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TRADUCCIÓN NO OFICIAL PARA USO INTERNO DEL

CAUCUS
(RESUMEN)

Declaración del Prof. James Anaya

Relator especial sobre los derechos de los pueblos indígenas

Vigesimotercera sesión de la OMPI

Panel indígena

4 de febrero 2013

La soberanía estatal y la propiedad han sido conceptos clave en el marco de las deliberaciones
del CIG, motivo por el que me centraré en ellos en mi presentación.

1. Trasfondo histórico

El principio de soberanía estatal y el derecho a la propiedad han sido piezas fundamentales en


la construcción del ordenamiento jurídico internacional durante la era clásica. En consecuencia
y al ser colonizadas, las sociedades de los PI no recibieron la consideración de Estados o de
otro tipo de entidades políticas detentadoras de derechos soberanos.

De la misma manera, las teorías imperantes en materia de derecho de propiedad sostenían


que las culturas de aprovechamiento y de cultivo de la tierra por parte de los PI no eran
suficientes para ser merecedoras de la adquisición de títulos de propiedad sobre aquellas. Se
impone la doctrina de terra nullius, según la cual las tierras ocupadas únicamente por PI
reciben la consideración de desocupadas. A su vez, la noción de dominio público implica que la
forma colectiva que emplean los PI en crear conocimiento, frecuentemente no resulta en la
adquisición del derecho sobre aquel.

Es esta la forma en la que los PI quedaron descalificados para la obtención de derechos a los
recursos y a los conocimientos tradicionales, respectivamente.
2. Generalidades sobre el Derecho Internacional contemporáneo y la política concerniente a
los PI.

El legado del Derecho Internacional clásico con su desfavorable visión sobre los derechos
políticos y civiles de los PI prevaleció hasta el inicio de la década del año ochenta. Como
máximo exponente del cambio paradigmático – si bien hay muchos otros - hay que mencionar
la adopción en 2007 de la Declaración sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas.

En lo referente a la soberanía, evidentemente los PI no han obtenido un reconocimiento


equiparable al de los Estados. Sin embargo, una serie de instrumentos internacionales y
decisiones han ido reconociendo a los PI como comunidades diferenciadas dotadas de
atributos políticos y con la posibilidad de ejercer el derecho a la autodeterminación a través de
mecanismos autónomos y de autogobierno, dentro de los Estados existentes. También los
Estados comienzan a introducirlos de forma incrementada, si bien con diferencias de alcance y
contenido, en función de sus respectivas circunstancias.

Los derechos de los PI a la autonomía y al autogobierno están reflejados en todo el articulado


de la Declaración y específicamente en los art. 3 y 4. Dada la gran cantidad de jurisprudencia al
respecto y de organismos del sistema internacional que con sus prácticas avalan el derecho de
los pueblos indígenas a la titularidad sobre tierras y recursos naturales, se puede concluir que
el contenido del art. 26 de la Declaración, refleja más que establece una norma internacional.

3. Especificidades sobre los derechos de los PI a los RG y a los CT

Es mi opinión que el derecho a la propiedad comprende todo tipo de recursos naturales


utilizados de forma consuetudinaria por los PI. En este sentido, las fuentes de derecho
mencionadas no distinguen de forma explícita entre RG y los demás recursos. La Declaración
los menciona de forma específica en su art. 31.

Sin embargo, también es cierto que los RG difieren de los demás en lo que se refiere al
reconocimiento efectivo y a la manera de asegurar los derechos que subyacen.
Frecuentemente los RG no son específicos de un territorio concreto. Por otro lado, esta
naturaleza – a veces incluso transfronteriza – no menoscaba los derechos de los PI a estos
recursos. Considero que el aseguramiento de estos derechos es precisamente la tarea
encomendada a este organismo. En definitiva se puede decir que el rechazo del ppio. de terra
nullius tiene que ir acompañado de una reforma del concepto de dominio público, en lo
referente a los conocimientos indígenas.

Más allá de la titularidad, los PI deben tener el derecho de gestionar sus propios RG y CT – no
hay que olvidar que los PI suelen generar conocimiento gradualmente y de forma colectiva
sobre la base de conocimientos previos – y a participar en los procesos de toma de decisión
estatales en la materia. Esto también es válido para el ámbito internacional, de lo que se
desprende que los PI deberán estar representados de forma adecuada en el CIG de la OMPI.
No se trata solo de aspectos cuantitativos, sino de asegurar que las preocupaciones de los PI
sean adecuadamente expuestas y abordadas.

Para finalizar, quiero constatar que el derecho al consentimiento libre, previo y dado en
conocimiento de causa (a veces traducido del inglés como informado), no es un derecho
autosuficiente, sino que despliega su efectividad al emanar del derecho a la propiedad y a la
autodeterminación del que los PI son titulares.

4. La relación existente entre los DDHH y las negociaciones del IGC de la OMPI

Los derechos básicos de los PI a sus RG y CT deberán quedar reflejados en un marco de


propiedad intelectual o similar que tendrá que surgir como fruto de sus deliberaciones. He
estudiado el anexo al documento OMPI/GRTKF/IC/23/4, que contiene el embrión de un
potencial instrumento legalmente vinculante sobre “derechos de propiedad intelectual
derivados de RG”. Excede de mis conocimientos sobre derecho internacional en materia de
propiedad intelectual, poder comentar en detalle el contenido del instrumento resultante.
Quisiera por tanto limitarme a aportar dos ideas al respecto:

El borrador incluye una serie de disposiciones que afirman la soberanía del Estado en materia
de RG. De esta manera, el Estado dispone de la capacidad de determinar las condiciones en las
que otros Estados o terceras partes obtengan acceso a estos RG. De esta afirmación no se
infiere que el Estado pueda invocar el mismo derecho con respecto a sus ciudadanos dentro
del Estado.

Lo mismo se puede decir acerca de los CT. Los Estados pueden y deben regular el acceso a CT y
el reparto de beneficios que se deba asignar a sus titulares. Al mismo tiempo, la legislación
nacional deberá reconocer los derechos de los PI a los CT generados de acuerdo con los
estándares internacionales.

Gracias por brindarme esta oportunidad de participar en este grupo de expertos. Les deseo
mucho éxito y les agradezco su atención.

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