Anda di halaman 1dari 30

A

Colección dirigida por


ALFONSOCARLOSBOLADO Olivier Roy

Genealogía del islamismo

Traducción de Juan Vivanco

,J
íJ
Antología de textos
j
Miguel Peyró
.
..Q
---...

i
{)-
g
<L
,
\ I I

I edicions bellaterra

¡I

l~
11

Ir

Prólogo a la edición española

Pocos movimientos actuales han sido más violentamente


estigmatizados en Occidente que el islamismo. Sea por su
presunto potencial desestabilizador de los equilibrios políti-
cos en el mundo musulmán, sea por su también presunto fa-
natismo retrógrado y violento, el islamismo ha catalizado
los difusos prejuicios antimusulmanes de Occidente y se ha
convertido en el símbolo más acabado del Enemigo.
La cuestión, por otra parte, estriba en que la «amenaza is-
lámica» se ha desdoblado: no sólo presiona sobre los pro-
blemas locales sino que se deja ver -siempre presuntamen-
te- entre los emigrantes instalados en Europa.
Desactivar dicha amenaza, cooperando a su contención
in situ y alentando una opinión hostil es una de las priorida-
des europeas. Ahora bien, ¿se trata de una política inteli-
gente? Pudiera tener efectos negativos, como fomentar el
racismo, provocar una quiebra en los mismos valores uni-
versales que Occidente pretende defender (como se puso de
manifiesto en el apoyo tácito al golpe de estado de 1992 en
Argelia) y acrecer la desconfianza del mundo islámico ha-
cia un Occidente empeñado en la defensa de regímenes casi
siempre inicuos, corruptos e incompetentes.
Frente al imperio del estereotipo cabe una sana actitud
intelectual: reconocer que la parte más «noble» de los pre-
juicios antimusulmanes no está originada por una actitud
~
9

~
~

1I

11

progresista, sino que es heredera de un reflejo positivista se- lam de hoy. Es significativo que, en lo que se refiere al isla-
gún el cual sólo existe una modernidad -la «nuestra»- y una mismo, el estudio más amplio, el del profesor valenciano
forma de acceder a ella. De ello podría desprenderse que el Joan Lacomba, permanezca inédito.
cuestionamiento por los islamistas de los valores occidenta- La antología de autores islamismas que ha elaborado y tra-
les -unos valores a veces ajenos al islam y muchas veces só- ducido Miguel Peyró es un valor añadido a la edición de la
lo conocidos por éste a través de sus efectos más perversos y obra de Roy. Deliberadamente, el autor ha obviado los auto-
disgregadores- se inscribe sobre todo en la búsqueda de una res «canónicos», Hassan al-Banna y Maududi, para centrarse
identidad nueva, que se pretende legitimada por la tradición en algunos otros (Qutb, Turabi, Ghanushi...) de mayor suti-
teórica musulmana y está determinada por unas condiciones, leza intelectual. Se trata de la primera vez (si se exceptúa una
materiales y espirituales, que son precisamente las de esa selección de textos de Jomeini, realizada en 1981, de una ca-
modernidad tan inexorable como rechazada. lidad desdeñable) en que se ofrece al público un trabajo de
Aquella alternativa intelectual, por supuesto, sólo puede estas características. Con él se pretende mostrar las categorías
producirse a partir del conocimiento desprejuiciado de lo lógicas y las formas de abordar los temas de los autores de
que es el islamismo. A ello quiere contribuir esta obra de esta tendencia.
Olivier Roy, una extraordinaria síntesis de los orígenes inte- Es deseo de Edicions Bellaterra que esta edición coadyu-
lectuales, los principios teóricos, las bases sociales, las or- ve a un mejor conocimiento del islamismo; una compren-
ganizaciones, sus estrategias, relaciones y ámbitos de ac- sión que, idealmente, sirviera para reducir un acoso que, en
tuación. Pero sobre todo poniendo de relieve su diversidad, última instancia, sólo sirve para limitar la capacidad crítica
limitaciones y tendencias. y reforzar las tendencias más dogmáticas e intolerantes. Las
Edición que, es ocioso decirlo, es de procedencia france- que con tanta lucidez hace notar Olivier Roy.
sa. En los estudios islámicos, España -un estado que ha
compartido historia y hoy comparte frontera con el islam y A. C. BOLADO
que tiene con éste crecientes interrelaciones por turismo, Barcelona, 5 de noviembre de 1996
trabajo o negocios- tiene una producción muy limitada (con
excepción de los estudios clásicos y filológicos que, estos
sí, se encuentran a gran altura). Ello hace particularmente
valiosos los trabajos de Bernabé López, Domingo del Pino,
Víctor Morales, Gemma Martín Muñoz, Carmen Ruiz Bra-
vo, Antoni Segura, el equipo del CIDOB de Barcelona que
dirige Mikel de Epalza, así como de algunos periodistas
(Javier Valenzuela) o diplomáticos (Emilio Meléndez del

\ Valle, Jorge Dezcallar)* que, desde distintas perspectivas


han tratado de romper el velo de los prejuicios sobre el is-

* La lista, por supuesto, no es exhaustiva. Pero no puede dejar de citarse a


quien, no siendo «profesional>, más ha hecho por acercar culturalmente el islam:
Juan Goytisolo.

10 11
- ....

El islam, una realidad multiforme

El islam es hoy la segunda religión de Francia después


del catolicismo. La población musulmana de Francia, en su
mayoría de origen extranjero, ha echado raíces con la ad-
quisición de la nacionalidad francesa por parte de los inmi-
grantes o sus hijos, sin olvidar a los argelinos que nunca de-
jaron de ser franceses. Un injerto efectuado en un espacio
de tiempo tan corto no puede estar libre de tensiones y rea-
justes. Pero en las dificultades de lo que se llama la integra-
ción conviene distinguir entre lo que depende de la cultura
de origen, la exclusión social causada por la crisis económi-
ca en la sociedad de acogida, y el factor religioso. Ahora
bien, hay tendencia a achacar al islam, como tal, los princi-
pales problemas de la integración.
Veamos, para empezar, la cuestión de la cultura de ori-
gen. Aunque el islam haya marcado profundamente esta
cultura, en principio está formada por una lengua, unas cos-
tumbres, unas tradiciones vinculadas al terruño natal, y se
encuentra muy alejada del islam normativo de los doctores
de la ley. En cualquier caso tiende a retroceder, incluso a
desaparecer, en la segunda generación. No es, ni mucho
menos, un elemento unificador de los musulmanes que vi-
ven en Europa, a quienes separa y divide según las lenguas,
los grupos étnicos y los países de origen. Cuando unos mu-
sulmanes tradicionalistas vuelven a l~ práctica religiosa,

13

..
'1

1I

Ir

por lo general lo hacen alrededor de mezquitas que agru- Porque está claro que, después de la revolución islámica
pan a gente natural de la misma región o del mismo país. iraní de 1979, la oposición y las sublevaciones del mundo
Cuando estas poblaciones que han permanecido vinculadas
arabomusulmán se hacen hoy esencialmente bajo la bandera
a su país de origen, como los turcos, se politizan, lo hacen
verde del islam. ¿Se puede considerar que las poblaciones
con referencia a los planteamientos y los grupos políticos
musulmanas inmigradas están lo bastante integradas en los
de su país de origen. Entre las poblaciones que permanecen
países de acogida como para que no se plantee la cuestión
vinculadas a su país de origen no surgen movimientos isla-
del «contagio», dado .que los contextos son tan distintos?
mistas que superen las diferencias étnicas o nacionales. En
cuanto a la vuelta a la práctica estricta del islam, tal como Algunos hechos recientes, como el atentado perpetrado en
se expresa (velo de las mujeres y barba de los hombres, ob- Marrakech (agosto de 1994) por un comando de jóvenes
beurs llegados de La Courneuve, probablemente por cuenta
servancia escrupulosa de los ritos religiosos), no denota en
del Grupo Islámico Armado de Argelia, pero también, en
sí misma una radicalización política, y en cambio puede ir
un terreno mucho más legalista, la proliferación de conflic-
acompañada de un repliegue en sí mismo, en un grupo res-
tos por llevar velo en los centros escolares franceses, indi-
tringido cercano a la secta, y suponer una retirada de la vida
social y, más aún, de la política. carían una penetración de un islam no siempre político, pe-
La radicalización política y la violencia suelen aparecen ro sí riguroso y fundamentalista, en una juventud de origen
musulmán, pero afrancesada y aculturizada. Es, pues, la
al margen de la religión. Si los brotes de violencia que sa-
coincidencia de la protesta islámica que subleva a las masas
cuden de vez encuando algunos extrarradio s franceses sue-
de los países de Oriente Próximo con la radicalización de
len implicar a los beurs [hijos de inmigrante s magrebíes na- un sector minoritario de los jóvenes musulmanes de Francia
cidos en Francia, N. del T.], nada tienen que ver con el is-
y Europa, lo que puede inducir a pensar que el islam repre-
lam. Son estallidos de cólera urbana que responden al senta una nueva amenaza para un Occidente desembarazado
fenómeno de los extrarradios calientes, común a todos los del peligro comunista.
países occidentales, y se producen en contextos religiosos y
¿Cómo puede seducir el radicalismo islámico a las po-
culturales completamente distintos. Las revueltas de jóve-
nes beurs, lejos de señalar su adhesión al islam, son más blaciones musulmanas en proceso de integración? La prin-
cipal fuerza del radicalismo es su afán por dar un marco po-
bien el reflejo de la erosión de la cultura y los valores tradi- lítico al concepto de umma, es decir, la comunidad de todos
cionales, encarnados por unos padres desprestigiados para
los musulmanes, cualquiera que sea su lengua, etnia u ori-
ellos. El conflicto generacional también implica una ruptura gen. Permite, pues, la superación de las divisiones tradicio-
con el islam tradicional. Entre la «reislamización» de los
nales entre musulmanes. Pero sobre todo propaga una idea
padres, que se hace en un marco cultural tradicional, y la re-
universalista entre una población desarraigada y con difi-
belión de los hijos, que expresa aculturación y frustración
cultades para encontrar una nueva identidad en la integra-
frente a un modelo occidental y urbano de la cultura domi-
ción, por 10que puede brindar una identidad de sustitución,
nante, ¿qué lugar ocupa el radicalismo islámico en las po-
más allá, precisamente, de las referencias nacionales, étni-
blaciones de origen musulmán que viven en Europa? ¿Hay cas o raciales. Una identidad universal, en armonía con la
contagio con el radicalismo islámico que se extiende por internacionalización aportada por el mundo moderno: el de
Oriente Próximo?
las migraciones planetarias, los viajes, la uniformidad de

14 15
11

I1

los modos de vida y la omnipresencia de los medios de co- mismo modelo ideológico, lo que llamamos islamismo, da
municación, que nos sitúan a todos en un mismo tiempo un tono radical al fundamentalismo islámico en su exigen-
mundial. El fundamentalismo no es, ni mucho menos, una cia de ruptura con el orden social actual.
vuelta a la cultura de origen de las poblaciones musulma- Estos movimientos radicales ocupan hoy el campo de la
nas. Es una construcción intelectual y abstracta que se opo- oposición social y política en la mayoría de los países mu-
ne a siglos de tradiciones y culturas locales añadidas, pero sulmanes. Han encarnado, en el Oriente Próximo de los
también de grandes civilizaciones. El fundamentalismo des- años ochenta, la nueva versión del antiimperialismo y el an-
valoriza la literatura, la poesía, la música, la filosofía, todo tioccidentalismo popular (Irán, atentados terroristas contra
lo que se construye sobre bases distintas de las de la Reve- los intereses estadounidenses o franceses, etcétera). Pero su
lación. Desvaloriza catorce siglos de historia y cultura del influencia profunda sobre la población musulmana que vive
mundo musulmán, a los que achaca el haber alejado al cre- en Europa es limitada, aunque fascinen a una intelectuali-
yente del mensaje original y de la sociedad ejemplar for- dad desclasada en busca de grandes causas universalistas.
mada alrededor del Profeta. El radicalismo islámico, que No obstante, el islamismo ha logrado monopolizar el debate
desea traducir en términos políticos el mensaje fundamenta- sobre el islam y poner el razonamiento de los «otros» (ya
lista, puede hallar eco en el sector aculturado de la pobla- sean laicos o religiosos tradicionalistas) a la defensiva. Hoy
ción musulmana, alejada de la cultura de sus padres, pero el debate gira en torno a las tesis del islamismo radical. Sin
intranquila ante la pérdida de identidad que implica una in- duda porque los islamistas radicales, con más fuerza aún
tegración demasiado intensa. que los musulmanes «simplemente» piadosos, proclaman la
En eso consiste la ambigüedad y la fuerza del nuevo fun- unidad de la comunidad de los musulmanes, la umma. Invo-
damentalismo islámico: introduce a una cierta modernidad
can una matriz conceptual común, válida tanto en Irán co-
con un planteamiento de vuelta a la verdadera Tradición, la mo en Marruecos. Actualmente existe una clara tendencia a
del Profeta y los primeros califas, más allá de la historia del la uniformidad y a la «mundialización» del debate intelec-
mundo musulmán, que ha conocido divisiones, nacionalis- tual en el medio musulmán, mientras que las prácticas reli-
mos y sobre todo la derrota frente a un Occidente triunfante giosas, y sobre todo los componentes culturales, difieren
a raíz de la expedición de Bonaparte a Egipto en 1799. El considerablemente de una sociedad musulmana a otra. Aun-
discurso teórico del fundamentalismo islámico se sitúa por que los musulmanes que viven en Francia tengan unos mo-
encima de las naciones, de las culturas, pero también de la dos de vida muy distintos, y en la práctica la mayoría de
historia. Define un islam riguroso, intemporal, que pretende ellos hayan inventado un islam a la francesa que el esta-
ser perfectamente lógico con respecto a los preceptos bási- blishment político y religioso trata inútilmente de uniformar
cos del Corán y la Sunna (la Tradición del Profeta). Procura e institucionalizar, esto no impide que el bagaje teórico e
definir un modelo de sociedad, de sistema político y de eco- intelectual de los musulmanes moderados, que rechazan el
nomía con la sharia (la ley divina) como único principio islamismo, esté mal adaptado a la evolución concreta. Hay
normativo.
una separación muy clara entre la producción intelectual
En este fundamentalismo moderno existe la convicción
musulmana, dominada hoy por los escritos islamistas y fun-
de que el islam es un sistema político totalizador. Esta exi- damentalistas, y la diversidad de los comportamientos.
gencia de referir todos los aspectos de la vida social a un Pero también hay que resaltar que en el mundo arabomu-

16 17
11

1/

sulmán el campo de la política también está monopolizado, 1


desde hace treinta años, por los planteamientos islamistas y
fundamentalistas. Unos estados que hasta ahora eran relati- ¿Qué es el radicalismo islámico?
vamente laicos han aceptado reislamizar su Constitución,
su derecho y su enseñanza: Egipto en los años setenta, Ban-
gladesh en 1988, Argelia en 1984, etc. De forma paralela a
esta reislamización oficial, existe otra por abajo, en forma
de cambios de los comportamientos individuales, como el
hecho de llevar velo. Esta evolución no tendría apenas con-
secuencias políticas si no coincidiera con un auge de los
movimientos radicales, cuya finalidad es la instauración de
un estado y una sociedad islámicos, por medios políticos y,
si es preciso, por la violencia y la revolución. Por lo tanto, Fundamentalismo se suele considerar sinónimo de radi-
es la coincidencia entre un movimiento sociocultural de
vuelta a la identidad del islam con el activismo político ra- calismo. El fundamentalismo designa, en el islam y en ge-
neral, el afán por volver y ceñirse a los textos fundadores de
dical, lo que hace que la situación sea peligrosa. En este li-
bro nos proponemos estudiar los movimientos islamistas ra- la religión, pasando por alto todas las aportaciones de la
historia, la filosofía y la tradición de los hombres. Pero esta
dicales, su génesis histórica, su ideología y su desarrollo en
el mundo árabe, para conocer el marco general en el que se postura es ambigua, ya que puede propiciar tanto un conser-
desarrollan todas las radicalizaciones de la reivindicación vadurismo extremo, sin poner en entredicho la legitimidad
de identidad islámica. Luego procuraremos calibrar el desa- del poder político (es el modelo saudí contemporáneo), co-
fío que representan estos movimientos en la sociedad con- mo una revisión crítica de todo el corpus transmitido por la
I temporánea y, en particular, su influencia en la población tradición, poniendo las bases para la fundación de un nuevo
orden social y político: es el modelo de la revolución islá-
musulmana francesa y europea.
mica de Irán en sus comienzos. El fundamentalismo, en sí
mismo, no es políticamente radical o revolucionario, lo lle-
ga a ser cuando expresa en términos políticos el deseo de
reforma de la sociedad. Ahora bien, esta politización, o más
exactamente esta ideologización del fundamentalismo, es
reciente: data de los años veinte y treinta, y le debe mucho
a la ocupación colonial, que hizo coincidir el fundamenta-
lismo islámico con una aspiración anticolonial. Hasta en-
tonces los fundamentalistas no discutían la legitimidad del
poder como tal, exigían al príncipe, fuera el que fuera, que
defendiera los intereses del islam. Pero en el siglo xx surge
de la idea de la necesidad de un «estado islámico» y de que
los príncipes, por musulmanes que sean, pueden traicionar

18 19
- '-

11

al islam. Es entonces cuando el fundamentalismo pasa a la


fundamentalismo casi nunca ha sido una doctrina política
oposición. Nosotros llamamos islamismo* a esta lectura po- acabada, sino más bien un lenguaje en el que se ha expresa-
lítica y radical del fundamentalismo.
do una «función tribúnica» que critica a los príncipes y las
costumbres de la época. La famosa afirmación de que en el
islam no hay diferencia entre religión (din) y política (syas-
El radicalismo en la historia del islam
sat) debe ser matizada. El fundamentalismo tradicionalista
siempre exigió a los poderes establecidos la aplicación es-
En las fuentes del islam tricta de los principios del islam, pero nunca puso en entre-
dicho la manera, muy poco religiosa, que tuvieron dichos
La religión musulmana se define a través de un corpus poderes de establecerse.
teológico y jurídico, el Corán y la Sunna del profeta Maho-
ma, es decir, los dichos y las tradiciones que se cuentan El fundamentalismo tradicionalista sunní
acerca de él. Este corpus, que casi no se discute, ** no basta
por sí solo para definir un sistema jurídico cumplido, y me- El modelo político ideal, según el islam, es el de la co-
nos aún un sistema político. Por lo tanto ha sido objeto de munidad original de creyentes: el guía espiritual, el Profeta,
interpretaciones y sistematizaciones, sobre todo en los dos al que sucedieron los cuatro primeros califas (Abu Bakr,
primeros siglos de la historia del mundo musulmán. Fue así Ornar, Uzman y Ali), era al mismo tiempo el jefe político
como en el mundo sunní surgieron cuatro grandes escuelas de la comunidad. La ley religiosa era la única ley, y el cuer-
jurídicas. La tradición sunní, mayoritaria, prohibe desde en- po político estaba formado por el conjunto de la comunidad
tonces el esfuerzo personal de interpretación o iytihad, y de los creyentes (umma). La toma del poder, a la muerte de
considera que la ortodoxia está definitivamente establecida Ali, por una dinastía (omeyas) carente de autoridad religio-
y no puede ser objeto de interpretaciones casuísticas, cen- sa, la creación de un aparato del estado (con sus leyes y re-
tradas en circunstancias y casos particulares, pero no en los glamentos a discreción del príncipe), la división territorial
principios generales. Esta tradición de imitación (taqlid) de la comunidad en gobernaciones y luego en emiratos, la
fue impugnada a partir del siglo XVIIIpor algunas escuelas incorporación de conversos que conservaban su lengua y su
teológicas, como el shiismo y el wahhabismo, y también cultura (persas), y la presencia de poblaciones cristianas, a
por todos los movimientos reformistas que agitan el mundo menudo mayoritarias, acabaron definitivamente con el mo-
musulmán desde finales del siglo XIX. nolitismo y la unicidad de la primera comunidad de creyen-
Cabe destacar dos aspectos: el islam clásico siempre ha tes. A raíz de esta «pérdida» original aparecieron dos acti-
aceptado el principio de un espacio político autónomo, y el tudes. Una visión idealista, muy minoritaria en el islam
sunní, trató de restaurar la comunidad original: es la fuente
* Naturalmente, se omite aquí el significado original de esta palabra en espa- de los radicalismos contemporáneos. Una visión pragmáti-
ñol, que significa «estudioso del islam» (N. del T.).
** Sólo los shiíes discuten la versión oficial del Corán, al afirmar que el califa
ca, mayoritaria en el cuerpo de los ulemas, se resignó a ges-
Ornar eliminó deliberadamente los versículos que mencionan a Ali como sucesor tionar la situación creada por la permanencia de los poderes
nombrado por Mahoma, mientras que los ibadíes impugnan la azora llamada de de hecho. Se introdujo entonces el concepto de «bien públi-
José, pues la consideran frívola.
co» (maslahat), que permitió justificar la política del prín-

20 21
11

11 ~

\
cipe, y se predicó obediencia a las autoridades establecidas, país en que el shiismo es la religión del estado), Irak, Azer-
pero exigiéndoles que hicieran respetar la sharia, es decir, baiyán y Bahrein, y forman minorías importantes en Líba-
la ley islámica. Es la actitud fundamentalista tradicionalista, I
I
no, Afganistán, Paquistán y Arabia Saudí.
que encontramos hoy en las autoridades religiosas «oficia- Vencidos en la disputa de sucesión del Profeta, los shiíes
les», como la universidad de Al Azhar, en El Cairo. se dotaron poco a poco de una teología y un derecho pro-
Lejos de corresponder a una «teocracia» (que en el islam pios, primero bajo la dirección de los descendientes direc-
no ha existido nunca), el fundamentalismo tradicionalista se tos del Profeta, los imames, y luego, tras la desaparición u
basa en un compromiso entre dos grupos, los hombres del ocultación del duodécimo imam, bajo la autoridad de los
poder (sultanes, emires, generales, presidentes) y la corpo- doctores de la ley, que no se constituyeron en clero en el
ración de los ulemas o doctores de la ley. Los ulemas no sentido moderno hasta el siglo XVIII.Lo más característico
forman un clero, son «sabios» formados en las grandes es- del shiismo, además de la fidelidad a la familia del Profeta,
cuelas religiosas (las madrasas), lo que les habilita para de- es la espera del regreso del duodécimo imam, ocultado en
sempeñar cierto número de funciones, bastante variadas: 873 de nuestra era, que volverá para hacer que reine la jus-
imames de las grandes mezquitas, jueces (qazi) de los tribu- ticia en la tierra. Pero esta teología, en sí misma, no es polí-
I nales religiosos, jurisconsultos que emitenfatwas o consul- ticamente radical. La corriente shií, hasta la época contem-
l' tas jurídicas, profesores de teología, etc. Su saber consiste poránea, ha sido mayoritariamente quietista, partidaria de
II
en el dominio del corpus religioso y su interpretación. Su aceptar a las autoridades establecidas. La radicalización del
posición social, en la actualidad, depende del lugar ocupado shiismo iraní en los años sesenta y setenta significa la con-
por este corpus en la sociedad: si el derecho del país es islá- fluencia de dos tendencias muy distintas, la clericalización
mico, tienen el monopolio de los cargos de juez (Arabia y politización de los ulemas shiíes y la ideologización de la
11
Saudí), si el derecho es laico (como en Turquía) ceden un doctrina shií.
sector entero de la vida profesional a otra corporación. En el siglo XVIIse entabló un debate teológico entre los
11

ulemas shiíes: los ajbari o tradicionalistas consideraban, al


El shiismo igual que los sunníes, que no había que «abrir las puertas de
la interpretación», sino atenerse a la tradición; los osu/i o
La principal escisión de la comunidad original de los cre- «fundamentalistas» consideraban que los ulemas más insig-
yentes se produjo en los años siguientes a la muerte del nes (más adelante llamados ayatollahs) tenían derecho a in-
Profeta. Los shiíes se declararon fieles a la descendencia de terpretar la ley religiosa. La victoria de esta tendencia supu-
Ali, yerno del Profeta, apartado del poder por los omeyas so la clericalización de la comunidad shií. Bajo la autoridad
(batalla de Karbala, donde murió el hijo de Ali, el imam de los grandes ayatollahs se formó una jerarquía (grandes
Hoseyn, en 680). Al principio era una actitud estrictamente ayatollahs «fuentes de imitación», ayatollahs, hoyyat olIs-
política, que luego evolucionó hacia un sistema de pensa- lam y simples mollahs). Cada creyente debía encomendarse
miento religioso. La división entre los shiíes y los sunníes a un gran ayatollah por medio de uno de sus representantes,
es una de las claves para entender el mundo musulmán con- a quien pagaba el impuesto islámico (joms, o el quinto de
temporáneo. Los shiíes constituyen cerca del 10 % de los sus rentas). Los grandes ayatollahs disponían así de una
musulmanes del mundo; son mayoritarios en Irán (el único autonomía económica sin equivalente entre los sunníes. La

22 23
I
,
,

politización del clero no se produjo hasta finales del siglo la más rigurosa de las cuatro grandes escuelas jurídicas clá-
XIX,cuando la dinastía iraní, los qayaríes, cedieron terreno sicas del islam sunní, y sirve de referencia a los fundamen-
al imperialismo europeo. Cuando el sha concedió el mono- I
..
talistas .más estrictos. Esta escuela sólo admite dos fuentes
polio del tabaco a un británico, en 1890, el gran ayatollah de la ley, el Corán y la Sunna, y rechaza el principio del
Shirazi publicó desde Iraq unafatwa prohibiendo el consu- acuerdo entre los doctores de la ley, admitido por las demás
11
mo de tabaco. La concesión fue anulada. A partir de eriton- escuelas para resolver los casos que no están previstos en
1:
ces el clero shií estuvo siempre presente en la política iraní, los textos. El hanbalismo llegó a su apogeo con Ibn Taymi-
aunque hasta Jomeini trató de llegar a un acuerdo con la ya (1263-1328), famoso por haber declarado infieles a los
monarquía a cambio del control del derecho. Pero en 1963 mongoles, que se habían convertido al islam, por haberse
el ayatollah Jomeini se exilió en Iraq después de los distur- apartado de los principios estrictos de la legislación islámi-
bios contra las reformas del sha. Fue la ruptura definitiva ca: Ibn Taymiya es el teólogo clásico que reivindican hoy
entre el alto clero y la monarquía. los radicales islamistas.
La ideologización del shiismo fue obra de Ali Shariati El wahhabismo fue fundado por Ibn Abd al-Wahhab
(1933-1977), un laico nacido en el seno de una familia reli- (1703-1791), quien se unió a la tribu de los Saud, que aca-
giosa, que elaboró una síntesis entre el islam shií y las ide- bó conquistando la mayor parte de la península Arábiga,
ologías progresistas occidentales de la época (tradujo Los para fundar Arabia Saudí (1924). El wahhabismo insiste
condenados de la tierra de Frantz Fanon), un poco en la lí- ante todo en la unicidad de Dios, rechaza el principio de
nea de la Teología de la Liberación que encontramos en los intercesión (de los santos), muy presente en el sufismo y el
medios católicos tercermundistas. Se opuso al clericalis- islam popular, prohibe rezar sobre las tumbas (los wahha-
mo, e hizo una nueva interpretación de la escatología shií bíes destruyen las tumbas de los «santos» del islam), de-
en términos revolucionarios. Su influencia sobre la juven- clara infieles (y no sólo pecadores) a los musulmanes que
tud intelectual iraní ha sido muy profunda. En Irán los pro- no se conducen estrictamente con arreglo a los cánones del
pios mollahs, aunque a veces desconfíen de Shariati, tienen islam puro (es la teoría del takfir) y considera herejes a los
un conocimiento de la filosofía y el pensamiento político shiíes. Los defensores del wahhabismo rechazan todas las
occidental sin parangón en el mundo sunní. Esto se debe a innovaciones, todas las interpretaciones del islam anterio-
que en Irán, bajo la bandera del shiismo, es donde se ha res a ellos, lo cual, paradójicamente, les lleva a admitir
I
realizado la síntesis más intensa entre radicalismo religioso cierta posibilidad de interpretacióri (iytihad), ya que no hay
y revolucionarismo político, entre islam y filosofía marxis- ninguna autoridad establecida en la que basarse para inter-
ta, aunque esta síntesis no ha resistido el conservadurismo pretar el Corán y la Sunna, únicas fuentes que reconocen.
inducido por la práctica del poder islámico tras la muerte El wahhabismo también condena la música, la poesía, el
del imam Jomeini. tabaco, la risa, etc. Es un islam estricto y puritano. Pero en
el plano político el wahhabismo no es revolucionario: su
futuro está unido al de una monarquía, concepto que sin
El hanbalismo y el wahhabismo embargo no aparece en el Corán y la Sunna
Los w~hhabíes y los.movimientos afi~ co.mo
El hanbalismo (de Ahmed Ibn Hanbal, muerto en 855) es
los que siguen el camIllOde los ant~oot~~a~~~ y
",t/ "",

,
J
¡r.
24 25 1 - " ; ~'"
I
.- \ 1" I
\. ,'-
"..
, . ~.
~", '" ;¡. ,:J
con frecuencia prefieren este término de salafi. A finales Los padres fundadores: Abu Ala al-Maududi y Hassan
del siglo XIXuna corriente fundada por Yamaloddin al-Af- al-Banna
ghani e impulsada por Mohammad Abduh lanzó un movi-
miento de reforma (salafismo), más intelectual que el wah- Hassan al-Banna (1906-1949), un maestro egipcio, fun-
habismo propiamente dicho. dó en 1928 la asociación de los Hermanos Musulmanes.
La asociación, que al principio se basaba en el modelo de
una cofradía religiosa, con deber de obediencia al Guía
Los movimientos islamistas contemporáneos (murshid), se convirtió en un movimiento político organi-
zado alrededor del Guía y el Consejo (comité central), y
¿Qué tienen de nuevo los movimientos islamistas con- creó organizaciones sociales (sindicatos, movimientos de
11 temporáneos? Procuran enfocar el islam como una ideolo- mujeres y de estudiantes, etcétera). Una organización se-
11
gía política que englobaría el conjunto de la vida social a creta era el embrión de una rama militar que se dio a co-
I partir de una percepción política de la sociedad. Se trata de nocer durante la guerra de Palestina de 1947. Al-Banna si-
salir de la visión estrictamente jurídica del vínculo social tuaba la acción social y política por delante del estricto
J propia del fundamentalismo tradicional (¿tal acto es lícito o respeto de la ley islámica, lo que suponía una ruptura con
ilícito?), para tratar de definir la esencia de una sociedad y los medios fundamentalistas tradicionales. Insistía en la
un futuro islámico. No todo se reduce al fiqh y a la sharia. necesidad de promover la justicia social, para lo cual, su-
Para los islamistas la sociedad islámica, lejos de ser una perando la simple caridad individual, el estado debe ha-
reunión de creyentes, se define, en principio, por la natura- cerse cargo del impuesto islámico (zakat) y redistribuirlo.
leza del poder político. Esta sociedad es una totalidad que Alrededor de los conceptos básicos del Corán (<<ElCorán
refleja la unicidad de la comunidad de los creyentes y del es nuestra Constitución» era el lema de la cofradía), al-
propio Dios. Los islamistas se interesan, pues, por la com- Banna preconizaba una reorganización total de la socie-
plejidad de la vida social, para situarla mejor bajo el para- dad a partir de un estado verdaderamente islámico. Sobre
digma de la unicidad. En esta ideologización de la religión la cuestión de los castigos ordenados por el Corán (los hu-
se advierte claramente la influencia del marxismo. dud, como la lapidación en caso de adulterio), al-Banna
El cuerpo de la doctrina islamista fue elaborado sobre to- consideraba que sólo se podrán aplicar después de que se
do por Hassan al-Banna y Abu Ala al-Maududi, y radicali- I
haya constituido una sociedad auténticamente islámica,
zado por su continuador Sayyid Qotb. La principal produc- donde reine la justicia. Este rechazo a un respeto estricto
ción intelectual de los islamistas recoge los temas expues- de la letra mientras la sociedad no haya sido reformada
tos por estos padres fundadores, aunque ciertos pensadores por la acción política subraya el aspecto «progresista» que
shiíes, como Mohammad Baqer al Sadr y Ruhollah Jomei- pregonan los movimientos islamistas en sus comienzos.
ni, desarrollaron una visión más propiamente shií. Si hoy En el ámbito internacional, Hassan al-Banna criticaba el
entramos en una librería islámica, ya sea en el barrio parisi- nacionalismo y hacía votos por la reconstrucción de la
no de Belleville o en Estambul, encontraremos las obras de umma. Acusado, sin duda falsamente, de instigar el asesi-
estos autores, traducidas a las lenguas locales y vendidas en nato del primer ministro en 1948, al-Banna fue asesinado
forma de folletos fáciles de leer y baratos. por la policía secreta.
,
I

26 27
~

Abu Ala al-Maududi (1903-1979), nacido en el subcon- miento de un émulo radical de los padres fundadores, Say-
tinente indio y, como al-Banna, en el seno de una familia yid Qotb.
sufí muy religiosa, también se esforzó por salir del medio
estrictamente clerical. Se hizo periodista y ensayista, y se Los grandes movimientos históricos: los Hermanos
lanzó a la acción política. Introdujo unos conceptos más Musulmanes y el Yamaat-i Islami
radicales que los de al-Banna: la yahiliya (<<tiempode la
ignorancia» que caracteriza a la sociedad preislámica de La asociación de los Hermanos Musulmanes y el Yamaat-i
nuestra época) y la revolución islámica, y definió explícita- Islami dio lugar a una nueva estructura del movimiento po-
mente el islam como una ideología política, cuya función lítico-religioso en el mundo musulmán. Su modo de funcio-
es pensar de manera totalizadora la sociedad y el hombre. namiento combina una tradición heredada de las órdenes
Maududi reflexionó sobre una constitución islámica, la místicas sufíes (a pesar de que las rechazan) con el de un
única posibilidad de hacer realidad un verdadero estado is- partido político moderno. El movimiento está encabezado
lámico. Definió el islam como una tercera vía entre capita- por el Emir (en el Yamaat) o el Guía (en los Hermanos Mu-
lismo y socialismo. Como al-Banna, consideraba que la ac- sulmanes), elegido por un consejo consultivo general (may-
ción islamista debía dirigirse a todos los sectores de la vida lis al shura de los Hermanos Musulmanes), una especie de
social, y no ceñirse únicamente al derecho, la teología y la comité central del movimiento. Una vez elegido, el Emir es
devoción. casi inamovible. Se rodea de una oficina de la orientación
En 1941 fundó el Yamaat-i Islami, con la misma estruc- (maktab al irshad al amm de los Hermanos Musulmanes) y
tura que los Hermanos Musulmanes (el Guía se llamaba de comités especializados (cultura, propaganda, finanzas,
Emir), pero mucho más elitista. El partido practicó el en- etc.). Los miembros, para afiliarse, tienen que pasar por una
trismo en el aparato del estado y la intelectualidad. Al mis- formación dividida en varios grados. Deben obediencia y
mo tiempo, el Yamaat se comportaba como un partido polí- fidelidad al Guía y se comprometen a vivir como auténticos
tico, y se presentó a las elecciones. Maududi desarrolló una musulmanes en su vida privada y social. El movimiento
actividad política más directa que al-Banna. Se opuso a la funciona, pues, como una contra-sociedad, cuyos miembros
partición de la India en 1947, y luego a la de Pakistán en aplican ya los principios de la futura sociedad islámica. Pe-
1971. Lanzó campañas nacionalei'¡contra el Paquistan Peo- ro a diferencia de los movimientos más radicales que sur-
ple's Party de Ali Bhutto y el régimen del mariscal Ayyub. gen después, no se trata de una secta, porque los militantes
Hassan al-Banna y Maududi son hoy los autores canóni- están integrados en la vida social y política de su tiempo,
cos de los movimientos islamistas sunníes. Traducidos a dedicados a la predicación y el proselitismo en su lugar de
docenas de lenguas, expusieron sus conceptos básicos, trabajo y su familia. Es a la vez una especie de cofradía reli-
muy parecidos, aunque nunca se pusieran de acuerdo entre giosa, preocupada por el perfeccionamiento moral de sus
ellos. Las organizaciones que fundaron han sido la matriz miembros, un partido y un movimiento social. El dirigente
de los grandes movimientos islamistas contemporáneos, si actual del Yamaat-i Islami es Qazi Hussein Ahmad (un pa-
bien, a finales de los años setenta, han aparecido grupos I
quistaní de etnia pathana), mientras que el Guía de los Her-
más radicales, pero también con una implantación mucho manos Musulmanes, desde 1986, es el egipcio Hamid Abu
menor en el mundo musulmán, influidos por el pensa- I
al Nasr.
1,\

I
28 I 29
,
-1

L
11

11

Al preconizar la sustitución de la nación por la umma, resto del mundo islámico los Hermanos Musulmanes tienen
ambos movimientos se han internacionalizado. Los Herma- influencia por sus contactos personales y por su literatura,
nos Musulmanes han creado secciones nacionales que, en pero no por redes organizadas. B. Rabbani, presidente del
teoría, reconocen al Guía establecido en Egipto. Cada una partido afgano Yamiat-i Islami, que en 1993 alcanzó la jefa-
está dirigida por un «supervisor» (muraqib): en 1944 se tura del estado, había estudiado en al-Azhar de El Cairo,
creó la sección de los Hermanos Musulmanes sirios con donde había adoptado las ideas de los Hermanos Musulma-
Mustafa al Sibah y como jefe, y en 1946 le siguió la sección nes. En Asia central el qazi Akbar Turadyanzade, joven
11
jordana. La sección sudanesa, creada en 1954, fundó en mollah soviético oficial que en 1922 pasó a ser uno de los
1964 el Frente de la carta islámica, cuyo secretario general jefes de la oposición islámica, adoptó el punto de vista de
era Hassan Turabi, que había estudiado derecho en Francia. los Hermanos Musulmanes durante sus estudios en la uni-
En 1985 organizó el Frente Islámico Nacional, que se sepa- versidad de teología de Amán, en Jordania, en los años
ró de El Cairo. A partir de 1989 Turabi trató, en su benefi- ochenta. En Yemen el movimiento Islah es afín a los Her-
cio, de fundar una nueva internacional islámica. En Palesti- manos Musulmanes, sin estar vinculado orgánicamente a
na el Partido de la Liberación Islámica, fundado en 1953 ellos.
I por unos Hermanos, se separó enseguida de la organización, En cuanto al Yamaat-i Islami, se limita al subcontinente
L
" al considerarse mucho más político. La cofradía se resta- indio y a la emigración salida de él, aunque las obras de
bleció en Palestina de manera organizada con la fundación Maududi son conocidas en toda la comunidad musulmana.
de Hamas en 1987, dirigido por el jeque Ahmed Yasin, que El Yamaat se ha propagado, pues, de Gran Bretaña a Surá-
a raíz de la Intifada (levantamiento de los palestinos de los frica, pasando por la isla Mauricio. La rama paquistaní es la
territorios ocupados en 1987) llegó a ser el principal rival más importante, porque las secciones indias y banglades-
de la OLP. híes quedaron muy desacreditadas por su oposición a la in-
En el Magrib la cofradía ha tenido una influencia tardía, dependencia. Pese a su limitación geográfica y su debilidad
11
I

y no se ha implantado como tal. En Marruecos cuenta con electoral, el Yamaat paquistaní tuvo un papel político desta-
simpatías entre los dirigentes del Istiqlal. En Tunicia influ- cado gracias al apoyo prestado al general Zia después de su
yó en Rashid Ghanushi y Abdel Fattah Muru, que fundaron golpe de estado de 1977. El Yamaat realizó una política de
sucesivamente la Asociación en Defensa del Corán en 1971 influencias, infiltrándose en la alta administración (inclu-
\1 yendo los servicios secretos militares, el ISI). Su momento
(un movimiento de estudiantes), y el Movimiento de la Ten-
dencia Islámica en 1981, que en 1988 pasó a llamarse al- de gloria le llegó durante la guerra de Afganistán, cuando
Nahda. Pero los tunecinos no tienen ninguna relación orgá- sirvió de intermediario a la política gubernamental, selec-
nica con los Hermanos Musulmanes egipcios. En Argelia la cionando a los partidos afganos destinados a recibir la ayu-
cofradía de los Hermanos Musulmanes no tiene nada que da estadounidense. Gracias al Yamaat el partido Hizb-i Isla-
ver con el FIS, aunque algunos miembros egipcios de la co- mi llegó a ser el eje de la política paquistaní en Afganisián.
fradía desempeñaron un importante papel en la arabización Pero el Yamaat, en colaboración con los Hermanos Musul-
y la islamización del sistema de enseñanza argelino (como manes, también intervino en la movilización de voluntarios
Mohammad Gazzali o Qardhawi) en los años setenta y musulmanes llegados de todos los países para combatir en
ochenta, a petición del FLN, que estaba en el poder. En el Afganistán. En Inglaterra el Yamaat tiene una buena im-

30 31
n
R

11

plantación entre la población musulmana, y ha creado la Is- dosis masivas en la legislación del país. Para que un sistema
lamic Foundation de Leicester. político pueda ser calificado de islámico, tiene que definir
Los Hermanos Musulmanes y el Yamaat cuentan con nu- un modo islámico de acceso al poder y de su ejercicio. Los
merosos intelectuales de primer orden, así como con profe- islamistas impugnan las monarquías (porque en el Corán no
sionales, hombres de negocios y técnicos. Hoy día propor- aparece ningún rey), las democracias parlamentarias (la
cionan las redes de influencia de que carecen los medios única soberanía proviene de Dios) y los regímenes acapara-
wahhabíes saudíes, ricos en dinero pero pobres en hombres dos por un grupo minoritario (militares, partido único, cla-
11 e ideas. nes, etnias, etc., porque en la umma musulmana no puede
11
I Un tercer polo islamista aparece en Turquía, con ideas si- haber divisiones). Rechazan el compromiso con unos sobe-
milares a las de los Hermanos Musulmanes, pero con una ranos que sólo son musulmanes de nombre. Se definen ante
práctica parlamentarista asumida: se trata del actual partido todo por su ruptura con el fundamentalismo tradicionalista
Refah, fundado en 1970 con el nombre de Milli Nizam, lue- de los ulemas, basado en la alianza con los poderes fácticos.
go llamado Milli Salamet, después de varias prohibiciones. El programa de los islamistas ya no es el estricto juridicis-
Su presidente es Necmettin Erbakan, un ingeniero formado mo de los ulemas, sino la acción política y social. Lo que
en Alemania. El Refah pone el acento en un programa eco- quieren es hacerse con las riendas del estado, y no la mera
nómico y social voluntarista (desarrollo de la industria y las aplicación de la sharia, porque la sharia sólo se podrá apli-
pymes).* Pretende ser únicamente un partido político, y no car en su espíritu y su letra cuando haya un estado verdade-
se define como una contra-sociedad o una cofradía (pero ha ramente islámico. Por supuesto, los islamistas están por la
tenido estrechos vínculos con la cofradía religiosa de los sharia y sólo por ella, pero toda aplicación de la sharia que
nakchabandis). De todos modos, su programa es resuelta- se desinterese del contexto social y político es pura hipocre-
mente islámico: se opone a la vocación europea de Turquía, sía. Este rechazo del estricto juridicismo de los ulemas res-
quiere declarar el islam religión oficial, hacer que el velo, si ponde a la voluntad de definir una doctrina política del is-
no obligatorio, sea por lo menos recomendado, y poner fin lam que tome en consideración la sociedad moderna con to-
a la convivencia de sexos en el ámbito público. El Refah se da su complejidad.
ha extendido entre la emigración turca, por medio de su fi- Por lo tanto, los islamistas se oponen a la idea de que los
lial Melli Gürüsh (<<lavía nacional»). ulemas deberían gobernar la sociedad. No sólo porque casi
siempre se han comprometido con las autoridades, sino
El cuerpo de doctrina también porque son, ante todo, especialistas en el fiqh (de-
recho aplicado), y tienen una visión estrictamente jurídica
El estado islámico y la prioridad de la política. Los isla- de la sociedad, lo que les impide entender la ideología islá-
mistas consideran que ninguno de los poderes instalados ac- mica como expresión totalizadora del islam. Los islamistas
tualmente en los países musulmanes es islámico (con la ex- son, ante todo, políticos, y no pararán hasta entrar en el jue-
cepción de Irán, para los shiíes radicales). Para ellos, un po- go político, según las pautas determinadas por el contexto
der islámico no es sólo un poder que inyecte la sharia en de cada país.
La ruptura con la sociedad contemporánea. Con Maudu-
* El Refah se encuentra en el poder, en coalición, desde 19960 (No del Eo) di los islamistas introdujeron el concepto de yahiliya mo-

32 33
o'

.L......-
o
11

derno, es decir, la idea de que la sociedad contemporánea divina (<<ElCorán es nuestra Constitución», «El islam es la
11
ha vuelto al estado de ignorancia el periodo preislámico. solución»), y otras tomadas del repertorio progresista
Por eso hay que romper con esta sociedad, primero con un (<<Abajoel faraón», que en Egipto designa a los sucesores
apartamiento individual (en general más metafórico que real), de Nasser). Los movimientos islamistas lo mismo se suman
una «hégira» (exilio) interior encaminada a recuperar la a las campañas democráticas, aliados con otros sectores de
propia autenticidad en un retiro espiritual bajo la dirección la oposición (Turquía en 1977, Irán en 1978 y 1979, Egipto
del Guía. Hay en esto una clara dimensión mística que pue- en 1987, Argelia en 1991, Tayikistán en 1992), como repri-
de llevar a comportamientos de secta, pero también una ac- men a toda la oposición (Sudán en 1989, GIA argelino a
titud revolucionaria en los más radicales. Porque este retiro partir de 1992, régimen islámico iraní). No se trata de un
es el preludio de la conquista de la sociedad, como cuando doble juego, sino de la dificultad para conciliar dos impera-
el Profeta dejó La Meca en manos de los infieles para esta- tivos, la denuncia de la dominación ilegítima y la soberanía
blecer en Medina una comunidad auténtica de creyentes, divina.
antes de volver triunfalmente a La Meca, diez años después. Para los islamistas la intangibilidad de las leyes de Dios
Sayyid Qotb (véanse p. 38 ss.) fue quien desarrolló este obliga a todos los hombres. Hay que restablecer la sobera-
concepto hasta sus últimas consecuencias: la necesidad im- nía de Dios sobre la sociedad de los hombres que, caída en
perativa del yihad, de la guerra santa. la yahiliya, se ha olvidado de ella. Una vez alcanzado este
Pero reconocer que la sociedad contemporánea ha vuelto objetivo, el campo de la legislación y la decisión política
a caer en la ignorancia supone suprimir de un plumazo toda será mínimo. Bastará con que los buenos musulmanes deli-
la cultura y la historia del mundo musulmán. El fundamen- beren entre ellos para que la ley de Dios sea reconocida co-
talismo de los islamistas es, en esto, radical, aunque la cien- mo tal. Hay, pues, dos fases distintas: la de la acción políti-
cia y la técnica moderna, productos de Occidente, quedan ca que conduzca a la toma del poder, y la de la gestión de
exentos de esta tabla rasa y se consideran instrumentos cul- dicho poder, por fin islámico. La primera fase puede recu-
tural e ideológicamente neutros. rrir a estrategias distintas, entre ellas la acción parlamenta-
¿Democracia o soberanía de Dios? Por principio, los is- ria. Los Hermanos Musulmanes egipcios, jordanos y kuwai-
lamistas se oponen a la democracia occidental, porque defi- tíes, y el FIS argelino, han dado repetidas muestras de que-
ne la soberanía como algo emanado del pueblo. Pero tam- rer entrar en el juego electoral. El Yamaat-i Islami se
bién se oponen a cualquier poder autoritario que se arrogue presenta a todas las elecciones paquistaníes, aunque sus re-
la soberanía. En efecto, para ellos la soberanía sólo puede sultados sean muy modestos, y Maududi no condena el
proceder de Dios, nunca de los hombres, ni siquiera de la principio de las elecciones (ve en ellas una manera entre
mayoría de ellos. Esto les lleva a luchar contra la tiranía y otras de elegir a los dirigentes). La posición de los parla-
el poder único de las monarquías (sha de Irán), los regíme- mentaristas es coherente: si la gran mayoría de la población
nes militares (Siria) y los partidos únicos (Egipto, Argelia). es musulmana y el poder, efectivamente, está corrompido y
\ Su lucha no es la de la democracia contra la dictadura, sino es antipopular, se puede lograr, por medio de la predicación
la del derecho (divino) contra la arbitrariedad humana. Los y la propaganda, que la mayoría de la población vote a un
islamistas ponen por delante dos clases de consignas políti- partido islamista, siempre que la predicación y el llama-
cas, las que proclaman la absoluta preeminencia de la ley miento a hacer el bien se hayan realizado correctamente.

34 35

L
~

11

11

Sólo los pequeños grupos radicales y pesimistas, como el daderamente islámica. Tomando como modelo la comuni-
Yihad egipcio, consideran que la sociedad está demasiado dad original, la comunidad de creyentes elige un jefe tem-
corrompida para enmendarse así. poral y espiritual a la vez. Debe encarnar las virtudes del
Pero la cuestión que se plantea es saber lo que ocurre una buen musulmán y ser un modelo viviente para todos. Pero
vez instaurado el estado islámico. La idea fundamental de su poder, muy amplio, está limitado por dos restricciones:
los islamistas es que, una vez aplicada la ley de Dios, reina- 11II
no debe innovar en materia religiosa, porque como todos
rá la justicia social y el pueblo reconocerá la soberanía divi- está sometido a la ley, y debe consultar con la comunidad.
na, sin que haya que crear grandes instituciones políticas. Esta función de consulta la desempeña la shura, expresión
La aplicación de la sharia bastará para mantener el orden y de la minoría de los militantes, organizados en «células» o
la justicia. Pero entonces la cuestión principal es: ¿quién «familias» de su lugar de residencia o trabajo. La doble
debe asumir la dirección de la sociedad? lectura de este organigrama es evidente: es el modelo de
La ideología islámica. Cuando Maududi habla de ideolo- las cofradías religiosas, pero también el de los partidos le-
gía islámica, entiende que el islam es un sistema total, que ninistas.
tiene respuesta para todo. Para los islamistas el islam sólo Para los islamistas, una vez instaurado el estado islámi-
será la norma de la sociedad cuando todos los elementos de co, se regirá por los mismos principios que el partido: un
la vida social se remitan al islam, no sólo el derecho, como Emir con poderes temporales y espirituales, asistido por
piensan los ulemas tradicionales, sino también la constitu- una shura, que haga reinar la soberanía de Dios. La cues-
ción, la economía, el poder político, etc. En este caso la ide- tión radica, entonces, en la elección del Emir. Si le elige la
ología no se opone a la religión. Más bien se trata de devol- shura, ¿cómo es designada esta última? Muchos islamistas,
ver a la religión la amplitud que tenía en la época del Profe- Maududi y Jomeini entre ellos, no descartan en absoluto un
ta, sin relegarla al espacio reducido que le había reservado sistema electoral. Pero ¿cómo hacer que éste no restituya el
la acción conjunta de los ulemas y los soberanos. Al igual poder a partidos que no sean islámicos? En esto la teoría
que en la acción social la consigna de los islamistas es islamista se hace más vaga. En principio, la comunidad, una
«Salgamos de las mezquitas», en el pensamiento político vez encarrilada por la vía de Dios, no debería equivocarse.
llaman a darse una imagen global de la sociedad, una ideo- Pero hay que poner ciertos parapetos: definición de las cua-
logía, más allá de los simples preceptos religiosos. lidades necesarias para ser miembro de la shura o Emir, y
Según los islamistas la idea de religión tiende a «cristia- prohibición de poner en entredicho las conquistas del esta-
nizarse», admitiendo un espacio laico. Al proponer el con- do islámico. La república islámica de Irán, único caso de
cepto de ideología islamista se restablece la religión como estado islámico salido de una verdadera revolución, ha crea-
sistema totalizador, reflejo de la unicidad de Dios (towhid). do un sistema complejo. Las candidaturas electorales tienen
Unicidad de todos los actos de la vida personal, unicidad que ser supervisadas por un consejo de expertos de religio-
de la comunidad, unicidad divina. sos, que evalúan la «islamidad» de los candidatos. Pero, pa-
El partido islámico y las instituciones del estado islámi- ra el Guía de la revolución, que es la más alta autoridad po-
co. Los movimientos islamistas combinan la naturaleza de lítica (no sólo espiritual) de la umma y, por consiguiente, de
un partido político, una cofradía religiosa y un movimiento la república islámica, por encima del presidente de la repú-
social. El partido debe reflejar lo que será la sociedad ver- blica (cuya autoridad sólo abarca la nación iraní), el Irán

36 37

L
shií dispone en teoría de un proceso de nombramiento, el
sición política (asociación con los poderes) y su monopolio
colegio de los grandes ayatollahs. Cabe señalar que el
social (tribunales, jurisprudencia, etc.). Es una .verdadera
mundo sunní no dispone de una institución de este tipo, y pugna entre dos grupos sociales.
tras la muerte de Jomeini los conflictos sucesorios han
Pero una de las contradicciones de los islamistas es que
puesto de manifiesto que el proceso destinado a fusionar
su intelectualización de la sharia no puede prescindir de un
los órdenes político y religioso no ha funcionado: el actual saber técnico que se apoya en el Corán, la sunna, los hadi-
guía de la revolución, Ali Jamenei, es impugnado por la ces y elfiqh. Por ello los movimientos islamistas han orga-
mayoría del alto clero. Por lo tanto, sea cual sea el caso en
cuestión, las teorías islamistas sobre las instituciones se nizado la formación religiosa de sus cuadros, dando origen
a una nueva categoría de ulemas. El Yamaat creó en Lahore
muestran incapaces de determinar unos procedimientos in- una madrasa a la que el general Zia, en los años ochenta,
discutibles que permitan elegir al jefe políticorreligioso, lo
otorgó el estatuto de universidad religiosa, lo que permitió a
que da pie a las disputas estrictamente políticas y a las am- los licenciados por esta escuela aspirar a unos puestos hasta
biciones personales. entonces reservados a los ulemas tradicionales.
La desconfianza hacia los ulemas y la tradición. Los par- La economía islámica. La reflexión sobre la economía is-
tidos islamistas no hacen proselitismo entre los ulemas tra-
lámica revela que los islamistas reflexionan partiendo del
dicionales, sino entre intelectuales formados generalmente marco intelectual de las ideologías occidentales del siglo
al estilo occidental. A los ulemas les reprochan su compro- XIX.Para los ulema's tradicionales la economía no existe,
miso con los poderes establecidos, y su aceptación servil de sólo hay actos individuales (vender, comprar, alquilar) que
una tradición religiosa que ha esterilizado el islam. Todos
pueden ser lícitos o no, con arreglo a la sharia. Para los is-
los islamistas proclaman el derecho a la iytihad, es decir, a lamistas, ante todo hay que conocer la naturaleza del víncu-
la interpretación, y al mismo tiempo, lejos de reservar ese lo económico: por ejemplo, en vez de plantearse la prohibi-
derecho a los ulemas más instruidos, se lo arrogan, precisa- ción del interés, reflexionar sobre cómo podría ser un siste-
mente para socavar lo que confiere legitimidad al cuerpo de ma bancario islámico, un sistema fiscal islámico, etc. Las
los ulemas. Así pues, el movimiento islamista se caracteriza
prescripciones que aparecen en el Corán y en los dichos del
por un afán de «desclericalizar» el islam. Incluso en el cam- Profeta concernientes a las relaciones económicas son siste-
po shií, cuyo clero se había atribuido el derecho de iytihad matizadas. La perspectiva es que una «economía islámica»
y se había politizado, una rama radical del movimiento isla-
evitará los excesos del capitalismo y el socialismo, y propi-
mista partidaria de Ali Shariati atacó la función clerical
ciará la justicia social. Esta economía regulada por pres-
(Shariati opone el shiismo original de Ali al shiismo cleri-
cripciones éticas aspira a ser eficaz. La piedra angular es la
cal y estatal de los safavíes, la dinastía que impuso el shiis- cuestión de la prohibición de la usura (riba), del interés ba-
mo en Irán en el siglo XVI).En los primeros años de la revo-
sado en la especulación (tipo de interés fijo, seguros). Dada
lución islámica varios religiosos fueron asesinados por un la distancia que separa la complejidad de la economía mo-
misterioso grupo llamado Forqan.
derna de las prescripciones que aparecen aquí y allá en el
Vemos, pues, que los islamistas atacan la propia especifi- Corán, la elaboración de una economía islámica tiene más
cidad del cuerpo de los ulemas: el monopolio de la interpre- de construcción retórica que de análisis científico, pero es
tación de los textos fundadores. Pero también atacan su po- una consigna política que moviliza contra las injusticias so-

38
39

L
ciales creadas por el liberalismo triunfante, alternado con res islamistas proponen otra solución: alentar en gran medi-
las curas de austeridad exigidas por el Fondo Monetario In- da el ascenso social de las mujeres, pero insistiendo en el
ternacional. rechazo a la mezcla de sexos y preconizando un velo que
La predicación y la persecución del mal. La exhortación les permita trabajar (es el concepto de hiyab). La mujer is-
a hacer el bien y perseguir el mal, que aparece en el Corán lamista moderna lleva velo, pero puede ser doctora o inge-
en términos bastante vagos, es la obligación militante por niera, aunque tenga vedadas algunas profesiones (juez o
excelencia en los movimientos islamistas. Encontramos al Emir). El avance de los movimientos islamistas se ha hecho
11

l' respecto dos estilos de militancia. El más político, el de las especialmente visible con la aparición súbita de mujeres
grandes organizaciones, es el tabligh (<<propagandade pre- con velo en la universidad o en los laboratorios científicos.
dicación») y el dawa (<<elllamamiento»). Los militantes se A diferencia del encierro de la mujer tradicional, que no se
preparan para intervenir en los lugares más variados (de la ve, el velo militante es un desafío. Los islamistas han elabo-
mezquita al lugar de trabajo) y difundir el mensaje de la rado una teoría original acerca del lugar de la mujer, frente
organización, atraer simpatizantes y reclutar militantes. Pa- a la postura del fundamentalismo tradicional. Los movi-
ra ello se recurre a un soporte material moderno (pasqui- mientos, en su fase ascendente, cuentan con numerosas mi-
nes, emisiones de radio, casetes). Los sermones abordan litantes, que actúan por convicción y no bajo presión paren-
los problemas contemporáneos. Su finalidad es reforzar la tal. En la cuestión de las mujeres nos hallamos ante la doble
influencia y la fuerza de la organización. En los medios is- ruptura de los islamistas, con el fundamentalismo tradicio-
lamistas menos politizados (los que llamamos neofunda- nalista y con la modernidad laica occidental.
mentalistas), la predicación no pretende tanto reclutar, La modernidad. Para los islamistas no hay que moderni-
cuanto convencer a los musulmanes tibios o descarriados zar el islam, sino islamizar la modernidad, en palabras de
para que vuelvan al redil; en este caso la idea es que el ad- un teórico marroquí. No atribuyen ningún valor positivo a
venimiento de la sociedad islámica se producirá por la con- la evolución que ha llevado a las sociedades hasta nuestros
versión masiva de la población, más que por la aplicación días, en términos de historia, valores y civilización. No es-
de una estrategia política. tamos en la época del progreso, sino de la corrupción. En
La mujer. La cuestión de la mujer ocupa un lugar central cambio los islamistas reconocen plenamente la aportación
en el pensamiento islamista, porque la mujer es central en de las ciencias y las técnicas, que deben ser extraídas de su
las sociedades contemporáneas y constituye la piedra de to- contexto occidental y materialista para ponerlas al servicio
que de la occidentalización. Los países donde hay movi- del islam. En este sentido los islamistas son muy modernos:
mientos islamistas más virulentos son también aquéllos en sus movimientos militan muchos ingenieros, su propa-
donde las mujeres han realizado avances importantes en el ganda pronto empezó a utilizar cintas, vídeos e informática,
sistema escolar o el mercado de trabajo (Irán, Argelia). En y su acción armada domina el manejo de las armas y las
1 general, la actitud de los ulemas tradicionalistas consiste en técnicas modernas de combate. Los islamistas no vienen de
condenar esta irrupción de la mujer en los espacios públicos la noche de los tiempos, proceden de sectores sociológicos
y predicar la vuelta al hogar y al velo. Es la vuelta al encie- creados por la modernidad. Su entorno es urbano, como sus
rro tradicional (purdah) que encontramos en los medios neo- guerrillas y sus simpatizantes. Viven en el mundo de la téc-
fundamentalistas, como el PIS argelino. Pero los pensado~ nica y la ciencia, de la propaganda y el partido político, pe-

40 41

.L
-:fII' ~.;;.. ""

ro utilizan el lenguaje del fundamentalismo y la vuelta a la tros. Pasó dos años en Estados Unidos. Miembro de los
época del Profeta. Para ellos la modernidad no es un pro- Hermanos Musulmanes, fue encarcelado en la época de
ducto de la historia, sino la expresión de una ciencia y un Nasser y ahorcado en 1966. Su obra consiste en pequeños
saber intemporales. Esta visión es totalmente contraria a la libros, como lalones en el camino y A la sombra del Corán,
de la Ilustración, que cimentó en Occidente el discurso de hoy traducidos a muchas lenguas y muy leídos.
la modernidad como producto de la historia, donde la evo- Qotb desarrolla la idea de yahiliya hasta sus últimas con-
lución es convergente y congruente (el laicismo, la emanci- secuencias: ningún compromiso con los poderes estableci-
pación de la mujer, la ciencia y la técnica, la democracia dos y violencia política. Ante la imposibilidad de que los
política, etcétera). A este «progreso» en sentido occidental Hermanos Musulmanes accedan al juego político tras la re-
se oponían los planteamientos nostálgicos (aristocráticos o presión desatada contra ellos en Egipto en 1954, su sector
ecológicos) y el fascismo (que considera el progreso un he- más decidido cree que la vía de la violencia es la única posi-
cho, pero apela a valores comunitarios, nacionales y racia- ble. Pero la radicalización política está acompañada de una
les). No es extraño, pues, que Occidente tenga dificultades radicalización ideológica. Qotb recupera el concepto de taf-
para poner al discurso islamista unas etiquetas distintas de kir mencionado por Ibn Taymiya: se puede declarar infiel a
las que conoce, el conservadurismo o el fascismo. un gobernante, aunque éste se proclame musulmán y haga
Vemos, pues, que el cuerpo de la doctrina, tal como fue alarde de serIo, si los principios que sustentan su acción po-
elaborado por Hassan al-Banna y Maududi, no implica en sí lítica no son íntegramente islámicos. Este concepto de tajkir
mismo la violencia y la revolución, y también puede servir puede servirnos de criterio para distinguir entre islamistas
de base para una acción reformista. Esta opción reformista moderados (la corriente principal de los Hermanos Musul-
se aplicó en los escasos países musulmanes donde un siste- manes, el Refah turco, el Yamiat-i Islami afgano, el Yamaat
ma parlamentario permite un juego político, como Turquía. paquistaní, el Partido del Renacimiento Islámico de la anti-
Pero en los países donde se excluye del poder a los islamis- gua URSS, el Nahda tunecino, etc.) y movimientos extre-
tas, éstos se lanzan a la acción política, ya sea a partir de las mistas (los distintos Hizbullah y Yihad islámico, el GIA ar-
ideas de Hassan al-Banna, como en Siria (1982), ya sea ra- gelino, el Hizb-i Islami afgano y, en cierta medida, el ayato-
dicalizándose y elaborando un pensamiento mucho más llah Jomeini). Al declarar infieles a los gobernantes, lo que
subversivo, que convierte la violencia en una obligación re- hacen los radicales es llamar a la guerra civil. La cuestión de
ligiosa. la violencia es entonces crucial en la acción política, la ex-
presión por excelencia de la acción política. Porque el anate-
Los pensadores radicales: Sayyid Qotb y el ayatollah ma, desde luego, no se limita a los dirigentes del estado, si-
J lomeini no que se extiende a sus cómplices, así como a los ulemas
tradicionalistas y apolíticos. Muchos ulemas, en Egipto pero
La matriz conceptual que tienen en común Maududi y al- también en Irán, han caído víctimas del terrorismo radical.
Banna fue radicalizada por un Hermano Musulmán egipcio, El anticlericalismo latente del pensamiento islamista cobra
Sayyid Qotb, el inspirador de los movimientos extremistas entonces un cariz violento
sunníes. Sayyid Qotb, nacido en 1906 en el Alto Egipto, se El concepto de ruptura con el orden existente, tan fuerte
licenció, como al-Banna, en una escuela normal de maes- en los radicales, hace que el yihad (guerra santa) sea una

42 43

L
obligación individual e imperativa. En el islam tradicional cho, como en la tradición de los ulemas, sino fundamentos.
el yihad es colectivo, ocasional, y está sometido a unas con- El formalismo de la ley ya no está ahí para limitar la fun-
diciones precisas. Nunca iría dirigido contra otro musul- ción de los jefes carismáticos. Al mismo tiempo, esta im-
mán, por profundas que fueran las desavenencias. Sin dis- portancia fundamental atribuida al pensamiento del Guía
cutir la idea de que no se puede hacer la guerra contra mu- refuerza la tendencia a la parcelación del movimiento isla-
sulmanes, los radicales justifican su violencia contra sus mista en sectas, centradas alrededor de un personaje caris-
adversarios negándoles la condición de musulmanes, en vir- mático que lanza anatemas contra todos los demás. Es el
tud del tafkir. Como la sociedad actual ha caído en el estado triunfo de los Emires y los Guías, que arrastran tras de sí a
preislámico, en última instancia todos son infieles salvo el un grupo de discípulos convencidos.
que emprende el yihad. El yihad pasa a ser el centro del Con el egipcio Abdel Salam Farag el pensamiento de
pensamiento islamista. Qotb se radicaliza aún más. Farag escribió un libro titulado
Otro aspecto de los radicales es que su insistencia en la La Obligación ausente para demostrar que el yihad, aunque
dimensión política de la ideología islámica les lleva con no figura entre los cinco pilares del islam (oración, profe-
frecuencia a guardar ciertas distancias con la sharia. En ge- sión de fe, limosna, ayuno y peregrinación), constituye el
neral, todos los islamistas piensan que la sharia no puede sexto. Teórico del grupo Tafkir wal Hiyra (<<Anatemay reti-
ser realmente aplicada, en su letra y su espíritu, hasta que se ro»), fue ahorcado el 8 de abril de 1982. He aquí la parado-
haya instaurado un estado islámico. Pero hay dos tenden- ja del islamismo radical: definir por sí mismos el islam in-
cias al respecto: por un lado están los moderados, que como tangible e intemporal que cada cual debe imponer, es decir,
son reformistas piensan que la aplicación de la sharia for- confiar a la interpretación de un hombre solo, sin una for-
ma parte del programa político inmediato, aunque sea algo mación especial, la definición del sentido del mensaje divi-
progresivo; por otro están los radicales, para quienes el ob- no. Es la época de los nuevos profetas, un escándalo para el
jetivo es instaurar la soberanía de Dios antes que la sharia, islam ortodoxo, según el cual Mahoma es el último profeta.
ya que este orden político totalizador se sitúa más allá del En el mundo shií la versión más radical es la teoría del
formalismo de las prescripciones religiosas. Sayyid Qotb ayatollah Jomeini. Su principal aportación es el concepto
habla del «fij en movimiento» (fiqh haraki), que es una di- de velayat-e faqih o «regencia del doctor de la ley». Es la
námica, más que una observancia a rajatabla de los precep- única teoría auténtica de una teocracia en el mundo musul-
tos. El ayatollah Jomeini, en una famosa carta al presidente mán, y es bastante tardía en el pensamiento del propio Jo-
de la república de entonces, Ali Jamenei (febrero de 1987), meini (data de los años setenta). Pero este concepto refleja
afirma claramente que la lógica revolucionaria está por de- bien la ambivalencia islamista entre la primacía de la revo-
lante del cumplimiento estricto de la ley islámica. lución y la de la Revelación: el Guía, jefe político del movi-
Esta radicalización teórica refuerza la función del Guía miento islámico, debe ser el que tenga también la primacía
religioso porque, aunque alguien pueda separarse de la letra en el saber religioso. Ahora bien, el clero shií, a diferencia
para ser fiel al proyecto revolucionario, sólo quien tiene el del sunní, dispone de un procedimiento para determinar
poder de interpretación puede indicar el camino. De ahí el quién es el más sabio, el ayatollah ozmah (<<elmás gran-
papel clave que se atribuye a las fatwas (consultas jurídi- de»), marya-e taqlid (<<fuentede imitación»): es el acuerdo
cas) en el campo radical: ya no son simples puntos de dere- entre los grandes ayatollahs. Pero Jomeini empezó, precisa-

44 45

L
..- lo- L '"

11

11
mente, rompiendo el sistema de la colegialidad de los gran- rechazo a la modernidad, sino la islamización de esa mo-
n
des ayatolIahs, porque estaban fuera de control y del campo dernidad. A partir de los años sesenta en todos los países
político. Es difícil, por supuesto, hablar de anticlericalismo del mundo musulmán se produjo una urbanización masiva.
tratándose de Jomeini, pero no cabe duda de que persiguió La población de las grandes ciudades aumentó a consecuen-
con saña a los ulemas tibios frente a la revolución: el ayato- cia del éxodo rural, y a veces se cuadruplicó. En 1978, año
lIah Shariat Madari fue «secularizado» y puesto en residen- de la revolución islámica en Irán, el porcentaje de pobla-
cia vigilada hasta su muerte en 1983. El gran ayatolIah Joi, ción urbana superó por primera vez al de población rural en
11
sin duda más venerado que Jomeini antes de Ja revolución, el conjunto del país. Los estados tuvieron dificultades para
fue descalificado por el imam por no querer marcharse de asegurar la socialización y la urbanización de las barriadas
Iraq (donde murió en 1994) durante la guerra con Irán. Más nuevas, que alcanzaron unas dimensiones considerables
que adaptar la política a la religión, colocando en el poder a (periferia sur de Teherán y Beirut, Embata de El Cairo). La
los grandes ayatolIahs, lo que hizo la república islámica de urbanización implicaba el desarraigo social, era el fin de las
Irán fue, por el contrario, entregar la hegemonía religiosa al viejas solidaridades rurales (familias extensas, clanes, res-
personal político surgido de la revolución. Tras la muerte peto a los ancianos, religión popular). Los sindicatos y los
11
de los grandes ayatolIahs Joi y Araki en 1994, el régimen partidos de izquierda actuaban casi exclusivamente en la
trató inútilmente de que fuera reconocido como «fuente de universidad y entre una clase obrera que era vista como pri-
imitación» el Guía de la revolución y ex presidente de la vilegiada (obreros del petróleo en Irán), pasando por alto a
república Ali Jamenei quien, por su edad y sus méritos, sólo los «nuevos pobres». Estos espacios nuevos fueron ocupa-
podía aducir su posición política para aspirar a esa digni- dos poco a poco por asociaciones religiosas y militantes is-
dad. En lugar de clericalizar la vida política, la revolución lamistas, volcados en la acción social. La mezquita volvió a
" islámica de Irán politizó la función religiosa, pero al mismo ser una casa comunitaria, ya estuviera gestionada por el cle-
tiempo la desacreditó, en perjuicio de gran parte del alto ro tradicional (como sucedía en el mundo shií) o, sobre todo
clero, como el antiguo delfín de Jomeini, el ayatolIah Mon- en el mundo sunní, por militantes islamistas o molIahs auto-
tazeri.
proclamados. En semejante contexto ni que decir tiene que
Como vemos, la lógica del islamismo radical, detrás de los sermones enseguida cobraron un cariz social y de oposi-
la exigencia de islamización, es ante todo la de una defini- ción, denunciando la dejación del estado, la corrupción y el
ción política del islam, que se exacerba en la contradicción enriquecimiento de las nuevas clases dirigentes.
entre la prioridad de la ley y la prioridad de la voluntad de La alfabetización masiva, característica de la mayor parte
quienes desean imponer la ley. de los países musulmanes en los años sesenta y setenta, pu-
so en el mercado a una generación de bachilleres y licencia-
La sociología de los actores
dos en un momento en que las salidas empezaban a esca-
sear. Una juventud urbana y escolarizada se encontró so-
Los fundadores y militantes del gran periodo islamista cialmente desclasada. En Argelia el promedio de años de
(1970-1985) no pertenecían a los sectores tradicionalistas, escolarización de los hombres pasó de dos para los nacidos
sino a unas categorías que eran producto de la moderniza- en la década de los cuarenta a siete para los nacidos en la
ción de las sociedades musulmanas. Su problema no era el década de los sesenta (cf. Philippe Fargues, en Salamé,

46 47

L
~ 'lit...

1994, p. 187 ss.). En Egipto la cifra pasó de tres a seis. Has- modelo occidental, aunque los valores ostentados siguieran
ta comienzos de los setenta el estado aseguró, en general, siendo tradicionales. Por modernización demográfica en-
una salida a la juventud con carrera universitaria. Era la tendemos la urbanización, la prolongación de la escolari-
época de las economías estatalizadas y centralizadas, y de dad, la reducción de la diferencia de edad entre marido y
las grandes burocracias pletóricas. Pero la crisis económica mujer, la alfabetización de las mujeres y el descenso (que
y las políticas de liberalización produjeron en todas partes siempre la acompaña) de la tasa de fecundidad (número de
una reducción de la burocracia y un empobrecimiento de hijos por mujer en su vida fértil). Pues bien, las sociedades
los funcionarios. Al mismo tiempo, la cúspide del estado musulmanas experimentaron esa evolución a partir de los
seguía acaparada por unas castas que no hacían sitio a las años setenta: el índice de fecundidad de las mujeres argeli-
minorías ascendentes: en Egipto y en Argelia el viejo parti- nas pasó de ocho hijos por mujer en 1970 a cinco en 1990,
do único monopolizaba el poder y los buenos puestos con la diferencia media de nivel de educación entre hombres y
sus redes de c1ientelismo, en Siria y en Iraq, sendos c1anes mujeres pasó d~ tres años de escolarización en 1950 a año y
(los alawíes -una secta shií- y los takritis), y en Irán la bur- medio en 1970 (Egipto, Tunicia). El promedio de diferencia
guesía palaciega.
de edad entre marido y mujer también disminuyó. Por últi-
Fue así como los movimientos islamistas se extendieron mo, los hijos tienen un nivel de educación superior al de
por los campus universitarios (Túnez y Kabul en 1971, Jar- sus padres. Estas tendencias revelan que las sociedades mu-
tum en 1972), en detrimento de los movimientos comunistas sulmanas cambiaron profundamente en un intervalo de
y progresistas. Con frecuencia este fenómeno fue secreta- tiempo muy corto, una generación, mientras que en Europa
mente alentado por los gobiernos (en Tunicia y en Egipto), fueron necesarias varias generaciones para que se produje-
para quienes la principal amenaza eran los movimientos de ran estos cambios.
izquierda, y no los islamistas, a los que entonces veían como El islamismo arraigó, pues, en una sociedad profunda-
conservadores. Los islamistas hacían proselitismo sobre to- mente transformada por la modernización. No se trataba ya
do en las escuelas de ingeniería o las escuelas normales de de la sociedad rural y patriarcal, ni tampoco la del bazar de
maestros. Muchos cuadros del movimiento islamista tenían las ciudades musulmanas tradicionales. Las transformacio-
formación científica (Hekmatiar en Afganistán; Nabawi, mi- nes plantearon un problema, previsto por al-Banna y Mau-
nistro de la industria pesada de Irán; Erbakan, presidente del dudi: ¿es posible admitir esta modernización sin perder el
partido Refah de Turquía; Hasani, portavoz del FIS argelino alma, la autenticidad? La ideología islamista ofrece una res-
en 1991). La politización de los estudiantes islamistas en un puesta, permite rechazar la tradición y brinda un instrumen-
medio hasta entonces de izquierda contribuyó a radicalizar to conceptual para abordar esta modernización.
el planteamiento y la acción de estos militantes. La base social de los movimientos islamistas se encon-
Los islamistas no se quedaron encerrados en el gueto so- traba en las masas populares de reciente urbanización. Esta
ciológico de los militantes de izquierda (intelectualidad, base social seguía ahí en los años ochenta, la suerte de los
ejército, aristocracia obrera). Eran la expresión de un movi- recién urbanizados no había mejorado. Pero a la generación
miento general de modernización sociológica de las socie- de universitarios e intelectuales de los años setenta le suce-
dades, que estaban experimentando una evolución rápida y dió una nueva generación, que no había podido terminar sus
profunda de su estructura demográfica y acercándose al estudios o tenía títulos completamente devaluados. Porque

48 49

L
~ 'D ~...

t
la crisis de sistema de enseñanza no hizo más que aumentar del PIS en las elecciones municipales Uunio de 1990) y le-
en los ochenta: descenso del nivel, masificación, profesores gislativas (diciembre de 1991).
que cobraban clases particulares, o incluso los títulos, falta Estos movimientos populares aparecieron en un contexto
de salidas agravada por la crisis económica. en el que la izquierda había sido reprimida y casi borrada
del mapa político. La crispación de regímenes sin legitimi-
La crisis y el avance de los movimientos islamistas en los dad trajo consigo, no tanto el retroceso de una democracia
años setenta
que nunca había existido, cuanto el aumento de la represión
II en Irán, Egipto, Argelia y Siria. Esto permitió que los isla-
En los años setenta los regímenes surgidos de la descolo- mistas enarbolaran la bandera de la libertad y los derechos
nización empezaron a gastarse. Los equipos en el poder se humanos (el último episodio de esta fusión de la reivindica-
habían instalado en el clientelismo y el acaparamiento del ción islamista con la defensa de los derechos humanos fue
aparato del estado en su provecho. Los países que nunca ha- la creación en 1991 del «Comité Saudí de los Derechos Le-
bían sido colonizados (Turquía, Irán) también pasaron por gítimos», adjetivo que remite también a los derechos tal co-
una crisis de legitimidad política, si bien, a diferencia de mo los define la sharia, negados por la monarquía).
los demás, la oposición al principio corrió a cargo de los El último ingrediente del islamismo es la crisis del an-
movimientos de izquierda. Pero todos estos regímenes se tiimperialismo. Los movimientos islamistas recogieron la
I
J separaron de su base social, porque fueron acaparados por antorcha tercermundista de unos grupos desacreditados por
una minoría religiosa (Siria, Bahrein), un partido (Baath el ejercicio del poder (nacionalismo y socialismo árabe, del
iraquí), una «nomenclatura» (Egipto), un clan tribal (sau- FLN a la OLP, pasando por el nasserismo) o de una izquier-
díes), una monarquía (Irán), o una combinación de varios da que había perdido el contacto con los medios populares.
de esos elementos. La crisis económica apareció en este Al hacer esto, desaparecía también el vínculo entre el an-
contexto de deslegitimación de las clases políticas: más tiimperialismo occidental de izquierda y los movimientos
contratos para los que tenían estudios, reducción del sector de oposición del tercer mundo. Los intelectuales europeos
111
estatal y ascenso de los nuevos ricos (infitah en Egipto) de de izquierda ya no podían identificarse con los movimien-
la primera crisis petrolera (1971). Ese aumento brusco de tos islamistas, a diferencia de lo que les ocurría con la OLP
las rentas del estado acentuó las diferencias sociales y el o el FLN argelino. Un símbolo de la recuperación del an-
éxodo rural, creó muchas expectativas, pero no tuvo tiempo tiimperialismo por los islamistas fue el apoyo que dieron a
de producir una transformación positiva de la economía, Sadam Hussein durante la guerra del Golfo, en 1991, por-
porque le siguió la caída de los precios petroleros y la rece- que era unode los pocos dirigentesno islamistaspopulares,.
sión de los años ochenta. Los estados petroleros, converti- gracias a su enfrentamiento con Occidente.
dos en importadores de unos productos alimentarios a me- Pero esta crisis de deslegitimación no afectó únicamente
nudo subvencionados, no tuvieron más remedio que aplicar al estado, también arrastró a los ulemas. Los ulemas oficia-.,
una política de precios reales que provocó disturbios. En les también habían perdido el contacto con las masas popu-
Argelia los desórdenes de octubre de 1988, ocasionados por lares, que no podían acudir a las grandes mezquitas del cen-
el aumento brutal del precio de los productos básicos, fue- tro, demasiado alejadas de su domicilio. Surgieron entonces
ron duramente reprimidos, y lógicamente les siguió el triunfo mezquitas de barrio, «privadas» y dirigidas por predicado-

50 51

L
11

res autoproclamados, que a menudo ejercían otro oficio pa- revolución de 1979. En Iraq se formó un foco de shiismo
ra vivir. Los ulemas perdieron así el monopolio de la predi- radical alrededor del ayatollah Baqer al Sadr (ejecutado en
11
cación y la jurisprudencia. Los estados perdieron el mono- 1980) y del ayatollah Muhsin al Hakim (muerto en 1970),
11
polio del nacionalismo, los ulemas el de la religión, la iz- que en 1957 fundaron el clandestino partido Hizb-al Dawat
11
quierda el de la democracia y el antiimperialismo: el o Partido de la Predicación. Este partido evitó alinearse de-
camino estaba despejado para los islamistas. masiado con la tendencia iraní, y Teherán prefirió impulsar
11 en 1982 el Consejo de la Revolución Islámica de Iraq, diri-
Los movimientos extremistas gido por un hijo de Al Hakim, Mohammad Baqir.
En el Líbano la radicalización empezó con el movimien-
A partir de la matriz conceptual definida por Sayyid to Al Amal, creado por el imam Musa Sadr en 1969. Este
Qotb, en el mundo sunní han proliferado los grupúsculos movimiento unía a los shiíes del sur del país contra los no-
extremistas, sobre todo en Egipto, y desde hace poco en Ar- tables tradicionales de la comunidad, y al mismo tiempo
gelia. En el mundo árabe sunní la mayoría de estos movi- contra el sistema político libanés, del que los shiíes estaban
mientos se apartaron de los Hermanos Musulmanes, por casi por completo excluidos. El movimiento representaba
considerarlos demasiado moderados, a finales de los seten- exclusivamente a la comunidad shií. El imam Musa Sadr
ta. La revolución islámica de Irán acentuó este proceso de desapareció en 1979 en Libia. La revolución islámica de
radicalización, aunque no lo había creado, y muy pocos mo- Irán y la invasión del Líbano por Israel en 1982 p.rovocaron
vimientos sunníes mantuvieran relaciones estables con el un estallido y una radicalización impulsados por el embaja-
Irán islámico. En cambio, en el mundo shií los movimientos dor iraní en Damasco desde 1981, Ali Akbar Mohtachemi,
radicales fueron apadrinados directamente por la república uno de los dirigentes de los radicales iraníes. Al Amal que-
islámica de Irán, a su vez dominada, desde otoño de 1979, dó al mando de Nabih Berri, un laico prosirio, mientras
por los elementos más radicales. De hecho la república islá- aparecía el movimiento Amal islámico, dirigido por Hus-
mica de Irán es el único ejemplo de predominio de los radi- sein Musavi, un proiraní instalado en la llanura de la Bekaa
cales en un movimiento islamista mayoritario en la socie- con la aprobación de los sirios. Pero Mohtachemi promovió
dad. Por el contrario, en el subcontinente indio sunní, los la aparición de otro movimiento más fuerte, el Hizbullah,
movimientos radicales son mucho menos extremistas que dirigido por un consejo cuyos miembros eran él mismo, Ab-
en el mundo árabe. Allí la violencia está mucho más rela- bas Musavi (muerto por los israelíes en 1992), Sobhi Tufai-
cionada con unos conflictos estrictamente religiosos y co- li y Sayyid Nasrallah. El verdadero jefe de Hizbullah era el
munitarios, en particular con los que enfrentan a los sunníes jeque Mohammad Hussein Fadlallah, nacido y educado en
con los shiíes. De modo que examinaremos por separado el santuario shií de Nayaf, en Iraq (su familia es oriunda del
los movimientos extremistas shiíes, todos ellos vinculados Sur del Líbano). De vuelta al Líbano en 1966, se instaló en
a Irán, y los sunníes, muy fragmentados. Beirut. El movimiento, creado hacia 1982, se dotó de una
La revolución iraní y el mundo shií. En el mundo shií los rama clandestina y militar, la organización Yihad Islámica,
movimientos revolucionarios no fueron una exportación de dirigida por Imad Mughniyya. Este grupo ha sido responsa-
la revolución islámica, pues formaban parte de la oleada de ble de la mayoría de las operaciones terroristas contra las
radicalización que había sacudido el mundo shií antes de la fuerzas occidentales instaladas en Beirut después de 1982:

52 53

~
-- r'~"

11

atentados contra los marines estadounidenses y los paracai- los Yamiat Islamiyya y el Yihad Islámico. El nombre del
11
distas franceses (1983), así como la mayoría de los secues- grupo Tafkir wal Hiyra (<<Anatemay retiro») parece que
tros de extranjeros realizados en el Líbano. Hizbullah tam- se lo pusieron desde fuera, pues se llamaban a sí mismos
11 bién actuó fuera del Líbano, con atentados en Kuwait en Yamiat al-Muslim (<<Sociedadde los musulmanes»). Diri-
1983 y en Francia en 1986. En todos los casos el objetivo gido por Shukri Ahmed Mustafa (nacido en 1942 y ejecu-
esencial era apoyar el esfuerzo bélico iraní, mientras lraq tado en 1978), este grupo lleva hasta sus últimas conse-
I recibía un apoyo masivo de los occidentales, consistente en cuencias las teorías de Sayyid Qotb: sólo los miembros
11
material bélico. del grupo son verdaderos musulmanes. El grupo empezó
11
En Afganistán, antes de la invasión soviética, había gru- atacando a los ulemas oficiales, a los que acusaba de trai-
púsculos shiíes radicales en el exilio (en Iraq e Irán), más cionar al islam. En 1978 asesinó al jeque Dhahabi, ex mi-
nacionalistas que islamistas (defendían la identidad hazara, nistro de Bienes religiosos. Aunque la actuación del grupo
una etnia a la que pertenece el 90 % de los shiíes afganos). ha tenido una repercusión importante y ha desatado una
Al principio los movimientos shiíes de la resistencia eran represión masiva contra los islamistas, no parece gozar de
más bien conservadores, pero la guerra y la influencia de mucho apoyo social.
Irán los radicalizaron. Irán impulsó la formación de una Con el nombre de Yihad Islámico, en la misma época
alianza radical de ocho partidos shiíes, que más tarde (1989) aparecieron varios grupos, el más importante de los cuales
se unieron en el Hizb-i Wahdat o Partido de la Unidad. estaba dirigido por Mohammad Abdel Salem Farrag, autor
Durante la guerra con Iraq (1980-1988) Teherán procuró del libro La Obligación ausente, que declaró el yihad contra
instrumentalizar y controlar los movimientos shiíes extran- las autoridades del país. Una fracción de este grupo, dirigi-
jeros, promoviendo el Consejo de la Revolución Islámica da por un oficial, Jalil Islambuli, asesinó al presidente Sadat
de Iraq, la unión de los ocho partidos shiíes afganos y el en octubre de 1981.
Hizbullah libanés. Pero como esta instrumentalización les Estos dos movimientos tienen su base principal en el nor-
dejó bastante aislados, tanto en el interior como en el exte- te de Egipto. Su estrategia golpista les hizo vulnerables a la
rior, hoy los movimientos shiíes se han independizado mu- represión posterior al asesinato del presidente Sadat. Más
cho de Teherán y tienen sus propios objetivos, esencialmen- inquietante para el gobierno egipcio es el desarrollo en el
te la integración de la comunidad shií en la vida política, y sur del país, rural, tribal y particularista, de un movimiento
han puesto entre paréntesis la vindicación de un estado islá- mucho más arraigado, los Yamiat Islamiyya. Su jefe espiri-
mico (Iraq, Afganistán, Bahrein). tual, al parecer, es el jeque Ornar Abdel Rahman, un ulema
Los movimientos extremistas sunníes. Es difícil hacer ciego, antiguo Hermano Musulmán, que fue acusado de ser
una lista de los movimientos radicales sunníes, porque miembro del grupo Yihad pero fue absuelto en 1983. El je-
muchos de ellos tuvieron una existencia efímera o utilizan que, originario del norte, hizo la mayor parte de su carrera
«etiquetas» (Hizbullah, Yihad) comunes a partidos distin- de predicador en el sur del país, en Fayum y Asiut. Exiliado
tos. Fue en Egipto, con el asesinato del presidente Sadat de Egipto, le volvemos a encontrar en Estados Unidos, im-
en 1981, donde los movimientos islamistas sunníes hicie- plicado en el atentado de febrero de 1993 contra el World
ron su sangrienta aparición en la escena internacional. Los Trade Center de Nueva York. Los Yamiat, a diferencia de
tres principales grupos egipcios son el Tafkir wal Hiyra, otros grupos radicales, tienen una base rural. Los grupos ar-

54 55

L
~ , -~. ~ - ..
I!"'""

111

11
mados luchan contra el aparato del estado, pero también más próximo al Yamaat paquistaní ya las ideas de Qotb; 2)
contra los coptos (numerosos en el campo sureño) y los tu- política (el Hizb estaba muy relacionado con los servicios
ristas, porque representan la invasión cultural occidental y secretos paquistaníes, y lo seguiría estando); 3) étnica (el
para debilitar al estado. Los Yamiat iniciaron su acción ar- Hizb era sobre todo pathan, y el Yamiat persanófono). Tam-
mada en 1991, Y hoy suponen el reto más importante para bién en este caso aparece una constante de los movimientos
el gobierno egipcio. A diferencia de los movimientos isla- islamistas, la determinación de las desavenencias políticas a
mistas de los setenta y los ochenta, los Yamiat, al parecer, causa de diferencias étnicas, tribales o nacionales.
están muy descentralizados, no tienen un jefe indiscutible y Los palestinos experimentaron la misma evolución hacia
hacen proselitismo en medios mucho más populares y me- el islamismo que el resto de Oriente Próximo. Pero fue más
nos intelectuales que los otros movimientos islamistas. El tardía: la OLP de Yasir Arafat, oficialmente laica, ocupaba
movimiento también dispone de una fuerte base en la ciu- el campo político, y el espacio radical estuvo copado hasta
dad de El Cairo, debido al éxodo rural.
los años ochenta por unos movimientos extremistas que na-
En el Líbano la radicalización islámica se produjo entre da tenían de islámico, como el FLP de Georges Habbache, el
1
11
los shiíes. Los sunníes se mantienen al margen, con una ex- FDLP de Hawatemeh y, sobre todo, el tristemente célebre
cepción, el Movimiento de la Unidad Islámica del jeque grupo Abu Nidal, de ideología muy vaga pero sumamente
Chabane, radicado en la ciudad de Trípoli, al norte del país. violento. Un partido de Hermanos Musulmanes centrista,
Esto último nos remite a un fenómeno frecuente en la histo- Hamas, aparece en los años ochenta. Está flanqueado por un
ria de los movimientos islamistas: la confluencia entre un movimiento terrorista, el Yihad Islámico palestino, nacido
grupo que expresa una identidad meramente local y un mo- en la franja de Gaza en 1987. El contenido ideológico de es-
vimiento ideológico transnacional. El jeque Chabane ha de- te movimiento es muy débil: su acción violenta se dirige ex-
sempeñado el papel de «sunní de turno» en numerosas con- clusivamente contra la ocupación israelí. Rechaza cualquier
ferencias celebradas en Teherán, pero su influencia en la vi- compromiso con Israel y condena el proceso de paz. Pero
da pública libanesa es muy limitada (Michel Seurat, 1988). en su mensaje político no hay nada específicamente islámi-
En Afganistán la radicalización islámica data de finales co, de no ser el «martirologio» que rodea a sus combatien-
de los sesenta, con la coincidencia de dos factores: la vuelta tes, que recurren a la técnica de los comandos suicidas.
de los profesores enviados a la universidad de al Azhar a fi- El Jordania el extremismo islámico tiene poca fuerza,
nales de los cincuenta, para ocupar las cátedras de la nueva porque el espacio político está ocupado por el movimiento
facultad de teología creada en 1951, Yla politización de los de los Hermanos Musulmanes, activo y bien integrado en el
campus universitarios. Los profesores fundaron el Yamiat-i juego político. No obstante, un grupo, «el ejército de Mo-
Islami, y los estudiantes el movimiento de los «Jóvenes mu- hammad», saltó a la actualidad en 1990, pero hoy parece
sulmanes» que, en 1975, organizó un fracasado levanta- que es muy reducido. En Tunicia, como en Marruecos, no
miento rural. Los militantes supervivientes marcharon al hay verdaderos partidos extremistas, sino unos movimien-
exilio en Paquistán. Entonces se produjo una escisión entre tos bastante próximos a los Hermanos Musulmanes.
el Yamiat-i Islami y el Hizb-i Islami, con tres líneas de frac- Fuera del mundo árabe encontramos movimientos extre-
tura: 1) ideológica (el Yamiat estaba próximo a la corriente mistas sunníes relacionados sobre todo con las luchas de li-
moderada de los Hermanos Musulmanes, el Hizb estaba beración nacional, como el Hizb-i Islami y el Hizb-ul Mu-

56 57

L
----

yahidin de Cachemira y, sobre todo, el movimiento Moros El FlS


del sur de Filipinas, que al parecer se ha convertido en un
centro para los militantes extremistas de todo el mundo, El PIS es el movimiento más reciente de la corriente ra-
aunque este grupo no tiene ningún contenido ideológico es- dical islamista. Curiosamente, el Magreb permaneció mu-
pecial que le distinga por su radicalismo. * cho tiempo a remolque de la agitación islámica de Oriente
Los movimientos extremistas han tenido una evolución Próximo. Es verdad que el FLN siempre tuvo un ala mucho
distinta en el mundo sunní y en el shií. En este último, con más islámica que la corriente nacionalista y socializante
11
el reflujo de la exportación de la revolución posterior a la que predominaba en el Frente. Además, fue el FLN quien
paz con Iraq (1988) y a la muerte de 10meini Uunio de inició el proceso de islamización, al recurrir a profesores
1989), se han moderado e independizado de Irán. Se han hermanos musulmanes egipcios para que impulsaran la ara-
convertido en fuerzas políticas cuya violencia se «codifica» bización del sistema educativo, sinónimo de islamización.
y normaliza, centrada en objetivos políticos precisos: los is- La arabización dio lugar a una «lumpenización» de la inte-
raelíes del sur del Líbano para Hizbullah, y Sadam Hussein lectualidad, es decir, a la llegada a las universidades de un
para los shiíes de Iraq. En Bahrein, donde estallaron desór- nuevo tipo de estudiantes con escaso dominio de la lengua
denes shiíes en 1994, se trata, como en Iraq y Afganistán, y el corpus de la enseñanza, pero opuestos a la minoría
de obtener la participación en la vida política de una comu- francófona. Por lo tanto la islamización fue el vector casi
nidad hasta ahora marginada y despreciada. automático de promoción social de las elites arabizadas.
En el mundo sunní los movimientos radicales nunca han Ya había habido movimientos armados islámicos opues-
tenido padrinos ni bases en otros países. Al principio se tra- tos al FLN (como el de Buyali en 1987). El PIS apareció
taba de grupúsculos, y algunos de ellos nunca han pasado bruscamente en la escena política después de los desórde-
de la secta al verdadero movimiento político. Su evolución nes de octubre de 1988, dirigido por un grupo de predicado-
no ha estado condicionada por la de la situación mundial, res de mezquita, los más destacados de los cuales eran Ma-
sino por la de la vida política de cada uno de los países don- dani, antiguo miembro del FLN, y Ali Bel Hay, un joven
de desarrollaban su actividad. Hoy los factores internos pre- imam carismático. Las redes del PIS se organizaban en tor-
dominan sobre el contexto geoestratégico. no a las mezquitas privadas de barrio que proliferaron des-
Los movimientos sunníes extremistas mantienen una re- pués de 1975 (Ahmed Rouadjia, 1990; Rémi Leveau,
lación ambigua con las grandes corrientes centristas de los 1995). Poco estructurado, atrajo inmediatamente un voto
Hermanos Musulmanes. Muchos de sus militantes han pa- masivo de protesta que le dio la victoria en las elecciones
sado por esta organización. De hecho los Hermanos Musul-
r manes, cuando se integran en el juego político, se apartan
de los grupos radicales; en caso contrario no les desagrada
ver cómo se ejerce una presión sobre un gobierno que les
municipales de junio de 1988, y en la primera vuelta de las
legislati vas de diciembre de 1991, brutalmente interrumpi-
das en enero de 1992 por el ejército. El FIS optó entonces
deja fuera del juego político. por la acción violenta, cuya punta de lanza era el GIA (gru-
po islámico armado), oficialmente disidente del FIS. La
violencia argelina ha sido especialmente terrible, alimenta-
* El autor se refiere al Frente Moro de Liberación Nacional, activo principal-
mente en la isla de Mindanao, que en 1996 llegó a un acuerdo de autonomía con el da por una represión indiscriminada y brutal. De todos los
gobierno central. (N. del E.) movimientos radicales del mundo musulmán, el GIA es el

58 59

L
~ -- .. ~

11

"

más violento, pues no sólo se dedica al asesinato sistemáti- terroristas no tienen por qué ser exclusivamente islamistas.
co de los representantes del poder del estado (lo propio de Siria e Iraq han apoyado al grupo palestino Abu Nidal, de
una guerra de guerrillas), sino también al asesinato de inte- orígenes más bien marxistas. El Irán islamista ha dado cobi-
I~
lectuales, periodistas y mujeres. Esta violencia contra las jo al grupo armenio Asala y, en un momento dado, al PKK
mujeres marca especialmente al radicalismo argelino, en la turco. La acción del Hizbullah libanés contra los occidenta-
11 encrucijada de una violencia «moderna» (una verdadera les durante la primera guerra del Golfo también responde al
11
guerra de guerrillas, rural y urbana) con unos objetivos neo- deseo de Irán de poner fin a la ayuda concedida a Sadam
11 fundamentalistas (imponer el velo y la vuelta de las mujeres Hussein (Irán estaba siendo bombardeado con Mirages pro-
11
al hogar), lo cual distingue al GIA (pero también al PIS) de porcionados por Francia). Lejos de significar la irrupción
los movimientos islamistas modernos, que se esfuerzan por de una violencia ciega y fanática, el terrorismo, en este ca-
asegurar un sitio en la sociedad a la mujer, siempre que lle- so, es un instrumento de estrategia estatal, una respuesta del
ve velo.
débil al fuerte. Cuando cambian los intereses del estado, o
bien cuando el terrorismo llega a ser contraproducente, pue-
El terrorismo y la violencia de desaparecer de la noche a la mañana: el Hizbullah liba-
nés y el Yihad Islámico siguen existiendo, pero desde 1989
,- Con la palabra un tanto exorcizante de terrorismo se de- no han perpetrado ninguna acción terrorista contra intereses
signan formas de violencia muy distintas. Ante todo con- occidentales (si se exceptúan los atentados de 1994 contra
viene señalar que la meta principal de los movimientos isla- unos centros culturales judíos, destinados sin duda a sabo-
mistas no es la conversión de los infieles, sino la reislami- tear el proceso de paz). Después del auge de la década de
zación de las sociedades musulmanas, al considerar que han los ochenta, los principales estados concernido s han llegado
11 vuelto a caer en la ignorancia. Para los islamistas los prime- a la conclusión de que el terrorismo es contraproducente,
ros responsables son los actuales gobernantes del mundo is- debido en buena medida a la reacción occidental que, aun-
lámico. Según ellos, la debilidad del mundo musulmán es lo que ha tardado en ponerse en marcha, ha sido eficaz (una
que le ha permitido a Occidente dominar el mundo islámi- serie de medidas de represalia, desde el embargo hasta el
co. El llamamiento al yihad apenas tendría justificación hoy bombardeo punitivo de Trípoli, en Libia). La fatwa iraní
en día, cuando los estados son nominalmente independien- que condena al escritor Rushdie se ha convertido en un gran
tes, a no ser que se considere impíos a los musulmanes que inconveniente para la república islámica.
detentan el poder, y los más radicales han dado este paso. Pero los estados extremistas no son los únicos que mani-
De hecho, gran parte de la violencia islamista está rela- pulan a los movimientos radicales. Jordania dio cobijo a los
cionada con los conflictos entre estados, y por tanto con la Hermanos Musulmanes sirios en 1980 y les abrió campos
geoestrategia de Oriente Medio. Hay redes terroristas, sean de entrenamiento. Paquistán apoyó de 1974 a 1994 al movi-
o no islamistas, utilizadas por los servicios secretos, en par- miento radical afgano Hizb-i Islami, contrario a todos los
11 ticular por los de países tachados a su vez de radicales: Si- regímenes de Kabul. Los estadounidenses armaron a este
ria, Irán, Iraq y Libia. Estos países utilizan el terrorismo co- movimiento de 1981 a 1988. Marruecos y Tunicia dieron
mo instrumento de política exterior, más que como expre- ciertas facilidades al PIS antes de 1993. Arabia Saudí pro-
sión de una ideología. De modo que los movimientos porcionó armas y dinero al movimiento yemení Islah. Los

60
61

L
- .. --

servicios secretos turcos impulsaron el nacimiento de un ción para decidir lo que es islámico y lo que no lo es. La
Hezbullah turco para contrarrestar al PKK. Arabia Saudí fi- violencia del GIA es muy distinta de la de los grupos afga-
11
" nanció generosamente a la mayoría de los movimientos is- nos, que nunca dan una justificación islámica a la violencia
I! lamistas hasta 1991; así, el movimiento de Hasan Turabi, el «fuera de la ley», como venganzas, violaciones y saqueos.
11
Frente Islámico Nacional, pudo desarrollarse gracias a su En Afganistán el código tradicional basta, si no para justifi-
red de establecimientos financieros creada con la ayuda del car, al menos para admitir y practicar esta violencia. En Ar-
11 Faysallslamic Bank a partir de 1978. gelia hasta el acto más gratuito debe hacerse en nombre del
Otra forma de violencia es la de los grupúsculos radica- islam. Vemos en esto una variante de la violencia que es
11 les, en el límite de la secta, que practican asesinatos «exor- nueva en el mundo musulmán, y señala la articulación entre
cistas», como el del presidente egipcio Sadat en 1981. Esta un radicalismo surgido del islamismo contemporáneo y una
violencia, más difícil de controlar, es más limitada, debido visión estrecha y cerrada de lo que es la sharia. Tanto en el
a la dificultad que tienen los movimientos sectarios para contexto argelino como en el egipcio, el neofundamentalis-
crearse una base social y llegar a ser partidos políticos de mo, que pone la sharia por delante, ha heredado del isla-
.l' masas.
Los movimientos que suponen un verdadero peligro son
mismo radical la práctica de la violencia política, exacerba-
da por tradiciones locales de vendetta y bandidaje.
los que se muestran capaces de pasar a la fase de guerrilla y
combinar la violencia armada con la estrategia política. Ac- Los movimientos neofundamentalistas de los años noventa
tualmente hay dos casos: Argelia y Egipto, con los GIA,
que dominan zonas rurales, y los Yamiat, sólidamente im- Después de un periodo en que los islamistas hicieron pro-
plantados en el sur de Egipto. selitismo en medios intelectuales modernos, a finales de los
Por último, una evolución reciente, en relación con la ochenta se produjo un cambio importante. la «lumpeniza-
«lumpenización» de los movimientos islamistas, es el vín- ción» del reclutamiento de los islamistas, que procedían de
culo cada vez mayor entre la acción violenta y la delin- ambientes marginales, de fracaso social y escolar. Los nue-
cuencia, que se aprecia en la radicalización de algunos jó- vos grupos carecían de arraigo social, ya no se trataba de
venes beurs de extrarradio (atentado de Marrakech en clases sociales en ascenso, bloqueadas por la oligarquía en
agosto de 1994) Y en la evolución del GIA, en Argelia, y el poder, como había sucedido hasta entonces con los isla-
de ciertos grupos de muyahidin afganos (extorsión y tráfi- mistas. El desclasamiento de los islamistas queda patente
co de droga). sobre todo en el FIS argelino y el auge de los Yamiat Isla-
Los movimientos islamistas se debaten entre la primacía miyya en Egipto. Aunque algunos representantes del FIS
, 11
de la revolución o la de la Revelación, entre el radicalismo tienen el perfil de islamistas (el portavoz, Hachani, es inge-
~
l.)
revolucionario y el neofundamentalismo. Esta oscilación se niero petroquímico), los dirigentes más populares son mo-
advierte, en particular, en la violencia compleja del GIA ar- lIahs autodidactas, como el carismático Ali Bel Hay. Estos
gelino: por un lado es neofundamentalista, porque su pro- dos movimientos, que hoy protagonizan la violencia, están
yecto estatal y social es débil, por otro recurre al derecho profundamente enfrentados a la intelectualidad de su país,
que se han arrogado los movimientos extremistas modernos en su mayoría laica y francófona en Argelia, y más próxima
a promulgar fatwas y echar mano de su propia interpreta- a los Hermanos Musulmanes moderados en Egipto. Sólo el

62 63

L
----- --iJL -

Refah turco y el Yamaat paquistaní mantienen un estrecho tradicionales se han ido abriendo poco a poco a la enseñan-
contacto con los intelectuales de su país; precisamente en za moderna (ciencias y lenguas occidentales) y han forma-
estos dos países el islamismoradicales débil. .
do ulemas más próximos a los islamistas (universidad de Al
Este cambio en las filas de los movimientos radicales Azhar de El Cairo), y luego porque los islamistas se han de-
también se debe a la evolución del sistema educativo. Al dicado seriamente a los estudios religiosos. Al final ambos
sistema de enseñanza gubernamental, que hace agua en to- grupos son más aliados que competidores en su voluntad de
das partes, le suceden redes de escuelas religiosas privadas, imponer la islamización progresiva de las costumbres y las
que aspiran a ser algo más que simples escuelas coránicas leyes a unos estados remisos pero debilitados. Pero esta fu-
limitadas a la enseñanza de las nociones básicas de la prác- sión de las dos categorías sólo se produce por arriba. En la
tica devota. Estas escuelas pretenden dar una formación base numerosos mollahs autoproclamados son, de hecho,
completa, y aspiran a que sus alumnos accedan a la función simples estudiantes, autodidactas en ciencias religiosas.
pública. Si en Turquía el nivel de estas escuelas es alto (en Hay una mezcolanza general de redes de educación, hasta
particular el de las escuelas del movimiento Fethullahtchi), hace poco separadas en «laicas-occidentales-modernas» y
en otros lugares es muy bajo. Pero en Paquistán y Malí, por «tradicionales-islámicas-religiosas», mientras que hoy exis-
ejemplo, estas escuelas coránicas modernas son más baratas te una enseñanza bastante sincrética.
que las del estado, y lanzan al mercado a nuevos mollahs en Las formas de violencia también han cambiado. En el
busca de empleo. La islamización del derecho y del aparato proyecto político islamista la violencia va dirigida contra el
gubernamental es su única salida: se pasa así de un islamis- estado o la presencia occidental, pero no contra la sociedad
mo revolucionario (que hacía proselitismo en los mismos civil. Pero hoy se produce un deslizamiento hacia blancos
medios que el marxismo) a un neofundamentalismo menos sociales o culturales: ataques a las mujeres sin velo y a los
político, más conservador, pero muy militante. De nuevo se intelectuales laicos. Esta violencia neofundamentalista, in-
pone la sharia por delante de la política, la cuestión de la cluso cuando no es obra de movimientos radicales, puede
mujer se considera crucial, y la estrategia pretende la reisla- ser asesina. En Sivas, Turquía, decenas de intelectuales pe-
mización de las costumbres y el derecho. recieron quemados en el incendio de un hotel donde el tra-
Vemos, pues, cómo aparece una nueva generación de mo- ductor turco de Salman Rushdie pronunciaba una conferen-
llahs, formados en redes de madrasas, tanto antiguas como cia (1993). También puede tomar un cariz «legalista», como
de reciente creación, que relevan a los islamistas, como su- por ejemplo la acción emprendida contra el profesor mar-
cede con el movimiento de los talebanes de Afganistán xista egipcio Abu al Zaid para declarar a su mujer «divor-
(1994). Estas redes se internacionalizan, y actualmente exis- ciada», en contra de su voluntad, porque al ser marxista es
ten predicadores itinerantes que ofrecen sus servicios en las forzosamente apóstata, y no puede estar casado con una
nuevas mezquitas que se están abriendo por todas partes, musulmana (1994). Esta violencia «neofundamentalista»
particularmente en la emigración. goza de cierta comprensión entre los ulemas tradicionales.
Superada, pues, la fase de enfrentamiento feroz entre in- Como no es directamente política, y se sitúa en el marco
telectuales islamistas y ulemas, durante la ascensión de los general del compromiso entre ulemas y poder fáctico, ape-
islamistas, las dos categorías han empezado a acercarse de nas es combatida por los poderes en apuros.
nuevo. En primer lugar porque las universidades religiosas

64 65

Anda mungkin juga menyukai