de la regin celeste eran venidos; y del sbito estruendo y grave dao de los tiros de plvora sentidos, como a inmortales dioses los teman que con ardientes rayos combatan. Los espaoles hechos hazaosos el error confirmaban de inmortales, afirmando los ms supersticiosos por los presentes los futuros males; y as tibios, suspensos y dudosos, viendo de su opresin claras seales, debajo de hermandad y fe jurada dio Arauco la obediencia jams dada.