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EL COSTO DE SEGUIR A JESÚS

Por: Prof. Abner Beens Bartolo Hurtado

INTRODUCCIÓN
En la actualidad la mayor parte de las personas se consideran cristianas (o
seguidores de Jesús) y, muchos pastores y teólogos enseñan de un cristianismo
sin requerimientos, fácil y que generalmente se amolda al estilo de vida y
pensamiento del mundo pecaminoso. Es un cristianismo secularizado; donde
todos están bienvenidos (sin la conversión) y para disfrutarlo sin ningún
compromiso de por medio, y si se torna aburrida o afecta tus ideales simplemente
déjalo.
Sin embargo, ¿dónde quedó la enseñanza que el seguir a Jesús es
solamente para valientes? Es para valientes porque tiene un alto costo. ¿En qué
consiste el costo? A continuación se menciona el costo en las propias palabras de
Jesús.

1. NEGARSE, CARGAR LA CRUZ Y SEGUIRLE (Mt. 16:24-27; Mr. 8:34-38; Lc.


9:23-26)

Jesús declaró por tercera vez, a sus discípulos, el sufrimiento, la muerte y


la resurrección que le sucedería en Jerusalén (Mt.16:21-23; Mr.8:31-33; Lc. 9:21-
22); y Pedro (en un lugar aparte) comenzó a reconvenirle, pero Jesús le reprendió
porque no ponía su mirada en las cosas de arriba (los propósitos divinos) sino en
la de los hombres (larga vida, comodidades y un status social).
Luego de reprender a Pedro, Jesús, llamó a la gente y sus discípulos, y les
dijo: “Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y
sígame” (Mt.16:24; Mr.8:34; Lc.9:23). Existe tres condiciones para el que quiere
(“alguno desea”, pronombre indefinido τὶς y verbo presente, activo, indicativo
θέλει; además de referirse a las posibles personas que quieran seguirle, hace
hincapié en que no se le negará a nadie y es voluntaria) seguir a Jesús (“venir en
pos de mí”; el verbo venir en Mateo y Marcos es ἐλθεῖν y en Lucas ἔρχεσθαι;
pero ambos provienen de la raíz ἔρχομαι que significa “vengo”), los cuales son
expresados en la conjunción condicional “si” (εἰ): Negarse a sí mismo, tomar su
cruz y seguirle.

1.1 Negarse a sí mismo


La primera condición, “negarse a sí mismo”, fue traducida de las palabras griegas
ἀπαρνησάσθω ἑαυτὸν (en Mateo y Marcos) y ἀρνησάσθω ἑαυτὸν (en Lucas).
El pronombre reflexivo ἑαυτὸν (“a sí mismo”) demanda que la acción del verbo
debe afectar a uno mismo. Y ambos verbos están en aoristo, medio, imperativo;
expresando una orden que apela a la voluntad del que oye (inmediata y puntual),
cuya acción debe afectar a su propio ser (negarse); pero el significado es más
amplio, el verbo ἀπαρνησάσθω (que aparece en Mateo y Marcos) proviene de la
raíz ἀπαρνέομαι y significa “rechazar, negar con repudio, desvincularse”1 y el
verbo ἀρνησάσθω (que aparece en Lucas) proviene de la raíz ἀρνέομαι y
significa negar, rechazar, dar la espalda, y en el texto sugiere la idea de actuar sin
1 Swanson, James. Diccionario De Idiomas Bíblicos: Griego (Nuevo
Testamento). Edición electrónica. Bellingham, WA: Logos Research Systems, Inc.,
1997. p. GGK565.
interés propio, no ser fiel a su propio carácter.2 Entonces, el cristiano debe vivir sin
buscar satisfacerse así mismo, sus propios deseos egoístas deben ser mitigados,
se debe matar el “yo” para que los deseos de Cristo se cumplan.

1.2 Tomar la cruz


La segunda condición, “tome su cruz”, fue traducida de las palabras griegas
ἀράτω τὸν σταυρὸν αὐτοῦ y en Lucas se agrega καθʼ ἡμέραν (“cada día”).
El verbo ἀράτω (aoristo, activo, imperativo; con énfasis a una acción inmediata y
puntual) viene de la raíz αἴρω que significa “elevar, alzar; por implicación cargar
o llevar cargando”;3 y el sustantivo σταυρὸν originalmente significaba “palo o
estaca en posición vertical usado como instrumento de suplicio. Los romanos le
ponían también un palo horizontal de donde vino el nombre latino crux = cruz”.4
Para Swanson “llevar su cruz” significa “sufrir hasta la muerte”.5 Así pues, el
cristiano debe estar dispuesto a sufrir todos los días de su vida.

1.3 Seguirle
La tercera condición es seguirle. Jesús dijo καὶ ἀκολουθείτω μοι (“y
sígame”). El verbo ἀκολουθείτω está en presente, activo, imperativo;
demandando una acción continuada y repetida. El seguirle es para toda la vida; y
es necesario andar por sus pasos, tal como él vivió y enseñó. Y Cristo no vivió
para satisfacer su vida sino la del Padre, no vivió en lujos y riquezas para llegar a
los pobres y desamparados y tampoco enseñó que el centro de la vida es
enriquecerse, sino honrar a Dios con todo lo que tenemos a disposición.
Jesús emplea dos paradojas para advertir a sus oyentes de las
consecuencias de seguir el principio egocéntrico de la vida (Mt. 16:25; Mr. 8:35;
Lc. 9:24). Pues el que decida seguir el camino de la autopreservación (“salvar su
vida”) la perderá, porque es una vida egocéntrica. Y por el contrario, el que decide
seguir en pos de Jesús (“el que pierda su vida por causa de mi”) descubrirá la
vida en toda su plenitud, la vida Cristocéntrica.
Carro, Poe y Zorzoli, al explicar Mt. 16:26; Mr. 8:36, 37 y Lc. 9:24, dicen:
Jesús emplea dos preguntas que obligan a la reflexión y muestran la
necedad de seguir el principio de la auto preservación en forma
egoísta, acumulando cosas, inclusive el mundo entero (v. 26). En
efecto está preguntando: ¿Qué cosa es de tanto valor que serviría
como recompensa, o intercambio, por la pérdida del alma? En un
negocio uno da algo y recibe algo. Es un mal negocio si lo que
recibe es de poco o ningún valor en comparación con lo que entrega.
¡Es un muy mal negocio ganar todo el mundo y perder el alma!
Jesús dice que el alma vale más que el mundo entero. Es un
negocio “redondo” seguir fielmente a Cristo.6

2. RENUNCIAR TODO LO QUE SE POSEE (Lc. 14:25-33)


2 Tuggy, Alfred. Léxico Griego-Español Del Nuevo Testamento. El Paso, TX :
Editorial Mundo Hispano. 2003. p. 123
3 Strong, James. Nueva Concordancia Strong Exhaustiva, diccionario de
palabras griegas. Miami: Editorial Caribe. 2003. p. 3.
4 Tuggy. Ob. cit. p. 880.
5 Swanson. Ob. cit. p. GGK149.
6 Carro, Daniel; Poe, José Tomás; Zorzoli, Rubén O. Comentario Bíblico Mundo
Hispano Mateo. 1. ed. El Paso, TX : Editorial Mundo Hispano. 1997, p. 228.
En el pasaje Jesús dijo tres cosas puntuales a la multitud que le seguía: “Si
alguno viene a mí, y no aborrece a su padre, y madre, y mujer, e hijos, y
hermanos, y hermanas, y aun también su propia vida, no puede ser mi discípulo”
(v. 26); “Y el que no lleva su cruz y viene en pos de mí, no puede ser mi discípulo”
(v. 27); “Así, pues, cualquiera de vosotros que no renuncia a todo lo que posee,
no puede ser mi discípulo” (v. 33). Por la palabra griega εἴ (“si”) se concluye que
hay tres condiciones para todo aquél que quiera ser discípulo (aprendiz o
seguidor) de Jesús: Aborrecer a familiares y así mismo, llevar su cruz y seguirle, y
renunciar todo lo que se posea.

2.1 Aborrecer a los familiares (v. 26)


La palabra “aborrecer” es traducida del verbo μισεῖ, está en el tiempo
presente, activo, indicativo; enfatizando una acción continua y en certidumbre. El
verbo significa “Odiar, despreciar, descuidar, desatender”7 y según Swanson,
significa también “amar menos”.8 Si Jesús estaría pidiendo que se odie
(desprecie, descuide o desatiende) a familiares y a sí mismo, estaría
contradiciendo sus propias palabras y el de las Escrituras; entonces “es claro que
el sentido de odiar [aborrecer] en el pasaje de Lucas es amar menos”.9 Lo que
Cristo demanda (en este texto y otros) “es la devoción completa, el tipo de lealtad
que es tan verdadera e irreductible que cualquier otro afecto, aun el afecto hacia
la vida misma de uno, debe estar sujeto a ella”.10

2.2 Cargar la cruz y seguirle (v. 27)


Cargar su cruz y seguirle se estudió en el punto anterior, e implica sacrificio
constante, estar dispuesto a sufrir hasta la muerte, y vivir bajo el estilo de vida que
Cristo vivió; donde la vida personal sea un prototipo de Cristo, marcado por el
sufrimiento (teniendo el gozo inefable de cumplir la voluntad de Dios) y la
santidad.

2.3 Renunciar todo lo que se posee (v. 33)


La última condición consiste en “renunciar todo lo que posee”. El verbo
ἀποτάσσεται (de la raíz ἀποτάσσω) significa “literalmente decir adiós (al partir
o despedir); figurativamente renunciar”; y al estar en presente, medio, indicativo
tiene la idea de hacer una renuncia continua cuya acción va afectar a sí mismo.
Esta renuncia a todo (adjetivo πᾶσι) lo que se posee (pronombre reflexivo y verbo
presente, participio ἑαυτοῦ ὑπάρχουσιν) implica “desprenderse de posesiones,
abandonar lo que uno posee, renunciar a bienes”.11 ¿Esta exigencia consiste en
abandonar los bienes materiales y vivir en absoluta pobreza? El comentarista
John MacArthur responde de la siguiente manera:
Solo aquellos que midieran los costos a conciencia (vv. 28-32) e
invirtieran todo lo que poseían en su reino eran dignos de entrar.
Esto se refiere a mucho más que el simple abandono de las
posesiones materiales. Es una rendición absoluta e incondicional.
7 Tuggy, Alfred. Lexico Griego-Español Del Nuevo Testamento. El Paso, TX:
Editorial Mundo Hispano. 2003. p. 628.
8 Swanson, James. Diccionario De Idiomas Bíblicos: Griego (Nuevo Testamento).
Edición electrónica. Bellingham, WA: Logos Research Systems, Inc., 1997. p. GGK3631.
9 Hendriksen, Guillermo. El evangelio según San Lucas, Comentario del Nuevo
Testamento. Tomo III: Lc. 9:51 - 19:27. Trad. por Pedro Vega. Grand Rapids:
Subcomisión Literatura Cristiana. 1987. p. 697.
10 Ibid. p. 698.
11 Swanson. Ob. cit. p. GGK698
Sus discípulos no tenían permitido retener privilegio alguno o hacer
demandas de cualquier tipo. Debían abstenerse de salvaguardar
cualquier pecado predilecto, atesorar una sola posesión terrenal y
aferrarse a sus gustos secretos de la vida pasada. Su compromiso
debía mantenerse sin reservas.12

CONCLUSIÓN
El caminar tras Jesús tiene un costo grande, el cual no se paga con
grandes sumas de dinero pues los ricos estarían en primera fila; se trata de
sacrificio personal, la abstención y negación de los deseos propios para satisfacer
los de Cristo y la renuncia de todo lo que tiene valor para que Dios ocupe el
primer lugar. ¿Está dispuesto a todo lo mencionado? Recuerde que los fieles
seguidores de Cristo tendrán una hermosa herencia en la Patria Celestial. Dios te
ayude y bendiga.

12 MacArthur, John. La Biblia de estudio MacArthur. Trad. por Luis Magín Álvarez,
John A. Bernal y otros. Grand Rapids, Michigan: Editorial Portavoz. 2004. p. 1396.

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