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EL HADA DE LOS DESEOS

Kate era un joven muy simptica y de un corazn bondadoso. Todo los das recorra la ciudad con su varita en mano en busca de algn nio o nia al cual pudiera hacer feliz. Katherine, como ya habrs imaginado, no era una joven comn y corriente: Kate era una hada, un hada de la felicidad. Da tras da, al caer la noche, la joven hada tenia que ir a la reunin de las hadas de la felicidad, en dicha reunin todas sus compaeras contaban aventuras y experiencias respecto a lo que les haba ocurrido en el da y a los nios que les haban cumplido deseos. Nuestra pequea amiga, se iba todas las noches muy triste, porque nunca poda contarles nada, ya que en nunca haba conocido a alguien que la necesitara realmente. Siempre encontraba nios que pedan dinero o juguetes nuevos y costosos. A pesar de que Kate les cumpla los deseos no dejaba de sentirse triste porque los nios pedan cosas materiales. Tras mucho pensarlo, Kate encontr una posible solucin, y es que nunca haba ido a buscar ms all de la ciudad, en la cual la mayora de los nios tenan todo lo que sus padres les podan comprar y eso los hacia felices, aparentemente. La maana siguiente, con una energa renovada gracias a su descubrimiento, decidi que ese da ira al pueblo llamado Tecpan a probar suerte. Tras unas horas de vuelo por fin llego al pueblo. No tard mucho en encontrar a unos pequeos nios que jugaban con el lodo. Kate se acerc a ellos y le dijo: Hola, me llamo Kate, soy un hada de la felicidad y vengo a concederles un deseo. Cmo Yo soy Julia Respondi la nia Yo me llamo Jerry Contest el. Bueno, y qu les gustara que les concediera?

se llaman?

Tras unos minutos de pensarlo y discutirlos los dos dijeron al mismo tiempo: - Desearamos que estos pasteles de lodo que estamos haciendo se convirtieran en reales, para darles un poco a todos nuestros amigos. Kate se sorprendi mucho, ya que por primera vez en su vida haba escuchado un deseo sin pretensiones y lleno de bondad, nunca haba pensado que algn da escuchara un deseo para nada ambicioso y con lagrimas de felicidad en los ojos movi su varita y convirti los pasteles de lodo en ricos pasteles de chocolate. Ese da varias personas fueron felices, en primer lugar todos los nios que comieron de los deliciosos pasteles y tambin Kate, quien por fin tuvo algo digno de contar en la reunin de esa noche y aprendi que los mejores deseos, son aquellos que buscan beneficiar a otros tambin

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