Las dos personas emprenden con amor y esperanza una vida en común, pero
con el tiempo la persona trans comprende que no se le pasa, porque la
transexualidad es un elemento estructural de su personalidad. Pero en ese
momento, ya hay otra persona, la pareja, tan envuelta como ella en las
cuestiones de la transexualidad, y probablemente otras personas más, los
hijos.
En una perspectiva binarista, la persona transexual aspirará a pasar del todo (si
posible fuera) de A a B, hormonándose, operándose, tomando actitudes de
género muy definidas como B.
Pero creo que una solución más profunda está en la asunción plena del
significado del no-binarismo.
Puede ser entonces que pueda emprender una negociación conmigo mismo y
con mi pareja. ¿Hasta dónde puedo ceder? ¿Hasta dónde necesito llegar?
¿Hasta dónde puedes ceder?
Puede ser que algunas personas, después de una larga reflexión, insistan en
que su posición debe ser B, incondicionalmente, o lo más cerca que sea
posible de B. Puede ser que otras comprendan que sólo necesitan una
reasignación genital y, en el fondo, sólo una reasignación genital, que pueden
seguir viviendo conforme al género de origen. Puede ser que otras sólo
necesiten en rigor afirmar su adhesión al género B, no al sexo, y que puedan
prescindir de hormonación o de cirugía. Puede ser que algunas otras
comprendan que lo que quieren expresar es su diferencia con A y que cierto
grado de ambigüedad les es para ello suficiente.
En esta misma situación, hay que plantearse también la actitud hacia los hijos.
En cuanto a la edad, parece que una transición emprendida antes de sus tres
años, aproximadamente, será plenamente asimilada. Crecerán con ella y los
problemas que puedan encontrar más adelante serán sociales, externos,
asimilables a los de racismo y afrontables con los mismos criterios: denuncia,
lucha social, solicitud de apoyos, etcétera. Incluso puede ser beneficioso para
el o la adolescente combatir por la justicia.
Entre los ¿tres? y los ¿dieciocho? años se abre una ventana en la que es
distinta la reacción previsible según el sexo. Mientras que un niño que tiene a
su padre como modelo de masculinidad puede verse profundamente alterado
por una transición que no puede comprender, una niña puede encontrar
alternativas de relación que lleguen incluso a la complicidad, a la protección
mutua, y al orgullo. Tengo que decir que no sé cuál pueden ser la reacción de
una niña ante la transición de su madre.
Decía al principio que dividiría este texto en parejas y familias formadas antes
de la transición y después. Sin embargo, el apartado reservado a éstas últimas
es mucho más corto, porque en ellas, la persona transexual y su pareja saben
a lo que atenerse.
Cuenta el encanto físico singular de la persona transexual, que puede ser muy
intenso y no morboso. Puede ser la dureza del transexual masculinizante unido
a un margen de sensibilidad y capacidad de diálogo lo que lo haga irresistible.
En una transexual feminizante no operada puede ser el componente de “mujer
fálica” lo que la haga profundamente tranquilizante para angustias
subconscientes que ven en la mujer un abismo.
¿Cuáles son las razones, entonces, que han traído a determinadas personas a
nuestro lado antes de la transición? Las profundas, no las aparentes. ¿Cuáles
de ellas seguirían vigentes aún después de la transición? ¿Cuáles pueden ser
amenazadas por el convencionalismo, especialmente el qué dirán, que llevaría
a lamentarse tiempo después de las decisiones superficialmente tomadas?
Por lo menos, las personas que forman parejas con nosotras, las personas
transexuales, después de la transición, saben que nuestra realidad genital o de
género es con frecuencia inusual y, sin embargo, si se lanzan a convivir con un
o una transexual, es porque encuentran en nuestras personas algo que les
atrae o les tranquiliza profundamente.
Esto los transexuales masculinizantes lo tienen más fácil, compartan sus vidas
con mujeres, hombres u otros transexuales. De hecho, forman pareja con
facilidad y sus parejas suelen ser bastante estables. No sé por qué, pero
constato los hechos..
También constato hechos; pienso en las parejas que conozco con una persona
trans feminizante, y constato su estabilidad en las historias en que se han
formado, aunque es menos frecuente que se formen.
Pero no hay todavía suficientes estudios sobre las parejas trans, por qué se
forman y por qué subsisten. Ya los habrá.