El genio y espíritu precoz de uno de los tres grandes más grandes matemáticos de todos
los tiempos junto con Newton y Arquímedes; Carl F. Gauss no goza sin embargo, al
menos en el contexto escolar, de la fama de sus antecesores; aún así ¿qué podría opacar
la magnificencia de su obra? Aquel que fue bautizado después de su muerte como el
Príncipe de las Matemáticas.
Fue en esta época en la que Carl Friedrich hace su primer gran aporte en el campo de la
Matemática, con el que comienza a adquirir la fama que el precedió el resto de su vida,
cuando un buen día previo a cumplir 19 años,(después de semanas meditación), despertó
y con regla y compás construyó un heptadecágono regular , dando solución a un clásico
problema de la Geometría Griega, dando la demostración de que todo polígono regular
con un número p de lados,- siendo p un número primo de Fermat, es decir, de la forma
𝐹𝑛=22𝑛 + 1 con n entero no negativo- puede ser construido con regla y compás.
Para entender a qué niveles llevó Gauss a la Aritmética y lo que sus resultados
significaron, basta recordar su frase “las matemáticas son la reina de las ciencias y la
aritmética la reina de las matemáticas” Vale de paso mencionar que Gauss aprovechó
para demostrar “Teoremas” que Pierre de Fermat había planteado con siglos de
anticipación y que a su fecha ni el grandísimo Matemático Euler había podido demostrar.
“Todo número entero positivo se puede escribir como la suma de tres números
triangulares”
Como anécdota final, se cuenta que Gauss dio la instrucción que a su muerte, su lápida
tuviera la forma de heptadecágono, uno de sus primeros y más afamados logros, a su
muerte el constructor se negó pues consideró que prácticamente tendría forma circular y
su trabajo no se apreciaría.