Dejó 10 heridos el toro

Pajarito
JORGE MURRIETA | Lunes 30 de Enero, 2006 | Hora de creación: 00:00| Ultima
DEPORTES modificación: 04:01

Ayer por la tarde,

literalmente, pasó de todo en
la México. Al anuncio del
navarro Pablo Hermoso de
Mendoza, una gran cantidad
de público se dio cita en los
tendidos de la plaza México,
se dice que la más grande y
cómoda del mundo. Pues
bien, tal comodidad se vio
opacada por Pajarito, primer
toro de lidia ordinaria,
proveniente de la ganadería
de Cuatro Caminos y que
tuvo a bien, haciendo honor a su nombre, volar sobre las tablas para
instalarse sobre las barreras del coso monumental, generando un caos
histórico que solamente se vio interrumpido cuando alguien, desde el
callejón, proveyó de una espada a un aficionado para que diera muerte al
intruso burel.
Francamente, el momento fue dramático, pues mientras algunos
espectadores miraban azorados la escena, otros trataban de salvar
la vida, quitándose las cornadas que, ya en el tendido, lanzaba contra quien
fuera el serio y bien presentado burel de Cuatro Caminos. Afortunadamente
los aficionados que resultaron heridos únicamente pasaron a la enfermería
para ser revisados por el atingente equipo de médicos que comanda Rafael
Vázquez Bayod. Pasado el trago amargo, entonces, continuó una corrida
que pasará a los anales del toreo como una de las más curiosas que se han
desarrrollado en el coso de la Nochebuena.
En tarde templada se lidiaron toros de tres ganaderías diferentes: Cuatro
Caminos, Montecristo y Frenando de la Mora. Detallando el juego de los
bureles, vale la pena mencionar que "Pajarito", de Cuatro Caminos,
protagonizó una de las escenas más estremecedoras en los sesenta años
de historia de la plaza, pues brincó, como apuntábamos, hasta la barrera
para poner en peligro la integridad física de más de cincuenta personas,
quedando atrapado a final de cuentas en una barrera de primera fila, lugar
donde se le dio muerte. Para "Troyano" de Fernando de la Mora (que era un
tío con toda la barba) se solicitó un absurdo indulto, mientras que Santorini,
de Montecristo, destacó por su celo y bravura, tanto, que Hermoso de
Mendoza terminó cortándole un merecido rabo.
Confirmó su alternativa en la México el jalisciense Xavier Ocampo ante
Gorrión, toro que sustituyó al ahora célebre Pajarito. Sin plan y carente de
estructura, Xavier batalló ante un ejemplar deslucido y carente de fuerza.
Don Lupe tuvo poca raza y pasaba sin embestir, por lo que Ocampo regaló
al bravo Troyano, burel serio y bien rematado para el que se solicitó el
indulto, que en una muestra de taurinísimo el juez Cardona no concedió,
pues si bien el toro tenía trapío y metía la cara, se quedaba corto por el
pitón izquierdo y terminó soseando por el derecho.
El veterano Manolo Manolo Arruza se vio asentado al pasar de muleta a
Cayetano, ejemplar que dejó estar a gusto al experimentado diestro, cuya
buena estocada le valió una oreja. Frío y eléctrico, Manolo pasó de muleta
al deslucido Tata, segundo y último de su lote.
El navarro Pablo Hermoso de Mendoza dictó una vez más cátedra sobre el
ruedo de la plaza de toros más grande del planeta y de paso inmortalizó al
nobilísimo Santorini, segundo burel de Montecristo al que se le corta el rabo
en menos de un año, pues apenas el 5 de febrero anterior, El Juli se hizo de
los máximos apéndices del bravísimo Trojano, de la misma vacada. Fiel a
su costumbre, Hermoso deleitó al público capitalino con dos variadas faenas
a caballo, primero ante el bien presentado Navarro, que se paró pronto,
para rematar su obra ante el bravo y repetidor Santorini, cuyo fuelle le llevó
a perseguir con gran celo los caballos del estupendo caballista estellés,
quien se lució con rejones de castigo y banderillas, dando un auténtico
espectáculo montando a la mejor cuadra de caballos del mundo. Así,
Hremoso se hizo de su segundo rabo en la México, dejando el ambiente
calientito para el próximo domingo, cuando la México cumpla 60 años de
existencia.