23/05/13 Outlook - flopze@hotmail.

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EL GNOMO DE LAS MANZANAS


Bajo un gran pino, cerca del camino, viva un pequeo gnomo, no ms grande que una seta.

Cuando lleg el otoo, el pequeo gnomo, pens que necesitaba recoger las manzanas del huerto, si quera
llenar la despensa para pasar el largo invierno.

Al da siguiente, de madrugada, se puso las botas, el abrigo y el gorro, se ci la mochila a la espalda y se
puso en camino. Pero al poco de caminar por el busque, oy de pronto un pequeo ruido:crec, crec, crec; y
se top con la cara de un zorro que lo estaba vigilando con sus astutos ojos verdes.

Corre que te corre. El pequeo gnomo volvi raudo a su casa y dijo: - Uf ! Casi he dejado la piel ! En
otro momento volver !

Al da siguiente, de madrugada, se puso las botas, el abrigo y el gorro, se ci la mochila a la espalda y se
puso en camino. Esta vez sali del bosque sin sobresaltos hasta que lleg a un bello prado donde pastaban
las vacas; muu, muu, muu..

La mayor de todas las vacas sac su larga y larga lengua, como si quisiera comerse al pequeo gnomo, y l,
muy asustado volvi corriendo hasta su pino: - Uff! ah casi he dejado la vida! volver otro da!

Al da siguiente, oy el tintineo de las campanas del pueblo. El pequeo gnomo sali con sus botas, abrigo,
el pequeo gorro y la mochila a la espalda y atraves el bosque, cruz el prado y lleg hasta el huerto. Las
manzanas estaban tan altas y l estaba tan bajo!

El viento jugaba alegremente entre las ramas del rbol y al ver al gnomo tan triste...hizo caer amablemente la
ms dulce manzana hasta sus manos. Qu alegra!

El gnomo le salud alegremente, di las gracias y despus de guardar la manzana en la mochila, regres a su
casa. Qu creeis que pas luego?. En su casa, el pequeo gnomo se com un trozo de manzana hasta
quedar bien saciado, y luego... luego parti a trozos la manzana que quedaba, la puso en una cacerola con
azcar y dndole vueltas y ms vueltas, hizo una buena mermelada. Cuando hubo terminado, y tena todos
los botes llenos estaba tan cansado que se tumb en su pequea camita de musgo y se durmi. Y la luna,
desde la ventana, dulcemente le cant para acunarlo...