Amablemente en una casa nos ofrecieron unos ricos huevos con frijoles, con
unas tortillitas hechas a mano, y pan de dulce con nuestro café, que tomamos
con rapidez para estar a las 10 en el salón.
Lo único que se nos ocurrió fue sentarnos en las bancas del parque central y
esperar, platicando con los lugareños, con la preocupación de que habían
llegado y no tendríamos listo el equipo a tiempo.
Entonces pusimos manos a la obra con toda velocidad para oscurecer el salón,
poner la pantalla, acomodar el proyector y tener lista la mesa de registro.
Les pregunté a los invitados si todos eran tan puntuales como esta vez, pues
llegaron una hora antes de la cita, a lo que me respondieron…
-¡Nos citaron a las 11 de la mañana y ya van a dar las 12!
-No, apenas van a dar las 11, les dije…
-Ay, Perdomo, eso es en tu horario. Nosotros tenemos el horario de “Diosito”.
Pero no hay que remontarse a esas comunidades para encontrar personas que
no sólo no creen, sino dudan de los beneficios que el gobierno ha manifestado
tiene el cambio de horario. Aseguran que no hay ahorros; que afecta a la salud,
que no sirve,… no se notan los ahorros en nuestros recibos de la CFE.
Según las autoridades “el objetivo del Horario de Verano es hacer uso racional
de la luz solar durante los meses de mayor insolación, para obtener una
reducción en el consumo de energía para iluminación, equivalente a una hora
de luz artificial por las noches, y tiene su mayor impacto en el sector doméstico.
Mientras son peras o son manzanas, este domingo 5 de abril iniciará el Horario
de Verano que concluirá el 25 de Octubre; Aunque para muchos, no sea el
horario que “Diosito” quiere.