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PREFACIO ute libro indaga de qué manera creamos una persistente alc inacién de nosouos mismos, de los ots y del mundo, a fracturar nuestra experiencia presente en diferentes partes separadas por fronteras, Ffectuamos una divisiGn antficial en compariimientos 4e lo que percibimos:sujeto frente a objet, vida frente a muerte, ‘mente y cuerpo, dentro y fuera, raze instinto, y asf ecurrimos ‘un divorcio causante de que unas experienciasintrfieran con fotras y exista un enfrentamiento entre distintos aspoctos de Ia vida. El resultado de semejante violencia recibe muchos of70s ‘nombres, pero no es més que la infelicidad. La vida es una suee- sin de batallas, un sufrimiento constants, pero todas las batallas de nuestra experiencia -nuestros conflictos, angusias, sufi= 'mientos y congojas~ se generan en las demarcaciones que equi voosdamente le imponemos. Esta obra examina de qué modo creamos esas demarcaciones y eémo podemos abordarlas, ‘,Adénde dirigimos en busea de ayuda y orientacin para su- perar nuestros confictos y pugnas? Hoy e8 considerable la con fusién al respecto, En primer lugar, nos encontramos ante una «gan variedad de posibles enfoques, tanto orientales como occi- : un ab ‘29 de amor con la totalidad de universo. Las calles eran mis, el tempo ers mio, la gente era mi, Eran mos los cies, lo mismo que el sly Ia una y Is estrellas, todo el mundo eran, y Yo el nico espectador que govaba de &L Nad sabia de groseras propiedad, ni froneras ni dvisio- ‘es; pues fod las propiedad y Is divisiones eran mis: mos Tos tsor0sy quienes los pesefan. Y asi me eortompieron con muchas alhargeas y ube de aprender las saci triguivelas de teste mundo, qu ora desaprendo para volver. por af decid, a ‘converte en un chiguilloa quien see permit entrar ene ei no de Dios, (Trabeme) ‘Atal punto estédifundida esta vivencia o experiencia de fa ‘dentidad suprema que se ha ganado, junto con las doctrinas que 5 La concienca sin fromeras Se proponen explcarla, el apelativo de «ta filoofia perenne» Abunda las pruebas de que este tipo de experiencia 0 conve Iiento es el nicleo central de tod religisn importante ~hinduis ‘mo. budismo, ioismo, crstanismo, islamismo y judaismo» de ‘modo que ests justficado habla de la «unidad tascendnns de las religiones» y dela unanimidad de la verdad primordial, tema central de este libro es que esta modalidad de la pe. ‘cepein, esta unidad de la concienciao identidad suprema, cons, tituye la naturalezay condicin de todos los seres sensible, pore ve Paulatinamente vamos limitando nuestro mundo y nos spar, {amos de nuestra verdadera naturaleza al establecerfronteeas Entonces nuestra conciencia, originariamente pura y unitiva, funciona en diversosnivetes, con diferentes identidadesy Hinites Aistintos. Bstos diferentes niveles son, bésicamente, las maltiples ‘maneras en que podemos responder, respondemos, ala preguntes Quin soy», Es ineégnita de quiénes somos probablemente ha atormenta- o al huranidad desde el amanecer dela cviizaciém,y hoy si. {gue siendo uno de los interrogantes humanos ms perturbaderes, ‘Las miltiples espuestas que se han propuesto para este engine ‘van de lo Sagrado a lo profano, de lo complejo alo simple, de lo cienifico a lo romantico, del plano politica al individual, Peco 20 ver de examinar la multitude respuestas posible a esta pre junta, echemos una mirada a un proceso muy especttice y bis £0 que se da cuando una persona se formula lor interropantes, i Quinsoy?, gen qué consist mi verdadero ser, zy mien, dad fundamental?», y lego responde a ellos. Cuando alguien nos pregunta: «;Quién eres?»,y procedemos 8 darle una respuesta més o menos rizonable, sincesay dtallade 2aué es lo que en realidad hacemos? ;Qué sucede en nuceteg ‘mente mientras lo hacemos? En cierto sentido, estamos denon biendo nuestro ser, tal como hemos llegado a conoverlo, incl endo en nuestra descripein la mayor de los hechos importa tes, buenos y malos, dignos e indignos, cientifics y pocticos, filossticosy religisos, que tenemos por fandamentales en log 16 Intoducin: :Ouién soy? be tefere a nuestra identidad. Elector podrie, por ejemplo, des- eribirse como «una persona tnica, un ser dotado de certs po- {enciales: soy bondadoso, pero a veces soy cruel, aectioso, pero en ocasiones hostil; soy padre, soy abogado, me gustan la pesca ¥ el baloncesto..». ¥ asf podria ampliar su lista de lo que siente Yy piensa 1. Sin embargo, hay un proceso atin més bésico que subyace en ‘odo ol procedimiento para establecer una idemtidad. Cuando uno Tesponde a la pregunta «:Quién soy?s, sucede algo muy simple Cuando describe 0 explica quién «es», incluso cuando se limita a Percibitlo interiormente, lo que en realidad esti haciendo, asa. biendas o no es traar una linea © Kite mental que atraviesa on Su totalidad el campo de fa experiencia, ya todo lo que queda dentro de ese limite lo percibe como «yo mismo» o lo laine ast, ‘mientras siente que todo To que esté por fuera del limite queda excluido del ayo mismo». En otras palabras, nuestra ides , ya no hay dentro ai fue 'y por lo tanto no hay dénde raza lane. Alo largo de estr obra volveremos a examinar una y otra ver esa percepeidn sin fronteras que se conoce com la identidad su prema; pero, de momento, valdrfa la pena investigar algunas de las otras maneras, més familiares, en que se pueden definir los I= mites del alma. Hay tantos tipos diferentes de linea limitrofes ‘como individuos que la trazan, pero todas ellas se reducen a unas cas clases fécilmente reconacibles, La fromtera ms comin que trazan los indviduos (0 que acep- tan como vida) es la de la piel, que envuelve la total del or zganisio. Aparentemente, se trata de una demarcacisn entee lo ‘que uno es y lo que no es que goza de universal aceptacién, Todo Jo que esté dentro del limite de la pel es, en algn sentido, «yo», mientras que todo lo que esté fuera de ese limite es «no-yow Algo que esté fuera de limite de lapel puede ser «mom, pero no {es«yom, Por ejemplo, reconazco «ami» coche, «i trabajo, «min 18 Inroductdn: :Quién sy? asa, «mi» familia, pero desde Iuego nada de eso es ditectamen- {fe «yo» de la misma manera que lo son todas las coses que estin ((dentzo de mi piel. El limite de la piel es, pues, una de tas fronte ‘\ras més basicamente aceptadas entre lo que uno es y Io que noes. Podriamos pensar que este limite dela piel estan dbvio, tan auténtico y tan comin que en realidad es la nica frontera que puede tener el individuo, salvo quizas en los raros casos de uni dla de la conciencia, por un lado, y de psicosisirremediable por Lotro, Poo fo cierto es que hay oto tipo de fea limitofe, su ‘mamente comin y bien establecido, que muchisimos individuos twazan, Pues la mayoria de las personas, aunque reconozcan y ‘acepten como un hecho que fa piel es un limite entre lo que und es y loque noes, trazan otra demareacign, para ellas mis signifi- { cativo, en el interior mismo del organism. Sil lector le parece rara la idea de una linea limtrofe ene n terior del organismo, permttame que le pregunte: «Siente que ts- ted es un cuerpo, o sient que tiene un cuerpo?». La mayorta de los individuos sienten que tienen un cuerpo, como si fueran ss {duetos 0 propietarios tl como puedea serlo de un coche, una casa ‘cualquier otro objeto, En estas circunstancias, parece como sel ‘cuerpo no fuere tanto «yo» como «mio», y lo que es «miow, por definicién, se encuentra fuera del limite entte lo que uno es y Io {que noes. La persona se identifica ms bésia eintimamente con tna sols faceta dela toalidad de su organism, y esta feta, que siente como su auténtica realidad, se conoce con diversos nom: bres Ia mente, lt psigue, el ego o la personalidad. ~ Bioldgicamente, no hay el menor fundamento para esta diso- icin oescsign radical entre la mente y el cuerpo, la psique y el soma, e ego y la came; pero psicol6gicamente a disociacion ad

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