Anda di halaman 1dari 14
La antropologia en todos los campos* Entrevista de G, Belloin con M. Godelier Antropologia, Para muchos, esta palabra evoca una actividad que se aplica a una humanidad de museo. M. Godelier, profesor de antropo- logia y director de estudios de L’Ecole des Hautes Etudes, en ciencias socia- Jes, nos explica que no se trata de nada de eso y que la antropologia puede contribuir. al conocimiento de nuestro propio medic. G.B. Por qué no empezar simplemen- te con esta pregunta: zqué es la antropologia? * Publicada en el No. 1684 (20 de fe- ‘brero de 1978) del semanario France Nouvelle, {semanario del CC del PCF), traducido por Gloria Artis M. y Patricia de Leonardo. ‘Nueva Antropologia, Vol. IV, No, 13-14, México 1980 M.G.La antropologia es hija de la expansién colonial. Antes de alcanzar el caracter cientifico que reviste hoy en dia, tuvo primero, en efecto, la- forma empirica que constituia la bis- queda de conocimientos sobre las civiligaciones conquistadas por el occidente. Ya desde el siglo XVI, es decir, desde que existen colonias espafiolas, por- tuguesas, inglesas, francesas, etc., hay misioneros, funcionarios, mi- litares y viajeros, que’ observan las costumbres de las sociedades locales, ya que, para’ intervenir en estas sociedades, eg necesario conocer minimamente sus meca- nismos internos. ec Sin embargo; no s6n solamente las sociedades exéticas” Ins que han constituido el” objeto de estudio de la antropologia. La antropologia se interes6 en todas aquellas partes de Europa que representaban restos activos de los modos precapitalistas de or: ganizacién. En el siglo XIX, se hace antropologia y etnologia rural para resenar las costumbres de las comunidades vascas, alba- negas, servias, croatas, y tantas comunidades que no cuentan con, ningin archivo escrito, o, en el mejor de los casos, con muy pocos. Es muy importante destacar este hecho: que la antropologia se constituyd cuando no hay historia escrita, ni documentos, ni. manumentos. Y es légico, ‘cuando no hay mucho escrito, es necesario ir a ver, aprender la lengua, vivir con la gente; y es . precisamente esto lo que, en nuestra jerga, llamamos observa- cién participante. Resulta interesante apuntar que la antropologia se consti- tuye, por un lado, volviéndose hacia los pueblos exéticos y, por otro, hacia todas aquellas partes de la sociedad occidental que se encontraban en contradicci6n con el mundo de desarrollo ca- pitalista. Asi, pues, la antropo- logia tomé cuerpo en la conjun- cion de numerosos pedazos de historia; pero sometidos todos ellos a la dominacién occidental y a la expansién del modo de produccion capitalista. GB. G.BELLOIN ‘Todas las grandes sociedades en expansién han producido sus propios antropélogos. Los grie- gos tenfan a Herodoto y a otros viajeros que fueron a Egipto y con los escitas, que vivian al sur de Rusia. China produjo viajeros que durante milenios surcaron el Asia y vinieron incluso a veces hasta el occidente. Los arabes también acumularon muchos co- nocimientos sobre partes im| tantes del mundo. La anotacién y la observacién inteligentes de las costumbres no datan de nues- tros dias. No son, en modo al- guno, un privileglo del capita- lismo; pero es cierto que sdlo el capitalismo ha sido capaz de crear las condiciones para reunir Jos conocimientes disponibles de casi todas las sociedades. Gracias al capitalismo, se ha lo- grado legar a las diferentes par- tes del mundo, a Jas més diversas sociedades, y se ha podido buscar conexiones entre ellas y compa- rarlas, aunque este mundo est en plena transformacién contra- dictoria y la antropologia per- mite captar de mejor manera la légica original, 0 sea,el ca- racter especifico de estas con- tradieciones. Sin embargo, puede resultar cu- tiosa que la antropologia parezca dejar de lado en sus investigacio- nes a las regiones consideradas como mas desarrolladas, cuando LA ANTROPOLOGIA EN TODOS LOS CAMPOS, con el impulo del capitalismo y el fin del reparto imperia- lista del globo en las ditimas décadas del siglo pasado, tiene como campo de aplicacién a to- do el planeta. M.G.Es cierto que la antropologia, hasta muy recientemente, se habia preocupado mis bien por el estudio de Africa, en el marco del imperio colonial, y més tarde, del neocolonialismo. Tam- bién por la exploracién de las comunidades vascas y del regio- nalismo francés. Pero, desde hace algin tiempo, existe una corrien- te que se orienta decididamente hacia el estudio de todas las partes de Francia, inclusive del sector industrial, urbano, esto es, del sector de las grandes concentraciones y de tes rela- ciones de produccién capitalis- tas. El método de la antropologia, Ja observacién participante, con- siste en vivir con la gente, en re- coger directamente su discurso, en observarla en su vida coti- diana. Este método proporciona conocimientos que una encuesta exterior, por ejemplo, mediante un cuestionario, no permite aprender. Es necesario saber es- cuchar lo que dice la gente, escu- char no solamente su discurso, sino también los silencios en su discurso. Estos silencios son tan elocuentes, como las palabras NA. 1344 263 mismas. Pero a esta manera de escuchar sdlo se lega haciendo trabajo de campo. Hacer traba- jo de campo es la palabra magica para los antropélogos, Hacer trabajo de campo es vivir un aio, dos afios con la gente, aprender su lengua, su estilo de vida, ete. Los “pandilleros” de un barrio de las afueras, tienen su propio lenguaje, su propio cddigo, su propio modo de reconocimiento. Hay que ser aceptado, para vivir con ellos. Es necesario compren- derlos antes de emitir un juicio sobre ellos, y no es posible com- ptenderlos més que desde el interior mismo. Desde luego que no se logré esta comprension por medio de una encuesta esta- distica, encuesta por cuestiona- ro, en la que él individuo con- testa o no, La antropologia es uno de los métodos (sic) més avanzados para captar hechos sociales, ya que no se limita a una observa- cion participante prolongada, sino que mediante esta observacion construye un objeto cientifico; se eligen determinados hechos, como problemas por analizar; la realidad se construye cienti- ficamente. Lo que narra el antropdlogo sobre su experiencia de campo no son ni recuentos ni una con- fesion. No escribe en libro: “He vivido dos afios con cien obre- tos” o con cien vascos. Cuando

Anda mungkin juga menyukai