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oe libro de Papini represen- ‘ta, el fruto de afios de estudio, de ins y de bisquedas, pero no € el frio andlisis de textos y documentos. Como todos los del autor €s una apasionada, vivida, intensisima participacién en los problemas que dilucida y, en este caso, en las dudas, los terrores, Jas esperanzas, que la presencia del Diablo esta destinada a sus- citar. Tres son los puntos esenciales del libto: Jas verdaderas causas de Ia rebelién de Lucifer; las ver- dadeéras relaciones entre Dios y el Diablo; la posibilidad de que, a a nosotros los hombres, Satanas vuelva a su primer esta- do, liberandonos del mal. El An- tiguo y el Nuevo Testamento, los Padres de la Iglesia, los princi- pales: fildsofos y escritores cristia- nos, son las fuentes continuamen- te presentes en la mayor parte de las argumentaciones de Papini, Pero en el tercer punto —la posible salvaci6n de Satands— Papini se limita a referirse a con- je y esperanzas, que vuel- RR enseecen ea especial en fa voz de los poetas, que en formate significativa son quienes se é (Signe en la 2° solapa.) ocupan del Diablo con . frecuencia. Elautor de Descubrimientos Es- pirituales da con este Diablo nueva muestra’ de su olen. necesatio mirarlo con ojos mi vos”, dice el gran escritor italiano, “acercarse a él con nuevo espiritu. No ya con el servilismo del mago que quiere servirse de él, o con el terror del devoto que quiere de- fenderse contra él, sino con los ojos y el espiritu del cristiano qué quiere ser cristiano hasta las ulti- mas consecuencias —aun I temerarias— del Cristianis He aqui un libro, pues, que in- teresa a todos: al docto y al in- docto, al creyente y al incrédulo. Un libro de conmovida poesia y de profunda investigacién: un li- bro de fe, en la mas intima y mejor intencién de su autor. ft di EMECE EDITORES, §. A. BUENOS AIRES or GIOVANNI PAPINI EL DIABLO EMECE EDITORES, S.A. BUENOS AIRES : ‘Titulo del original en italiano: IL DIAVOLO Traduccién de VICENTE FATONE Primera edicién: MARZO DE 1954 Segunda impresién: AGOSTO DE 1954 Tercera impresién: DICIEMBRE DE 1954 Cuarta impresién: NOVIEMBRE DE 1957 Quinta impresién: ENERO DE 1959 Sexta impresién: SETIEMBRE DE 1960 Queda hecho el depésito que previene la ley N® 11.723. © EmEcé Epirores, S. A. - Buenos Aires, 1954. ADVERTENCIA DE LA EDITORIAL La aparicién de El Diablo en Europa, en la edicién original italiana, ha sido causa de ruidosos comentarios y polémicas. EmecE Epirores, que tenfa contratada su traduccion al castellano antes de que esa situacién se pro- dujera, desca, por razones obvias, mantenerse ajena a toda discusién o controversia. Se limita a transcribir los pa- rrafos siguientes del articulo aparecido con el titulo Una condena superflua en cl nin. 119 de L’Osservatore Ro- mano, edicién semanal en lengua castellana, que dice asi: Sabido es que, conforme al can. 1993, un libro leno de errores explicitos, es mds, descarados y clamorosos, como éste de Papini, es ipso iure prohibitus. El magiste- rio de la Iglesia interviene solamente en el caso de en- gafios muy graves, que van contra la buena fe de los fieles; en el caso de los libros que tienen una importancia doctrinal. El magisterio de la Iglesia, aun siendo cosa mds bien sencilla, es, sin embargo, una cosa seria. No se comprende qué debia hacer la Iglesia con seme jante libro entre las manos. Es de lamentar que al viejo escritor toscano le haya ocurrido aventura semejante, pero en todo caso es en daiio, a lo mis, de su catolicismo, no del ca- tolicismo. Consecuente con lo que expresit est publicacién, has- ta ahora, la Iglesia no se ha pronunciado en el caso con caracter general, En cuanto a si un libro debe 0 no consi- 8 ADVERTENCIA DE LA EDITORIAL derarse ipso iure prohibitus segtin el can. 1399 ~y no 1993— es indudable que se trata de materia de aprecia- cién, mientras no exista una decisién expresa de las au- toridades eclesidsticas competentes. La opinién del articu- lista de L’Osservatore —indudablemente autorizada— no comporta una resolucién oficial de la Iglesia. Por lo de- mas, el propio Papini, en el libro que va a Icerse, ha teni- do buen cuidado de dejar establecido lo siguiente: Ante todo me he propuesto, guiado por un sentido de caridad y misericordia, estudiar, liberéndome de pre- juicios y de prevenciones, los siguientes problemas: las verdaderas causas de la rebelién de Lucifer que no son las que comunmente se cree, las verdaderas relaciones entre Dios y el Diablo, mucho mds cordiales de lo que suele imaginarse, la posibilidad de la tentativa, por parte de‘los hom- bres, de hacer que Satands vuelva a su condicién primera y nos libere a todos de la tentacién dei mal. En lo que se refiere a los dos primeros problemas, he tratado siempre de apoyar mis observaciones en textos del Antiguo y del Nuevo Testamento, de Padres de la Tglesia, de fildsofos y de escritores cristianos, En lo que se refiere al ultimo problema me he contentado con insi- nuar conjeturas y esperanzas que, si bien no estan con- firmadas por prucbas dogmaticas, me parecen en perfecta armonia con la concepcién de un Dios definido como Amor absoluto.* Y en la pagina 279 dice lo siguiente: No pretendemos que estos sentimientos y estos pensa- mientos sean hoy aceptados por la doctrina oficial de la Iglesia docente; y mucho menos pretendemos hacer las veces de la Iglesia ni sustituirnos a ella. Pero lo que no es licito ensefiar como verdad cierta y segura puede * Pag. 12 del presente volumen. El subrayado no es de Papini. ADVERTENCIA DE LA EDITORIAL 9 y debe ser admitido como cristiana y humana esperanza. Los tratados de teologia seguirdn diciendo no a la doc- trina de la reconciliacidn total y final; pero el corazén —que tiene sus razones que la razén -no conoce— seguird anhelando y esperando un si. En la escuela de Cristo he- mos aprendido que lo imposible, sobre todo, es creible. Con las transcripciones que anteceden Emecé Eprrores cumple con su obligacién de advertir a los lectores catd- licos acerca de lo acontecido con respecto a la publicacién de este libro. Emecé Epirores Buenos Aires, ‘abril de 1954. PRESENTACION Sobre el diablo se han escrito centenares de volumenes. Yo no hubicra tenido la desfachatez de escribir otro si no me asistiese la seguridad de que éste es distinto de todos los demas. Distinto por su intencién, distinto por su espiritu, distinto, al menos en oan parte, por su méto- do y por su contenido, Para decir desde un comienzo lo esencial, creo poder afirmar que éste es el primer libro sobre el Diablo es- crito por un cristiano y de acuerdo con el mds profundo sentido del cristianismo. * Este libro no es: una historia de las opiniones y de las creencias acerca del Diablo; una incursién mds 0 menos erudita o mds o menos divertida a través de las leyendas, antiguas y modernas, sobre el Diablo; un drido tratado conceptual segun el cartabén de la Escoldstica tradicional; un prontuario ascético para proteger a las almas de las acechanzas y de los asaltos del demonio; una coleccién de santas invectivas o de andanadas oratorias sobre el antiguo Adversario; una historia de los representantes terrestres del Diablo, es decir magos, ocultistas y cosas por el estilo; una orgia romantica de literatura satanista, con 12 GIOVANNI PAPINI sus correspondientes misas negras y otras brutales imbe- cilidades; una lucubracién metafisica sobre el problema del mal, como la que hizo el kantiano Ehrard; y, en fin, tampoco es, comro podria parecerle a algun lector apresurado, una defensa del Diablo. * Ante todo me he propuesto, guiado por un sentido de caridad y misericordia, estudiar, liberandome de prejui- cios y de prevenciones, los siguientes problemas: las verdaderas causas de la rebelién de Lucifer, que no son las que comunmente se cree; las verdaderas relaciones entre Dios y el Diablo, mucho mis cordiales de lo que suele imaginarse; Ja posibilidad de la tentativa, por parte de los hombres, de hacer que Satands vuelva a su condicién pri- mera y nos libere a todos de Ja tentacién del mal. En lo que se refiere a los dos primeros problemas, he tratado siempre de apoyar mis observaciones en textos del Antiguo y del Nuevo Testamento, de Padres de la Iglesia, de fildsofos y de escritores cristianos. En lo que se refiere al ultimo problema me he contentado con in- sinuar conjeturas y esperanzas que, si bien no estan con- firmadas por pruebas dogmaticas, me parecen en perfecta armonia con la concepcién de un Dios definido como Amor absoluto. * Los lectores encontraran cn este libro muchas noveda- des. Débo advertir, sin embargo, que buen nimero de esas novedades les pareceran nuevas tinicamente a quie- nes no conocen lo bastante la Patristica y la literatura cristiana. Hasta cl siglo xvi, Ja libertad de interpretacién de los dogmas fué mucho mayor que hoy, y mucho mayor de

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