Desde su origen divino hasta las consecuencias poltico religiosas de
la Segunda Guerra Mundial Por: Concepcin Carnevale | Fuente: Catholic.net
1. El origen divino de la Iglesia
La Resurreccin de Jesucristo es el dogma central del Cristianismo y constituye la prueba decisiva de la verdad de su doctrina. Si Cristo no resucit - escribi San Pablo -, vana es nuestra predicacin y vana es vuestra fe (I Cor XV, 14). Desde entonces los Apstoles se presentaran a s mismos como testigos de Jesucristo resucitado (cfr. Act II, 22; III, 15), lo anunciaran por el mundo entero y sellaran su testimonio con la propia sangre. Los discpulos de Jesucristo reconocieron su divinidad, creyeron en la eficacia redentora de su Muerte y recibieron la plenitud de la Revelacin, transmitida por el Maestro y recogida por la Escritura y la Tradicin. Pero Jesucristo no slo fund una religin "el Cristianismo", sino tambin una Iglesia. La Iglesia "el nuevo Pueblo de Dios" fue constituida bajo la forma de una comunidad visible de salvacin, a la que se incorporan los hombres por el bautismo. La constitucin de la Iglesia se consum el da de Pentecosts, el da en que el Espritu Santo desciende sobre los discpulos, y a partir de entonces comienza propiamente su historia.
Una Iglesia Catlica Universal
Historia breve de la Iglesia. Eclesiologa
En Antioqua, el universalismo de la Iglesia se hizo realidad...
Por: Concepcin Carnevale | Fuente: Catholic.net
El universalismo cristiano se puso pronto de manifiesto, en contraste con el carcter
nacional de la religin juda. A Antioqua de Siria, una de las grandes metrpolis de Oriente, llegaron discpulos de Jess fugitivos de Jerusaln. En Antioqua, el universalismo de la Iglesia se hizo realidad y all fue, precisamente, donde los seguidores de Cristo comenzaron a ser llamados cristianos. La admisin de los gentiles en la Iglesia haba sido una novedad difcil de comprender para muchos judeo-cristianos, aferrados a sus viejas tradiciones. En el ao 29 se reuni el denominado concilio de Jerusaln para tratar de estos problemas tan fundamentales. El Apstol Pedro, una vez ms, habl con autoridad en defensa de la libertad de los cristianos, en relacin con las observancias legales de los judos. El concilio, a propuesta de Santiago, obispo de Jerusaln, acord no imponer leyes puramente rituales
de la religin juda a los conversos gentiles. As qued resuelto de modo definitivo el
problema de las relaciones entre Cristianismo y Ley mosaica.