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E] reenvio en el Derecho Internacional Privado venezolano* Gonzalo Parra-Aranguren Revista de la Facultad de Ciencias Juridicas y Politicas, N° 79. Universidad Central de Venezuela SUMARIO 1, La preferense aplicacin de los srasados internacionales. 1. El articulo 8 del Cédigo de Procedimiento Civil. 2. La posicién de los tratados internacionales en relacion al reenvio. Il. El Codigo Bustamante, A) El rechazo del reenvio come solucién de principio. 3. La ausencia de norma sobre el reenvio en el Cédigo Bustamante. 4. La posicién de Antonio Sanchez de Bustamante y Sirvén. 3. Las opiniones de Straznicky, Nolde y Samtleben, 6. El punto de vista con- trario de Griffith Garland. 7. La posicién pragmatica de Bustamante y Sirvén en la Junta de Jurisconsultos (1927). B) Las excepciones: 8. La esfera de apli- cacién’de las leyes voluntarias o de orden privado, 9. La regulaciéa de Jas leyes territoriales, locales o de orden piblico internacional. 10, Las leyes personales @ de orden’ pablico intemo: a) La problemitica en el Tratado de Lima (1878). 11, b) La posicién del Primer Congreso de Montevideo (1888-1889). 12. ¢) Las divergencias en Rio de Janeiro (1912), con motivo de los trabajos que con- cluyeron en el Codigo Bustamante. 13. d)’ La declaracién de Uruguay en San- tiago de Chile (1923). 14. ¢) El Proyecto de Antonio Sinchez de Bustamante y Sirvén (1925). 15. f) Los comentarios de la doctora Carmen Luisa Reyaa de Roche. 16. g) El Informe de la Comisién nombrada por el Instituto Ame- ricano de Derecho Internacional (1925). 17. h) La aprobacién del Proyecto por el Instituto Americano de Derecho Internacional (1927). 18. i) El exa- men del Proyecto por la Junta de Jurisconsultos (1927). 19. j) La reforma del asticulo séptimo del Proyecto. 20. k) La aprobacién del Cédigo Bustaman- te (1928). 21. 1) La posib: del reenvio en Ia formula definitiva del ar- ticulo séptimo del Cédigo Bustamante. 22. m) La opinién de Jaime Navarrete. Il. La Convencién Interameritana sobre Normas Generales de Derecho Inter- nacional Privado { Montevideo, 1979}, 23, La ausencia de norma pata resolver el problema del seeavio. 24. La opinién favorable de los autores, 25. El punto de vista del doctor Werner Goldschmidt, 26. La posicién adoptada por Estados ratificantes de la Convencion (Pert, 1984; México, 1988). 27. La necesaria aplicacién de la legislacién de los Estados contratantes. IV. El tratamienta del reenvio en el sistema venezolana de Derecho Internacional Privado, 28. La au. sencia de precepto expreso para resolver el problema. V. Fl articulo 483 del Cédigo de Comercio. 29, El texto del articulo. 30, La admisién del rcenvio de primero y de segundo grado. 31. El Reglamento de La Haya y el rechazo del teeavio de tercero © ulterior grado. 32. La solucién de la Convencidn de Ginebra (1930). 33. La aplicacién del articulo 483 se encuentra supeditada a la ausencia de tratados vigentes. 34. La fuente de inspiracién det articulo 483 del Cédigo de Comercio. 35. Comentarios de la doctrina venezolana. VI. La posibilidad de aplicar analégicamente el articulo 483 del Cédigo de Comercio. 36. La necesidad de investigar 1a intencién venezolana. A) Los antecedentes histéricos det precepto: 37. Los trabajos de la Conferencia de La Haya de 1910. 38. El Reglamento aprobado en Ia Segunda Conferencia de La Haya (1912). 39. El antagonismo entre Ja ley de la nacionalidad y Ia ley def domicilio en la Conferencia de Buenos Aires de 1916, 40. La posicién del doctor Carlos F. Grisanti, 41. El Informe del doctor Grisanti al Ministerio de Hacienda (1916). 42, La opinién de la docttina venezolana sobre el articulo 74 del Reglamento de La Haya. B) La seforma del Cédigo de Comercio de 1919: 43. Los trabajos de la Comisi6n Revisora de Jos Cédigos Nacionales. 44. La Comision Revisora del Cédigo de Comercio designada por ef Congreso en 1916. 45 El Proyecto de Reforma presentado en 1919. 46. El Informe de la Comisién Revisora. 47. Las “pequeftisimas diferencias” con el Reglamento de La Haya. 48. Las 142 GONZALO PARRA-ARANGUREN ciones del Proyecto en materia cambiaria, 49. La premura en I aprobacién del Proyecto de reforma, 50, Los comentarios del doctor Carlos Morales. 51. La opinién del doctor José Muci Abraham hijo. 52 La difi- cultad de ‘establecer una clara voluntad legislativa sobre el problema del_re- envio. 53. La actitud del Congreso frente a las recomendaciones del Con- gieso de Buenos Aires (1916). 54. Las reformas posteriores del Codigo Ci- Vil. 55, Las ulteriores modificaciones del Cédigo de Comercio. Vt. Los recientes proyectos de reforma del Codigo de Comercio. 56. Los proyectos de 1963, 1967, 1978, 1984 y 1987. A) El Proyecto de 1963. 57. La Exposicién de Motivos. 58. Las normas sobre Derecho Internacianal Privado. B) Ef Pro- yecto de 1967. 59. La revisién del Proyecto de 1963. 60. La publicacién de la version revisada. G1. Las normas sobre Derecho Internacional Privado. 62. La Exposicién de Motivos. 63. La critica a la explicactén de Ia reforma del articulo 483. 64. La opinién de la dectora Tatiana de Maekelt. C) El Proyecto de 1978. 65. Las normas de Derecho Internacional Privado, 66. La fuente de inspiracién del articulo sobre la ley aplicable a Ja capacidad cam- biaria. D) El Proyecto de 1984. 67. Las normas de Derecho Internacional Privado. 68. Las explicaciones de la Exposicién de Motives. 69. Examen critico del Proyecto en jas Segundas Jornadss Internacionales de Derecho Mercantil. 70. Los comentarios de! doctor Alfredo Morles Hernindez. E) El Proyecto de 1987. 71. Las soluciones de Derecho internacional Privado. F) La importancia de la supresi¢n del reenvio en los recientes proyectos de reforma del Codigo de Comercio, 72, La interpretacién del Proyecto de 1963. 73. El Proyecto de 1967: a) EY punto de vista de la doctora Carmen Luisa Reyna de Roche. 74.b) La intespretacién de la supresién. 75. Le fuente de tos proyectos de 1978, 1984 y 1987 en materia de Derecho Internacional Privado. 76. La finalidad perseguide con la lex foci actus en la Convencién Interamericana sobre Conflictos de Leyes en Materia de Letras de Cambio, Pagarés y Facturas (1975). 77. Conclusiones sobre la actitud de los pro- yectos de Reforma del Cédigo de Comercio, VII. La jurisprudencia vene~ zolana. 78. Las decisiones de 1906, 1966 y 1968. A) Fl decreto de veinti. cuatro de noviembre de 1906. 79, La decisiin de la Corte Superior del Dit tito Federal. 80. La aceptacién del reenvio de primer grado. 81. Su_publi- cacién en cl Journal de Droit International Privé, 82. La interpretacion de autores extcanjeros del sistema venezolano, 83. Los comentarios del doctor Lorenzo Herrera Mendoza. 84. El juicio critico del doctor José Muci-Abraham hijo: a) La armonia internacional de soluciones perseguida por el reenvio. 85. b) EI falso supuesto de la Coste Superior del Distrito Federal. 86. c) El deseo de aplicar Ia ley venezolana, 87. d) Su importancia, 88. ©) La conve- niencia de un precepio general que resuelva el problema. 89. Los plantes mieutos de la doctrina venezolana. 90. Los comentarios de Carmen Li Reyna de Roche, 91. Las observaciones de la doctora Tatiana de Maekelt. B) La sentencia de veintinueve de septiembre de 1966. 92. El juicio critico del doctor Benito Sans6, 93. La cuestion controvertida. 94, La determinacién de la ley aplicable. 95. La confirmacién de la sentencia el trece de diciem- bre de 1966. 96. La declaratoria sin lugar. del recurso de cataciéa (veinti- siete de abril de 1967). 97. Las observaciones del doctor José Luis Bonne- maison. 98. La opinin de ta doctora Carmen Luisa Reyna de Roche. 99. Los comentarios de Jos autores contrarios al reenvio, C) La sentencia del veinti- nueve de febrero de 1968, 100. El respeto de las normas de Derecho Inter~ nacional Privado extranjeras, IX. La doctrina venezolana. 101. La opinién del doctor Francisco Gerardo Yanes, 102, El Proyecto del doctor Pedro Manuel Arcaya, 103. Los comentarios de la doctora Carmen Luisa Reyna de Roche. 104. Las observaciones del doctor Lorenzo Herrera Mendoza. 105. EI sefia- lamiento de Dulce A. Maria Burgoin. 106. La opinion del doctor José Muci-Abraham hijo. 107. El punto de vista del doctor Joaquin Sinchez Co- visa, 108. El sefialamiento de Richard S. Lombard, 109. La opinién del doctor Benito Sansé, 110. Los comentarios del doctor José Luis Bonnemaison. 111. El juicio critico de Ia doctora Carmen Luise Reyna de Roche, 112. El criterio del doctor Juan Marfa Rouvier. 113, La opinién det doctor Daniel EL REENVIO EN EL DERECHO INTERNACIONAL. . - 143 Guerra Iniguez. 114, Conclusion critica sobre Ia doctrina venezolana. X1. Ei Prayecto de Ley de Normas de Derecho Internacional Privado (1963-1963). 115. La creacién de la Comisién (1958). 116. Los trabajos realizados. 117. La publicactén del Proyecto en 1963, 118. EL silencio del medio forense vene- zolano. 119. Los comentarios de ‘Werner Goldschmidt. 120. La opinién de Rodolfo de Nova. 121. La revisién del Proyecto (1965) y su cscaso im- pacto en Venezuela. 122. La importancia atribuida sl Proyecto en el hemi. ferio americano, 123. Los comentarios de Fritz von Schwind. 124. Las ob- servaciones de Paul Heinrich Neuhaus, 125, Las nuevas observaciones de Pau Heinrich Neuhaus. 126. E] juicio ‘o de Carmen Luisa Reyna de foche. LA PREFERENTE APLICACION DE LOS TRATADOS INTERNACIONALES, 1. De acuerdo con lo dispuesto por el articulo octavo del Codigo de Procedimiento Civil, “en tos casos de aplicacién del Derecho Inter- nacional Privado, }os jueces atenderiin primero a los tratados ptiblicos de Venezuela con el Estado respectivo’. No obstante, las normas de conflicto contenidas en tratados bilaterales vigentes en nucstro pais son muy escasas y Venezuela sdlo se encuentra vinculada por dos tratados multilaterales que reguten los problemas generales de Derecho Interna- cional Privado, a saber, el Codigo Bustamante, ratificado con expresa reserva de cuarenta y cuatro articulos,’ y la Convencién Interamericana sobre Normas Generales de Derecho Internacional Privado.* in el presente trabajo se wtilizan las siguientes abreviaturas; RABELZ = Zeitschrift fir ausliindisches und internationales Privatrecht; RC = Recueil des Cours, RDL = ‘sta de Derecho y Legislacion; RDLDV = Recopilacién de Leyes y Decretos vigen- Re tes en Venezuela; RFCJPUCV Revista de la Facultad de Ciencias Juridicas y Poli- ticas de la Universidad Central de Venezuela; RFDUCAB = Revista de la Facultad de Derecho de la Universidad Catélica Andrés Bello; RFDUCAB = Revista de la Facultad de Derecho, de la Universidad Central de Venezuela. 1, Gonzalo Parra-Aranguren: “Los precedentes venezolanos det Cédigo Bustamante”, REDUCAB, Caracas, 1974, N* 17, pp. 9-118, repreducido en Codificacidn del De~ recho Internacional Privado en América, Caracas, 1982, pp. 17-112; “El Codigo Bustamante: su vigencia en América y su posible ratificacién por Espafia”, en Libra- Homenaje al Dr, Luis Loreto, Caracas, 1975, pp. 201-282, reproducido en Codi- ficacién, op. cit, pp. 113-199; “La revisién del Cédigo Bustamante", RFDUCAB. Caracas, 1974, N¥ 18, pp. 9-132, reproducido en Codificacién, op. cit., pp. 199-196. 2. Gonzalo Parra-Aranguren: “La Segunda Conferencia Especializada Interamericana sobre Derecho Internacional Privido (CIDIP-II)", en Actas procesales de derecho vivo, Caracas, 1979, Vol. XXXII, Nos. 94-96. pp. 83-147, reproducido en Codi- ficacién, op. cit., pp. 393-432; “La Convencién Tnteramericana de Normas Gene- rales de Derecho Internacional Privado” (Montevideo, 1979), en Anuario Juridice Interameritano., 1979. Washington, 1979. pp. 157-186, reproducido en Codificacién, op. cit, pp. 433-480. 144 GONZALO PARRA-ARANGUREN 2. En principio, los tratados internacionales son contrarios a la aceptacién del reenvio, habida cuenta de su finalidad, consistente en la _sustitucién de las normas de Derecho Internacional Privado estatales por las soluciones establecidas de comuan acuerdo; y, segtin destaca certe- ramente Hans Lewald, “‘seria poco concebible que 1a regla de conflicto convencional, cuando declara aplicable la ley de uno de los Estados con- tratantes para regular una cuestién determinada, incluya también una referencia a sus normas de conflicto, porque, precisamente, son esas reglas de conflicto las que deben ser reemplazadas por ias normas con- vencionales”.® No obstante, existe la posibilidad de que adopten otra solucién y ordenen aceptas, total o parcialmente, el reenvio hecho por 1as normas de Derecho Internacional Privado de Ja ley declarada competente por las reglas convencionales. Por consiguicnte, la respuesta concreta sélo puede obtenerse después del examen del respectivo Tratado; y en el caso de Venezuela, es necesario analizar tanto ef Codigo Bustamante como la Convencién Interamericana sobre Normas Generales de Derecho Inter- nacional Privado. Il CODIGO BUSTAMANTE A) Ef rechazo del reenvio como solucién de principio 3. El Cédigo Bustamante no incluyé precepto alguno que resol- viera el problema del reenvjo en forma expresa y cn ninguno de sus articulos dispuso que deben aplicarse las reglas de derecho interno de la ley declarada competente por Jas normas convencionales; pero tampoco presctibié que se respetara el mandato de sus reglas de Derecho Inter- nacional Privado. Sin embargo, por las consideraciones expuestas, este silencio debe interpretarse como una presuncién contraria a Ja acepta- cién del reenvio, mientras no se establezca 1a voluntad de admitirlo en términos generales o tan sélo por via de excepcién. 4, La conclusién anterior se conforma en un todo con las ideas de su proyectista, doctor Antonio Sénchez de Bustamante y Sirvén, cier- tamente adversas a la admisién del reenvio. En efecto, a su entender, el Derecho Internacional Privado est4 constituido por “el conjunto de prin- cipios que determinan los limites en el espacio de 1a competencia legis- 3. Hans Lewald: “La Théorie du Renvoi”, RC, 1929, IV, Tomo 29, p. 578. EL REENVIO EN EL DERECHO INTERNACIONAL... 145 lativa de los Estados, cuando ha de aplicarse a Jas relaciones juridicas que pueden estar sometidas a varias legislaciones",* y esta perspectiva impone el rechazo del reenvio que puedan hacer las normas de Derecho Internacional Privado de la ley declarada competente. Asi lo sostavo Sanchez de Bustamante y Sirvén en 1893, cuando afirmé que “todo el Derecho Internacional Privado forma parte de las leyes de orden piblico internacional”; y por tanto, desde el punto de vista de Espafia, “si un Estado acepta la ley nacional del extranjero, y ésta a su vez lo somete a la del domicilio”, debe preferirse “la regla de derecho internacional privado que admita el legistador espajiol".* La persistencia de sus ideas a lo largo de los aftios puede compro- barse en su Tratado de Derecho Internacional Privado, en tres tomos, aparecido por primera vez en 1931, y el cual puede considerarse un co- mentacio auténtico, hecho por su proyectista, del codigo aprobado tres , afios antes en la Sexta Conferencia Internacional Americana. En esa obra monografica, el doctor Antonio Sanchez de Bustamante y Sirvén, cuando explicé las leyes de orden ptiblico interno, hizo los siguicntes comentarios: . se ha planteado especialmente Ia doctrina de la devoluciéa o referencia, Hamada rinvio por los escritores italianos... El ejemplo antes consignado deja ver, en cuanto se medita un poco, el defecto y Ia falta de légica de Ja teoria.* Cuando se trata de interpretar nuestra legislacién en el sentido de aplicar fa Jey nacional, se entiende que se tefiere a las reglas de Derecho Internacional Privado y no a jas de derecho interno del pais extranjero. Y cuando nos encontramos con que ese pais extranjero, en su sistema de Derecho Internacional Privado, acepta cl criterio del domicilio para no caer en un cftculo sin término, entendemos que su referencia, es no ya al Derecho Internacional Privado cubano, sino a nuestra legislacién interior. Es preferible no cambiar de via y empezar por esta ltima interpretacién, ‘Antonio Sanchez de Bustamante y Sirvén: La ausarquia personal, La Habana, 1914, N° 175, p. 253; Derecho Internacional Privado, Tomo 1, La Habana, 1943, N° 10, 11 3. aa: El orden publico. Estudio de Derecho Internacional Privado, La Ha- bana, 1983, N® 104, p. 167. En esa oportunidad hizo referencia a un escrito suyo publicado én Ia revista El Foro y a las opiniones de Frangois Laurent y J.E, Labbé para utilizarlos como fundamento de sus comentarios adversos al reénvio, que habia sido aceptado por las decisiones en los casos de Bigwood y Forgo (op. ¢1 Nos, 97-104, pp. 155-169). 6. Fi ejemplo era el siguiente: “Supongamos un ciudadano de New York domiciliado en Cuba. Si entre nosotros se suscita un problema relativo a su estado o a su capacidad, nuestro derecho lo somete a su ley nacional; pero cuando consultemos para decidirlo, esa ley nacional nos referira a su vez a la ley de su domicilio, Como lo tiene en Cuba, habria que aplicarse por esa devolucin la ley interna cubana” (Derecho Internacional Privado, Tomo J, 3* ed., La Habana, 1943, N° 367, p. 168). 146 GONZALO PARRA-ARANGUREN para que, salvo disposicién contrarian expresa de las leyes internas, se en- tienda toda regla de Derecho Internacional Privado en el sentido de aplicar, no otro sistema de Derecho Internacional Privado, sino Ia legislacién inte- rior a que ef primero nos Heve.? 5. Con vista de tales ensefianzas y ante la falta de norma expresa, no debe extrafiar la afirmacién hecha por Milorad Straznicky cuando sostuvo que el Cédigo Bustamante ,asumid una actitud desfavorable al reenvio;’ y dentro de la misma directriz, el barén Boris Nolde advir- tid que “no conoce el principio del reenvio”.® En efecto, segin destaca Jiirgen Samtleben, no sélo Ia finalidad misma petseguida por los trata- dos sino también las ideas de su proyectista conducen a reconocer en el Cédigo Bustamante una posicién de principio contraria a la admisién del reenvio.*° 6. No obstante, la opinién contraria es también sostenida; y la escasa importancia practica del Codigo Bustamante en el Brasil, a pesar de su ratificacién, ha sido explicada por Paul Griffith Garland con fundamento en su “propia naturaleza”, ya que su proyectista estaba pri- mariamente preocupado por el problema de la competencia legislativa de Jos Estados y sélo en forma secundaria por las normas de conflicto como tales. En tal virtud, a su entender, “el cédigo, en gran medida, es un intento de distribuir la competencia legislativa para suministrar normas de conflicto antes que de determinar su contenido”; y su prin- cipal objetivo fue responder a la “evidente necesidad” de lograr un com- promiso en las soluciones, que permitiera su aceptacién por todos los paises del hemisferio.” 7. A pesar de su posicién de principio contraria al reenvio, en algunas oportunidades e! doctor Antonio Sinchez de Bustamante se vio precisado a sostener un punto de vista diferente, como ocurrié durante el examen de su Proyecto de Cédigo por la Junta de Jurisconsultos re- unida en Montevideo en 1927. En efecto, al examinarse la competencia atribuida a Ja ley personal para regular las sucesiones, diversos delega- dos advirtieron que la /ex sis era reconocida como aplicable por mu- 7. Bustamante: Derecho, op. cit., Tomo I, N* 368, p. 168. 8. Miiorad Straznicky: “Les Conférences de Droit International Privé depuis la fin de la Guerze Mundiale”, RC, 1933, II, Tomno 44, p. 507. 9. Barén Boris Nolde: “La Codification du Droit International Privé", RC, 1936, I, Toma 35. p. 363. 10. Jargen Samileben: Insernasionales Privatrecht in Lateinamerika. Der Cédigo Busta- mante in Theorie and Praxis, Tibingen, 1978, p. 232. 14. Paul Griffith Garland: Bilateral Studies. American-Brazilian. Private International Law, New York, 1959, pp. 19-20. EL REENVIO EN EL DERECHO INTERNACIONAL. . - 147 chos paises del hemisferio; pero el doctor Antonio Sanchez de Busta- mante, para superar el obsticulo, aclaré que si la ley del domicilio, en su cardcter de ley personal, declaraba competente la ley del lugar de la situacién de los bienes, esta ultimz deberia ser aplicada.* Sin embargo, como sefiala Jiirgen Samtleben, se trata tan sdlo de un argumento opor- tunista, que no cefleja en forma clguna el espiritu del Cadigo."* B) Las excepciones 8. No obstante su rechazo del reenvio, como principio, en diversas oportunidades 1a declaratoria de competencia hecha por las normas del Cédigo Bustamante no debe entenderse referida a la ley interna de los estados contratantes, sino a sus reglas de Derecho Internacional Privado. Sin embargo, esta interpretacién no es utilizable respecto a las “‘leyes voluntarias o de orden privado”, previstas en el dltimo parrafo del ar- ticulo tercero, por cuanto no existe motivo alguno que justifique una excepcién al principio general subyacente en el Codigo Bustamante, con- trario a la aceptacién del reenvio.’* 9. La admisién del reenvio en las materias reguladas por “leyes territoriales, locales o de orden piblico internacional” resulta inconce- bible para la escuela de La Habana; pero, segtin advierte Jiirgen Sam- tleben, Ja respuesta es diferente en el Cédigo Bustamante, debido a los diversos significados que atribuye a la expresién la “ley territorial”. En efecto, en algunas oportunidades es declarada aplicable con el propésito de abandonar la solucién del problema a la /ex fori y sin pre- tender, por tanto, consagrar una solucién uniforme mediante la repar- ticién de la competencia legislativa de los Estados contratantes. En se- mejante hipdtesis 1a declaratoria de competencia a la /ex fori debe en- tenderse, en principio, referida a sus reglas internas, con exclusién de sus normas de Derecho Internacional Privado, y asi debe ocurrir si la ley del juez ha sido seleccionada como la solucién mejor 0 cuando se pres- cribe la inexorable aplicacién de sus preceptos, con independencia de los elementos de extranjeria del asunto concreto,'* pues de admitirse la posi- 12. Comisién Internacional de Jurisconsultos Americanos. Reunidn de 1927. Volumen 3. Actas sintéticas y taquigrdficas de la Subcomisién B ~ Derecho Internacional Pri- vado (Ministeria de Relaciones de Brasil), Rio de Janeito, 1927, pp. 409 y ss., p. 45. 13. Samtleben, op. cit., p. 232. 14. Samtleben, op. cit., pp. 234-237. 15. Samifeben, ‘op. cit., pp. 235-236. Por supuesto, es posible que la ley territorial, en- tendida como lex fori, consagre dos clases de preceptos, una para las situaciones de derecho interno y otra para Jos supuestos de hecho con elementos de extranjeria. 148 GONZALO PARRA-ARANGUREN bilidad de una remisién a otra ley se contradiria Ja finalidad misma del Tratado, que persigue una regulacién sencilla y clara de tos problemas conectados con varias legislactones."* En ottas oportunidades, por el contrario, la declaratoria del orden piblico internacional hecha por el Cédigo Bustamante pretende someter Ja solucién del asunto a las normas de Derecho Internacional Privado de la Jex fori, Asi ocurte, segtin Jiirgen Samtleben, en el articulo 188,. que declara “de orden péblico internacional el precepto que veda cele- brar capitulaciones durante el matrimonio, 0 modificarlas, o que se altere el régimen de bienes por cambio de nacionalidad o de domicilio poste- riores al mismo”.* Idéntica conclusién es valida en todos los casos en los cuales el Co- digo Bustamante sélo faculta a los Estados contratantes para aplicar su propia legislacién, como ocurte, a titulo de ejemplo, en jos articulos 5, 102 y 153; ya que en semejante hipdtesis el ejercicio de tal prerrogativa se encuentra condicionado a Ja declaratoria de competencia hecha a la Jex fori por sus normas de Derecho Internacional Privado.* En otras oportunidades, la referencia hecha a la “‘ley territorial” por el Cédigo Bustamante representa tan sdlo una solucién de compro- miso que permite a cada Estado contratante resolver el asunto con abso- luta libertad, segtin lo considere mas adecuado: asi lo hace el articulo 32, cuando dispone que “el concepto y reconocimiento de las personas juri- dicas se regiran por Ia ley territorial”. En tal caso, sin duda alguna, su aplicacién depende del mandato de las normas de Derecho Internacional Privado del respectivo pais.*° 10. La inclusién de las normas de Derecho Internacional Privado de la legislacién declarada competente también debe admitirse en todas las materias reguladas en el Codigo Bustamante por leyes personales 0 16. Al decir de Jiirgen Samtleben, Paul Griffith Garland ha sugerido que, en Ias_ma- terias regidas por las leyes de orden pablico internacional, et Cédigo Bustamante parece haber autorizado a cada Estado a continuar aplicando sus propias normas de Derecho Internacional Privado; interpretacién que no se ajusta a la verdad (op. cit., p. 236, nota 107). 17. Samtleben, op. cit., p. 237. 18. El articulo quinto dispone: “Todas las reglas de proteccion individual y colectiva establecidas por el derecho politico y el administrativo, son también de orden pit- blico internacional, salvo el caso de que expresamente se disponga en ellas lo con- trario”. De acuerdo con el articulo 102, “la legislacién local puede declararse apli- cable a la mayor edad como requisito para optar por la nacionalidad de dicha legis- lacién”; y el articulo 153 declara “de orden pablico intetnacional Ins incapacidades para suceder que los Estados contratantes consideren como tales”. 19, Samtleben, op. ¢it., p. 237. 20, Samtleben, op. cit., p. 237. EL REENViO EN EL DERECHO INTERNACIONAL... 149 de orden publico interno. En efecto, el antagonismo entre la ley de la nacionalidad y la ley del domicilio ha constituido un serio obsticulo desde los inicios de la codificacién colectiva del Derecho Internacional Privado en este hemisferio, segtin pudo establecerse durante Jas reunio- nes del Congreso Americano de Jurisconsulios, reunido en Lima en 1877, cuando se enfrentaron dos corrientes opuestas: Ia personalista, defendida por don Antonio Arenas (Pera), y la territosialista, por don Zoilo Flores (Bolivia). Ahora bien, la preferencia reconocida a la ley de la nacionalidad en los articulos 2 y 24 para regular el estado y capacidad de Jas personas y la sucesién intestada, ademas del conflicto del Pacifico que involucré a Bolivia, Chile y Perd, fueron la causa fundamental de su falta de ratificacién, pues, al decir de Estanislao Zeballos, sus “re- sultados practicos, si los hubiere tenido, habrian sido contrarios a tas doctrinas, al sentimiento y a Jas soluciones nacionales positivas de las nacionalidades americanas’. 11. No obstante el fracaso de esta primera iniciativa, diez afios después se reunié el Congreso Juridico Internacional Sudamericano y en el Tratado de Derecho Civil Internacional suscrito en 1889 atribuyd competencia a la ley del domicilio en materia de estatuto personal. De esta manera, bajo la influencia de las doctrinas sostenidas por Joseph Story, Federico Carlos de Savigny, Augusto Texeira de Freitas y Andrés Bello, se pretendié realizar una politica legislativa ‘de importancia fun- damental para este hemisferio, consistente en proteget los intereses de los paises de inmigracién.”* . 12. La divergencia entre los contrapuestos criterios adquirié carac- teres dramaticos a todo lo largo de los trabajos preparatorios del Cédigo Bustamante, iniciados a principios del presente siglo. En efecto, los esfuerzos unificadores emprendidos por la Junta Internacional de Juris- consultos, reunida en Rio de Janeiro a partir del veintiséis de junio de 1912, no tuvieron el éxito deseado y sélo condujeron al nombramiento de seis subcomisiones que debian proseguir el estudio de los diversos problemas. . Correspondié a la Quinta Subcomisién, con sede en Montevideo, el examen de las cuestiones relativas a la capacidad de las personas, la condicién de los extranjetos y el derecho de familia y sucesiones: su pri- mera réunién tuvo lugar en Rio de Janeiro, el veintisiete de julio de 21. Gonzalo Parra-Aranguren: “La codificacién global_del Derecho Internacional Pri- vado americano (1826-1940)", en Cxadernos de Derecho Piiblico, Mérida, N° 8, 1987, pp. 86-88. 22. Parra-Aranguren; La codificacién global”, art. cit., pp. 89-90. 150 GONZALO PARRA-ARANGUREN 1912, con Ia finalidad de distribuir entre ‘sus miembros el trabajo a emprenderse;® y el veintiocho de febrero de 1913, durante la segunda sesi6n celebrada en Montevideo, el doctor Cindido de Oliveira (Bra- sil) presenté un Proyecto de Convenio, precedido de una amplia defensa del principio de la nacionalidad porque, a su entender, “no representa- ba un obstdculo a la atraccién de capitales y a la permanencia de los inmigrantes, pretendiendo cortar sus relaciones con el pais de origen”. Sin embargo, de inmediato el doctor José Pedro Varela (Uruguay) hizo la defensa de los tratados de Montevideo y sostuvo las ventajas de la ley del domicilio para regir al estatuto personal en los Estados ameri- canos.”* En vista del antagonismo existente, el doctor José Pedro Varela hizo una propuesta conciliatoria, con fundamento en Ia solucién apro- bada en Ia Convencién de T.a Hava de 1902 para superar una dificultad similar2* que prescribia: “Se aplicard la ley del domicilio, pero si ésta estableciera que la ley a aplicarse es la de la nacionalidad, se aplicara la ley nacional”.** Sin embargo, Ia tentativa no tuvo éxito y en vista de la discrepancia de criter‘os, que se acentué por el respaldo del doctor Cecilio Baez (Paraguay) a la Jey del domicilio, ambos recibieron el encareo de preparar un Proyecto que reflejara sus ideas: trabajo que, junto con la ponencia del doctor Candido ‘de Oliveira, seria enviado a la 23. A los dovtores Cerilia Béez vy Eusebio Ayala, delegados del Paraguay. les fueron enromerdsdos los temas referentes a Tas personas y 2 Ia condicién de los extran- eros: el doctor José Pedro Varela (Uruguay) tuvo a su careo el derecho de fam: Tia y el examen det rérimen sucesoral se cncomendd al representante del Brasil, doctor Céndido de Oliveira. 24. Parra-Atanguren: “Los precedentes”, att. cit. en Cedificacién, op, cit. p. 58. 25. La Convencin pata regular tos conflictos de Teves en materia de matrimonio, sus- crita en La Hava el doce de junio de 1902. dispuso en su articulo primero: “EE derecho a contraer matrimonio se rice nor la fey nacional de coda uno de los futu- ros esposos, a menos que una disrosicién de esta fey no se refiera expresamente a otra Jew". No obstonte ta claridad de! texto. que admite ln posibilidad de aplicar Jn teoria del reenvio, “pocas disposiciones han dado nacimiento a tantos comenta- tins y disensiones": pero su_manifiesta aconida del reenvio exnlica la inmediata critica de Franz Kahn y G.C. Buzatti (Maurice Travers: La Conrention de La Have relotive au mariage. Ses effets, princibalement en France. en Belgique et dans Te Luxembourg. Tomo I. Paris, 1912. Nos. 83-91 pp. 64-77). 26. Una variante de redaceién fue: “Se aplicard Ia lev del domicilio, pero si permite la anlieacién de la lev nacional del extraviero en ef pais de su residencia, ella repird en los casos que determine” {Antonio Sinchez de Bustamante y Sirvén: La Co- micidn de Turitconcultos de Rio de laneiro y el Derecho Internacional. La Habana, 1927, N° 39. p. 38). Antonio Sénchez de Bustamante y Sirvén criticé, en forma muy minuciosa, Ta f6rmula consagrada en la Convencion de La Haya de 1902 y la ptopuesta hecha por el doctor José Pedro Varela, tanto desde el punto de vista teérien como del ardctico, con un detallado andilisis de su respectiva_incidencia en las diversas hipétesis posibles (La Nacionalidad y ef Domicilio, La Habana, 1927, Nos. 23-61, pp. 22-60). EL REENVIO EN EL DERECHO INTERNACIONAL. .. 151 Junta Internacional de Jurisconsultos de Rio de Janeiro a los fines de la decisién definitiva.”” 13. La propia delegacién del Uruguay, durante la Quinta Confe- rencia Internacional Americana instalada en Santiago de Chile el vein- ticinco de marzo de 1923, se refirié a la divergencia existente paar afismar que “la oposiciéa entre los Estados americanos que han adoptado la Icy del domicilio y 1a de la nacionalidad, es irreductible... La adhesién a los fundamentos politicos y jurfdicos de ambas doctrinas es persistente y radical”. No obstante, en esa misma ocasién el doctor Manuel Malbrin (Argentina), propuso infructuosamente Ia siguiente férmula conci toria. 1. En las materias o cuestiones de naturaleza comercial en general, In capacidad de las personas debe ser sometida al cégimen de Ia ley del domi- d 2. Cuando Ja fey de fa nacionalidad de una persona se tefiere a una ley extranjera que someta la capacidad al régimen de Ia ley del domicilio, deberin tomarse en consideracién las disposiciones de esta ley extranjera y Ia Sey de este domicilio para determinar en el caso la capacidad personal. 3. La capacidad de las personas que hayan abandonado su pats de origen para radicarse por el domicilio en otro pais cuya legislacién adopte Ia lex domicilii, ser ajustada de acuerdo con ésta, que se considerari como su ley personal. 4. La persona cuya nacionalidad sea desconocida, incietta 0 méltiple 0 carezca de nacionalidad, seri sometida para el régimen de su capacidad a la ley de su domicilio.** 14. El doctor Antonio Sanchez de Bustamante y Sirvén traté de superar la dificultad en su Proyecto de Cédigo de Derecho Internacio- nal Privado, conctuido el veinte de marzo de 1925, para atender al re- querimiento hecho por e! Consejo Directivo de la Unién Panamericana al Instituto Americano de Derecho Internacional. Sin embargo, en vez de reconocer Ia preferencia de la Jey de la nacionalidad o de Ia ley del domicilio, consagré “otra solucién, que deja a salvo a cada pais e] de- recho soberano de regular como Je plazca la condicién personal de sus 27. Parra-Aranguren: “Los Precedentes", en Godificacién, pp. 58-59. EL antagonismo se proyecté de nuevo. con toda intensidad, en el Congreso de Buenos Aites, con motivo del examen del articulo 74 del Reglamento de 1a Haya de 1912 (véase Inego el ntimero 39 de este trabajo). 28, Bustamante: La Nacionalidad, op. cit., N° 72, pp. 71-72. 152 GONZALO PARRA-ARANGUREN nacionales, dentro de su propio tertitorio y en el extranjero; pero que le obliga a respetar igual soberania ¢ igual ejercicio de esa facultad en las demds naciones’’.?° En consecuencia, el articulo séptimo dispus Cada Estado contratante aplicari a los nacionales de los demis las leyes de orden piblico interno de su domicilio o de su nacionalidad, segin el sistema que adopte el Estado a que pertenezcan.*° La finalidad perseguida con el articulo propuesto fue clarificada por el doctor Antonio Sanchez de Bustamante y Sirvén en los términos siguientes: No seria licito decir que de esa manera cada.individuo extranjero va a estar regido por un principio diferente segin el que haya adoptado su nacién, porque aun imponiendo a todos el criterio del domicilio, los sim- ples residentes 0 los domiciliados en ef extranjero estarin también regidos por derechos distintos segtin su domicilio. Y esa variedad del derecho no es mas que el ceconocimiento de la complejidad de ia vida humana, 2 que no cabe imponer en situaciones distintas soluciones idénticas.® El doctor Antonio Sanchez de Bustamante también explicé: Nos limitaremos a decir que, apartindose de las transacciones anteriormente Propuestas, entre otras las del Congreso Jurfdico de Barcelona de 1878, las del Congreso Juridico de Lisboa de 1889 y la del doctor Varela en la Subcomisién de Montevideo et aio 1913, persigue el respeto de Ia sobe- rania y de la legislacién de cada Estado y el propésito de uniformar para cada individuo las reglas jutidicas aplicadas continuamente a lo que se ha ilamado su estatuto personal. Tiende a eliminar asimismo toda aplicacién de Ia contradictoria doctrina del rinvio, de la devolucién o de la refe- rencia.S* El doctor Antonio Sanchez de Bustamante y Sirvén insistié en las ventajas de I2 solucion propuesta, y en este sentido agregé: Este sistema excluye, ademis, todo reenvio y hace innecesatias las compli- cadas y confusas distinciones que de esta innovacién reciente se han origi- nado para la jurisprudencia y la doctrina, Ninguna ley se refiere a otra, 29. Bustamante: Codifieacién, op. cit., pp. 17-18. 30, Bustamante: Codificacién, op. cit. p. 22. 31, Bustamante: Codificacién, op. cit. p. 18. “32, Bustamante: La Comisién, op. cit., N® 109, p. 94. EL REENVIO EN EL DERECHO INTERNACIONAL. . . 153 porque es siempre una y Ia misma, la del domicilio para los ciudadanos del pafs que Ia siguen, Ja nacional para aquellos Estados que Ia prefieren, Nuevo motivo de sencillez y claridad, que tanto valen para la realidad prictica del Derecho.** 15. La formula conciliatoria de! Proyecto original, preparado por el doctor Antonio Sanchez de Bustamante y Sirvén, fue explicada por Carmen Luisa Reyna de Roche en los términos siguientes: De esta manera, si frente a los tribunales de uno de los paises contratantes se presentara un problema en ef cual fuera necesatio determinar Ja ley competente para regir el estado y capacidad de un nacional de otro Estado contratante, se deberia, de acuerdo con el articulo 7 del Proyecto original de Bustamante, acudir a la norma de Derecho Internacional Privado de su nacionalidad, Ia cual determinaria cual habria de ser dicha ley competente. Podrfan asi presentarse tres casos: 1) Que la propia norma de conflicto na- cional del interesado declarara competente a su propia ley material (se acep- tara el sistema de Ja Jey nacional en materia de estatuto personal); 2) Que fa ley nacional del interesado declarara competente 2 la ley material del foro (como ocurriria si, por ejemplo, el interesado estuviera domicilindo en el pais del foro y su Jey nacional aceptara el sistema del domicilio en materia de estatuto personal) y en este caso se produciria un reenvio de primer grado; 3) O, por Gltimo, que Ia ley nacional del interesado decla- fara competente a la ley material de un tercer Estado, con lo cual se pto- ducitia un reenvio de segundo grado. 16. EI Instituto Americano de Derecho Internacional examiné el Proyecto en su sesién celebrada en La Habana a fines de afio; y en su Informe, de veintitrés de diciembre de 1925, Jos doctores Antonio Sén- chez de Bustamante y Sirvén, José Matos y Rodrigo Octavio, hicieron énfasis en “el sistema adoptado para conciliar en lo posible las diversas legislaciones imperantes en materia de estatuto personal”. A tal efecto fue destacado: 33. 34, Ese sistema consiste, ao en imponer un criterio determinado que obligue a ciertas naciones a variar su legislacién interior, contra su tradicién y con- tra sus convicciones jurfdicas, sino en dejar integro a cada Estado su dere- cho soberano ¢ independiente de regular como le plazca los limites en el espacio de su competencia Jegislativa, aplicando los demis estados a las relaciones juridicas de caricter personal de esos extranjeros, el derecho que Bustamante: La Nacionalidad, op. cit.. N° 60; La Comisiém, op. cit., N® 209, p. 94. Carmen Luisa Reyna de Roche tudio sobre el Reenvio en el Derecho Internacio- nal Privado Venezolano”, en Studia Juridica, N? 3, Caracas, 1873, pp. 155-156. 154 GONZALO PARRA-ARANGUREN la nacién de su procedencia ha sefialado, De esta suerte, un pais que acepte el criterio del domicilio est seguro de que nunca se impondrd a sus ciu- dadanos el sistema de la nacionalidad de {a ley y de que estarin regidos por su propio derecho mientras conserven el domicilio en su territorio. Esos propios paises respetarin en la misma forma el criterio de otras naciones. De este modo, cada pais o Estado conservari su propia regia interior, cl domicilio o Ia nacionalidad, sin manifestacién o acto alguno, porque ef Cédigo no altera ni pretende alterar el sistema que cada nacién tenga vi- gente altora 0 en el futuro.** 17. El Proyecto de Cédigo fue considerado de nuevo en la Cuarta Sesi6n del Instituto Americano de Derecho Internacional, que tuvo lugar en Montevideo del 21 al 26 de marzo de 1927; y el Comité de Derecho Intemacional Privado,®* en documento de veintisicte de marzo de 1927, informé al respecto: 35. 36. 37. Para la claboracién de Ja parte relativa a Ia codificacién del Derecho Civil, el primer principio a fijatse es el que establece Ia ley personal y Ja honda diferencia entre las distintas legislaciones de América sobre este particular, especialmente entre !a Argentina y Uruguay, por un lado, en las que pre- valece el principio de la lex domicilii, y la del Brasil, por otro Indo, donde rige el de la nacionalidad... es indispensable eludir el obsticulo intentando una férmula de conciliacién o de transaccién que permita un entendimiento comin. Aun en ese terreno el acuerdo no ha podido realizarse de inme- diato... se acordé la redaccién del siguiente texto: “EI estado y Ia capa- cidad de las personas fisicas en ef territorio de un Estado.y, en general, todas las relaciones juridicas de carécter general de las mismas, se regi por el sistema de Derecho Internacional Privado adoptado por Ja legisla- cién de dicho Estado”, La Comisién esti de acuerdo en considerar que esta formula no modifica Ia situacién actual, desde que continua cada pais apli- cando enteramente a los extranjeros domiciliados, en cuanto a las telaciones personales, o bien la fey de su domicilio o bien su ley nacional, segin el principio consagrado en ta sespectiva legislacién. Pero el texto indicado ofrece Ja ventaja de permitir que se ptosiga en Ia tentativa de la codifica- cién del Derecho Internacional Privado, en Ja parte referente al Derecho Civil 57 “informe de la Comisiéa nombrada por el Instituto Americano de Derecho Inter- nacional, para preparar un Proyecto de Cédigo de Derecho Internacional_Privado”. en Revista de Derecho Internacional, La Habana, 1927, Tomo X, N° 17, p. 119. Estuvo integrado por los doctozes Euscbio Ayala, Rodrigo Octavio, Rodolfo Rivarola, José Pedro Varela y Carlos A. Alcorta. “Informe del Comité de Derecho Internacional Privado”, en Revista de Derecho Internacional, Ya Habana, 1927, Tomo XH, N° 23, pp. 15-16. EL REENVIO EN EL DERECHO INTERNACIONAL... 155 18. La Junta de Jurisconsultos inicié su regunda revnidn en Rio de Janeiro el dieciocho de abril de 1927, y el examen de Ia ley aplicable al estado y capacidad de las personas fue objeto de viva controversia en la Subcomisién de Derecho Internacional Privado, presidida por el doctor Rodrigo Octavio. Ahora bien, en vista de la ardorosa defensa de la ley del domicilio hecha por los delegados de Argentina, Brasil, Bolivia, Chile, Paraguay y.Uruguay,”® y ante Ja imposibilidad de llegar a un acuer- do, el doctor José Pedro Varela (Uruguay) pretendié solucionar el pro- blema, manteniendo el statu quo, con la siguiente formula conciliatoria: A los efectos de Ja aplicacién de la presente convencién, se entenderi por ley personal Ja ley del Estado en que la persona esté domiciliada, No obs- tante, la ley personal de los Estados signatarios de Ia presente convencién que tengan adoptado en su legislacién el principio de la nacionalidad, sera la que de ella determine.*® En esa misma oportunidad, con el propésito de “mantener el pre- dominio en cada Estado de su propia legislacién internacional”, el doctor Antonio Sinchez de Bustamante y Sirvén presenté las siguientes tres posibles redacciones sustitutivas del articulo séptimo del Proyecto: a) Cada Estado contratante, segin el sistema que haya adoptado o adopte su legislacién, aplicard a los nacionales de los demis las leyes de orden publico interno del domicilio o de la nacionalidad b) Cada Estado contratante aplicari comio leyes personales las del domi- cilio o las de la nacionalidad, segim el sistema que haya adoptado o adopte en lo adelante su legislacién interior c) Las leyes personales se aplicartn por cada Estado contratante en raz6n del domicilio o de Ja nacionalidad, segin el sistema que haya adoptado © adopte en lo adelante su legislacién interior.” 19. EI asunto fue nuevamente examinado el dieciocho de marzo de 1927 y “después de alguna discusin, mantenida principalmente por el delegado suplente del Uruguay, sefior Pifieiro (Tedfilo Pifieiro Chain), apoyado en algun particular por el sefior Alcorta (Carlos Alberto Alcor- 38. James Brown Scott; “La Codificacién gradual y progresiva del Derecho Interna- Gional”, en Revista de Derechn Internacional, La Habana, 1927, Tomo XI, N? 23, p59. 39. Bustamante: La Comisién, op. cit., N* 226, p. 184. 40. Bustamante: La Comisién, op. cit., N* 228, pp. 185-186. 156 GONZALO PARRA-ARANGUREN ta), se aprobé por las delegaciones, como !uego por la Comisién Ple- naria la segunda de las fésmulas transaccionales”."" Por tanto, el articulo séptimo quedé redactado asi: Cada Estado contratante aplicara como leyes personales las del domicilio © las de la nacionalidad, segin el sistema que haya adoptado o adopte en adelante su legislacién interior? 20. Una vez concluidos los trabajos preparatorios, el Proyecto de Cédigo fue sometido a consideracién de la Sexta Conferencia Interna- cional Americana, reunida en La Habana, bajo Ja presidencia del doctor Antonio Sanchez de Bustamante y Sirvén. El examen correspondié a la Tercera Comisién, que tuvo a su cargo Ja codificacién del Derecho Inter- nacional Privado y 1a Uniformidad Legislativa, habiendo sido aprobado globatmente el veintiséis de enero de 1928, durante su cuarta reunion.* Sin embargo, en esa misma oportunidad se dispuso fijar un plazo de cuatro dias para presenta propuestas de modificacién y de reservas. Una vez cumplido este trimite, la Tercera Comisién aprobé el Proyecto de Cédigo el diez de febrero de 1928, y en virtud de los cam- bios hechos, la nueva redaccién del articulo séptimo fue la siguiente: Cada Estado contratante aplicara como leyes personales las del domicilio, tas de Ia nacionalidad o las que haya adoptado o adopte en {o adelante su legislacién interior.# 21. La evolucién histérica anterior demuestra la importante mo- dificacién sufrida por el articulo séptimo del Cédigo Bustamante. En ‘41. Bustamante: La Comisién, op. cit., N® 20, pp. 186-187. Afios después Antonio Sén- chez de Bustamante y Sirvén comenté sobre el particular: “Podria pensarse que la dificultad no est resuelta, sino que queda en pie; pero esta tesis contiene segura- mente un error. Admitié que cada pais deba atenerse al domicilio © a la naciona- Tidad para las leyes personales, segiin el sistema que su derecho interno acepte, Jas consecuencias de esa aplicacién quedan internacionalmente legalizadas, con gran ventaja para todas las personas y para todos los intereses. Respecto de las leyes per- sonales, podria decirse que se ha firmado Ja paz en cuanto a los derechos adqi (Derecho, op. cit., Tomo I, N* 356, p. 165). 42. Bustamante: La Comisién, op. cit, p. 234. 43. EI Comité estuvo integrado por tos doctores: Victor M. Maurtia (Peri); Carlos Alberto Alcorta (Argentina): Eduardo Espinola (Brasil): Jesis Maria Yepes (Co- Iombia); Antonio Sanchez de Bustamante y Sivén (Cuba): Héctor D. Castro (EL Salvador); Julio Garcia (México); Maximo H. Zepeda (Nicaragua) y Jacinto R. De Castro (Repablica Dominicana) (Antonio Sénchez de Bustamante y Sirvén: Le Code de droit international privé et la Sixidme Conférence panaméricaine”, traduc- cién francesa por Paul Goulé, Paris, 1929, p. 31). 44. Bustamante: Le Code, op, cit., pp. 133-142. Como puede observarse, Ia nica reforma fue la supresin de la frase “segan el sistema”. EL REENVIO EN EL DERECHO INTERNACIONAL 157 efecto, la formula del Proyecto original de 1925 admitia el funciona- miento de las normas de Derecho Internacional Privado de la ley de la nacionalidad para regular el estado y capacidad de las personas; y “aun cuando Bustamante no veia en esa formula la aceptacién del reenvio, sino su rechazo definitivo”, resulta imposible desconocer que la soluci6n pro- puesta, en la practica coincidia con la técnica del reenvio.* La redaccién definitiva, al contrario, sometié Ja determinacién de la ley personal a las normas de Derecho Internacional Privado de cada Estado contratante; y, por tanto, debe respetarse su voluntad cuando acep- ta el reenvio, como lo hace, por ejemplo, el articulo 483 del Codigo de Comercio venezolano, cuando regula ta capacidad para obligarse por letra de cambio."* Una interpretaaén contraria llevaria a la sorprendente conclusién de que el articulo séptimo del Cédigo Bustamante permite a cada Estado parte la determinacién de la ley aplicable al estado y la capacidad de las personas, pero le impide utilizar el procedimiento del reenvio a fin de resolver el problema planteado por la coexistencia de diversos factores de conexién en las reglas de conflicto de las diferentes legislaciones.” 22. Conclusién similar es sostenida por Jaime Navarrete, cuando afirma: E| reenvio ha sido rechazado en las dos tinicas codificacicnes generales de Derecho Internacional Privado, el Cédigo Bustamante y el proyecto de Frankenstein. Esto es natural y razonable, ya que si se pretende adoptar 45. - Samtleben, op. cis., p. 234. La misma conclusion es aceptada, entre otros, por: Quin- tin Alfonsin: Sistema de Derecho Civil Internacional, Vol. 1, Montevideo, 1961, N° 470, p. 61; Manuel Garcia Calderén K.: 2a eapacidad cambiaria en el Derecho Internacional Privado, Lima, 1961, p. 229; Reyna de Roche, art. cit., p. 155. 46. Samtleben, op. cit., pp. 234-235. Segiin José Matos, la formula original no permitia un reenvio ulterior (Curso de Derecho Internacional Privado, 2* ed., Guatemala, 1941, p. 142) y en el mismo sentido se expresa Jaime Navarrete (El reenvio en el Derecho Internacional Privado, Santiago de Chile, 1969, pp, 111-122), A este respecto, re- sulta interesante advertir que, segin Jaime Navarrete, Ia aceptacion del reenvio solo se produce cuando la’ divergencia es entre la ley de la nacionalidad y In del domicilio, en los términos del primer pdcrafo del articuio’74 del Reglamento de La Haya de 1912, reproducido como articulo 483 en el Cédigo de Comercio vene- zolano; y que, por el contrario, el segundo parrafo debe entenderse como declarando aplicble la ley interna del lugar donde se asume Ia obligacién cambiaria (op. cit., p. 116). 47. Samtleben, op. cit., p. 235. Sin embargo, advierte que la interpretacién se restringe al campo del estado y capacidad de las personas, motivo por el cual no deberia admi- tirse el reenvio cuando se trata de un factor de conexién completamente distinto, por ejemplo, el lugar de la situacién; conceptos que Jiirgen Samtleben reitera en su articulo: “Die Anwenddung des Codigo Bustamante in Venezuela", RABELZ, ‘Tomo 39, 1975, p. 390; “La Aplicacién del Cédigo Bustamante en Venezuela,” en Libro- Homenaje a la memoria de Joaquin Sdnchex-Covisa, Caracas, 1975, p. 334. 158 GONZALO PARRA-ARANGUREN una ley uniforme sobre reglas de conflicto resulta evidente que el reenvio no tiene sentido, pues las regias de conflicto son iguales. Ahora, si la ley uniforme pretende ser aplicada también con relacién a nacionales de paises no contratantes o domiciliados en esos paises no contratantes, el rechazo del reenvio produce todos sus inconvenientes € injusticias, Lo mismo se puede decir dei Cédigo Bustamante, que no unificé lo principal, las que dicho Cédigo Hama leyes personales, y por tanto, habiendo reglas de con- flicto diferentes respecto a ellas en los paises contratantes, el rechazo del reenvio, tan caro a Bustamante, séle puede producir desorden ¢ inarmonia en las resoluciones judiciales.#* Il LA CONVENCION INTERAMERICANA SOBRE NORMAS GENERALES DE DERECHO INTERNACIONAL PRIVADO 23. La Convencién Interamericana sobre Normas Generales de Derecho Internacional Privado se abstuvo de resolver el problema del reenvio ante la falta de consenso entre los participantes a la Segunda Conferencia Especializada (CIDIP-II), reunida en Montevideo en 1979, En efecto, e! articulo cuarto del Proyecto de Convencién presentado por México preveia: “Cuando la norma de conflicto de un Estado declare competente el derecho de otro, el tribunal de la causa aplicara el dere- cho material del Estado extranjero”’.“? Sin embargo, en el curso del debate la delegacién argentina sostuvo 1a soluci6n contraria y propuso adicionar el Proyecto del Comité Juridico Interamericano, que fue la base de las discusiones, con el siguiente articulo: “E! juez de la causa podra tomar en cuenta !as normas de conflicto del Estado cuyo derecho resulte apli- cable si ello condujese a la armonfa internacional en la solucién del caso”. Facilmente se comprende cémo estas directrices antagénicas de- jaron huella en Jos intervinientes; y el fracaso de obtener un criterio de generalizada aceptacién explica la falta de norma expresa sobre el pro- blema de reenvio.* 48, Navarrete, op. cif, p. 111. 49. Actas y Documentos. Segunda Conferencia Especializada Interamericana sobre De- recho internacional Privado (CIDIP-Ii), Volumen Ii, Washington, 1980, COM-H/ doc. 13, p. 406. No obstante, es de sefialar que en la reforma de 1988 et Cédigo Civil mexicano acepté el reenvio, aun cuando en forma excepcional, en el segundo paragrafo del articulo decimocuerto. 50. Actas y Documentos. Segunda Conferencia Especializada Interamericana sobre De- recho Internacional Privado (CIDIP-I1), Volumen IN, COM I/doc. 12. 0p. city p. 416. 51. Werner Goldschmidt recuerda que "Ia Conferencia climiné et problema del reenvio de sus deliberaciones porque no lo consideraba maduro todavia” (“Normas Gene- EL REENVIO EN EL DERECHO INTERNACIONAL... 159 24, La actitud asumida en la Segunda Conferencia Especializada ha sido calificada de sabia, “pues mucho mis valié no resolver un probie- ma que solucionarlo defectuosamente”.” En este sentido Paul Heinrich Neuhaus expresa que “vacilaria leer en el articulo 2°, referente a Ia apli- cacién del derecho extranjero competente, la posibilidad de un reenvio © la aplicabilidad de otro derecho”; y destaca como ventaja de Ja con- vencién “que no intenta de regular aquellos asuntos que ain no tengan madurez para una segulacién internacional’. Por su parte, Tatiana de Mackelt estima que, a su entender, “no fue la intencién del legislador introducir directamente el reenvio en esta convencion. Por ello, seria deseable contar con una norma especifica, frato de futuros trabajos en el hemisferio”.* 25. No obstante, el doctor Werner Goldschmidt afirma: UL articulo 2° sanciona, en segundo término, la teoria del uso juridico y el principio de la tolerancia al proclamar que aplicar derecho extranjero significa aplicarlo “tal como lo harfan los jueces del Estado cuyo derecho resultare aplicable”, De abi se infiere que si, por cjemplo, hemos de aplicar en Ja Argentina a una sucesién de un argentino con iltimo domi- cilio en Roma, derecho italiano, habremos de resolver el caso segan el derecho civil argentino, por Ja sencilla razén de que asi lo solucionaria ef juez italiano, que aplicaria el derecho nacional del causante (articulo 2°, Codice civile) excluyendo el reenvio (articulo 30, Cédigo Civil), Ello rales de Ja CIDIP-I. Hacia una teoria general del Derecho Internacional Privado Interamericano”, en Anuario Juridico Interamericano, 1979, Washington, 1980, p. 151). En et mismo sentido el licenciado Fernando Alejandro Vasquez Pando advierte: “En la CIDIP-IT ia disparidad de opiniones en cuanto al reenvio fue tal, gue se preficié no regular el tema en la Convencién Interamericana sobre Normas Generales de Derecho Internacional Privado” (Comentarios sobre el nuevo Derecho Internacional Privado mexicano, en Undécimo Seminario Nacional de DIP, México, 1989, N° 2.3). 52. Goldschmidt, “Normas", ast. cit, Anuario, 1979, op. cit., p. 154; “Un logro ame- ricano en el campo coavencional del Derecho Internacional Privado (DIP), en Ef Derecho, N 4.763, Buenos Aires, 1979, pp. 2-3. 53. Paul Heinrich Neuhaus: “Las Convenciones Interamericanas sobre Derecho Iaterna- cional Privado vistas por_un europea”, en Anuario Juridico Interamericano, 1981. Washington, 1982, pp. 171-180; “Die ‘Konventionen der OAS ber. Internationales Privatrecht in “der Sicht eines “Europiers”, en Zeitschrift fiir Rechisvergleichung, 1982, pp. 287-302. Al respecto agrega: “En ello esta el peligro de las conferencias internacionales, en tas cuales, por alcanzar un éxito aparente o debido a una cierta cuforia después de haber superady algunas dificultades, al’ final. se logiae acces dos sobre cuestiones atin abiertas, los cuales no puedena la larga resultar satisfac. torios. En consecuencia, el tratado, producto de este tipo de acuerdos, o no se fatifica 0 slo por muy pocos o se impone el desarrollo hacia una solucidn mejor”, 34, Tatiana B. de Maekelt: “General Rules of Private International Law in the Ame- sicas. A New Approach”, RC, Vol. 177, p. 328; Normas Generales de Derecho Internacional Privado en Améried, Caracas, 1984, p. 176, que después en el tercer 160 GONZALO PARRA-ARANGUREN significa que la solucién implica para el juez argentino un reenvio del DIPr. argentino al DIPr, italiano y al derecho civil argentino, reenvio que se manifiesta porque Italia repudia el reenvio. Caso contrario llegaciamos para el juez argentino al doble reenvio. En otras palabras, la doctrina del uso juridico implica a veces un reenvio, porque tal argumentacién puede hhallarse encapsulada en la solucién fictica extranjera; pero ella no es idén- tica a la teoria del reenvio, que ensefia que las normas indirectas de un pais indican las de otro pais.** 26. La anterior afirmacién no resulta facil de aceptar, habida cuenta de la actitud de los delegedos ante las variadas propuestas for- muladas durante Ja conferencia, segiin se desprende de los trabajos pre- paratorios de la convencién. Al contrasio, parece mds razonable admitic que los Estados contratantes quedaron en libertad para regular el pro- blema; y asi lo demuestra.la experiencia posterior a su ratificacién, por cuanto el problema ha sido resuelto en forma ‘divergente por algunos estados parte, En efecto, el articulo 2.048 del Cédigo Civil del Pert (1984) rechaza el reenvio tanto de primero como de segundo grado y prescribe aplicas Ja ley interna extranjera; pero México, en el segundo pardgrafo del articulo decimocuarto del Cédigo Civil para el Distrito Federal, en materia comin, y para toda la Repiblica en materia fede- ral, reformado en 1988, dispuso: “En la aplicacién del derecho extran- jero se observara Jo siguiente: ... 11. Se aplicar4 el ‘derecho sustantivo extranjero, salvo cuando dadas Jas especiales circunstancias del caso de- ban tomarse en cuenta con cardcter excepcional, las normas conflictuales de ese derecho, que hagan aplicables Jas normas sustantivas mexicanas o de un tercer Estado”.* Blrrafo de su aniculo tercero: “$i de acuerdo con las leyes del Estado extranjero, feclaradas competentes por las leyes nacionales, ha fugar para aplicar las leyes mexicanas, serdn étas las que deban aplicarse”. 55. Goldschmidt: “Un logeo", att. cit., E? Derecho, op. cit, p. 835; “Normas”, art. ‘Anuario, 1979, op. tity p. 151. Denteo de la'misma ditectriz parece orientarse Ta- tiana de Maekelt, cuando afirma que el reenvio podria set aplicado “si se encontrara aceptado en las nocmas de Derecho Internacional Privado del sistema juridico sefia- Jado como aplicable por Ia norma del conflicto” (""General”, art. cit, p. 3273 Normas, o- tity, p. 176. 56. EI licenciado Fernando Alejandro Vasquez Pando, Iuego de informar sobre Ia géne- sis historica del precepto, hace los siguientes comentarios: “Como se puede apreciar, fen materia de reenvio 1a solucién de la reforma también es cauta. Lo cual refleja In falta de uniformidad de la doctrina, 1a legistacién y 1a jurisprudencia en este tema, La fraccién If del articulo 14 se ‘niega a rechazar el reenvio como principio absointo, posicién defendida entre nosotros por Carlos Arellano Garcia; pero tam- poco lo scepta como principio absoluto. Adopta, por tanto, una posicién moderada, Eegin Ia cual el. reenvio es aceptable tan sélo como excepciéa, cuando asi lo justi- Fiquen las especiales caracteristicas del caso, Lo importante dela disposicién ¢s que roe epetia uns tendencia a abandonar Ia adopeion de crterios conflictuales mecinicos, que no tomen en consideracién las exigencias de la equidad en el caso EL REENVIO EN EL DERECHO INTERNACIONAL. .. 161 27, En virtud de Ia ausencia de regulacién del problema del reen- vio por 1a Convencién Interamericana sobre Normas Generales de De- recho Internacional Privado, a tenor del segundo pfrrafo de su articulo primero, “los Estados partes aplicarin las reglas de conflicto de su dere- cho interno”; mandato en un todo conforme con lo dispuesto por el ar- ticulo octavo del Cédigo de Procedimiento Civil venezolano, segtin el cual, en defecto de tratados entre Venezuela y el Estado respectivo, los jueces “aplicaran lo que sobre la materia dispongan las leyes de la Re- publica”. Iv EL TRATAMIENTO DEL REENVIO EN EL SISTEMA VENEZOLANO DE DERECHO INTERNACIONAL PRIVADO 28. El sistema venezolano se abstiene de regular el problema en términos generales, En efecto, no hay ningin precepto que ordene apli- cat las reglas de Derecho Internacional Privado de la ley extranjera declarada competente por las normas de conflicto venezolanas, pero tam- poco existe disposicién alguna que prescriba aplicar 1a ley interna extran- jera; y en relacién a este silencio Carmen Luisa Reyna de Roche ha ad- vertido: Ni siquiera se lo acepta parcialmente, admitiendo la devolucién de compe- tencia a la ley venezolana que hiciera el derecho extranjero aplicable de acuerdo con la norma de conflicto nacional, solucién que se conformaria plenamente dentro de Ia tendencia territorialista que, frente a los proble- mas de Derecho Internacional Privado, han mostrado auestros intérpretes ¢ incluso nuestros legistadores, con pocas excepciones. Hubiera sido ésta una manera de lograr la aplicacién de la ley venezolana aun en casos en que, de acuerdo con nuestras normas de derecho conflictual, corresponderia normal- mente la aplicacién del Derecho extranjero. ,. Esta omisién puede explicarse probablemente si pensamos que el reenvin es un problema de planteamiento relativamente reciente en el Derecho Internacional Privado. A pesar de algunos antecedentes algo remotos, no adquiere celebridad sino 2 partir de la sentencia de la Casacién francesa frente al asunto Forgo, dictada en 1878, Nuestro sistema de Derecho Internacional Privado, al contrario, estd fundamentalmente contenido en unas cuantas disposiciones del Titulo Pre- ‘concreto...” (art, cit, N° 2.3, p. 30). Por Jo demés, también recuerda que ¢l reenvio de primer grado se encontraba admitido, en wn caso especial, por el pari- grafo cuarto del asticulo tercero de Ia Ley de Navegacién y de Comercios Maritimos, publicada en el Boletin Oficial del veintidds de diciembre de 1975. 162 GONZALO PARRA-ARANGUREN liminar del igo Civil que datan, con pocas modificaciones, de nuestros primeros cédigos promulgados en 1862, 1867 y 1873. No obstante, en 1a reforma del Cédigo de Comercio ocurrida el veintinueve de junio de 1919, ei Congreso de la Reptiblica acepté ex- presamente ¢l reenvio para determinar la capacidad cambiaria, en segui- miento de ta directriz establecida en cl Reglamento Uniforme sobre Letra de Cambio y Pagaré a la Orden, aprobado el veintitrés de julio de 1912 en la Segunda Conferencia de La Haya. Este mandato debe ser obedecido por el juez, con independencia de sus ideas al respecto, a menos que un tratado internacional vigente disponga en otro sentido, como lo hace 12 Convencién Interamericana sobre Conflictos de Leyes en Materia de Letra de Cambio, Pagarés y Facturas, ratificada por Ve- nezuela;- pero queda abierta Ja interrogante acerca de 1a posible aplica- cién por analogia del primer parrafo del actual articulo 483 del Codigo de Comercio. Por tanto, es preciso investigar la voluntad del Iegislador venezolano, la actitud de Ia jurisprudencia y la opinién de los autores patrios antes de llegar a {as propias conclusiones sobre la solucién impli- cita en el sistema venezolano de Derecho Intemacional Privado. Vv EL ARTICULO 483 DEL CODIGO DE COMERCIO VENI EZOLANO 29. No obstante la ausencia de una solucién del problema del reenvio en términos generales, existe una norma especial, el primer pa- zrafo del articulo 483 del Cédigo de Comercio venezolano, que dispone: La capacidad de una persona para obligarse por medio de una letra de cam- bio se determina por Is fey nacional. Si ¢sta declara competente la de otro Estado, ésta dltima es la que se aplica.** 30. La simple lectura del texto transcrito permite establecer que la primera frase del articulo 483 del Codigo de Comercio nada agrega al sistema venezolano de Derecho Internacional Privado, tan sélo se sepite el principio general, consagrado en los articulos 9° y 26 del Codigo Civil, que atribuyen competencia a la ley de la nacionalidad para regir ef estado y capacidad de Jas personas. 37. Reyna de Roche, att. cit, p. 157. 58. El articulo 483 agrega en ef segundo pirrafo: “La persona que sea incapaz segiin la regla determinada en el pisrafo anterior, estard, sin embargo, validamente o} ada si lo ha sido con anterioridad en el territorie’ de un Estado, segiin cuya legis- lacién seria capaz”. 59. El atticulo 9% del Cédigo Civil dispone: “Las leyes concernientes al estado y capa- cided de las personas obligan a los venezolanos, aunque residan © tenga sa domi- EL REENVIO EN EL DERECHO INTERNACIONAL. . - 163 Sin embargo, el legisiador no se limita a establecer Ia legislacién aplicable; también ordena consultar Jas normas de Derecho Internacional Privado de la ley de Ja nacionalidad, en principio competente, y admi- tir el eventual reenvio que éstas hagan a otra legislacién. Por tanto, no puede existir duda razonable ni promoverse discusién alguna acerca de la solucién del problema del reenvio en el sistema de Derecho Interna- cional Privado venczolano cuando se trata de determinar la ley aplicable a la capacidad para obligarse por Jetra de cambio. La cuestién es resuelta en forma expresa por e] primer pdrrafo del articulo 483 del Cédigo de Comercio y el] juez debe obedeccr el mandato del Jegislador, con inde- pendencia de cuales scan sus ideas personales sobre la materia. Por tanto, debera admitirse el reenvio de primer grado y aplicar su propia legislacién cuando Jas normas de conflicto de Ja ley de Ia nacionalidad le devuelvan 1a solucién del problema; y aceptar la transmisién o reenvio de segundo gtado si fas notmas de Derecho Inteznacional Privado de Ia ley de Ja nacionalidad atribuyen competencia a otra legislacién extranjera, 31. Los antecedentes histéricos de! primer parrafo del articulo 483 del Cédigo de Comercio” permiten afirmar que no pretende admitir el reenvio de tercero o ulterior grado, aun cuando el asunto no es ob- jeto de mayor anilisis por los autores venezolanos ni ha sido resuelto por la jurisprudencia patria. En efecto, en el informe de Ja Comision de Derecho Internacional Privado, constituida durante la Conferencia de La Haya de 1910, se lee en relaci6n al primer parrafo del articulo 483 del Proyecto de Convencién, que sitvié de modelo al precepto venezolano: Hasta el presente no se ha hablado sino de Ia ley de la nacionalidad, que, en Ia mayoria de los casos, es la competente para determinar el estatuto personal. Es posible que esta ley reenvie 2 otra ley para esta determinacién, reconozca, por cjemplo, la ley del domicilio como exclusivamente compe- tente 0 como pudiendo ser aplicada concurrentemente con Ia ley de la na- cionalidad. Entonces habri de aplicar la ley asi determinada.! cilio en pais extranjero”; y el atticulo vigésimo sexto prescribe: "Las personas extranjeras gozan en Venezuela de los mismos derechos civiles que las venezolanas, con las excepciones establecidas 0 que se establezcan. Esto no impide la aplicacién de las Jeyes exteanjeras relativas al estado y capacidad de Jas personas en los casos autorizados por el Derecho Internacional Privado”. 60. Véanse luego los niimeros 34, 40 y 93 de este trabajo. 61, Conférence de La Haye pour Unification du Droit relatif a la Lettre de Change, ete, 1910. Actes, op. city p. 126. El precepto fue aprobado, sin ninguna clase de observaciones, el veintidés de julio de 1910 en la Séptima Sesién Plenaria de la Conferencia (Conference de La Haye, op. cit., p. 116). 164 GONZALO PARRA-ARANGUREN 32. La solucién aprobada en La Haya, Iuego de un cuidadoso examen del tema, fue repetida como articulo segundo en la "Convencion destinada a regular ciertos conflictos de leyes en materia de letras de cambio y pagarés”, suscrita en Ginebra el siete de junio de 1930; y sus comentaristas estan acordes en los limites establecidos al reconocimiento del reenvio, con base en debate del asunto en la Conferencia de La Haya de 1912, cuando Giulio Diena, afirmé: No habria aqui reenvio indefinido, que es el defecto principal del sistema del reenvio. En efecto, como miximo no habria sino dos recnvios; en primer lugar se tomaria en oventa Ia ley de la nacionalidad y, en seguida, de acuerdo con el caso, a la ley que fuera designada por Ia ley de la na- cionalidad.** Asi lo destaca Pierre Arminjon. De acuerdo con su criterio, tanto la letra como el espiritu del articulo segundo permiten concluir que solo acepta un tinico reenvio, es decir, que “‘si una regla de conflicto de la legislacién designada por la ley de ta nacionalidad a su vez desig- na otra legislacién, no se tomard en cuenta este nuevo reenvio y se determinara 1a capacidad del signatario, conforme a las reglas pos’ de la Jey a 1a cual reenvia la ley de !a nacionalidad’.” Al decic de P. Lescot y R. Roblot, los trabajos preparatorios y ef texto del articulo comprueban que e! reenvio fue autorizado de una manera limitada; y también con fundamento en las declaraciones de Giu- lio Diena afirman que, como maximo, no son posibles sino dos opera- ciones: en primer lugar se refiere a la ley de la nacionalidad y en-su caso a Ja fegislacién designada por la Jey de la nacionalidad para aplicar sus reglas de derecho interno sobre capacidad cambiaria.” Por su parte, Ernst Jacobi advierte que el recnvio de la ley de la nacionalidad a la lex fori, prescrito por el articulo segundo de la con- vencidn, sélo funciona respecto a los nacionales de Estados que no son partes de la convencién, pues de serlo ‘debe aplicarse 1a ley de la nacio- nalidad, que constituye la regla uniforme. De igual modo, la admisiOn del reenvio hecho por la ley de la nacionalidad a Ia legislacién de otro 62. Conférence de bt Wage pour Funificution du droit en mutiére de lettre de change, de biller a Vordre et de chique (Deuxiéme) Actes, 1912, La Haya, 1912, p. 347. 63. Atminjon, Pierre: Précis de Droit International Privé Commercial, Patis, 1948, N* 141, p. 283. De inmediato agrega: “A pesar de esta limitacién, el reenvio cons- tituir’ wea causa de incertidumbre, porque para saber ef valor del compromiso cam- biario, los interesados deberén consultar las reglas de conflicto, a menudo dificiles de conocer, de Ia legislacién de su nacionalidad™. G4. Lescot, P.; Roblot, Ri: Les Effers de Commerce, Tomo Il, Paris, 1953, N* 1.044, pp. 546-547. EL REENVIO EN EL DERECHO INTERNACIONAL... 165 Estado distinto, sdlo es ordenado respecto a los siibditos de un Estado no contratante; pero si éste, a su vez, reenvia a la legislacin de un tercer pais tal mandato no debe obedecerse, por cuanto no permite cum- plir la voluntad de ta ley de la nacionalidad, ya que ef segundo Estado rechaza la competencia que le ha sido atribuida. En tal virtud, el pro- blema debe resolverse conforme a Ia ley de Ja nacionalidad; conclusién indiscutible cuando €1 segundo Estado devuelve Ia solucién del asunto a la ley de la nacionalidad, porque entonces no existe conflicto entre las normas respectivas. Por consiguiente, de acucrdo con el articulo se- gundo de la convencién, el reenvio sélo se acepta cuando la ley de la nacionalidad y la del segundo Estado estén de acuerdo cn Ia competen- cia de este ltimo, sin que pueda entenderse que la ley de la nacionali- dad adquiere facultades para determinar la ley aplicable a la capacidad cambiaria.* 33. A pesar del expreso mandato del legislador, la aplicacién del articulo 483 del Cédigo de Comercio se encuentra supeditada a la ausen- cin de “teatados pitblicos de Venezuela con el Estado respectivo, en cuan- to al punto en cuestién”, segiin lo prescribe el articulo octavo del Codigo ‘de Procedimiento Civil. Por tanto, en la actualidad, el juez tiene que abstenerse de obedecer su mandato cuando el supuesto de hecho se en- cuentre vinculado con algunos de los paises ratificantes de la Conven- cién Interamericana sobre Conflictos de Leyes en Materia de Letras de Cambio, Pagarés y Facturas.** En efecto, en semejante hipdtesis deber& aplicarla con preferencia y resolver el asunto de acuerdo con su articulo primero, que dispone: La capacidad para obligarse mediante una letra de cambio se rige por Ja ey det lugar donde Ja obligacién ha sido contraida. Sin embargo, si la obligacién hubiere sido contrafda por quien fuere incapaz segin dicha ley, tal incapacidad no prevaleceré en el territorio de cualquier otro Estado parte en esta convencidh, cuya ley considerare vilida Ia obli- pacion.t 65. Jacobi, Erast: Wechsel und Scheckrecht unter Beriichsichtigung des aushindischen Rechs, Berlin, 1956, pp. 1.008-1.010. 66. Este es el sentido ldgico de Jas palabras del doctor Alfredo Morles Hernindez, cuando afitma que el articulo 483 del Cédigo de Comercio se encuentra “derogado™ por la ratificacion de ta Convencién de PanamA (Curso de Derecho Mercamsil, ‘Tomo III, 3* ed., Caracas, 1989, p. 1.402). 67. Tratados piblicos y Aenerdos Internacionales vigentes en Venezuela, Tomo XXVIII, Caracas, 1988, pp. 18-22. EL Congreso venezolano ratified In convencién por ley de dieciséis de enero de 1985; fue publicada en la Gaceta Oficial N° 33.250 del veintitrés de enero de 1985, y el instrumento de ratificacién se deposité en la Secretaria de la Organizacién de tos Estados Americanos ef diecistis de mayo de 1985. De acuerdo con un documento distribuido en julio de 1989, durante las sesiones de la Cuarta Conferencia Especializada Interamericana sobre Derecho In- 166 GONZALO PARRA-ARANGUREN 34. El articulo 483 del Cédigo de Comercio es una simple tra- duccién, no muy feliz por cierto," del respectivo precepto del Reglamen- te Uniforme sobre Letra de Cambio y Pagaré a Ja Grden, aprobado en La Haya el veintitrés de julio de 1912,° incorporado a la legislacién venezolana en la reforma del Cédigo de Comercio que tuvo lugar el veintinueve de junio de 1919; y se ha mantenido inalterado hasta la ternacional Privado (CIDIP-IV), hasta el primero de julio de 1988. estaba vigente entre los siguientes paises: Argentina, Costa Rica, Chile, Ecuador, El Salvador, Gua- temala, Honduras, México, Panama, Paraguay, Peri, Repiblica Dominicana, Uruguay y Venezuela (OEA/Ser. G - CP/GA/CIDIP-IV/doc. 5/88, corr, 1). Ef nimero de Estados ratificantes no he variado al primero de noviembre de 1990, segin se desprende de otro documento publicedo por It Organizacién de los Estados Ame: canos, sin identificacién especial. 68. EI doctor José Muci-Abraham, en relacién al segundo pirtafo del articulo 483 del Cédigo de Comercio, formula los siguientes comentarios criticos: En el texto francés del citado regiamento. el Gnico aparte del articulo 74 presentaba esta redac- cién: "La personne qui serait incapable, d'abres la Joi indiquée par Valinéa précé- est, néazmoins, valablemente tenue. si elle Pest obligée sur le tervitoire Pun Etat daprbs la législation duquel elle aurait éé capable". Segtm 1a acertada trae duccién hecha por Ayala, Melo y Villazén, el texto de la norma antetiarmente trans- crita era éste: “La persona que sea incapaz, de acuerdo con la ley indicada en ef rafo precedente, queda, sin embargo, validamente obligada si se ha comprome- lo en el territorio de un Estado conforme 2 cuya legislacién seefa capaz". En el imico aparte del articulo 489 de muestso Proyecto de Codigo de Comercio de 1919 (Art. 483 de! Cod. de Com, vigente), el comentado precepto del Reglamento Un forme se tradujo como sigue: “La persona que sea incapaz, sein Ia regla determi- nada en el pérrafo anterior. estard, sin embargo, validamente obligada si lo ha sido con anteriovidad en el tertitorio de un Estado, segin cuya legistacién seria capaz". Las expresiones cow anterioridad injertadas en la norma del Proyecto, po- defan inducit a pensar que sus autores pretendieron variar el sentido de Ia regia establecida en el aparte nico de! articulo 74 del Reglamento Uniforme. Pensarn’ sin embargo. que Ins expresiones con anteriorided no fueron deliberadamente util zadas por los proyectistas venezolanos con el propésito de modificar el texto del Realamento Uniforme. Los prayectistas venezolanat de 1919, simplemente. tradujeron defectuosamense el Reglamento Uniforme, y oo tuvieron en mente su alteracién. Este criterin aparece reforzado por el hecho de que en la traduccién castellana del “Reglamento Uniforme sobre la letra de cambio y pagarés a la orden, acordado en La Haya el 23 de julio de 1912", publiceda con anterioridad a nuestro Proyecto por el profesor cubano Ricardo M. Aleman, en su obra La Letra de Cambio, editada por la Libreria Cervantes, en La Habana, en 1918, el tnico aparte dei articulo 74 del Reglamento Unifozme, como en ef Proyecto venezolano. dice: “La petsona que sea incanaz, segdn la regla determinada en el parrafo anterior, estar, sin embargo. vilidamente oblieada si to ha sido cow anteriovidad en el territozio de un Estado segiin cuya legislacién seria capaz” (p. 224). El error de traduccién de los pro- yectistas venezolanos fue evidente. O nuestros proyectistas utilizaton varias traduc- ciones del Reglamento Uniferme (puesto que el texto que adoptaron no es en stt totalidad idéntico al que aparece en ia obra de Aleman). y entre ellas se valieron de la publicada por Alemin, o el texto publicado por éste y e! de nuestros pro- yectistes tuvieron. en parte, una fuente comin, que bien pudo ser la traduccién pbrovisoria utilizada por lz Comisién que en la Confecencia de Buenas Aires tuvo a su cargo el estudio del tema “letras de cambie, conocimientos y demas papeles del comercio internacional” (“El Estatuto cambiario venezolano” [1966], reproducido en Estudios Juridicos, Caracas, 1978. p. 44, nots 42). 69. Véanse luego los nimeros 38 a 42 de este trabajo. 70. Véase luego la letra B del Capitulo VI de este trabajo. EL REENVIO EN EL DERECHO INTERNACIONAL. « - 167 presente fecha. La doctrina patria destaca, con frecuencia, este origen histérico,* y en ocasiones también menciona el] tramite de Ja aprobacién del Proyecto por el Congreso; pero el anilisis exegético del articulo suele ser bastante escueto y se limita a ejemplificar su funcionamiento en la practica, sin mayores explicaciones, en particular respecto a su posible aplicacién analégica a otras materias.? 35. Comentarios mds extensos fueron hechos por el doctor Carlos Morales, cuando advirti En el proyecto de Unificacién de la letra de cambio se bused una solucién equitativa conciliando en to posible las aspiraciones sustentadas por los delegados de acuerdo con Io establecido en Ia Segislacién de sus respectivos paises ... En resumen, nuestro Cédigo de Comercio, al acoger el Proyecto de Unificacién de La Haya, ha admitido el principio de que es la ley per- sonal la que debe establecer ef estado y Ia capacidad y para conciliar los sistemas que han surgido para determinac cui! es la ley personal, sf Ja na- cional o la del domicilio, se ha inspitado en ambas teorias y extendido el concepto en beneficio de la vatidez de la letra de cambio hasta prescribir la aplicacién de Ia ley territorial en pro de la capacidad del obligado."* EI doctor Roberto Goldschmidt, luego de ejemptificar su funciona- nmiiento, tan sélo agrega: Este es el problema del reenvio que ¢s sumamente complicado. En caso de una reforma del Cédigo, convendré partir de la ley del domicilio, y no de Ia ley de a nacionalidad.™* 71. Carlos Morales: Estudio sobre la letra de cambio on el Cédigo de Comercio Ve- nezolano, Caracas, 1936, pp. 172-173; Roberto Goldschmidt: La Jessa de cambio al cheque en la legislacién venezolana, Caracas, 1963, p. 17. Idénticos conceptos repitié en su obra: Cura de Derecho Mercantil, Caracas, 1964, N° 138-B, p. 336; Goldschmidt, Roberto: Curso de Derecho Mercantil, Segunda edicién, cotregido y ampliado por el autor y actualizado por el profesor Victor Manuel Pulido Méndez, Caracas, 1974, N° 138-B), p. 247: José Loreto Arismendi, hijo: Titulos de crédito. La letra de cambio en Venezuela, Caracas, 1976, pp. 18-20, 34-38; José Muci- ‘Abraham, hace una resefia histérica més amplia, comenta las sesiones de la Confe- rencia de La Haya de 1910 y de 1932, el Primer Congreso Financiero Panamericano (1915), 1 Confesencia de Buenos Aires (1916), el Proyecto de Cédigo de Comercio ¥ sa aprobacién por el Congreso venezolano en 1919 y efectéa un anilisis compa- rativo con las recomendaciones hechas en la reunién de Buenos Aires (op. cit., pp- 29-57); Leopolde Borjas: Talos de crédito ("La reforma del Cédigo de Comercio”, en Exsayos ¥ otros estudios juridicos, Tomo Il, Caracas, 1981, pp. 466-470); Morles Hernindez, of. cit., Tomo TI, pp. 1.314-1.316. 72. Véase el Capitulo VI de este trabajo. 75. Morales, op. cit, pp. 172-173. 74. Goldschmidt: La letra, op. cit., p. 17; Curse, op cit, N° 138-B, p. 247, 168 GONZALO PARRA-ARANGUREN Por su parte, Richard S, Lombard afirma que no resulta claro si el articulo se aplica a los pagarés, aun cuando Io considera posible si estan sometidos al Cédigo de Comercio venezolano.* VI LA POSIBILIDAD DE APLICAR ANALOGICAMENTE EL ARTICULO 483 DEL CODIGO DE COMERCIO. 36. Debido a la ausencia de una norma venezolana que resuelva el problema del reenvio en términos generales,.es necesario tomar en cuenta “lo que se desprende de la mente de la legislacion patria’, segin lo prescribe el articulo octavo del Cédigo de Procedimiento Civil; y por tanto, la aceptacién expresa del reenvio para determinar la ley apli- cable a la capacidad cambiaria y ¢! silencio del sistema venezolano para resolver el problema en términos generales plantea la pregunta acerca de la posibilidad de utilizar analégicamente 1a solucién del articulo 483 ‘del Cédigo de Comercio a otras materias distintas. Ahora bien, la con- testacién de esta pregunta hace necesario investigar la intencién del legislador venezolano y en esta tarea es posible establecer la ausencia de dudas razonables acerca del origen histérico del precepto, por cuanto el Congreso se limité a transcribir el articulo 74 del Reglamento Uniforme sobre Letra de Cambio y Pagaré a la Orden, aprobado en La Haya el veintitrés de julio de 1912. Por tanto, la adecuada inteligencia de Ja voluntad legislativa impone el examen de las finalidades y propésitos perseguidos por los redactores del modelo adoptado por el sistema ve- nezolano. . A, LOS ANTECEDENTES HISTORICOS DEL ARTICULO 483 DEL ‘CODIGO DE COMERCIO 37. Ahora bien, la celebracién de una conferencia internacional para estudio y la preparacién de un derecho cambiario uniforme fue aconsejada tanto por el Reichstag aleman, en resolucién de} primero de mayo de 1907, como por la Camara de Diputados italiana, el quince de mayo ‘de 1908; idea que el diecinueve de junio de 1908 tuvo el respaldo de la Unién Interparlamentaria reunida en Berlin. En seguimiento de 75. Richard $. Lombard: American - Venesuelan Private International Law, New York, 1965, p. 84. 76. Los esfuerzos anteriores dirigidas a ta unificacién legislativa en materia de letra de cambio: pueden consultarse, entre otros, en David Supino - Jorge De Semo: De /a EL REENVIO EN El, DERECHO INTERNACIONAL. - - 169 tales sugerencias, previa Ia distribucién de un cuidadoso cuestionario preparado por Tobias M. C. Asser, el gobierno de Holanda invité a una conferencia, inaugurada el veintitrés de junio de 1910 con repre- sentacién de treinta y dos paises, sin asistencia de Venezuela. Louis Renault, en su cardcter de relator, presenté el Informe de la Comisiéa de Derecho Internacional Privado, y los preceptos sobre la materia no suftieron cambio alguno al ser discutidos, cl veintidés de julio de 191.0, en la Séptima Sesién Plenaria de Ia Conferencia.” Al concluir sus labores el veinticinco de julio de 1910, la Primera Conferencia reunida en La Haya habia aprobado un Proyecto de Ley Uniforme en ochenta y ocho articulos; y en el distinguido con el ntimero 83 fue prevista: La capacidad de una persona para obligarse por letra de cambio se determi- nari por su ley nacional. Si esta ley nacional declara competente Ia ley de otto Estado, se aplicara esta iiltima.78 De igual modo se aprobé un Proyecto de Convencién, constante de veintidés articulos, para permitir a los Estados contratantes ciectas modi- ficaciones en algunos puntos en los cuales no habia sido posible el acuer- do de los delegados. Sin embargo, los textos adoptados en la Primera Conferencia no tenian catacter definitivo, pues se consideré aconsejable celebrar una segunda reunién, después de transcurrido el tiempo nece- sario para que los paises pudieran efectuar su estudio y formular even- tuales observaciones.”* 38. La Segunda Conferencia de La Haya se reunié el diecisiete de junio de 1912 sin asistencia de Venezuela; y su primera decisién fue Tetra de cambio y del pagaré cambiario. Del cheque, traducciéa de Jorge Rodriguez ‘Aimé, con la colaboracién de Delia Viterbo de Frieder y Santiago Sentis Metendo, . Tomo 8 de la Coleccién “Bolaffio-Rocco-Vivante”, Derecho Comtercial, Volumen 1, Buenos. Aires, 1950, Nos. 1-26. pp. 1-39: Lorenzo Mossa: Tratatto della Cam- biale, Padova, 1956, Nos. 106-117. pp. 107-118, 77. Conférence de La Haye pour !'Unification du Droit relatif a la Lettre de Change, ee, Actes, op. cit. pp. 115-137. A pesar de no haber asistido nuestro pais, e] éxito dela reunién fue comentado por Angel César Rivas, en un articulo titulado: “I. uniformidad de las leyes concernientes ala letra de cambio y la Conferencia Inter- nacional de La Haya", RDL, 1911-1912. Tomo I. p. 28. 78... Fl articulo 83 agregé en el segundo partafo: “Toda persona incapaz, de acuerdo con Ia ley indicada en el parrafo precedente, quedara, sin embargo, vélidamente obligada si se hubiere comprometide en el territorio de un Estado conforme a cuya legislaci6n seria capaz". No obstante, el articulo decimoquinto de la Convencién facult6 a los Estados contratantes “para no reconocer Ia validez de un compromiso contraido. con respecto a una letra de cambio por persona que dependa de su jurisdiccién, si el compromiso no fuera vilido en ef territorio de los otros Estados contratantes sino por Ia aplicacién del articulo 83, pirrafo sepundo, del reglamento”. 79. Lescot-Roblot, op. cit., Tomo 1, Paris, 1953, N° 59, pp. 71-72. 170 GONZALO PARRA-ARANGUREN el nombramiento de una Comisién que debia presentar un nuevo instru- mento, después de examinadas las criticas y observiciones hechas a los anteproyectos. En consecuencia, fueron suprimidos algunos articulos y se hicieron ciertos cambios de fondo, particularmente sobre los efectos de la quiebra del librado no aceptante y de! Jibrador, las modalidades del recurso por falta de aceptacién y los lapsos de prescripcién; también se amplio la posibilidad de formular reservas."? Al concluir sus Iabores el veintitrés de julio de 1912, treinta y siete paises suscribieron el Re- glamento Uniforme sobre Letra de Cambio y -Pagaré a la Orden y un Proyecto de Convencién, constante de treinta articulos, que permitian Ja formulacién de reservas en los puntos sobre los cuales no habia sido posible acuerdo aiguno. A pesar de algunas oposiciones,* el articulo relativo a la ley com- petente para regular Ia capacidad cambiaria se mantuvo inalterado con el numero 74, Por tanto, fue dispuesto tomar en cuenta las normas de Derecho Internacional Privado de la ley de la nacionalidad, en principio competente, para admitir tanto ef reenvio de primero como el de segundo grado; pero se rechaz6 Ja posibilidad de un ulterior reenvio.** 39. Las expectativas de ratificacién del Reglamento Uniforme de 1912 se frustraron por Jos acontecimientos que condujeron a Ia Primera Guerra Mundial. Sin embargo, fue objeto de andlisis en el hemisferio 80. Tl Proyecto de Reglamento Uniforme, en 80 articulos, fue distribuido el quince de julio de 1912, con una exposicién anexa que redactaron Charles Lyon-Caen y Walter Simons: y el veinte de julio de 1912 Louis Renault present un informe sobre la Tegulacién de los problemas de Derecho Internacional Privado (conflicto de leyes) y Sobre el Proyecto de Convencidn. 81. La Gran Bretafia y les Estados Unidos de la América del Norte se abstuvieron de suscribir los dos instramentos. Una exposicién de la actitud asumids por los paises Iatinoamericanos en las dos conferencias de 1a Haya se encuentra en: Garcia Cal- derda, op. cit.. pp. 205-226. 82. La ctitica fue formulada particularmente por el delegado italiano G.C. Buzatti (Actes, La Haya, 1912, Tomo I. 1912, p. 83)- 83. Jacobi, op. cit., N° 128. p. 1.009. El segundo patrafo del articulo 74 consagré [a competencia altesnativa de la lex loci actus; pero en el articulo 18 del Proyecto de Convencién se faculté a todo Estado contentante “para no reconocer tz validez de un compromiso contraido con respecto a una letra de cambio por persona que depen- da de su jurisdiccién, si el compromiso no fuera valido en el tertitorio de los otros estades contratantes, sino por la aplicacién del articulo 74, parrafo 2, det regla- mento”. 84. Giuseppi Valeri: Diritto Camdiario Naliana, Tomo 1, Mildn, 1936, N® 15, p. 32. Poco antes del comicnzo de las hostilidades podia considerarse casi segura la rati- ficacién, por parte de Alemania, Austria y Rusia; pero la actitud de Francia ema menos favorable (Lescot-Roblot, op. cif.. Tomo 1, N® 59, pp. 72-73). EL REENVIO EN EL DERECHO INTERNACIONAL. . - 71 americano; y la Alta Comisién Internacional, reunida en Buenos Aires del tres al doce de abril de 1916, examind !a posibilidad de unificar el régimen juridico de Ja letra de cambio sobre Ja base del Reylamento de La Haya. Ahora bien, durante la segunda sesién, qlie tuvo lugar el dia cuatro de abril de 1916, fueron designadas siete comisiones, y a ‘a comisién segunda, bajo Ia presidencia del representante del Brasil (Herculano Marcos Ing!ez de Souza), le correspondié el estudio det tema: “Letras de cambio, conocimientos y dems papeles del comercio internacional”.* Una vez hecho el estudio necesario, se preparé el correspondiente In- forme, que fue considerado el doce del mismo mes por Ia Séptima Se- sién de la Alta Comisién Internacional de Legislacién Uniforme;* y en esa oportunidad, e} doctor Eduardo Jiménez de Aréchaga (Uruguay) recordé el “grave.problema” surgido ai discutirse el articulo 74 del Re- glamento de Ley Uniforme y los articulos 18 y 20 de fa Convencién, para afirmar en téminos enféticos: 85. El diecinueve de noviembre de 1914, el gobierno de tos Estados Unidos de América convoré a una reunién de fos ministras de Hacienda del hemisferio, que tuvo lugar en Washington det veinticuatro al veintinueve de mayo de 1915, para discutir problemas de finanzas, banca y negocios, transporte y comercio. Este Primer Con- greso Financiero Panamericano creé la Alta Comisién Interamericana (Alte Comisiéa Internacional}, con el objeto de facilitar ta ejecucién de les resoluciones del propio Congreso y la’ unificacin de las teyes en materia econémica y financiera. La seccién venezolana fue nombrada por resoluciéa del treintn y uno de agosto de 1915 y quedé constituida por {as siguientes personas: doctor Vicente Lecuna, doctor Carlos F. Grisanti, doctor José A. Tagliaferro. doctor Juan Liscano, Henrique Pérez Dupuy. Santiago Key-Ayala, Juan Bautista Calcaio Sanchez, Pedro Manuel Ruiz y Nicolas Goiticoa. Se instalaron el primero de septiembre de 1915 y de inmediato fueron hechos los siguientes nombramientos: presidente honorario. doctor Roman Cardenas, ministro de Hacienda; presidente. doctor Vicente Lecuna cepresidente, doctor José A. Tagliaferro, y secretario general, doctor Francisco Gerardo Yanes (El Libro Amarillo, ao 1916, Documentos. Directién de Derecho Piblico Exterior, Estados Dior de América, Conferencia Panamericana de Hacendistas. pp. 213-267, 255- 258). 86. La segunda comisién estuvo compuesta por representantes de los siguientes palses: Argentina (Ricardo C. Aldao y Leopoldo Melo}: Bolivia (Carlos Calvo y Jorge Séenz): Brasil (Herculana Marcos Inglez de Souza): Costa Rica {Manuel Aragén vy Rogelio Fernindez Gili}: Cuba (Tuan de Dios Garcia Koh} y Alvaro Ledén); Chile (Manuel Salinas): Ecuador (Alberto Bustamante); El Salvador (Francisco A. Lima); Estados Unidos de !a América del Norte (Paul M. Warburg y Samuel yer): Haiti (Seymour Pradel); Paraguay (Eusebio Ayala y Pedro Jorba); Per {Manuel Flias Bonnemaison): Uruguay (Eduardo Jiménez de Aréchaga y Eduardo Moraté); Venezuela (Carlos F. Grisanti) (Actas, Informes, Resoluciones x documentacid: general de la Alta Comision Internacional de Legislacién Uniforme. Rennida en Buenos Aires del 3 al 12 de abril de 1916, Buenos Aires, 1916, p. 128). 87. En el Informe, de fecha doce de abril de 1916, Ia subcomisién segunda también hizo conocer ta resolucién aprobada, dirigida a recomendar Ia adopcidin del Regla- mento Uniforme y de la Convencién de La Haya de 1912, con algunas modificacio- nes a los articutos 2°, 3%, 4%, 5% G*. 7%, 8°, 9%, 10, 11, 12, 13, 15, 16, 27, 18, 19, 20, 21, 22 y 24 de la Convencién (Actas, op. cit., pp. 261-267). 172 GONZALO PARRA-ARANGUREN Ei Unuguay, sefior Presidente, no puede renunciar al criterio internacional fijado en los tratados del Congreso de Montevideo, y no puede renunciar a él porque en los conflictos de Derecho Internacional se presentan cues- tiones fundamentalisimas de orden pablico; no son cuestiones, como por ejemplo, las que se refieren a Ia forma del giro de la letra, de su endoso, de su aval, etc., en que no se sufre ningiin perjuicio al renuaciar a algunos de los preceptos legales de Ia ley interna. No acurre lo mismo al juzgar el ctiterio que debe resolver fos conflictos de Derecho Internacional s* Acto continuo hizo expzeso recordatorio de las dificultades surgidas en Rio de Janeiro en 1912 durante la reunién de la Junta de Juriscon- sultos Americanos; y de la formula transaccional propuesta sin éxito por el doctor José Pedro Varela, en la subcomisién reunida en Montevi- deo,® para concluir: Existiendo la divergencia, propuse en la Comisién, a indicacién de algunos sefiores delegados, principalmente del sefior detegado del Salvador y el del Eouador, que se aconsejara a la conferencia 12 adopcién de Ja ley uni- forme aprobada en La Haya, con excepcidn del articulo 74 y de las articulos 18 y 20 del convenio respectivo, dejando las disposiciones que se refieren a cuestiones de Derecho Internacional Privado a una fututa conferencia panamericana, a fin de buscar un criterio de solucién que fuera adoptado por la mayorfa de los paises americanos.™ De inmediato, el delegado del Brasil (Herculano Marcos Inglez de Souza) ratificd que e! tinico punto de divergencia habia sido la cues- tiones de Derecho Internacional Privado, motivo por el cual, a su en- tender, la propuesta del Uruguay “no tiene inconvenientes; por el con- tratio, trae ventajas evidentes”. En tal virtud considerd adecuado no formular recomendacién alguna sobre las cuestiones comprendidas en 88. 89. 90, Actas, op. cits, p. 276. : ‘Véase antes el nimero 12 de este trabajo. Una relacién detallada del intercambio de eriterios en In Quinta Subcomisién de la Junta de Jurisconsultos apartce repro- Gucida en el libro: Estudio sobre ana legislaciin uniforme en materia de letras de cambio y pagarés en las naciones americanas, Hevdo a cabo por el Consejo Central Ejecutiva de la Alta Comitién Internacional, en cumplimiento del acuerdo de la misma, adopiado on su sesién efectuada en Buenos Aires en abril de 1916, Washing: ton, 1918, pp. 185-297. ‘Actas, op. cit, p. 278. En virtud de la alusién hecha, ef delegado de El Salvador deelazd que su pais “no ha tenido aingin motive de orden legislative para _no aprobar el articalo 74. que consagra el principio de la Sey nacional’; aun cuando afiadié: “Creo que seria conveniente que esta asamblea deje la consideracién de este reglamento en la parte que ha sido observada para una proxima conferencia” (Actas, op. cit, pp. 278-279), y con posterioridad apoyd fa mocién del Uruguay (Actas, op. cit. p. 289). EL REENVIO EN EL DERECHO INTERNACIONAL. - - 173 el articulo 74 del Reglamento de La Maya de 1912;°" sugerencia que tuvo el respaldo de los delegados de Jos Estados Unidos de América del Norte (Samuel Untermyer)** y Ecuador (Alberto Bustamante). Sin embargo, el delegado de Chile (Manuel Salinas) se manifests imposibilitado para aprobar la propuesta del Uruguay, porque su go- bierno habia asistido a la Conferencia de La Haya de 1912 y expresado su acuerdo con el Proyecto de Ley Uniforme; y porque toda modificacién que sc establezca en este proyecta de ley uniforme rompe el mutuo con- senso indispensable para la uniformidad: de aceptarse “dejaria de ser ley uniforme, porque habria algo en que es disconforme”.™ Por su parte, el delegado de Bolivia (Carlos Calvo) hizo valer que el conflicto “no es tan grave como se lo supone"’, ya que “el articulo 74, aparentemente, podria decirse proclama el principio de Ja naciona- lidad; pero en el fondo, en altimo término y en ultimo andlisis, procla- ma el principio no ya siquiera de la ley del domicilio, sino de la simple tesidencia. Eso es lo que expresa claramente el tltimo apartado de dicho articulo”. Asimismo recordé que “en el seno de la comisién, después de un largo debate, se aceptd cl articulo 74 y las Gnicas reservas que fueron formuladas por el delegado de Ja Argentina, doctor Melo, y del Uruguay, doctor Jiménez de Aréchaga, no fueron maatenidas en un todo por ellos mismos”’. De inmediato hizo uso de ta palabra el delegado del Paraguay (Eusebio Ayala) para destacar la inutilidad de un nuevo examen de “este asunto en una conferencia préxima’’; y al efecto sustuvo: Cada pais quiere que se adopte el principio que es admitide por su legis- lacién, Los paises de la ley de Ia nacionalidad quieren que se adopte fa ley de la nacionalidad; tos paises de la ley de domicilio quieren que se adopte la ley de domicilio. Jamis liegariamos a un acuerdo.%* Ademdas, formulé la siguiente advertencia: 91. Actas, op cit, pp. 279-280. En el curso del debate intervino en ef mismo sentido al Presidente de la Delegacin brasilefa, Joao Pandia Calogeras (Actas, op. cit. pp. 288-289). 92. Actas, op. cit, pp. 280-282, 284. 93. Aetas, op. cit, p. 284. El delegado del Ecuador (Alberto Bustamante) hizo valer que “el desacuerdo sélo surgis en lo que dice relacién al derecho piblico, es decir, al articulo 74 del reglamento y a los articulos 18 y 20 de Ia convencién”. 94. Actas, op. cit., pp. 283-284. 95. Actas. op. cit, pp. 284-285 96. Actas, op. cit, p. 286. 174 GONZALO PARRA-ARANGUREN De modo, que is tinica via que nos queda abierta, si es que queremos rea- lizat los grandes propésitos de Ja Conferencia de La Haya, es decit, llegar a la uniformidad de todos los sistemas de letras de cambio, exceptuando: aquellos sistemas de legislacién adoptados por Jos Estados Unidos y la Gran Bretaia; pues bien, si queremos Uegar a ese resultado, es preciso que renunciemos a Ia doctrina; a una doctrina, que por mis afectos, por mas corazn que pongamos en ella, es necesario renunciarla... Esta es ia verdad de la cual tenemos que convencernos. La cuestién a resolver ¢s mantener nuestra doctrina, nuestra tcoria de Ja ley de domicilio y separarnos de la comunidad creada por la Conferencia de La Haya, 0 bien adherirnos a ella, haciendo el sactificio de esta docteina, Esta es Ia cuestiOn que s¢ debe resolver? Concluido el debate y sometido a voto, result6 aprobada la propuesta del Uruguay, con un aditamento del representante de los Estados Unidos de América (Samuel Untecmyer), en la forma siguiente: Queda postergido para una seguada conferencia ef estudio de Jos articulos 74 de ia ley uniforme y 18 y 20 de ia Convencién de La Haya de 1912, sin expresar opinién sobre ef asunto. 97. o8. Actas, op. tit, pp. 286-288. Comentarios mis extensos sobre cl asunto se encuen- Cen en wa, trabajo suyo. sobre el “Regiamento Uniforme comparde con al Cédigo de Comercio paraguay", publicado como Apéndice “G" del libro: Esudio sobre ‘ia Tegistacién uniforme en materia de letras de cambio 3 pagarés en las naciones eritinas, evade a cabo por él Consejo Censral Ejecutivo de la Alia Comision ‘iuernacional, on cumplimienta det acuerdo de la misma, adoptado en su sesion gfectuada en’ Buenos clires en abril de 1916, op. tit, pp. 185-297. ‘Actus, op, eit. p. 290. De inmediato el representante de Haiti (Saymour Pradel), qn Mista de haber suscrito su pais la Convencién de La Haya, manifesté Ia impo- Sibilidad en que se encontraba “de ratificar ninguna proposicin que estuviese en Seeacuerds con la convencién referida, la cual esti compuesta de diversas partes que forman un conjunto indivisible”. Sin embargo, el delegado del Brasil (Joao Pandia Calogeras) advirtié que nose habia pretendide “poner en duda Ja totalidad de las reslas sancionadas por 1a Conferencia de La Haya", por cuanto “para nosotros. esas ‘Ajiberaciones son leyes nuestras también”, y "es para los Estados que no adhirieron para quienes hacemos esia explicacidn”. En vista de esta aclaratoria, ¢l representante seit se manifesto de acuerdo con la propuesta del Uruguay (Actas, op. tit pp. 290-291). En esa misma oportunidad, doce de ebril de 1916, fue aprobado que Fes delegados Leopoldo Melo, Eliodoro Villazén y Eusebio Ayala quedaran cons- dtados’"en comité para verter al idioma espaitol el texto de lo acordado en la Conferencia de La Haya de 1912, sobre unificacién del derecho selativo a la letra de cambio y ai pagaréa Ia orden, traduccién que seré considerada como oficial y distribuida a la brevedad posible ‘entre los delegados” (el texto traducido se en- quentea en: Actas, op. cit, pp. 1.063-1.092). Todo el material referente a Ia dis- cusion del articulo 74 fue reproducido en: Estudio sobre una iegislacién uniforme on materia de letres de cambio y pagarés en lus naciones americanas, Hevado a cabo or ef Consejo Central Ejecutivo de la Alta Comisién Internacional, en cumplimiento ‘dc! acuerdo de la misma, adoprado en su sesion efectuada en Buenos Aires en abrit de 1916, op. cit., pp. 22-42. EL REENVIO EN EL DERECHO INTERNACIONAL... 175 consecuencia, segtin se desprende de su Acta Final,” la Alta Comisién Internacional de Legislacién Uniforme aprobd, en relacién a Jas letras de cambio Ia siguiente resolucién: 2) Que los Estados representados en esta Conferencia signatacios de 1a Convencidn y Reglamento Uniforme de La Haya de 1912, relativos a Tetras de cambio y pagarés, ratifiquen dich Convencién y adopten dicho regla- mento como parte de su legislacién; y que los Estados no signatarios de fa Convencién y ef Reglamento de La Haya, adhieran a ellos en uso de Ia facultad contenida en el articulo 26 de la misma Convencién, con Ja re- serva de dejar postergado para una segunda Conferencia el estudio de los articulos 74 de Ja Ley Uniforme y 18 y 20 del Reglamento de la Convencién de La Haya, y sin expresar opinién sobre el punto.2e¢ 40. La discrepancia del delegado venezolano (Carlos F. Grisanti) con la propuesta del Uruguay se hizo manifiesta cuando el representante del Brasil (Herculano Marcos Inglez de Souza) presenté un Proyecto de Resolucién para que “el presidente de cada delegacidn, dentro del término de sesenta dias después de suspendidas fas labores de esta Con- ferencia”, rindiera un informe del resultado de los esfuerzos para Jograr la adopcién del Reglamento Unifcrme sobre Letra de Cambio y Pagaré ala Orden y de la Convencién de La Haya de 1912, en los términos recomendados por el Congreso de Buenos Aires. En efecto, el doctor Carlos F. Grisanti hizo énfasis en que “algunos de nosotros emplearemos treinta dias en llegar a nuestro pais y luego habrd que someter Ja ley uniforme al Colegio de Abogados para que lo estudic y dictamine sobre él". Ademis, advirtié que después de haberse 99. El Acta Final tiene fecha nueve de julio de 1916 y fue preparada por el presidente de la Alta Comision, en virtud del encargo que se le hizo en una ieunién celebrada después de cliusuradas las sesiones, debido que la contision encargada de redac- tarla no pudo cumplir su cometido' por haberse tenido que ausentar algunos de sus miembros. 100. Actas, op. cit., p. IV, El asunto fue nuevamente considerado durante fa Sexta Con- ferencia Internacional Americana, que tuvo lugar en La Habana; y el fracaso en obtener un acuerdo satisfactorio en el Cédigo Bustamante para determinar la ley apliceble al estado y capacidad de tas personas también dejé huella en la resolucién aprobada el dieciocho de febrero de 1928 relativa a una Ley Uniforme sobre Letras de Cambio, In efecto, expresameate se recomend6 a fos Estados integrantes de la Uniéa Panamericana “la adopcién de una ley uniforme sobre letras de cambio y demas efectos de comercio, que tenga como base el Reglamento aprobado en La Haya en 1912", con algunas modificaciones; y la primera de etlas fue: “Se suprimird del ‘titulo primero del ‘regiamento, relativo a letras de cambio, el capitulo denomi- nado «De los conflictos de leyes» y, por ende, los articulos ‘74, 75 y 76 que lo integran” (Conferenciat Internacionales Americanas (1889-1936), Washington, 1938, pp. 423-424), 176 GONZALO PARRA-ARANGUREN aprobado Ja sugerencia del Uruguay, “no tiene razon de ser esa propo- sicidn. No puede tener interés In Alta Comisién en propiciar la ratifi- cacién inmediata del Reglamento Uniforme, cuando su voto acaba de dar el golpe mortal a la ratificacién de la Convencién de La Haya. Acabamos de decidir que se postergue una de sus cléusulas mds impor- tantes; esto quiere decir que la Alta Comision no tiene interés en que se ratifique inmediatamente, de manera que esta de mds esta propo- sici6n” 41. Por otra parte, en su informe de siete de septiembre de 1916 al ministerio de Hacienda, et doctor Carlos F. Grisanti se refirié al ar- ticulo 74 del Reglamento Uniforme de La Haya en los términos sie guientes: En concepto del suscrito, este articulo Hleva el sello del acierto, pues se encamina a asegurar la validez de la obligacidn, aplicando Ja mas favorable a la capacidad del deudor. Con efecto, ordena se rija ésta por la ley nacio- nal del individuo, que ¢s la adoptada por la mayoria de las legislaciones. Prevé el caso de que esa ley difiera a la de otro estado, como sucede en los paises que admiten para determinar la capacidad, la ley del domicilio. ¥ por ultimo, autoriza se dé eficacia a la ley de la celebracién del contrato, cuando es mas favorable a Ja capacidad que Ja nacional y Ja del domicilio. Sin embargo, ese articulo fue asunto de largo debate, sosteniendo algunos que debia darse primacia a la ley del domicilio sobre la nacional, y abo- gando otros, entre los cuales figuré el suscrito, porque se admitiese sin raodificacién alguna, EL doctor Leopoldo Melo, delegado por Ia Republica de Argentina, dej6 constancia de que mantenfa las reservas formuladas por su gobierno en la Conferencia de La Haya, en el sentido de que Ja capacidad para obligasse en materia de letra de cambio, asi como Ja capacidad general, debe regirse por Ia ley del domicilio y no por Ja nacional. £1 doctor E. Jiménex de ‘Acéchaga, delegado por el Uruguay, adhirid a esta reserva; y el doctor E. Ayala, delegado por el Paraguay, manifests que la ley del domicilio es Ja vigente en su pais. La Conferencia no tomé resolucién definitiva sobre el expresado articulo.!0? 42, La solucién consagrada por el articulo 74 del Reglamento de La Haya, que originé la grave discrepancia en el Congreso de Buenos Aires, ha sido objeto de comentarios favorables ea 1a doctrina nacional. TOL. Acto continuo el representante de los Estados Unidos de la América del Norte (Samuel Unterisyer) manifesté su desacuerdo con la afirmacién hecha por el doctor Carlos F. Grisanti y destacd la importancia del esfuerzo unificador de ta Alta Co- misién (Actas, op. ct, pp. 292-293). 102. El Informe se encuentra reproducido en: Muci, op. cif, p. 139. EL REENVIO EN EL DERECHO INTERNACIONAL... 177 En efecto, el doctor Carlos Morales se expresa en !os tétminos si- guientes: similitud del articulo 74 del Regiamento de La Haye con la solucién pr Nos encontramos en presencia del conflicto que, en realidad, no puede ser resuelto categéricamente hasta que los legisiadores de Jos diferentes Esta- dos no se decidan a adoptar y adopten uno u otro sistema. En el Proyecto de Unificacién de la letra de cambio se buscé una solucién equitativa, conciliando en to posible las aspiraciones sustentadas por los delegacos de acuerdo con lo establecido en ta legislacién de sus respectivos paises. En principio admite que Ja capacidad se determina por la ley na- Cional del obligado, pero que si ésta declara competente la de otro Estado sera ésta la que debe aplicarse. Asi, la capacidad de un argentino domiciliado en Venezuela, que quiere obligarse aqui por una letra de cambio, ha de determinarse por Ja ley argentina, segin el articulo 488 (actual 483) en estudio; pero como la ley argentina prescribe ca su legislacién interna que Ja capacidad se rige por Ja ley del domicilio, resultaré que para Ia Argentina Ja situacién es idéntica, porque segin su propia ley Ia que ha de aplicarse es la de Vene- zuela por ser el domicilio de su nacional. Por lo contrario, si un venezolano domiciliado en la Argentina quisiera obligarse por una letra de cambio, estariamos precisados a fijat su capaci- dad por la ley venezolana, no obstante que Ia de la Argentina prescribe que su capacidad se rige por la de su domicilio, En este caso, podria resultar que el venezolano capaz por su ley nacional, fuera incapaz por la ley de su domicilio. Sin embargo, para mantener la validez de obligacién cambiaria prevalece 1a capacidad y se evita el con- flicto por la diversidad de preceptos entre los dos Estados". Por su parte, la doctora Carmen Luisa Reyna de Roche destaca la vista por el proyecto original de Antonio Sanchez de Bustamante y Sir- vén, concluide en 1925; y luego de advertir que no admite el reenvio y fueg' q de tercer grado, formula los siguientes comentarios: 103. 104, La solucién que dio el Proyecto de La Haya al problema de Ja capucidad cambiaria, que fue mis tarde la misma adoptada por la ley uniforme gine- brina, constituyé una solucién equitativa, que buscabs conciliar en lo posi- ble los dos sistemas principales que se oponen en’ cuanto a Ja escogencia Morales, op. cit., pp. 172-173. ‘Véase antes el niimero 14 de este trabajo. 178 GONZALO PARRA-ARANGUREN del factor de conexién Hamado a determinar la ley aplicable en materia de estatuto personal (Morales: Del conflicto de leyes en materia de letva de cambio, Venezuela Juridica, tomo I, Ne 2, p. 48). Se buscaba lograr que Ia aceptacion de la Convencién por los paises que regian ej estatuto personal por la ley del domicilio, sin desechar 1a apiicacién de la ley de la nacionalidad, criterio predominante en los paises dz la Europa continental 2° B, LA REFORMA DEL CODIGO DE COMERCIO EN 1919 43. Al regreso del doctor Carlos F. Grisanti de la Reunién de Buenos Aires, se encontraba funcionando Ia Comisién Revisora de los Cédigos Nacionales, segtin fuera reorganizada el sicte de noviembre de 1914; y la cual, a partir del primero de marzo de 1915, sdlo debia ocuparse del Codigo de Comercio, a tenor de lo dispuesto por reso- Jucién del Ministerio de Relaciones Interiores, de treinta de diciembre de 1914.7 44, Las Camaras Legislativas reunidas en 1916 resolvieron desig- nar una Comisiéa Revisora del Codigo de Comercio, compuesta por Jos ciudadanos Pedro Miguel Reyes, Inocente Palacios Hernandez, doctor José Gil Fortoul, doctor Juan de Dios Méndez y Mendoza, doctor Juve- nal Anzola, doctor Ratil Crespo Vivas, doctor F. Baptista Galindo y C. Vicentini.2** 105. Reyna de Roche, art. cit, p. 160. 106. Por decreto de veinticuatro de julio de 1912, el general Juan Vicente Gomez ordend evisar Ios Cédigos Civil y de Comercio"; y a tal efecto, fue creada una Comi- én Revisora de los Cédigos Nacionales, con cardcter ad honorem, compuests por los doctozes Emilio Constantino Guerrero, José Loreto Arismendi, Carlos F. Gri- santi, Francisco Arroyo Parejo, Juan Bautista Bance, José Santiago Rodriguez y Cristébal L. Mendoza (RDLDV, Tomo XXXV, N° 11.287, p. 494). La Comision se instal el primero de agosto de_1912, el dia siguiente aprobé su Reglamento Interior (MMRI, 1913; Tomo I, Documento N° 161, pp. 422-424; Gaceta Juri- dica, Tomo I, pp. 5-6, 56-58), ¥ le fue concedida franquicia postal y tclearafica por resolucién del Ministerio de Fomento del catorce de agosto de 1912 (AIMRI, 1913, Tomo H, Documento N° 161, p. 422), Algiin tiempo més tarde, el siete de noviembre de 1914, bajo la presidencia provisional del doctor V. Marquez Busti Hlos, se dispuso Ia reorganizacién de las comisiones revisoras de los cédigos nacio- nales: y en esa oportanidad fueron incorporados a la Comisién Revisora de los Cédigos Civil y de Comercio Jos doctores Carlos Alberto Urbaneja, Federico Urbano, Nicomedes Zuloaga y Alejandro Pietri hijo (RDLDV, Tomo XXXVII, N° 11.654, p. 571). 107. RDLDV, Tomo XXXVI, N® 11.690, pp. 616-617; MARI, 1915, “Exposicién Preliminar”, p. IX, Documento N* 168, pp. 385-391. En esa misma oportunidad se protrogd hasta el 28 de febrero de 1915 ef plazo fijado para la presentacién de los proyectos de Cédigo Civil, de Procedimiento Civil y de Enjuiciamiento Criminal. 108. Los integrantes de Ia Comisién se instalaron el cuatro de octubre de 1916 en el Salén de Ia Biblioteca del Congreso, etigieron presidente al doctor Pedro M. Reyes y secretion al doctor Antonio Pacheco (MARE, 1917, Documentos, D.9, pp. 245- 246). EL REENVIO EN EL DERECHO INTERNACIONAL. . - 179 45. El dos de mayo de 1919, Jos doctores Pedro Manuel Arcaya, Jean de Dios Méndez y Mendoza y Carlos F. Grisanti, presentaron en Ja Camara del Senado un Proyecto de Cédigo de Comercio, que en ma- teria de letra de cambio reprodujo las disposiciones del Reglamento Uni- forme de La Haya: el mismo dia fue aprobado en primera discusién;” y al iniciarse el segundo debate, el diez de mayo de 1919, se dispuso el nombramiento de una cumisién especial para sv estudio y correspon- diente informe.”° 46. La Comisién Especial del Senado, compuesta por los doctores Carlos F. Grisanti, Pedro M. Reyes, Pedro M. Arcaya, Diego Matute y Antonio M. Planchart, en su informe del veintidés de mayo de 1919, se refirié al capitulo relativo a la letra de cambio en los términos si- guientes: En 1910 y 1912 se reunié en La Haya una conferencia de jurisconsultes de casi todas las naciones del mundo, con el fin de unificar le legislacién sobre la letra de cambio; y en la segunda reunién quedé aprobada una ley sobre Ia materia, Como en algunos puntos no se lograse el voto conforme de todas las delegaciones, se otorgé una convencién anexa por virtud de Ja cual fas naciones signatarias se ceservaron Ia facultad de legislar, como a bien tuviesen, sobre los puntos de discrepancia. La letra de cambio fue una de las materias comprendidas en el programa de estudios de [a Conferencia de la Alta Comisién Internacional que actué en Buenos Aires del 3 al 12 de abril ce 1916. Esta Conferencia adopté por modelo Ia Ley Uniforme sancionada en La Haya, y se esforzé en uni- formar su criterio en los puntos en que habian discrepado los conferencistas de La Haya, habiendo logrado este objeto en casi todos ellos. La Conferencia de Buenos Aires, en Ia cual estuvo representada Venezuela, recomendé a todas las naciones de América incluir en su legislacién Ja expresada Ley Uniforme. Y asi se ha hecho en ia reforma del Cédigo de Comercio en estudio. Se ha sustituido el Titulo 9% del Cédigo de Comercio vigente con la antedicha Ley Uniforme. Entre ta ley sustituida y la susti- tuyente no existen muchas diferencias esenciales. Puede afirmarse que ambas se inspiran en los mismos principios.™ 109. Diario de Debates de la Camara del Sento y del Congreso de los Estados Unidos de Venexuels, Mes J, N? 4, p. 2. Las partes pertinentes de la discusién del Proyecto del Cédigo de Comercio en el Senado y en la Camara de Diputados fueron rept ducidas en la Revista de Derecho y Legislacién, Catacas, Tomo II, 1922, pp. 105-15 publicacién que sera utilizada para las citas en el curso del presente trabajo. RDL, 1922, Tomo Il, p. 106. RDL, Tomo 11, 1922, pp. 111-112; Muci-Abraham, op. ct, pp. 142-143. Segin advierte ef doctor José Muci-Abraham, hijo, la misma afirmacién fue hecha en el 180 GONZALO PARRA-ARANGUREN 47. No obstante reconocer que el Proyecto de Cédigo de Comer- cio sometido en mayo de 1919 a consideracién del Congreso acogia, en forma textual, las disposiciones del Reglamento Uniforme de La Haya sobre letra de cambio, el doctor José Muci-Abraham advirtié la existen- cia de “pequeiiisimas diferencias” a saber: a) El articulo 417 declaraba vilido el instrumento, a pesar de que no inchayera la denominacién “le- tra de cambio”; b) EI articulo 453, primer parrafo, permitia al portador, sin obligacién alguna, recibir un pago parcial, y c) El articulo 461 omitia incluir al aceptante dentro de los garantes solidarios para con el por- tador."* 48. Durante la discusién del Proyecto de Cédigo de Comercio en el Congreso, Ja materia cambiasia sélo fue objeto de dos modificaciones, propuestas ambas por el doctor Carlos F. Grisanti el treinta de mayo de 1919, con ocasién del tercer debate en la Camara del Senado. Ninguna de ellas afecté el articulo que consagraba el reenvio para determinar la ley aplicable a la capacidad cambiaria;* y por tanto, resulto sancionado sin cambio alguno el veintitrés de junio de 1919, con vigencia a partir del diecinueve de diciembre del mismo afio.* 49. Los autores patrios, cuando se han ocupado del tema, suelen destacar la premmza del legislador venezolano en Ja aprobacién del Cé- digo de Comercio de 1919. Asi lo advirtié algunos afios mds tarde el informe de Ia sesién venezolana de fa Alta Comisién Internacional de Legis! Uniforme (“Alta Comisién Internacional. Seccién Venezolana. Caracas, 1919"); ¥ por el Ministro de Hacienda en 1920 (Memoria del Ministerio de Hacienda presen- tada al Congreso Nacional en sus sesiones de 1920, Caracas, 1920, p. II). 112, Muci, op. cit, p. 42. 113, DDCS, 1919, N° 18, p. 7; RDZ, 1922, Tomo 11, pp. 123-124. Las modificaciones fueron: a) El articulo 493 del Proyecto declaraba aplicables a los pagarés las dis- posiciones relativas a Ia letra de cambio sobre “Los plazos en que vencen. El endoso. Las personas responsables. El pago. La prescripcién”. El texto del articulo en cues- tidn fue modificado del siguiente modo: "Son aplicables a los pagarés a la orden, a que se refiere el articulo anterior, las disposiciones de la letra de cambio sobre: fos plazos en qué vencen, El endoso. Los términos para Ja preseniacién, cobro 0 protesto. El avai. Ei pago. El pago por intervencién. EI protesto. La prescripcién”; ¥ b) El primer aparte del articulo 498 del proyecto, relativo al cheque, expresaba: “La presentacién del cheque se hace constar con el visto bueno del librado y, en efecto de dicho visto bueno, en la forma establecida en la Seccién VI, Titulo IX", a norma quedé redactada en definitiva “La presentacién del cheque a término se hard con et visto del librado y, en defecto de dicho visto, en fa forma establecida en la Seccién VI, Titulo IX"...". Muci, op. cit, pp. 43, 45-46, DDCS, NP 18, p. 7. 114. Ef Senado aprobé el Proyecto en primera discusién el dos de mayo de 1919; el segundo debate tuvo lugar los dias veinticuatro, veintisicte, veintiocho, treinta de mayo y dos de junio de 1928 (RDL, 1922, Tomo 11, pp. 117-118, 118-122, 123-124, 125-126). La Camara de Diputados o discutié por primera vez el cinco de junio de 1919 (RDL, 1922, Tomo 11, p. 127); el segundo debate tuvo lugar los dias catorce, diecisiete, dieciocho y veinte de junio de 1919 (RDL, 1922, Tomo 11, pp. 127-154, 134-138, 138-142, 143-144); y la tercera discusidn tuvo lugar el EL REENVIO EN EL DERECHO INTERNACIONAL. . - 181 doctor Carlos Morales, al enfatizar que la reforma “no se hizo induda- blemente con el tiempo, el estudio, la meditacién y consulta que requ ren trabajos ‘de tal naturaleza e importancia: varios lugares de la obra iegislativa lo cevelan sin que por ello deba despreciarse su mérito en todo cuanto ha propendido a destacar Ja celeridad, Ja seguridad y el crédito, catacteristicas del Derecho Mercantil y elementos indispensables para el desarrollo del comercio”. pered 50. El doctor Carlos Morales agregé los siguientes comentarios: Bn la materia cambiaria el legislador patrio acogié el proyecto de unifica- cién aprobado en la Conferencia de La Haya de 1912, pero lo hizo con tanta premura, no sélo desde el punto de vista relacionado con cl hecho de que singin otro pais lo habia acogide como ley nacional, sino porque descuidé legislar sobre casos que aunque previstos en el Proyecto, los con- ferencistas dejaron en libertad a cada Estado de acogerlos en ta misma forma o de modificarlos, y de muchos otros en los cuales por falta de acuerdo no se establecié nada en concreto, concediendo a los legisladores de los respectivos paises signatarios la facultad de adoptar en los casos especialmente sefialados no resueltos en ta Convencién, el principio mas adecuado a la legislacién de su pais. 51. La misma opinién es sostenida por el doctor José Muci- Abraham hijo, cuando afirma: us. 16. veintitrés de junio de 1919 (RDL, 1922, Tomo 11, pp. 144-146). En veinticuatro de junio de 1919 el Senado nombré una comisién, compuesta por los doctores Pedro Manuel Acceya, Domingo Antonio Coronil y Carlos F. Grisanti, para que estudiara Ins reformas hechas por Ja Cémara de Diputedos (RDI. 1922, Tomo 11, p. 147). El informe fue rendido al dia siguiente habiéndose aprobado con las observaciones hechas a los articulos 1.045 y 1.065 (RDL, 1922, Tomo 11, pp. 148-150). La Camara de Diputados acepté fas reformas del Senado el veintiséis de junio de 1919 (RDI, 1922, Tomo 11, p. 151). Una vez cumplidos los tedmites constitucionales, el Cédigo de Comercio fue sancionado el veintitrés de junio de 1919, su_promul- gacién tuvo lugar seis dias més tarde, y entsd en vigencia el diecinueve de diciem- bre de 1919. : Morales, op. cit, p. 122. Segin Julio Olavarria Avila “se dict6 apresuradamente™ (Los Cédigos de Comercio Latinoamericanos con una Introduccién de Derecho Com- parado Externo, Santiago de Chile, 196, p. 389); y el doctor fosé Muci-Abraham afirma: “El estudio que nuestras cAmaras legislativas hicieron del Provecto de Cé- digo de Comercio de 1919 fue superficial en exttemo... el legistador de 1919 injerté nuevas disposiciones en el otganismo legislative, pero no tuvo la elemental precaucién de revisar la totalidad de ouestro ordenamiento mercantil, para adecuarlo esas innovaciones”. En tal virtud, “introdujo en nuestro estatuto cambiario una aualidad sistematica caya incoherencia es a todas luces evidente: ouestra letra de ‘cambio responde desde un punto de vista formal o estructural, a la concepcién cambiaria germadnica, y nuestro pagaré, desde esa misma perspectiva, aparece vaciado ~ en Jos moldes del sistema cambiario francés tradicional” (pp. 58-60). Morales, op. cit, p. 122. 182 GONZALO PARRA-ARANGUREN La obra del legislador mercantif de 1919, en lo que atafie a materia cam- biaria, adolecié de miltiples y, en oportunidades, de graves imperfecciones. Tal fue el resultado de una labor precipitade, hecha sin el excepcional rigor que ella demandaba ... La incorporacién del Reglamento Uniforme de La Haya —el aspecto mis importante, sin duda, de la reforma mercan- til de 1919— fue realizada sin cuidado. Los defectos de traduccién del texto acogido son notorios, sin que se sepa a ciencia cierta por qué en lugar de ese defectuoso texto no se incorporé a nuestro Cédigo de Comercio el tra- ducido por los detegados a Ja Conferencia de Buenos Aires, sefiores Eusebio Ayala, Leopoldo Melo y Heliodoro Villanz6n..” De igual modo comenta el doctor Muci-Abraham: El Cédigo acogié fas disposiciones pertinentes del Reglamento Uniforme de Ia Haya dnicamente en lo tocante a la letra de cambio, y nada mis. El hecho de que el legislador venezolano de 1919 hubiese acogido las dis- posiciones del Reglamento Uniforme de La Haya en materia de letra de eambio, no autoriza para afirmar que Venezuela acaté fielmente las reco- mendaciones de Ia Conferencia de Buenos Aires. Venezuela hizo suyo el texto del Reglamento Uniforme de La Haya no de acnerdo con las reco- mendaciones formuladas por la Conferencia de Buenos Aires, sino en la forma en que a bien lo tivo... No se acogieron sino algunas —muy po- - cas de las prudentes recomendaciones de fa Conferencia de Buenos Aires, sin que se hayan descubierto los motivos que justificaron el rechazo de las restantes.118 52. El anilisis de los trabajos preparatorios y del examen de los preceptos sobre letra de cambio en el Congreso de 1919 no permite esta- blecer una voluntad clara y precisa de! legislador venezolano cn favor de Ja aceptacién del reenvio: in duda alguna, se incluyé en el primer parrafo del actual articulo 483, pero el asunto no fue objeto de debate 7. us. Muci-Abraham, op. cit., p. 58. Véase antes la nota 67 de este trabajo. Muci, op. cit.. pp. 42-58. La materia fue examinada con amplitud en la parte novena de su estudio mononcifico. baio el titulo: El Cédigo de Comercio venezolano de 1919 y las recomendaciones de la Canferencia de Buenos Aires (op. ¢it.. pp. 48-57). Et doctor José Muci-Abrsham hiio advierte que Venezuela acogio la recomendaciéa referente al articulo decimactavo de In Coawencién, para atenerse al Reglamento Uniforme, en lo que respecta a Ja determinacién de la ley plicable a ta capacidad crmbiaria (ap. cit., p. 56). Sin embarro. es de sefialar_que esta afirmacién se fun- darenta en el error incurtido en el Acts Final de ta Conferencia de Buenos Aires, cue. en forma eauivocada. inclu dicha recomendacién, por cuanto la materia habia sido objeto de gran controversia y ante la falta de acuerdo nada se resolvié v fue decidido anlazar su estudio para una época posterior (véase antes el nimero 39 de este trabajo), EL REENVIO ZN EL DERECHO INTERNACIONAL. . . 183 alguno, y 1a solucién consagrada puede explicarse como una légica con- secuencia de la copia hecha del precepto correspondiente del Reglamento Uniforme sobre Letra de Cambio y Pagaré a la Orden, de la Haya, del veintitrés de junio de 1912. 53. No obstante, a Jos fines de Ja correcta inteligencia de [a in- tencién legislativa, es preciso tener presente que la Conferencia de Bue- nos Aires de 1916 no tomé decisién alguna y dispuso aplazar para una oportunidad posterior el estudio de Ja ley aplicable a la capacidad cam- biaria; resolucién criticada en términos muy severos por el representante venczolano, doctor Carlos F. Grisanti, quien defendid la conveniencia de Ia solucién, en su informe al ministerio de Hacienda. Por tanto, en vista de que el doctor Carlos F. Grisanti fue uno de los redactores del Proyecto de Cédigo de Comercio, parece razonable entender que el Con- gteso de 1919 cstuvo de acuerdo con Ia aceptacién del reenvio, al menos en esa materia concreta. Ahora bien, si se admite este punto de vista, resulta inevitable Ja conclusién de que su consagracién se produjo en Jos mismos términos previstos por el Reglamento de La Haya, o sea, tan sdlo el reenvio de primero y de segundo grado efectuados por las normas de Derecho Internacional Privado de la Jey de Ja nacionalidad, sin tomar en cuenta un reenvio ulterior."° 54. El andlisis de la conducta posterior del legislador venezolano tampoco permite clarificar la incertidumbre existente. En efecto, el Cé- digo Civil, donde se encuentran las reglas basicas del sistema venezolano de Derecho Internacional Privado, ha sido objeto de reforma én tres ocasiones: el veintiséis de junio de 1922" el trece de agosto de 1942" 119. Fl reenvio no fue previsto en el segundo parrafo del mismo articule, que dispuso Ja aplicacién alternativa de la lex loci actus para repular Ia capacidad cambiaria Este aspecto no ha sido objeto de comentarios por la doctrina patria; pero es men- cionado en forma incidental por Richard S. Lombard, quien afirma que dicha_atri- buciéa de competencia “presumiblemente es a la ley interna del lugar donde la obligacién es contraida sin incluir sus normas de Derecho Internacional Privado” (op. cit, p. 84). 120, La reforma de 1922, segiin destaca el doctor César Gonzalez Vasquez. tuvo como Gnica finalidad "suprimit Ia posesién de estado como prueba de Ia filiacién natural respecto det padre y la investigacién libre de Ia paternidad ilegitima, ambas institu- ciones establecidas ‘en el cddigo derogado” (“Exposicién de a codificacién civil venezolana”, en Tesis doctoraler presentadas ante la lustre Universidad Central de Venezuela. Promociin de Abogados, 1936, Caracas, 1956, pp. 528). Por st parte, el doctor José Enrique Machado advierte que “cuando Jos legisladores hacen un avance como cltsealizado en 1916, les es dificil superarlo y mas bien retroceden en algunos puntos como lo hizo el lepislador del 22 resnecto a Ja filiacién natural” ; y también destaca la dificultad, “en tan poco espacio de tiempo”, de efectuar_refor- mas de trascendencia, motivo por el cual sélo podia “modificarse la tedaccién de Jos articulos para tratar de darles ei miximum de claridad en la exposicién” (Hés- toria del Cédigo Civil Venezolano, Caracas, 1934, reproducido en: RDL, Tomo 184 GONZALO PARRA-ARANGUREN y el veintiséis de julio de 1982.% Sin embargo, el statw quo fue mante- nido y ninguna de estas oportunidades se aproveché para resolver el problema del reenvio en términos generales, 2 favor o en contra, tal vez porque no se pretendié modificar las reglas de conflicto venezolanas. 55. La intencién del legislador venezolano tampoco puede esta- blecerse a través del examen de su conducta en las modificaciones su- fridas con posterioridad por el Cédigo de Comercio, que ha sido refor- mado en cuatro oportunidades: el treinta de julio de 1938,7* el diecisiete de agosto de 1942," el diecinueve de septiembre de 1945" y el veinti- séis de julio de 1955." En ninguna de ellas se derogé el primer pirrafo XXIX, 1940, Nos. 344, 345-346, p. 30. El trimite del Proyecto de Cédigo Civil de 1922 en la Cémara de Diputados fue reproducido en: RDL, Tomo XXIV, 1935, pp. 192-175, 237-258). 121. El doctor Tomas Enrique Carrillo Batalla comenta las modificaciones hechas y afiema en técminos categéricos: “el Cédigo Civil de 1942 puede considerarse como un ver~ dadero monumento de 1a legislacién venezolana", que representa una reforma inte- gral (Historia de la Legislacidn Venezolana, Tomo MI, Caracas, 1985, pp. 219-236, El trémite legislative fue reproducido en:' Congreso de ta Republica, Boletin det Archive Histdrico, Nimero 7, volimenes 1, 2 y 3, Caracas, 1982). 122, Una recopilacién, no de todos, sino de los documentos y recaudos que se conside- raron mis favorables a ia reforma, fue publicada bajo ef titulo: Ley de Reforma Parcial de? Cédigo Civil. Resimenes y actas. Comisiin Técnica, Caracas, 1984, EL doctor Toms’ Enrique Carrillo Batalla enfatiza que la reforma estuvo orientada hacia el derecho de familia, “para consograr la igualdad de derecho entre matido jer _y entre los hijos habidos dentro o fuera del matrimonio”, y la cual “ha inadoencontradas polémicas entre diferentes juristas” (op. cit., Tomo Ill, p. 236). Una critica muy detallada ha sido hecha por el doctor Arturo Torres Rivero: ‘Mis comentarios y reparos a la Reforma del Cédigo Civil en 1982, Volumen 1, Caracas, 1984; Volumen Ill, Parte Primera, Caracas, 1985; Volumen’ Il, Parte Se- gunda, Caracas, 1987. 123. La reforma se limité a suptimir Ios pattafos primero y segundo y a modificar ta parte final del articulo 363, relativos a las compaitias de seguro constituidas en el extranjero que pretendieran’ efectuar negocios en Venezuela (ROLDV, Vol. LXI, Tomo II, N® 21.122. p. 170). 124. En esa oportunidad las sociedades cooperativas fueron sometidas a las leyes espe- ciales y sus reglamentos. Por tanto, se derogaron las normas correspondientes dei Cédizo de Comercio, contenidas en los articulos 333 a 358. 125. En 1945 se modificé el altimo aparte del articulo 1.039, que regulaba los recursos en materia de quicbra de mayor cuantia; y algunos preceptos referentes a Ia orga nizacién de los tribunales de Comercio (articulos 1.063, 1.064, 1.070 y 1.073) {RDLDV, Vol. LXVIII, Tomo II, pp. 187-188). 126. La modificacién de 1935 tuvo como propésito fundamental incluir las sociedades de responsabilidad Jimiteda (articulos 214, 312 a 336). motivo por el cual fue necesario efectuar los ajustes cotrespondientes en otros preceptos sobre fas socicda- des mercantiles en general (articulos 200. 201, 205, 215, 220, 225, 229, 341, 920, 925, y 1.027). La oportunidad fue aprovechada para otras reformas de menor importan- cia en materia de comerciaates y ejercicio del comercio (articulos 14 y 9, nueva numeracidn, derogindose los articulos 14, 15, 16, 17 y 19 del cédigo anterior); aciones referentes al Registro de Comercio (articulos 18 y 19, aueva nu- contabilidad mercantil (articu'os 32, 33, 34, 35, 39, nueva numeracién; ¥ deropindose los 39, 40, 50, 51 y 52 del Cédigo anterior): enajenacién de fondos de comercio (articulos 152 y 152) y se modificd el articulo 494, selativo a las EL REENVIO EN EL DERECHO INTERNACIONAL... 185 del articulo 483, que consagra el reenvio para determinar la ley aplica- ble a la capacidad cambiaria, como hubiera sido lo razonable, si su aceptacion representara una inadvertencia cometida en 1919, o en el caso de que existiera un criterio adverso a su admisién. Por tanto, es preciso reconocer que se trata de una solucién expresamente consentida para la letra de cambio; pero queda siempre abierta la interrogante acetca de si es posible extenderla por via de analogia a otras materias distintas, por considerar que constituye la solucién del problema en términos ge- nerales, de acuetdo con el sistema venezolano de Derecho Internacional Privado. vil LOS RECIENTES PROYECTOS DE REFORMA DEL CODIGO DE COMERCIO 56. En las diltimas tres décadas se han emprendido algunos tra- bajos para reformar el Cédigo de Comercio y lag diversas comisiones designadas presentaron los respectivos proyectos en 1963, 1967, 1978, 1984 y 1987. Por consiguiente, es aconsejable examinar su actitud frente al primer parrafo del articulo 483, que admite el reenvio para deter nar la ley aplicable a Ja capacidad cambiaria, a pesar de no haber sido examinados por el Congreso por cuanto, si legaren a ser sometidos a su consideracién, posiblemente las soluciones propuestas no serian mo- dificadas, En efecto, se trata de una materia carente de interés pragmd- tico para los partidos politicos y los parlamentarios no encontrarian opor- tunidad propicia en un asunto tan complejo, para hacer gala de sus pretendidas habilidades ante las cémaras de televisién y tampoco podrian formular dramdticas declaraciones, en palabras huecas, pero sonoras, a través de otros medios de comunicacién social. A. EI. PROYECTO DE 1963 57. A mediados de 1958, el ministerio de Justicia cre6 una comi- sién especial con el encargo de preparar la reforma del Derecho Mercan- senciones por emisién de un cheque sin provisién de fondos (RDLDV, Volumen LXXVH, Tomo I, pp. 397-342). En relacién a la refotma, pueden consultarse prin- cipalmente, Julio César Acosta: EY proyectista y el legislador en la reforma det Gédigo de Comercio en el aito de 1953, Caracas, 1956; Roberto Goldschmidt: La reforma parcial del Cédiga de Comercio de 1955, Caracas, 1955. 186 GONZALO PARRA-ARANGUREN til;"” y en cumplimiento de sus tareas present un Proyecto de Ley Ge- neral de Titulos Valores y Operaciones Bancarias, publicado en 1963, con una Exposicién de Motivos anexa, en la cual fue informado: El Proyecto adapta el texto del cddigo vigente al de Ginebra, aunque no acoge todas sus soluciones. En efecto, no hay necesidad de introducir el texto de la Ley Uniforme sin modificaciones, ya que Venezuela ne est obligada a esto por una convencién internacional ... Se modernizan, de acuerdo con el convenio ginebrino sobre disposiciones del derecho inter- nacional privado cambiario, las normas vigentes sobre los conflictos de leyes en materia de letra de cambio y pagaré y se los amplian, Se reemplaza en materia de capacidad cambiaria la referencia a 1a ley nacional por ta remi- sién a la ley del domicilio, de conformidad con Ia nueva orientacién gene- ral acogida por la Comisién para la codificacién del Derecho Internacional Privado venezolano e incluida en el proyecto cortespondiente de la misma, Los agregados y modificaciones principales tienen por objeto la forma de las obligaciones, sus efectos, los derechos del portador respecto a la cober- tura del titulo, aceptacién y pagos parciales, pago y anulaci6a.2?* 127. Originalmente estuvo integrada por los doctores Carlos Morales, como, presidente; Roberto Goldschmidt, Secretario General y Ponente; Jesiis Diez, Alfredo Martinez Rivero, Otto Perret ‘Gentil y Joaquin Sanchez Covisa. Algin tiempo después, el doctor’ Gonzalo Parra Arangurén ilené 1a vacante dejada por el faltecimiento de! doctor Alfredo Martinez Rivero (Parra-Atanguren, Gonzalo: “Antecedentes histé- ricos del Cédigo de Comercio", en Cddiga de Comercio de Venezwels, concordado ‘motado de acuerdo con la legislacién nacional y la jurisprudencia de casacién y de instancia, pot Oscar Lazo, Caracas, 1963, p. 17; Borjas Hernandez, Leopoldo A.: Inttituciones de Derecho Mercantil. Los comerciantes, Caracas, 1973, p. 99). 128. Exposicién de Motives y Proyerto de Ley General de Titulos Valores y operacion nes bancarias, Caracas, 1963, pp. 6-8, Los pirrafos anteriores se encuentran repe- tidos textualmente en el libro. de Roberto Goldschmidt: La reforma del Derecho Mercantil venezolano en materia de titulos valores y operaciones bancarias: tepro- ducido en: Nuevos estudios de Derecho Comparado. Caracas, 1962, pp. 287-290. El propésito perseguido de adaptar “el texto del cédigo vigente af de la ley uni- forme de Ginebra aunque no se acojan todas sus soluciones”, es también afirmado por el doctor José Alberto Zambrano Velazco, quien desempefiaba [a Consultoria Juridica en la €poca de la preparacién del mencionado proyecto (La Reforma legal en Venezuela, Catacas, 1965, p. 78). El Proyecto de’ 1963 fue severameate criticado por el doctor José Muci-Abraham, hijo, en los términos que siguen: “No ohstante el esfuerzo que ese Proyecto significa en el camino de la reforma, Ins imperfeccio- nes de que adolece son multiples y notorias. En su elaboracién parece no haber sido tomada en cuenta la experiencia aleccionadora que la obra legislativa de 1919 fos ha deparado, concretada en las realizaciones de la jurisprudencia nacional. El Proyecto mencionado, por otra_ parte, constit un verdadero mosaico_de textos legislativos: en su asticulado figuran’ disposiciones tomadas de I2 Ley General de Titulos y Operaciones de Crédito. de la Ley Uniforme de Ginebra sobre la Letra de Cambio y el Pagaré a ta Orden, de la Ley Uniforme de Ginebra sobre cl Cheque y de los ordenamientos juridicos cambiarios de Alemania, Italia, Francia (especial- mente del decreto-ley del 2 de mayo de 1928, que completa el articulo 124 del Cédigo de Comercio). Y las normas tomadas de todas esas legistaciones, vertidas en el Proyecto, no aparecen coordinadas y armonizadas en debida forma... no ha escepado a los defectos que tradicionalmente han caracterizado nuestra obra codi- EL REENVIO EN EL DERECHO INTERNACIONAL. . . 187 58. Las disposiciones sobre Derecho Internacional Privado del Pro- yecto de 1963 se encuentran reunidas en la Seccién Decimasexta, bajo la denominacién: “Del conflicto de leyes”, del Capitulo Quinto (“De la letra de cambio y del pagaré”); y su atticulo 129 dispuso: La capacidad de una persona para obligarse por medio de letra de cambio © pagaré se determina por la ley de su domicilio, La persona que sea incapaz, segin In regia determinada en el pirrafo ante- rior, estara, sin embargo, vilidamente obligada, si su firma ha sido estam- pada en un pais cuya legislacién la considere capaz.1?° B. EL PROYECTO DE 1967 59. Segtin informa el doctor Alfredo Morles Hernindez, “el An- teproyecto de Ley de Titulos Valores y Operaciones Bancarias de 1963 fue revisado por Hugo Marmol Marquis, en base a Jos comentarios y sugerencias que le fueron formulados, en un trabajo que culmind con la divulgacién en 1967 de la versién revisada”,"*° y el propio doctor Hugo Marmol Marquis se expresa al respecto en los siguientes términos: El texto originario del Proyecto Goldschmidt debfa ser‘ revisado, de acuerdo con los comentarios y sugerencias que le formulasen los diversos organis- mos y entidades (universidades, bancos, entes piiblicos) que fueron consul- tados al efecto. La sorpresiva muerte de! proyectista le impidid, sin em- bargo, 1a coordinacién de esa Jabor, Ja cual en definitiva fue encomendada al autor de este libro. Hizo falta Goldschmidt, indiscutiblemente, para que defendiese algunas soluciones que quizis, por no comprendidas totalmente, fueron entonces eliminadas. En todo caso, en materia cambiaria, los cam- bios sustanciates fueron muy pocos. Para una mas sencilla otientacién del lector, aludiremos al “Proyecto Goldschmidt texto original” para referitnos al que preparara el viejo profesor, y Hamaremos “texto revisado" al que incluye las aludidas modificaciones. Este ultimo ha sido publicado en 1967, denominado “Proyecto de Ley de Titulos Valores y Operaciones Bancarias”’. ficadora: la copia no siempre acertada de textos extranjeros; 1a falta de coordinacién y- sistematizacién de los preceptos que componen las leyes, y el olvido —cuando menos parcial— de las necesidades de nuestro medio y de nuestra colectividad. Et Proyecto podrd servir de base para el estudio concienzudo de fa reforma legislativa que necesitamos, siempre que se acometa In tarea de su reelaboracién” (ap. cit., PP. 69-70). 129. Exposicién, 1963, op. cit, p. 53. Dicho precepto se aplica al cheque en virtud de lo previsto en el ordinal vigésimo del articulo 181, incluido en Ja Seccidn Decimo- segunda, denominada: “Aplicacién de disposiciones sobre la letra de cambio", del Capitulo Sexto (“Del cheque”) (op. cit., p. 65). 130. Morles Hernindes, op. cit., Tomo III, p. 1.318. 188 GONZALO PARRA-ARANGUREN en Un securso facil para distinguir uno de otto fo da el hecho de que el . texto revisado elimine en el riombre el vocablo “general”. 60. Una vez hecha la revisién, el nuevo Proyecto fue publicado 1967; y en fa “Advertencia” inicial se explica la doble finalidad per- seguida con la impresion, a saber: la De una parte, considera el Despacho de Justicia que tiene relevante im- portancia propiciar el conocimiento de la versién definitiva del Proyecto, dado el hecho de que su contenido original sufri6é numerosas smodificaciones, algunas de bastante importancia, al ser acogidas muchas de las observaciones de fondo y forma formuladas por diversos organismos piblicos y priva- dos. Ademés, esta nueva publicaci6n coadyuvari a que el Proyecto tenga la difusién necesaria, que debe darsele en razén de Ja importancia funda- mental de las materias por él reguladas, antes de su definitiva conversién en ley; divulgacién que no se ha logrado por haberse agotado Ia publica- cién hecha en 1963.29? 61. Ahora bien, el articulo 129 del Proyecto de 1967, incluido en Seccién Decimasexta (“De los conflictos de leyes”), del Capitulo Quinto (“De la letra de cambio y del pagaré), dispuso en los términos siguientes: La capacidad de una persona para obligarse por medio de letra de cambio © pagaré se determina por la ley del lugar en donde se contrac la ‘obli- gacién. 1 62. En la Exposicién de Motivos anexa al Proyecto de 1967 se reitera la finalidad perseguida en materia de letra de cambio y pagaré, a saber, la adopcién de la Ley Uniforme de Ginebra de 1930, aun cuan- do 131. 132, 133. sin acoger todas las soluciones; pero también se informé: Se modernizan de acuerdo con el convenio ginebrino sobre disposiciones del derecho internacional privado cambiario, las normas vigentes sobre con- Hugo Mérmol Marquis: Fundamentos de Derecho Mercantil. Titulos-Valores, Ca- racas, 1982, p. 39. Exposicién de Motivos y Proyecto de Ley de situlos valores y operaciones batca- * sigs, Cacacas, 1967, p. 3. Exposicién, 1967, op. cit. p. 59. La solucién se aplica también al cheque, por m2h- dato del inciso vigésimo del articulo 180, incluido en la Seccién Decimosegunda (“Aplicacién de las disposiciones sobre 1a letra de cambio") del Capitulo Sexto (“Det Cheque”) (op. eit., p. 73). EL REENVIO EN EL DERECHO INTERNACIONAL... 189 flictos de leyes en materia de letra de cambio y pagaré y se las amplia aunque, en lo que a ellas respecta, se procura respetar la voluntad ya ex- presada por el legislador en otras oportunidades; v.g., en el Cédigo de Derecho Internacional Privado de 1928 0 Cédigo Bustamante, que es ley para la Republica. Se reemplaza en materia de capacidad cambiaria la refe- rencia a la ley nacional por la remisién a Ia ley del sitio en donde se con- trajo Ia obligacién, como hace el referido Cédigo. Los agregados y modifi- caciones principales tienen por objeto 1a forma de las obligaciones, sus efectos, los derechos del portador respecto de Ja cobertura del titulo, acep- tacién y pagos parciales, pago y anulacién.1% 63. Las afirmaciones anteriores no se ajustan a la verdad, En efecto, segtin destaca Carmen Luisa Reyna de Roche, el fundamento ale- gado para justificar fa reforma del articulo 129 parte de un supuesto falso, ya que el Codigo Bustamante no hace excepcién, en materia de letra de cambio, al principio general consagrado en su articulo 27, segin el cual, “la capacidad de las personas individuales se rige por su ley personal. ...”."* En efecto, el Capitulo Sexto del Titulo Segundo, Libro Segundo (“De los.Contratos Especiales de Comercio”), del Cédigo Bus- tamante se denomina: “Del Contrato y letra de cambio y efectos mer- cantiles andlogos’, y en ninguno de sus articulos, del 263 al 272, deter- mina, en forma expresa, 1a ley aplicable a la capacidad para obligarse cambiariamente; antes al contrario, en el articulo 232, que inicia el Libro Segundo, referente al Derecho Mercantil Internacional, prescribe: “La capacidad para ejercer el comercio y para intervenir en actos y contratos mercantiles se regula por la ley personal de cada interesado”. Una explicacién similar es enseftada por el doctor José Antonio Cordido Freytes, cuando afirma que, de acuerdo con el Cédigo Busta- mante, la capacidad general, la capacidad comercial y la capacidad cam- biaria de las personas fisicas se encuentran sometidas a la ley personal, a tenor de los articulos 27 y 232; y a este respecto debe recordarse la solucién de compromiso aceptada por el articulo séptimo, que prescribe: “Cada Estado contratante aplicara como Icyes personales las del domici- _lio, las de la nacionalidad 0 las que haya adoptado o adopte en lo ade- Jante su legislacién interior” .#°° 64. Sin referirse a su erréneo fundamento ni a la eventual actitud ‘del Proyecto de 1967 frente al reenvio, en virtud de Ja supresién del 134. Exposicién, 1967, p. 11. 135. Reyna de Roche, op. cit., p. 165, notas 31 y 32. 136. Cordido-Freytes, José Antonio: Les conflits de lois en matiére de lettre de change dans ia Convention de La Havane, Paris, 1954, pp. 42-43, 46-47, 50-54. 190 GONZALO PARRA-ARANGUREN primer parrafo del articulo 483 dei Cédigo de Comercio, la nueva solu- cién fue recibida con entusiasmo por la doctora Tatiana B. de Mackelt €n su ponencia, presentada en las Primeras Jornadas Internacionales de Derecho Mercantil que tuvieron lugar en Ja Universidad Catélica Andrés Bello en 1978. En efecto, luego de criticar la competencia de Ja ley de la nacionalidad consagrada en dicho precepto, advierte que “en relacién a la letra de cambio nos parece mas adecuado someter la capacidad a la ley del lugar en que el acto se realiza", para impedir “la escisién del acto juridico (lo que Jos franceses llaman depegage)” y someter “todos Jos aspectos del acto (capacidad, obligacioncs que surgen del mismo y su forma) a la /ex /oc?, De inmediato agrega en términos categéricos: Se trata de una segulacién mucho més sincera y tendiente a coadyuvar al cumplimiento de los objetivos que presiden las soluciones de los conflictos de leyes en materia de titulos valores y que consisten en asegurar su circula- cién y reafirmar la proteccién del acreedor.2** C. EL PROYECTO DE 1978 65. A los dos afios después de haber asumido la presidencia el sefior Carlos Andrés Pérez, en su primera oportunidad, el Ministerio de Justicia dicté la resolucién N° 24, del veintiocho de septiembre de 1976, que dispuso crear una comisién “encargada de reformat el Codigo de Comercio”."* Con relativa rapidez preparé un Anteproyecto del Codigo 137. Tatiana B. de Maekelt: “Normas de conflicto en el Cédigo de Comercio venezolano. Comentario y sugerencias para su reforma’, en Primeras Jornadas Internacionales de Derecho Mercamil, Caracas, 1978, p. 519, En la misma ponencia, iz doctora ‘Tatiana B. de Maekelt, en seguimiento de las soluciones aceptadas en la Primera Conferencia Especializada Interamericana sobre Derecho Internacional Privado (CIDIP- T, Panamé, 1975), “cuyo articulado, en nuestro criterio, oftece soluciones adecuadas”, Bropuso el siguiente articulo: “La” capacidad para obligarse mediante una letra de cambio se rige por la ley del lugar donde Ia obligacién ha sido contraida. Sin em- bargo, si la obligecién hubiere sido contraida por quien fuera incapaz segin dicha fey, tal incapacidad no prevaleceri en el territorio de cualquier otro Estado cuya ley considerare valida la obligaciéa”. 138. De acuerdo con ta resolucién de 1976, 12 Comision estuvo compuesta por los doc- tores René De Sola (presidente), José Santiago Nitez Aristimufio, Guillermo Ur- bina Cabello, Luis Enrique Otero y José Ram6n Burgos Villasmil (Gaceta Oficial, N? 31.078, de veintiocho de septiembre de 1976, p. 233.985). Posteriormente “fue reesttucturada” por resolucin N® 15, de veintidés de marzo de 1977, del mismo Ministerio de Justicia: quedé como presidente el doctor René De Sola; se ratificaron como miembros titulares los originalmente designados y se_nombraron miembros asociados Jos doctores Alejandro Tinoco y Anibal Moreén Castro (Gaceta Oficial, N? 31.200, de veintitrés de abril de 1977, p. 235.017-235.018). Una nueva modi- ficacion se produjo por sesolucién N° 4, de fecha nueve de marzo de 1978, que mantuvo a todas los miembros anteriores y agregé como miembro asociado a ta doctora Sol Haydée Rangel de Jahnke (Gaceia Oficial, N* 31.44, de nueve de marzo de 1978, p. 286.813). Por dlitmo, se incluyS como miembro asociado al doctor Ricardo Sillery Lapez de Cebatlos. Segin informa la Exposicién de Mativos que EL REENVIO EN EL DERECHO INTERNACIONAL. . . 191 fue publicado en 1978; y el Titulo Décimo, relativo a la Letra P y de Cambio, cn el capitulo titulado “De los conflictos de Leyes”, in- cluy6 el articulo 129, que prescribié: 129 139. 140. La capacidad de una persona para obligatse por medio de una letra de cam- bio se determina por la ley del lugar donde la obligacién ha sido contraida, La persona que sea incapaz segiin Ia regia contenida en el aparte anterior, estaré sin embargo vilidamente obligada en cualquier otro Estado cuya legislacién le hubiera considerado capaz.4#? 66. Aun cuando no se indica la fuente de inspiracién del articulo del Anteproyecto de 1978, parece razonable asumir que se limitd del Anteproyecto, el secretario de 1a Comisién fue el doctor Natan Zaidman; y como abogados auxitiares colaboraron Jos doctores: Hugo Macmol Marquis, Moisés Hirsch By Emma C. Calzadilla de Contreras (RFDUCAB, N° 25, 1977-1978, P. 343). El Anteproyecto y In Exposicién de Motivos anexa fueron publicados en REDUCAB, 1977-1978, N® 25, pp. 338-346, 347-385. La Exposicién de Motivos informa sobre la creacién de la Comisi6n, por’ resolucién del Ministerio de Justicia del veintiocho de septiembre de 1976, y de su reestructuraciOn, en tres oporiunidades, “por volun taria separacién de algunos de sus miembros e incoxporacion de otros”; aun cuando se agrega: “en el Titulo cuya entrega hoy se hace, prestaroa su eficaz concurso cientitico ¢ intelectual todas {as personas que han sido mencionadas en a lista que precede esta Exposicién, a saber: René De Sola (presidente), José Santiago Niacz Aristimuio, Guillermo ‘Urbina Cabello, Luis Enrique Otero, José Ramén Burgos Villasmil, Alejandro Tinoco, Anibal Morein Castro, Ricardo Sillery Lépez de Ce- ballos y Sol Haydée Rangel de Jahnke” (RFDUCAB, 1977-1978, N® 25, pp. 339, 346-347). No obstante, el doctor’ Hugo Marmol Marquis atribuye al doctor René De Sola la paternidad exclusiva de la seccidn referente a ios titulos-valores; y explica en términos categéricos: "Es de justicia recalcar que el proyecto titulos-valores no representa reaimente el fruto de un trabajo colectivo ... fueron muy contadas {as ocasiones en que De Sola admitié que su ponencia fuera modificada aun en meros aspecto de técnica legistativa” (Fundamentos de Derecho Mercantil. Titulos-vatores, Caracas, 1982, p. 40). Sin referirse tampoco a la materia especifica del Conflicto de Leyes, el Anteproyecto de 1978 ha sido objeto de comentarios, entre otros, por Leopoldo Borjas: “Titulos de crédito”, en Primeras Jornadas Imernacionales de Derecho Mercantil, Caracas, 1978, reproducido en Ensayos y otros Estudios Juri- dicos, Tomo II, Caracas, 1981, pp. 443-477, Alftedo Morles Hernandez: “En torno a la’ reforma del Cédigo de Comercio”, REDUCAB, 1977-1978, N’ 25, pp. 283- 3375 y René De Sola: “En toro al Proyecto: de Reforma del Cédigo de Comercio venezolano", RFDUCAB, 1979-1980, N* 27, pp. 293-302. RFDUGAB, 1977-1978, N° 25, p. 343. La solucién se aplica también a los cheques ya los pagarés. En efecto, el titulo undécimo, sobre el cheque, en el Capitulo Deci- mocuarto, no incluyé norma alguna para determinar Ia ley aplicable a la capacidad para obligarse por cheque, pero en el Capitulo Decimoquinto, contentivo de las Disposiciones Supletorias, ‘el articulo 215 previno: "Las disposiciones relatives a Ja Jetta de cambio en cuanto fueren pertinentes se aplicarin supletoriamente al cheque" (REDUCAB, 1977-1978, N® 25, p. 382); y en el articulo 218 fue agre- gade: “Son aplicables al pagaré, en cuanto no sean incompatibles con su naturaleza, Jas disposiciones relativas a Ia letca de cambio" (Titulo Decimosegundo, Del pat gart, RFDUCAB, 1977-1978, N® 25, p. 383). Por lo demds, en el articulo 230 se dispuso: "En todo lo no previsto én los articulos precedentes, se aplicaria suple- -foriamente las disposiciones sobre Ia letra de cambio. en cuanto sean compatibles con Ja naturaleza_y fines de la factura cambiaria” (Titulo XHT ."De la factura cambia- ria”) (RFDUCAB, 1977-1978, NY 25, p. 385). 192 . GONZALO PARRA-ARANGUREN a reproducir la solucién consagrada por la Convencién Interamericana sobre Conflictos de Leyes en materia de Letras de Cambio, Pagarés y Facturas, suscrita en Panamé el treinta de enero de 1975, al finalizar la Primera Conferencia Especializada Interamericana_sobre Derecho Inter- nacional Privado (CIDIP-I)." Sin embargo, la Exposicién de Motivos se limité a sefialar: En materia de conflictos de leyes se acogieron las mis modernas tendencias admitidas por Ja legislacién y la doctrina. Tiene especial importancia se- falar que la capacidad de una persona para obligarse por medio de una etta de cambio se determinaré por Ia ley del lugar donde la obligacién ha sido contraida.# D. -EL PROYECTO DE 1984 67. Después del triunfo electoral, el gobierno del doctor Luis He- rrera Campins nombr6 el veinticuatro de marzo de 1980 una Comisién de Reforma del Cédigo de Comercio, presidida por el doctor Alfredo Morles Herndndez;"* y cuatro afios mds tarde, en treinta y uno de enero 141. Su articulo primero dispone: “La capacidad para obligarse mediante una letra de cambio se rige por Ja ley del lugar donde la obligacién ha sido contraida. Sin em- bargo, si la obligacién ha sido contsaida por quien fuere incapaz segin dicha ley, tal incapacidad no prevalecerd en el territorio de cualquier otro Estado parte de esta Convencién, cuya ley considerare vilida la obligacién” (Gonzalo Parra-Arang\ ren; “Las seis convenciones suscritas en Panama [1975] sobre Derecho Internaci Privado", RFDUCAB, Caracas, 1980, N? 27, pp. 9-40, reproducido en Codificaciéh op. cit, N° 8, pp. 328-332). 142. RFDUCAB, 1977-1978, N? 25, p. 343. 143, La Resolucién N° 17 dictada por el Ministerio de Justicia el veinticuatro de marzo de 1980 designéd como micmbros de la Comision de Reforma del Cédigo de Co- mercio a los doctozes Eloy Anzola Etcheberry, Jos¢ Ramén Burgos Villasmil, Al- fredo Morles Hernandez, José Muci-Abraham, hijo, Roberto Natale, José Santiago Naiiez Aristimuno, Alejandro Tinoco y José Urdaneta Lafée (Gacera Oficial, N® 31.952 del veintiséis de marzo de 1980, p. 241.047). El doctor Tomds Mariano ‘Adrién fue designado secretario. Durante el periodo de su funcionamiento Ia Co- misin sufrié los siguientes cambios en su integracién: a) El ocho de abril de 1980, por Resolucién N° 20, para incluir al doctor Enrique Urdaneta Fontiveros en sustitucién del doctor José Vicente Urdaneta Lafée (Gaceta Oficial, N° 31.960, diez de abril de 1980, p. 241.110); b) Et veintiocho de abril de 1980, Resolucién N° 20, que reemplazé al doctor Enrique Urdaneta Fontiveros por el doctor Rafael Reyero (Gaceta Oficial, N® 31.976, cinco de mayo de 1980, p. 241-236); ¢) El treinta de enero de 1981, Resolucién N°'3, para sustituir al doctor Rafael Reyero, y nom- brar como miembros adicionales a ios doctores Leopoldo Borjas Herndndez, Maria ‘Auxiliadora Pizani y Victor Pulido Méndez (Gacela Gficial, N® 32.160, dos de febrero de 1981, p. 242.819), y 4) El dieciocho de marzo de 1983, cuando fue reestructurada de nuevo, para ‘integrarla por los doctores: Eloy Anzola Eicheberry, José Ramén Burgos Villasmil, Alfredo Morles Hernindez, José Santiago | Ni ‘Aristimufio, Maria Auxiliadora Pisani, Victor Pulido Méndez, Alejandro Tinoco, Francisco Hung Vaillant y Hugo Mdrmol Marquis (Gaceia Oficial, N® 32.688, dieciocho de marzo de 1983, p. 247.270). EL REENVIO EN EL DERECHO INTERNACIONAL. - . 193 de 1984, el Ministerio de Justicia envid al Congreso, anexo a su oficio Nv 67, un Proyecto de Ley General de Titulos Valores.“* Ahora bien, en el Titulo Segundo referente a la Letra de Cambio, el Capitulo Décimo, titulado “De los Conflictos de Leyes’, fue incluido el articulo 122, que dispuso: Art, 122, La capacidad para obligarse mediante una letra de cambio se rige por fa Jey del lugar donde fa obligacién ha sido contraida. Sin embargo, si Ja obligacién hubiere sido contraida por quien fuere in- capaz segin dicha ley, tal incapacidad no prevalecera en cf terzitorio de Venezuela si Iz ley venezolana considerare vilida 1a obligacién.'** El Proyecto no regulé expresamente la Jey aplicable a la capacidad para obligarse por medio de pagaré, pero su articulo 127 previno: “Son aplicables al pagaré, en cuanto no sean incompatibles con su naturaleza, las disposiciones relativas a la letra de cambio”. Sin embargo, en ma- teria de cheques fue reproducida la formula utilizada para determinar la ley aplicable a la capacidad cambiaria; y por tanto, el articulo 208, incluido en Capitulo Decimocuarto (“De los Conflictos de Leyes’) del Titulo Cuarto (“Del Cheque’), dispuso: La capacidad para obligarse mediante un cheque se rige por la ley del lugar donde Ia obligacién ha sido contraida. Sin embargo, si In obligacién hubiere sido contraida por quien fuere in- capaz segin dicha ley, tal incapacidad no prevaleceré en el territorio de Venezuela si la ley venczolana considerare valida In obligacién.'# 68. La Exposicién de Motivos del Proyecto de 1984 informa acer- ca de 1a consulta efectuada a varios sectores de opinién, para agregar: 144. BI Nacional, Caracas, 15 de septiembre de 1984, p. A/11. El Proyecto fue criticado algin tiempo mds tarde por el doctor Pedro Alid Zoppi, quien sostuvo: “EI examen del Proyecto permite inferir, sin lugar a duda, que lo que setian sus «innovaciones» ‘© «novedades» constituyen” principalmente adaptaciones —con ciertas modificacio~ nes— del proyecto mexicano del afio 1960 y del proyecto de ley uniforme paral ‘América Latina del afio 1966, siendo de notar que algunas normas son fiel trasunto de estos proyectos. Y destacamos esa circunstancia, pues en ta larga y extensz Exposicién de Motivos se omite fa fuente remota de inspicacién..." (“Observacio- nes al Proyecto de Ley General de Titulos Valores”, en Revista de Derecho Mer- cantil, Caracas, 1986, N° 2, p. 139). 145. La cita del articulo fue tomada de una publicacién hecha ca mimedgrafo, sin fecha, p. 31, 146. La cita del articulo fue tomada de 1a publicacién en mimedgeafo referida en Ix nota 145, sin fecha, pp, 33-34. 147. La cita del asticulo fue tomada de la publicacién en mimedgrafo referida en la nota 145, sin fecha, p. 52. 194 GONZALO PARRA-ARANGUREN “debe destacarse... el “parecer” del profesor doctor Gonzalo Parra- Aranguren en torno a la regulacién de los conflictos de leyes en materia de letra de cambio, pagaré y cheques"; y en relacién al Capitulo De- cimosegundo del Titulo sobre 1a Letra de Cambio, fue incluido el si- guiente pérrafo: De los conflictos de leyes. Con fundamento en autorizadas opiniones de especialistas, se incorporaron los diez primeros articulos de Ia Convencién Interamericana sobre Conflictos de Leyes en materia de Letras de Cambio, Pagarés y Facturas (Panama, 1975), haciéndose pequefios ajustes en su redaccién.44? La posicién de Motivos agrega las siguientes explicaciones: Si bien se regula ef pagaré, en general, mediante remisién expresa a las disposiciones relativas a la letra de cambio, no se detallan en concreto cud- ies serian las disposiciones aplicables, sino que se_establece genéricamente que se aplicarin al pagaté las disposiciones sobre Tetra de cambio que no resulten incompatibles con la naturaleza de aquél..% La Exposicién de Motivos también informa cn relacién a las normas sobre Conflicto de Leyes en materia de cheque y al respecto expresa: Conflicto de leyes. Se somete a Ia ley del ugar donde Ja obligaciGn cartular hubiere sido con- traida, Ia ley que rige la capacidad para obligarse y ia obligacién misma, Se somete a Ia ley del ugar en que el acto se tealizare la forma del giro, aval, endoso, protesto o cualquier otro acto juridico referente al cheque. Se entenderd que el acto fue realizado, o la obligacién contraida, en el lugar donde el cheque ha de ser pagedo, o en su defecto, el de emisién, cuando no constare en el cheque donde se realizé el acto o se contrajo la obligacién. Se aplica Ia ley del lugar de pago para determinar Ia naturaleza del che- que, sus modalidades y efectos, el término de presentacién, los derechos 148. La cita fue tomada de la publicacién en mimedgrafo referida en la nota 145, sin fecha, p. 4. La Exposicién de Motivos, también indica las “pautas” seguidas por la Comisién para preparar los diversos articutos, las cuales fueron publicadas, con algunos otros comentarios explicativos, por el doctor Alfredo Morles Hernindez (op. cit, Torso HI, pp. 1.322-1.334). 149. La cita del texto fue tomada de la publicacién en mimeégrafo referida en la nota 145, sin fecha, p. 21. 150. La cita fue tomada de la publicacién en mimedgrafo referida en la nota 145, sin fecha, pp. 21-22. EL REENVIO EN EL DERECHO INTERNACIONAL. .. 195 del tenedor sobre In provisién, Ia revocacién, la necesidad de protesto, las medidas a tomar en caso de pérdida, extravio © sustraccién del cheque y, en general, todas Las situaciones relativas al pago del cheque. Con ello, se acoge Ia normativa y las soluciones de las convenciones inter- americanas de Panama’ y Montevideo.?5* 69. EI Proyecto de 1984 fue objeto de examen critico en las Scgundas Jornadas Internacionales de Derecho Mercantil, que tuvieron lugar en la Universidad Catélica Andrés Bello; y aun cuando fueron escasos los comentarios a las normas sobre escogencia de la ley aplicable, cabe mencionar la esporddica y muy rudimentaria referencia hecha por el doctor Victor Pulido Méndez, cuando afirmdé: Es de sefialar también que, cn su preparacién, han sido tenidos en cuenta, en lo que concierne a las normas de Derecho Internacional Privado con- tenidas on el Anteproyecto, el Cédigo de Derecho Internacional Privado (Cédigo Bustamante ).15* 70. Por su parte, el presidente de la Comisién, doctor Alfredo Morles Hernandez, ha expresado sobre el particular: ...en el Anteproyecto de Ley General de Titulos Valores introducido al Congreso de Ia Repiblica en 1984 se adoptaron las reglas de la Primera Conferencia Especializada Interamericana sobre Derecho Internacional Pri- vado (Panamé, 1975), que atribuyen a la ley del lugar donde la obliga- cién ha sido contraida ta solucién de Ia cuestién de la capacidad, por re- comendacién de los profesores Gonzalo Parta-Aranguren y Tatiana B. de Maekelt... Esta solucién es ahora ley de In Republica, por haber Vene- zuela ratificado la Convencién de Panama (1975) ef dia 13 de noviem- bre de 1984.78 15h. a cita fue tomada de la publicacién en mimedgrafo referida en la nota 145, sin fecha, pp. 31-32; y de acuerdo con Ia informacion suministrada se incluyeron las soluciones de la’ Convencién Interamericana sobre Conflictos de Leyes en Materia de Cheques, suscrita ea Montevideo el ocho de mayo de 1979, con motivo de Ia Segunda Conferencia Especializada Internacional sobre Derecho Internacional Pri- vedo (CIDIP-IL), que sustituyé In firmada en Panami en 1975 (Gonzalo Parra. Aranguren: “La Segunda “Especializada Interamericana sobre Derecho Internacional Privado (CIDIP-IN)", en Actas Procesales de Derecho Vivo, Caracas, 1979, Volu- men XXXIJ, Nos. 94-96, pp. 83-147, reproducido en Codificacién, op. cit. N° 15, pp. 413-416). 152, Pulido Méndez, Victor: “Examen del Anteproyecto venezolano de Ley de Titulos Valores de 1984", en Segundas Jornadas (Internacionales) de Derecho Mercantil, Caracas, 1988, pp. 968-969. 153. Morles Herndndez. op. cit, Tomo HI, p. 1.042. En realidad, de acuerdo con su articulo decimoquinto, le Convencién ‘solo entra en vigencia el trigésimo dia a partir de Ja fecha de depésito del instrumento de ratificacién, y Venezuela no cum- plié con esta formalidad sino el dieciséis de mayo de 1985. 196 GONZALO PARRA-ARANGUREN 1 E. EL PROYECTO DE 1987 71. La ultima tentativa de reformar el Cédigo de Comercio fue realizada por el Instituto de Derecho Privado de la Facultad de Ciencias Juridicas y Politicas de la Universidad Central de Venezuela, bajo la Wireccién del doctor Leopoldo A, Borjas Herndndez, en cumplimiento del encargo que le hizo el Congreso de Ja Reptiblica en virtud de un convenio de asistencia y colaboracién suscrito el 24 de septiembre de 1986. Una vez concluidos los trabajos, el Proyecto de Ley sobre Letra de Cambio, Pagaré y Cheque, fue enviado al Parlamento, con oficio s/n de tres de febrero de 1987." ‘Ahora bien, el nuevo Proyecto no introdujo cambio alguno en ma- teria de !a ley aplicable a Ja capacidad cambiaria: sus articulos 100 a 107 reproducen los ocho preceptos de la Convencién Interamericana sobre Conflictos de Leyes en Materia de Letras de Cambio, Pagarés y Facturas, suscrita en Panama en 1975; y los articulos 166 a 172 se limitan a transctibir las soluciones consagradas en ta Convencién Interamericana sobre Conflictos de Leyes en Materia de Cheques, firmada en Montevi- deo en 1979. Asi lo afirmé en términos escuetos el propio doctor Leo- poldo A. Borjas Hernandez el diecisiete de agosto de 1987;'8 y se lec también en la Exposicién de Motivos anexa al Proyccto.’* F LA IMPORTANCIA DE LA SUPRESION DEI. REENVIO EN LOS PROYECTOS DE REFORMA DEL CODIGO DE COMERCIO 72. Sein puede establecerse, el primer parrafo del articulo 129 dei Proyecto de 1963 nada dispuso acerca del reenvio, pero ese silencio no puede entenderse en sentido contrario a su aceptacién. En efecto, la ptopia Exposicién de Motivos hizo referencia a los trabajos de la Comi- 154. El doctor Guillermo Novelli Mufioz formulé criticas muy severas al Proyecto (RFCJP, 1988, N® 69, pp. 139-174), que fueron replicadas por el doctor Leopoldo A. Borjas Hernandez (RFDCJP, 1988, N° 69, pp. 175-191). 153. RFDC]P, 1988, N° 69, pp. 184, 188-189. 156. La Exposicién de Motivos dice textualmente: “Capitulo XV. Del Conflicto_ de Leyes. Los ocho articulos que componen este capitulo han sido tomados de la Con- yencién Interamericana sobre Conflictos de Leyes en Materia de Letras de Cambio, Pagarés y Facturas Aceptadas, aprobada por la ley publicada en la Guceta Oficial N’ 33.150, de 23 de enero de 1985" (RFDCJP, 1988, N’ 69, p. 199), y_algunas paginas después, al referirse al Capitulo XI del ‘Titulo H que wata “Del Cheque", posiblemente por ua error material de la computacora, se repite, en forma equivocada, ¢k pirrafo anterior que corresponde a las letras de cambio, pagarés y facturas; pero sin duda alguna Ia mencién corresponde a la Convencién Internacional sobre Con- flictos de Leyes en Materia de Cheques, suscrita en Montevideo el ocho de mayo de 1979 y aprobada por ley publicada en la Gacetz Oficial N° 33.143, de catorce de enero de 1985 (RFDCJP, 1988, N* 69, p. 203). EL REENVIO EN EL DERECHO INTERNACIONAL. . . 197 sién creada para codificar el Derecho Internacional Privado, compuesta por los doctores Roberto Goldschmidt, Gonzalo Parra-Aranguren y Joa: quin Sanchez-Covisa, quienes también integraban la Comisién de Reforma del Cédigo de Comercio. Por tanto, el atticulo 129 det Proyecto de Ley General de Titulos Valores y Operaciones Bancarias debe interpretarse en concordancia con lo dispuesto en el articulo cuarto del Proyecto de Ley de Aplicacién del Derecho Internacional Privado, publicado el mis- mo afio 1963, que acepté el reenvio de primer grado y también el de segundo gtado cuando produce armonia internacional de solucicnes; admisién en términos generales que era innecesario repetir al tratar de la capacidad cambiaria, En consecuencia, la suptesién del primer parrafo del articulo 483 del Cédigo de Comercio, razcnablemente no puede en- tenderse como un rechazo del reenvio para determinar la Jey aplicable a un supuesto de hecho conectado con varias legislaciones simulténeamente vigentes. 73. El impacto del articulo 129 del Proyecto de 1967 y de su an- tecesor de 1963 sobre Ia solucién del problema del reenvio en el sistema venezolano de Derecho Internacional Privado, fue considerado por fa doctora Carmen Luisa Reyna de Roche; y al respecto formuld los siguien- tes comentarios: Tgualmente tienen de comin, y eso es lo que mds nos interesa, que no hacen referencia alguna al reenvio en esta materia. Este hecho tiene im- portancia por el valor doctrinario que representa Ja circunstancia de que en estos proyectos, como ellos mismos efirman en sus respectivas exposi- ciones de motivos, se adapta el texto del Cédigo vigente al de Ginebra, y sin embargo, precisamente en materia de capacidad cambiaria, se apartan de su modelo que acoge Ja misma solucién del Proyecto de La Haya que nosotros copiamos en el articulo 483 del Cédigo de Comercio. Por otra parte, de ser aprobada por las cémaras legislativas alguna de estas dos soluciones distintas de la vigente, quedaria derogado el articulo 483. del Cédigo de Comercio, con lo cual podria verse afectada Ia solucisn que se diera al problema del reenvio en el Derecho Internacional Privado vene- zolano, al desaparecer la tinica disposicién legislativa que contempla el reenvio en nuestro pais.1%7 74. La afirmacién anterior presupone la absoluta autonomia y total independencia entre los diversos Proyectos de Ley preparados por instrucciones del Ministerio de Justicia, Sin embargo, es imposible olvi- dar que el Proyecto de Ley General de Titulos Valores y Operaciones 157. Reyna de Roche, ast. cit, p. 166. 198 GONZALO PARRA-ARANGUREN Bancarias fue publicado por primera vez en 1963, en forma simultinea con el Proyecto de Ley de Normas de Derecho Internacional Privado; y como este ultimo regulé el problema del reenvio en términos generales, resultaba superabundante e innecesario repetir la misma solucién para la capacidad cambiaria.“* Por otra parte, también debe tenerse presente que los doctores Roberto Goldschmidt, Gonzalo Parra-Aranguren y Joa- quin SAnchez-Covisa formaron parte de ambas comisiones de reforma legislativa.” 75. Segtin se desprende de las explicaciones hechas en las ses- pectivas oportunidades, los proyectos de 1978, 1984 y 1987 se limitaron a reproducir el articulo consagrado por la Convencién Interamericana sobre Conflictos de Leyes en Materia de Letras de Cambio, Pagarés y Facturas, suscrita en Panama en 1975, que debja aplicarse a los cheques, a tenor del articulo primero de Ia Convencién Interamericana sobre Con- flicto de Leyes cn Materia de Cheques, aprobada también en Panama en la misma fecha; ptecepto reproducido en la Convencién sobre Che- ques, sustitutiva de Ja anterior, que se aprobé en Ja Segunda Conferencia Especializada Interamericana sobre Derecho Internacional Privado (CI- DIP-II), celebrada en Montevideo en 1979. 76. Ahora bien, ja competencia reconocida en dichas convenciones a la lex loci actus para regit la capacidad cambiaria persiguié 1a finali- dad de facilitar 1a circulacién del titulo y de hacer innecesario, en muchos casos, la investigacién de leyes extranjeras. La solucién aparecia ya con- sagrada en el segundo pirrafo del articulo primero del Proyecto del doctor José Joaquin Caicedo Castilla, aprobado por el Comité Juridico Interamericano el seis de agosto de 1973;1° y el diecisdis de enero de 158. De igual modo cabe mencionar que los dos proyectos fueron objeto de revision y de nueva publicaciéa: en 1965 el de Ley de Normas de Derecho Internacional Pri- vado; y en 1967 el de Ley General de Titulos Valores y Operaciones Bancarias. 159. Informacién sobre los diversos proyectos de ley preparados durante esta época, se encuentra en: Zambrano Velazco, op. cit., pp. 5-183. 160. CIDIP--3, pp. 41-44. El azticulo primero del Proyecto determinaba la ley aplicable a la forma en el primer parrafo; y ca et sepundo disponia: “La capacidad para figurar en una leita de cambio y los actos relacionados con ella, se someten a la lev del lugar en que cada uno de dichos actos se realiza”. La f6rmula fue objeto de critica por el doctor Rafael Borjas Pefia (Ecuador) en la sesién del dieciséis de enero de 1975, pues “por la redaccién que tiene dicho parrafo. un incapaz podria figurar en una jetra de cambio y ésta ser perfectamente vAlida”. En consecuencia, propuso el siguiente texto sustitutivo: “La capacidad para obligarse por medio de wna letra de cambio...” (Actas y Documentos de la Conferencia Especializada Interamert- cana sobre Derecho Internacional Privado (CIDIP), Volumen Il, Washington, 1975. p. 25). En esa misma oportunidad sugirié que. en lugar precepio en examen, fuera adoptado el articulo 483 del Cédigo de Comercio venezolano, “o el respective del Ecuador, que es muy simitar", por considerar “que esta disposicién facilita enorme- mente la circulacién de fas letras de cambio en cuanto a la capacidad” (Actas, 1975, Vol. II, op. eit, p. 25). EL REENVIO EN EL DERECHO INTERNACIONAL. . - 199 1975, cuando fue discutido por la Primera Conferencia Especializada Interamericana sobre Derecho Internacional Privado (CIDIP-I), el pre- sidente de la Comisién Primera, doctor Alejandro Montiel Argiiello (Ni- caragua), hizo énfasis en que de esta manera “los paises latinoamerica- nos han desistido de fos puntos de conexién adoptados tanto en el Co- digo Bustamante como en los tratados de Montevideo y han aceptado el punto de conexién que establece {a legislacién de Jos Estados Unidos." Por otra parte, la aceptacién de la /ex Joc actus para regular la capacidad cambiaria evité Ia inevitable controversia entre los partidasios de la ley de Ja nacionalidad y los defensores ‘de la ley del domicilio,** que se produjo cuatro afios mas tarde, al discutirse el tema referente a la Personalidad y Capacidad en el Derecho Internacional Privado. En efecto, el cinco de mayo de 1979, al examinarse el asunto por la Segun- da Comisién de la Segunda Conferencia Especializada Interamericana sobre Derecho Internacional Privado (CIDIP-II), muy pronto pudo es- tablecerse la falta de consenso entre los participantes sobre la ley apli- cable a la personalidad, capacidad de obrar y extincién de la personali- dad de las personas fisicas. Segtin fuera advertido por el licenciado José Luis Siqueiros (México), “profesores tan eminentes como el doctor Texeira Valladao y otros que han investigado el tema, se inclinan por el sistema de la /ex fori, la ley de cada Estado parte; otros distinguidos profesores de Argentina y del Uruguay se inclinan por la ley del domi- cilio, y probablemente no faltaria alguno que todavia intentara la apli- cacién de la Jey nacional, al menos cuando los nacionales se encuentran 161. Actas, 1975, Volumen IT, op. cit, p. 8. Asi fue destacado en el Informe del relator de Ia\ Comisién Primera referente a] Proyecto de Convencién Interamericana sobre Conflictos de Leyes en Materia de Letras de Cambio, Pagarés y Facturas, que pre- paré el doctor Jorge A. Tllueca (Panama) (Actas, 1975, op. cit, Volumen I, Was- hington, 1975, p. 263), No obstante, es de advertir que el doctor Alejandro Mon- tiel Argiello también afirmé: “Personalmente, hubiera preferida el uso de varios puntos de conexién en forma alternativa —es decir, que si hubiera capacidad de acuerdo con Ta ley del domicilio, de fa nacionalidad 'o det lugar en que el acto se realiza, éste fuera vilido—, ya que esta acumulacién alternativa de puntos de conexién conduce a Ia valider de los actos en la mayoria de los casos” 162. En virtud de la propuesta hecha por el doctor Rafael Borja Peia (Ecundor). tendiente a incorporar In solucién consagrada por el articulo 483 del Cédigo de Comercio venezolano, el doctor Gonzalo Parra-Aranguren (Venezuela), fuego de recordaz el origen del precepto, sefialé la posibilidad de aplicar, en forma acumula- tiva con la lex loci actus, la ley personal, bajo In forma de la nacionalidad o del domicitio (Actas, 1975, Volumen Il, op. cil.. pp. 26-27); pero la referencia a Ia Tey de la nacionalidad fue objeto de inmediata reserva por el doctor Rafael Eyzaguirre Echevertia (Chile), por cuanto “resta seguridad juridica al tenedor del documento, y produce situaciones engorrosas que entorpecen {a circulacion de éste (Actas, 1975, Volumen II, op. cit. p. 39). Sin embargo, facilmente se comprende que la adver- tencia es valida cuando se pretende atribuir competencia exclusiva a la ley de la pacionaidad, pero no lo es si se Tx consagra como solucién altemativa a Ia lex loci actus. 200 GONZALO PARRA-ARANGUREN fuera de su pais”. Asi efectivamente ocurrid, y pocos minutos después, el representante de Colombia (Fabio Torrijos Quintero) hizo una calu- rosa defensa de Ja ley de la nacionalidad por expresas instrucciones de su gobierno, con el inevitable resultado de hacer fracasar mas de vein- ticinco afios de esfuerzos del jurista colombiano José Joaquin Caicedo Castilla, orientados hacia Ja unificacién hemisférica en materia de esta- do y capacidad de las personas sobre la base de Ja ley del domicilio.*** La exclusiva competencia a la lex foci actus no sélo evité la dificil polémica que habia dejado tan profundas huellas en el Cédigo Bust: mante: también permitié superar los problemas inherentes a la determi- nacién de Ja nacionalidad de las personas morales y las dificultades para resolver los casos de ausencia o de multiplicidad, tanto de nacionalidad como de domicilio de las personas.** La imposibilidad de lograr acuerdo sobre la materia impuso diferir la consideracién del asunto;*** pero al reanudarlo cuatro afios mas tarde tampoco se tuvo éxito. Asi lo demostré el intercambio de criterios que tuvo lugar en La Paz el veintidés de mayo de 1984, con motivo delexa- men del tema Personalidad y. Capacidad de las Personas Fisicas, por la Comisién Primera de Ja Tercera Conferencia Especializada [nterameti- cana sobre Derecho Internacional Privado (CIDIP-IIf), reunida en La Paz, Reptblica de Bolivia.” 77. Las consideraciones anteriores permiten afirmar que, durante el examen de la Convencién Interamericana: sobre Conflictos de Leyes en Materia de Letras de Cambio, Pagerds y Facturas, en Panamd, en 163. Actas y Documentos. Segunda Conferencia. Espetializada Iniernacional sobre De- yecho Internacional, Privado (CIDIP-I), Volumen Ill, Washington, 1980, p. 266. 164, * Actas, 1979, Volumen III, op. eit., pp. 267-268. - : : 165. Sin embargo, la ‘solucién adoptada ‘en Panama dejé abierta una grave interrogante, pues cabe preguntarse si la falta de toda referencia a la ley personal significa una Fenuacia al establecimiento de un régimen unitario-en materia de capacidad de las personas; y Ia admisién “implicita de que el problema debe ser-resuelto en forma auténoma en cada una’ de {as relaciones juridicas donde se presente, como ocurre en los Estados Unidos de la América del Norte, segin lo destacé el doctor George H. Owen:-en su opinién anexa al Segundo dictamen sobre 1a posibilidad de la revisién del Cédigo Bustamante 0 Cidigo de Derecho Internacional Privado, apa- recido en agosto de 1952, con la aprobacién, del Comité Juridico Interamericano (Documentos de In Organizacién de las Estados Americanos sobre Derecho Inter. nacional Privado, Washington, 1973, pp. 71-75) : 166. Actas, 1979, Volumen Hi, op. cit, p. 269; Parra-Aranguren: “Ie Segunda’’, art,

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