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Características del Estado Mexicano de 1824 a 1857

Por Iván Viñas

Para 1821 se había consumado la independencia después de una larga guerra interna que dejaría a la
Nueva España en un profundo rezago económico y social. Al final la independencia se lograría no
con base en la lucha armada, sino por un movimiento político y la sensación generalizada de que la
independencia sería la única manera de lograr la paz y la estabilidad. Después de un breve
experimento político monárquico con Iturbide como emperador. El congreso en su mayoría
federalista se instaló en 1823 para redactar el acta constitutiva que quedaría lista para enero de 1824
y donde se declaraban a los Estados Unidos Mexicanos como una república representativa, popular
y federal formada de 19 estados, cuatro territorios y un Distrito Federal.

Características económicas

EL Estado Mexicano se encontraba para 1824 en bancarrota y con una enorme deuda de 45
millones de pesos, a causa de la larga lucha que había dejado un país destruido y sin producción. El
país que siempre había tenido problemas en recaudar tributo y ahora se necesitaba reanudar el cobro
regular de impuestos. Pero la situación era muy complicada, además de que se habían rebajado los
impuestos, había una gran desorganización en su cobro, y una percepción generalizada de que la
independencia había librado a los habitantes de su pago, había muchos sueldos por pagar
incluyendo a los militares lo que llevo a intentar legislar la hacienda publica y del ejercito. Pero esto
no tuvo mucho éxito, ya sea por la inexperiencia de los dirigentes o por la situación tan decadente
en que se hallaba el país.
Al instaurarse el estado Mexicano como una federación se le privó al gobierno de la
autoridad fiscal sobre los ciudadanos, pero quedó a su cargo el pago de la deuda. Para cumplir con
sus tareas sólo se le adjudicó una contribución que debían pagar los estados, pero como pocos la
cumplieron la situación no mejoraba.
México se encontraba en la urgente necesidad de traer recursos y para esto se permitió la
entrada de capital externo iniciando con Gran Bretaña que tenía un gran interés en la plata
mexicana. El tratado de comercio se firmó en 1826 y con esto vinieron dos pequeños prestamos que
a la larga causarían más problemas que soluciones, sin embrago este préstamo inicial permitió que
funcionara la primera presidencia y la expulsión de los españoles de San Juan de Ulua. Al final, el
país no pudo pagar los intereses, lo que acarreó la pérdida de crédito y una deuda aún mayor a
futuro.
La libertad de comercio recién inaugurada permitió la llegada de comerciantes europeos y
Americanos, aunque se mantuvo paralizado durante las primeras décadas a causa de el marasmo
económico, las malas comunicaciones, la inseguridad, el alto costo de la arriería y la falta de una
moneda flexible. Hubo varios intentos iniciales por crear una moneda, pero situaciones como la
falsificación y la inestabilidad económica impidieron su establecimiento lo que generó una enorme
pérdida para la hacienda pública. Las grandes esperanzas que se pusieron en la libertad de comercio
no tardaron en ser traicionadas por la realidad del país. Sin embargo los grandes paquebotes
provenientes de Europa y Estados Unidos animaron algunas transacciones. Los británicos
dominaban el comercio de mayoreo, mientras que los artículos de lujo se convirtieron en coto
francés.
Hubo cierto movimiento de parte de las importaciones mexicanas y la introducción de
capital británico en la minería, pero no tuvo el éxito suficiente como para ayudar con la situación
económica. La agricultura se hallaba también muy rezagada a causa de la tierra afectada y la falta
de fuerza de trabajo lo que significo otra vació en los recursos para el país.
En 1830 tras el desconocimiento de Guerrero como presidente, el vicepresidente Bustamante
asumió el ejecutivo, como Alamán como secretario de relaciones. La administración de Bustamante
se empeño en ordenar la hacienda pública, de lo que se encargo Alamán además de lograr
renegociar la deuda externa, promover el desarrollo económico y la industrialización, para esto
fundó el Banco de Avío e importó maquinaria textil, semillas de algodón, cabras y vicuás finas-
Aunque todos reconocieron las habilidades de Alamán, habían un descontento por el temor a que
pretendiera centralizar la administración. Santa Anna que aspiraba a la presidencia se aprovecho de
la situación y en 1832 inició una revolución tan costosa que condenó al gobierno a préstamos de la
iglesia.
La instauración del centralismo traía esperanzas de fortalecimiento para el país, pero estos
no tardaron en ser traicionadas. La supresión de ayuntamientos y la imposición del impuesto que
todos los habitantes habían que pagar provocaron rebeliones rurales y levantamientos federalistas.
La debilidad del gobierno propició intervenciones extranjeras y así la década centralista se convirtió
en la de mayor inestabilidad del siglo e hizo más profunda la crisis económica.
La escasez de fondos incrementó el endeudamiento del gobierno y forzó a decretar un
impuesto del 15% a los artículos importados, lo que causó la quiebra de muchos comerciantes
extranjeros y mexicanos. Una vez iniciada la guerra contra Estados Unidos el impuesto se reduciría,
lo que animó el comerció de nuevo, pero una parte del daño estaba hecha.
La guerra contra Estados Unidos tenía un fin previsible. México carecía de los recueros
suficientes para hacerle frente y el país salió perdiendo en todos los sentidos sin embargo en las
negociaciones de Paz se aprobó una indemnización de 15 millones de pesos por daños y el prorrateo
de la deuda externa mexicana que correspondía a los territorios perdidos.
En 1851 y a pesar de su antiguo fracaso el inexperimentado país volvió a elegir a Santa
Anna como presidente. Que instauro una política represiva y más tarde hambriento de poder
instauró una dictadura vitalicia. ésta enfrentó el eterno problema de la escasez financiera y el
endeudamiento, pero como el dictador no renunció a sus caprichos, estableció nuevos y absurdos
impuestos. sin embargo la dictadura tuvo sus aciertos, como la publicación del primer código de
comercio y la labor del ministerio de Fomento, que promovió la importación de maquinaria e
impulso comunicaciones y bibliotecas.
Tras la derrota de Santa Anna y la reinstauración del liberalismo en el poder en 1855. Se
instauraron las leyes de reforma con la esperanza de sacar al país de la tremenda crisis. Las
consecuencias de la reforma trajeron cierto capital al gobierno y un mayor movimiento comercial,
pero en muchos aspectos ayudaron a la polarización de las clases y no al fortalecimiento de una
clase media como se pretendía inicialmente.

Características Jurídicas

La constitución de 1824 estableció una república representativa, popular y federal, formada por 19
estados, cuatro territorios y un Distrito Federal. Se mantuvo a la católica como religión de Estado,
sin tolerancia de otra y un gobierno dividido en tres poderes, con el legislativo como poder
dominante. el ejecutivo quedó en manos de un presidente y un vicepresidente y el poder judicial en
las de tribunales y una Suprema Corte de Justicia. Se mantuvo el sistema electoral establecido por la
constitución española donde el presidente era elegido por las legislaturas estatales. Esta constitución
tuvo influencia en la de Estados Unidos, pero la influencia fundamental fue la de 1812.
El regionalismo Mexicano causó que el federalismo fuera más radical que el norteamericano
ya que al gobierno federal se le privó de autoridad fiscal sobre los ciudadanos. Aunque quedaron a
su cargo el pago de la deuda, la defensa el orden y la obtención del reconocimiento internacional.
En 1833 los radicales en el poder estaban decididos a emprender la reforma liberal, y para
asegurarse de no tener opositores importante decretaron una ley que condenaba al destierro a una
lista de “sospechosos”. En octubre, el congreso inició la promulgación de leyes que afectaban a la
iglesia. Se eliminó el uso de la fuerza pública para el cobro de diezmos y el cumplimiento de votos
monásticos, la clausura de la Universidad y la laicidad de la educación. Las reformas religiosas
habían contado con la aprobación del presidente Santa Anna que no ejercía el ejecutivo, pues estaba
constantemente en su hacienda o en campaña militar. Estás medidas causaron un descontento
populra lo que aprovechó Santa Anna para reasumir la presidencia y suspender las reformas. A
excepción de la la supresión del pago de diezmos.
Para entonces privaba la inconstitucionalidad. El congreso había violado varias veces la ley
suprema y el ejecutivo sólo funcionaba con poderes extraordinarios. Los constantes levantamientos
y la amenaza de la secesión texana provocaron una percepción generalizada de que el federalismo
favorecía la desintegración del territorio. Así el congreso se reunió para reformar la constitución y
en diciembre de 1836 estuvieron lista “Las siete Leyes”, la primera constitución centralista. Aunque
los federalistas la tacharon de conservadora, era de cuño liberal ya que mantenía la división de
poderes y agregaba un cuarto, el llamado poder conservador, encargado de vigilar a los otros. Los
estados perdieron su autonomía y se convirtieron en departamentos, con gobernantes elegidos por el
ejecutivo nacional. Los congresos estatales se convirtieron en juntas departamentales de sólo siete
diputados. La elección de presidente se hizo más complicada, pero el periodo presidencial se amplió
a ocho años. Aunque la constitución se juró tras el desastre de Texas, en el país dominaba un
ambiente de optimismo que veía en el sistema “un nuevo y prometedor comienzo”.
Para 1841 las constantes disputas por el plan nacional provocaron una dictadura militar
encabezada por Santa Anna. Los Federalistas moderados apoyaron la dictadura a condición de que
se convocara un nuevo congreso constitucional. En 1842 se creo una nueva constitución centralista
que eliminó el poder conservador, fortaleció al ejecutivo y amplió la representación y las facultades
de las representaciones departamentales. Sin embargo la bancarrota hacendaría imposibilitó su
correcto funcionamiento.
Santa Anna volvió al poder en 1853 a pesar del desastre de la guerra contra estados unidos e
inició una política represiva, luego no tardó en acostumbrarse al poder convertir la dictadura en
Vitalicia, adoptando el título de Alteza serenísima. Sin embargo la dictadura de Santa Anna
radicalizó las posiciones políticas y para septiembre de 1855 los liberales habían tomado la capital y
hacían huir a Santa Anna. Casi de inmediato daba inició la reforma liberal al promulgarse la Ley
Juárez que suprimía los fueros militar y eclesiástico, lo cual posibilitaba la igualdad civil ante la ley.
Ya con Comonfort en la presidencia se promulgó la Ley Lerdo, que desamortizaba las fincas
rústicas y urbanas propiedad de corporaciones civiles y religiosas, y la Ley Iglesias, que prohibía el
sobro de obvenciones parroquiales a los pobres.
El congreso Constituyente se reunió el 14 de febrero de 1856 con una mayoría moderada.

Características políticas

La primera constitución de México fue una constitución liberal y federalista. Sin embargo el
regionalismo mexicano determinó que el federalismo fuera más radical que el norteamericano. La
elección del ejecutivo favoreció a los ex insurgentes Guadalupe Victoria y Nicolás Bravo como
presidente y Vicepresidente. La jura de los puestos se efectuó en un ambiente de optimismo
confiado en que el nuevo régimen político aseguraba el progreso. Sin embargo eso contrastaba con
la situación del país que estaba endeudado desorganizado y necesitado de crédito y reconocimiento.
Un paso importante llegó con el reconocimiento por parte de Gran Bretaña y un tratado de amistad
y de comercio. Sin embargo las grandes esperanzas que se pusieron en la libertad de comercio no
tardaron en ser traicionadas a causa de la realidad que vivía el país.
La vida política tampoco conquistó la estabilidad y la plaga del faccionalismo producido por
las logias masónicas y los pronunciamientos militares harían que pronto se esfumara la paz. La
Logia escocesa introducida por el ejercito español llevaba la causa centralista. El gobierno liberal
decidió apoyar a otra en busca la equilibrio la logia Yorquina. Los enfrentamientos entre masones
orillaron al presidente Bravo a pronunciarse contra ellas. Pero la derrota de Bravo y su destierro
asegurarin el predominio Yorquino y la aprobación de las leyes de expulsión de españoles.
En 1828 se llevaron a cabo las elecciones para la primera sucesión presidencial y México no
superó la prueba. El voto favoreció a Manuel Gómez Pedraza, pero el general Santa Anna se
pronunció en Veracruz lo que lo orilló a renunciar y el congreso instauró a Guerrero como
presidente y Anastasio Bustamante como vicepresidente.
Guerrero tuvo una presidencia fugaz y desgraciada, donde tuvo que cumplir con la expulsión
de españoles y hacer frente a la expedición de reconquista.
En enero de 1830 tras el desconocimiento de Guerrero por parte del ejercito de reserva, el
vicepresidente Bustamante asumió el ejecutivo con Alaman como secretario de relaciones.
La administración de Bustamante se empeñó en dar fin a los levantamientos militares,
ordenar la hacienda pública, normalizar el pago de la deuda británica y favorecer el desarrollo
económico. Con Alaman de secretario se logró cierto éxito en estás empresas, sin embargo el temor
de los gobiernos estatales de que se intentara centralizar la administración le restó fuerza a la
administración. Santa Anna aprovecho el descontento para oponerse a Bustamante e instaurar a
Gómez Pedraza a que terminara su periodo. Para las elecciones de 1833, resultaron elegidos Santa
Anna y Gómez Farías como vicepresidente con un congreso radical e inexperto. Durante un primer
periodo Santa Anna dejó el ejecutivo a Gómez Farias, ya que el presidente estuvo constantemente
en su hacienda o en campaña militar.
Los levantamientos en los estados y la amenaza de secesión texana generalizó la percepción de que
el federalismo favorecía la desintegración del territorio. Por eso en diciembre de 1836 se terminó de
redactar la primera constitución centralista. De nuevo los ánimos del país crecieron ante el nuevo
régimen con la esperanza de que aquel fuera el rumbo que llevara al progreso. Pero la década del
centralismo fue la de más inestabilidad del siglo. La ignorancia atribuye al centralismo la
independencia de Texas y la pérdida de gran parte del territorio, sin embargo, la pérdida ya estaba
anunciada con la entrada de colonos al Estados Unidos y sus intereses expansivos. Sin duda había
ya muchas fricciones entre México y el estado texano, pero las verdaderas fuentes de fricción
fueron la abolición de la esclavitud en México y la instalación de aduanas. El gobierno intentó
detener la independencia de texas e inluso Santa Anna lideró una expedición en la que recupero una
parte del territorio. Aún así los texanos declararon la independencia el 6 de marzo de 1836.
En octubre de 1841 se instauró una dictadura militar con Santa Anna a la cabeza y en el 42 se
redactó una nueva constitución centralista donde se fortaleció el poder ejecutivo. Una vez juradas
las bases orgánicas, Santa Anna resultó de nuevo elegido presidente con un congreso de federalistas
moderados.
El contexto del país era adverso lo que impidió algún crecimiento del país. México no sólo
estaba amenazado por Estados Unidos en su ambición expansionista. También España intentaba una
conspiración para instalar una monarquía con ayuda de algunos ciudadanos influyentes como
Alamán. El proyecto dividió aún más el escenario político.
Con el general mariano Paredes como presidente el país intentó defender el territorio que
Estados Unidos buscaba apropiarse, pero cuando inició la guerra esta ya estaba perdida. La división
del país hizo imposible hacer una defensa contra el ejercito mejor armado con con muchos mayores
recursos que el dividido ejercito mexicano. El 14 de septiembre de 1847, en el palacio Nacional
ondeaba la bandera Norteamericana.
La contundente victoria de Estados Unidos había generado una ambición por absorber todo
México. Sin embargo al final habrá que reconocer la habilidad de los negociadores mexicanos Luis
G. Cuevas, Bernardo Couto y Miguel Atristáin y un cierto espíritu de justicia por parte del enviado
Norteamericano Nicholas Trist, que desobedeció las ordenes del gobierno norteamericano de
reclamar mayor parte del territorio.

A pesar de la hostilidad de los monarquistas y radicales, el gobierno llevó a cabo elecciones,


que dejaron al mando a Herrera y en junio de 1848 restableció el gobierno en la ciudad de México.
El gobierno de Herrera logró reorganizar la administración en medio de una profunda depresión
general, pero no pudo neutralizar la polarización política entre federalistas moderados y radicales, y
monarquistas. La amargura llevó a las facciones a acusarse mutuamente por la derrota, lo que en
cierta forma los obligó a definir sus principios. Así en 1849 aparecía el partido conservador, con un
programa estructurado por Alamán, que empujó a los federalistas a definirse como partido liberal.
Herrera entregó pacíficamente la presidencia a Mariano Arista, pero este sucumbió ante los ataques
y pronunciamientos y renunció.
La conclusión era que hacía falta un gobierno fuerte lo que orilló a elegir a Santa Anna de
nuevo como presidente. Así el 20 de abril de 1853 volvió al poder el irresponsable veracruzano.
Santa Anna inicñio una política represiva y tras la muerte de Alamán como moderador aumentó la
censura y desterró a muchos liberales. Durante su dictadura Santa Anna tuvo que enfrentar de nuevo
el expansionismo norteamericano, que ahora reclamaban el territorio de la mesilla con la excusa de
un error en el mapa con el que se había negociado. El gobierno no logró concretar ninguna alianza
Europea lo que forzó a Santa Anna a negociar temeroso de una nueva Guerra contra el vecino del
norte. Sin embargo el costo político del tratado fue alto y desacredito por completo la dictadura.
La dictadura de Santa Anna radicalizó las posiciones políticas, aunque los dos partidos
compartían aspiraciones de progreso tenían ideas diferentes en cuanto a como alcanzarlo. Los
conservadores consideraban que solo podía lograrse mediante un sistema monárquico y una
sociedad corporativa, apuntalados por una iglesia y un ejercito fuertes. Los liberales pensaban que
sólo una república representativa, federal y popular similar al modelo norteamericano podría
garantizarla.
A pesar de las diferencias entre liberales puros y moderados, lograron hacer una alianza para
enfrentarse a la dictadura de Santa Anna que lo forzaron a huir de la capital, y el 16 de septiembre
fue ocupada por los liberales.
una junta de representantes estatales eligió a Juan Álvarez como presidente provisional, y
formó su gabinete con liberales puros: Melchor Ocampo, Benito Juarez, Ponciano Arriaga y
Guillermo Prieto. Juan Alvarez renunció a la presidencia el 11 de diciembre y fue relevado por el
moderado Comonfort. Efectuadas las elecciones, el congreso constituyente se reunió el 14 de
febrero de 1856.

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