeto supuesto saber se compone de una subjetividad (s), tal como la
206
J. Lacan, “Proposition du 9 octobre de 1967 sur le psychanalyste d’École”, op. cit., p. 19.
significante para otro signficante, puesto debajo –supuesto- con un saber, con una
debajo del significante, cobrando una posición subjetiva. Este Sq es lo que permite
como único tipo de sentido. El Sq, tras desvelar el contenido supuesto bajo el
transferencia (S), el sujeto es supuesto por dicho significante, lo que hay que
sujeto del deseo ($) como representante de un significante para otro significante.
207
Un caso ejemplar es el de Elizabeth R. tratado por Freud en sus Studien über Hysterie, op. cit. Se trata de una
paciente que sufre dolores en sus piernas que le obligan a estar postrada. Las indagaciones de Freud le hacen
llegar primeramente a la existencia de una incompatibilidad de dos representaciones de la paciente. Por un lado
se encarga de cuidar a su padre enfermo, por otro lado comienza a desarrollar cierto interés en un joven que la
invita a salir. Si bien entre sus representaciones está el deber de cuidado de su padre, su posición subjetiva como
‘enfermera del padre’, también surge una nueva representación erótica ‘mujer de un hombre’, que resulta
incompatible con su primera representación. Al anteponer su deber como cuidadora, que no resulta conciliable
con su segunda representación, ésta va a ser reprimida, pero se manifiesta en un significante que en su caso
pasará a ser el vocablo alemán ‘stehen’, pues cuando murió su padre estaba de pie. El significante ‘stehen’ va a
condensar las dos posiciones irreconciliables. Bajo el significante ‘stehen’ se encuentran para Elizabeth el saber
(S1,S2…Sn) de pie, pero también sola. El síntoma es neoproducido, es asociado a la cadena significante en la
que Elizabeth representa un significante para otro significante y que ella rechaza inconscientemente, creando un
síntoma, por entenderlo censurable.
S1 Enfermera del Padre S2 Mujer de un Hombre
$
La nueva posición subjetiva tras el análisis ha de conseguir que Elizabeth como representante de un significante
para otro significante, retome el significante S2 como lo que es, su deseo y elimine el síntoma asociado a su
represión, a la alienación de su deseo. Que el deseo del Otro no eclipse su propio deseo, que el agente de la
necesaria división subjetiva sea su representación S1 y no el síntoma que surge como negación de ésta.
división por un par de significantes que no designan al sujeto, lo contrario sería
de sentido del síntoma, al ser revelado dicho significante, al volverse del lado de lo
de la cura, tras la rectificación de las relaciones del sujeto con la realidad, donde se
preocupación básica del analizante, ésta se desplaza a la propia figura del analista.
supuesto saber.
negativos con lo que este término comporta de vago y de velado, sino que se trata,
y aquí se nombra el deseo probado por sólo uno, deseo sexual, deseo agresivo en
el sitio del análisis, que nos aparecerá enseguida y a primera vista. Estos deseos
ser definida por otras cosas que por referencias más o menos confusas a la noción
palabra deseo, el último beneficio de este uso pleno es que nos preguntaremos
intersubjetivo, por el deseo que es subjetivo y que pone al sujeto en relación con un
dirigirá mediante las pulsiones. Así el aspecto afectivo es suplantado por una
relación pulsional del sujeto con el objeto y así procedimentalizado antes que
Para clarificar el alcance del deseo Lacan habrá de retomar las nociones de
significante por encima del significado, es decir, del signo en tanto signo.
208
VI, p. 10.
Este grafo posee un carácter topológico y no geométrico, las relaciones son de
sólo de un objeto, sino de una posición que toma el sujeto en su presencia, por
fuera incluso, de forma excéntrica, con respecto a dicho objeto, de tal forma que no
se agotan las posibles formas de relacionarse con éste, siempre asumidas desde
una posición subjetiva. El deseo es polimorfo y sitúa al sujeto con respecto del
I)
posteriori, tras la proferencia del enunciado completo, de ahí la dirección del vector
Δ$. 210
II)
cadena significante. Éste se obtiene desde el lugar del código (A), el lugar del Otro
210
“En este grafo el vector Δ$ designa la realidad que se imagina en el esquema etiológico de la vuelta de la
necesidad,” Ibid.
menos simbólicamente, el carácter fundamentalmente insoluble de la demanda
como tal.”211
El lugar del código es ocupado, según Lacan, por el Otro (A) en cuyo campo
surge el lenguaje como fenómeno transindividual, a cuyo código tiene que atenerse
toda cadena de significantes para convertirse en mensaje. “Es del Otro (Autre) de
quien el sujeto recibe el mensaje.”212 El mensaje, antes de llegar al sujeto pasa por
la instancia del Otro, pues se posiciona como sujeto del inconsciente ($), como
encuentra con el Otro (A). Pasa del Otro a un significado s(A) donde la significación
acaba recibiendo su propio mensaje mediado como ideal de yo I(A), como sujeto
transido por la necesaria relación con el Otro en el discurso. El sujeto consigue así
una primera identificación, con su ideal de yo I(A), con lo que dice. Como vemos la
Dentro del grafo existen dos posibilidades de discurso, el que seguiría el vector
s(A),A,i(a),m, que supone el discurso racional limitado por los valores posibles del
objeto a.
III)
inconsciente como puesta en cuestión del discurso, como articulación del deseo
(Che vuoi?), está contenida en el texto mediante aquéllo que el sujeto desea y que
sujeto para poner en juego su deseo que es de otro registro, pero que ha de
fantasma, como realidad psíquica del sujeto, recorrida por sus fantasías, supone
una relación desigual entre el sujeto del inconsciente y el objeto a, transida por los
IV)
corta el grafo de izquierda a derecha, el segundo piso del grafo, donde se produce
214
Ibid., p. 617.
la transferencia. La transferencia sólo es comprensible remitiendo al registro
pulsión ($◊D) dirigida hacia el significante que representa el deseo del Otro S(A), el
significante que tacha al Otro por hacerlo deseante. De esta manera se instituye,
en el segundo nivel del grafo, el deseo como deseo del Otro que, mediante el
215
Ibid., p. 636.
216
Ibid., p. 823.
señal de que tenemos derecho de operar con los signos. Es allí donde surge el
privilegio del falo entre todos los significantes.217
217
VIII, 16.
218
I, p. 349.
Lacan distinguirá en seminarios posteriores tres parcelas del ser: lo real, lo
situación el analista, con su silencio, pone en juego el Otro del sujeto, “existe en el
Freud. “¿A qué llama Freud Übertragung? Es, dice, el fenómeno constituido por el
hecho de que no existe traducción directa posible para un cierto deseo reprimido
219
I, p. 404.
220
I, p. 354.
Entre 1960 y 1961 Lacan hará de la transferencia objeto de su octavo
Desarrolla, pues, las ideas de esta última fase que encontrábamos en Recordar,
relación del paciente con el Otro que pone en juego el analista. El Banquete no
que es en ésta escena misma donde se pone en juego amor y deseo en las figuras
manifiesto sino una falta (manque) fundamental que se intenta resarcir en el otro,
amor entre erômenós y érastés amado y amante. “Entre estos dos términos que
coincidencia. Aquello que le falta a uno no es sino lo que hay oculto en el otro. He
ahí toda la problemática del amor.”222 Este objeto oculto que el amante cree ver en
221
Lacan resalta uno de los tres aspectos que se relacionan con la transferencia, junto con el inconsciente y la
pulsión, la repetición. “Os he recordado siempre que hay que partir del hecho de que la transferencia, en último
término, es el automatismo de repetición. Es por ello que si desde el comienzo del año no os he hecho seguir sino
los detalles del movimiento del Banquete de Platón, donde no se trata sino del amor, es, evidentemente, para
introduciros en la transferencia por otro extremo. Se trata de anudar ahora estas dos vías,” VIII, p. 204.
222
VIII, p. 53. Acerca del complejo carácter de introducir el amor dentro de una práctica señala cómo “Es
notable que el saber del inconsciente se haya revelado, se haya construido —tal es el valor de ese librito, su único
valor además, pero justifica comprarlo—, la verdad del inconsciente, es decir, la revelación del inconsciente
como saber, esa revelación del inconsciente se haya hecho de manera tal que la verdad del amor, o sea la
el amado es agalma, objeto precioso, del que el amado no conoce su posesión y
Lacan trata así uno de los temas suscitados por Freud ¿En qué se diferencia
falta original viene dada por la castración, que supone la negación del seno
vista de la reflexión analítica por haber introducido en ella, como una dimensión
identificación con Dios lo que desea Alcibíades, sino ese objeto único, esa cosa
que ha visto en Sócrates y sobre la que Sócrates le desvía, porque Sócrates sabe
que él no la tiene. (...) Pero Alcibíades, él, aigue deseando la misma cosa. Lo que
busca en Agatón es, no lo duden, ese mismo punto supremo donde el sujeto se
transferencia, no hizo allí más que irrupción. Llegó en segundo lugar. Y nunca se supo bien hacerla volver a
entrar, salvo bajo la forma del malentendido, de la cosa imprevista, de la cosa con la que no se sabe qué hacer,
salvo decir que era preciso reducirla, incluso liquidarla. Esta observación por si sola justifica que un pequeño
libro sepa hacerla valer, porque además es necesario compenetrarse de esto: que de la experiencia analítica, la
transferencia es lo que ella expulsa, lo que ella no puede soportar sino padeciendo por su causa fuertes dolores de
estómago,” XXI, p. 156.
223
“el milagro del amor se realiza en él (el amado), en tanto él deviene el deseante,” VIII, p. 188.
224
VIII, p. 82.
abole en el fantasma, en sus agalmata.”225 Los agalmata los interpreta Lacan como
objeto del amor tierno en posición de ideal, como recipiente de un amor sensual o
bien como objeto degradado, como caída desde el ideal. Es como tal objeto
sustituto imperfecto del Otro (la caída del Autre al a). Esta pequeña a, este
pequeño objeto, “...es supravalorado. Y es, en tanto que supravalorado, que tiene
cosa más que sujetos sometidos al deslizamiento infinito del significante. Hace de
225
VIII, p. 190.
226
VIII, p. 203.
La transferencia se sitúa, de un lado, como repetición y, de otro, como
del deseo, más acá del amor, ”...hay fenómenos psíquicos que se producen, se
desarrollan, se construyen, para ser entendidos, justamente por ese Otro que está
ahí mismo aunque no se sepa. Incluso si no se sabe que están ahí para ser
entendidos, están ahí para ser entendidos y para ser entendidos por un Otro.”227
requiere de otro que la escuche para que adquiera sentido. El sentido, por tanto, es
una cuestión más allá de la palabra emitida, se refiere al Otro, a su campo. “¿qué
qué? Se dirige a ese Otro que entiende...” Aquí surge la demanda primera de ser
227
VIII, p. 208.
228
VIII, p. 239.
defecar con la demanda externa de retener, así “el estado anal se caracteriza
por la emergencia del significante fálico y por la castración. Según Lacan, el falo,
como significante, se encuentra en el campo del Otro, así “el pequeño a es el gran
Otro menos [φ]”230 El objeto de deseo se instaura a partir de la falta en el Otro, del
pero un significante con una característica muy especial, “...es el significante del
punto donde falta el significante,”231 donde lo simbólico se entronca con lo real, con
la falta y con la realidad del falo. A su vez esta ausencia de significante la simboliza
Lacan con el símbolo Φ, garante de la cadena significante, “lo que nos da el signo
última instancia.
Es ahí, como presencia real, donde se sitúa la figura del analista. En cuanto
229
VIII, p. 241. Así contiúa con su descripción de las fijaciones del estado anal , “descansa completamente sobre
el efecto de la demanda del Otro – el Otro decide. Es aquí donde encontramos la raíz de la dependencia del
neurótico. Ahí está la nota sensible por la que el deseo del neurótico se caracteriza como pre-genital. Depende
tanto de la demanda del Otro, que aquello que el neurótico demanda al Otro en su demanda de amor de neurótico
es que se le deje hacer alguna cosa.(...) El lugar del deseo queda manifiestamente, hasta un cierto punto, en la
dependencia de la demanda del Otro,” VIII, p. 257.
230
VIII, p. 259.
231
VIII, p. 260.
232
VIII, p. 286.
233
VIII, p. 274 (énfasis mío).
Figura 1.14. Esquema del ramillete.
yo, y su conversión en objeto a, para ello habrá de analizar las relaciones entre el
Para explicar la posición del sujeto $ con respecto al Otro (A) y en relación a
su ideal de yo (I), yo ideal (i), y su deseo (a), elabora el esquema del ramillete. El
sujeto al mirar en el espejo del Otro ve aparecer una imagen especular, su yo ideal
encuentra algo más de lo que es, su yo ideal, “el Otro es aquí parte únicamente
234
VIII, p. 412
La función del ideal de yo preserva la del yo ideal, ese yo ideal que intenta dar
octavo seminario con respecto a la transferencia, pero pondrá ésta en relación con
como aquel a quien alguien se dirige. Es con respecto a este Otro como el sujeto
reconocimiento, deseo de amor, que es deseo de deseo. Así lo resumirá Lacan: ‘el
según Lacan, son de un tipo muy especial, son pulsiones parciales. La pulsión crea
Pues la presencia del sexo en lo vivo está ligada a la muerte.”237 Las pulsiones
pulsión regresa al sujeto en forma de placer. “Si la pulsión puede ser satisfecha sin
forma, si el objeto a239 es el fin último del deseo, un objeto que es falta, sustituto, y
que permite, por ello, una representación polimorfa pero siempre imperfecta, el
Ello según la tópica freudiana (Ichtriebe), amarse sucede siempre a través del otro.
campo del Otro. El Otro es el que propicia el nacimiento del lenguaje en el sujeto y
237
XI, pp. 161-2. Hay numerosas referencias por parte de Lacan a la muerte y su relación con la sexualidad como
fuente y mecanismo de perpetuación de la vida. Parece retomar, de alguna forma así, las ideas tardías de Freud
acerca de una pulsión de muerte.
238
XI, p. 163.
239
“...introducido por el hecho de que ningún alimento satifacerá jamás la pulsión oral...”, XI, p. 164
Recordemos que la fase oral es, según Freud, la primera etapa del desarrollo sexual del neonato y que prefigura,
en cierto modo, los objetos de placer y las estrategias de su consecución.
es así el portador del código por lo que es requerido por el significante en la
articulación del mensaje. “El sujeto nació en tanto que en el campo del Otro surgió
el significante.”240
división (Spaltung) que Freud reiteraría a lo largo de sus tópicas, “la alienación
consiste en este velo, que -...- condena al sujeto a no aparecer sino en esta
alienación.
convierte en obstáculo:
...la transferencia no es, en su naturaleza, la sombra de alguna cosa que haya sido
previamente vivida. Muy al contrario, el sujeto, en tanto asubjetivado por el deseo
del analista quiere mostrarle la equivocación de esa asubjetivación, haciéndose
amar por él, proponiéndole él mismo esa falsedad esencial que es el amor. El
efecto de la transferencia es este efecto de engaño en tanto que se repite
actualmente aquí y ahora.242
Este amor que pone en juego una falta, sustitutivo imperfecto de una condición
simbólico.
sujeto sólo para hacerle encontrarse con el objeto a, “te amo, pero porque
inexplicablemente amo algo más que tú- el pequeño objeto a, te mutilo.”243 En esta
el deseo del analista y aquello que le reenvía ahí. Y por esta vía, aisla la a, la pone
diálogo mismo uno debe registrar sólo lo que el otro transmite en su pura función
significante, no hay que tener en cuenta aquello que el otro es, como presencia,
auténtico como el del paciente, tan presente como éste. El deseo del analista será
la función que haga aparcer al deseo tal como éste es, como deseo del otro. Se
243
XI, p. 241.
244
XI, p. 245.
245
XI, p. 229.
246
XI, p. 201.
conjugan las dos voluntades que comentaban Faría y Puységur, la del
analista que es, como todo deseo, el deseo del otro. Ahí radica su colusión, su
transferencia. Y también hay mucha razón para no llamarla sino así, me parece
bien. No es el amor, pero sí el amor en el sentido ordinario. El amor tal como uno
se lo imagina.”247
Clausewitz, ésta coincidirá con la política, las decisiones del psicoanalista que
inscripción, como muerto, como ausencia, que como tal permite su rectificación.
Es así como se ponen en juego los sentimientos tiernos hacia éste, el ideal,
247
XXI, p. 236.
De acuerdo con Lacan lo único que se pone en juego en el análisis son dos
que produce la neurosis son identificaciones que están inscritas, que poseen su
niño con su medio, éste va a tener que atravesar el camino que lo lleva a su
subjetiva. Una posición que está relacionada con el otro en cuanto objeto de la
campo ajeno al sujeto, en tanto su posición es aún dependiente. Por supuesto esa
pero no una falta no vivida como ausencia, como angustia, sino como modalidad
Así, la transferencia vendría definida con respecto a este modelo por dos
vectores que conjugan los dos tipos de relaciones objetales como fantasma,
relación con el objeto del deseo y la angustia del lado de la separación, así como
resto se produce el afecto. Por otro lado, estaría la transferencia del ideal como
248
Se trata de las quejas de ser abandonado, no querido, todas jugadas desde una posición pasiva, desde un ser
para otro.
sujeto supuesto saber que se jugaría al nivel simbólico. Se trata de una explicación
transferencia del objeto a en cuanto objeto básico del deseo, causa del deseo,
como objeto inalcanzable por ser efecto de la constitución como ser humano, y el
ideal de yo.
idealizadas del sujeto. Así se constituye el amor como repetición de cierto engaño.
muestra su cuarto y último grafo del deseo, relacionada con el ideal de yo,
causa del deseo. De esta forma se relaciona con la angustia que produce el
objetos.
Si bien la intervención como táctica produce una mera repetición, es en el
transferencia
Magnetismo Fluido Relación Sentimiento
(1890-1905) Asociación
(1906-1914) (Ambivalencia)
(1914-1939)
(Ideal) (Angustia)
representación.
249
Un ejemplo de la relación primera que obtuvo el psicoanálisis con la neurología lo podemos encontrar en
Jelliffe, S.E., “The influence of psychoanalysis on neurology”, Psychoanalytic Quarterly, 9, 1940, pp. 214-215.
Hay que recordar el pasado del propio Freud como neurólogo y cómo una primera generación de psicoanalistas
aún se encontraba influenciada por sus estudios médicos fisiológicos.
pacientes con lesiones cerebrales, correlacionando fenómenos neurocientíficos y
el estudio de dichos pacientes tal como hizo la neurociencia clásica desde Charcot.
perífrasis antes que la utilización del término mente que por su forma sustantiva
250
M. Solms “Preliminaries for an integration of psychoanalysis and neuroscience”, British Psychoanalytic
Society Bulletin 34(9), 1998, pp. 23-38. “Lo que se necesita es un método por medio del cual una misma cosa
pueda ser estudiada simultáneamente desde perspectivas psicoanalíticas y neurocientíficas, de tal modo que se
pueda estar seguro de que las dos series de observaciones (y los informes teóricos resultantes) se refieren a la
misma porción de realidad. Sólo así se pueden conectar las dos teorías en realidad antes que en palabras,” M.
Solms y O. Turnbull, op. cit., p. 307
251
http://www.neuro-psa.org.uk
252
http://www.aperturas.org
253
S.M. Kosslyn “Freud returns?”, R.L. Solso y D.W. Massarro (eds.), The Science of the Mind: 2001 and
beyond, Nueva York, 1995, p. 105.
254
F.M. Levin y E.W. Kent, “Psychoananlysis and knowledge: Part 2. The special relationship between
psychoanalytic transference, similarity judgment, and the priming of memory”, Annual of Psychoanalysis, 50,
1995, pp. 117-130. “En otras palabras, algunos sucesos pasados almacenados en el cerebro son recuperados
principalmente sólo cuando parte de la experiencia original que los creó, recurre,” p. 119.
posibilitando relacionar la representación, en el sentido de experiencia
ablación del clítoris. La terapia hoy la libera de estos dos extremos, si bien el
255
J.L. Hadley, “The Representational System: A Bridging Concept for Psychoanalysis and Neurophysiology”,
International Review of Psychoanalysis, 10, 1983 pp. 13-30. Aquí se sitúa el concepto de representación
relacionado con la teoría de la información y de su producción como desviación de la aleatoriedad. Cf. M.F.
Basch, “Psychoanalysis and communication science”, Annual of Psychoanalysis, 4, 1976, pp. 385-421.
256
Los antecedentes del estudio ‘experimental’ de la mente surgen de hecho de la mutilación y las lesiones del
cerebro. De igual importancia me parece resaltar las más que cuestionables técnicas de manipulación sobre
animales, convertidos en cobayas, desprovistos teóricamente de sentimientos cf. J. Panksepp, “Affective
consciousness: Core emotional feelings in animals and humans”, Consciousness and Cognition, 14, 2005, pp.
30-80. Desde luego no parece exagerado plantear la filiación de las técnicas experimentales basadas en la
manipulación. Un ejemplo de dichas técnicas intrusivas son las técnicas leucotómicas practicadas con cierta
asiduidad hasta mediados del siglo pasado. Los pacientes dejaban de experimentar sus dolencias pero a cambio
de erradicar la capacidad autónoma de orientar sus decisiones y voliciones, evitando el dolor por medio de un
estado de amortiguamiento generalizado de todas las facultades.
Figura 2.1. David Hockney - Kasmin Los Angeles 28th March 1982. Esta composición de polaroid nos
da una idea de cómo la percepción podría darse sin una centralización de los diversas reuniones de
células que completan nuestra visión.
2.1. Introducción: Inconsciente, Percepción y Aprendizaje
lugar motivacional por excelencia de donde surgen los deseos del sujeto, resulta
procesal, y su resilencia.
aforismo del modelo estructural desarrollado en los años veinte por Freud. En esta
que diferenciaba también tres instancias (yo, ello, superyo). Dentro de este modelo
257
Cf. D.J. Stein (ed.), Cognitive Science and the Unconscious, Washington, 1997. La formalización del
inconsciente también ha venido del estudio de mecanismos implícitos, cf. A.R. Reber, Implicit learning and tacit
knowledge: An essay on the cognitive unconscious, Nueva York, 1993. No obstante, se alzan voces que sostienen
la diferencia entre los dos conceptos, inconsciente cognitivo y psicoanalítico. J.F. Kihlstrom, “The cognitive
unconscious”, Science, 237, 1987, pp. 1445-1452. J.F. Kihlstrom, “The psychological unconscious”, L.R. Pervin
y O. John (eds.), Handbook of personality, Nueva York, 1999. Desde la perspectiva opuesta cf. S. Epstein,
“Integration of the Cognitive and the Psychodynamic Unconscious”, American Psychologist , 49, 1994, pp. 709-
24, o H. Shevrin, J.A. Bond, L.A. Brakel, R.K. Hertel y W.J. Williams, Conscious and Unconscious Processes:
Psychodynamic, cognitive and neurophysiological convergences, Nueva York, 1996.
conflictual, psicodinámico, el inconsciente dejaba por un lado su lugar al ello, y por
parte bajo control del sujeto, su conciencia, su yo, sobre aspectos inaceptables,
incorporado. Por ello resulta tan arduo inhibir la ansiedad y otros estados una vez
que se producen; al córtex le es muy difícil actuar sobre la amígdala. Dicho proceso
capaz de alterar no sólo las pautas de procesamiento consciente, sino también los
pues las pautas a alterar tienen un nivel de codificación diverso, se vuelven cuerpo.
en forzarle a producir símbolos. Ésta era la forma de crear algún punto de apoyo
representarlos.
259
Así sucedía en la primera tópica freudiana que distinguía entre diversos niveles de activación, entre
consciente, preconsciente e inconsciente y subrayaba la posibilidad de emergencia y recuperación de ciertos
procesamiento conexionista no simbólico la relación entre los diferentes estados de
de registro.
diferencia en los procesos habría que buscar la diferencia en el estilo. Así comenta
con las modalidades de procesamiento que llevan a cabo los dos hemisferios del
parte, otorga coherencia a los inputs que se procesan tanto en dicho hemisferio
interconectividad hemisférica.265
262
M.S.Gazzaniga, “The Split Brain Revisited”, Scientific American 279(5), 1998, pp. 50-55.
263
D.F. Watt, “Transference –A Right Hemisphere Event?: The Boundary Between Psychoanalytic
Metapsychology and Neuropsychology”, Psychoanalysis and Contemporary Thought, 9(1), 1986, pp. 43-77. R.
Joseph, The right brain and the unconscious: Discovering the stranger within, Nueva York, 1992. J.T.
MacLaughlin, “Primary and secondary processes in the context of cerebral hemispheric specialization”,
Psychoanalytic Quarterly, 47, 1978, pp. 237-266.
264
M.S. Gazzaniga, “Consciousness and the cerebral hemispheres”, M.S. Gazzaniga (ed.), The Cognitive
Neurosciences, Boston, 1995, pp. 1391-1400.
265
F. Aboitiz, J. López y J. Montiel, “Long distance communication in the human brain: timing constraints for
inter-hemispheric synchrony and the origin of brain lateralization”, Biological Research, 36(1), 2003. F. Aboitiz
y A. Ide, “Anatomical asymmetries in language-related cortex and their relation to callosal function”, E. Stemmer
y H. Whitaker (eds.), Handbook of Neurolinguistics, Nueva York, 1998.
labor en la regulación homeostática y emocional lo asemejaría al inconsciente
freudiano.266
Tanto los sueños como la memoria autobiográfica, dos vías regias de la terapia,
ocurre con pistas de tipo emocional y con la imagen del cuerpo (estereognosis) que
relación estructural con la amígdala y otras áreas del denominado sistema límbico.
el inconsciente,271 sino que tendría que ver más con la dinámica hemisférica, con la
objetos y palabras.
del hemisferio izquierdo conlleva que tras ver un objeto el individuo es capaz de
270
F.M. Levin, Psyche and Brain. The biology of talking cures, Madison, 2003.
271
M. Solms, “The Deep Psychological Functions of the Right Cerebral Hemisphere”, Bulletin of the British
Psycho-Analytic Society, 25(1), pp. 9-29.
272
D.F. Watt “Higher Cortical Functions and the Ego:Explorations of the Boundary Between Behavioral
Neurology, Neuropsychology, and Psychoanalysis”, Psychoanalytic Psychology, (7)4, 1990, p. 519.
acción, pero sin representación. A nivel ontogenético el hemisferio derecho
una parte no seguiría este camino, dando cuenta de la 'amnesia infantil' a que se
registro de las circunstancias que dieron lugar a éstas. Existe así mismo una
273
C. Chiron et al., “The right brain hemisphere is dominant in human infants”, Brain, 120, 1997, pp. 1057-1065.
274
R.J. Davidson, “Cerebral asymmetry, emotion, and affective style”, R.J. Davidson y K. Hugdahl (eds.), Brain
asymmetry, Massachusetts, 1995. R.J. Davidson, P. Ekman, C.D. Saron, J.A. Sennulis, y W.V.
Friesen, “Approach withdrawal and cerebral asymmetry: Emotional expression and Brain Physiology”, Journal of
Personality and Social Psychology, 58(2), 1990, pp. 330-341.T. Canli, “Hemispheric asymmetry in the
experience of emotion: a perspective from functional imaging”, The Neuroscientist, 5, 1999, pp. 201-207. Otros
autores señalan la función global que poseerían las emociones y cómo las zonas corticales no pueden en sí definir
las emociones D.F. Watt, “Emotion, Cognitive Neuroscience and Consciousness Studies: Is Emotion Really One
of Easy Problems?” On Line Web Seminar at the University Of Arizona, 1998.
http://www.consciousness.arizona.edu./emotion.html. Así mismo se ha señalado cómo la estimulación de áreas
subcorticales contribuye más a la producción de afectos que las áreas corticales y cómo las pruebas de PET y
fMRI tienden a sobrerepresentar el cortex, por ser el área metabólica más activa, cf. J. Panksepp, Affective
Neuroscience, Oxford, 1998.
275
“Tanto el momento actual de la experiencia como a la hora de recordar cada percepción tanto de objetos como
de conceptos éstas están unidas asociativamente de forma consciente o inconsciente con un sentimiento, en el
sentido de un sistema de relaciones afectivo-cognitivo,” D. Bürgin, “Einleitung”, M. Koukkou, M. Leuzinger-
Bohleber y W. Mertens (eds.), Erinnerung von Wirklichkeiten. Psychoanalyse und Neurowissenschaften im
Dialog, Stuttgart, 1998, p. 40.
mantenimiento de la especie antes que el individuo y cómo esta premisa evolutiva
atravesaba al propio sujeto. En este mismo sentido, las emociones poseían una
supervivencia, tales como la respiración o el pulso, así como los ganglios basales o
incluso en las fases REM del sueño, formarían un primer nivel de nuestro cerebro,
276
Existen autores, como B. van der Kolk, que sostienen la importancia de las áreas no verbales del cerebro
(amígdala, hipotálamo e hipocampo) y su relación con la somatización en especial en casos de estrés
postraumático. De este modo el cuerpo estaría mucho más relacionado con las respuestas emocionales que con
nuestros mecanismos conscientes. Cf. B. van der Kolk, “The Body Keeps the Score: Memory and the Emerging
Psychobiology of post traumatic stress”, Harvard Review of Psychiatry, 1, 1994, pp. 253-265. Una muestra más
del embodiment y lo que resulta más importante, estos procesos sobre los que Freud hizo tanto hincapié y que se
sitúan por fuera de la conciencia. Así van der Kolk subraya la hipervaloración de los mecanismos cognitivos
frente a otros motores y emocionales más antiguos.
277
P.D. MacLean, The Triune Brain in Evolution: Role in Paleocerebral Functions, Nueva York, 1990. Las
relaciones entre esta figura triuna y toda una variedad de ideas místicas y esotéricas no han faltado. La propia
formulación del título por parte del autor sin duda ha ayudado. Por poner un referente más laico, aunque
probablemente no más científico, podríamos referirnos a la división tripartita que llevaron a cabo de las
funciones humanas Platón y Aristóteles. La idea de un alma sensitiva, vegetativa y racional quizás no andase tan
mal encaminada como pareciese. Tal como señalaba MacLean “Considerado a la luz de la psicología freudiana,
el cerebro visceral poseería muchos de los atributos del Ello,” cit. en J.E. Ledoux, op. cit., p. 96. Incluso
MacLean se atrevía con una comparación de su modelo con las fases de la migración de la líbido descritas por
Freud en sus trabajos sobre la sexualidad infantil. Pese a su valor descriptivo heurístico las críticas al modelo de
Maclean han sido bastante importantes, en especial el supuesto papel del hipocampo dentro del sistema límbico.
Las críticas al modelo de MacLean en relación al hipocampo se encuentran en J. O'Keefe y L. Nadel, The
hippocamus as a cognitive map, Oxford, 1978.
emoción y, a nivel comportamental, en ciertas conductas relativas al cuidado de la
los ganglios basales y la amígdala, esta maduración tardía del hipocampo, pieza
278
W.J. Jacobs y L. Nadel, “Stress-induced recovery of fears and phobias”, Psychological Review, 92, 1985, pp.
512-531. Los autores señalan cómo el hipocampo, al madurar después del sistema capaz de aprender a responder
a ciertos estímulos que provocan respuestas de miedo, impide la existencia de las pistas mnésicas de dichos
eventos condicionantes. “Así parece dudoso que sucesos traumáticos antes de los dos años se vuelvan parte de
nuestro sistema de memoria consciente autobiográfica, pese a que estos eventos sigan ejerciendo una influencia
en el comportamiento en los años sucesivos,” I.M. Cordón, M.-E. Pipe, L. Sayfan, A. Melinder, y G.S.
Goodman, “Memory for traumatic experiences in early childhood”, Developmental Review, 24, 2004, p. 122.
Joseph ha demostrado igualmente como el período de amnesia infantil puede verse retrasado de los 3-4 años a los
6 en casos de maltratos o abusos a niños, R. Joseph, “Emotional trauma & childhood amnesia”, Journal of
Consciousness & Emotion, 4(2), 2003, pp 151-178.
279
A.N. Schore, “The effects of a secure attachment relationship on right brain development, affect regulation,
and infant health”, Infant Mental Health Journal, 22, 2001, pp. 7-66.
El inconsciente cognitivo es abordado por Piaget como estructura del
pensamiento, como proceso antes que como producto final. Así ocurre con los
niños que no son conscientes de las acciones que son capaces de llevar a cabo.
la psicología cognitiva.
como efecto de dicho tipo de procesamiento básico con una base neurobiológica y
280
J. Piaget, “The affective unconscious and the cognitive unconscious”, Journal of the American
Psychoanalytical Association, 21, 1973, p. 256.
281
Piaget señala cómo “...no sabe nada del mecanismo interno que dirige su pensamiento,” ibid., p. 251.
282
J. Weiss, “Psychoanalytic and Cognitive Conceptions of the Unconscious”, D.J. Stein (ed.), Cognitive Science
and the Unconscious, Washington, 1997, p. 38. Cf. M. Power y Ch. R. Brewin, “From Freud to cognitive
science: A contemporary account of the unconscious”, British Journal of Clinical Psychology, 30, 1991, pp. 289-
310, que distingue inconsciente de represión a la hora de trazar analogías entre el inconsciente analítico y
cognitivo.
integración antes que el producto del procesamiento exclusivo de ciertos circuitos,
del recuerdo, entra en lo que se denomina un ‘estado lábil’, en el que puede ser
activa una red mnésica que, a su vez, organiza y provee de significado a la actual
283
S.J. Sara, “Strengthening the shaky trace through retrieval”, Nature Reviews: Neuroscience, 1, 2000, p. 213.
Cf. K. Nader, G.E. Schafe, y J.E. LeDoux, “The labile nature of consolidation theory”, Nature Reviews:
Neuroscience, 1, 2000, pp. 216-219.
incompatibles o categorizados como tales, pese a no poseer apercepción-, se
284
A.R. Damasio, op. cit., p. 160.
2.1.2. Percepción
así hasta llegar a la facultad compleja del entendimiento.285 Este sería un ejemplo
forma multimodal.286
acerca de las propiedades invariantes del medio y sus objetos (sistema visual
externo tal cual; por otro, la preparación para la interacción con éste. Dicha
exacto del objeto, pues dicha función poseería una importancia evolutiva básica en
287
H. Helson, Adaptation level theory. An experimental and systematic approach to behavior, Nueva York,
1964, diferencia entre estímulos focales, de fondo y residuales. Si bien estos dos se acomodan a la distinción
gestáltica entre fondo y forma, la última categoría recoge estímulos pretéritos del observador que actúan en la
formación de la percepción. Cf. S. Coren, “Constraints on context effects in perception: Evidence from visual
illusions”, L.M. Ward (ed.), Fechner Day 94. Proceedings of the International Society for Psychophysics,
Vancouver, 1994, donde la autora señala como, frente a la opinión general, la percepción no es sólo un proceso
de fuera a dentro, sino que otros procesos internos influyen en su configuración.
288
M.A. Goodale y A.D. Milner, “Separate visual pathways for perception and action”, Trends in Neuroscience,
15(1), 1992, pp. 20-25.
Figura 2.3. Triángulo de Kanisza.
Los estímulos son la mayor parte de las veces incompletos. Cuando vemos a
hace que las neuronas respondan a diversas partes del estímulo y produzcan una
estímulo, “…algunos datos sugieren que cuando hemos percibido algo con
289
L.H. Bernstein, V. Bissonnette, A. Vyas y P. Barclay, “Semantic priming: Subliminal perception or contexts”,
Perception&Psychophysics, 45, 1989, pp. 153-161. En los experimentos llevado a cabo por los autores se
presentó a los sujetos una serie de estímulos de una mujer con un tercer ojo en la frente, ciertos sujetos se
empecinaban en ver sólo dos incluso después de focalizar su atención hacia dicho elemento. La representación
categorial de 'mujer' entraría en conflicto con la percepción de una característica imposible hasta el punto de
negar la percepción.
percepción.”290 Estas expectativas y creencias, inscritas de modo neuronal, influyen
de las percepciones hay dos teorías básicas. Aquellas que integran el estímulo de
percepción humana ocurre probablemente a medio camino entre estas dos teorías,
intencionalidad es estrecha, pues sólo podemos fijar nuestra atención sobre algo.
290
S. Coren, L.M. Ward y J.T. Enns, Sensation and Perception, 2004, Hoboken, p. 541.
atención parece jugar un papel tan fundamental que se ha llegado a sostener una
Los estudios sobre percepción han servido también para admitir la posibilidad
con ella pese a ocurrir por debajo de los umbrales de la apercepción requeridos
sujeto puede actuar conforme a una información obtenida, sin poseer ninguna
información, 'sin darse cuenta'. La mente, tal como señalaba Freud, desborda los
nuestra atención, como ocurre en el caso de las instrucciones para subir una
291
A. Mack e I. Rock, Inattentional Blindness, Cambridge, 1998.
292
Para un estudio de las metodologías y planteamientos de este área de trabajo cf. P.M. Merikle y M. Daneman,
“Conscious vs Unconscious Perception”, M. Gazzaniga (ed.) The New Cognitive Neurosciences, Londres, 1999.
“Dada la evidencia que se ha ido amontonando en los últimos cien años, no existe ya casi duda de que los
procesos inconscientes juegan un papel importante determinando sentimientos, pensamientos y acciones,” ibid.,
p. 1302. Cf. P.M. Merikle, D. Smilek, J. D. Eastwood, “Perception without awareness: perspectives from
cognitive psychology”, Cognition, 79, 2001, pp. 115-134. Cf. L.L. Jacoby y C.M. Kelley, “A Process-
Dissociation Framework for Investigating Unconscious Influences: Freudian Slips, Projective Tests, Subliminal
Perception, and Signal Detection Theory”, Current Directions in Psychological Science 1(6), 1992. K. Henke, T.
Landis y H.J. Markowitsch, “Subliminal perception of words and faces”, International Journal of Neuroscience,
75 (3-4), 1994, pp. 181-7.
Figura 2.4. Ejemplo de paradigma disociativo en el que α supone el informe lingüístico del sujeto y ε
un estado corporal visible y público. Al producirse una disociación en el sentido de que ε>α se ha
producido un procesamiento corporal sin que el sujeto sea capaz de relatar cambio alguno. En el
dibujo se muestra el caso de una joven que, en determinada situación, muestra un enrojecimiento de
la piel y una serie de fenómenos propios de un estado de irritación (ε), pese a no poseer
representación de ésta, o, al menos, no ser capaz de articularla lingüísticamente (α). [Fuente: M.H.
Erdelyi, Psycoanalysis. Freud's Cognitive Psychology, Nueva York, 1984, p. 77].
Generalmente se acepta que las causas de este estadio subliminal, por el que
existencia de información sobre estímulos que no han dejado ningún tipo de huella,
que aparentemente no son recuperables por el sujeto, pero que infuyen en el modo
294
R. Hoffman, “What neural network studies suggest regarding the boundary betwen conscious and unconscious
mental processes”, D.J. Stein, Cognitive Science and the Unconscious, Washington, 1997.
295
B. Libet, W.W. Alberts, E.W. Wright y B. Feinstein, “Cognition without awareness: Subliminal influences
upon conscious thought”, Science, 158, 1967, pp. 1597-1600.
Smith, Spence, y Holt296 mostraban en sus trabajos pioneros cómo al unir un
estímulo visual, como una cara inexpresiva, con un estímulo subliminal auditivo,
como “feliz” o “enfadado”, éstos modificaban la percepción del sujeto del estímulo
consciente neutro. Así este tipo de inputs poseen los denominados efectos de
296
G.J.W. Smith, D.P. Spence y G.S. Klein, “Subliminal Effects of Verbal Stimuli”, Journal of Abnormal and
Social Psychology, 59, 1959, pp. 167-176.
297
L.L. Jacoby y M. Dallas, “On the relationship between autobiographical memory and perceptual learning”,
Journal of Experimental Psychology: General, 110, 1981, pp. 306-340. H. Shevrin y D.E. Fritzler, “Visual
evoked response correlates of unconscious mental processes”, Science, 161, 1968, pp. 295-298. J.A. Bargh y P.
Pietromonaco, “Automatic information processing and social perception. The influence of trait information
presented outside of conscious awareness on impression formation”, Journal of Personality and Social
Psychology, 43, 1982, pp. 437-449. J.G. Kepecs y R. Wolman, “Preconscious perception of transference”,
Psychoanalytic Quarterly, 41(2), 1972, pp. 172-194.
298
G.J.W. Smith, D.P. Spence y G.S. Klein, op. cit., p. 175.
299
M.H. Erdelyi, “A new look at the New Look: Perceptual Defence and Vigilance”, Psychological Review, 81,
1974, pp. 1-25. E. Shevrin y S. Dickman, “The Psychological Unconscious”, American Psychologist, 35, 1980,
pp. 421-434.
300
O. Pötzl, “The relationships between experimentally induce dream images and indirect vision, preconscious
simulation in dreams, associations and images”, Psychological Issues Monograph, 7, 1917, pp. 46-106. La
edición de 1919 de la Traumdeutung hacía referencia a la 'importante contribución' de los estudios de Pötzl.
mismo tras su exposición. Partes del mismo paisaje que no figuraba en su
siguiente.
individuos eran capaces de recordar, dentro de una lista de términos, aquellos que
301
D.P. Spence y B. Ehrenberg, “Effects of oral deprivation on responses to subliminal and supraliminal verbal
food stimuli”, Journal of Abnormal and Social Psychology, 69, 1964, pp. 10-18.
302
J.A. Groeger, “Evidence of unconscious semantic processing from a forced error situation”, British Journal of
Psychology, 75, 1984, pp. 305-314. Para una discusión general cf. P.M. Merikle, D. Smilek y J.D. Eastwood,
“Perception without awareness; perspectives from cognitive psychology”, op. cit., estos autores concluyen con
que, “tras más de un siglo de estudios investigando la percepción sin apercepción (awareness) es posible concluir
que una considerable confianza que la información de un estímulo puede ser percibida incluso cinado no existe
apercepción de la percepción,” ibid., p. 131.
303
Los estudios con neuroimagen avalan, por su parte, el hecho de que existe un procesamiento diverso para la
grafía de la palabra, para el significado, y la fonología. Igualmente parece existir una relación entre la modalidad
audio verbal, de la que dependería la conciencia de sí, mientras que la modalidad visual estaría relacionada con
la relación con objetos. Pese a esta preferencia, la plasticidad neuronal permite que se produzcan cambios tanto
en función como en localización mediante cambios en el medio de aprendizaje. Así se ha comprobado al
modificar el área auditiva y conseguir que fuese utilizada como área visual en ratones. L. Melchner, S. Pallas y
M. Sur, “Visual behaviour mediated by retinal projections directed to the auditory pathway”, Nature, 404, 2000,
pp. 871-875. M. Merzenich, “Seeing in the sound zone”, Nature, 404, 2000, p. 820. En humanos parece pasar de
forma similar pero sólo durante los primeros años de desarrollo. Después de pasada cierta ventana en el
desarrollo dichas funciones se mantienen estables.
conflicto inconsciente. Tras exponerlos subliminalmente a este tipo de pistas se
304
H. Shevrin, J.A. Bond, L.A.W Brakel, R.K. Hertel y W.J. Williams, Conscious and Unconscious Processes.
Psychodynamic, Cognitive, and Neurophysiological Convergences, Nueva York, 1996. Una de las críticas que se
hace del paradigma experimental empleado es la utilización de pistas verbales que parece sesgar hacia un
carácter lingüístico del inconsciente. De hecho Shervrin y sus colegas señalan la falta de representación en el
fondo de los conflictos psicodinámicos y, por otro cómo la represión tiene como objeto contenido ideacional,
representado, no una carga afectiva indeterminada.
305
“...quizás todos los sucesos mentales comienzan inconscientemente y [que] un factor que diferencia un evento
consciente de uno que nunca llega a serlo es que el evento consciente ha tenido, en términos de Libet, suficiente
tiempo (time-on),”L.A.W. Brakel y M. Snodgrass, “From the Brain, the Cognitive Laboratory, and the Couch”,
Journal of the American Psychoanalytic Association, 46(3), 1998, p. 907. La barrera de exposición de la que se
habla es de 500 milisegundos para la producción de un procesamiento consciente. A este respecto también se
señala la existencia de un ‘potencial de preparación’ (readiness potential), un potencial eléctrico en el cerebro
que antecede a cualquier actividad muscular con más de un segundo de anterioridad a cualquier acto voluntario.
Cf. B. Libet, “The neural time factor in perception, volition and free will”, Revue de Métaphysique et Morale, 2,
1992, pp. 255-272. Ibid., “The neural time factor in conscious and unconscious events”, T. Nagel (ed.),
Experimental and Theoretical Studies of Consciousness, Nueva York, 1993, pp. 123-146.
2.1.3. Aprendizaje
inadecuados.306
automáticas del organismo a estímulos externos.307 Las emociones son, desde una
expresar.”309 Las características propias de dicho aprendizaje son las que han
muy difícil poner en tela de juicio el psicoanálisis, y aún menos ayuda el hecho de
llevada a cabo.
308
D.C. Berry y D.E. Broadbent, “On the relationship between task performance and associated verbalizable
knowledge”, Quarterly Journal of Experimental Psychology, 36, 1984, pp. 209-231.
309
A. Cleeremans, “Implicit Learning,” L. Nadel (ed.), Encyclopedia of Cognitive Science, Cambridge, 2003.
cambio en la ausencia de conciencia. Como se señala desde ciertas direcciones de
persistentes pasa por algo más que una lista de argumentos persuasivos. Se
una nueva recategorización de la relación con el medio, con los objetos externos.
afectivo que son los que regulan las emociones incorporadas del sujeto y que
310
P.M. Niedenthal, L.W. Barsalou, P. Winkielman, S. Krauth-Gruber y F. Ric, “Embodiment in Attitudes,
Social Perception, and Emotion”, Personality and Social Psychology Review, 9(3) 2005, pp. 184-21.
311
D. Westen y G.O. Gabbard, “Developments in Cognitive Neuroscience: II. Implications for theories of
transference,” Journal of the American Psychoanalytic Association, 50(1), 2002, p. 130.
genial, al utilizar las funciones basales del cerebro para poner en marcha la
reorganización de la biografía del paciente.312
actitudes, sobre las bases neurales del organismo. Se recupera para la atención el
experiencia y los comportamientos que son guiados por ésta, al dotarle de una
relación causal tiene que ver tanto con un condicionamiento, como con la ausencia
Los estudios de Reber muestran a este respecto la capacidad que poseen las
314
“Uno podría argüir que si un modelo de un sólo nivel puede dar cuenta de los datos (potencialmente),
entonces no hay necesidad para un segundo nivel. Nuestra visión es diferente: Intuitivamente y de acuerdo con el
sentido común existe una distinción entre pensamiento implícito y explícito (o, aproximadamente, procesos
conscientes e inconscientes). Más aún, existen diversos argumentos filosóficos y psicológicos que avalan este
punto. La mejor explicación para esta distición bien establecida es, por naturaleza, un sistema que posea estos
dos componentes correspondientes, antes que un sistema que se encuentre constreñido a implementar ambos
tipos de conocimiento en una arquitectura de un solo nivel,” ibid., p. 231.
315
Ibid., p. 226.
incapacidad de detectar las reglas subyacentes a la serie de respuestas, el
mecanismo procedimental del cual el sujeto no tiene conciencia pero que aplica en
sino motora, como era el caso del acting-out, “...el analizado no recuerda nada de
lo olvidado y reprimido sino que actúa. Lo reproduce, no como recuerdo, sino como
recordar, que deja de relacionarse con un pasado real para pasar a depender de la
316
R.B. Clyman, “The Procedural Organization of Emotions: A Contribution From Cognitive Science To The
Psychoanalytic Theory Of Therapeutic Action”, Journal of the American Psychoanalytic Association, 39
(Suplemento), 1991, p. 352.
317
S. Freud, Erinnern, Wiederholen und Durcharbeiten, op. cit., pp. 209-210. Posteriormente comenta, “por
ejemplo: el analizado no cuenta el hecho de acordarse que era terco e incrédulo frente a la autoridad de sus
padres, sino se comporta de esa forma frente al médico,” ibid.
318
S. Freud, Konstruktion in der Analyse, Sta., Ergänzungsband,
Mediante esta nueva teoría de la memoria nos parece que la investigación
que se postula cada vez más radicalmente que el cambio terapéutico no sucede
se aplana e interpreta la realidad de acuerdo con las expectativas del sujeto, dando
319
M. Leuzinger-Bohleber, R. Pfeifer y K. Röckerath, “Wo bleibt das gedächtnis? Psychoanalyse und Embodied
Cognitive Science im Dialog”, M. Koukkou, M. Leuzinger-Bohleber y W. Mertens (eds.), op. cit., p. 580. “Se
trata de modificar al inconsciente en múltiples niveles: en las creencias matrices pasionales, pero también en las
formas de reaccionar a nivel afectivo, a nivel neurovegetativo, a nivel de mecanismos anteriores a la proyección,
a la represión, a la negación, como son la desconexión del entorno, el bloqueo emocional, la desactivación
parcial del desear, incluso el intentar suspender -a veces exitosamente- la actividad mental…” H. Bleichmar, “El
cambio terapéutico a la luz de los conocimientos actuales sobre la memoria y los múltiples procesamientos
inconscientes,” Aperturas Psicoanalíticas, http://www.aperturas.org/9bleichmar.html La memoria pierde su
carácter esencialista, así como su aparente carácter unitario como proceso, para dar lugar a una comprensión más
amplia. La variabilidad constante y el cambio incesante a nivel micro ha de permitir una estabilidad de las
representaciones y del lugar del sujeto en el mundo, del nivel molar. La memoria sería la “...capacidad definida
de organizar procesos neurológicos poniendo en relación de forma análoga apercepción y movimientos,
coordinándolos conjuntamente y de esta forma recategorizándolos, tal como ocurrió en situaciones previas. De
esta forma se entiende la memoria en las embodied cognitive science, como un proceso activo y creativo del
organismo en su conjunto, relativo a procesos de coordinación sensomotores-afectivos y puestos así en relaciones
'automáticas', procesos de recategorización en continua adaptación.” W.J. Clancey, “The frame-of-reference
problem in the design of intelligent machines”, K. van Lehn (ed.), Architectures for Intelligence, Nueva Jersey,
1991, p. 253.
320
R. Pally, “Non-Conscious Prediction and a Role for Consciousness in Correcting Prediction Errors,” Cortex
(en prensa). Cf. R.R. Hassi, J.S. Huleman, J.A. Bargh, The Cognitive Unconscious, Oxford, 2004.
321
D. Stern, El mundo interpersonal del infante, México, 1991.
psicoanálisis ha sostenido ampliamente cómo el modo en que una madre y su hijo
otra persona, sino de una interacción, de una relación. Esta representación inicial
de culpa o inhibiciones. Cuando me dirijo a alguien actúo, hasta cierto punto, con
cognitivas y la neurociencia es que ello no podría ser de otra manera, pues las
formulados mediante los esquemas de estar con otro de cierto modo (schema-of-
being-with-another-in-a-certain-way).325
322
E.R. Kandel, “Biology and the future of psychoanalysis: A new intellectual framework for psychiatry
revisited”, American Journal of Psychiatry, 156(4), 1999, p. 513.
323
D. Liu, J. Diorio, B. Tannenbaum, C. Caldji, D. Francis, A. Freedman, S. Sharma, D. Pearson, P.M. Plotsky,
M.J. Meaney, “Maternal care, hippocampal glucocorticoid receptors, and hypothalamic- pituitary-adrenal
responses to stress”, Science, 277, 1997, pp. 1659–1662. P.M. Plotsky y M.J. Meaney, “Early, postnatal
experience alters hypothalamic corticotropin-releasing factor (CRF) mRNA, median eminence CRF content and
stress-induced release in adult rats”, Brain Research, 18, 1993, pp. 195–200.
324
L. Köhler, “Einführung in die Entstehung des Gedächtnisses”, M. Koukkou, M. Leuzinger-Bohleber y W.
Mertens (eds.), op. cit., p. 162.
325
D. Stern, The Motherhood Constellation. A Unified View of Parent-Infant Psychotherapy, Nueva York, 1995.
Los estudios en psicología evolutiva muestran cómo los niños pequeños se
guían más por las recurrencias que acontecen a su alrededor que por las
diferencias, de tal modo que una vez un acontecimiento puede ser asignado a un
el que el recién nacido no posee una autonomía suficiente y es, por tanto, un
ver al paciente no como una unidad, sino como una relación asimétrica, como
soporte de relaciones.
sujeto.
326
R. Fivush y N. Hammond, “Event knowledge: Structure, function and development”, K. Nelson (ed.), The
Acquisition and Development of Script, Nueva Jersey, 1986.
Figura 2.5. Pedro Pablo Picasso - Estudio de un toro. ¿Qué es un toro? ¿Cuáles son sus rasgos
esenciales? Picasso consigue en su estudio llegar a los trazos mínimos identificativos del animal.
Aquellos que lo hacen reconocible, extrayendo lo que durante largo tiempo se denominó ‘forma’, su
modelo básico, los caracteres que permiten su reconocimiento, su asignación a una categoría.
2.2. Categorización
ésta sólo comporta una primera etapa dentro del recorrido de la información
procesada que puede no superar esta fase, pudiendo dar lugar a una percepción
con categorías. Al identificar los colores del arco iris, donde se produce una
gradación de un color a otro tendemos a percibir los colores en su estado puro, sin
gradación, de acuerdo con una división estricta, categórica. Este tipo de percepción
superyo, yo-. En los casos clínicos podríamos observar una serie de traumas o
conseguiría una reinscripción. Éstos serían los dos procesos que dirigirían la cura:
relación con un objeto nuevo, ampliando nuestra capacidad de hacer juicios acerca
suponen un fenómeno cognitivo general, “los conceptos son simplemente las cosas
que son evocadas por nuestros sistemas perceptivos y que controlan nuestras
sensorial sino que también rigen, en función de dicho proceso, la conducta. De ahí
acciones con que respondemos a ciertos estímulos. Esta sería una de las
ciertos rasgos salientes. Se trata de una noción de tipo intensional que otorga,
dicho conjunto. Categoría y concepto vendrían a ser las dos caras de un mismo
331
G.L. Murphy, The Big Book of Concepts, Massachusetts, 2002, p. 429.
suceder, a nivel real y mental. Siguiendo con este razonamiento y a modo de
duda, un objeto a dicha categoría; categoría era igual a definición. Los modelos
332
Esto siempre que nos atengamos a la existencia de clases naturales, si bien hay autores que niegan la
existencia de dichas clases haciendo mención a que estos organismos, productos biológicos de una evolución sin
objetivo o finalidad alguna, no deben obtener una diferenciación con respecto a otro tipos de seres, instrumentos
u objetos, pues éstos son en sí objetos de un desarrollo en ausencia de intencionalidad alguna.
333
Desde las Categorías de Aristóteles. Una de las críticas más importantes a este enfoque es su logicismo, al
basarse en la idea de inclusión en términos conjuntivistas.
334
I. Rosenfield, The Strange, Familiar, and Forgotten: An Anatomy of Consciousness, Nueva York, 1992, p. 83.
En los últimos treinta años, la visión clásica acerca de la categorización ha
venido siendo puesta en tela de juicio por los resultados experimentales obtenidos
en psicología cognitiva y otro tipo de nociones teóricas han ido ocupando su lugar.
En especial las teorías de prototipos y las teorías de ejemplares, los dos modelos
articulación más bien conjuntista de la teoría clásica. Los conceptos forman redes
podemos decir que sean inocentes, muy al contrario, cada organismo posee
335
Esta articulación no parece tan alejada de la idea lacaniana de que un significante representa a un sujeto para
otro significante en el sentido que la relación entre significantes, nuestra modalidad de categorizar es
idiosincrásica y somos, en definitiva, lo que pone en relación nuestros conceptos de forma singular, una modo de
agrupar y dar sentido a la experiencia.
336
L.W. Barsalou, “Situated Conceptualization”, H. Cohen y C. Lefebvre (eds.), Handbook of categorization in
cognitive sciences, (en prensa).
¿Cómo se produce la transferencia en el sentido de asumir el analista
comportamiento.
El desarrollo del resto de esta sección hará referencia a estas recientes teorías
cuerpo antes que de acuerdo con una noción estrictamente fisiológica. Es decir, los
based inferences over time”, Cognitive Therapy and Research, 23, 1999, pp. 75-91. S.M. Andersen y M.S. Berk,
“The social-cognitive model of transference: Experiencing past relationships in the present”, Current Directions
in Psychological Science, 7, 1998, pp. 1-7.
339
M.J. Horowitz, Introduction to Psychodynamics: From Conflict to Character, Nueva York, 1998.
340
M.H. Bickhard y J. Chambers, “The Influence of Early Experience on Personality Development,” New Ideas
in Psychology, 12, 1994.
341
En este sentido resulta interesante los estudios de J.A. Gray y su propuesta de un Sistema Nervioso
Conceptual (CNS) que contendría información comportamental. Cf. J.A. Gray, The psychology of fear and
stress, Londres, 1971. Por otro lado también podemos entenderlo como incorporación conceptual e
somático y lo mental ya no se basava en una teoría preepistémica como en el caso
del exorcismo, sino que se podía formular en sintonía con los postulados de la
como uno sólo342 ya había sido propuesta por von Helmholtz, escuela en la que
incorporaicón ha de remitir a cierto reflejo en el sistema nervioso, mostrando de nuevo la absurda separación
cuerpo-mente, fisiología-conceptualización.
342
P.G. Schyns, “Diagnostic recognition: Task constraints, object information, and their interactions”, Cognition,
67, 1998, pp. 147-179. En otro artículo comenta Schyns, “si la reducción dimensional fuera una parte integral del
mecanismo de aprendizaje de categorías, individuos con diferentes historias en su categorización podrían
adquirir diversos medios para analizar y organizar perceptivamente materiales idénticos. Debido a que estos
análisis perceptivos son los materiales disponibles para los procesos de categorización, estos últimos no podrían
ser entendidos sin una amplia comprensión de los primeros,” P.G. Schyns y L. Rodet, “Categorization creates
functional features”, Journal of Experimental Psychology: Learning, Memory and Cognition, 23, 1997, p. 684.
2.2.1. Repetición y categorización
esta manera se vuelve manejable el flujo incesante de información que llega a los
cerebro no analiza cada detalle de un patrón sino que lleva a cabo una rápida
en el sentido de no procesar una situación con todos los recursos cognitivos, sino
el estímulo.345
343
R. Pally, “II: How the Brain Actively Constructs Perception”, International Journal of Psychoanalysis, 78,
1997, p. 1025.
344
G.S. Wig, S.T. Grafton, K.E. Demos y W.M. Kelley, “Reductions in neural activity underlie behavioral
components of repetition priming”, Nature Neuroscience, 8, 2005, pp. 1228-1233. Efectivamente a medida que la
identificación del objeto se vuelve precisa la actividad neural va disminuyendo cf. A. Martin y S.J. Gotts,
“Making the causal link: frontal cortex activity and repetition priming”, Nature Neuroscience, 8, 2005, pp. 1134-
1135.
345
D.L. Schacter, I.G. Dobbins, y D.M. Schnyer, “Specificity of priming: a cognitive neuroscience perspective”,
Nature Reviews Neuroscience, 5, 2004, pp. 853-862.
Esto conduce a la existencia de sesgos, en especial el de confirmación que
Así, por ejemplo, si caminando por la calle vemos una persona que se nos acerca,
objeto, por un lado las teorías de eventos y, por otro, las de objetos. Según las
modelos permiten una noción más amplia que las teorías de objetos, admitiendo la
346
P.L. Wachtel, “Transference, Schema, and Assimilation: The Relevance of Piaget to the Psychoanalytic
Theory of Transference”, The Annual of Psychoanalysis, 8, 1981, pp. 59-76.
su experiencia. Mientras que los marcos (frames) para individuos capturan lo que
normalizamos la experiencia.
con dichos patrones asimilados que unen pensamiento y acción, y que, mediante la
rigidez.
347
L.W. Barsalou, J. Huttenlocher y K. Lamberts, “Basing categorization on individuals and events”, Cognitive
Psychology, 36, 1998, p. 257.
348
M.H. Bickhard, “The Nature of Psychopathology”, L. Simek-Downing (ed.) International Psychotherapy:
Theories, Research, and Cross-Cultural Implications, Nueva York, 1989.
situaciones, así como la experiencia de nuevas experiencias emocionales,
percibir un objeto y relacionarlo con nuestro conocimiento previo y esto sucede sin
la elección activa por parte del sujeto, de ahí el especial carácter del aprendizaje
analítico, así “ver típicamente conlleva categorizar. Por ejemplo, ver un árbol
'ver como'. Se separan los aspectos relevantes del mundo exterior y se atribuye su
pertenencia a grupos de los que poseemos experiencia previa para saber cómo
presencia de alguien, asignamos a esa figura los rasgos distintivos propios de una
349
G. Lakoff, Women, Fire and Dangerous Things, Chicago, 1987 p. 126.
el patrón que sugiere la situación. En la medida en que una conceptualización
relativa automaticidad.”350
nuestro actuar es lo que se conoce también como conocimiento implícito. Más allá
totalidad de aquellos mecanismos teóricos cognitivos por encima del nivel neuronal
de los que poseemos suficiente evidencia, pero a los cuales no tenemos acceso
Dos paradigmas procuran dar cuenta del aprendizaje categorial: las teorías de
350
L.W. Barsalou, “Situated Conceptualization”, op. cit.
351
G. Lakoff y M. Johnson, Philosophy in the Flesh. The Embodied Mind and its Challenge to Western Thought,
Nueva York, 1999, p. 112.
los parecidos entre diversos objetos, las segundas hacen hincapié en la
Estas últimas propuestas, de más reciente desarrollo, vienen avaladas por ciertos
estudios que han mostrado cómo es posible aprender un modelo (schema) con la
repetición depende del contexto en que ocurre.353 Las personas tienden a basar su
vez de utilizar varias dimensiones. Sin duda en nuestras relaciones con otros, el
352
W. Ahn, W. Brewer y R. Mooney, “Schema Acquisition from a single example”, Journal of Experimental
Psychology: Learning, Memory and Cognition, 18, 1992, pp. 391-412.
353
Ibid., p. 402.
354
J. Panksepp, op. cit..
llamado sesgo de unidimensionalidad actuaría en una primera criba de objetos.355
y experiencia del sujeto. Igualmente hay evidencia de que, tras haber recabado de
respuestas incorrectas.358
forma más eficiente que los objetos nuevos, reduciéndose las respuestas de
355
W. Ahn y D.L. Medin, “A two-stage model of category construction”, Cognitive Science, 16, 1992, pp. 81-
121.
356
L.W. Barsalou, “Ideals, central tendency, and frequency of instantiation as determinants of graded structure in
categories”, Journal of Experimental Psychology: Learning, Memory and Cognition, 11, 1985, pp. 629-654,
R.M. Nosofsky, “Similarity, frequency, and category representations”, Journal of Experimental Psychology:
Learning, Memory and Cognition, 14, 1988, pp. 54-65, L.J. Rips, “Similarity, tipicality and categorization”, S.
Vosniadou y A. Ortony (eds.), Similarity and Analogical Reasoning, Cambridge, 1989.
357
L.W. Barsalou, J. Huttenlocher y K. Lamberts, op. cit., p. 254. “La incapacidad de inhibir este individuo
podría interferir con la posterior muestra de individuos así como con la capacidad de procesar individuos
recuperados adecuadamente,” ibid.
358
A este respecto se ha formulado la existencia de un efecto abanico (fan effect), se trata “...(d)el efecto de
repetir un valor en una dimensión para múltiples individuos u objetos. La memoria para objetos específicos es
dañada por una característica repetida en múltiples objetos. De otro lado, si la característica es asociada
consistentemente con una categoría, la categorización se ve reforzada cuando la característica se repite.” J.R.
Anderson, “The adaptative nature of human categorization”, Psychological Review, 98, 1991, p. 426.
células del córtex inferotemporal (IT), lo que aumentaría la simplicidad y economía
359
H. op de Beek, Shape representation and categorization in humans and monkeys, Lovaina, 2003, señala la
‘implausibilidad perceptiva’ de las actuales teorías de la categorización y la necesidad de una integración de
ambas.
360
El principio de simplicidad aplicado al aprendizaje de categorías no supervisadas señala como “...la mejor
explicación de un grupo de datos –información- (p. ej. patrones de input sensorial de un grupo de objetos)
corresponde con la descripción más corta que codifica esa información” E.M. Pothos y N. Charter, “A simplicity
principle in unsupervised human categorization”, Cognitive Science, 26, 2002, p. 335.
361
Cit. en G. J. Makari, op. cit., p. 561.
2.2.2. Introyección. Modelo básico de interacción
objetos que poseen las características más representativas de un grupo son, por
cualquier objeto que posea ciertas propiedades críticas será un miembro más de la
contextos naturales en que categorizamos muestra que los diferentes miembros del
viene dada por su aire de familia, su similitud con respecto a los otros miembros de
poseemos un mayor contacto con las ballenas que con los leones ¿qué miembro
íntimamente relacionados.
362
Pese a que este modelo sería más parsimonioso con respecto a los posibles estados de activación de una
neurona que sí responden a una lógica bivalente.
De acuerdo con las teorías pioneras de Rosch, un sólo objeto ideal se
con los que nos encontramos.363 Este ejemplar tendría la forma de resumen de
objeto ideal A poseería ciertas características en común con otro objeto B y con un
quizás relaciones de similitud diversas con el objeto A, que por ello tendría cierta
relacionar cada ejemplar de una categoría dada con una serie de dimensiones de
esquema.
individuo concreto de una categoría nos serviría de modelo para reconocer a otros
363
Cf. E. Rosch “Cognitive representations of semantic categories”, Journal of Experimental Psychology: General
104, 1975, pp. 192-233. E. Rosch C.B. y Mervis, “Family resemblance: Studies in the internal structure of
categories”, Cognitive Psychology, 7, 1975, pp. 573-605. E. Rosch, “Human categorization”, N. Warren (ed.),
Advances in Cross-Cultural Psychology, Vol. 1, Londres, 1977.
364
D.E. Rumelhart y A. Ortony, “The representation of knowledge in memory”, R.C. Anderson et al. (eds.),
Schooling and the Acquisition of Knowledge, Nueva Jersey, 1977.
365
Cuyo trabajo seminal podemos encontrar en D.L. Medin y M.M. Schaffer, “Content theory of classification
learning”, Psychological Review, 85, 1978, pp. 207-238.
miembros del grupo. La memoria posee aquí una mayor importancia en el
conocimiento (knowledge effects). Esta posición conlleva una crítica a los modelos
hipótesis de la tabula rasa. Sostienen que, incluso al utilizar como modelos objetos
formales.
ejemplar junto con los efectos del conocimiento, conlleva una cierta jerarquización
prototipo o más robustos) poseerían cierta preeminencia sobre otros menos típicos.
nuestras interacciones.
367
Ibid., p. 153.
368
B.H. Ross, “Remindings and their effects in learning a cognitive skill”, Cognitive Psychology, 16, 1984, pp.
371-416. Efectivamente no ya sólo ciertos ejemplares parecen inducir hacia equivocaciones en la categorización,
sino que “...cuando un ejemplar te recuerda a otro, prestas atención a las propiedades comunes y puedes empezar
a pensar que estas propiedades son características de la categoría como totalidad. Esto es, no sólo que el objeto
de la prueba recordase para algunas personas a Shirley, sino que al rememorar a Shirley ciertas características
comunes son reforzadas,” G.L. Murphy, op. cit., p. 78. Lo que se produce es un sesgo en el que se anticipan
características no presentes en Shirley, en nuestra forma de comprender lo que es interactuar con una persona, lo
que nuestra experiencia ha almacenado en forma de categorías.
No resulta extraño el hecho de que sea más fácil reconocer tipos con los que
de atrás del coche, si siento una presencia, quizás un jadeo dentro del coche,
Kaplan y Murphy indican cómo el conocimiento previo puede ser útil cuando los
crucial que el conocimiento previo de uno esté relacionado con todas, ni siquiera la
mayoría, de las características de algún objeto nuevo en tanto haya una pequeña
Más que buscar aires de familia, se tiende a fijar la similitud a partir de un rasgo
369
L.R. Brooks, G.R. Norman y S.W. Allen, “Role of specific similarity in a medical diagnosing task”, Journal of
Experimental Psychology: General, 120, 1991, pp. 278-287.
370
G.L. Murphy, op. cit., p. 86.
371
A.S. Kaplan y G.L. Murphy, “Category learning with minimal prior knowledge”, Journal of Experimental
Psychology: Leaning, Memory and Cognition, 26, 2000, p. 842.
profundas, cuyo reconocimiento posee una ventaja adaptativa para el individuo y la
Las categorías radiales, donde los miembros del grupo son motivados por el
primer ejemplar, nos pueden servir como referente para entender la generación de
dicha categoría central es instanciada. En las categorías radiales “el modelo central
determina las posibilidades de extensiones, junto con las posibles relaciones entre
causados, sino que están motivados por los elementos centrales. Los modelos
372
F.M. Levin, op. cit., p. 1138.
373
E.Z. Tronick, “"Of Course All Relationships Are Unique": How Co-creative Processes Generate Unique
Mother-Infant and Patient-Therapist Relationships and Change Other Relationships”, Psychoanalytic Inquiry, 23
(3), 2003. Los patrones de activación relacional van conformando el espacio relacional experiencial en función
de su grosor, de su cantidad de experiencia relativa, que no impiden otras modalidades, pese a haber una con
mayor grosor, como la de la madre con el niño.
374
G. Lakoff, op. cit., p. 91.
el agrupamiento de modelos que caracteriza conjuntamente un concepto diverge,
existe aún una fuerte tendencia a ver uno como el más importante.” 375
sujeto, de acuerdo con la teoría de conjuntos difusos, poseería un valor igual a uno,
encuentros con los otros. La imagen internalizada del Otro debe estar representada
por algun tipo de red neuronal sujeta a activacion, las internalizaciones poseen,
Los niños, ya con pocos meses, son capaces de establecer una división
dicotómica entre los objetos y los seres humanos. Éstos son reconocidos como un
determinados.377 Desde los cinco años los niños parecen tener dos módulos de
categorización básicos. Uno que incluiría a los objetos inanimados, y otro para los
humanos. Pese a que éstos últimos deberían estar sometidos a las mismas leyes
375
Ibid., p. 75.
376
A.W. Epstein, “Neural Aspects of Psychodynamic Science”, Journal of the American Academy of
Psychoanalysis”, 26(4), 1998, p. 510.
377
V.A. Kuhlmeier, P. Bloom y K. Wynn, “Do 5 month-old infants see humans as material objects?”, Cognition,
94, 2004, pp. 95-103, “los niños pequeños pueden poseer diferentes modos de construcción para humanos frente
a objetos inanimados: los humanos son construídos en términos de acciones intencionales y sociales, mientras los
objetos inanimados son interpretados a través de un sistema sensible a la física de objetos (...). La existencia de la
distinción humano/objeto, y la aplicación de diversos principios a cada categoría, podría ayudar a los niños a
definir estas áreas de conocimiento pronto en su desarrollo. La apreciación de que estas construcciones se
solapan, que en algunos aspectos, las personas son objetos, puede ser un logro en su desarrollo,” ibid., p.
102.Con toda seguridad desde pequeños son capaces de distinguir los seres animados de los inanimados, pero
parece que los humanos representarían una categoría de por sí específica, cf. D. Poulin-Dubois, A. Lepage y D.
Ferland, “Infants’ concept of animacy”, Cognitive Development, 11, 1996, pp. 19–36. L. Bonatti, E. Frot, R.
Zangl, y J. Mehler, “The human first hypothesis: Identification of conspecifics and individuation of objects in the
young infant”, Cognitive Psychology, 44, 2002, pp. 388–426.
físicas que los objetos, no sucede así, para los niños los seres humanos no
idea psicoanalítica.
más allá de un cierto umbral del otro al prototipo de alteridad. La relación entre
modelos de actuación.
378
M. Turner, The Literary Mind, Oxford, 1996. Cf. G. Lakoff, “How unconscious metaphorical thought shapes
dreams”, D.J. Stein (ed.), Cognitive Science and the Unconscious, Washington, 1997.
2.2.3. Formación del otro como re-conocimiento
posee plumaje, podríamos decir que el otro se produce como extensión del Otro,
referencia, de ejemplar, de modelo sobre el que interpretar las acciones del otro y
actuar en conformidad.
mismas características que el otro y otras más idiosincrásicas, éste será agrupado
expresión facial). Ésta respuesta subjetiva no es recibida de buen grado por el otro.
Dicha actitud tiende a hacer que el otro poco a poco vaya tomando una actitud más
379
“...el conocimiento ni tiene que estar relacionado con toda característica en la categoría ni tiene que ser
perfectamente fiable para beneficiar al proceso de aprendizaje,” G.L. Murphy, op. cit., p. 153. Cf. A.S. Kaplan y
G.L. Murphy, op. cit.
fría e incluso agresiva, permitiendo que los pensamientos que uno proyecta se
se dirige a él. Así la transferencia se constituye con cierta rigidez, basada en las
del sujeto.380
Los análisis de Blewitt381 muestran cómo los niños de dos y tres años pueden
temprana edad dos categorías básicas, una para objetos inanimados y otra para
procesos cognitivos subyacentes entre niños y adultos383 nos indica cómo este tipo
sería simplista, pues lo que se activan son ciertas creencias, ciertas modalidades
380
P.L. Wachtel, “Active intervention, psychic structure and the analysis of transference. Commentary on Frank's
'Action, insight, and working through'”, Psychoanalytic Dialogues, 3, 1993, pp. 589-603.
381
P. Blewitt, “Understanding categorical hierarchies: The earliest levels of skills”, Child Development, 65,
1994, pp. 1279-1298.
382
A. Meltzoff, “Understanding the intention of others: Re-enactment of intended acts by 18-month-old children,”
Developmental Psychology, 31, 1995, pp. 838–850. D.H. Rakison y D. Poulin-Dubois, “Developmental origin of
the animate–inanimate distinction”, Psychological Bulletin, 127, 2001, pp. 209–228.
383
“Los niños aprenden mejor si le son dados objetos típicos de los cuales aprender; actúan mejor con objetos
típicos; generalmente aprenden conceptos básicos primero. Por ello parece existir considerable continuidad entre
los procesos conceptuales de niños y adultos. Esto no quiere decir que nada se desarrolle, sino que los principios
estructurales de categorización operan similarmente desde la niñez a la edad adulta”, G.L. Murphy, op. cit., p.
340.
De acuerdo con el orden jerárquico de las categorías resulta más sencillo
categorizar. Es decir, es más fácil reconocer ‘un perro es un animal’ (+1) que ‘un
perro es un mamífero’ (+2) y más aún que ‘un perro es un ser vivo’ (+3). Esta
categorizaciones.384 Preferimos categorizar un ser vivo que ladra como perro antes
que como ‘labrador’ o ‘caniche’. Estas categorías básicas consiguen maximizar los
Otro como nivel básico de categorización sólo cede ante una experiencia más
objetos sobre los cuales poseemos rutinas motores concretas. Así, ‘mesa’, como
384
Los primeros estudios sobre niveles básicos de categorización los podemos encontrar en R. Brown, “How
shall a thing be called?” Psychological Review, 65, 1958, pp. 14-21 y en R. Brown, Words and Things, Glencoe,
1958.
385
E.M. Markman, M.S. Horton y A.G. McClanahan, “Classes and collections: Principles of organization in the
learning of hierarchical relations”, Cognition, 8, 1980, pp. 227-241.
todo comportamiento motor revierte en su inaccesibilidad al cambio, pues no es
experiencia infantil, pero que resultan de una interacción entre el niño y sus
concretas (otro) serían subconjuntos que participarían del simulador genérico que
La semejanza entre un nuevo objeto y una categoría existente viene dada por
386
L.W. Barsalou, “Situated Conceptualization”, op. cit. “Considere el concepto GATO. De acuerdo con visiones
tradicionales, GATO es representado como una colección de hechos amodales aislados que se vuelven activos
como totalidad cada vez que la categoría es procesada. De modo alternativo un simulador para GATO produce
muchas conceptualizaciones situadas diversas, cada una manufacturada para ayuda a un agente a interactuar con
gatos en un contexto diferente, no existe descripción general de la categoría. Por ejemplo, una conceptualización
situada para GATO podría sostener una interacción con un gatito jugetón, mientras que otras podrían suponer
interactuar con un ruín gato montés, o con un ronroneante gato doméstico. Desde esta perspectiva, el concepto
para GATO no es una descripción global aislada de la categoría. Por el contrario el concepto es la destreza o
habilidad de producir una amplia variedad de conceptualizaciones situadas que sustenten la consecución de
metas en contextos específicos,” ibid.
El otro es una percepción activa moldeada por el Otro, al igual que “el color...
neurosis.
organización jerárquica. Ejemplifican así los diversos niveles asociativos a que nos
387
G. Lakoff y M. Johnson, op. cit., p. 24.
388
R.L. Goldstone, “Influences of categorization on perceptual discrimination”, Journal of Experimental
Psychology: General, 123, 1994, pp. 178-200.
Nodos de Categorización
Pesos relativos en el
aprendizaje asociativo
Nodos de ejemplares
Pesos relativos en el
aprendizaje asociativo
Nodos dimensionales del estímulo
Gráfico 2.1. Arquitectura de la red ALCOVE. Modelo conexionista de la relación entre ejemplares y
categorías. Los estímulos se almacenan en un primer nivel mediante los nodos de ejemplares de
acuerdo con la saliencia de sus propiedades, siguiendo los pesos atentivos aprendidos. A su vez,
mediante ciertas activaciones, de acuerdo con la experiencia adquirida, pasan a un segundo orden
de nodos de categorías. A su vez las relaciones más escasas entre los nodos de ejemplares y de
categorías muestran la robustez y difícil acceso a éstas. [Fuente: Krutschke, “ALCOVE: An
exemplar-based connectionist model of category learning”, en Psychological Review, 99, 1992.]
con diversidad de objetos unidos por ciertos hábitos o acciones. De esta manera
‘zapato’ estaría relacionado con pie o calcetín. Este tipo de relaciones temáticas
Lacan utiliza así mismo la idea de metonimia para representar otro efecto típico en
asignaría a un objeto en relación parte/todo. Este proceso nos deja entrever otra de
elementos que conforman relaciones de diversos tipos entre sí. Los sistemas
vienen compuestos más por relaciones que por singularidades; las imágenes fijas
teoría del significado que enseña que la unidad de sentido no puede atender a
389
G. Lakoff, “How unconscious metaphorical thought shapes dreams”, D.J. Stein (ed.), Cognitive Science and
the Unconscious, Washington, 1997. Relaciona la simbolización, desplazamiento, condensación e inversión
psicoanalíticos con la metáfora conceptual, la metonímia, el blending conceptual e ironía cognitivas.
2.2.4. Desplazamiento, Metáfora y categorización
situaba como simple figura literaria, modo de expresión estilístico sin contenido
diversas del discurso refuta esta idea. La obra de George Lakoff y Mark Johnson,
conceptualizamos el mundo que nos rodea, que dirige nuestra forma de entender y
390
G. Lakoff, “The contemporary theory of metaphor”, A. Ortony (ed.) Metaphor and Thought, Cambridge,
1993, p. 203. “Nosotros hemos llegado a la conclusión de que las metáforas, por el contrario, impregnan la vida
cotidiana, no solamente el lenguaje, sino también el pensamiento y la acción,” G. Lakoff y M. Johnson,
Metáforas de la vida cotidiana, Madrid, 1991, p. 39.
391
“...los conceptos abstractos más comunes... son conceptualizados por vía metafórica. Ya que tales conceptos
están en el centro mismo de nuestros sistemas conceptuales, el hecho de que sean conceptualizados
metafóricamente muestra que la metáfora es central en lo que a pensamiento abstracto ordinario se refiere,” G.
Lakoff, “The contemporary theory of metaphor”, op. cit., p. 223.
392
“La teoría contemporánea de la metáfora no es sólo interesante por sí misma. Es especialmente interesante por
el reto que supone a otras disciplinas,” ibid., p. 253.
fuente y un dominio diana, ejemplos como ‘conocer es ver’, ‘el amor es un viaje’ o
entre los órdenes más desemejantes y, no obstante, más comunes de nuestra vida
metafórica alguna con respecto al lenguaje literal. Así la distinción entre lenguaje
sido falsadas por la evidencia experimental,393 que muestra cómo las tareas de
lenguaje literal, sino que se le otorga validez en tanto mecanismo cognitivo general
y, por tanto, vía de acceso a la comprensión genérica del suceder mental, en este
sujetos y uno de éstos, el principal –Otro-, vendría unido a una serie de información
393
Cf. R. Gerrig, “Empirical constraints on computational theories of metaphor: Comments on Indurkya”,
Cognitive Science, 13, 1989, pp. 235-241. R. Gibbs, “Comprehending figurative referential descriptions”,
Journal of Experimental Psychology: Learning, Memory and Cognition, 16, 1990, pp. 65-79.
394
M. Black, Models and Metaphors, Cornell, 1962.
que es utilizada como marco de referencia del secundario –otro-. La metáfora es
La metáfora ‘el otro es el Otro’ conlleva una sustitución que va más allá de la
simple comparación o símil ‘el otro es como el Otro’ que ocurre en la categorización
auténtico desplazamiento, tal como señalaba Freud, una sustitución auténtica que
acuerdo con el principio de invarianza: “...la estructura del dominio diana limita
Otro.
395
G. Lakoff, op. cit., pp. 206-207.
396
Ibid., p. 216, “las cartografías metafóricas preservan la topología cognitiva (esto es la estructura imagen-
esquema) del dominio fuente de una forma consistente con la estructura inherente del dominio diana,” ibid., p.
215.
397
Cf. E. de Bustos, La Metáfora: Ensayos transdisciplinares, Madrid, 2000,.
Las teorías a las que hacemos referencia se encuadran dentro de los modelos
Esta división es la que produciría la separación del dominio fuente y dominio diana
funcional primigenia entre una habilidad cognitiva y una sensorial.398 Las formas de
cerebrales lleva a los modelos ideados por Rummelhart. Según éste “cuando un
de cambios en los pesos sinápticos.”399 Existe evidencia de que hasta los doce
398
En referencia a la formación de categorías globales y superordinadas comenta Murphy, “...la sugerencia de
que los niños aprenden lo que son perros y gatos perceptivamente, y después forman conceptos independientes
conceptualmente subdividiendo su concepto más global de animales parece psicológicamente altamente
implausible. La información perceptiva y conceptual han de estar entrelazadas,” G.L. Murphy, op. cit, p. 302.
399
G. Lakoff y M. Johnson, Philosophy in the Flesh, op. cit., p. 3. Estos autores proponen, desde una nueva
perspectiva acerca de la metáfora, la ambiciosa empresa de reformular algunos de los principios básicos que han
forjado la herencia que acerca de los procesos mentales hemos recibido. Asimismo comenta G. Lakoff: “Nuestros
cerebros están construidos para el pensamiento metafórico. Ya que hemos evolucionado con áreas corticales de
‘alto nivel’ que reciben el input de áreas perceptivas y motores de ‘nivel inferior’, no debe sorprendernos que los
conceptos espaciales y motores deban formar la base del razonamiento abstracto. Metáfora es el nombre que
damos a nuestra capacidad de usar mecanismos inferenciales perceptivos y motores como la base para los
mecanismos de inferencia abstractos. El lenguaje metafórico es simplemente consecuencia de esta capacidad para
meses los niños no producen conceptos con los que poder identificar los objetos
implicación con su medio, sin diferenciar entre los estímulos cognitivos, afectivos, o
sensoriales.
ejemplares ha sido también contrastada, de tal forma que los niños utilizan el
ampliación del conocimiento del dominio diana y las relaciones entre sus
elementos.
tesis que alumbró el edificio freudiano, el cuerpo recortado por nuestra forma de
ejemplares, esto es, en individuos concretos más que en categorías con efectos
por otro lado, esa misma traslación a una figura real, en tanto representación –
402
C.J. Posnansky y P.G. Neumann, “The abstraction of visual prototypes by children”, Journal of Experimental
Children Psychology, 21, 1976, pp. 367-379.
403
G. Lakoff, “The contemporary theory of metaphor”, op. cit., p. 205 (énfasis mío).
2.2.5. El psicoanalista como otro: ejemplaridad y tipicidad
en que no sólo no coopera con esa representación del paciente, sino que la modela
reducido con respecto a los sujetos con quienes normalmente entra en interrelación
así como de un contexto. Al ser intrínsecas permiten respuestas directas y por ello
404
“Es ciertamente posible que algunos investigadores hayan fomentado la impresión de que haya una dicotomía
entre información perceptiva y conocimiento subyacente, especialmente cuando su metodología experimental
contrasta los dos. Sin embargo, yo sostendría que no existe tal dicotomía y que la tarea de los investigadores de
conceptos es explicar cómo estas dos fuentes de información se coordinan y son usadas para diversas tareas,
antes que intentar decidir cuál es más importante,” G.L. Murphy, op. cit, p. 381.
La situación ancestralmente recurrente en la que el organismo categoriza estar es
emociones llevan a los organismos a actuar como si ciertas cosas fuesen verdad
acerca de las circunstancias presentes, tanto si lo son como si no, porque fueron
apreciación automática] no puede detectar cuando las invarianzas, una vez ciertas,
ya no lo son.405
Fauconnier lo ilustra con las rutinas motoras llevadas a cabo por el brazo al esquiar
A nivel biológico, el tipo de categorización que se lleva a cabo está influida por
órganos como la amígdala que, si bien son aptos para dar una respuesta rápida
la nueva situación analítica. Se produciría una proyección selectiva que tiene como
'ancla material' superpone, funde, multitud de aspectos relacionados con una cierta
experiencia.
El cuadro estable que hemos obtenido sobre lo que implica la formación del
Otro como ejemplar básico no está opuesto al hecho de que la información que
tenemos sobre un objeto puede hacer cambiar nuestro conocimiento acerca de una
percibirlos, así señalan cómo “... el análisis de las características del input no está
material para categorizar el mundo que nos rodea y su influencia en las formas de
408
P.G. Schyns y L. Rodet, op. cit., p. 685.
percepción y la forma de experimentar (categorizar) nuestro entorno, volviendo al
analista en centro de interés del analizante, más que su propio síntoma, la razón
que lo llevó a la terapia. Esta curiosidad permite una resituación, el analista hace
fisiológicos y comportamentales.
Figura 2.6. Johntimothy Pizzuto – Relative Memory. En este collage vemos una representación de
nuestros recuerdos, de su vaguedad y su relatividad. Las figuras aparecen en varios lugares,
contextos, opacidades, girando siempre alrededor del sujeto, de su posición, de su forma de relatar su
experiencia. Su lugar condiciona su representación.
2.3. Memoria
estructuras subyacentes.
un repertorio de datos experimentales que intenta ser absorbido por una serie de
modelos teóricos, reflejo de los diversos procesos a los que nos referimos al tratar
existentes.
412
M. Koukkou y D. Lehman, “Ein systemtheoretisch orientiertes Modell der Funktionen des menschlichen
Gehirne und die Ontogenese des Verhaltens”, M. Koukkou, M. Leuzinger-Bohleber y W. Mertens (eds.), op. cit.,
p. 327.
teórico junto con un modelo de funcionamiento neuronal, “la idea es que la
adulto se pueden dar nuevas conexiones, alterando funciones asignadas, así como
cuerpo417 que Freud entendía había sido alterada en los casos de parálisis
histérica. Ésta podía ser abordada por la técnica que comenzaba a desarrollar.
413
L.R. Squire, Memory and Brain, Nueva York, 1987, p. 7
414
Ramachandran reacciona así frente al paradigma computacional de la ciencia cognitiva. “Una implicación más
general de estas observaciones es que debemos abandonar una visión jerárquica estrictamente modular del
cerebro, el legado clásico de la IA, y reemplazarlo con un modelo más dinámico, más interactivo, en el que
señales ‘re-entrantes’ jueguen un papel más destacado,” V.S. Ramachandran y D. Rogers-Ramachandran,
“Synasthesia in Phantom Limbs induced with mirrors”, Proceedings of the Royal Society of London, 263, 1996,
p. 386. Cf. F.M. Benes, “Human brain growth spans decades”, American Journal of Psychiatry, 155, 1998, p.
1489.
415
E.A. Maguire, D.G. Gadian, I.S. Johnsrude, C.D. Good et al., “Navigation-Related Structural Change in the
Hippocampi of Taxi Drivers”, Proceedings of the National Academy of Science 97(8), 2000, pp. 4398-4403.
416
M.M. Merzenich, J.N. Randall, M.P. Stryker, M.S. Cynander, A. Schoppmann y J.M. Zook, “Somatosensory
cortical maps change following digit amputation in adult monkeys”, Journal of Computer Neurology, 224, 1984,
pp. 591-605. Cf. F. A. Lado, A. D. Legatt, P. A. LaSala y S. Shinnar, “Alteration of the cortical motor map in a
patient with intractable focal seizures”, Journal of Neurology Neurosurgery and Psychiatry, 72, 2002, pp. 812-
815.
417
V.S. Ramachandran y D. Rogers-Ramachandran, “Synaesthesia in phantom limbs induced with mirrors,”op.
cit., pp. 377-386. E.A. Franz y V.S. Ramachandran, “Bimanual coupling in amputees with phantom limbs”,
Nature Neuroscience, 1, 1998, pp 443-444.
La compleja relación entre lo bioquímico y lo comportamental queda salvada
temporal resulta suficiente, la memoria a largo plazo requiere de cambios que sean
recuerdo.
La neurona posee múltiples inputs pero sólo tiene un output (axón), de ahí que
su efecto en el sistema neuronal sólo pueda ser bivalente.419 Los iones de calcio
418
Cf. M.I. Posner y S.W. Keele, “Retention of abstract ideas”, Journal of Experimental Psychology, 83, 1970,
pp. 304-308; M.I. Posner y S.W. Keele, “On the genesis of abstract ideas”, Journal of Experimental Psychology,
77, 1968, pp. 353-363, y J.G.W. Raaijmakers y R.M. Shiffrin, “Models for recall and recognition”, Annual
Review of Psychology, 43, 1992, pp. 205-234.
419
De ahí el valor de los sistemas computacionales binarios como simuladores de la actividad neural.
que rodean la célula, al producirse determinada tensión eléctrica, entran en ella,
convirtiendo el impulso eléctrico en una señal química; los iones activan las
resulta más importante para regular los genes encargados de la memoria que la
función de recuerdo y reactivación puede ser vista como un medio por el cual
420
Para un desarrollo completo de los diversos elementos involucrados en la comunicación interneuronal cf. M.B.
Kennedy, H.C. Beale, H.J. Carlisle y L.R. Washburn, “ Integrated biochemical signalling in postsynaptic spines”,
Nature Reviews: Neuroscience, 6(6), 2005.
421
L. Nadel y C. Land, “Memory traces revisited”, Nature Reviews: Neuroscience, 1, 2000, pp. 211. Para una
crítica del concepto cf. R.R. Miller y L.D. Metzel, “Memory involces far more than consolidation,” Nature
Reviews: Neuroscience,1, 2000, pp. 214-6.
consolidación'422 entiende que es la síntesis protéica la que se encuentra en la base
de recuerdo. De ahí que, los recuerdos más antiguos sean los más robustos, los
fisiológico como funcional, una cierta disociación entre dos estructuras o funciones
como concepto no posee coherencia alguna más allá de la otorgada por nuestras
y correlatos fenomenológicos.
422
K. Nader, G.E. Schafe y J.E. Ledoux, “The labile nature of consolidation theory”, Nature Reviews:
Neuroscience, 1, 2000, pp. 216-219.
423
S.J. Sara, “Strengthening the shaky trace through retrieval”, Nature Reviews: Neuroscience, 1, 2000, pp. 212-
213.
424
La memoria de corto plazo se ve afectada por lesiones relativas al hemisferio izquierdo, en especial, la zona
relativa a la articulación de lenguaje (Wernicke, Broca). La de largo plazo se ve afectada por daños en los
lóbulos temporales y las zonas más profundas como hipocampo y la zona mamilaria.
425
F.I.M. Craik y R.S. Lockhart, “Levels of processing: A framework for memory research”, Journal of Verbal
Learning and Verbal Behavior, 11, 1972, pp. 671-684.
426
Otras concepciones también son discutidas en D.S. Olton, “Inferring Psychological Dissociations from
Experimental Dissociations: The Temporal Context of Episodic Memory”, H.L. Roediger y F.I.M. Craik (eds.),
Essays in Honour of Endel Tulving, Hillsdale, 1989, sostiene una visión dimensional de la memoria antes que
una dicotómica o en el mismo volumen B.B. Murdock, “The Past, Present, and the Future: Comments on Section
1” aboga por un sólo sistema con diversos efectos paramétricos. O R.G. Crowder, “The demise of short-term
memory”, Acta Psychologica, 50, 1982, pp. 291-323.
Las dos grandes subdivisiones de la memoria a largo plazo separarían una de
nos resulta intuitivamente más cercana; recordar una película, una cena o un día
estímulos: la vía dorsal, en la que se procesan los aspectos propios del objeto, y la
que sigue la vía dorsal estaría asociada a la memoria explícita (qué), mientras que
nuevos frente a otros conocidos. Los datos avalan el hecho de que la memoria
estímulos.429
427
J. Piaget y B. Inhelder, La Psychologie de l'enfant, París, 1966. J. Piaget, Seis estudios de psicología,
Barcelona, 1993.
428
R. Russo, P. Nichelli, M. Gibertoni y C. Cornia, “Development trends in implicit and explicit memory: A
picture completion study,” Journal of Experimental Child Psychology (59), 1995, pp. 566-578.
429
A.J. DeCasper y M.J. Spence, “Prenatal maternal speech influences newborn’s perceptions of speech sounds,”
Infant Behavior and Development, 9, 1986, pp. 133-150. “Pese a que la primacía indirecta aumenta la posibilidad
de que los individuos tengan una respuesta preparada para situaciones similares que probablemente encuentren,
también aumenta la posibilidad de que los recuerdos reactivados indirectamente sean accesibles a la modificación
a través de nuevas circunstancias ya sea en el momento de recuperación o, posteriormente, dependiendo de cuán
rápido son olvidados,” C. Rovee-Collier y P. Gerhardstein, “The Development of Infant Memory”, N. Cowan,
El último aspecto que desarrollaremos brevemente en esta sección es la
sino que éstas resultan más disponibles para el recuerdo cuando están asociadas
mostrado cómo al fonetizar y articular las palabras, éstas son procesadas por un
alguien llevar a cabo una tarea. Al igual que la teoría de la metáfora sostiene la
Hacer y pensar permiten cambios del comportamiento casi idénticos. Imaginar una
vívida, aunque sea de forma imaginaria, puede modificar nuestro sistema nervioso.
al observer cierta actividad motora comenzaban a activar las áreas cerebrales relativas a la propia actividad pese
a mantenerse cómodamente sentados y no producirse activación muscular. De estos datos los investigadores
sostienen poder demostrar cierta relación con los procesos de imitación.
433
G. Rizzolatti y M. Arbib, “Language within our grasp”, Trends in Neuroscience, 21, 1998, p. 188.
2.3.1. Memoria = Codificación + Recuperación
estudios modernos señalan que recuperar una información sólo puede ser fruto de
almacenado sus recuerdos en contacto directo con las ideas, se trataba de una
acceder al recuerdo por haber sido vinculadas desde el principio con el modo de
434
E. Tulving, Elements of episodic memory, Nueva York, 1983.
recuperación.435 El recuerdo se produce como relación entre la información
guardada y la presente.
suceso tan pregnante (en la sociedad americana al menos) sirve de pista idónea
(también americano e.g.) perdió el día en que Kennedy fue asesinado, nuestro
recuerdo del suceso será aún más triste que si no hubiera sido de esta forma. Un
siguiente aspecto.
Al conseguir recordar algo de modo exitoso, una modulación arriba-abajo del cortex
frontal interactúa probablemente con representaciones neurales posteriores de
pistas ambientales para producir la reactivación de las redes corticales que
435
E. Tulving, “Relation between encoding specificity and levels of processing”, L.S. Cermak y F.I.M. Craik
(eds.), Levels of processing in human memory, Nueva Jersey, 1979.
436
K.H. Pribram, “The amnesic syndromes: Disturbances in coding,”, G.A. Taland y N.C. Waugh (eds.) The
Pathology of Memory, Nueva York, 1969, p. 136.
437
F.I.M. Craik, “On the making of episodes”, H.L. Roediger y F.I.M. Craik (eds.), op. cit. Así el recuerdo del
contexto es especialmente vívido en circunstancias con un hondo calado emocional. El ejemplo citado es el
estudio de R. Brown y J. Kulik, “Flashbulb memories”, Cognition, 5, 1977, pp. 73-99, en el que se comprobaba
la primacía del contextos como la muerte de J.F. Kennedy en la memoria de diversos sujetos.
representan un recuerdo. El lóbulo temporal medio es probablemente el encargado
de ciertas formas de reactivación, quizás mediante su papel paralelo en la rápida
vinculación de información en nuevas redes corticales. A medida que la
información reflejando las representanciones mnésicas es reconocida, las redes
corticales involucradas en las regiones parietales y frontales contribuyen a la señal
general indicando que la información es antigua. Simultáneamente, la reactivación
de contenidos específicos en el ámbito del recuerdo actúa sobre las fases tardías
del procesamiento sensorial que también codifica dicha información durante el
procesamiento sensorial y de imágenes. Por ejemplo, las regiones visuales en el
córtex inferior temporal se reactivan para apoyar los contenidos visuales del
recuerdo. Otras regiones, aún poco entendidas, sostendrían el contenido abstracto
y verbal del recuerdo. También es posible que el córtex frontal participe en la
contínua evaluación de los productos emergentes del intento de recuperación y que
los procesos descritos se extiendan, dependiendo del acierto y objetivo del
recuerdo. Las operaciones de estos procesos interactivos son experimentadas
fenomenológicamente como recordar.438
dos será más duradera y más lento su olvido.439 Los estudios más recientes en
que puede inhibir la acción del hipocampo al igual que procesos automáticos
subcorticales.440
requerida por estas nuevas experiencias para afectar a los modelos almacenados.
Y eso que los procesos generados por los estímulos conocidos, pese a situarse
subsimbólica.
apoyarían en las mismas áreas cerebrales, contraviniendo las tesis acerca de una
440
Se trataría de un modelo del postulado freudiano de represión y el mecanismo de defensa. “Es por ello que
estos descubrimientos ofrecen el primer modelo neurobiológico del tipo voluntario de represión propuesto por
Freud, un modelo que integra su propuesta, por otra parte cuestionada, con mecanismos ampliamente aceptados y
fundamentales para el control de la conducta” M.C. Anderson, K.N. Ochsner et al., “Neural systems underlying
the suppression of unwanted memories”, Science, 303, 2004, p. 235.
441
L. Nyberg, R. Habib, A.R. McIntosh y E. Tulving, “Reactivation of encoding-related brain activity during
memory retrieval”, Proceedings of the National Academy of Sciences, 97, 2000, pp. 11120–11124. M.E.
Wheeler, S.E. Petersen y R.L. Buckner, “Memory’s echo: vivid remembering reactivates sensory-specific
cortex”, Proceedings of the National Academy of Sciences, 97, 2000, pp. 11125–11129. P.E. Roland y B.
Gulyás, “Visual imagery and visual representation”, Trends in Neuroscience 17, 1994, pp. 281–287.
enviar información sobre nuevos episodios al neocortex442 incluso antes de que se
formen las estructuras corticales apropiadas para el aprendizaje. Así los recuerdos
de juventud en los adultos ya no dependen del hipocampo, sino del sistema del
temporal, incluido el hipocampo, a otras zonas como el cortex. Así ocurre en los
comienza a reforzar las redes corticales hasta que el recuerdo se independiza del
información redundante.444
442
J.L. McClelland y N.H. Goddard, “Considerations arising from a complementary learning systems perspective
on Hippocampus and Neocortex”, Hippocampus, 6, 1996, pp 654-665.
443
J.L. McClelland, B.L. McNaughton y R.C. O'Reilly, “Why there are complementary learning systems in the
hippocampus and neocortex: Insights from the successes and failures of connectionist models of learning and
memory”, Psychological Review, 102(3), 1995, pp. 419-457. J.L. McClelland, “Complementary learning systems
in the brain: A connectionist approach to explicit and implicit cognition and memory”, R. Bilder y L. Fever
(eds.), Neuroscience of the mind on the centennial of Freud's project for a scientific psychology, Annals of the
New York Academy of Sciences, 843, 1998, pp. 153-169.
444
P.W. Frankland y B. Bontempi, “The organization of recent and remote memories”, Nature Reviews:
Neuroscience, 6, 2005, pp. 119-130. Asimismo se ha mostrado como el córtex prefontral también está en la base
del control del estrés al disminuir su input al cerebro medio. T. W. Robbins, “Controlling stress: how the brain
protects itself from depression”, Nature Neuroscience, 8, 2005, pp. 261-262.
En psicoanálisis, mediante la transferencia, se produciría un tipo de olvido y
gente con desórdenes mnésicos e incluso gente normal, parece que la memoria
simbólica.
reconocimiento visual del analista (consonante con la práctica del diván, mediante
experiencia.
pero sin el recuerdo explícito de las circunstancias o los sujetos con los que se
poseemos acerca del mundo, la información que hemos ido almacenando a lo largo
que el sujeto cree de sí, le da una posición, una identificación y un ideal según
cambio de dominio de hemisferios del izquierdo al derecho entre los cuatro y cinco
448
Cf. M.I. Posner, Chronometric explorations of the mind, Hillsdale, 1978.
449
J. Grisby y G.H. Hartlaub, “Procedural learning and the devolpment and stability of character”, Perceptual and
Motor Skills, 79, 1994, pp. 355-370.
450
S. Wetzler y J. Sweeney, “Childhod amnesia: A conceptualization in cognitive psychological terms”, Journal
of the American Psychoanalytic Association, 1986, 34, pp. 636-686.
desarrollo de la memoria autobiográfica451 y de un lenguaje egocéntrico mediante el
cual el niño empieza a contarse historias a sí mismo alrededor de los tres años.452
Así los diferentes hemisferios pueden guardar información diversa acerca del
a la hora de recordar, pues puede ser que surjan recuerdos relevantes asociados
activación.
451
B. Jacobs, H. Batal, B. Lynch, G. Ojemann, L. Ojemann y A.B. Scheibel, “Quantitative dendrite and spine
analyses of speech cortices: A case study”, Brain and Language, 44, 1993, pp. 239-253, y B. Jacobs y A.B.
Scheibel, “A quantitative dendritic analysis of Wernicke's area in humans. I Lifespan changes”, Journal of
Computational Neurology, 327, 1993, pp. 83-96.
452
R. Joseph, “The neuropsychology of development: Hemispheric laterality, limbic language, and the origin of
thought”, op. cit.
453
J. Levy y C. Trevarthen, “Perceptual, semantic, and phonetic aspects of elementary language processes in
split-brain patients”, Brain, 100, 1977, pp. 105-118.
454
G.R. Fink, H.J. Markowitsch, M. Reinkerneier, T. Bruckbauer, J. Kessler y W.-D. Heiss, “Cerebral
representation of one's own past: Neural networks involved in autobiographical memory”, Journal of
Neuroscience, 16(13), 1996, pp. 4275-82. “...el cortex prefrontal inferolateral derecho y el derecho temporal
anterior, estructuras interconectadas mediante la rama ventral de el fascículo uncinado, están involucrados en la
recuperación de recuerdos episódicos, mientras que la misma combinación en el hemisferio izquierdo podría ser
responsable para la recuperación de la memoria semántica,” ibid., p. 4280. M.A. Wheeler, D.T. Stuss y E.
Tulving, “Toward a theory of episodic memory: The frontal lobes and autonoetic consciousness”, Psychological
Bulletin, 121(3), 1997, pp. 331–354.
prefrontal actuaría en el control y el comienzo de la rememoración. Así la narración
influidos por nuestra actitud genérica hacia el tipo de eventos de que se trate,456
buena parte de las narrativas propias carecen de ese tono intenso.459 En esta
editado, se reconsolida. Este proceso permite una nueva reinscripción del propio
evento recordado.460
El recuerdo se sitúa así en cierta relación con la actitud del sujeto.461 Parece
recuerdos, éstos no son inamovibles, sino que se interrelacionan con otro tipos de
que separa razón y emoción. “Claramente las historias que nos contamos sobre los
118.
459
“...el contenido de los recuerdos contados depende de cómo son narrados a otros, y estos recuerdos
reconstituidos forman la base del yo recordado por el individuo,” R.C. Schank y R.P. Abelson, “Knowledge and
memory: the real story”, R.S. Wyer, Knowledge and Memory: the real story, Nueva Jersey, 1995, p. 1. La misma
línea lacaniana, “...la escritura, y el lenguaje en general, (parecen) perfectamente adaptados a la esencial tarea de
la recuperación de un trauma –asimilando el evento traumático en la red de creencias que son recusadas por el
trauma.” K.D. Harber y J.W. Pennebaker, “Overcoming traumatic memories”, S.-A. Christianson (ed.), The
handbook of emotion and memory: Research and memory, Nueva Jersey, 1992, p. 373.
460
E. Gold y W.T. Greenough (eds.), Memory Consolidation. Essays in Honour of James L. McGaugh,
Washington, 2001.
461
H.K. Bahrick, L.K. Hall y S.A. Berger, “Accuracy and distortion in memory for high school grades”,
Psychological Science, 7, 1996, pp. 265-271.
eventos de nuestras vidas juegan un papel crítico en sus efectos sobre nosotros.
462
M. Cavell, The Psychoanalytic Mind. From Freud to Philosophy, Cambridge, 1993, p. 94. De acuerdo con la
hipótesis holista, “uno comprende su propia vida como una totalidad en términos de ciertas experiencias críticas,
uno concibe sus experiencias en los términos disponibles en el modo que entiende su vida como totalidad. Un
cambio de significado de alguna parte de esto puede afectar al resto,” ibid.
463
“Una experiencia pasada es vista como una fuente inagotable de posibilidades de significado personal; está
fundamentalmente abierta a una nueva comprensión en la mediación entre pasado y presente que es el recuerdo,”
L.M. Hirshberg “Remembering: Reproduction or construction?” Psychoanalysis and Contemporary Thought, 12
(3), 1989, p. 367. “Esto significa que durante nuestra vida reorganizamos nuestros recuerdos e ideas del pasado,
conservando más o menos el mismo material pero añadiendo otros elementos capaces de cambiar su significado y
sobre todo cambiar nuestro punto de vista,” J. Piaget, Memory and intelligence, Nueva York, 1973, p. 381, cit.
Ibid., p. 371. De esta forma el cambio terapéutico como cambio de punto de vista permite una nueva producción.
464
S. Freud, Eine Kindheitserinnerung des Leonardo da Vinci, Sta., X, p. 109-10. “Si el relato de Leonardo del
buitre no es sino una fantasía posterior, pensaremos al principio que no vale la pena de dedicarle gran atención.
Para su esclarecimiento podría bastarnos la tendencia, confesada por Leonardo, a dar a su estudio de los
problemas del vuelo de las aves la importancia de una prescripción del destino. Pero con esta valoración
despectiva cometeríamos una injusticia análoga a la que constituiría rechazar ligeramente el material de leyendas,
tradiciones e interpretaciones de la prehistoria de un pueblo. A pesar de sus deformaciones y sus errores, entraña
dicho material la realidad del pasado y constituye aquello que el pueblo ha formado sobre la base de los
acontecimientos de su época primitiva y bajo la influencia de motivos poderosos por entonces y muy importantes
aún en la actualidad, y si pudiéramos deshacer, por el conocimiento de todas las fuerzas actuales, tales
deformaciones, podríamos descubrir detrás del material legendario la verdad histórica. Igualmente sucede con los
recuerdos infantiles o fantasías del individuo. No es indiferente lo que una pensona cree recordar de su niñez,
pues detrás de los restos de recuerdos incomprensibles para el mismo sujeto se ocultan normalmente preciosos
testimonios de los rasgos más importantes de su desarrollo anímico,” ibid., p.111.
Otro factor contextual que altera el recuerdo es su intensidad. Al revivir ciertos
eventos nos trasladamos a éstos, cargando dichos recuerdos de una carga emotiva
saliente del mismo.”466 Parece que la alteración en el tiempo verbal suele denotar
una cierta amenaza para la estabilidad del yo.467 De alguna forma el recuerdo o sus
indistinción entre recuerdo y percepción, 'pudiendo ver' con total claridad como si
465
D.B. Pillemer, A.B. Desrochers y C.M. Ebanks, “Remembering the Past in the Present: Verb tense shifts in
Autobiographical Memory Narratives”, C.P. Taylor et al. (eds.), op. cit. Cf. A.D. Harvey, “Evidence of tense
shift in personal experience narratives”, Empirical Studies of the Arts, 4, 1986, pp. 151-162.
466
Ibid., p. 146.
467
L. Terr, “What happens to early memories of trauma? A study of twenty children under age five at the time of
documented traumatic events”, Journal of the American Academy of Child and Adolescent Psychiatry, 27, 1988,
96-104.
468
K.D. Harber y J.W. Pennebaker, op. cit., p. 360.
Las pistas de recuerdos traumáticos no son incorporadas en la conciencia
experiencias previas, volviéndolo más acorde con los esquemas del individuo.470 En
ser reforzadas.
Mientras más experimenta una persona fases de extremo terror durante un evento,
más verosímil resulta que la imaginería de dicho evento sea inscrita en las mismas
modalidades sensoriales de la memoria que las percepciones. Estas inscripciones
mnésicas tienden a volver a la representación consciente en la misma modalidad y,
debido a su intensidad, reevocan las mismas emociones que las de la experiencia
original.472
469
“Si, como se sabe ahora, la memoria es constitutiva antes que restaurativa, la identificación del yo (self) con la
memoria es uno de los componentes que necesita ser reconstruído contínuamente.” D. Spiegel y D. Li,
“Dissociated cognition and disintegrated experience”, D.J. Stein (ed.), Cognitive Science and the Unconscious,
Washingtohn, 1997, p. 184.
470
Ibid.
471
J.M.G. Williams, “Autobiographical memory and emotional disorders”, S.-A. Christianson (ed.), op. cit. “En
conclusión, los datos existentes apuntan a dos componentes en la capacidad general para recordar: una estable
tendencia a ser inespecífico sea cual sea el carácter del recuerdo que se reactiva, y una tendencia a que éste sea
más evidente para recuerdos positivos o negativos, lo cual depende de si sucesos negativos o positivos recientes
dominan el contexto de rememoración,” op. cit., p. 469
472
M.J. Horowitz y S.P. Reidbord, “Memory, emotion and response to trauma”, S.A. Christiansen (ed.), op. cit.,
p. 347. “Desde una perspectiva adaptativa, los recuerdos de experiencias traumáticas no necesitarían estar
disponibles a la recuperación verbal consciente, más bien podrían encontrarse manifiestos como recuerdos no
verbales, implícitos.” Cf. I.M. Cordón, M.-E. Pipe, L. Sayfan, A. Melinder, y G.S. Goodman, “Memory for
traumatic experiences in early childhood”, Developmental Review, 24, 2004, p. 107.
Es la situación, el contexto, la modalidad en que estos recuerdos se vuelven a
Desde hace tres décadas esta extensión de la experiencia del ser humano ha
de dicha experiencia.
473
A.S. Reber, op. cit.
Una de las pruebas que sostiene una disociación entre dos sistemas
Claparède. Con un objeto afilado pegado a la palma de la mano les ofrecía ésta a
pacientes amnésicos. Éstos recibían así una punzada dolorosa. Tras dicha
resistían pese a que el médico no tenía escondido nada en la mano, sin recordar el
autobiográfica y procedimental.
más reciente filogenéticamente y por eso mismo más volátil y dúctil, frente a una
memoria procedimental más antigua y arraigada así como más estable.477 Mientras
efectuación.479
necesarias para ser procesada por la conciencia, pero de la cual se observa cierto
recuerdo que no producen lenguaje, sino actividad, así el acting-out, una forma de
de una representación (un significante según Lacan) con una emoción disociada.
fisiológicas y orgánicas.
estímulo físico, influir en juicios afectivos y hacer que nombres desconocidos parezcan famosos,” L.L. Jacoby,
C.M. Kelley y J. Dywan, “Memory Attributions,” H.L. Roediger y F.I.M. Craik (eds.), op. cit., p. 409.
484
D.J. Siegel, “Towards and interpersonal neurobiology of the developing mind: Attachment relationships,
“mindsight, and neural integration”, Infant Mental Health Journal, 2001, 22(1-2), p. 74.
2.3.4. Transferencia y niveles de codificación
del lenguaje.487
Así se podría describir el método de libre asociación utilizado por Freud que
permite dicha emergencia simbólica, “...la teoría de código múltiple postula que la
modalidades motoras. Así, los sujetos con mayor capacidad referencial son los que
regulada.”489
áreas que el aprendizaje implícito (cortex izquierdo prefontral, cortex parietal inferior
489
A.N. Schore, Affect Regulation and the Origin of the Self, op. cit., p. 466. “El tratamiento psicoanalítico está
específicamente diseñado para permitir la activación de antiguos esquemas emocionales con su núcleo afectivo
en un contexto interpersonal nuevo en el que pueden ser tolerados, examinados, y reconstruidos, y donde se
pueden desarrollar nuevos significados emocionales,” W. Bucci, Psychoanalysis and cognitive science: A
multiple code theory, op. cit., p. 204. “Los recuerdos accesibles verbalmente suelen consistir en generalizaciones
no específicas de muchas experiencias discretas, con un contenido predominantemente intelectual, cortical, y
relativamente no emocional, y están relacionadas primariamente con imaginería auditiva y visual. Sin embargo,
estas mismas experiencias se almacenan cotemporáneamente en forma de recuerdos viscerales exteroceptivos e
intereoceptivos de experiencias discretas, en las que imágenes sensoriales vívidas constituyen la esencia del
proceso mnésico, a menudo sin palabras. Dichos recuerdos son mucho más difíciles de acceder,” L.M. Miller,
Neuropsychodynamic Foundations of Psychoanalysis, Nueva York, 1991, p. 235.
inconsciente equivaldría a una serie de esquemas sensimotores sin representación,
conexionista nos puede ayudar a entender los lapsus y discuten el caso de una
mujer que salía con un chico mucho más joven que ella y al ser interrogada acerca
confusión semántica. Existe evidencia de cómo los esfuerzos por suprimir ciertos
que ésta sea asociada con los estímulos utilizados como distractores. En el
osos blancos este pensamiento no hacía sino interferir con otras ideas. Las ideas
490
J. Piaget, “The affective unconscious and the cognitive unconscious”, Journal of the American
Psychoanalytical Association, 21, 1973, pp. 249-261.
491
D. Westen y G.O. Gabbard, “Developments in Cognitive Neuroscience: I. Conflict, Compromise and
Conectionism”, Journal of the American Psychaoanlytic Association, 50(1), 2002, p. 176.
492
Relación entre la expresión inglesa 'it doesn't matter' equivalente a 'no tiene importancia', con 'it doesn't
mother' en la que el 'matter' es sustituido por 'mother', madre en español.
493
D. Wegner, “You can't always think what you want: Problems in the suppression of unwanted thoughts”,
Advances in Experimental Social Psychology, 25, 1992, pp. 193-225.
494
D.M. Wegner, White bears and other unwanted thoughts, Nueva York, 1989.
acaban asociando a este pensamiento –tal como Freud señalase en referencia a la
asociados al lenguaje:
Esta sería en efecto la función del lenguaje como modo simbólico por
ligados, sin representación. Pero qué estados subsimbólicos son los que en el seno
495
R. Pally, “II: How the Brain Actively Constructs Perception”, op. cit., p. 1029.
496
K.H. Pribam y M.M. Gill, El “Proyecto” de Freud. Una Introducción a la teoría cognitiva y a la
neuropsicología contemporánea, Buenos Aires, 1977, p. 136.
de las emociones como estados orgánicos subsimbólicos que actúan bajo la
relevancia en las dos últimas décadas. Si bien la propia ciencia cognitiva posee
visceral con independencia y primacía con respecto a otros de corte más clásico.498
sobre los mecanismos que regulan la memoria, han validado las intuiciones
497
D. Westen, G.O. Gabbard, “Developments in Cognitive Neuroscience: II. Implications for theories of
Transference,” op. cit., pp. 104-105. “Contrariamente a la opinión científica tradicional, los sentimientos son tan
cognitivos como otras percepciones,” A.R. Damasio, op. cit., p. 12. “La separación artificial de la cognición del
resto de la mente fue muy útil en los primeros días de la ciencia cognitiva y ayudó a establecer una nueva
aproximación a la mente. Pero ahora es tiempo de poner a la cognición de nuevo en su contexto mental, de reunir
cognición y emoción en la mente. Las mentes poseen pensamientos así como emociones y el estudio de
cualquiera sin el otro no será nunca satisfactorio,” J.E. Ledoux, op. cit., p. 39. “La psicología cognitiva ha vivido
durante varias décadas esencialmente sin afecto, de acuerdo con su tarea específica de explicar el pensamiento de
modo desapegado (cool). Los trabajos de este simposio nos recuerdan las importantes interacciones entre afecto
y pensamiento que son características de la mayoría de las situaciones de la vida real,” H.A. Simon,
“Conclusion”, M.S. Clark y S.T. Fiske (eds.), Affect and Cognition, The Seventeenth Annual Carnegie
Symposium on Cognition, 1982, Nueva Jersey, p. 342.
498
R. Zajonc, “Feeling and Thinking: Preferences need no inferences,” American Psychologist, 35, 1980, pp.
151-175. R.B. Zajonc, “On the Primacy of Affect,” American Psychologist, 39, 1984, pp. 117-123.
cognitivas aparentemente superiores, y que clásicamente han despertado más
del organismo.501
499
Así “la psicoterapia es interpretada como un proceso mediante el cual nuestro neocortex aprende a ejercer
control sobre sistemas evolutivamente antiguos,” J.E. Ledoux, op. cit., p. 21.
500
S. Schachter y J. Singer, “Cognitive, social and psychological determinants of emotional state”, Psychological
Review, 63, 1962, pp. 379-399.
501
A.R. Damasio, T.J. Grabowski, A. Bechara, H. Damasio, L.L.B. Ponto, J. Parvizi y R.D. Hichwa, “Subcortical
and cortical brain activity during the feeling of self-generated emotions”, Nature Neuroscience 3(10), 2000, pp.
1049-1056. En concreto en el análisis realizado por este grupo de investigadores mediante PET, se observaron en
el estudio de las emociones de miedo, tristeza, alegría y enfado, la activación de áreas, “...por ejemplo, el cortex
cingular, el cortex secundario somatosensorial, el cortex cingulado, núcleos del tegmento del tallo cerebral e
hipotálamo. Estas regiones comparten una característica básica en tanto todos son recipientes directos o
indirectos del medio interno, las vísceras y el medio musculoesquelético. Aparte, algunas de estas regiones, en
concreto, algunos núcleos del tallo cerebral, el hipotálamo y subsectores de la ínsula y el cingulado tamién
generan señales regulatorias necesarias para mantener la homeostasis,” ibid., p. 1051. Cada emoción seguiría
unos patrones neuronales de activación diferentes produciendo la sensación subjetiva asociada a dicha emoción.
502
A.R. Damasio, op. cit. pp. 165 y ss.
deshaciendo los marcadores somáticos que anticipan respuestas en relación con la
experiencia.
Estudios realizados con mujeres a las que se les presentaba un video erótico
señalan cómo aquéllas que según una serie de pruebas acerca de su grado de
excitatorias mayores ante la presentación del vídeo que aquéllas que mostraban un
acción, poseerían valor biológico.505 La rapidez con que se producen este tipo de
representación mínima posible del estímulo para activar los sistemas de control de
503
P.J. Morokoff, “Effects of sex guilt, repression, sexual "arousability," and sexual experience on female sexual
arousal during erotica and fantasy”, Journal of Personality and Social Psychology, 49, 1985, pp. 177-187.
504
Eric Kandel muestra cómo las situaciones de separación del niño de la madre produce glucocorticoides que
afectan al hipocampo, una de las pocas áreas del cerebro que posee dos tipos de receptores de esta sustancia. La
exposición contínua a dicho neurotransmisor conlleva a la larga una atrofia en las neuronas en el hipocampo y
probablemente la pérdida en la memoria a largo plazo. Cf. E.R. Kandel, “Biology and the future of
psychoanalysis: A new intellectual framework for psychiatry revisited”, American Journal of Psychiatry 156(4),
1999.
505
Cf. P. Ekman, “Basic Emotions”, T. Dalgleish y M. Power (eds.), Handbook of Cognition and Emotion.
Sussex, 1999.
respuesta emocional...”506 Así categorización y percepción vendrían a converger
como funciones cognitivas bajo la tutela de una función inferior como es el caso del
emocional correctiva'.507
madre media entre las relaciones del éste con su ambiente. Dicho desarrollo de
funciones autoregulatorias.
Una división anatómica del cerebro nos llevaría a reseñar las siguientes
506
J.E. Ledoux, “Emotion and the brain”, Journal of NIH Research, 3, 1991, p. 50.
507
F. Alexander, Psychoanalysis and Psychotherapy, Nueva York, 1956.
508
A. Schore, Affect Regulation and the Origins of the Self. The Neurobiology of Affective Development,
Hillsdale, 1994.
excitación excesiva, aunque no puede por sí solo descargar tensión. La amígdala
atención en un estado de alerta que no pase ni por el sueño ni por la ansiedad. Por
conexiones directas con hipotálamo, amígdala y tallo cerebral surge como zona de
mente y cuerpo.
509
R. Joseph, “The Limbic System: Emotion, Laterality, and Unconscious Mind”, The Psychoanalytic Review,
79, 1992, pp. 405-456. La sexualidad como función posee relaciones cercanas con las áreas límbicas del cerebro
(amígdala, hipotálamo y septum) que se desarrollaron filogenéticamente con anterioridad a áreas corticales y
también poseen primacía ontogenética. Los traumas de este tipo producen anormalidades en dichas áreas con
efectos comportamentales. De hecho estas áreas están encargadas de la regulación homeostática del cuerpo en
relación con estímulos externos encargados, en primera instancia, de regular estados afectivos. No es de extrañar
por tanto que Freud se fijase en la sexualidad en referencia a los desórdenes que encontraba en sus pacientes
histéricas. R. Joseph, “The neuropsychology of development: Hemispheric laterality, limbic language, and the
origin of thought”, Journal of Clinical Psychology, 44, 1982, pp. 4-33.
510
E. Howard, “DNA content of rodent brains during brain maturation and aging, and autoradiography of
postnantal synthesis in monkey brain”, Progress in Brain Research, 40, 1973, pp. 91-113.
la forma en que éste posteriormente alcance ciertas modalidades de
correlato neuronal. En especial el espacio que va de los 10-12 meses a los 16-18
Así la asunción teórica básica subyacente a los últimos modelos psicoanalíticos del
desarrollo socioemocional temprano es de hecho similar, si no idéntica, a la
conceptualización de los neurocientíficos del desarrollo previamente bosquejada,
que el crecimiento de estructuras en un período crítico que provee con funciones
autoregulatorias está profundamente influido por las fuerzas ambientales sociales
post-natales.511
la infancia se desarrollan los circuitos que unen el cortex prefrontal con las
511
A.N. Schore, Affect regulation and the Emergence of the Self, Hilldale, 1994., op. cit., p. 27.
512
Ibid., op. cit., p. 33.
problemas de adicción, la búsqueda externa del objeto que regule los desequilibrios
madre por parte del recién nacido. La resonancia resulta fundamental, permitiendo
una falta de adecuación del niño con sus respuestas subcorticales. El cuidador, en
513
Tal como señala Levin “...la pérdida de objeto conlleva la estructura mental,” F.M. Levin, Psyche and Brain.
The biology of talking cures, Madison, 2003, p. 51.
514
“La transformación resultante de un circuito límbico único en uno dual define la maduración final del cortex
frontolímbico,” A.N. Schore, op. cit., p. 259. “Patrones frontolímbicos simpatéticos dominantes y
parasimpatéticos dominantes podrían subyacer relativamente a psicopatologías del desarrollo subcontroladas o
sobrecontroladas...” ibid., p. 278.
parasimpático). “El cuidador influye en la parcelación de los dos circuitos límbicos
sensoriales. ¿Qué hace que nuestra atención se centre en ciertos objetos antes
que en otros? Estas preguntas nos remiten a lo interesante que pueda ser un
motivación.516
atención, la evidencia parece sugerir que estos estados poseen efectos sobre la
memoria que van más allá de la simple focalización de la atención. Así, McGaugh,
De hecho parece que mientras las respuestas relacionadas con el miedo estarían
515
Ibid., p. 282.
516
Para una visión sinóptica de este tema se puede acudir a M.D. Lechman, S.J. Ceci y P.A. Ornstein, “The
Influence of Affect on Memory: Mechanism and Development”, S.-A. Christianson, op. cit. En este artículo los
autores hablan de una auténtica sinergia entre afecto y memoria que los relaciona de forma bidireccional.
517
J.L. McGaugh, “Affect, neuromodulatory systems, and memory storage”, S.-A. Christianson, op. cit..
518
J.A. Gray, The neuropsychology of anxiety: an enquiry in to the functions of the septo-hippocampal system,
Oxford, 1982.
fundadas en la actividad de la amígdala, la ansiedad tendría su sustrato neural en
una parte del hipocampo, la sección ventral.519 A su vez otra área del hipocampo
implícita es uno de los aspectos claves en esta discusión. Los pacientes amnésicos
Claparède. Las reacciones emocionales pueden ser enseñadas sin conciencia por
519
D.M. Bannerman, J.N.P. Rawlins, S.B. McHugh, R.M.J. Deacon, B.K. Yee, T. Bast, W.N. Zhang, H.H.J.
Pothuizen y J. Feldon, “Regional dissociations within the hippocampus- memory and anxiety”, Neuroscience
and Biobehavioral Reviews, 28, 2004, pp. 273-283.
520
S.T. Murphy, J.L. Monahan y R. Zajonc, “Additivity of nonconscious affect: Combined effects of priming and
exposure”, Journal of Personality and Social Psychology, 69, 1995, pp. 589-602. Cf. Murphy, S. T. y R. Zajonc,
“Affect, cognition, and awareness: Affective priming with optimal and suboptimal stimulus exposures”, Journal
of Personality and Social Psychology, 64, 1993, pp. 723-739.
521
H. Leventhal, “A perceptual-motor theory of emotion”, K.R. Scherer y P. Ekman (eds.), Approaches to
Emotion, Nueva Jersey, 1984, o S.-A. Christianson, “Remembering Emotional Events: Potential Mechanisms”,
S.-A. Christianson (ed.), op. cit., R.B. Zajonc, “On the primacy of affect”, op. cit.
522
B.A. Tobias, J.F. Kihlstrom y D.L. Schachter, “Emotion and Implicit Memory”, S.-A. Christianson (ed.), op.
cit., p. 85. Y curiosamente acaba el artículo refiriéndose a Freud: “Donde Freud se refería con recuerdos
inconscientes (o reprimidos), nosotros podemos sustituirlos por implícitos. Si una amplia variedad de síntomas
patológicos, no sólo reacciones emocionales, pueden reflejar la memoria implícita, estamos provistos de una
nueva forma de integrar las intuiciones psicodinámicas con la teoría psicológica contemporánea, particularmente
con respecto a la estructura de la memoria,” ibid., p. 86.
parte del sujeto.523 En un estudio llevado a cabo por Rosenberg524 una serie de
guardan una cierta similitud con dicho evento. Así también sugiere el estudio de F.
523
M.P. Zanna, C.A. Kiesler y P.A. Pilkonis, “Positive and negative attitudinal affects established by classical
conditioning”, Journal of Personality and Social Psychology, 14, 1970, pp. 321-328.
524
M.J. Rosenberg, “Cognitive Structure and attitudinal affect”, Journal of Abnormal and Social Psychology, 36,
1978, pp. 1101-1106.
525
W.F. Brewer, “Memory for randomly sampled autobiographical events”, U. Neisser y E. Winograd (eds.),
Remembering reconsidered: Ecological and traditional approaches to the study of memory, Nueva York, 1988.
526
S.A. Christianson y E.F. Loftus, “Remembering Emotional Events: The fate of detail information”, Cognition
and Emotion, 5, 1991, pp. 81-108.
527
F. Heuer y D. Reisberg, “Emotion, Arousal and Memory for Detail”, S.-A. Chistianson, op. cit.
528
P. Ekman, “Shall we call it Expression or Communication?”, Innovations in Social Science Research, 10(4),
1997, pp. 333-344.
emociones en contextos culturales y sociales diversos. Subraya, por ejemplo, el
que esa autoridad está ausente. De alguna forma se interioriza un patrón inhibitorio
El modelo ideado por Lechman, Ceci y Ornstein nos permite observar cómo, a
De hecho los eventos con mayor carga emocional no sólo son los que más
fácilmente se guardan y codifican, son también las pistas más aptas para producir
la rememoración. Las emociones 'canalizan' recuerdos, por un lado, los hacen más
529
“Tanto las características cognitivo-perceptuales como las afectivas son posteriormente integradas en una sola
señal que se mantiene intacta en el proceso de codificación.” M.D. Lechman, S.J. Ceci y P.A. Ornstein, op. cit.,
p. 192.
rápidos de integración de información del medioambiente y de repuesta estaría
adaptación. Quizás por ello los desarreglos emocionales posean una repercusión
general en el organismo individual. Así afirma J.E. Ledoux la primacía del circuito
530
J.E. Ledoux, “Emotion as memory: Anatomical systems underlying indelible neural traces”, S.-A.
Christianson, op. cit. Así sostiene que “...el procesamiento emocional precede la experiencia consciente. El
procesamiento emocional que precede a la experiencia emocional consciente ha de ser, por definición,
inconsciente,” op. cit., p. 273. Según el mismo autor el inconsciente, no obstante, estaría también regido por un
sistema computacional similar al consciente, “Las computaciones inconscientes pueden dar cuenta de buena parte
de la expresión comportamental y autonómica de la emoción, pero pueden también subyacer a la representación
de la emoción en la conciencia. Por ello, pese a que no podemos descartar un posible papel de la conciencia en la
generación de la emoción, no necesitamos ya depender de la conciencia para explicar el comportamiento y la
memoria emocional,” op. cit., p. 274. Cf. J.F. Kihlstrom, “The cognitive unconscious”, op. cit., o R. Jackendoff,
Consciousness and the computational mind, Cambridge, 1987.
531
N. Geschwind, “The disconnection syndromes in animal and man. Part I”, Brain, 88, 1965, pp. 237-294. Cf. J.
Aggleton, The Amygdala, Nueva York, 1992.
Figura 2.8. Diversos circuitos de procesamiento emocional. “Las diversas interacciones neurales que
caracterizan todos los principales sistemas emocionales del cerebro: (1) Diversos estímulos
sensoriales pueden acceder incondicionalmente a los sistemas emocionales; (2) los sistemas
emocionales pueden generar output motor instintivo, así como (3) modular inputs sensoriales. (4)
Los sistemas emocionales poseen componentes de feedback positivo que pueden sostener la
excitación emocional después de que los eventos precipitantes han pasado. (5) Estos sistemas
pueden ser modulados por inputs cognitivos y (6) pueden modificar y canalizar actividades
cognitivas. Asimismo, el importante criterio de que sistemas emocionales crean estados afectivos no
aparece reflejado, pero se asume que la excitación del circuito ejecutivo para cada emoción es una
condición necesaria para obtener los estados de sentimientos activados en el cerebro, quizás
interactuando con otros cicuitos cerebrales para la autorepresentación, como aquellos que parecen
existir en los circuitos del cerebro medio, los circuitos periacueductales y tectal profundos, que
interactúan con los sistemas corticales frontales.” [Fuente: J. Panksepp, Affective Neuroscience.
The Foundations of Human and Animal Emotions, 1998, Oxford, p. 48].
entendía desde Freud la represión y la formación del inconsciente, algo que actúa
sin pista reconocible, sin conciencia, y por ello permanece inalterable, fuera del
emocional asociada.
Las conclusiones de Fiske son cómo, por un lado, representamos a los otros
como instancias de categorías y, por otro lado, el afecto resulta ser un atributo de
generalidad, que lo vuelve menos asible; tiñe la situación, pero sin una
...las emociones son realmente lo que unen nuestra narrativas autobiográficas con
nuestro concepto de yo. Es el tono y la textura emocional de un evento lo que le da
un significado personal que mueve la narración más allá de una historia interesante
532
S.-A. Christianson y L.-G. Nilsson, “Functional amnesia as induced by a psychological trauma”,
Memory&Cognition, 12, 1984, pp. 142-155, y id., “Hysterical amnesia: A case of aversively motivated isolation
of memory”, T. Archer y L.-G. Nilsson, Perspectives on aversively motivated behavior, Nueva Jersey, 1989. En
este último los autores comentan el caso de C.M., objeto de violación durante su paseo que le produce un estado
amnésico. El estímulo de los ladrillos del sitio en que es violada le produce una excitación especial, sin poder
asociar dicho estímulo con el hecho con el que se relaciona, el de su abuso.
533
“El recuerdo traumático puede ser recordado como si fuese la experiencia de un otro. Así la persona puede
vincular la experiencia de tal forma que activa la emoción en el oyente, mientras que el hablante se mantiene
tranquilo de forma innatural,” S.T. Fiske, “Schema-triggered Affect: Applications to Social Perception”, M.S.
Clark y S.T. Fiske (eds.), op. cit., p. 56. La autora asume la idea de esquemas de Bartlett, en tanto “organización
activa de experiencias pasadas que ha siempre de suponerse operante en cualquier respuesta orgánica bien
adaptada,” ibid., p. 60.
534
“De todos los múltiples niveles en los que puede ser codificado un evento, los niveles que poseen mayor
afecto son los más generales, porque los evalúan comportamientos de acuerdo con criterios de más largo alcance.
Si uno se siente trastornado por cualquier razón, uno tenderá a codificar preferiblemente el aspecto afectivamente
significativo de la situación,” J.M.G. Williams, op. cit., p. 470
a una autodefinidora. De hecho, al elegir emociones particulares en que fijarnos al
discutir el pasado, el narrador transmite información sobre los aspectos más
duraderos de su personalidad.535
produce excitación, evita que dicha excitación inhibida cree estados de ansiedad
generalizados.538
mostrará una inclinación a entender éste como fuente de ansiedad, con su modo
535
R. Fivush, “Gendered Narratives: Elaboration, Structure, and Emotion in Parent-Child Reminiscing Across the
Preschool Years”, Ch. P. Thompson et al. (eds.), op. cit., p. 91.
536
M.F. Scheier y Ch. S. Carver, “Cognition, Affect, and Self-regulation”, M.S. Clark y S.T. Fiske (eds.), op. cit.
537
D. Spiegel, J.H. Bloom, H.C. Kramer y E. Gottheil, “Effects of psychosocial treatment of patients with
metastatic breast cancer,” Lancet, 2, 1989, 888-891. En este estudio se muestra como en un grupo de mujeres con
cáncer de mama, aquéllas que eran animadas a compartir sus emociones en la terapia vivían un año y medio más
de media que las no asignadas a terapia. Estudios de similar naturaleza son los realizados por Pennebaker y sus
colaboradores, cf. J.W. Pennebaker, S. Barger y J. Tiebout, “Disclosure of traumas and health among Holocaust
survivers”, Psychosomatic Medicine, 51, 1989, pp. 577-589 o J.W Pennebaker, J. Kiecolt-Glaser y R. Glaser,
“Disclosure of traumas and immune function: Health implications for psychotherapy”, Journal of Consulting and
Clinical Psychology, 56, 1988, pp. 239-245. Más recientemente A.E. Kelly, “Revealing personal secrets”,
Current Directions in Psychological Science, 8(4) 1999, pp. 105–109. T.D. Eells, “Can therapy affect physical
health?”, Journal of Psychotherapy Practice and Research, 9, 2000, pp. 100–104.
538
C. Hughes, C. Uhlmann y J. Pennebaker, “The body's response to processing emotional trauma: Linking
verbal text with autonomic activity”, Journal of Personality, 62, 1994, pp. 565-585. Acerca del tema de la
represión dentro de un paradigma disociativo señala Erdelyi, “Ninguno de los cuatro hechos críticos en sí mismos
están en duda en la psicología experimental: (a) que haya un rechazo selectivo de la información de la
apercepción; (b) que se tienda a evitar estímulos aversivos; (c) que los organismos tiendan a defenderse del
dolor; (d) que muchos procesos psicológicos ocurren fuera de la apercepción. Todos estos hechos,
independientemente, no son objeto de disputa, lo que se disputa, y no ha sido probado experimentalmente, es el
hecho conjunto, esto es, todos los componentes integrados en un hecho de mayor nivel,” op. cit., p. 259.
539
M.W. Eysenck y K. Mogg, “Clinical anxiety, trait anxiety, and memory bias”, S.-A. Christianson, op. cit.
En este sentido, la amígdala y el hipocampo contribuirían de forma diversa en la
difuso.540
muestran cómo los estímulos, tras ser procesados en el tálamo, sede de los
siendo allí integrada con la información de los centros talámicos sobre el estímulo
540
Se reunen así los datos de J. O’Keefe y L. Nadel, op. cit., y J.A. Gray, op. cit.
CS
UCS UCR
s R
s R
Consciente
S Inconsciente
reconocible por el sujeto, tan clásico de las fobias? Cuando una desconexión entre
determinado evento con una respuesta emocional asociada no está simbolizado, por
faltar la correspondiente representación en el registro consciente. La terapia habría
excesiva.
541
M.D.J. Díaz-Benjumea, “Lo inconsciente psicoanalítico y la psicología cognitiva: una revisión
interdisciplinar”, op. cit. “Hacer consciente lo inconsciente significa neurológicamente, según LeDoux, reforzar
las vías sinápticas entre la corteza y el núcleo amigdalino, de manera que el conocimiento sobre nosotros
mismos, sobre lo que nos afecta y sobre nuestras reacciones, abra la posibilidad de regular los procesos
emocionales y así su desencadenamiento, los cuales si bien no se eliminan por completo, sí se reducen en
intensidad y duración.” Como señala el propio Ledoux: “También es posible que estímulos procesados
implícitamente activen la amígdala sin activar recuerdos explícitos o ser, de otro modo, representados en la
conciencia,” J. E. Ledoux, The Emotional Brain, op. cit., p. 203.
542
A. Bechara, D. Tranel, H. Damasio, A. Adolphs, C. Rockland y A.R. Damasio, “Double dissociation of
conditioning and declarative knowledge relative to the amygdala and hippocampus in humans”, Science, 269,
1995, pp. 1115-1118.
Información
(Estímulo)
Tálamo-Hipocampo Amígdala
(Memoria Explícita) (Activación Emocional)
Working Memory
Gráfico 2.3. Recorrido cerebral del evento emocional. En los casos de una respuesta implícita no
habría representación de la información del tálamo en la working memory. La flecha punteada que va
del tálamo a la working memory señala la posibilidad de que la conexión sea activada, dando lugar a
una representación (consciente) o que ésta no lo sea, dando lugar a una disociación entre
procesamiento emocional y cognitivo del estímulo, una ausencia de representación (inconsciente). El
sentimiento de miedo se produce ante la creencia, de acuerdo con la experiencia, de la existencia de
un estímulo que produce excitación pasando por el circuito de la amígdala y que da lugar a un
recuerdo explícito si es procesado por el hipocampo. En caso contrario queda fuera de la
apercepción, aunque la respuesta fisiológica (inconsciente) se produciría igualmente. La
participación de la working memory hace que la experiencia sea consciente, que se produzca una
apercepción subjetiva, qualia. [Fuente: Adaptado de J.E. Ledoux, “Emotional Circuits in the Brain,”
Annual Review of Neuroscience, 23, 2000, p. 176].
sección del hemisferio izquierdo donde los estímulos son procesados de forma
puede un sujeto ser aún víctima de las respuestas condicionadas que dan lugar al
deformándolo.
entre ambos hemisferios, -en los casos de cerebro dividido-, responden con mayor
hipótesis freudiana: al igual que una situación puede estar ausente en el registro
del estrés (receptores corticoesteroides). Tal como señalan Kim y Diamond, una de
las funciones del hipocampo es limitar la respuesta del estrés inhibiendo el eje
pautas conductuales.
que nos encontramos. Las modificaciones de los estados corporales permiten que
dicha inserción sea vivida de forma más perentoria. Se consigue así incluir el
del mundo. De acuerdo con Damasio, ver significa simultáneamente sentir que
545
J.J. Kim, D.M. Diamond, “The stressed hippocampus, synaptic plasticity and lost memories”, Nature Reviews:
Neuroscience, 3, 2002, pp. 453-462.
546
A.R. Damasio, op. cit., “Quizás más importante todavía, las representaciones primordiales del cuerpo
propiamente dicho en acción podrían desempeñar un papel en la conciencia. Proporcionaría un núcleo para la
representación neural del yo y así suministraría una referencia natural para lo que sucede en el organismo, dentro
o fuera de sus límites,” ibid., p. 218.
Propongo que la subjetividad emerge durante el último paso, cuando el cerebro
está produciendo no sólo imágenes de un objeto, no sólo imágenes de las
respuestas del organismo al objeto, sino un tercer tipo de imagen, el de un
organismo en el acto de percibir un objeto y responder a él. Creo que la perspectiva
subjetiva surge del contenido del tercer tipo de imagen.547
emociones" 548
Por otro lado, esta experiencia ha de producirse en una relación que permite la
que por tanto le permite una reconsolidación, una nueva forma de experimentar su
547
Ibid., p. 224. Cf. A.R. Damaso, The Feeling of What Happens, op. cit.
548
J. Panksepp, op. cit., p. 318.
549
R.B. Clyman, op. cit.
Por ello, en el caso de mi paciente, junto al trabajo de reconstrucción histórica, lo
que existió por mi parte fue una actitud de espontánea implicación en el vínculo, de
activa intervención en los proyectos y mil aspectos de la vida cotidiana no porque
esperase que una supuesta experticia mía en orientar la vida de la paciente
colocase a ésta en el buen camino sino porque el significado vivencial para ella era
que el compromiso emocional del terapeuta probaba que sí valía, que ocupaba un
lugar en la mente del otro. Además, y no de importancia secundaria, la expresión
de mi propia emocionalidad, el permitirme entusiasmos o confrontaciones con
cierto grado de pasión, fueron haciendo participar a la paciente en un tipo de
vínculo vitalizante, en el placer del encuentro, incluso en el placer del desafío y del
desencuentro que narcisiza porque afirma la propia posición. La actitud que la
paciente fue teniendo en el vínculo conmigo le permitió inscribir, en forma de
memoria procedimental, modalidades de sentir y de actuar que no estaban
reprimidas sino que previamente habían sido abortadas en su posible desarrollo.550
de regulación internalizadas.
550
H. Bleichmar, op. cit.
2.5. Modelo
importancia de tres vectores que posibilitan la comprensión del trauma. “La lección
a aprender del trauma psíquico es que tanto memoria como afectos y metáfora
los que no se posee ninguna pista consciente –memoria implícita-, sino de utilizar
551
A.H. Modell “The interface of psychoanalysis and neurobiology”, Boston Colloquium for Philosophy of
Science - December 18, 1996. Presentation - The Poles of Health: Biological and Social approaches to
Disordered Minds. http://www.psychomedia.it/pm/science/psybyo/modell.htm
Desarrollo del Mecanismo Forma de Medio de
(1890-1905) Asociación
II Fase Introyección Resistencia Sentimiento
(1906-1914) (Ambivalencia)
III Fase Repetición Acting- out Amor
(1914-1939)
Lacan Repetición Inconsciente Pulsión
(Ideal) (Angustia)
Mecanismos Categorización Memoria Emoción
cognitivos
recuerdo en acto o agieren freudiano (acting-out) vendrían dados por una forma de
mnésicos.
alrededor del modo que tienen las personas de recordar, categorizar y sentir. Freud
sólo podía entender una 'ciencia' que hiciese alusión a sistemas simbólicos de
representación. Así, formuló su metapsicología sin relación alguna con las bases
su época no era suficiente como para construir un método de curación de los casos
subsimbólico que operan a nivel químico. El gran hito de Freud fue procurar un
método que sirviese para actuar a dicho nivel. La libre asociación le permitía la
por medio de la palabra. De ahí su regla fundamental de decir todo aquello que se
violencia son evidentes, parece que la represión como concepto global debería ser
552
J.E. Ledoux, The Emotional Brain, op. cit., p. 245.
proceso subsimbólico sobre el que actuar simbólicamente, mediante la asociación
psicoterapéutica óptima sería un cortex con doble circuito orbitofrontal que pueda
Por otro lado, el desarrollo infantil nos muestra cómo ciertas formas de
553
A.N. Schore, op. cit., p. 468.
formulado un sistema que recoge ciertas intuiciones acertadas y las somete a un
cuerpo teórico. Nuestro camino parece más sencillo, el análisis de diversas áreas
de las formas más básicas que encontramos entre otros animales, basadas en
que no seamos capaces de eliminar los recuerdos implícitos que subyacen a los
555
J.E. Ledoux, op. cit., p. 252.
III. Filosofía
“El mundo de un hombre feliz es diferente del de uno infeliz.” 6.43.
Las reflexiones de Ludwig Wittgenstein sobre Freud nos servirán como punto
filosofía, el 'giro lingüístico' que irrumpe en el siglo veinte y que atraviesa todo afán
metodológico de clarificación.
La comparación entre ambos autores surgía ante los ojos del propio
ciertamente un cerdo, pero en lo que dice hay gran contenido. Y lo mismo es cierto
de mí. There is a lot in what I say.”556 Su amigo, Maurice Drury, le envió una copia
académica y estudiar medicina para ejercer como psiquiatra. Creía que su forma de
Vieneses ambos, Ludwig casi treinta y tres años más joven que Sigmund,
556
L. Wittgenstein, Nachlass, Item 183, p. 9. Tanto el subrayado como el hecho de utilizar el inglés en la útima
oración nos puede servir de testigo del énfasis que Wittgenstein pone en la comparación y lo comparado, pero las
similitudes no se quedan ahí, Wittgenstein ve en Freud un compañero de Zeigeist, “Loos, Spengler, Freud y yo
pertenecemos todos a la misma clase que es característica de este tiempo,” Item 183, p. 9. Seguimos la
paginación y ordenación de la edición crítica Bergen de Oxford.
encuentran influencias del millieu intelectual de principios de siglo de la capital del
hermana Margarete557 con Freud para que éste interpretase sus propios sueños en
base a las anotaciones que realizaba. De hecho, entre sus notas y cuadernos
existen relatos de diversos sueños que Wittgenstein solía discutir con sus
allegados.
que éste lleva a cabo una tarea de purga de lo decible, de las proposiciones a las
entre una semántica verificacionista y una pragmática acerca de los juegos del
ideacionales, sino que parten del propio análisis del lenguaje. Freud entendía, así
mismo, que su propia teoría surgía en contacto con los casos singulares, en su
clínica. Del mismo modo que los problemas filosóficos se resuelven en un análisis
557
Margarete, la más avispada de sus hermanas, y la que más influencia ejerció sobre el joven Ludwig. “Un día
en Viena yo (L.W.) visité una exposición de cuadros de una joven artista. Había uno que representaba una
habitación vacía parecida a un sótano. Dos hombres con sombrero de copa sentados en sillas. Nada más. Y el
título: Besuch («Visita»). Al verlo dije inmediatamente: «Esto es un sueño». (Mi hermana describió el cuadro a
Freud, y éste le dijo: «Oh, sí, se trata de un sueño muy común» relacionado con la virginidad.)” L. Wittgenstein,
“Conversaciones con Freud”, 1942, L. Wittgenstein, Lecciones y conversaciones sobre estética, psicología y
religión, Barcelona, 1992, p. 118.
558
“Parece haber algo en las imágenes oníricas que tiene cierta semejanza con los signos de un lenguaje.” L.
Wittgenstein, “Conversaciones sobre Freud”, 1943-1, op. cit., p. 120. Con respecto a su análisis del lenguaje
Wittgenstein afirma: “Creo que nuestro método recuerda aquí al del psicoanálisis que quiere convertir lo
inconsciente en consciente y así en algo inócuo y creo que esta similitud no es simplemente externa... La
referencia (Bedeutung) de un signo es el símbolo completo al que pertenece el signo. O podríamos decir que es el
lugar en el espacio gramatical en el que se encuentra,” Nachlass, item 109, pp. 174-5.
559
J.M. Heaton, Wittgenstein and Psychoanalysis, Cambridge, 2000.
Poseemos pues una teoría, una teoría dinámica del enunciado, pero no surge
como una teoría. Freud habla de una teoría dinámica del sueño. Lo característico
de tal teoría es que observe un caso concreto, claramente demostrativo y diga:
'Esto muestra como se comporta en general; este caso es el ejemplo básico
(Urbild) de todos los casos.” “¡Por supuesto! Así debe ser,” decimos, y nos damos
por contentos. “Hemos llegado a una forma de representación que nos ilumina.
Pero es como si hubiésemos visto algo, que se encuentra bajo la superficie.”560
fundación protéica, así como la utilización de casos concretos para corroborar una
teoría, sino como praxis. Sus conjeturas se basan en una iluminación más que en
analista.
los aspectos que hacen deslumbrante una obra. Si nos esforzásemos por mostrar
Sólo el poder evocativo del análisis como límite a cierta racionalidad, más allá
explicación analítica proviene de esta evocación de la “cosa”: este enigma (Unheimliche) -en sus reflejos
metafísicos, en sus repercusiones psicológicas y en sus procedimientos lógicos- es lo que Wittgentein busca
deconstruir,” P.L. Assoun, Freud y Wittgenstein, Buenos Aires, 1992, p. 53.
562
“La gente cree hoy que los científicos están para enseñar, los poetas y músicos etc. para agradarles. Que éstos
tengan algo que enseñarles no pasa por sus cabezas,”Nachlass, Item 162b, p. 60v. Este pasaje se encuentra a
reglón seguido de su juicio acerca de la superioridad de Breuer sobre Freud en la formación del psicoanálisis.
563
Nachlass, Item 156a, pp. 56r-57r. Es interesante ver cómo hoy en día hay intentos por estrechar esta relación
entre ciencia y arte, como muestra cf. el especial de la publicación Nature de 16 de marzo 2005 “Science, Arts
and Culture” y en especial la sección ‘artists on science: scientists on art’.
situación igualmente de extrañeza y curiosidad. Su obra tardía remitirá en
numerosas ocasiones al psicoanálisis, del cual fue un atento lector, y sobre cuyos
muestra, pese a una actitud crítica, cierto aprecio hacia el psicoanálisis, llegando a
contarse como 'un discípulo, así como un seguidor de Freud'; un seguidor de Freud
564
Elaboradas y editadas por Rush Rees en conversaciones con el propio Wittgenstein en cuatro ocasiones en el
verano de 1942, en dos ocasiones en 1943 y finalmente en 1946. L. Wittgenstein, “Conversaciones sobre Freud”,
op. cit.
565
“Tengo siempre miedo a mis clases aunque haya ido bastante bien hasta ahora. Este miedo me posee como una
enfermedad. No es otra que el miedo al examen,” Nachlass, Item 183,p. 29. Lo que Lacan muestra como caso
claro de miedo a un Otro omnipotente, como parece haber sido la figura del padre en Wittgenstein en una familia
en que tres de sus hermanos mayores acabarían, por diversas razones, suicidándose.
566
En tres ocasiones se menciona dicha situación en la correspondencia analizada de su amigo David Pinsent por
R. Monk, Wittgenstein. The duty of genius, Londres, 1990, pp. 85, 86, 88. Su propio relato, después de su visita a
su familia, nos da evidencia de su estado mental: “La razón es que las cosas me han ido terriblemente mal en las
últimas semanas (Como resultado de mis 'vacaciones' en Viena.) Cada día sentía el tormento de una horrible
ansiedad y de la depresión alternándose e incluso en los intervalos me sentía tan exhausto que no era capaz de
pensar en hacer un poco de trabajo,” ibid. 97.
Su particularidad sexual es también patente en diversos episodios de su
contener su impulso de acudir a una zona cercana al Prater, donde podía encontrar
jóvenes con los que tener relaciones sexuales. Su impulso, pese a encontrar cierta
partidario de una visión del acto sexual que lo veía como un objeto de reverencia
religiosa.”568
Ludwig que tendrían por lugar evitar el carácter obsesivo de sus pensamientos en
Si, como señalaba Freud, las religiones tienen su origen en un delirio obsesivo
sus apuntes donde, tras comparar la figura de Dios con la del padre, señala cómo
Como quiera que sea, en cualquier caso somos en cierto punto dependientes y de
aquello que somos dependientes lo llamamos Dios.
En este sentido Dios sería simplemente destino o lo que es lo mismo: El mundo-
que es independiente de nuestra voluntad.
567
W.W. Bartley, Wittgenstein, LaSalle, 1985.
568
R. Monk, op. cit., p. 453.
569
“Como siempre, la recompensa para su duro trabajo era paz de mente,” R. Monk, op. cit., p. 202.
Yo puedo independizarme del destino.
Existen dos divinidades: el mundo y mi yo independiente.
...Cuando mi conciencia altera mi equilibrio entonces no estoy en acuerdo con
Algo. ¿Pero qué es esto?¿Es el mundo?
Ciertamente es correcto decir: La conciencia es la voz de Dios.570
con aspectos morales y de conciencia. Freud, por su parte, aunaba los conceptos
que pronunciaría años más tarde ante algunos de sus más íntimos amigos le servía
que había sido amasada por el padre en la industria del acero, convirtiendo a su
fenómenos.
570
L. Wittgenstein, Notebooks 1914-16, Oxford, 1961, p. 74. Efectivamente, por un lado, se encuentra la
ecuación Padre=Dios=destino=mundo y, de otro, los afanes de independización de su yo.
El psicoanálisis no nos ofrece, según Wittgenstein, más que un sistema de
representación o un método de descripción para los hechos de la categoría
involucrada, mientras que una disciplina como la física, incluso si ésta ha de
comenzar también por la adopción de algo de este género, no se para
evidentemente ahí, sino que se esfuerza por llegar, en un momento u otro, a la
formulación de hipótesis empíricas susceptibles de ser realmente comprobadas.571
radicalizado por Lacan, sino que sirve de demarcación con las disidencias de Jung
los límites que éste nos impone conceptualmente, conforman nuestra forma de vida
general frente a cualquier teoría simbólica tal como la elabora Jung, basada en
y espacio. Freud, desde una posición más modesta y analítica, habrá de atender a
encontrar 'la esencia del sueño', su inequívoca clave interpretativa. “He estado
dar lugar a una teoría, he ahí el punto con el que Ludwig no podía comulgar con
Freud.
entender en la presencia de sus portadores. Freud nos ha hecho un flaco favor con
como simple recolección de datos. Es esta pirueta la que lleva Freud a cabo con su
la denominó Freud. Y es básicamente una teoría. Esto es, se lleva a cabo una
573
L. Wittgenstein, “Conversaciones sobre Freud”, 1946, op. cit., p. 126.
574
L. Wittgenstein, Philosopical Investigations, Oxford, 1958, p. 8.
575
Nachlass, Item 133, p. 11v.
576
Nachlass, Item 157 a, p. 56 v. Continúa discurriendo hasta preguntarse “¿Dónde se sitúa la frontera entre
juicio y prejuicio?” Ibid., 58r.
es una motivación esencialmente activa o más bien presente en nuestras formas
de relatar. “El hecho es que siempre que ustedes están preocupados por algo, por
alguna dificultad o por algún problema importante en su vida -el sexo, por ejemplo-,
finalidad de alterar nuestra representación del mundo y nuestra relación con éste
mundo está inscrita en nuestro enclave subjetivo, en nuestra constitución como ser
simbólico, como ser en y por el lenguaje, pero ello no implica que dicho lenguaje
Por su parte, la filosofía con Wittgenstein se vuelve también una actividad más
que un texto o doctrina, una clínica. El psicoanálisis afirma una concepción llevada
dicho, al igual que el arte, se trata de una actividad que satura los modos de
577
L. Wittgenstein,“Conversaciones sobre Freud”, 1946, op. cit., pp. 126-127.
578
Ibid., 1942, p. 116.
En este sentido Wittgenstein se aleja del 'cientifismo' inocente del que Freud
se hizo valedor. Las supuestas explicaciones de Freud no acaban siendo más que
muy especial, la que tendemos a aceptar. Es dicha lógica del asentimiento la que
cual indicaría una mera defensa que posee el paciente a dicha intervención. El
sugestión, que con la elaboración de una teoría desapegada del sujeto, objetiva. El
problema de la cura se plantea como un aspecto singular que sólo puede ser
asumido por el paciente y sobre el cual cualquier tipo de teoría general sería inútil,
explicaciones mitológicas que dicen que todo es una repetición de algo que ha
existencia de una ambivalencia fundamental entre aquello con lo que la gente está
dispuesta a asentir y aquello que les resulta admisible. Incluso los sujetos
sometidos a hipnosis no están dispuestos a aceptar cualquier orden que les sea
lado, por suponer el cumplimiento con las reglas analíticas y, por otro, por someter
Wittgenstein cree que, pese a las virtudes del discurso racional, hay algo en las
mitologías que va más allá de las palabras, que alcanza a vislumbrar ese finis
580
R. Monk, op. cit., p. 291.
581
Ibid., p. 366. “Las explicaciones de Freud, entonces, son semejantes a las elucidaciones ofrecidas por
Wittgenstein en su propia obra. Estas aportan no una teoría causal, mecánica, sino: ...algo que la gente está
inclinada a aceptar y que les hace más fácil ir de ciertas maneras: hace natural ciertas formas de comportarse y
pensar. Han abandonado una forma de pensar y adoptado otra,” p. 438.
582
P.-L. Assoun, op. cit, I.
analizante a un tipo de autoridad.583 La clínica se traducía en la recuperación de
se vuelve innecesaria por hacerse clara y evidente la conexión entre los elementos,
analizante una visibilidad, una synopsis que antes faltaba. "Durante una
modificadas.”585
Me gustaría que dijeses '¡Sí es cierto, así se podría pensar, así pudo ocurrir!' Pero
quiero llamar tu atención de si estás en condiciones de representártelo. Quería
poner esta imagen ante tus ojos y tu reconocimiento de esta imagen se basa en
observar un caso dado de modo diverso, esto es, compararlo con esta serie de
imágenes. He alterado tu visión (Anschauung). (He leído en alguna parte que
ciertos matemáticos indios para la demostración de una proposición se sirven de
una figura geométrica con las palabras 'Observa ésto'. También esta mirada
produce una alteración del modo de ver.)586
podría poner a su favor una objetividad inédita- es cierto que ha hecho ver
583
“Todo ocurre entonces, como si el paciente estuviera en posición de “comprender” dos veces -por los recursos
de su propio “entendimiento” y por aquellos de la transferencia. Pero ello equivale a decir que es en el a
posteriori a la transferencia que su entendimiento se pondrá al servicio de la dinámica inconsciente. Lo que
demuestra hasta qué punto sólo con su entendimiento -no fecundado por la transferencia- el paciente bien puede
“entender” (intelectualmente) sin “comprender” nada con respecto a lo esencial de su propio reprimido: le es
necesario el choque de la transferencia,” P.-L. Assoun, op. cit., p. 57.
584
L. Wittgenstein, Philosophical Investigations, op. cit., p. 122. L. Wittgenstein, Philosophical Occasions
1912-1951, Indianápolis, 1993, p. 133.
585
L.Wittgenstein, Bemerkungen über die Grundlagen der Mathematik, Oxford, 1967, IV(30).
586
L.Wittgenstein, Zettel, México, 1979, Par. 461. Cf. L. Wittgenstein, Philosophical Investigations, op. cit., I
Par. 144.
estructura de nuestra mirada.”587 El cambio terapéutico se da como cambio de
'formas de ver', de formas de ver relacionadas con los juegos lingüísticos en que
religión frente a la cruda teoría.588 Al igual que el arte, el psicoanálisis posee una
práctica que se produce mediante el lenguaje, pero que mobiliza otros niveles. Al
Pero es dicho lenguaje el que nos da una posición, una identificación, una
Lebensform: nos hace sujetos, nos une inquebrantablemente con el mundo al que
lo destaca Lacan.589 “Nuestro lenguaje puede ser visto como una ciudad antigua: un
laberinto de pequeñas calles y plazas, de viejas y nuevas casas, y con casas con
significa imaginar una forma de vida.”590 El modelo de estas calles, de estas aristas
y vericuetos, conforma una acepción del inconsciente, pero dicha acepción requiere
587
P.-L Assoun, op. cit., p. 165.
588
“En el caso de Wittgenstein la consecuencia – el 'criterio externo'- que esperaba honestamente era una cultura
que tratase la música, poesía, arte y religión con el mismo respeto y seriedad con el que nuestra sociedad actual
trata la ciencia,” R. Monk, op. cit., p. 516.
589
“Aquí está, sin duda, la parte más original de la obra de Lacan: su descubrimiento. Lacan ha demostrado que
este paso de la existencia (en el límite puramente) biológica, a la existencia humana (niño humano), se opera bajo
la Ley del Orden, que yo llamaré Ley de la Cultura, y que esta Ley del Orden se confundía en su esencia formal
con el orden del lenguaje,” L. Althusser, Posiciones, Barcelona, 1977, p. 26.
590
L. Wittgenstein, Philosophical Investigations, op. cit., 19.
de un correlato biológico, de contenido empírico que supla una teorización
simbólica que, como tal, sólo puede representar una forma de vida más entre otras
como ser que habla (parlêtre), y es mediante esta operación como se produce la
especial por Lacan, en una suerte de estructura interna del lenguaje que nunca
llega a rozar a las cosas, un lenguaje que responde a los juegos del lenguaje
taxonomía, ésta sólo puede ofrecerse desde el propio lenguaje al que intenta
mostrar, al igual que todo lo que digamos acerca del lenguaje, todo decir
otro nivel de análisis que puedan decir pero, al cambiar de nivel de análisis, nos
Si bien Wittgenstein veía el psicoanálisis como una mitología, como una teoría
poseía ningún apoyo científico. Freud había creado una nueva mitología.591 Ha
su puesta en referencia teórica con un objeto real, no puede ser sino criticada por
productor de todo un halo de misterio alrededor del concepto, como ocurría, por
con el mundo alguno (Sachverhalt). Ésta debería ser nuestra ambición al tratar de
591
L. Wittgenstein, “Conversaciones sobre Freud”, 1946. “Es probable que el análisis cause daño. Porque,
aunque se puedan descubrir en su transcurso diversas cosas sobre uno mismo, hay que mantener una actitud
crítica muy fuerte, aguda y persistente para reconocer y ver más allá de la mitología que se nos ofrece e impone.
Hay algo que nos induce a decir: “Sí, por supuesto, eso tiene que ser así”. Una mitología poderosa,” p. 128.
592
P.-L. Assoun, op. cit., p.182.
Se ha señalado cómo la etapa en que madura el 'segundo Wittgenstein'
que se encuadra el pensamiento occidental. Sus últimos años, en los que trabaja
matemática, quizás estuviesen influidos por la lectura del propio Freud. Así, el
resultan evidentes:
En este sentido, curioso como pueda sonar, las pruebas en matemáticas puras son
análogas la las explicaciones ofrecidas en el psicoanálisis freudiano. Y quizás la
clave para el cambio de Wittgenstein en sus intereses, de las matemáticas a la
psicología, resida en descubrir los 'patrones' de Freud más interesantes que las
'ilustraciones' de los matemáticos.594
Esta segunda fase también conlleva una noción de filosofía como autoterapia,
conoce y comprende uno mismo, menos grande se es, no importa cuán grande el
talento sea. Por ello ni Freud, ni Spengler, ni Einstein, ni Kraus son grandes.”595
Los Hermanos Karamazov que era capaz, con un simple vistazo, de ver las
593
Ibid.
594
R. Monk, op. cit., p. 442.
595
Nachlass, Item 130, pp. 240-241.
preocupaciones que tenían en vilo a un individuo. Sólo su experiencia personal
que la ciencia estuviese subdesarrollada, sino a que los métodos que emplea son
vista por Ludwig como una respuesta a dichos interrogantes éticos.598 La terapia
Toda proposición ética carecería de significado. Por ello, para referirse a dicho
contenido, Freud no tuvo más opción que echar mano de mitos como formato de
596
R. Monk, op. cit., p. 549.
597
A. Janik y S. Toulmin, La Viena de Wittgenstein, Madrid, 1987. Los autores se desmarcan de la recepción
anglosajona del pensamiento de Wittgenstein e intentan situarlo como respuesta a los interrogantes presentes en
su contexto vienés a través de figuras como Loos, Mauthner y Kraus. Así la interpretación de Wittgenstein, en
especial del período del Tractatus, antes que basarse en las influencias ejercidas por la obra de Russell y Frege,
hace uso de los instrumentos técnicos desarrollados por estos autores para dar una respuesta al tema que articula
su pensamiento: la ética. “El punto de vista de su libro -según él mismo insistiese debidamente- es un punto de
vista ético; son sólo sus técnicas formales lo que procede de la lógica proposicional. Y una vez que se reconoce
esto se hace asimismo claro por qué el Tractatus, además de ser un documento característicamente vienés, fue
también un libro clave para los contemporáneos de Wittgenstein,” op. cit., p. 213. Su demostración acaba
desterrándola del reino del lenguaje; acerca de la ética no se puede decir nada, sólo se puede mostrar.
598
“Psicoanalizarse es de una manera u otra análogo a comer del árbol del conocimiento. El conocimiento que se
obtiene de este modo supone problemas éticos (nuevos) pero no conlleva ninguna contribución a su solución,” en
L. Wittgenstein, Culture and Value cit. en J. Bouveresse, Philosophie, Mythologie et Pseudo-science.
Wittgenstein Lecteur de Freud, París, 1997, p. 16.
3.2. Mitodología. Psicoanálisis y teorías
orientada a refutar ciertas teorías con las que no compartía ni sus supuestos
necesidad, por parte de las teorías científicas, de poder ser objeto de refutación
599
Quizás esto obedezca a la razón que da Feyerabend, “...Wittgenstein es un filósofo, mientras que Popper es un
ambicioso maestro de escuela...” P.K. Feyerabend, Adiós a la razón, Barcelona, 1995, p. 90.
600
K.R. Popper, Conjectures and Refutations, Nueva York, 1962, p. 37. Bunge diferencia entre pseudociencia
(psicoanálisis) e ideología (marxismo) y prevé, apuntalando el mito de la racionalidad tecno-científica, el
dominio de la ciencia como actividad liberatoria, deshecha de todo sus incómodos compañeros de viaje, cuando
consiga su deseado fin, y ciencia y conocimiento sean una unidad metafísica trascendental sin metafísica, M.
Bunge, Pseudociencia e ideología, Madrid, 1985. Según Cioffi la pseudociencia vendría dada por la relación
asimétrica que establece entre sus hipótesis y las expectativas creadas. El carácter de pseudociencia es explicable
sólo mediante comparaciones, como el descubrimiento, por parte de Dante, de cierta alusión trinitaria, acerca de
la fecha de nacimiento de Beatriz, o el significado de los 153 peces obtenidos por Pedro. Según Cioffi, Popper
estaba en lo cierto al admitir el caracter pseudocientífico del psicoanálisis, pero éste no se debe a su
infalsabilidad, sino a las afirmaciones de Freud de haber 'confirmado', no sólo instanciado, ciertas hipótesis. La
falsabilidad sería un criterio de demarcación entre teorías científicas y no científicas, mientras que las
condiciones de confirmación sería el elemento clave en las aserciones pseudocientíficas y no pseudocientíficas.
“Su queja (la de Popper) no es que evaden la falsificación (las hipótesis pseudocientíficas) sino que identifican
arbitrariamente contra-instancias con instancias positivas,” F. Cioffi, Freud and the question of pseudoscience,
Chicago, 1998, p. 214 No obstante el ejemplo que retoma es el de Adler y no del propio Freud.
fenómeno, no exhibe la estabilidad y contrastabilidad de otro tipo de teorías, por
tanto no es científica.
bajo dicho concepto, y que poseen una compleja adecuación a marcos explicativos
la práctica.601
cualquier actitud del paciente pueda ser contrastada contra un fondo en principio
inescrutable. Popper señala la existencia del 'efecto Edipo' según el cual la teoría
601
“La naturaleza no estructurada de la observación psicoanalítica es su mayor fuerza en el contexto de
descubrimiento científico (generación de hipótesis), pero su mayor debilidad está en el contexto de justificación
(comprobación de hipótesis),” D. Westen y G.O. Gabbard, “Developments in Cognitive Neuroscience: I Conflict,
Compromise and Connectionism”, Journal of the American Psychoanalytic Association, 50(1), 2002, p. 57. “La
comprobación de hipótesis requiere el control de variables con un impacto potencial sobre las respuestas de los
sujetos, y la exploración clínica del sentido requiere bajo control. Por otro lado el laboratorio es un sitio
excelente para comprobar hipótesis, pero uno pobre para generar hipótesis sobre los tipos de procesos mentales
complejos involucrados con personalidad, psicopatología y tratamiento –procesos que a menudo no son
aparentes en contactos breves entre sujetos e investigadores utilizando estímulos que han sido explícitamente
seleccionados por su semejanza en significado sobre los sujetos. La necesidad en la equivalencia del significado
de estímulos en diversos sujetos (…) supone que dichas aproximaciones tendrán dificultad en dar cuenta de las
conexiones asociativas idiosincrásicas que constituyen el objeto principal de la investigación psicoanalítica,”
ibid.
influiría en el propio evento que describe, dando lugar a una modalidad del sesgo
datos brutos del propio contexto clínico. Éstos sólo se extienden a protocolos de
sesiones, en los que se amalgama la teoría con la narración del analizante. Una
simple reproducción verbatim no puede servir para explicar nada sin una teoría que
le otorgue sentido, la remita a un marco explicativo. Por otro lado, esto hace que el
sugestivos que se sitúan, como hemos visto, en su raíz histórica, y los problemas
602
K.M. Colby y J.R. Stroller, Cognitive Science and Psychoanalysis, Hillsdale, 1988. “¿Es posible presentar un
protocolo preciso de un tratamiento analítico? Por supuesto que no. El análisis es un proceso,” p. 83. Los autores
rechazan el caracter pretendidamente científico del psicoanálisis principalmente bajo la falta de hechos brutos.
debilidad como teoría. Estas críticas dirigidas a la clínica, nuestro objeto de
De acuerdo con la lectura que hace Grünbaum de Popper, éste había creído
idear un sistema más estricto que el principio inductivo con su modelo racional
justifican de modo absoluto, pues el propio Freud utilizó el modus tollens para
falsar ciertas hipótesis como la que sostiene que la condición necesaria en los
a ello, el modelo que utiliza Grünbaum para mostrar los fallos del psicoanálisis es
603
“En las obras primeras de Popper (...) encontramos al psicoanálisis jugando un papel no tanto como el
objetivo principal de su cargo de no-falsabilidad, sino más bien como pieza central en su crítica del inductivismo
como método de valdación de teorías científicas o como criterio de demarcación entre ciencia y no-ciencia.” A.
Grünbaum, “Précis of The Foundations of Psychoanalysis: A Philosophical Critique”, P. Clark y C. Wright,
Mind, Psychoanalysis and Science, Nueva York, 1998, p. 11.
604
A. Grünbaum, The Foundations of Psychoanalysis: A Philosophical Critique, Berkeley, 1984, pp. 108 ss. “Es
una tesis central de este ensayo que el método clínico psicoanalítico y las inferencias causales (etiológicas)
basadas en él son fundamentalmente defectuosas epistémicamente, pero por otras razones que la no falsabilidad,”
ibid., p. 124. Cf. A. Grünbaum, Validation in the Clinical Theory of Psychoanalysis. A Study in the Philosophy
of Psychoanalysis, Psychological Issues, 61, Madison, 1993. Según Cioffi, los cambios en la teoría psicoanalítica
se produjeron pese a la inexistencia de sustrato empírico, en ausencia de evidencia, sosteniendo la existencia de
instanciaciones espúreas. En cuanto al abandono de la teoría de la seducción, vista por Grünbaum como ejemplo
de la utilización de criterios falsacionistas, del rechazo de ciertas hipótesis en favor de otras, se trata, según
Cioffi, de un simple cambio de hipótesis sin base evidencial. En última instancia “es la credibilidad de los
psicoanalistas y no la cogencia de sus argumentos la fuente última de la división entre aquellos que aceptan o no
las aserciones distintivas de la teoría freudiana,” F. Cioffi, op. cit., p. 34. Las razones que ofrece Cioffi se
refieren al pedigree cultural del psicoanálisis debido a la posibilidad que ofrecía a intelectuales de sacar a la luz
sus intimidades sexuales, en especial sus tendencias homosexuales. “Tal como conviene a un héroe cultural de
teflón, sólo raramente se permite que Freud esté claramente equivocado sobre algo; todo aquello que resulta ser
empíricamente falso es pronunciado como poéticamente cierto. Lo que fracasa como hecho triunfa como
parábola,” ibid. p. 284. Es precisamente dicha estrategia la que queremos evitar intentando clarificar tanto el
contenido preciso del concepto freudiano de transferencia como su elucidación mediante teorías contrastables.
605
Ibid., p. 285. La lectura de Grünbaum de Popper supone un concepto formal de falsabilidad, para Cioffi
falsabilidad vendría dada de hecho por haber sido intentada en varias ocasiones, diferenciando entre falsación y
no-instanciación. La intestatabilidad no supone necesariamente el carácter pseudocientífico ni la testabilidad lo
contrario, “...mi cargo de evasión de falsificación pese a ser cogente no posee -y no se puede esperar que tenga-
una cohercibilidad estrictamente lógica. Dichos juicios son un asunto de percepción gestalt e ilustran la ironía de
cómo la crítica del psicoanálisis posee el mismo carácter epistémico como el que se sostiene frecuentemente del
propio psicoanálisis,” F. Cioffi, op. cit., p. 14.
especialmente el de los Studien über Hysterie (1893-5) que sólo suponen una fase
de Freud de que los síntomas de los pacientes se podrían resolver mediante una
predicción por parte del analista de los conflictos internos del paciente. Esta
(2) Sólo la comprensión por parte del paciente de las causas inconscientes
siguiente modo:
Si (no no) hay cura, entonces (no no) hay interpretación psicoanalítica.
producen la cura, ésta teoría sería falsada. Las posibles soluciones a este
operarían con los principios básicos del psicoanálisis sin saberlo (à la Mesmer) o,
localizada sobre los síntomas. A falta del sostén teórico procurado por el monopolio
corrientes dentro del psicoanálisis, tanto en base a sus conexiones causales, como
sistema de creencias falso que nada tenga que ver con la realidad. Así, el relato de
607
S. Freud, Vorlesungen zur Einführung in die Psychoanalyse und Neue Folge, “34. Aufklärungen,
Anwendungen, Orientierungen”, Sta., I, pp. 580-581.
608
C. Strenger, Between Hermeneutics and Science. An Essay on the Epistemlogy of Psychoanalysis,
Madison, 1991.
psicoanalíticos con las teorías aceptables, su validez como creación teórica, la
ha de lidiar con ambas expectativas de coherencia. Con la interna, para obtener los
lecturas recurrentes y rígidas hacia otras más flexibles y ricas, y construye nuevo
propio Grünabum: ”...a falta de una alternativa válida para el abortado argumento
a otras teorías. Así, el psicoanálisis como heurística serviría como teoría marco,
609
“La mayor parte de autores analíticos que escriben sobre técnica ven como pieza central del trabajo
psicoanalítico la elucidación del funcionamiento mental presente del paciente, especialmente tal y como se
manifiesta en la situación clínica. El énfasis en el recuerdo como fin en sí ha desaparecido casi completamente,”
ibid., p. 72. D.P. Spence, Narrative Truth and Historical Truth: Meaning and Interpretation in Psychoanalysis,
Nueva York, 1992.
610
A. Grünbaum, op. cit., p. 129. Tras su ataque a la metodología hermenéutica, ésta queda como sería la única
posibilidad según Grünbaum. Otro autor que siguió este camino, el de la validación extraclínica, es B.B.
Rubinstein, Psychoanalysis and the Philosophy of Science, Madison, 1997, alejándose del movimiento
hermenéutico y su primacía por las narrativas hacia una idea racionalista de ciencia basado en el descubrimiento
de una verdad ontológica. Según éste, la falta de autosuficiencia explicativa de la clínica remite a un mecanismo
explicativo por postdicción.
convalidable mediante los resultados extraclínicos de otras teorías, salvando las
elaborados por Freud, conceptos que aún hoy son los únicos que dan cuenta de
resistencia, falsa conexión o repetición. A su vez, tras mostrar su relación con las
nociones de categorización, memoria y emoción, tal como son tratadas por las
611
“El poder explicativo de la noción de inconsciente es tan grande que no podemos trabajar sin ella,” J. Searle,
The Rediscovery of the Mind, Cambridge, 1992, p. 151.
612
G. Ryle, “The thinking of thoughts: What is 'Le Penseur' doing?”, G. Ryle, Collected papers, Hutchinson,
1971. Cf. D. Dennett, The Intentional Stance, Cambridge, 1987.
que lo fueron en contextos conflictivos y que fueron incorporadas del mismo modo,
consecuencias estructurales.
parte de los sujetos, una forma aún prosopopéyica, mítica, en la que siempre existe
por el sujeto como ajena. De igual modo opera nuestra gramática, al requerir un
sujeto toda oración con sentido. La clínica ha de actuar sobre el modo en que el
capacidad de producir una alteración significativa del mundo vivido.614 Frente a una
explicación experta, como la que trato de elaborar, habría que mantener una
613
G. O'Brien y J. Jureidini, “Dispensing with the Dynamic Unconscious”, Philosophy, Psychiatry and
Psychology, 9(2), 2002, pp. 141-153. Las críticas de estos autores parten de un análisis bastante más parcial que
el que creemos llevar a cabo aquí. Simplemente se basan en señalar que el inconsciente cognitivo, tal como surge
de los experimentos en ciencia cognitiva, no posee ninguna similitud con el inconsciente psicodinámico. Nuestra
postura, algo más elaborada, sostiene que el inconsciente psicoanalítico ha de entenderse no sólo como gradación
de procesamiento, y de ahí su posible relación con el inconsciente cognitivo, sino que ha de elucidarse
conjuntamente con una serie de procesos emocionales y motivacionales que le dan su impronta propia. De hecho,
el concepto de transferencia nos sirve de heurísitica para poder poner en relación experimentos dispares que no
muestran ninguna vinculación con una posible praxis psicológica. Como tal la ciencia cognitiva, a nivel
terapéutico, poseería un valor nulo. Si, como los autores pretenden, es preciso seguir experimentos sin ninguna
relevancia práctica en el sentido urgente de la terapia y dejar que inventen ellos, sustrayendo al psicoanálisis de
un marco de investigación y a la ciencia cognitiva de una heurística que ensamble sus datos para incorporarlos en
una práctica, nos parece un flaco favor el que se le hace a ambas disciplinas.
614
“En tanto el psicoanálisis espere entender las acciones humana, será siempre y debe ser, una disciplina
interpretativa,” M. Cavell, The Psychoanalytic Mind. From Freud to Philosophy, Cambridge, 1993, p. 74.
explicación, digamos, clásica. Así como el mundo newtoniano sigue siendo la forma
más refinada de entender el mundo por buena parte de las persona educadas, se
explicar, éstas son las que obtenemos de nuestra elucidación, que desplaza el
neural, parece oportuno estudiar las posibles interacciones entre ambas teorías.
con base neural empírica. Es por ello que tuvo que optar por una formulación
insospechado.
entre razones y causas. Dada X y que X es una buena razón para Y, ésto no
implica que X sea causa de Y. Esta diferenciación producía una demarcación clara
de lo que es ciencia empírica y los estudios humanos, que pueden aducir razones
los propios sucesos mentales lo son también de tipo físico o poseen un correlato de
dicho tipo, con lo cual, asumiendo dicho monismo, resulta que nuestros estados
mentales poseen una causalidad pese a que no podamos determinar una ley
615
D. Davidson, Essays on Actions and Events, Oxford, 1980. Cf. N. Mackay, Motivation and Explanation. An
Essay on Freud's Philosopy of Mind (Psychological Issues 56), Madison, 1989.
mente-cuerpo. El psicoanálisis posee la carga extra de tener que operar con
causas y razones, con los primeros como teoría, con los segundos como psicología
procesos que subyacen a estas proferencias de acuerdo con éstas. El dilema tal
como lo presenta Moore es el siguiente: “...ninguna teoría puede ser construída 'del
lado mental' y aunque las teorías son perfectamente adecuadas 'del lado físico', no
A nivel mental no son las causas lo que importa, sino los patrones basados en
diversos niveles ¿Cuál es la causa de que un fóbico sienta miedo? ¿Existe una
causa o una razón? ¿Un sustrato neurológico, o una experiencia traumática, o una
relación entre ambas? ¿Le serviría al sujeto que alguien le explicase la causa de su
del analizante. Una teoría del psiquismo que rechace una formulación folk tendría
del éxito terapéutico. Como señalamos, esta virtud de la praxis no nos sirve como
nivel de la explicación clásica, en el propio lenguaje, para referirse a algo que pasa
los trabajos del behaviorista Eysenck.617 Estudios más recientes parecen establecer
617
H.J. Eysenck, “Failure of treatment -- failure of theory?”, Behavioral and Brain Sciences, 9, 1986, p. 236. Los
análisis de Eysenck, no obstante, no dejan de referirse a su behaviorismo tan caro, no parecen ceñirse a una
metodología experimental estricta H.J Eysenck, Decline and fall of the Freudian empire, Nueva York, 1985.
Más curioso aún es su relación con la parapsicología y la astrología. Entre sus escritos figuran H.J. Eysenck y
D.K.B. Nias, Astrology: Science or Superstition?, Londres, 1982, y H.J. Eysenck, “Planets, stars and
personality”, New Behaviour, 29, 1975, pp. 246-249. Del mismo modo como W. James fue un ferviente creyente
en la comunicación con el transmundo, cf. M. Gardner, “Communicating with the dead: William James and Mrs.
Piper (Part 1)”, Free Inquiry, 12 (2) 1992, pp. 20-27. M. Gardner, “Communicating with the dead: William James
and Mrs. Piper (Part 2)”, Free Inquiry, 12 (3), 1992, pp. 38-48.
618
Cf. P. Høglend, K.-P. Bøgwald, S. Amlo, O. Heyerdahl, Ø. Sørbye, A. Marble, M.C. Sjaastad y H. Bentsen,
“Assessment of Change in Dynamic Psychotherapy”, Journal of Psychotherapy Practice and Research, 9, 2000,
pp. 190-9. A. Abbass, “Intensive Short-term Dynamic Psychotherapy in a Private Psychiatric Office: Clinical and
Cost Effectiveness”, American Journal of Psychotherapy, 56(2), 2002, pp. 225-232. M.D. Blagys y M.J.
Hilsenroth, “Distinctive feature of short-term psychodynamic-interpersonal psychotherapy: A review of the
comparative psychotherapy process litterature”, Clinical Psychology: Science and Practice, 7, 2000, pp. 167-188.
del ochenta por ciento de los sujetos de ciertos estudios habían intentado otro tipo
de soluciones que pasaban por terapias farmacológicas, así como terapias breves
técnicas diversas que se agrupan bajo el rótulo de psicodinámicas, Freud dejó claro
estríctamente psicoanalítico.
esta forma aquel no sería reducible al segundo. Ambos son dos cálculos
a la conciencia pero que está estructurado como un lenguaje con cierta estructura
622
A.W. Staats, “Unified positivism and unification psychology: Fad or new field?”, American Psychologist, 46,
1991, pp. 899-912. En un sentido diametralmente opuesto a estos intentos véase N.A. Braunstein, M. Pasternac, G.
Benedito y F. Saal, Psicología: Ideología y Ciencia, México, 1975. Se abre así la fractura entre estas dos disciplinas,
entre la pseudociencia y la ideología.
623
J. Lacan, “Radiophonie”, Scilicet, 2-3, 1970, p. 77.
enfrentándose a una racionalidad estrecha, desoye fenómenos afectivos e
intersubjetivos.
Del mismo modo que Mesmer observaba cómo el exorcismo usaba la misma
explicación no experta para poder interferir con los contenidos proposicionales y las
medio camino entre la psicología y la biología, y pudiese ser quizás un día reducido
624
Especialmente tras U. Neisser, Cognitive Psychology, Nueva York, 1967, uno de los psicólogos cognitivos
que más en cuenta tomó la tradición psicoanalítica.
625
A.H. Modell, “The interface of psychoanalysis and neurobiology,” Boston Colloquium for Philosophy of
Science - December 18, 1996 http://www.psychomedia.it/pm/science/psybyo/modell.htm
Presentation - The Poles of Health: Biological and Social approaches to Disordered Minds
Pribam y Gill muestran a lo largo de su obra acerca del Proyecto de una
desprendería posteriormente.627
626
K.H. Pribam y M.M. Gill, El “Proyecto” de Freud. Una Introducción a la teoría cognitiva y a la
neuropsicología contemporánea, Buenos Aires, 1977.“Nos proponemos ver aquí que la metapsicología
psicoanalítica debe verse, en todas sus facetas, como una teoría biológica-cognitiva del control, basada en una
neuropsicología explícita,” p. 15. “Nuestra interpretación del Proyecto pone en claro que Freud describe
estructurasseparadas: la neurológica mnémico-motivacional (facilitatoria) y la del yo (inhibitoria), que hoy
llamaríamos estructuras cognitivas y nos da un detalle de sus funciones separadas e interactuantes,” ibid., p. 87.
627
“Para recapitular, el modelo de Freud fue calificado a menudo de hidrodinámico. Es más correcto decir de él
que es un modelo energético. Pero con mayor precisión aún, diremos que su concepto se basa en los
concomitantes eléctricos de la actividad neural que llegaron a ser objeto de seria investigación en las últimas
décadas del siglo XIX,” ibid., p. 71.
aquí desarrollará su idea de energía ligada y de catexia o carga energética,
de su carrera por Freud, se nos muestra, desde una perspectiva biológica, como
una teoría tipo 'caja negra'. Describe sólo los inputs y outputs, pero no el
empírico.
teorías. Más que un modelo absolutista, mostraría las posibilidades del diálogo
metateórico. Las teorías pasadas han resultado a la larga ser falsas, y como
parece que no hay ninguna razón para hacer una excepción con nuestras teorías
actuales, podemos afirmar que todas las teorías que han sido y serán son falsas.
diversas teorías.
629
T.S. Kuhn, The Structure of Scientific Revolutions, Chicago, 1962, p. 77. “Rechazar un paradigma sin
substituir simultáneamente con otro es rechazar la propia ciencia,” ibid., p. 79
Las teorías cambian el modo de 'ver' las cosas, e incluso los objetos, en el
propia concepción de psique se nos muestra como una teoría de acuerdo con cuya
psiquismo. Los hechos, al estar cargados teóricamente, chocan con otras teorías
que no disciernen los mismos hechos. Se requieren teorías para dar contenido a
teoría que les otorga su estatuto. Los objetos analizados dentro de una teoría como
esta ontología en favor de una de tipo naturalista, mucho más cercana a los ideales
propios de la ciencia, pero afirma, con fines explicativos más que ontológicos, la
ciertas recetas puntuales. Esa era la idea de Freud, no obstante “...sabemos hoy lo
630
I. Stengers, La volonté de faire science. À propos de la psychanalyse, Le Plessis- Robinson, 1996, p. 77. “La
transferencia le permite a Freud substituir la enfermedad ordinaria que implica ciertamente al analista, pero bajo
el mismo título que todo otro personaje de la vida real del paciente, por una enfermedad de laboratorio que no se
refiere más que al orden de la escena analítica,” ibid., p. 57.
que no sabíamos antes de Freud: la transferencia no es suficiente para hacer de la
desarrollo emocional.632
neurociencia.
631
Ibid., p. 78.
632
A.N. Schore, Affect regulation and the Emergence of the Self, op. cit.
633
K.R. Popper, Unended Quest, La Salle, 1976, p. 168. “Quisiera dar algunas razones de porqué veo al
darwinismo como metafísico y como un programa de investigación. Es metafísico porque no es comprobable
(testable). Uno podría pensar que lo es. Parece afirmar que, si alguna vez en un planeta encontramos vida que
satisfaga las condiciones a y b, entonces c entrará en juego y producirá con el tiempo una rica variedad de formas
diversas. El darwinismo, no obstante, no afirma tanto. Asumamos que encontramos vida en marte consistente en
exactamente tres especies de bacteria con una apariencia genética similar al de tres especies terrestres ¿Se habría
refutado el darwinismo? De ningún modo. Debemos decir que estas tres especies eran las única formas entre la
multitud de mutantes que se encontraban lo suficientemente bien adapatados para sobrevivir. Y diremos lo
mismo si existe una especie (o ninguna). Así, el darwinismo no predice realmente la evolución de la variedad. No
puede realmente explicarla. En el mejor de los casos puede predecir la evolución de la variedad bajo 'condiciones
favorables'. Pero difícilmente será posible describir en términos generales qué condiciones favorables son, a
menos que, en su presencia, emerjan una variedad de formas,” ibid., p. 171. El propio Darwin tenía sus dudas
acerca de la solidez de su teoría: “...soy bastante consciente de que mis especulaciones van más allá de los límites
de la verdadera ciencia. Es un mero jirón de una hipótesis con tantos defectos y agujeros como partes
razonables,” Carta de Charles Darwin a Asa Gray, citada por A. Desmond y J. Moore, Darwin, Nueva York,
1991, p. 456.
Debemos primeramente preguntarnos si la teoría de la evolución por selección
natural es científica o pseudocientífica... Tomando la primera parte de la teoría de
que la evolución ha ocurrido, dice que la historia de la vida es un solo proceso de
división y progresión de especies. Este proceso debe ser único e irrepetible, como
la historia de Inglaterra. Esta parte de la teoría es por ello una teoría histórica,
sobre eventos únicos, y los eventos únicos no son, por definición, parte de la
ciencia, pues son irrepetibles y no objeto de comprobación.634
Para ello no podemos servirnos tanto del nivel biográfico, lingüístico, sino que
hemos de apuntar a las bases cognitivas comunes que pueden ser alteradas de
alguna. No sabemos siquiera la mutación casual que produjo esa preferencia. Sólo
diversos con una coherencia propia de los mitos creacionistas que compiten con
634
C. Patterson, Evolution, Londres, 1978, pp. 145-146.
comprenderlos, darles sentido, encajarlos no tanto en una historia natural como en
una biografía.
teoría de la relatividad casi parece un mito y es, desde luego, una teoría falsa. La
capacidad de una mitología de este tipo nos muestra cómo las teorías científicas
más pregnantes son aquellas que se vuelven mito, aquellas que son absorbidas
como estado actual de cosas por los sujetos, las que proponen una concepción del
635
M. Midgley, “The Religion of Evolution”, J. Durant (ed.), Darwinism and Divinity: Essays on Evolution and
Religious Belief, Oxford, 1985, p. 154.
sucede con la teoría del movimiento de la tierra que, al igual que la teoría de la
predictiva. Ante las leyes de un universo abierto, éstas han de situarse como
Quizás no se trate tanto de que el psicoanálisis sea una mitología, sino de que
muestran tan claras de otro modo. Entre estos mitos uno de los más poderosos es
síntomas mediante las categorías del lenguaje natural muestra cómo la aceptación
636
“Si el hecho de la subjetividad va en contra de la definición de 'ciencia', entonces habrá que abandonar la
definición y no el hecho,” J. Searle, “Mentes y cerebros sin programas”, E. Rabossi (comp.), Filosofía de la
Mente y Ciencia Cognitiva, Barcelona, 1995, p. 436.
637
M.H. Erdelyi, op. cit., p. 111.
638
I. Prigogine e I. Stengers, Entre le temps et l’éternité, París, 1988.
639
Sin duda nos referimos a uno de los positivistas más distinguidos y más conocido como panfletista y 'filósofo',
A. Comte y su Catéchisme Positiviste. Ensemble du Dogme (1852).
del lenguaje por parte de un sujeto hace que su mundo obtenga dichos rasgos y
explicativo, tal como las teorías filosóficas nos muestran, sino constitutivo de la
del mito en relación con la constitiución psíquica: “Espero que llegues pronto a
modalidades con las que los sujetos comprenden su mundo. Mientras que las
una referencia más exacta, resulta inútil como clínica si no comparte los supuestos
existentes en la construcción que el sujeto hace del mundo y un marco al cual referir
paciente. El psicoanálisis nos muestra cómo las creencias, los mitos, se hacen
biología.641
640
Cit. en J. Forrester, Language and the origins of psychoanalysis, Londres, 1980, p. 83.
641
N. Cousins, “Belief becomes biology”, Advances in Mind–Body Medicine, 6, 1989, pp. 20–29. “La evidencia
antropológica sugiere que las creencias y expectativas contribuyen en la enfermedad y la muerte y, de igual
importancia, que las creencias y expectativas también curan,” O. Ray, “How the mind hurts and heals the body”,
American Psychologist, 59 (1), 2004, p. 30. Un cambio de actitudes de entender la curación en la medicina
supone la importancia crítica de los sistemas de creencias de los pacientes, frente a la visión positivista que veía
en la enfermedad simplemente una afección local. En este sentido, en cuanto al marco de creencias, es importante
señalar el lugar del estrés “...es experimentado cuando hay un coincidencia inadecuada entre la capacidad de
enfrentar (coping skills) y las demandas ambientales que el individuo cree que estas habilidades han de
confrontar. Es importante resaltar que no es la capacidad de enfrentar que el individuo posee o no lo que importa.
Lo que cuenta es la capacidad de enfrentar que los individuos creen tener o no tener,” ibid., p. 32. Es dicha
creencia la que afecta sobre nuestro estrés autoinducido para mejorar nuestras resistencias a ésta. Así el miedo,
por ejemplo, resulta frecuentemente de una anticipación de la actuación, e incluso a un meta-nivel, como miedo
El psicoanálisis cumple la función de servir como teoría 'gruesa' para explicar la
transferencia, utilizando una teoría simbólica sin referencia a otro sustrato o nivel de
explicación, más que el propio lenguaje natural sobre el que actúa a nivel individual,
menos efectiva que su elucidación teórica, sino que no puede ser entendida dentro
neuronales- para poder dar una imagen integrada de la experiencia humana.642 Una
descriptor toda esta serie de aspectos, junto con la actitud de la madre ante dicho
imposición externa que se interioriza, al menos para evitar los incovenientes tanto
de la repetición como del desagrado por no seguir sus mandatos. De este modo el
condicionamiento aprendido.
La incapacidad del sujeto para actuar de acuerdo con dicha categoría que se
especial en los que el niño quería evitar la injerencia externa a toda costa, debió
caja negra que supone el cableado mental, uno para provocar el cambio mediante
reconocimiento.
modos básicos de categorización que poseemos 'A es B' o 'A es parte o contiene a
643
J.E. Ledoux, op. cit., p. 265. “La terapia no es sino otra vía de crear potenciación sináptica en las vías
cerebrales que controlan la amígdala. Los recuerdos emocionales de la amígdala, como hemos visto, están
'quemados' indeleblemente en sus circuitos. Lo mejor que podemos esperar es llegar a regular su expresión. Y el
modo de hacer esto es consiguiendo que el cortex tenga control sobre la amígdala.”
La inclusión de la transferencia en un marco explicativo como el de las ciencias
entendía, como Freud, que los hechos subpersonales no servían para dar cuenta
tanto al primero le falta una referencia, un contenido empírico propio, mientras que
relevante dentro de las ciencias cognitivas, éste puede ser analizado desde
644
Similar es la división que realiza Jackendoff entre cerebro, mente computacional y mente fenomenológica. R.
Jackendoff, Consciousness and the computatinal mind, Cambridge, 1987.
645
D. Dennet, Content and Consciousness, Londres, 1969, pp. 93-4. Cf. S. Gardner, “Psychoanalysis and the
personal/sub-personal distinction,” Philosophical Explorations, 3, 2000, pp. 96-119.
diversas ópticas. Por un lado, se puede entender la conciencia como un fenómeno
La disputa central viene dada por el nivel en que se produce dicho fenómeno como
procesos cerebrales, pues parece claro que la mayor parte de los procesos que
procesamiento cerebral.
Más adecuado sería distinguir entre los susodichos procesos químicos que se
dichos procesos, supondría sólo una porción del estado general de procesamiento,
referiría a toda la información que posee algún tipo de codificación, pese a ser
caso de gatos que son capaces de ver mediante áreas cerebrales normalmente
relacionadas con funciones auditivas, o cómo estímulos visuales activan zonas del
646
E. Gillett, “The brain and the unconscious”, Psychoanalysis and Contemporary Thought, 11, 1988, pp. 563-
578.
647
E.M. Finney, I. Fine y K.R. Dobkins, “Visual stimuli activate auditory cortex in the deaf”, Nature
Neuroscience 4, 2001, pp. 1171-1173.
mnésica. Lo mental desborda los límites de la conciencia en tanto apercepción
fenomenológica.648
de lo que llega a ser consciente y es parte de este exceso lo que configura aquello
648
En un sentido similar en el que la racionalidad no requiere inferencias lógicas, entendida como racionalidad
contextual mediante modelos mentales cf. P.N. Johnson-Laird, The computer and the mind: An introduction to
cognitive science, Cambridge, 1988.
649
B. Libet, “Unconscious cerebral initiative and the role of conscious will in the initiation of action”, Behavioral
and Brain Sciences, 8, 1985, pp. 529-566. Si bien la preparación para actuar (preconsciente) aparece unos 200ms.
tras la aparición del estímulo, la apercepción consciente ocurre a los 550 ms. de acuerdo con la medida de su
'potencial de preparación'. Aún así la apercepción ocurre unos 150 ms. antes de la propia acción lo que le permite
actuar sobre ésta. Sin duda una buena explicación del superyo freudiano que es capaz de impedir la realización de un
'deseo' en el sentido de actividad corporal, incluso Libet lo denomina 'potencialidad de veto' y lo relaciona con
circunstancias en que puede provocar rechazo social. Así mismo respalda la idea de que los 'deseos' son
preconscientes en el sentido de preceder al acto de apercepción.
lugar acordado por Freud al inconsciente; estos mecanismos preceden a la
implica que exista igualdad entre ambos, pues la relación de implicación posee
veritate). La teoría de los correlatos neuronales supone una simetría entre mente y
fisicalista, por su parte, entiende que las propiedades de los estados cerebrales y
experiencia fenomenológica del olor de una tarta o el deseo de escribir una carta,
como se comporta la materia, por un lado como partículas, de otro, como onda.
650
M. Velmans, “How could conscious experiences affect brains?”, op. cit. M. Velmans, “Making sense of causal
interactions between consciousness and brain”, Journal of Consciousness Studies, 9(11), 2002, pp. 69-95.
Edelson señala la metáfora de estado mental y temperatura frente a correlato neuronal y movimiento de
partículas, M. Edelson, “The convergence of psychoanalysis and neuroscience: Illusion and reality”,
Contemporary Psychoanalysis, 22, 1986, pp. 479-519.
especulaciones filosóficas, aprovechó sus años como estudiante para asistir a las
clases de Franz Brentano, que entendía la mente como aquella facultad de ser
al momento cartesiano del que nunca debimos dudar. Si se puede ser intencional
sería paralela a aquélla que señalábamos entre los modos de reconocimiento facial
hemisféricos.
651
J. Searle, The Rediscovery of the Mind, op. cit., p. 16.
Según Searle este 'inconsciente profundo' no existiría. El inconsciente sería la
antes que mental, de los estados inconscientes es el gran escollo del análisis de
652
M. Solms, “What is consciousness?”, Journal of the American Psychoanalytic Association, 45(3), pp. 681-
702.
653
I. Dilman “Intentions and the Unconscious”, P. Clark y C. Wright (eds.), Mind, Psychoanalysis and Science,
Nueva York, 1988, p. 176.
654
A.W.M. Meijers, “Mental Causation and Searle's Impossible Conception of Unconscious Intentionality”,
International Journal of Philosophical Studies, 8, 2000, pp. 155-170.
creencias pueden entenderse como estados inconscientes intencionales, no
sucede así con los deseos, pues éstos poseen una dirección de adecuación
diversa a las creencias, de mundo a mente. Los deseos, en esta definición, no muy
transferencia resultó ser un instrumento óptimo para actuar sobre una conciencia
caso clásico del priming que, como mostraba Claparède, no posee representación,
sino que produce un condicionamiento más allá del control consciente, por carecer
situaciones un sujeto puede sostener 'p' y 'no p' sin apercibirse de la existencia de
657
Cf. A. Cleeremans y L. Jiménez, “Implicit learning and consciousness: A graded, dynamic perspective”, R. M.
French y A. Cleeremans (eds.), Implicit learning and consciousness: An empirical, computational and
philosophical consensus in the making, Hove, 2002.
658
Este principio incluso podría entroncarse con la idea cartesiana de la necesidad de que las ideas fuesen ciertas
y distintas para poder admitir la existencia de conocimiento, en este caso de conciencia.
659
R. Audi, “Self-Deception, Rationalization, and Reasons for Acting”, B. McLaughlin y A. Rorty (eds.),
Perspectives on Self-Deception, Berkeley, 1988, pp. 92-120. El autor señala la 'tensión' que se produce entre una
creencia verdadera y la negación de dicha creencia falsa en la que la creencia falsa posee un nivel consciente y la
verdadera subconsciente. Otro caso viene dado por la acrasia, la incapacidad de actuar de acuerdo con lo que se
cree será más provechoso y llevar a cabo simplemente lo que se desea, contra el principio de continencia.
interesante aún son las reflexiones acerca de cómo el auto-engaño, pese a ser
resolvería con la simple apreciación por parte del sujeto de dicha contradicción
ocurría en el caso de Elizabeth R.661 Esto quizás sea posible con aspectos
simbolizados, pero no así con otros que no poseerían dicho carácter y que habrían
mucho más difícil que detectarlo en otros. El auto-engaño propio, por otro lado, es
intrínsecamente más simple de eliminar una vez detectado. Una vez que uno
éstos desaparecen.
660
H. Hartmann, Essays on Ego Psychology, Nueva York, 1964.
661
Cf. nota al pie número 181
662
L.J. Cohen, An Essay on Belief and Acceptance, Oxford, 1992, p. 147.
El autoengaño, la asunción de estados proposicionales en conflicto con otros
inconsciente, 'inobservable', supondría una hipótesis que sirve para explicar ciertas
psicoanálisis mantiene su valor como teoría por ser la única que da respuesta a
que interfiera o bien con el deseo o con las creencias adecuadas a dicho fin. Se
trata de buscar una finalidad de otro tipo para poder hacer comprensible una
determinada acción, y no tanto el hecho que ésta realmente exista como estado
del sujeto.
que lo que hace el análisis es buscar marcos explicativos adecuados para acciones
663
S. Gardner, Irrationality and the Philosophy of Psychoanalysis, op. cit.
que no consiguen encontrar uno y que, de acuerdo con la metapsicología
exactamente el tipo correcto para jugar el papel de ofrecer un contexto causal capaz
proposicional.”665
por alto dicha situación al ser preguntado acerca del miembro paralizado. Según
como bajo la acción térmica de líquido frío en el oído; de otro modo crea una
664
“Dado que la irracionalidad es real y requiere explicación esto supone un argumento en favor de la verdad de
la teoría psicoanalítica,” ibid, p. 1, “...viendo a las personas expresando fantasías, (el psicoanálisis) explica, de un
modo que la psicología ordinaria no hace, las auto-contradicciones constitutivas de la irracionalidad,” ibid., p.
206
665
Ibid., p. 198, “Los estados psicoanalíticos extienden la psicología ordinaria de una forma que los predicados
cognitivo-psicológicos no hacen, y explotan su amplia forma racionalizante de explicación; son postulados en
respuesta a las necesidades de explicación creadas por los fenómenos irracionales al nivel personal,” ibid., p.
202. “La carga de la prueba se encuentra en el crítico de la explicación psicoanalítica de demostrar que su
epistemología difiere del tipo de la psicología ordinaria, mostrar esto requeriría un compromiso más íntimo con
el psicoanálisis del que sus críticos le han acordado frecuentemente,” ibid., p. 243. Para una exposición del
psicoanálisis como extensión de psicología del sentido común antes que como teoría científica validable cf. J.
Hopkins, “Epistemology and Depth Psychology: Critical Notes on The Foundation of Psychoanalysis”, P. Clark
y C. Wright (eds.), Mind, Psychoanalysis and Science, op. cit. De acuerdo con esta concepción, “....la
descripción de sentido común de motivos ya demuestra su papel causal y explicativo,” ibid., p. 39. Así el método
de libre asociación al poner en relación ideas muestra su poder explicativo y causal.
multitud de explicaciones para negar dicha parálisis. Refiriéndose a uno de sus
pacientes señala, “verlo me convenció, por primera vez, de la realidad del fenómeno
su parálisis, inventan razones inverosímiles para dar cuenta de ella. Los pacientes
momentos en que los sujetos se dan cuenta del miembro inútil, produciendo fuertes
produce una reconexión con dicho aspecto reprimido al dirigir la atención hacia el
sólo aparente y las emociones negativas no están ausentes en estos casos; más
este modo, la teoría del auto-engaño convergería con los más básicos postulados
666
V. Ramachandran, “Phantom limbs, neglect syndromes, repressed memories, and Freudian psychology”,
International Review of Neurobiology, 37, 1994, p. 324.
667
M. Solms, “The Deep Psychological Functions of the Right Cerebral Hemisphere”, Bulletin of the British
Psycho-Analytic Society, 1999, 25(1), p. 19. Cf. M. Conway, “Repression revisited”, Nature, 410, 2001, pp. 319-
320.
procesamiento motor, nervioso, fisiológico, fuera de la fenomenología subjetiva por
ser automáticos.
transitividad de esta ecuación nos remite a la pregunta acerca de hasta qué punto
los estímulos, en cuanto órgano central del sistema nervioso. Pero quedaría un
resto, precisamente el que hace que mente no pueda ser idéntica a conciencia. La
autónomo.
actuante se observa en los casos de 'mano anárquica', en los que una mano lleva
668
A. Clark y D.J. Chalmers, “The Extended Mind”, Analysis 58(1), 1998, pp. 7-19. “En cualquier caso, una vez
que la hegemonía de la piel y el cráneo sea usurpada, podremos vernos más genuinamente como criaturas del
mundo,” in fine. Cf. E. Thompson, “Empathy and Consciousness”, Journal of Consciousness Studies, 8(5-7),
2001, pp. 1-32. Número especial del JCS en meoria de Francisco Varela Between Ourselves, Second-Person
Issues in the Study of Consciousness.
acciones a cabo que no son queridas por el sujeto.669 Aunque la mano lleva de
cuerpo.
una persona feliz procesa la información es diferente al modo en que ésto sucede
todo aprendizaje, por lo simbólico. Los fármacos pueden actuar sobre los estados
669
S. Della Sala, C. Marchetti y H. Spinnler, “The anarchic hand: a fronto-mesial sign”, F. Boller y J. Grafman
(eds.), Handbook of Neuropsychology, vol. 9, Nueva York, 1994.
670
J. Lacan, Seminario I, op. cit., p. 406.
Freud, en ciertos momentos, albergaba la esperanza en una posible reducción
teorías concretas que den significado a sus conceptos, que la conviertan en una
comportamiento se produce.
671
S. Freud, Vorlesungen zur Einführung in die Psychoanalyse und Neue Folge, “24. Die gemeine Nervosität”,
Sta., I. En Freud hay dos lecturas que condicionan su interrelación con la ciencia. Así en Die Frage der
Laienanalyse censura las hipótesis químicas, así como las anatómicas, ajenas al sistema psicoanalítico, mientras
que en Hemmung, Symptom und Angst sostiene la posibilidad de abandonar un día el lenguaje metapsicológico
por uno de tipo fisicalista.
672
J. Brunner, Acts of Meaning, Harvard, 1991. “Dar sentido mediante la búsqueda de significado, opuesto a
buscar comprensión a través de información computable. Con este recurso hacia la tecnología computacional
hemos olvidado completamente cómo dar cuenta de cómo aprendemos y porqué. El procesamiento de
información olvida que aprendemos la importancia de una idea por su relevancia para nosotros como individuos,
que damos sentido buscando significado.”
673
M. Velmans, “How could conscious experiences affect brains?” op. cit.
Como señala Rosenfield la imagen propia, la conciencia de identidad sostiene
diversas que en el cerebro son posibles y altera las funciones que sostiene.674 Así
otros mamíferos, sin una relación directa con la experiencia subjetiva de un pasado
y un futuro.
dichas representaciones.
puede actuar sobre ellos. Del mismo modo que en actividades cognitivas de alto
motora. De hecho es común entre deportistas de élite que relaten su relación con
automatizada.
676
“Todos los mamíferos parecen tener la experiencia de dolor, rabia, miedo y otros muchos sentimientos brutos,
pero no parecen ser capaces de reflexionar sobre dichos sentimientos como hacemos nosotros,” J. Panksepp, op.
cit., p. 300.
677
G.H. Edelman, op. cit., p. 122.
propia imagen corporal, y en cierto sentido nuestra identidad. De ahí la relevancia
fisiológicos.
representación consciente.
Como Freud antes que ellos, los científicos cognitivos rechazan la visión importada
de Descartes de que la mente y la conciencia sean la misma. El término
inconsciente cognitivo implica simplemente que mucho de lo que la mente hace
sucede fuera de la conciencia, mientras que el incosciente dinámico es un lugar
más oscuro, malévolo, donde los recuerdos cargados emocionalmente están
encargados de llevar a cabo el trabajo mental sucio. En alguna medida el
inconsciente dinámico puede ser concebido en términos de procesos cognitivos,
pero el término inconsciente cognitivo no implica estas operaciones dinámicas.678
678
J.E. Ledoux, op. cit., p. 29-30.
natural. En este sentido, esta nueva ciencia cognitiva rehace tres presupuestos
679
J. Weinzenbaum, Puissance de l'ordinateur et raison de l'homme, París, 1976, p. 181.
Barsalou ha señalado cómo la influencia de ciertas áreas de conocimiento
representación amodal que, mientras más se acercaba a ser descrito de una forma
computación del valor efectivo de las proposiciones. Así actuaba como si poseyese
sistema formal que era capaz de aprovechar la posición no intrusiva del terapeuta
capaz de distinguir entre las posibles respuestas recibidas por una máquina para
680
“Debido a que los lenguajes representacionales amodales poseen mucho poder expresivo, porque pueden ser
formalizados y porque pueden ser implementados en hardware, capturando la imaginación de la comunidad de
ciencia cognitiva, se impuso sobre el pensamiento teórico y se volvió ampliamente practicada.” L.W. Barsalou,
“Situated Conceptualization”, op. cit., p. 15.
681
Cf. C. Wegman, Psychoanalysis and Cognitive Psychology: A formalization of Freud's theory, Nueva York,
1985. Wegman lleva igualmente a cabo el bosquejo de una simulación de un caso de Freud mediante
instrucciones basadas en scripts.
humana e inteligente, caricaturizada como simple algoritmo con el objetivo de hacer
hablar al sujeto, sin relación posible alguna con su narración, y supliendo la falta de
inteligencia real de dicho programa, incapaz, por otro lado, de 'entender' una sola
interpretación del texto del analizante, supone retomar las palabras enunciadas y
resaltar ciertos aspectos de lo dicho por el paciente que quedan más allá de lo que
como el ajedrez.
682
http://www.maiw.com/ Creo que resulta suficiente como ejemplo, aunque la verdad no sé si el programa se
encarga de simular al programa o al usuario. Según se anuncia en la página web de la empresa del propio Colby,
se recomienda imprimir las conversaciones y estudiarlas como si de una prueba de bachillerato se tratase:
“guarde sus impresiones y poseerá una obra de referencia completa sobre el tema de su depresión.” No sabemos
si esto más que ayudar al usuario, lo puede sumir más aún en un estado cataléptico. “Una simple pasada por la
lección no es suficiente para obtener benficios duraderos. Para absorber y solidificar el aprendizaje terapéutico,
utilice muchas veces el programa, repetir y ensayar dichas lecciones que se aplican particularmente a su propia
condición.” De tanto repetir puede que el sujeto acabe tan harto de su historia que deje atrás la depresión.
Programa Hablábamos de su depresión. ¿Qué más puede decirme?
Usuario Llevo ya seis meses abatido.
Programa Debe ser duro sentirse tan deprimido.
Usuario Lo es. Es como ahogarse en un pantano.
Programa ¿Qué es lo que le deprime en concreto?
Usuario Las mañanas. No consigo levantarme de la cama por las mañanas.
Programa Debe ser difícil levantarse cuando uno no tiene nada por qué luchar.
Usuario Justo. Odio la idea de tener que ir a trabajar.
Programa ¿Qué es lo que no le gusta de su trabajo en concreto?
Usuario Tengo un trabajo sin salida. No sé en qué dirección ir.
Programa ¿Qué le hace sentir que no puede hacer nada acerca de su
situación?
Usuario Es inútil intentar cambiar nada.
Programa Parte de su sentimiento de inutilidad viene de una concepción
incorrecta, viene de que no hay nada que usted pueda hacer por sí
mismo para mejorar su condición.
primera ola de las ciencias cognitivas. Las ciencias cognitivas incorporadas han
fue igualmente presa del pensamiento fenomenológico que, desde Kant, embruja
transferencia, que recorre la clínica analítica. Desde una perspectiva que entiende
parece plausible dicha conclusión.686 Sin embargo la inclusión del cuerpo y del
un enfoque 'semántico', sino toda una pragmática, una prosodia cognitiva que
pueda dar cuenta del cuerpo como interfaz activo del cerebro mediante el cual éste
se adapta a su medio.
central lo caracteriza como sistema neuronal aparte, con células nerviosas que
en forma de homúnculo no nos puede dejar otra visión de la actividad mental que
688
J. Rustin y C. Sekaer, “From the Neuroscience of Memory to Psychoanalytic Interaction: Clinical
Implications”, Psychoanalytic Psychology, 21(1), 2004, pp. 70-82.
689
J. Fodor, The Mind Doesn’t Work That Way, Cambridge, 2000.
690
M.D. Gershon, The Second Brain, Nueva York, 1998.
múltiples unidades de procesamiento independiente que se combinan, oponen y
otras inconscientes.”691
funcionales, Eric Kandel señala la relación indisociable entre ambos sistemas: “No
propiedad que se sitúa a un nivel ontológico diverso. Por otro lado se sitúa el
emergentismo epistemológico.
691
D. Westen, “The scientific legacy of Freud: Toward a psychodynamically informed psychological science,”
Psychological Bulletin, 124(3), 1998, p. 345.
692
E.R. Kandel, “A new intellectual framework for psychiatry”, American Journal of Psychiatry, 155(4), 1998 p.
464.
constituyentes.[...] Las propiedades emergentes ontológicamente no son ni
reducibles ni están determinadas por propiedades más básicas.693
incertidumbre propia de la libre asociación, que permitiría que se genere una nueva
inconexos.
693
M. Silberstein y J. McGeever, “The Search for Ontological Emergence”, Philosophical Quarterly, 49 (195),
1999, 186.
694
Ibid., p. 190.
695
R. Hoffman, “What neural network studies suggest regarding the boundary betwen conscious and unconscious
mental processes”, D.J. Stein (ed.), Cognitive Science and the Unconscious, op. cit.
696
R.M. Galatzer-Levy, “Emergence”, Psychoanalytic Inquiry 22(5), 2002. Cf. S. Palombo, The Emergent Ego,
Madison, 1999.
Un modelo dinámico muestra cómo las singularidades cambian la dirección
atractores que describen el comportamiento a largo plazo. Así, “la relación analítica
la relación con otros sistemas que permiten una regulación más flexible y rica, y el
697
D.J. Redington y S.P. Reidbord, “Chaotic dynamics in autonomic nervous system activity of patient during a
psychotherapy session”, op. cit.
698
S. Seligsman, “Dynamic Systems Theories as a Metaframework for Psychoanalysis”, op. cit., p. 310.
699
B. Priel y G. Schreiber, “On psychoanalysis and non-linear dynamics: The paradigm of bifurcation”, British
Journal of Medical Psychology, 67, 1994, pp. 209-218. “En resumen, las transferencias podrían ser consideradas
“transiciones de 'cíclos límite' hacia atractores extraños [caóticos] mediante bifurcación...” ibid., p. 214
700
B. Fajardo, “Breaks in consciousness in the psychoanalytic process: A dynamic systems approach to change
and a bride to Edelman's mind/brain model”, op. cit. “La acción terapéutica de las intervenciones psicoanalíticas
se basan pues en la coordinación de los procedimientos regulatorios del analista con los del paciente,” M.L.
Miller, “Dynamic Systems and the Therapeutic Action of the Analyst: II. Clinical Application and Illustrations”,
op. cit., p. 68.
conllevaría flexibilidad y estabilidad.701 Esta integración ocurre mediada por la
apertura de sistemas inflexibles, cerrados, hacia otros más abiertos, en que los
ontológica y epistemológica sobre las llamadas ciencias especiales. “Por ello sea
701
D.J. Siegel, “Towards and interpersonal neurobiology of the developing mind: Attachmente relationships,
“mindsight,” and neural integration”, Infant Mental Health Journal, 22(1-2), 2001, pp. 67-94.
702
M. L. Miller, “Chaos, Complexity, and Psychoanalysis”, Psychoananlytic Psychology, 16(3), 1999, pp. 372-
373. Cf. G. Globus y J.P. Arpaia, “Psychiatry and the new dynamics”, Biological Psychiatry, 35, 1993, pp. 352-
364. R. Robertson y A. Combs (eds.), Chaos theory in psychology and the life sciences, Nueva Jersey, 1995. Cf.
F. Orsucci, “Morfogenesi e complessità. Verso la formazione di paradigmi generali in psicoanalisi”, Psiche, 5,
1997, pp. 107-22. “La teoría de sistemas dinámicos se centra en cómo la creación, mantenimiento y
transformación de los estados de un sistema hace más que dirigir la atención del analista a los estados afectivos y
fisiológicos del paciente como foco primario del tratamiento. También especifica que es en la coordinación de
estos estados con los del analista cómo se forma la relación entre el paciente y el analista, M.L. Miller, “Dynamic
Systems and the Therapeutic Action of the Analyst: II. Clinical Application and Illustrations”, op. cit., p. 68.
703
M. Silberstein y J. McGeever, “The Search for Ontological Emergence”, op. cit., p. 199. “La emergencia
ontológica supone un monismo sin reduccionismo,” ibid., p. 200.
descorporeizado impide tal circunstancia. Si tal es el caso en los procesadores
sintéticos, ¿no lo será igualmente en los de tipo orgánico? Es decir ¿no supondrá el
relación con el hardware del cerebro. Por el contrario, son definidas por la
Turing suponía un computador que se comunicaba desde otra habitación con una
persona mediante un teletipo, de tal modo que el sujeto no pudiese observar que
las respuestas provenían de una masa de circuitos. Dicho test sería, en todo caso,
704
H.R. Pagels, The Dreams of Reason: The Computer and the Rise of the Sciences of Complexity, Nueva York,
1988, pp. 190-1.
705
R.M. French y E.Thomas, “The dynamical hypothesis in cognitive science: A review essay of Mind as
Motion”, Minds and Machines, 11(1), 2001, p. 103.
una medida comportamental, en el sentido que señala Searle con su ejemplo de la
las de un procesador del tipo de von Neumann, los desarrollos más recientes
tienden a desechar el dualismo cartesiano por una mente incorporada que, como
incorporación, la intersubjetividad:
El grado en que una persona puede llegar a experimentar los afectos como mente
(es decir, como sentimientos) en lugar de únicamente como cuerpo, dependerá
[por tanto] de la presencia de un contexto intersubjetivo facilitador.708
706
J.R. Searle, “Minds, brains and programs”, Behavioral and Brain Sciences, 3, 1980, pp. 417-424.
707
La propia etimología de emoción relativa al latín emotionem vendría de motionem y motum que denota
movimiento y el prefijo e que supuestamente añade fuerza a la acción.
708
R.D. Stolorow y G.E. Atwood, Los Contextos del Ser, Barcelona, 2004, p. 85. “Cuando la persona puede
anticipar qué sentimientos más elaborados simbólicamente van a ser ignorados o rechazados, o que dañarán el
vínculo con el otro, de manera que se producirá una repetición de aquella falta de sintonía que se había dado en
la niñez, esta persona se repliega entonces hacia formas más arcaicas, exclusivamente somáticas, de la
experiencia y de la expresión de la misma (...),” ibid., p. 86. Es el miedo a la falta de 'sintonía afectiva' lo que
produce los bloqueos en el analizante frente al analista teñidas por su experiencia previa, en especial con sus
cuidadores. Y dan una respuesta a las opciones filosóficas de relación entre mente y cuerpo correspondiendo a
diversas formas de experimentarla de acuerdo con cierto pasado.
a niveles simbólicos otros procesos se llevarían a cabo de modo automático,
en la división entre mente y cuerpo podría ser reemplazado por uno similar al de la
709
Una formulación similar desde las ciencias cognitivas lo podemos encontrar en Max Velmans. “Esto es, somos
tanto procesos preconscientes generadores como los resultados conscientes. Visto desde una perspetiva de
tercera persona, nuestros propios procesos mentales preconscientes aparecen como actividades neuroquímicas y
sus actividades físicas asociadas. Visto introspectivamente, desde una perspectiva de primera persona, nuestra
mente preconsciente aparece como un espacio personal, pero 'vacío', del cual pensamientos, imágenes y
sentimientos surgen espontánemanete. Nosotros somos tanto una cosa como la otra y ello requiere un cambio en
nuestro 'centro de gravedad' intuido a uno donde nuestro yo experiencial se vuelva la 'punta' visible de nuestro
propia mente preconsciente inserta (embedding),”M. Velmans, “How could conscious experiences affect brains?”
op. cit.
710
B.J. Baars y K. McGovern, “Cognitive views of consciousness: What are the facts? How can we explain them?” M.
Velmans (ed.) The Science of Consciousness: Psychological, Neuropsychological, and Clinical Reviews, Londres,
1996, p. 75.
El problema de la conciencia puede resultar iluminado por el estudio del
como presupuesto del inconsciente; de ahí que se acentúe como fin de la terapia
empíricas, que no sólo trabaje como clínica sino que pueda ser informada por
711
Cit. E.R. Kandel, “Biology and the future of psychoanalysis: A new intellectual framework for psychiatry
revisited,” American Journal of Psychiatry 156(4), 1999, p. 521.
712
A.R. Damasio, op. cit., p. 244.
Los estudios de 'miembros fantasmas' (phantom limbs) de Ramachandran
muestran pacientes con dolores en brazos o piernas que han perdido o les han
movimiento del miembro perdido mostrando un reflejo del movimiento del miembro
histéricos.
no poseería las mismas características que la mente tal como la conocemos. Ésta
713
Ibid., p. 52. “No es sólo la separación entre mente y cerebro la que es mítica: la separación entre mente y
cuerpo es, probablemente, igual de ficticia. La mente forma parte del cuerpo tanto como el cerebro,” p. 117.
“Este es el error de Descartes: la separación abismal entre el cuerpo y la mente, entre el material del que está
hecho el cuerpo, medible, dimensionado, operado mecánicamente, infinitamente divisible, por un lado, y la
esencia de la mente, que no se puede medir, no tiene dimensiones, es aimétrica, no divisible; la sugerencia de que
el razonamiento, y el juicio moral, y el sufrimiento que proviene del dolor físico o de la conmoción emocional
pueden existir separados del cuerpo. Más específicamente: que las operaciones más refinadas de la mente está
separadas de la estructura y funcionamiento de un organismo biológico,” op. cit., p. 230. Damasio señala cómo
esta forma de pensar se encuentra en cierta forma presente en las teorías computacionales de la mente que sólo se
atienen al simple procesamiento de símbolos sin contenido biológico alguno.
Pese a la ilusión farmacológica, las teorías químicas del funcionamiento del
físicas implica mucho más de lo que puede ser justificado.”714 Frente al estigma de
genérica. Por otro lado, los intereses en la idea orgánica de enfermedad mental se
714
E. Valenstein, Blaming the Brain. The truth about drugs and mental health, Nueva York, 1997, p. 225.
componente posee efectos que inevitablemente se expanden por todo el
sistema.715
La difícil línea divisoria entre mente y cerebro es establecida por los estudios
mecanismo causal de un síntoma psicológico puede ser sólo revelado por medios
psicológicos en casos donde ha habido daño físico reciente en una parte específica
del cerebro, entonces cuanto más debe ser el caso si el correlato físico (o incluso el
con lesión cerebral sólo pueden ser comprendidos de forma psicológica. Así surge
mental que incluya las diferentes interacciones entre organismo, medio y mente.
715
Ibid., p. 226. “Cuando comencé este proyecto planeaba describir los cambios que han tenido lugar en el modo
en que la gente piensa sobre los desórdenes mentales y cuál es la mejor forma de tratarlos, así como los factores
responsables en ocasionar los cambios. En el camino me he convencido de que es tan importante evaluar la
evidencia y los argumentos que defienden la teoría hoy prevaleciente de que los desórdenes mentales son
causados por errores químicos que son corregidos por drogas. He concluído que esta teoría, que guía buena parte
de la práctica clínica y nuestros esfuerzos en investigaciçon, no posee base evindencial y que podía
perfectamente ser incorrecta. No obstante por razones que tienen poco que ver con la ciencia, la teoría es seguida
implacablemente en un sendero lleno de peligros. Es como un barco sin guía en la navegación impulsado por un
poderoso motor a través de un mar con muchos arrecifes no descubiertos,” ibid., p. 241.
716
L.M. Miller, Neuropsychodynamic Foundations of Psychoanalysis, op. cit.
717
M. Solms, “Is the brain more real than the mind?” Psychoanalytic Psychotherapy, 9(2), 1995, p. 119.
3.5. Otras mentes: Interacción e Iteración
interacción y contendría los patrones de ésta que lo conforman como individuo. “La
primer tipo de comunicación que se produce entre el recién nacido y la madre, con
efectos estructurales.
dichos procesos.722
721
A.N. Schore, op. cit., p. 494.
722
“... las substancias y estructuras compuestas de substancias son inherentemente estables. Cambian si algo las
hace cambiar, no de otro modo. Si intentamos modelar la psicopatología y usamos un sistema basado en
substancias/estructuras modelaremos de modo inherente los fenómenos patológicos como estables. Deasprender
o cambiar dichas estructuras requerirá de una intervención específica. Pero si la mente es un proceso
intrísecamente auto-organizador, entonces la profunda problemática de la psicopatología es precisamente lo que
Clásicamente se suponen dos tipos generales de teorías a la hora de adscribir
mediante la 'teoría de teorías' (TT), según la cual poseemos cierta teoría acerca del
otro. Por otro lado la 'teoría simulatoria' (TS) sostiene que entendemos al otro por
otro, no sólo de adscribirle sentido, sino de identificarnos con él, estaría del lado de
la TS.723 Ésta parece poseer una validez ecológica superior a la TT, al reconocer la
nuestra teoría acerca de los otros, de sus estados físicos y, mediante éstos, de sus
estados mentales, así como de sus sensaciones. Nuestra relación no sería con
'otras mentes', sino con 'otros cuerpos' que poseen formas semejantes de reflejar
respuestas inmediatas.
emociones. Si bien sólo podemos reconocer en el otro las emociones que podemos
con éstas, no sólo el sujeto no es capaz de obtener una experiencia subjetiva, sino
tampoco puede observar dicha reacción en el otro: “...la emoción del otro es
trata de un contínuo entre las habilidades cognitivas y las de tipo físico, más
primitivas filogenéticamente.729
726
Ibid., p. 28.
727
V. Gallese, Ch. Kaysers y G. Rizzolatti, “A unifying view of the basis of social cognition”, Trends in
Cognitive Science, 8 (9), 2004, p. 397.
728
V. Gallese, “The manifold nature of interpersonal relations:the quest for a common mechanism”,
Philosophical Transactions of the Royal Society of London, B 2003, p. 519. Cf. V. Gallese, “The roots of
empathy: The shared manifold hypothesis and the neural basis of intersubjectivity”, Psychopathology, 36, 2003,
pp. 171-180.
729
F. Pulvermüller,“Brain mechanisms linking language and action”, Nature Reviews Neuroscience, 6, 2005, pp.
576-582. Así la información somática y lingüística tendrían cierta interacción, lo que explicaría cómo el lenguaje
podría influir sobre ciertas formas de acción corporal. Acerca de una 'hipótesis deíctica', por la que el significado
se basa en la acción cf. A.M. Glenberg y M.P. Kaschak, “Grounding language in action”, Psychonomic Bulletin
& Review, 9(3), 2002, pp. 558-565. Según los autores, el propio lenguaje estaría basado en cierta base corporal,
en cierta experiencia cinestética, así por ejemplo “... durante el aprendizaje de la construcción de doble objeto en
inglés, aprendemos a tratar la construcción como una instrucción para simular una transferencia literal de una
entidad a otra, incluso cuando el objeto transferido no es un objeto físico. Esta simulación es consistente con la
afirmación de que la gente comprende la comunicación como un tipo de transferencia en la que las palabras
funcionan como contenedores de información...” ibid., p. 563.
A su vez, la 'imaginería mental', la capacidad de imaginarse una acción, posee
como base los mismos procesos que la observación de dicha acción, la activación
activar los mismos circuitos que cuando el sujeto lleva a cabo la acción, “...la
estaba relacionado con el de Einfühlung o empatía. Así, sin bases empíricas como
las aportadas por Gallese y Rizzolati, era difícil otorgar una referencia precisa a
730
R.A. Finke (ed.), Principles of mental imagery, Cambridge, 1989.
731
V. Gallesse, “Embodied Simulation: From Neurons to Phenomenal Experience”, (en prensa).
732
E. Thompson, “Empathy and Consciousness,” op. cit., p. 2.
una perspectiva dinámica y procedimental de co-implicación. Antes que la
internos mediante el insight. La falta de una correlación clara entre insight y cambio
733
R.J. Friedman y J.M. Natterson, “Enactments: An Intersubjective Perspective”, Psychoanalytic Quarterly 68,
1999, p. 246. Cf. H.B. Levine y R.J. Friedman, “Intersubjectivity and Interaction in the Analytic Relationship: A
mainstream view”, Psychoanalytic Quarterly, 69, 2000, pp. 63-92. “...la información fundamental y más
inmediata del psicoanálisis es la experiencia de la relación que se desarrolla entre analista y analizante,” ibid.
p. 68. I.Z. Hoffman, “Discussion: towards a social-contructivist view of the psychoanalytic situation”,
Pychoanalytical Dialogues, 2, 1991, pp. 287-304. O las discusiones de Ogden con respecto a una instancia
intermedia el 'tercero analítico' T.H. Ogden, “The analytic Third: working with intersubjective clinical facts,”
International Journal of Psychoanalysis, 75, 1994, pp. 3-19. S.M. Andersen y S. Chen, “The relational self: An
interpersonal social-cognitive theory”, Psychological Review, 109, 2002, pp. 619-645. Un repertorio de acciones
estaría disponible al sujeto en función de sus experiencias con otros, sus modelos de interacción. El 'yo' no sería
absoluto, sino dependiente de la activación de cierta representación de un otro significativo en función de las
pistas ofrecidas por la situación.
734
Así lo muestra Wallerstein en su seguimiento del Proyecto de Investigación de Psicoterapia (PRP) en una de
sus tajantes conclusiones: “La resolución efectiva de conflictos resultó no ser necesaria para el cambio
terapéutico,” p. 304. R.S. Wallerstein, “The Effectiveness of Psychotherapy ans Psychoanalysis: Conceptual
introspección terapéutica y una forma de curación de estilo cartesiano, parece que
Issues and Empirical Work”, T. Shapiro y R.N. Emde, Research in Psychoanalysis: Process, Development,
Outcome, Madison, 1995. Con respecto al insight o apercepción individual, “La suposición original de Freud de
que el insight llevaría directa y automáticamente al cambio ha resultado ser deficiente,” S. Fisher y R.P.
Greenberg, Freud Scientifically Reappraised: Testing the Theory and Therapy, op. cit., p. 282.
735
R.E. Nisbett y T.D. Wilson, “Telling more than we can know: Verbal reports on mental processes”,
Psychological Review, 84, 1977, pp. 231-259.
736
J.L. Kantorowicz, “Outcome Research in Psychoanalysis”, T. Shapiro y R.N. Emde, Research in
Psychoanalysis: Process, Development, Outcome, Madison, 1995. Cf. A. Goldberg, “Farewell to the objective
analyst”, International Journal of Psychoanalysis, 75(1), 1994, pp. 21-30, que señala cómo la experiencia propia
del analista influye decisivamente en el repertorio de respuestas e interpretaciones que ofrece al analizante.
737
R.N. Emde, “Epilogue: A Beginning - Research Approaches and Expanding Horizons for Psychoanalysis,” p.
411 y ss, T. Shapiro y R.N. Emde, op. cit.. Señala la importancia de ‘unidades de relación’ antes que sujetos.
738
H.B. Levine y R.J. Friedman, op. cit., p. 89.
categorizar nuestra experiencia y que se activan en nuestra working memory
de la apercepción subjetiva.
grados nosológicos.
La teoría intersubjetiva es una teoría de campos o una teoría de sistemas en la
que se busca la comprensión de los fenómenos psicológicos, no como
productos de mecanismos intrapsíquicos aislados, sino como emergentes de la
interacción recíproca de las subjetividades en relación [...] Desde esta
perspectiva, tal como veremos, el concepto de mente individual o de psique es
en sí mismo un producto que cristaliza a partir de un nexo de relación
intersubjetivo y que sirve a unas funciones psicológicas específicas. 739
idea fundadora de mente como identidad eo ipso, y sus corolarios, tales como el
experiencia, lo que Stolorow y Atwood llaman 'el mito de la mente aislada'. 740
existe, pues, la visión 'distorsionada' del analizante por la cual proyecta sus
fantasías a un observador neutro, sino que son las dos visiones del analista y
analizante las que se conjugan, ambas ajenas a una objetividad dada, ya sea
739
R.D. Stolorow y G.E. Atwood, op. cit., p. 27.
740
Ibid., cap. 1.
por la protección que ofrece la teoría o bien por un ideal de análisis que sitúa al
esencia del cambio que induce al desarrollo a lo largo del ciclo de la vida.”741
vuelve absoluto al negar la interacción 'real' con otro y verlo siempre como
741
Ibid., p. 61. A la hora de explicar el aspecto dinámico del inconsciente los autores proponen el siguiente
modelo: “Cuando las experiencias infantiles no son respondidas de forma regular, o son activamente rechazadas,
el niño percibe qué aspectos de su propia experiencia no son bienvenidos o son peligrosos para el cuidador.
Entonces se deben sacrificar (reprimir) ciertos sectores del mundo experiencial del niño para salvaguardar así la
relación que es necesaria para la supervivencia,” ibid., p. 71. Asimismo la represión viene entendida como
posibilidades frustadas de desarrollo emocional que fueron bloqueadas o no articuladas para evitar el posible
daño de una relación fundamental para el niño con sus cuidadores y viene a conceptualizarse como incosciente
invalidado.
742
El Edipo como modalidad básica de conflicto intersubjetivo no resuelto mantendría, no obstante, su
prevalencia hasta el punto de articular buena parte de la clínica. Más allá de su carácter mitodológico, el Edipo
permite formalizar las formas primeras de intersubjetividad experimentadas por el sujeto.
relación especular con Otro, con cierto modelo aprendido de interrelación. De
este modo la intersubjetividad fue siempre anegada con vistas a ciertos ideales
datos ha quedado patente, ahora, antes de ser arrollado por la coherencia que ha
queda mostrar su valor como práctica capaz de alterar la conciencia del analizante.
Conclusiones. Ciencia e intersubjetividad
la práctica ideada por Freud y que se vincula con otra serie de términos teóricos
que van siendo redefinidos progresivamente. Por otro lado, mediante esta intuición
deseos del analizante, sin intrusión del analista, se constituía en práctica objetiva,
743
De tal modo que el analizante “...pueda tomar conciencia de sus relaciones no con el yo del analista sino con
todos eso otros que son sus verdaderos garantes y que él todavía no ha reconocido,” J. Lacan, Séminaire II, p.
288.
Éste reactivaba en la psique del paciente cierto modelo internalizado,
intrapsíquico-imaginario.746
744
En sus años como interno le escribiría a su prometida, Martha Bernays: “Podría imaginar muy bien lo penoso
que sería para ti saber como me siento junto a un lecho de enfermo para observar de qué manera trato el
sufrimiento humano como un objeto. Pero, niña mía, ello no puede hacerse de otro modo, y a mí debe parecerme
distinto que a otros,” cit. en P. Gay, op. cit., p. 65
745
M.H. Erdelyi, op. cit., p. 216. “En esta coyuntura el carácter dinámico del psicoanálisis y la psicología
cognitiva moderna son completamente compatibles y maduras para la integración. Las diferencias que pueden
observarse son accidentes de matiz histórico y metafórico, y no ya de necesidad teórica. Debido a sus raíces en la
teoría de la información, teoría de la decisión matemática y análogos computacionales, la psicología cognitiva ha
tendido a ser moldeada en términos de 'observadores ideales' y 'procesamiento de información'; el psicoanálisis,
de otro lado, con su trasfondo clínico, en términos de observadores no ideales y procesamiento equívoco y
tendencioso de la información. No obstante, esto no constituye ya una diferencia en orientaciones teóricas sino en
enfoque teórico,” ibid., p. 217.
746
Cf. K.A. Frank, “Action techniques in psychoanalysis”, Contemporary Psychoanalysis, 26, 1990, pp. 732-756,
S. Mitchell, Relational Concepts in Psychoanalysis, Cambrdge, 1988, P.L. Wachtel, “Active intervention,
psychic structure and the analysis of transference”, Psychoanalytic Dialogues, 3, pp. 589-603.
Sin embargo, el objetivo de la ciencia ha venido dado por su aproximación a la
aquellos actos humanos que podrían en principio llevarse a cabo sin la presencia
de un ser humano. Como decía Lacan, “la ciencia es una ideología de la supresión
del sujeto,”747 y quizás debería ser una de su superación. El propio Freud, sin la
lo subjetivo'.748
Los dos grandes caballos de batalla en una nueva concepción de las ciencias
Una de las críticas más intensas que se ha librado a este respecto ha sido
apropiada para estudiar la cognición no podría ser la mente aislada. Existe una
747
J. Lacan, “Radiophonie”, op. cit., p. 89.
748
F.M. Levin, Psyche and Brain. The biology of talking cures, op. cit. Cf. A.H. Modell, The private self,
Cambridge, 1993.
interrelación tan importante con el medio que dicha segregación sería falaz; el
A finales del siglo XIX, poco antes de que Freud comenzara su práctica,
los sentaba uno al lado de otro en dos sillas y evaluaba su inclinación hacia el otro
actitud estaba relacionada con la postura, con el cuerpo. El aprecio era relativo el
peso que se dirigía hacia la parte delantera de una silla que estaba orientada hacia
la otra persona.
Así cuando dos personas poseen una “inclinación” hacia la otra, se inclinan o
acercan cuando están sentados al lado, como a la mesa, y llevan la presión de su
peso en las patas más cercanas de las sillas. No se requiere mucho ingenio para
arreglar un indicador de presión con un índice y que un cuadrante indique los
cambios en la presión, pero es difícil concebir una disposición que pueda llevar a
cabo la triple condición de ser efectivo, no atraer la atención y aplicable al
mobiliario corriente. He realizado algunos experimentos descuidados, pero,
ocupado por otros asuntos, no los he llevado a cabo como esperaba.750
749
A. Clark y D. Chalmers “The extended mind”, op. cit.
750
F. Galton, “Measurement of Character”, Fortnightly Review, 36, 1884, p. 184.
Experimentos más recientes señalan cómo al mostrarles ciertas caras a una
serie de participantes para evaluar las expresiones que contenían, éstos imitaban
Los únicos procesos que Freud recabó fueron de tipo significante con el fin de
Freud es un apto precedente de los esfuerzos por parte de la ciencia cognitiva por
751
H.G. Wallbott, “Recognition of emotion from facial expression via imitation? Some indirect evidence for an
old theory”, British Journal of Social Psychology, 30, 1991, p. 207-219.
752
A. Gopnik y A. Meltzoff, “Minds, bodies, and persons: Young children's understanding of the self and others
as reflected in imitation and theory of mind research”, S. Parker, R. Mitchell y M. Boccia (eds.), Self-awareness
in animals and humans, Nueva York, 1994, pp 179-180.
explicar la mente, no simplemente como resíduo de la conducta, sino como
operador básico.
los qualia.
existiría un tipo de materia, pero que puede ser percibida de forma diversa, desde
interrelación entre dichas perspectivas, de cómo los qualia poseen una causalidad
persona.
la impronta que anima el planteamiento del Otro en Lacan, que se sitúa siempre
the Feeling Brain, Orlando, 2003, también señala una visión similar basada en el monismo bimodal spinoziano
en el que las emociones reunirían cuerpo y mente, la mente sería modificada por el estado corporal y, a su vez,
aquella modificaría éste.
755
J. Panksepp, Affective Neuroscience. The Foundations of Human and Animal Emotions, op. cit., p. 49.
De acuerdo con Vygotsky, todo proceso psicológico superior surge en una
éste parece ser el caso también de otros procesos que clásicamente no habían
que otros mamíferos posean un cerebro adecuado a las prácticas del cuidado de la
mediado por sentimientos pre-cognitivos, que compartimos con los grandes monos
fisiológica, “...el propio objeto de la ciencia cognitiva -la mente incorporada como
entidad natural- está constituida como objeto científico mediante empatía recíproca
la idealista pre-existencia del mundo en el que, por arte de magia, caemos, a modo
relacionado con la existencia de apegos, de narrativas que nos proveen con una
757
F. Varela, E. Thompson y E. Rosch, De Cuerpo Presente, Barcelona, 1997.“Mediante una presencia alerta y
disciplinada en cada momento, se puede interrumpir la cadena del condicionamiento automático; uno puede no ir
automáticamente del afán al apego y todo lo demás,” ibid., p. 143.
758
R. Rorty, Philosophy and the mirror of nature, Princeton, 1979.
759
“Al permanecer en el nivel de la descripción, la ciencia aún no ha despertado a la idea de que la experiencia
en la mente -no sólo sin un yo impersonal e hipotético, fruto de una construcción teórica, sino sin ego- puede ser
profundamente transformadora,” F. Varela, E. Thompson y E. Rosch, op. cit., p. 106.
experiencia analítica había puesto en cuestión la fijeza y absolutismo del yo clásico
su acento en lo subpersonal, los procesos antes que las instancias, supone así
cognitiva, que apura sus intuiciones básicas y las acerca a su propio ideal de
ciencia, proveyendo con una concepción del sujeto 'no yoíca' y que hace hincapié
experiencia en cuanto práctica, puesto que la mente del analizante sufre cambios
durante el análisis:
760
Ibid., p. 257.
761
Ibid., op. cit., p. 281.
En este libro nos resulta de particular interés el hecho de que el psicoanálisis no es
sólo una teoría sino una práctica. Los pacientes perturbados que acuden a un
terapeuta de relaciones objetales aprenden a explorar la mente, la conducta y las
emociones en términos de relaciones objetales: aprenden a ver sus reacciones
como agentes internalizados. Nos preguntamos si esto les induce a cuestionar su
sentido del yo, aunque es improbable que ello ocurra en el contexto cultural actual.
En Gran Bretaña y América del Norte, el psicoanálisis está dominado por la
psiquiatría; se lo ve más como una medicina que como un medio de obtener
conocimiento acerca de la naturaleza de la mente. Se supone que un logrado
análisis de relaciones objetales, como cualquier otro análisis, está destinado a
mejorar al paciente: volverlo más funcional, afinar sus relaciones objetales y
brindarle mayor confort emocional; no está destinado a lograr que se pregunte:
“¿No es raro que yo persiga tan empeñosamente mis relaciones objetales y mi
confort cuando sólo soy un conjunto de esquemas de relaciones objetales? ¿Qué
está pasando?”.762
dichas acciones, antes que mostrarlas como simple restos sin conexión necesaria
762
Ibid., pp. 136-7.
763
“Durante mucho tiempo el individuo se autentificó gracias a la referencia de los demás y a la manifestación de
su vínculo con otro (familia, juramento de fidelidad, proteccion); después se lo autentificó mediante el discurso
verdadero que era capaz de formular sobre sí mismo o que se le obligaba a formular,” M. Foucault, Historia de
la sexualidad, Madrid, 1995, p.74.
de fundamento, así la división objeto-sujeto está directamente implicada en una
revisión de dicha categoría: “...el desafío que afrontan las ciencias cognitivas
ello objetivismo y relativismo, son una díada que sólo permite reconciliación en la
apego regula la necesidad de sostén. “El desafío filosófico que enfrentó Nietzsche,
Piaget, en su estudio sobre niños, veía cómo éstos pasaban de estar enactuando a
764
F. Varela, E. Thompson y E. Rosch, op. cit., p. 178.
765
Ibid., p. 278.
766
Ibid., p. 238.
estudio de la forma de categorizar, la memoria y las emociones, sino mostrando
que se encargaba de modificar la forma en que 'se siente'. Operaba así una
contenido. Por otro lado, señalaba cómo alguien que sólo posee acceso indirecto a
influiría en las funciones e incluso sobre los aspectos estructurales del cerebro
767
A.R. Damasio, The Feeling of What Happens, op. cit., p. 304.
768
Cf. L.R. Baxter, J.M. Schwartz, K.S. Bergman, M.P. Szuba, et al., “Caudate Glucose Metabolic Rate Changes
with Both Drug and Behavioral Therapy for Obsessive-Compulsive Disorder”, Archive of General Psychiatry,
49, 1992, pp. 681-689. Cf. J.M. Schwartz, P.W. Stoessel, L.R. Baxter, K.M. Martin, et al., “Systematic Changes
in Cerebral Glucose Metabolic Rate After Successful Behavior Modification Treatment of Obsessive-
Compulsive Disorder”, Archive of General Psychiatry, 53(2), 1996, pp. 109-113.
El individuo supuesto en la fundación del yo habría de ser aprehendido como
externa a dicho yo, definida en relación a éste. De ahí toda una concepción
es una creación producida por una cierta rejilla que utilizamos para comprender el
mundo del que formamos parte y que obtiene un privilegio ontológico mediante una
769
No obstante, como sostiene Cavell: “Hemos llegado al fin del cartesianismo: sólo una criatura que puede
interpretar a otros puede decirse que piensa por sí misma. La subjetividad surge junto con la inter-subjetividad y
no es un estado previo.” M. Cavell, The Psychoanalytic Mind. From Freud to Philosophy, op. cit., p. 40.
770
G. Simondon, L'individuation psychique et collective, París, 1989, p.30
última a la que hay que interrogar sobre sus condiciones de posibilidad. No se trata
ontológica.
mismo'. “Así, la experiencia de los niños del mundo y los estados de conciencia
773
M. Jeannerod, “Psychanalyse et Science(s)” Institute Sciences Cognitives Working Paper 2000-4. “La
dificultad impuesta por el papel del analista sobrepasa el problema clásico de la relación entre observador y
objeto observado en la práctica científica: es la del reconocimiento de una relación intersubjetiva, de un
intercambio intelectual de pensamiento y palabra de naturaleza particular. Hace falta redefinir el estatuto de las
interpretaciones y construcciones producidas por el psicoanalista. No se trata ya de confrontar un cierto tipo de
hipótesis y de explicación a los criterios de validación de las ciencias objetivas, sino reconocer la originalidad de
un modo de comunicación, de pensamiento a dos. La interpretación psicoanalítica no es, desde ese punto de
vista, nada más que una explicación de la acción del sujeto, una hipótesis sobre un objeto de investigación que
sería el psiquis,o del paciente, construido por un observador externo a él. Ésta deviene un hecho clínico, es decir,
una parte de dicho objeto, él mismo redefinido en la medida que engloba a la vez las actividades psíquicas del
paciente y del analista y aquellos que les religa.”
774
E.Z. Tronick, N. Bruschweiler-Stern, A.M. Harrison, K. Lyons-Ruth, A.C. Morgan, J.P Nahum, L. Sander, y
D.N. Stern, “Dyadically expanded states of consciousness and the process of therapeutic change”, Infant Mental
Health Journal, 19, 1998, pp. 290-299.
también por procesos diádicos regulatorios que afectan sus estados de
conciencia...”775
interacción, “...una ciencia humana debe estar fundada sobre una energética
humana, y no sólo sobre una morfología; una morfología es muy importante, pero
una energética es necesaria.”776 Del mismo modo en que Freud hablaba de una
dicha energía son aprendidos en relación con el cuidador que sirve de regulador
775
E.Z. Tronick, “"Of Course All Relationships Are Unique": How Co-creative Processes Generate Unique
Mother-Infant and Patient-Therapist Relationships and Change Other Relationships”, Psychoanalytic Inquiry, 23
(3), 2003, p. 476. Los patrones de activación relacional van conformando el espacio relacional experiencial en
función de su grosor, de la cantidad de experiencia relativa.
776
G. Simondon, op. cit., p. 63.
777
A.N. Schore, op. cit., p. 537.
Esta energética también antepone la modalidades 'brutas' de interacción que
pasan por respuestas emocionales antes que por habilidades cognitivas. De hecho
No cabe duda que una empresa de dicho tipo implica una reconfiguración de la
relaciones múltiples que poseemos con ella. Este carácter primigenio de nuestra
cultural como individuos: “el ser preindividual es un ser que es más que una
implicación auténtica, de imbricación: “el individuo sería siempre tomado como una
realidad relativa, una cierta fase del ser que supone como éste una realidad
cual es aún parte; la naturaleza participa aún de su realidad como sujeto, se trata
dinámico.780
...un humanismo sin hombre que se edifica sobre las ruinas de la antropología. Un
humanismo que a la cuestión kantiana: '¿qué es el hombre?' substituye la cuestión
por '¿cuánto potencial posee el hombre para ir más allá de sí?' o aún '¿qué puede
un hombre en tanto no está solo?'781
Más que individuos, lo que existen son procesos de individuación y éstos son
los que son objeto de la transferencia. De ahí la importancia que posee el mito
edípico forjado por Freud como enclave intersubjetivo. Éste dispone de forma
780
Cf. R.M. Galatzer-Levy, “Emergence”, op. cit.
781
M. Combes, Simondon. Individu et collectivité, París, 1999, p. 85.
Lo transindividual no localiza a los individuos; los hace coincidir; hace comunicar a
los individuos mediante las significaciones: son las relaciones de información las
que son primordiales, no las relaciones de solidaridad, de diferenciación funcional.
Esta coincidencia de personalidades no es reductiva, pues no está fundada sobre
la amputación de diferencias individuales ni sobre su utilización con fines de
diferenciación funcional (lo que cerraría al individuo en sus particularidades), sino
sobre una segunda estructuración a partir de lo que la estructuración biológica,
haciendo a los individuos vivos, deja aún irresuelto.782
de una naturaleza que provee con una transindividualidad que atraviesa a todo
782
G. Simondon, op. cit., p. 192 (énfasis añadido).
783
“Podemos entender por relación transindividual no tanto una relación que pone en relación a los individuos en
medio de su individualidad constituida, separándolos unos de otros, ni por medio de lo que hay idéntico en todo
sujeto humano (...), sino en medio de esta carga de realidad preindividual, de esta carga de naturaleza que se
mantiene conservada en el ser individual y que contiene potenciales y virtualidad,” G. Simondon, Du mode
d’existence des objets techniques, París, 1989, p. 248.
784
M. Combes, op. cit., p. 87.
785
E.Z. Tronick, op. cit., p. 488.
La naturaleza remite a un tipo de realidad transindividual que no se extingue
hecho de estar ligado a una realidad que está más allá de sí mismo como ser
El sujeto posee esa unión inadvertida con la naturaleza aún no borrada por la
individuación. Un reducto que, más que simple individuo, lo hace asumir su parte
preindividual.
trata del lugar de la aparición del inconsciente como vacilación fantasmática, como
786
G. Simondon, L'individuation psychique et collective,op. cit., p. 194.
787
Ibid., p. 111.
788
Ibid., p. 114.
del otro y de la correlativa dependencia de esta realidad, de las emociones como
última, enactiva.
789
M. Hofer, “Relationships as regulators: A psychobiologic perspective on bereavement,” Psychosomatic
Medicine, 46, 1984, pp. 183-197.
790
S. Bradley, Affect regulation and the development of psychopathology, Nueva York, 2000.
791
A.N. Schore, “Advances in Neuropsychoanalysis, Attachment Theory and Trauma Research: Implications for
Self Psychology”, Psychoanalytic Inquiry, 22(3), 2002, pp. 433-484. Solms comenta el caso de un paciente con
una lesión cerebral que casi le anulaba las habilidades lingüísticas pero que pudo ganar conciencia de sus
procesos internos mediante la terapia psicoanalítica, M. Soms y O. Turnbull, op. cit.
Figura 3.2. Antoni Tàpies- Chaises
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