Te envío mi e-mail para el grupo, tal como te prometí hoy por teléfono.
Me gustaría contarte en detalle lo que hemos estado haciendo esta semana Steve Wells y
yo en Melbourne y Sydney. Desde el Taller Avanzado y mi módulo de tratamiento contigo,
no me había ofrecido como voluntario para hablar en público. La verdad es que no sabía si
realmente estaba curado. Mi amigo y hermano energético Steve decidió “ponerme a
prueba”, por lo que me pidió que presentara con él un taller sobre EFT; acepté (aunque por
dentro me preguntaba, quejumbroso, ¡qué clase de amigo pondría a prueba una terapia de
forma tan directa!). A medida que pasaban las semanas y se acercaba la fecha, descubrí,
alarmado, que 40 terapeutas asistirían al primer seminario. Para volar hacia la ciudad tuve
que hacer un montón de tapping para abordar un miedo indefinido y mucho
“desconocimiento".
Una vez en la sala, empezaron a llegar los participantes. En lugar de sentirme como si
estuviera “en la cuerda floja”, me encantó recibirles... aún así, cuando me presentaron
seguía creyendo que surgirían problemas y continuaba pensándolo cuando tuve que
ponerme a hacer algo. Sorprendentemente (y estuve encantado por ello), ¡NO SUCEDIÓ
NADA MALO! Al contrario, ¡estaba totalmente relajado! Mi pulso se mantuvo
completamente estable... mi voz era firme... respiraba bien... tenía la cabeza despejada y
estaba receptivo. ¡Me sentí tan bien!
Bueno, seguí adelante y viví una fantástica experiencia. Steve quiere compartirlo con el
grupo, también, pero si os cuento que el primer día lidiamos con un procedimiento de
minimización del dolor, que hice una demostración de mi terapia con una sesión individual
y que el resultado fue excelente, ¡veréis que tuve que luchar como un titán para que no se
me hinchara la cabeza! ¡Para mí, fue como un orgasmo múltiple terapéutico! De hecho,
considero que ese día viví una de las mejores experiencias de mi vida (junto con el
nacimiento de nuestro primer hijo).
Son tantas las personas que han podido beneficiarse del arte sanador de EFT y han podido
aprenderlo y enseñarlo, también, y todo gracias a tu enfoque profesional y compasivo,
Gary. Personalmente, ahora creo que el cielo es el límite, pero no vamos a llevarnos todo el
mérito, ¿verdad? El mérito es tuyo y de Steve (y un poquito mío, ¡pues hice un estupendo
trabajo!), aunque creo que tú se lo darías a Dios...
Doy gracias por estar en el lugar correcto en el momento oportuno, con todos vosotros.
Que tengáis tanta sanación como yo mismo.
Con amor y dedicación,
Dr. David Lake