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UNIVERSIDAD ESPECIALIZADA DE LAS AMÉRICAS

Trabajo de Bioetica

Tema Muerte asistida

Integrantes

Fransheska Trinquete

Josué Sanchez
Mue rte Asi st id a
 

• La muerte asistida es una alternativa para evitar el


encarnizamiento terapéutico, es decir, mantener
con vida a las personas a toda costa aun cuando ya
no haya esperanza alguna, no obstante, se debe
comentar con la familia y buscar que el paciente
esté de acuerdo.
La muerte asistida
• En Suiza es legal que los médicos ayuden a
enfermos terminales a morir. Dos de las clínicas
que ofrecen esta práctica son Dignitas y Exit
International, las que también ponen este
procedimiento a disposición de los extranjeros.
Los mencionados recintos ejecutan la mayoría de
las 300 muertes asistidas que ocurren cada año.
• Suicidio asistido es ilegal en todo el mundo,
excepto en Suiza, Bélgica, Holanda y Oregón, en
Estados Unidos.
Los principales motivos para que un paciente Terminal tome
la decisión de solicitar la muerte asistida :
• Deseo de controlar las circunstancias de sus muertes
• Preocupaciones sobre una mala calidad de vida en el futuro
• Preocupaciones sobre el dolor futuro
• Preocupaciones sobre la capacidad de cuidarse a sí mismos en
el futuro
• Pérdida de la independencia
• Deseo de morir en casa
• Falta de respaldo, preocupaciones financieras, el dolor del
momento y la calidad de vida.
• Preocupación sobre el sufrimiento futuro es el principal
motivo por el que los pacientes terminalmente enfermos
solicitan la muerte asistida por un médico bajo la Ley de
Muerte con Dignidad, La mayoría de cáncer terminal.
Métodos para realizar una muerte asistida
• proporcionar fármacos mortales a la personas solo unas
horas después de haber llegado a estos establecimientos.
• escribir la receta de una sustancia letal si así lo solicita
un paciente con una enfermedad terminal, siempre que
puedan confirmar el pronóstico fatal, la capacidad del
paciente de tomar decisiones, y le hayan informado
sobre otras alternativas factibles, como la atención en un
hospicio u opciones de control del dolor. No se exige que
haya médicos en el momento del suicidio, y no están
autorizados para administrar la sustancia letal. El
paciente decide con independencia del médico dónde y
cuándo desea morir, o incluso arrepentirse de hacerlo.
Mecanismo que se debe tener ante una muerte
asistida en una enfermedad terminal
• Es necesario crear comités de bioética en cada uno de los
hospitales, a fin de que se discutan los casos, pues se debe ser
muy cauteloso para asegurar que en efecto el paciente está
desahuciado, ya que la medicina no es una ciencia exacta,

• Con esta propuesta, también llamada testamento de vida, el


paciente acepta o no someterse a recursos extraordinarios para
seguir vivo sin necesidad de preguntar a sus familiares y con
ello se hace más sencillo el proceso.

• Cuando los pacientes están desahuciados, reciben todos los


cuidados necesarios como hidratación, apoyo nutrimental
adecuado, antibióticos y transfusiones, entre otros, a pesar de
que ya no tengan efecto alguno.
• De modo que en todas partes existe una gran tensión entre la
manera como el público y los doctores ven un posible
acuerdo en el campo de la muerte asistida. Lo que está
ocurriendo actualmente se podría describir como una lucha
de poder sobre quién debe ser responsable por un servicio
que cada vez más personas desean que esté disponible, pero
en el que ningún grado de experiencia y conocimientos
profesionales puede asegurar completamente que se tome la
decisión correcta. Al mismo tiempo, una decisión incorrecta
tiene consecuencias irreversibles y de largo alcance. Se ha
dicho que la muerte asistida es un tema fundamental en el
debate sobre qué constituye una buena muerte; es también
un punto central en la relación entre la profesión médica y la
sociedad como un todo.
Especialista en bioética pide regular la muerte
asistida

El presidente de la Sociedad Internacional de Bioética (SIBI),


Marcelo Palacios, ha urgido una reforma del Código Penal que
permita la despenalización de la eutanasia y el suicidio asistido y
ha advertido de la escasa utilidad del testamento vital.

El especialista en bioética presentó en Gijón España aboga por la


regularización de la muerte asistida al amparo de los derechos
individuales del ser humano y de la libertad para disponer de una
vida digna.
• Palacios ha asegurado que quien ayuda a una persona a morir no le
quita la vida, puesto que éste se la entrega al solicitarle la ayuda, y
únicamente “cogestiona” un acto sin “arbitrariedad ni intenciones
torpes”.
Bajo esta premisa, se ha mostrado partidario de la elaboración de una
norma que elimine el “furtivismo” en la aplicación de los derechos
individuales.
La norma debería reunir unos requisitos mínimos y establecer una
serie de garantías, entre ellas un órgano de control compuesto por un
comité de bioética.
Palacios aboga por que contenga la dignidad y libertad de la persona
como fundamentos y defina correctamente suicidio asistido y quiénes
son los enfermos que pueden solicitarla.
Además, debería regular la actuación de los médicos como
cooperadores siempre bajo la posibilidad de la objeción de conciencia,
la determinación del lugar más adecuado para llevarla a cabo, la
disponibilidad de medios sanitarios y cuidados paliativos y la
asistencia espiritual y religiosa del enfermo.
• Por último, la norma obligaría a dar información al paciente y a
sus familiares y a valorar si el enfermo se encuentran en una
situación idónea para tomar la decisión o es fruto de una depresión
o situación momentánea.
El presidente de la SIBI Sociedad Internacional de Bioética ha
restado importancia a los testamentos vitales puesto que todos los
existentes en el país expresan la imposibilidad de actuar en contra
del ordenamiento jurídico.
Por tanto, ha advertido de que mientras no se produzca una
modificación del Código Penal seguirá en suspenso la voluntad de
las personas.
En este sentido, ha exigido un cambio del Artículo 11 de la Ley
41/2002 que regula la autonomía del paciente.
Respecto a la negativa del paciente a recibir un tratamiento, ha
explicado que éste está en su derecho a exigir que se abandone, tal
y como mantiene la citada Ley de autonomía del paciente.
Casos de muerte asistida

• Craig Ewert, de 59 años, murió en septiembre de


2006 después de ingerir una mezcla sedantes y de
apagar el ventilador con la boca en la clínica suiza
Dignitas, especializada en el suicidio asistido.
• En abril de 2006, el profesor de informática jubilado, que
residía en Harrogate, en el noreste de Inglaterra, recibió el
diagnóstico demoledor. Una enfermedad mortal neurona
motora que paralizaría todo su cuerpo. En el transcurso de
entre dos y cinco años moriría, le dijeron los médicos. Pero la
enfermedad evolucionó más rápido de lo temido. En pocos
meses, el profesor de nacionalidad estadounidense estaba en
silla de ruedas y ya no podía respirar por sí mismo, no podía
mover sus brazos y tenía que ser alimentado por otros. Por eso,
el padre de dos hijos se decidió por el suicidio asistido con la
organización Dignitas, que el año 2005 ayudó a 141 personas a
quitarse la vida.
• Ewert permitió que su muerte fuera filmada para el
documental "¿Derecho a morir? Durante sus últimas horas en
la clínica de Zúrich en septiembre de 2006.
• El enfermo afirma en el documental que sus
opciones son "la muerte o el sufrimiento y la
muerte". Y es " una mirada coherente y
respetuosa sobre las decisiones que algunas
personas deben tomar“ la muerte o el
sufrimiento.
• Craig Ewert ingiere el cóctel mortal de
somníferos. Luego, muerde el interruptor que 45
minutos después desconectará la respiración
artificial. Se despide de su mujer Mary y luego
tienen efecto los medicamentos. Ewert muere.

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