Anda di halaman 1dari 1

Absorbido por la frustracin

Aislado de todo bienestar, como si hubieras sido bombardeado por grandes cantidades de
radiacin que ha transformado tus clulas en micro bombas t, quin eres el encargado de
evitar que estallen estas confundido, no sabes cmo desactivarlas, enloquecidas se elevan a
altas temperaturas ahogndote en la desesperacin, una de las pocas vas de escape es
llorar pero hace mucho has olvidado como.
Anhelas la calidez de las lgrimas recorriendo tu rostro el que ahora es el retrato de un ser
tan pattico como deplorable, el oscuro tnel que lleva de la cordura a la locura te mantiene
preso en un bucle eterno de pesadillas salidas de las mentes ms depravadas.
Sin poder pronunciar palabra alguna que exprese tal agona que va ms all de los confines
retorcidos de la imaginacin, recorres con tus temblorosas manos sobre tus hombros luego
tu pecho, la cara acaricias gentil y fugazmente las ataduras que te encierran en las
sombras finalmente llegas a tu cabello, lo agarras firmemente formando un puo que es
similar a una roca de la cual ha brotado pasto de entre las grietas, como la garra de un oso
con la otra mano tapas el sello de tu debilidad intentando cubrirlo por completo.
Respiras profundamente haciendo un gemido de desesperacin, expulsas un grito junto con
las cenizas que estuvieron almacenadas en tus pulmones salpicando algo de ese lquido que
antes era rojo, el ruido resuena en las paredes de la asfixiante habitacin produciendo un
estruendo tallado en la perpetuidad.
Impulsado por la necesidad de silencio introduces tus dedos en las orejas queriendo disipar
el aullido de los miles de espectros que ahora parecen estar dentro de tu cabeza, aquellos
lamentos incesantes parecen hacerse cada vez ms fuertes, es tan insoportable que ves
como nica alternativa presionar con fuerza tus dedos, tarareas una apacible meloda para
amilanar el dolor de estar aplastando tus tmpanos, la banda sonora del infierno ha cesado,
se ha silenciado al igual que el llanto de un beb al recibir el pecho de su madre.
Disfrutas ese pequeo momento de paz, la cascada que emana ese olor metlico tan peculiar
sealando el insonoro final de la perversidad que te acompaara por el resto de tu miserable
existencia como un tatuaje permanente hecho en el rosto, exhibiendo al mundo que eres una
vctima ms de sus podridos pensamientos, de su mente.

Anda mungkin juga menyukai