Por ello, debemos de estar concientes que lo que está pasando tiene sus
“picos” y sus “valles”, que están en constante movimiento. Es decir, más que
análisis de la foto del momento, hay que ver la película de los acontecimientos.
Este momento es un espacio para que broten, para que surjan, para que
renazcan los valores y sentimientos más profundos que tenemos. ¡No
desperdiciemos la oportunidad!