EL DOLOR ES PERSONAL

Algunas personas se preguntan cmo ayudar a los seres queridos que han sufrido una prdida. Hay muchas maneras de hacerlo: escucharles, hacerles la compra o la comida si se encuentran al inicio del duelo, -en el tramo en que uno se encuentra imposibilitado para hacer frente a sus propios necesidades-, regalarles libros o flores si les gustan Recuerdo que durante los primeros tres meses en que yo estuve en estado de shock, mi suegra nos traa tulipanes, mi cuada cocinaba para nosotros, mi hermana pona y tenda lavadoras y muchos amigos acudan o llamaban para interesarse por nosotros. Todas las acciones amorosas sirven. Con el tiempo me he dado cuenta que para acercarse al dolor de los dems y reconfortarles, es preciso hacer un trabajo interior que permita conectar con los propios miedos. Quien teme horrorosamente a la muerte y, por tanto a la vida, poco podr hacer para consolar a los que sufren por la muerte de un hijo, un esposo, un hermano, una madre Las personas capaces de estar junto a un alma dolorida son las que pueden estar con su propio dolor y vivirlo como una parte m s de la existencia. Esas personas acompaan bien, incluso en silencio Saben que no hay que tomar el dolor de los dems y hacerlo suyo, porque eso impide crecer al que sufre. El dolor es un maestro personal e intransferible, del que recibimos clases particulares. Cada uno tiene lecciones que aprender de su dolor.