Sacerdotes
Dios en el cielo y yo en la tierra, deseamos nada
más ardiente que la oración por los sacerdotes
Papa Pio XI
Un Acto de Oblación
Aléjalos del pecado, consuélalos en cada aflicción, dales salud y el vigor del
cuerpo y del alma, para que puedan desempeñar de manera eficaz el trabajo que les
has confiado. Recuérdanos rezar por ellos a menudo. Ayúdanos a cooperar con sus
esfuerzos de tal forma que sea nuestra ambición ayudar, con las oraciones, las
palabras y los hechos, en el trabajo apostólico de salvar las almas, la mayor de
todas las actividades humanas, por medio de la cual tu divina majestad desciende
del cielo a la tierra.
Concédenos, dulce Jesús, que todos los que son Tus sacerdotes en la tierra pueden
venir, santos y puros, a la gloria de tu reino celestial, con todos sus fieles rebaños,
para regocijarse en la visión de tu eterna belleza, Tú, que siendo Dios, vives y
reinas con Dios Padre en unidad del Espíritu Santo, por los siglos de los siglos.
Amen
Obra en ellos y por ellos y que, después de haberse revestido totalmente de Tí, por
la fiel imitación de Tus adorables virtudes, cumplan en
Tú nombre y por el poder de Tú Espíritu, las obras que
Tú mismo realizaste para la salvación del mundo.
Vuelve, Señor, a nosotros por tus Sacerdotes, revive verdaderamente en ellos, obra
por ellos y pasa de nuevo por el mundo, enseñando, perdonando, consolando,
sacrificando y renovando los lazos sagrados del amor, entre el corazón de Dios y el
Corazón del hombre. Amén.
enseñar y perdonar,
consolar y bendecir siempre.
¡Qué vida tan gloriosa!
es la suya,
Oh sacerdote de Jesucristo.