Bibliotecas Escolares Bogotá

Colombia, Suramerica

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Feria Pedagógica Portal de Suba

Érika Juliana Lancheros
Colegio 21 Ángeles

Viviana Sánchez
Colegio Gonzalo Arango

18, 19 y 20 de septiembre de 2009

UN PRONTUARIO DE LA BIBLIOTECA IDEAL EN LA FERIA PEDAGÓGICA

DISTRITAL

En el marco general de la Feria Pedagógica, el Portal de Suba se convirtió en

uno de los puntos claves para realizar una pequeña muestra de las bibliotecas
escolares de los colegios distritales de Bogotá. El stand se dispuso de tal
manera que se convirtió en una mini-réplica de la biblioteca en la que se
encontraban mesas de lectura, algunos estantes de libros, la sala de sistemas
y el componente más importante: sus dinamizadores.

Mi compañera y yo decidimos apoyar la feria en representación de la valiosa

labor que muchos bibliotecarios como nosotros hacen a diario en diferentes
instituciones educativas del distrito; de este modo diseñamos varios talleres
permanentes durante los tres días para que jóvenes y niños, padres de familia
y docentes se percataran de nuestra labor y, por supuesto, participaran de el
pequeño prontuario que realizamos conjuntamente.

Invitamos entonces a los estudiantes para que participaran de los talleres

convenidos en el stand de la biblioteca. En estos tres días se plasmaron
innumerables expresiones culturales y artísticas que, según nuestra biblioteca
ideal, debe promover para abrir en los estudiantes la posibilidad de contemplar
la dimensión humana en su totalidad o en términos del escritor checo Hrabal, la
“imagen dialéctica del Hombre”. Así comenzamos con una pequeña muestra
coreográfica, iniciativa que tomaron algunos niños de primaria en la biblioteca
de su colegio, dejando en alto su talento y habilidad a la hora de bailar los
temas de Michael Jackson; luego llegaron los juegos de palabras, caligramas y
anagramas que mi compañera, como buena antioqueña que es, compartió con
los estudiantes para que también fabricaran sus propios poemas dibujados; no
faltaron las lecturas de algunos cuentos miedosos, otros teatrales, los de
piratas y en una escala menor, aquellos de cerdos mefíticos y lobos
asustadizos; mucho menos sobró la música y todas aquellas expresiones
artísticas capaces de potenciar el talento de los participantes; pintores de todas
las edades, dibujantes versados en manga o los retratistas excelsos que
dejaron su huella en la pared o en la mejilla de los niños; no está de más
mencionar a aquellos escritores y músicos innatos que donaron innumerables
muestras de sus habilidades en esa pequeña biblioteca.

Sin duda, durante estos tres días, todos nos dedicamos a construir
conocimiento, por supuesto un conocimiento referente a la escuela y lo que se
espera de ella y por otra parte, sobre el conocimiento inherente al hombre y
que permanece oculto en la sabiduría ancestral que gracias a la música de
Reinaldo, un gaitero de suba, pudimos evocar a través de un mito maya de
creación o a la voz de Mauricio, ambientalista y guardabosques del humedal de
Tibabuyes, que osciló en el espíritu de todos nosotros, como el canto de una
Tingua o una garza prendida en el cucurucho de algún árbol. De este modo los
niños, docentes y padres, salieron ahítos ante tanta novedad y nosotras,
exhaustas por tremendo periplo en tan corto tiempo, esperando que nuestro
pequeño aporte ayude a fortalecer esa biblioteca soñada para el aprendizaje
integral de los niños y niñas de nuestra ciudad.

Viviana Sánchez (Bibliotecaria del colegio Gonzalo Arango)

Érika Lancheros (Bibliotecaria del colegio Veintiún Ángeles)