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¿Cuántas veces a la semana o al día se siente enojado? ¿Con cuánta facilidad logran sacarlo de sus casillas? Cuando está en un taco, y comienzan a apurarlo y a tocar la bocina, ¿se le sube el humo a la cabeza, o se mantiene sereno? Según un estudio realizado por la Fundación de Salud Mental en el Reino Unido, el 64% de los encuestados cree que la gente, en general, está cada vez más enojada. De hecho, una de cada cuatro personas consultadas mencionó que está preocupada sobre lo enojada que a veces suele sentirse, y el 35% de los encuestados señaló que tenía un amigo o familiar con problemas para contener su enojó. Y, ¿cómo estamos por casa?
El tema preocupante es que existe poco apoyo para quienes viven esta intensa emoción, y rara vez se ofrece ayuda a quienes sólo sufren enojo, porque éste no es considerado un trastorno mental, según advierte un artículo de la BBC Mundo. Sin embargo, el enojo puede desencadenar fácilmente la ira y la violencia, y vivido en forma constante y recurrente, causa daño emocional en la persona y a sus relaciones familiares, sociales y laborales. El enojo crónico e intenso ha sido vinculado a enfermedades cardiacas, cáncer, embolias, resfriados e influenza, así como depresión, automutilación y abuso de sustancias (BBC Mundo).
Además, se reconoce que, en general, los médicos y familiares cuentan con escasas opciones para ayudar a los pacientes, y muchos de ellos se enfrentan solos a esta poderosa emoción. ¿Qué otras alternativas existen? Si tiene un hijo adolescente, que pasa de rabieta en rabieta, o si usted mismo no sabe cómo controlar su enojo, ¿qué puede hacer? La Medicina Oriental y la milenaria Ciencia Kun-Li, que tienen una visión integral del ser humano, brindan una importante alternativa, al contar con herramientas terapéuticas para que la persona recupere su ansiado equilibrio emocional.
De acuerdo a esta milenaria ciencia, que se ha mantenido inalterada en el Monasterio Takla Makan, en los Himalayas, el aumento del enojo en el mundo se explica porque vivimos "en una sociedad materialista y demandante de éxito, en la que el tiempo es un bien escaso, y es casi impensable la posibilidad de permitirse los espacios adecuados para estar consigo mismo", señala la doctora Xiwli Germain, Master Shamballa, Doctor of Nephesh and Biochemical Genetics de Takla Makan Monastic College.
La especialista agrega que si bien "en la época primitiva se requería del instinto para asegurar la supervivencia, a medida que hemos evolucionado nos hemos sutilizado física, mental y emocionalmente". Y advierte que "en término de emociones, es necesario distinguir entre sentir enojo por una situación puntual y especifica y permanecer en forma constante en un estado de enojo, donde la irritabilidad se vuelve permanente".
"El enojo, prosigue, puede ser una respuesta instintiva por sentir amenazada la supervivencia; una respuesta compulsiva por experiencias no resueltas; o bien un estado permanente de autoexigencia".
¿Se identifica usted con alguna de ellas? ¿Ha pasado a ser el enojo parte de su vida cotidiana? La profesional advierte que cuando se ha perdido el equilibrio emocional, y la irritabilidad se ha transformado en un estado permanente, se requiere de la ayuda de un profesional capacitado.
SIGA LEYENDO EN:
www.escuelainternacional.cl
Sección EIMCO en la Prensa
INFORMACIÓN RELACIONADA:
Centro Clínico del Stress y Dolor Crónico
www.antiestres.cl
Tel. (56-2) 231 15 81
¿Cuántas veces a la semana o al día se siente enojado? ¿Con cuánta facilidad logran sacarlo de sus casillas? Cuando está en un taco, y comienzan a apurarlo y a tocar la bocina, ¿se le sube el humo a la cabeza, o se mantiene sereno? Según un estudio realizado por la Fundación de Salud Mental en el Reino Unido, el 64% de los encuestados cree que la gente, en general, está cada vez más enojada. De hecho, una de cada cuatro personas consultadas mencionó que está preocupada sobre lo enojada que a veces suele sentirse, y el 35% de los encuestados señaló que tenía un amigo o familiar con problemas para contener su enojó. Y, ¿cómo estamos por casa?
El tema preocupante es que existe poco apoyo para quienes viven esta intensa emoción, y rara vez se ofrece ayuda a quienes sólo sufren enojo, porque éste no es considerado un trastorno mental, según advierte un artículo de la BBC Mundo. Sin embargo, el enojo puede desencadenar fácilmente la ira y la violencia, y vivido en forma constante y recurrente, causa daño emocional en la persona y a sus relaciones familiares, sociales y laborales. El enojo crónico e intenso ha sido vinculado a enfermedades cardiacas, cáncer, embolias, resfriados e influenza, así como depresión, automutilación y abuso de sustancias (BBC Mundo).
Además, se reconoce que, en general, los médicos y familiares cuentan con escasas opciones para ayudar a los pacientes, y muchos de ellos se enfrentan solos a esta poderosa emoción. ¿Qué otras alternativas existen? Si tiene un hijo adolescente, que pasa de rabieta en rabieta, o si usted mismo no sabe cómo controlar su enojo, ¿qué puede hacer? La Medicina Oriental y la milenaria Ciencia Kun-Li, que tienen una visión integral del ser humano, brindan una importante alternativa, al contar con herramientas terapéuticas para que la persona recupere su ansiado equilibrio emocional.
De acuerdo a esta milenaria ciencia, que se ha mantenido inalterada en el Monasterio Takla Makan, en los Himalayas, el aumento del enojo en el mundo se explica porque vivimos "en una sociedad materialista y demandante de éxito, en la que el tiempo es un bien escaso, y es casi impensable la posibilidad de permitirse los espacios adecuados para estar consigo mismo", señala la doctora Xiwli Germain, Master Shamballa, Doctor of Nephesh and Biochemical Genetics de Takla Makan Monastic College.
La especialista agrega que si bien "en la época primitiva se requería del instinto para asegurar la supervivencia, a medida que hemos evolucionado nos hemos sutilizado física, mental y emocionalmente". Y advierte que "en término de emociones, es necesario distinguir entre sentir enojo por una situación puntual y especifica y permanecer en forma constante en un estado de enojo, donde la irritabilidad se vuelve permanente".
"El enojo, prosigue, puede ser una respuesta instintiva por sentir amenazada la supervivencia; una respuesta compulsiva por experiencias no resueltas; o bien un estado permanente de autoexigencia".
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El tema preocupante es que existe poco apoyo para quienes viven esta intensa emoción, y rara vez se ofrece ayuda a quienes sólo sufren enojo, porque éste no es considerado un trastorno mental, según advierte un artículo de la BBC Mundo. Sin embargo, el enojo puede desencadenar fácilmente la ira y la violencia, y vivido en forma constante y recurrente, causa daño emocional en la persona y a sus relaciones familiares, sociales y laborales. El enojo crónico e intenso ha sido vinculado a enfermedades cardiacas, cáncer, embolias, resfriados e influenza, así como depresión, automutilación y abuso de sustancias (BBC Mundo).
Además, se reconoce que, en general, los médicos y familiares cuentan con escasas opciones para ayudar a los pacientes, y muchos de ellos se enfrentan solos a esta poderosa emoción. ¿Qué otras alternativas existen? Si tiene un hijo adolescente, que pasa de rabieta en rabieta, o si usted mismo no sabe cómo controlar su enojo, ¿qué puede hacer? La Medicina Oriental y la milenaria Ciencia Kun-Li, que tienen una visión integral del ser humano, brindan una importante alternativa, al contar con herramientas terapéuticas para que la persona recupere su ansiado equilibrio emocional.
De acuerdo a esta milenaria ciencia, que se ha mantenido inalterada en el Monasterio Takla Makan, en los Himalayas, el aumento del enojo en el mundo se explica porque vivimos "en una sociedad materialista y demandante de éxito, en la que el tiempo es un bien escaso, y es casi impensable la posibilidad de permitirse los espacios adecuados para estar consigo mismo", señala la doctora Xiwli Germain, Master Shamballa, Doctor of Nephesh and Biochemical Genetics de Takla Makan Monastic College.
La especialista agrega que si bien "en la época primitiva se requería del instinto para asegurar la supervivencia, a medida que hemos evolucionado nos hemos sutilizado física, mental y emocionalmente". Y advierte que "en término de emociones, es necesario distinguir entre sentir enojo por una situación puntual y especifica y permanecer en forma constante en un estado de enojo, donde la irritabilidad se vuelve permanente".
"El enojo, prosigue, puede ser una respuesta instintiva por sentir amenazada la supervivencia; una respuesta compulsiva por experiencias no resueltas; o bien un estado permanente de autoexigencia".
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