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MIÉRCOLES, 13 MAYO 2009

LA CONTRA
Josep M. Esquirol, filósofo del tiempo
VÍCTOR-M. AMELA IMA SANCHÍS LLUÍS AMIGUET

Tengo 45 años. Nací en Mediona (Alt Penedès) y he elegido vivir allí, pausado. Soy profesor de ¿Mi identidad es memoria?
Memoria de tiempo.
Filosofía en la UB. Estoy casado y tengo tres hijos (5, 3 y 15 años). ¿Política? Honestidad y justi- ¿Y cuándo comenzó el ser humano a te-
cia social: sobra demagogia, faltan ideales. ¿Creencias? Duda filosófica, esperanza cristiana ner conciencia del tiempo?
El sol sale y se pone. Ese ritmo (circadiano)
es la acotación temporal primordial, base

“Date tiempo” de toda medición del tiempo. Sumando días


salieron semanas, meses, años. Y de una pri-
mera partición de las horas (prima minuta)
salieron minutos, y de una segunda parti-
ción (secunda minuta), segundos.
¿El tiempo vuela?
O corre. Es una experiencia que acumula-
mos: que el tiempo es movimiento como el
sol y que pasa rápido. La máxima sensación
de paz y plenitud es la del tiempo detenido.
El respirar del día ¿Usted la ha sentido?
Yo he decidido vivir fuera de Barcelona, y
Nos damos tiempo junto eso ayuda. En el pueblo, el día respira de
al reloj de sol de las pla- otro modo. Démonos tiempo para sentir el
respirar de los días. Si contemplas la vida
yas de la Vila Olímpica. con atención, ¡la verás ralentizarse! Verás
Charlamos en torno a que el mundo entero parece respirar...
¿Apología de la lentitud?
las sugerentes reflexio- Prefiero hablar de vivir la experiencia del
nes que vierte Esquirol día con parsimonia, calma, tranquilidad, se-
renidad. Hacer una cosa después de la otra,
en El respirar de los días y hacerlo bien. Prefiero hablar de la bondad
de la pausa más que de la lentitud.
/ El respirar dels dies ¿Hacemos una pausa?
(Paidós), ensayo filosófi- Si tú te detienes... ¡regalo!: el tiempo se de-
tiene. Esto prueba que el tiempo eres tú.
co de proximidad, pega- “Ya pararé cuando muera”, he oído.
do a la experiencia del Solemos llenar nuestro tiempo de frenesí
justamente para evitar este pensamiento bá-
tiempo, una vivencia co- sico: ¡vamos a morir! En el fondo, nos ocupa-
mún a todos nosotros mos mucho para así estar fuera de nosotros,

Q
desaforados literalmente. Por eso Pascal
XAVIER GÓMEZ (exceptuado quizá Cio- acertaba: “El gran mal del hombre es no sa-
ué es el tiempo? Paradoja, sí. ran: “Los otros se preci- ber estar solo en una habitación”.
El tiempo es la vida. El ser Dicho de otro modo: tiene vida quien da vi- ¿Nos angustiamos al abismarnos en no-
¡no es más que tiempo! da. Quien es avaro con la vida no tiene vida. pitan en el tiempo: yo sotros mismos?
¿Soy tiempo? Dígame: ¿a quién debo darle tiempo? he caído del tiempo”). El ser humano es el único animal que se sa-
Eres tiempo que pasa. Primero, a ti mismo. Y a los demás: a tu mu- be finito. Eso acota y libera un tiempo, y nos
¿Soy más pasado, pre- jer, a tus hijos, a un enfermo, a los alum- Entiendo que todo suce- entrega la responsabilidad de vivirlo: ¡saber-
sente o futuro? nos... Si das tiempo, ¿qué más puedes dar? de en el tiempo y que se mortal y estar a la altura no es nada fácil!
Mirar el tiempo como suma ¿Es el bien mayor, pues? Entonces surge la gran pregunta: ¿qué
de instantes estresa: si los momentos pasa- El más precioso. Dijo Wittgenstein: “El salu- –más aún– todo es tiem- hago con mi tiempo?
dos ya no son y los futuros aún no son, te do entre filósofos debería ser: ¡date tiem- po: no tienes más que Respuesta: dártelo y darlo.
devanas por vivir los presentes, escurridi- po!”. El tiempo es condición para pensar. ¿Pese a que “el tiempo es oro”?
zos... ¡Ah, qué estresante, el carpe diem! ¿No nos damos tiempo? tiempo. Eres tiempo en Es que esa frase expresa una mercantiliza-
¿Qué propone, pues? Qué va. “¡No tengo tiempo!”, repetimos. Vi- tránsito. Finito y, por ción del tiempo, nuestra tendencia a conver-
Otra actitud ante el tiempo. Entenderlo co- vimos apretujando el tiempo, apresurándo- tirlo todo en recurso, en mecanismo de pro-
mo oportunidad para hacer algo: acostarte, lo. ¡Así no hay serenidad posible! Y la prisa ello, precioso. “El tiem- ducción: recursos energéticos, recursos eco-
levantarte, ayudar, comer… El tiempo como engendra el mal del dogmatismo. po nace a la vez que el nómicos, recursos alimenticios, ¡recursos
invitación, como oportunidad (que viene de ¿Ah, sí? humanos! Convertimos a las personas en
puerta). Estate atento para ver las puertas. El dogmatismo es siempre una precipita- cielo”, dictaminó Platón, meros recursos para la rentabilidad empre-
¿En eso consiste no perder el tiempo? ción. Tómate más tiempo... ¡y verás cómo se anticipando a Hawking sarial… ¡El lenguaje está hablándonos de có-
En hacer lo que la ocasión pida. “La regla te desvanece toda afirmación dogmática! mo vemos el mundo!
principal de la educación, la más importan- También suele decirse que “el tiempo y su flecha del tiempo. El tiempo ¿avanza como una flecha o gi-
te y más útil, no es ganar tiempo ¡sino per- todo lo cura”... ra en círculo?
derlo!”, dijo Rousseau. En las escuelas debe- Todo lo que vivimos no volverá y, a la vez,
Estamos a tiempo de Son dos representaciones del tiempo: una
ríamos aprender a relajarnos, a sentir el dis- ha sucedido para siempre: es irreversible. aprovechar el tiempo. expresa la idea de progresión; la otra, la de
currir del tiempo. O sea, darlo: dar tiempo. Otra paradoja. repetición. Y no sé cuál es menos trágica...
¿Por qué? Lo que ha pasado no pasa: ¡queda! Pero el Una reflexión final sobre el tiempo.
Porque dar tiempo es el modo de no perder- paso del tiempo te va alejando de eso, vas Esto que dijo una mujer encarcelada: “Fue-
lo. Dar tiempo es ganarlo. ¿Curioso, eh? Si olvidando. Sólo el paso del tiempo nos cura ra de la prisión yo pasaba el tiempo; aquí
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das tiempo, obtienes tiempo. Y si no lo das, del tiempo pasado. Este olvido es incomple- dentro es el tiempo el que me pasa”.
¿lo acumulas? No: ¡no tienes nada! to, ¡o perderías conciencia de tu identidad! VÍCTOR-M. AMELA

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