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La mujer a través

del tiempo

• Iannone, Carla Antonella


• Guzmán, Johanna
• Nowik, Lara
• Vela Pozo, Laura

5º A Inv. Y Com
INTRODUCCION

La mujer: una sola palabra que para muchos ya predispone


positivamente, que nos conecta a la belleza, a la salud, a la vida. Ser mujer es
para muchos una bendición. Significa pertenecer a un género tan difícil como
extraordinario.
Desde que la mujer nace se siente distinta, percibe una sensación de
integridad. Sabe que hay algo especial pero no comprende qué es.
Claro que no todos lo reconocen. Quizá sea solo una percepción
particular. Pero no: muchísimas mujeres han logrado transmitir aquella
sensación que se experimenta desde la niñez y se continúa prolongando: la
divinidad de la feminidad.
Ser mujer hoy, ser mujer ayer: dos realidades que se anteponen; dos
mismas verdades opuestas. El mundo en el cual vivimos hoy se ve afectado
por el camino, el largo camino, que las mujeres debieron atravesar.
Dos sexos. Dos mentalidades distintas pero una misma meta: la de vivir.
Aunque para ellas nunca fue sencillo: durante siglos y civilizaciones han sido
relegadas por la sociedad, salvo algunos casos especiales. Casi siempre
considerada inferior. ¿Cuál es la explicación de esto? Recurriremos a la historia
para poder comprender el por qué de tantos cuestionamientos.
Si no hay ser más puro, más divino que aquel único ser que posee las
facultades de concebir, de tener la posibilidad de llevar dentro de él otra vida,
dar vida: ser indispensable para la supervivencia de la especie.
Queda en evidencia que la mujer biológica y fisiológicamente tiene
privilegios; es irreemplazable, históricamente mucho más fuerte y resistente a
épocas de hambre y epidemias. Entonces, ¿cómo no pensar que esto es
comparable o se puede llegar a asociar con lo social, lo que vivimos, el día a
día?
No se trata de competencia o de querer hacer juicios de valor hacia lo
que piensa la sociedad. Simplemente se trata de intentar comprender el mundo
actual en el que vivimos y la relación irrefutable del modo en que nos
comportamos y la forma en que vemos las cosas o las consideramos.
Antes la gente vivía en estado de naturaleza, ahora vive en civilización.
Antes la mujer no era considerada un ser pensante que mereciera
respeto, ahora ocupa los cargos más importantes.
Infinitos los traspiés atravesados; humillaciones y relegaciones sufridas.
Por todo esto es el momento de preguntarse si se llegará en algún
momento el día en que ambos sexos compartan los mismos derechos, sean
juzgados de la misma manera. Y la respuesta es no. Por supuesto que no.
Nadie quiere y pretende hacer de los sexos uno solo pero… ¿es la igualdad, en
realidad, el camino al progreso? O mejor dicho: ¿el progreso humano
corresponde a la igualdad?

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Capitulo 1

Edad Antigua

Esta edad se caracteriza por el papel desempeñada por el hombre en


esa época, un ser tan dominante en todos los sentidos. En ese tiempo, el
mundo judío era demasiado machista comparado con el mundo greco-romano,
la situación de la mujer en esta época es muy precaria ya que no tenía
participación política, y se ocupaba solamente de las tareas hogareñas.
Cansadas de esta situación, deciden tomar cartas sobre el asunto, en la
Asamblea de la Mujer, toman el poder e instauran una especie de comunismo.
En Lisístrata les obligan a buscar la paz mediante una “protesta sexual”. El
adulterio se castigaba rígidamente, tanto a hombres como mujeres; la violación
y la seducción eran, también, penadas. Un dato curioso era que los hombres
estaban obligados a mantener relaciones con su mujer, al menos, tres veces al
mes, ya que se decía que eso “aliviaba tensiones”.
Podemos mencionar también que la prostitución se inició en esta ciudad;
sin embargo, las prostitutas no eran esclavas, y, en algunos casos, como las
hetairas, eran intelectuales y poseían talento artístico.
Quienes eran especialmente protegidas eran las viudas y las ancianas.
Como vemos, la situación de la mujer no era la mejor, pero cabe
destacar que estaban protegidos por la ley y, además, gracias a la dote, podían
tener seguridad económica toda su vida.
Aunque aislados, en esta ciudad podemos vislumbrar ciertos casos de
independencia de la mujer, como el caso de Hipareta, mujer de Alcibiades,
quién dejó su casa para obtener el divorcio. Otro ejemplo es Aspasia, amante
de Pericles, quien le aconsejaba en temas políticos y fue visitada por Sócrates
y sus discípulos para escucharla.
En Esparta, el régimen impuesto por Licurgo era rígido y poco
democrático, con rasgos del comunismo; no obstante, la vida de la mujer era
mejor que en Atenas, ya que, aunque sólo se encargaba de tener hijos, se
cuidaba de su salud más que en otros estados. Las mujeres eran bien
alimentadas y cuidadas, al igual que los hombres. Los cuidados de la casa eran
llevados a cabo por las esclavas, mientras que las mujeres se destacaban por
dedicarse al deporte, la música y la familia, ya que, en ninguna otra ciudad las
mujeres podían participar en competiciones deportivas ni hacer ejercicio físico.

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La situación de la mujer mejoró considerablemente durante el periodo
helenístico, ya que las dinastías macedonias dieron lugar a una larga serie de
reinas y mujeres que influyeron en la política de su tiempo. Como ejemplos de
estas mujeres, puede tomarse Olimpia, la madre de Alejandro Magno y,
obviamente, Cleopatra, quien fue reina de Egipto y protagonista de la política
romana durante muchos años. Era una mujer ambiciosa y astuta porque, sus
romances con Julio César y Marco Antonio no fueron más que estrategias para
lograr alianzas políticas y tratar asuntos de estado.
Como consecuencia, la mujer obtuvo más protagonismo y acentuó más
su prestigio.
En los contratos matrimoniales de esta época se reconocen derechos y
obligaciones sociales de ambos, castigándose, también, la infidelidad del
marido. También estuvo previsto el divorcio con iguales oportunidades de
repudiarse para ambos. Creció la capacidad de la mujer de obtener beneficios
económicos y administrar bienes y negocios. Pitágoras y Epicuro admitieron
mujeres en sus escuelas en condiciones de igualdad.
Otra mujer para destacar es Hiparquia, quien frecuentaba las reuniones
de los hombres y resaltaba la importancia de haberse educado en vez de haber
trabajado en el telar.
En esta época, atletas femeninas comienzan a ganar premios en
competiciones deportivas y se conocen algunas escritoras de poemas, como
Erina y Safo.
En Roma la mujer estaba sometida a su padre o marido y carecía de
derechos políticos. Las niñas no recibían la misma educación que los niños y
tampoco acudían a la escuela superior. Sólo gracias a preceptores particulares
podían llegar a alcanzar altos grados de cultura.
A diferencia de otras mujeres de la antigüedad, poseía un cierto grado
de libertad y un gran respeto dentro de su familia.
Las mujeres romanas tenían una intensa vida social propia: iban de
compras, participaban en banquetes, trabajaban, incluso, en oficios no
femeninos y acompañaban a sus maridos a actos oficiales o espectáculos.
Un verdadero ejemplo sobresaliente de la mujer romana es Cornelia, del
siglo II a. C. Esta permaneció fiel a su marido Tiberio Sempronio Graco y se
preocupó de la educación de sus hijos, por lo que tuvo una influencia decisiva
en la política romana. Recibía hombres cultivados en sus tertulias culturales,
sus cartas fueron publicadas y, en su honor, se erigió un busto en Roma.
Durante esta época hubo mujeres que lucharon por participar en la
historia al igual que los hombres. Mujeres como Hipatía, que vivió en Alejandría
en el siglo IV a. C, era hija de un matemático y astrónomo que trabajaba en una
biblioteca de Alejandría, Egipto, donde los monarcas helenísticos reunieron una
inmensa cantidad de libros de obras filosóficas, científicas, etc. Hipatía
aprendió todo lo que su padre le enseño e, incluso, lo superó, principalmente
en astronomía y matemática. Daba reuniones en su casa a aquellos
interesados en ciencia, filosofía y otras disciplinas. Sus inventos (un aparato
destilador de agua y un hidrómetro para medir la densidad de los líquidos) no
fueron comprendidos por los fanáticos religiosos que, debido al auge del
cristianismo en Alejandría, así como tampoco su sabiduría y tolerancia.
Hipatía fue asesinada y sus obras fueron destruidas. La principal razón: no era
creyente.

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Safo vivió a mediados del siglo VI a. C., y fue una poetisa de exquisita
sensibilidad femenina, pero se debió esperar muchos siglos para que en la isla
de Lesbos, Platón crease un grupo poético de jóvenes mujeres con las que
tuvo una estrecha relación y los poemas que les dedicaba eran realmente
amorosos; sin embargo, nunca se supo si se trataba de un amor platónico o
una verdadera pasión amorosa.
En esta época, llama mucho la atención el rol que presenta la mujer en
los evangelios, personas tan conocidas como La Virgen Maria, quien fue
elegida por el Señor para dar a luz a Cristo. El evangelio protesta el origen
materno del hombre negado por el libro de Génesis para el mismísimo Cristo.
Al comienzo del principio del Antiguo Testamento es un argumento a
favor de la absoluta supremacía del hombre sobre la mujer, mientras que al
comienzo del Nuevo Testamento es una justificación aun más devocional y
radical a favor del rol de la mujer. La mujer que da a luz en su seno a Cristo y a
la que el Espíritu Santo cubrirá con su cálido aliento divino en Pentecostés,
junto a los Doce Apóstoles. En este acontecimiento el numero 13 no es
premonición de mala suerte, sino el arreglo de una injusticia histórica que Dios
solventa en la persona de la Virgen Madre.
Jesús como se puede observar en la Biblia, se ve rodeado de
pescadores, de desheredados, incluso de una prostituta, Maria Magdalena,
quién permaneció junto a la cruz y fue la primera en llevar de la resurrección.
Es irónico que mientras todos los seguidores de Jesús huyen tras su arresto en
el monte de Olivos, los únicos que lo acompañaban en la Cruz eran las mujeres
que acompañaban a la Virgen Maria y un joven Juan, quien mas tarde escribirá
su evangelio y el Apocalipsis. La perseverancia y la fortaleza en la Fe de estas
mujeres son tan enormes que ellas fueron las primeras en ser testigos de las
primeras apariciones de Cristo mientras que los apóstoles lamentaban la
muerte de su Maestro,
En la actualidad, la mujer se encuentra liberada ya que tiene acceso a
un trabajo que la desliga de la obligación de esperar que el hombre lleve a casa
el dinero “fruto de su trabajo”. Esta de mas decir que la incorporación a los
distintos ámbitos tanto docente, laboral, político, incluso militar fue exitosa, esto
demuestra que las mujeres no son tontas, ni incapaces, sino todo lo contrario.
Con el paso del tiempo las mujeres van conquistando el papel que le
corresponde en la sociedad cristiana, que es el mismo de los hombres.
Si la mujer esta preparada para trabajar como un hombre y además de
eso llevar la casa y los hijos, está demostrando día a día que los obtusos que
aún se empecinan en apartarla carecen de argumentos lógicos para seguir con
tal actitud. Por muchas excusas que nos pongan basadas en tradiciones
ancestrales, la realidad se abre camino imparablemente.
Desafortunadamente, otro tipo de sociedades continúan relegándola a un papel
más humillante.

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Biografías

• La Virgen Maria

Es mencionada por primera vez al escribirse el


evangelio según San Marcos, pero no de un modo importante.
Se la menciona con motivo de la narración de el nacimiento
de Jesús y de su nacimiento y huida a Egipto.
En el evangelio según san Lucas es el que se
encuentra más datos, desarrolla con más detalle los temas de
la infancia de Jesús.
En el evangelio San Juan, Jesús hace su primer milagro a pedido de
ella, en Caná. También se la menciona en los Hechos de los Apóstoles como
un miembro destacado de la comunidad cristiana primitiva.
A pesar de ser una figura casi oculta en los evangelios, la atención sobre
Maria fue aumentando con el paso del tiempo apareciendo en las reflexiones
sobre ella todo tipo de virtudes y cualidades.
Como la doctrina de la Trinidad considera a Jesús una de la personas
divinas, según la teología católica, habla de la Maria como la Madre de Dios.
El catolicismo encuentra correcto el referirse a Maria como Hija de Dios Padre,
Madre de Dios Hijo y Esposa del Espíritu Santo.

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• Cleopatra

Nació en el años 69 a.C., fue educada durante


su niñez bajo la cultura Helénica. A pesar de haber
recibido una educación puramente griega, Cleopatra
fue la primera faraona de la Ptolemaica en hablar el
idioma egipcio
A los 14 años era famosa por su sabiduría,
podía hablar 7 u 8 idiomas, conocía de música, historia y
ciencias políticas. Era muy buena en matemáticas,
literatura, astronomía y medicina.
Cleopatra VII Filopator subió al trono en el año
51 a.C. cuando contaba con 18 años de edad, heredo
el trono de su padre Ptolomeo XII Auletes y se vio obligada por el testamento
de éste y por la ley que regia en Egipto a casarse y compartir el trono con su
hermano Ptolomeo XIII Dionisio II de apenas diez años de edad.
Instauro nuevas leyes, devaluó el dinero un tercio para las exportaciones. Y
hasta modifico las leyes religiosas en favor de su propia gente.
Soluciono un conflicto existente con el imperio romano. Un año atrás
habían asesinado a los hijos del cónsul romano en Alejandría. Para demostrar
buena voluntad, Cleopatra entrego a los presuntos asesinos a Pompeyo. Su
opositor era Julio Cesar. Cleopatra también ofreció soldados egipcios a
Pompeyo.
Esta ayuda a los Romanos realmente no fue apreciada, y los enemigos
de Cleopatra, entre ellos tres consejeros y hasta su propia hermana, Arsinoe
IV, que deseaban obtener el poder, aprovecharon esta situación para tramar un
plan en su contra.
En el tercer año de su reinado Cleopatra fue obligada a exiliarse en Siria,
derrocada por un comando comandado por sus consejeros. Desde allí ella
reúne un ejército e intenta invadir Egipto, pero no lo logra. Es entones cuando
se entera que Pompeyo ha sido derrocado por el ejercito de Julio Cesar y
decide tratar de unirse a éste.
Julio Cesar y Cleopatra pasaron la noche juntos. Al llegar Ptolomeo se
percato de la situación entre Cesar y su hermana y decidió huir del palacio
haciendo correr el rumor entre los egipcios, que había sido traicionado,
intentando despertar a la multitud de Alejandría contra Cleopatra, pero pronto
fue capturado por los soldados de Cesar. Los consejeros de Cleopatra,
Pothinus y Achillas organizaron a 20.000 soldados y rodearon la ciudad, es
entonces cuando la guerra entre Cleopatra y Ptolomeo se transformo en la
guerra de Arsinoe IV y Ptolomeo XIII contra el Cesar.
Julio César mantiene el control del puerto e incendio todas las naves.
Pero el fuego se extiende parte de la ciudad y es allí donde gran parte de la
biblioteca de Alejandría se quemó.

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Arsinoe IV escapo del palacio y se unió a Achillas, el ejército la proclamo reina
de Egipto. Pero tomada presa Arsinoe IV por César para exhibirla en Roma,
como trofeo de guerra. Esto fue en el años 47 a.C.
Cleopatra fue proclamada reina absoluta de Egipto y Cesar la obligo a
casarse con su hermano menor, de tan solo de 12 años, Ptolomeo XIV.
Puesto que Arsinoe IV estaba considerada como traidora, Cleopatra
obtuvo el mando de Chipre con su hermano.
César emprende una travesía por el Nilo junto a Cleopatra, la adoraban
como faraona.
El 23 de junio del año 47 a.C., Cleopatra dio a luz al hijo de ambos,
Cesarión.
Cesar trajo a Cleopatra y a su hijo desde Egipto y los estableció en uno
de sus palacios. Esto hizo que los republicanos conservadores se ofendieran
bastante.
Cleopatra había comenzado a llamarse la nueva Isis y vivía con un lujo
exuberante, ella permaneció en Roma cerca de 2 años.
Comienzan a correr rumores que Cesarse proponía ser el rey del imperio
romano con Cleopatra como reina. La aristocracia no desea a un rey como jefe
del imperio romano, y planeen asesinar a Cesar. Si Cesar muere, Cesarión se
convertiría regente del imperio romano y del reino egipcio, pero esto será
solamente posible si el senado romano valida el testamento de Cesar.
El 15 de marzo del 44 a.C., Cesar es asesinado a la salida del edificio del
senado en Roma. Roma entra en un periodo de crisis, Octavio y Marco Antonio
son sus sucesores, porque éste fue asesinado antes de que impusiera a
Cesarión como su hijo legitimo.
Cleopatra decide volver a Alejandría. Antes de irse, ella pidió a Marco
Antonio su protección. El ya había protegido anteriormente a Cleopatra a
pedido de César.
Tras su regreso a Egipto Cleopatra envenena a su hermano y establece
a Cesarión como su corregente a la edad de cuatro años.
El Imperio Romano ahora estaba dividido en dos, los viejos partidarios
de Cesar y los republicanos (quienes pidieron su muerte). Los republicanos se
estaban acercando a Egipto. Pero Cleopatra no deseaba dar su ayuda a
cualquier persona de los ejércitos luchadores. Había tropas romanas en
Alejandría, las que puso Cesar para protegerla.
Para lograr el reconocimiento de Cesarión como legitimo rey ante el ex-
teniente de César, Dolabella, pero ésta última se suicidó. Cleopatra decidió
unirse a las fuerzas de Marco Antonio y Octavio, quien mas tarde paso a
llamarse Augusto.
En Roma se formó un Triunvirato entre Antonio, Octavio y Lepidus.
Antonio derrota rápidamente a los republicanos opuestos a Cleopatra.
Lentamente se va acercando a Egipto, ya que desea aliarse a Cleopatra
porque Egipto sigue siendo una nación de gran alcance y riquezas.
Antonio estaba en la necesidad del dinero para lanzar una campaña
contra Persia, y él esperaba que Cleopatra le diera ese dinero, pero ella no
confiaba en él, y la rechazó.
Su hijo gano el derecho de ser rey cuando Cesar fue divinizado
oficialmente en Roma. El objetivo principal de esto fue la promoción de Octavio,
pero el Triunvirato sabía de la ayuda de Cleopatra a Dolabella.
Marco Antonio y Cleopatra se encuentran.

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La reunión duro cuatro días enteros, y durante esta se convirtieron en
amantes. Cleopatra acordó proveerle el dinero a condición de que ejecute a su
hermana Arsinoe IV. El acuerdo le pareció perfecto y Arsinoe IV fue ejecutada.
Antonio decide ir a Egipto con Cleopatra, pero en el año 40 a.C. debe
salir de Egipto porque una parte de su territorio había sido conquistada por
Persia. Cleopatra dio a luz a sus gemelos.
Antonio se vio obligado a arreglar sus conflictos con Octavio casándose
con su hermana Octavia.
Octavio le propuso a Antonio que después del Triunvirato terminaran los
dos gobernarían el mundo romano.
Durante la ausencia de Antonio, Cleopatra comenzó un conflicto entre
ella y Herodes de Judea. Este era uno de los más ricos, inteligentes, y capaces
clientes de Roma y era un gran amigo de Antonio. Pero en el 40 a.C. Cleopatra
trató de seducirlo, claro que Herodes no le siguió el juego y al ver su fracaso,
ella comenzó a odiarlo. Cuando se encontró con Antonio lo persuadió para que
le de las porciones grandes de Siria y del Líbano. Con esto lo único que logró
fue que Herodes y Antonio se distanciaran. Cuando el senado romano le
declaro la guerra, la capacidad y los recursos de Herodes hubieran sido
esenciales para su victoria. Desafortunadamente Herodes rechazó ayudar a su
amigo gracias a Cleopatra.
En el año 36 a.C. Marco Antonio deja Italia en una expedición contra
Persia. Lo primero que hizo fue enviar por Cleopatra. Allí le fueron entregados
sus gemelos y los reconoció. Pero Cleopatra todavía estaba enojada por el
casamiento de Antonio y Octavia.
Entonces le pide a Antonio territorio de sus conquistas para entregárselo
a sus hijos.
En este mismo año, Cleopatra y Antonio se casaron, y aunque la
bigamia era ilegal era en Roma, esto no solamente insultaba a Octavia y
Octavio, sino a todo el imperio. Ella también dio a luz a otro niño de Antonio,
Ptolomeo Phíllalephus.
Cuando Antonio invadió Armenia en el 34 a.C. quiso tener un completo
festejo romano en Egipto. Esto hizo que su reputación en Roma empeorara.
Octavio tomó África y se convirtió en una amenaza directa para Egipto.
Cleopatra preocupada por esta selección intenta persuadir a Antonio
para que se quede y la proteja. Ella logra su objetivo, logrando al mismo tiempo
distanciar a Antonio de los romanos.
Cleopatra obtuvo el titulo de reina de reyes que era la posición más alta
de los cargos.
En el año 31 a.C. Antonio se divorcio de Octavia, cosa que indignó a
Octavio quien declaro que Antonio había roto sus lazos con Roma.
El ejército de Cleopatra continúa siéndose más y más grande, algunos viejos
amigos de Antonio no le gustaron que el poder de Cleopatra se ampliara y
decidieron retornar a Roma.
En el año 32 a.C. Octavio acusa a Cleopatra públicamente por uso de
magia, incesto, adoración animal, droga, embriaguez y lujuria desenfrenada. Y
le declara la guerra.
Cleopatra tiene un ejército mucho más grande que el de Octavio, con
Antonio al frente.
Cleopatra viendo que la fuerza de Antonio estaban perdiendo, salio en
retirada y lo abandonó huyendo hacia Alejandría, posiblemente ellos ya habían

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planeado esto, ya que tras Cleopatra partió Antonio. La batalla ocurrió en el
año 31 a.C. y fue ganada por Octavio.
Cleopatra sabe que las tropas romanas pronto llegaran a Alejandría, y
decide ocultar todos los tesoros lejos del mar mediterráneo, pero las naves son
interceptadas por los árabes que estaban bajo el mando Octavio
Cleopatra planeo enviar a Cesarion lejos para conservar el trono de
Egipto, pero este plan fracasó.
Cleopatra construyó un mausoleo donde ella amontono su abundancia y
planeo pasar la eternidad. Octavio le mando mensajes diciendo que seria
tratada bien por los romanos, por temor a que Cleopatra quemara todos sus
tesoros. Cuando Octavio llegó a Alejandría, Cleopatra se encerró en su
mausoleo con dos de sus criadas. Los generales de Marco Antonio le informan
que Cleopatra había muerto en su mausoleo, y éste se suicido con su propia
espada. Cleopatra es apresada por los soldados de Octavio y trasladada al
palacio, en donde se dice que intento desde sobornarlo hasta seducirlo, sin
obtener éxito alguno.
Octavio quería llevar a Cleopatra viva a Roma y para mostrar su
superioridad y su victoria. También mandó a capturar a los niños de Cleopatra
excepto a Cesarion que huyó.
Cleopatra se percato del plan de Octavio así que a tres días de la salida
hacia Roma pidió a sus criadas que le traigan una cesta con frutas y en ella un
áspid (cobra egipcia). Mientras tanto ella escribía una carta a Octavio en la cual
le pidió que la pongan junto a Antonio después de su muerte.
Corría el 12 de agosto del año 30 a.C. cuando Octavio recibe la carta,
pero ya era demasiado tarde, al entrar al cuarto donde se hallaba Cleopatra de
tan solo 39 años de edad, la encontró ya muerta sobre su cama de oro, con su
traje real y sus joyas puestas.

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Capitulo 2

Edad Media

La mujer en la edad media sin lugar a dudas no tuvo un rol importante.


No existía como un ser humano pensante sino como todo lo contrario. Es por
ello que la lucha que forjaron algunas mujeres para poder cambiar aquella
realidad fue importantísima para el progreso femenino que sigue transcurriendo
hasta nuestros días.
Para comenzar a comprender el por qué de aquella situación es importante
destacar que la edad media es también conocida como una época oscura de la
historia. Esto tiene una explicación: se caracteriza por ser un período cuyas
entidades de gobierno correspondían a reinados, en donde la única institución
europea con carácter universal fue la iglesia. No obstante, actualmente se la
reconoce como elemental para la evolución histórica europea.
¿Cómo repercutió todo esto en la mujer?
En primera instancia categóricamente desfavorable. Aunque cabe
destacar que no solo fue así para el sector femenino, sino que tanto las
guerras, epidemias, hambres, inseguridad fueron tormentos para toda la
población.
Pero, como era de esperar, quienes se llevaron el mayor sufrimiento y
ataques fueron una vez mas las mujeres.
La condición femenina en la edad media tiene origen en el marco jurídico
e ideológico de aquellos días. El derecho medieval consideraba a la mujer
como un ser menor, incapaz en general. Es por ello, que en la mayoría de los
casos no puede disponer de su fortuna, presentarse ante un tribunal sin la
presencia de un hombre. En algunos países se hacia uso de la potestad
marital; en otros, a la potestad del padre sigue la del marido.
Por el lado ideológico la situación era paralela. La imagen de la mujer era la de
un ser débil, pecador, creada del hombre y para él; según los escritos bíblicos.
Quien dio un gran aporte fue Tomas de Aquino quien como santo y doctor de
la iglesia va a llevar al extremo esta creencia: según el, la mujer no es mas que
una deficiencia de la naturaleza que por naturaleza propia, es de menor valor y
dignidad que el hombre quien ha sido ordenado para la inteligencia y que para
cualquier obra que no sea la de la reproducción éste podía haber sido ayudado
mejor por otro hombre que por una mujer.

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Profundizando el tema de la iglesia, la mujer es considerada menor
espiritualmente. Se exaltaba los sermones de la virginidad porque se valoraba
muchísimo la renuncia al matrimonio carnal para unirse con dios. Hasta se
llego a plantear si la mujer poseía o no alma.
Uno de los actos quizá mas perversos de la época en consecuencia de
no sólo el desprestigio que asechaba a la mujer sino al campesino en general
por parte de los señores feudales, es el famoso derecho de la primera noche.
Esto consistía en una especie de ceremonia o ritual en el cual el señor feudal
poseía el derecho de lo que para nuestros días es considerado una violación
hacia la esposa del campesino.
Siguiendo con este repaso de actos, se destaca uno que tiene como fin
un hecho criminal: la persecución de las brujas por parte de la Inquisición. Se
condenaba a todas aquellas que creían en la brujería, en las supersticiones.
Eran torturadas, y luego enviadas a la hoguera.
En base a un análisis sobre la realidad social y personal se puede
destacar que una de las grandes diferencias históricas entre el hombre y la
mujer es como la mayoría de pensadores, científicos y profesionales
destacados ya sea por virtudes o por numero hay sido mayormente hombres.
El origen de esto tiene una clara explicación. O por lo menos, un principio
innegable. Es que al principio, la educación era destinada únicamente hacia los
hombres. Exceptuando el caso de las monjas quienes recibían educación
siendo estas las únicas representantes femeninas con derecho a obtenerla. Por
lo general debían abandonar el colegio una vez terminado el primario, mientras
que los varones podían continuar. Pero, en la segunda mitad del sigo XIII
comenzaron a abrirse las primeras escuelas destinadas a los dos sexos y así
un período en el que la enseñanza se expandía. Sin embargo, las primeras
universidades estaban prohibidas para las mujeres. Como consecuencia no
tardaron en hacerse notar el descontento por aquella situación que algunas de
ellas se han disfrazado de hombre para poder estar presente en las clases. Es
decir, el mundo intelectual y artístico de la época excluye a la mujer.
Otras de las grandes diferencias históricas entre hombres y mujeres es
en cuanto a la relación laboral. Sin ir más lejos hasta el día de hoy esta
diferenciación es notable. Su origen también se remonta a aquellos años en los
que la mujer nunca estuvo presente en la economía rural, con lo cual sólo
colaboraba con su marido en las faenas del cambio, la cosecha, el cuidado de
los animales, mantenimiento de la casa, buscar agua, cuidar del fuego, cocinar.
Las muchachas se iniciaban en el trabajo a partir de la niñez, aproximadamente
entre los seis y diez años.
Hasta en el siglo XIII en el cual la incorporación al trabajo en las
ciudades se hace una realidad: los oficios en su mayoría los de confección,
hilanderas, tejedoras, tintoreras, costureras, sastras; los relacionados con la
alimentación, fabricantes de cervezas, en los trabajos del cuero y del metal e
incluso en la construcción en las minas inglesas. En estos oficios se encuentra
la tradicional jerarquización medieval que va del aprendiz al maestro, pasando
por el obrero o compañero lo que conlleva a una igualdad total entre el hombre
y la mujer trabajadores.
Pero una vez más, los salarios femeninos continúan siendo inferiores a
los masculinos. Hasta se llego a denunciar al trabajo femenino como la causa
de la falta de trabajo para el hombre y de esta manera, fueron prohibido el
empleo de las mujeres en los oficios y siendo sustituidas por varones. Con lo

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que culmino en una regresión ya que la mujer ahora se encontraba en su casa,
dedicada a la educación de sus hijos, la cocina y los cuidados de su marido. El
renacimiento mercantilista significa la muerte de la mujer como entidad
económica activa dentro de la sociedad.
Prosiguiendo con el tema laboral, la prostitución no estaba ausente
dentro de este marco histórico. Por supuesto, mucho mas anterior a estos años
se va a encontrar en calles o casas especializadas, en albergues, tabernas,
baños. Cada ciudad poseía establecimientos con agua fría, caliento y de vapor;
eran baños mixtos en donde los clientes de ambos sexos solían bañarse
desnudos lo que llevo a que la jerarquía eclesiástica consiguiera prohibir su uso
y comenzó de esta manera una dura persecución hacia las prostitutas. Durante
los siglos XIV y XV algunos clérigos decían que los pecados carnales eran
menores por venir por naturaleza. Otros, que como no sacaba placer de su
trabajo si no una recompensa monetaria, estaba libre de pecado. Bajo estos
pensamientos, la prostitución es vista como un servicio publico y la prostituta
abandona la clandestinidad y marginación.
En cuanto al matrimonio podían ser legales o ilegales; las mujeres solían
casarse jóvenes con hombres muchos años mayores que ellas. El casamiento
suponía una mejora para la mujer ya que se prohibió el divorcio con lo que se
consigue una cierta igualdad con el varón. La iglesia comenzó a santificar a
algunas mujeres casadas. Un dato no menor fue que los bienes del matrimonio
eran administrados por el marido provocando problemas en las clases altas. En
algunas ciudades por ejemplo en Florencia cuando la mujer se quedaba viuda
se volvía con su familia para poder establecer lazos con otra dinastía; en
Valencia la familia de la mujer podría reclamar a la familia del cónyuge la dote
sino había habido descendencia y en el caso que enviudase la mujer
conseguía su propia autonomía.
Por aquellos años se distinguían la presencia de aquellas damas
quienes querían escuchar el amor, las que se negaban a escucharlo y las que
sólo se dedicaban a lo sexual siendo repudiadas. Como primer norma de amor
se conocía la generosidad moral y espiritual; el hombre no era celoso, no
amaba. Existían también las Cortes de Amor donde se sometían a juicio la
relación de una pareja en donde los jueces, sorprendentemente, eran mujeres.
El ideal de belleza femenino era la mujer de cabello rubio y rizado, de
piel claro, con nariz recta y fina, una silueta esbelta con caderas flexibles. La
moda se componía de dos vestidos, una capa y una cofia y los zapatos tenían
las puntas retorcidas. En el caso de ser soltera se llevaba la corona virginal; en
caso contrario, se debía llevar el pelo cubierto por un velo.
Fragmentada y contradictoria, la imagen femenina se vio condicionada
por el discurso masculino de quienes detentaban el poder la palabra, de la
cultura y de la tradición. Para el universo masculino todas llevaban la maldición
de Eva, es decir, estaban agrupadas por su genero no existían diferencias
entre unas y otras. Por su parte, la imagen de María era vinculada mas que a
redentora y salvadora, hacia su divina gracia de Madre-virgen.
Con respecto a la literatura épico-legendaria los protagonistas siempre
eran hombres, era un género masculino que trataba temas como venganza,
guerra, siendo el hombre el único ser sujeto, ser activo, y la mujer vista como la
creación personal como objeto de su pensamiento. Pero también, presente el
matrimonio toman cierta importancia los personajes femeninos quienes algunos

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muestran sumisión; es decir, sus aportes estén solamente por lo que le pueden
dar al marido y no por lo que son.
En el libro del Buen Amor se especifican diferentes tipos de mujeres: la
objeto a la que se le da mucha importancia a la forma de su cuerpo, las dueñas
que tienen voluntad propia pero que es negativa porque se niega a una relación
sexual libre; las monjas; las serranas quienes dominan al hombre y lo acosan
sexualmente; la alcahueta quien aparece como persona porque es digna de
confianza de su amo; lo que conlleva a una nueva etapa por la fascinación por
el amor del sexo contrario.
Todo esto movimiento antifemenino desemboco en el periodo del
Renacimiento donde se consagra el triunfo de un ideal masculino heredado de
la Antigüedad y el triunfo de la moral religiosa que se desarrolla de las teorías
de Lutero o de Calvino.
Concluyendo, una época de intolerancia, de guerras de religión, en la
cual se llego a inventar al corsé ya que impido el movimiento libre y el principio
de la represión sexual.

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Biografías

• Ana Bolena (1507-1536)

La historia de quien fue reina de Inglaterra, Ana


Bolena, comienza cuando el rey Enrique VIII se apasionó
notablemente por la bella quien era una dama de honor
de su esposa Catalina. La acosaba incesantemente
aunque recibía solo respuestas negativas. Hasta que
finalmente le propuso matrimonio ya que era la única
manera de que Ana lo aceptase. Luego pidió el divorcio a
su esposa, la cual se lo negó. Entonces solicitó ante la
Santa Sede la anulación de su matrimonio con el
pretexto de que Catalina había sido la viuda de su hermano Arturo y según la
Santa Biblia no debiera haberse realizado.
Pero el Papa al no querer disgustar al Emperador Carlos V, no cedió.
Por ende, Enrique decidió deshacer las relaciones con el Papado,
creando la Iglesia Anglicana, de la que se consagro jefe.
El matrimonio con Ana se apresuraba por el hecho de que ella estaba
embarazada en lo que había sido su matrimonio extramatrimonial. Ante esto, el
rey esperaba ansioso de obtener al deseado varón.
De esta manera, Ana Bolena fue coronada reina de Inglaterra el 1º de
junio de 1533. Después de su coronación llego el nacimiento de su hija, la
futura reina de Inglaterra Isabel I. Lo cual genero una gran desilusión al rey y a
partir de allí los lazos del matrimonio se deterioraron. Así, se sucedieron varios
embarazos que terminaban en abortos. Esto fue tomado como un castigo para
el rey. A su vez se sumaba el nuevo enamoramiento del monarca por una
dama de honor Juana Deymour.
En 1536 Ana fue detenida y llevada a la Torre de Londres. Tras su
reclusión, comenzó el proceso de enjuiciamiento sustentado por causas
ficticias. Días más tarde Ana fue procesada y acusada de adulterio, incesto y
alta traición, aunque ella siempre mantuvo su declaración de inocencia.
El tribunal condeno a todos los supuestos amantes quienes fueron
decapitados un día antes que Ana. Su ejecución fue rápida, de un solo golpe.
El gobierno no aprobó proporcionar un ataúd apropiado para Ana. Así, su
cuerpo y cabeza fueron depositados en un arca alargada y sepultados en una
tumba sin marcar.
Su cuerpo fue identificado en unas reformas de la capilla bajo el reinado
de la reina Victoria.

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Al día siguiente, Enrique se caso con su tercera esposa y ah fue llamada
“Ana de los mil días” en honor a los días que duraron su mandato.
• Juana de arco 1412-1431

Juana fue una campesina nacida en Dmrémy quien


desde pequeña estuvo acostumbrada a la guerra. Pero hubo
hechos particulares que marcaron a esta joven: desde los
13 años se le aparecían ángeles. Sus voces le pedían que
debiera liberar Orleáns. Por eso, fue a hablar de su misión
con el capitán de esas tropas. Pero nadie le dio mayor
importancia a y la mandaron de vuelta con su padre. La
creyeron loca.
Hasta que le dieron una pequeña tropa y Juana
vestida de hombre fue al castillo de Carlos VII, a quien le
dijo su misión y finalmente le dio el mando del ejército.
Es así como Juana a sus 19 años con cabello corto lidera a los
soldados franceses quienes luchan como héroes, expulsando a los asaltantes y
liberando Orleáns. Luego se dirigen a varias otras ciudades y también las
liberan.
En 1429 las tropas francesas hicieron que los ingleses huyeran,
convencidos de que Juana tenía un pacto con el diablo. Sin embargo, un año
después ella es capturada, el 24 de mayo, en Compiegne, por las tropas del
duque de Borgoña, y es vendida a los ingleses. Más tarde es sometida a juicio
acusada por brujería y es perseguida por la inquisición por hereje.
Las actas del proceso demostraron que se trato de un juicio sin opciones
de defensa y que los argumentos eran débiles. Lo que fue curioso fue que el
rey Carlos VII no realizo ninguna acción a su favor.
En su defensa ella rogaba a la autoridad eclesiástica que le creyeran,
que hablaba en nombre de dios, que las voces que escuchaba eran reales y
que por esa razón se resistía a vestirse de mujer porque se consideraba un
soldado de dios.
Cuando finalmente le exigen que firme su arrepentimiento, es engañada
al firmar su propia condena que se va a llevar a cabo en 1431 a ser quemada
viva en la plaza pública de Ruán. Hecho que lo hace luego de ser torturada. En
los momentos de su agonía alguien acerca piadosamente un crucifijo al cual
ella contempla hasta su último respiro.

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• Hildegard Von Bingen (1098-1179)

Esta mujer considerada la primera bióloga,


médica y feminista nació en Alemania hija de una
familia noble. Desde pequeña sufría ciertos episodios.
Eran visiones que luego la iglesia iba a confirmar como
inspiradas por dios. Esto le llegaba a ocasionar
cegueras temporales.
Ante esto fue enviada por sus padres a una
educación especial, mas precisamente al convento
benedictino de Disibodenberg. Allí se educo de manera extraordinaria en
diferentes idiomas y especialidades: latín, griego, liturgia, música, oración y
ciencias naturales.
En 1136, Jutta murió, quien era su educadora especial y quien estaba a
cargo del convento. Lo que generó que asumiera la dirección del convento. A
la edad de cuarenta y dos años el episodio de visiones era cada vez más
fuerte, y recibió la misión de predicar sus visiones y la comprensión religiosa
que le había sido otorgada.
Mas tarde Hildegard comienza a escribir sus experiencias, por lo cual
nueve libros fueron los que se destacaron: desde botánica y biología lo que
genero un avance en la ciencia de la medicina; y sobre temas místicos como
teología.
Sus cualidades no terminaban allí: llego a componer música, mas
precisamente una ópera Ordo Virtutum, por la cual se ha dicho que la
compositora fue más allá de las normas de la música medieval otorgándole un
nuevo lenguaje.
Su relación con la iglesia fue alternando. Esto tiene una explicación a
raíz de que Hildegard la llego a denunciar por corrupción y por no seguir los
preceptos de compasión. Una de estas fue que ponía en duda la culpabilidad
de Eva diciendo que en realidad había sido una victima de Satán quien la
envidiaba por su capacidad de dar vida. Otra de sus posturas más
trascendentales fue la visión del acto sexual como un proceso que no solo
servia para la procreación sino como una unión espiritual.
A pesar de esto, el comité de teólogos del Vaticano legitimó sus visiones
y sus mensajes. Muchísima gente la buscaba por su sabiduría o con la
esperanza que ella las curase o simplemente las guiara. Tanto que se llego a
pensar que estos episodios correspondían a proyecciones del futuro.
Sin embargo hubo un hecho que iba a marcar su alejamiento de la
iglesia: en el cementerio de su convento sepulto a un muchacho revolucionario,
que había sido excomulgado por el arzobispo. Para la iglesia, no merecía santa
sepultura; pero ella opinaba distinto: no solo no lo desenterró si no oculto los
rastros de aquello para que nadie lo encontrase.
Su actitud le generó una gran crisis en relación a la iglesia que le
prohibieron componer música. Luego, la iglesia la terminaría perdonando.

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Finalmente esta multifacética mujer revolucionaria deja el mundo y la
tradición señala que en ese momento aparecieron dos arcos muy brillantes y
de diferentes colores en el cielo.
Desde allí que se la conoce como santa y hasta el Papa Juan Pablo II la
reconoció como una verdadera mujer santa.

Capitulo 3

Edad Moderna

En esta época, comprendida entre el siglo XV d. C. Hasta 1789, a pesar


de que los humanistas defendían la igualdad, seguían destacando la división
de géneros en la sociedad y en la familia.
La mujer burguesa o noble aprendía doctrina cristiana, a leer y escribir,
costura y, a veces, música con profesores particulares, con sus madres, en
internados femeninos o en conventos.
Sin embargo, éstos eran conocimientos secundarios, ya que, la mujer
debía ser educada para ser hijas y esposas sumisas y buenas madres. Desde
muy pequeñas eran instruidas únicamente con el objetivo de encontrar un
hombre con el que casarse, tener hijos y al cual servir complacientemente el
resto de su vida. Esto significaba hablar poco, salir a la calle lo menos posible y
abstenerse de amistades femeninas.
Permanecer soltera en esta época era extraño porque traía dificultades
económicas, además eran marginadas y despreciadas por la sociedad,
especialmente, por su familia, ya que la consideraban una perdida y solía ser
tratada como una sirvienta o criada y apenas gozaba de la consideración de
ellos. Por lo tanto, las mujeres debían decidir entre el convento o el
casamiento. La meta de la mujer era conseguir un buen matrimonio.
En cuanto al matrimonio, para la mujer era como una emancipación del
hogar paterno. Los padres concertaban la unión con un contrato jurídico y
contractual. No eran matrimonios por amor, ya que se consideraba un error y,
muchas veces, podía llegar al desheredamiento, a la marginación en el caso de
que fuesen de dos clases sociales diferentes, ya que estaba mal visto y era un
deshonor.
Básicamente, las mujeres eran poco más que monedas de cambio,
mercancías que circulaban entre diversas familias y se casaban con el único
objetivo de formar una familia, ya que ésta era un pilar básico y fundamental,
formada únicamente con el único fin de tener descendencia y perpetuar el
género humano.
La dote era aportada por la mujer según su estatus social y era
fundamental para concretar un matrimonio. La firma de ésta, las arras (trece
monedas que se entregan al marido como símbolo de la virginidad y

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honestidad de su futura esposa) y el ajuar doméstico quedaban explicitados en
un documento y eran administradas por el marido una vez concretado el
matrimonio. La carta de promesa de dote se realizaba un año antes de
realizarse el matrimonio. En algunos casos se establecía el pago en plazos,
pero debía hacerse en presencia de testigos y un notario para hacerse entrega
de parte de ella. Si se disolvía el matrimonio por adulterio, la mujer recuperaba
su dote, y, si moría, se pasaba a sus hijos o al padre, aunque, también, al
marido si así lo especificaba el testamento.
El casamiento debía realizarse en presencia de un notario, quien debía
señalar las aportaciones económicas realizadas por ambas familias en el
momento de la unión de los cónyuges, todo esto bajo la supervisión de
familiares, amigos y toda la comunidad en la que vivían para que fuese válido
socialmente y después, celebraban la alianza con grandes festejos y
banquetes.
Antes de casarse, las mujeres soñaban con el amor. Leían novelas de
caballeros que morían o enloquecían por amor y se alababa a las mujeres,
tratándolas con respeto. Los eclesiásticos y moralistas criticaban estos libros
porque fomentaban ensoñaciones eróticas, eran lascivas y perniciosas e,
incluso, se le aconsejaba a los caballeros no enamorarse de las damas porque
iba a salir muy caro mantener sus caprichos.
A lo largo del siglo XVI se trató de combinar el amor con matrimonio y
sexo normal. Hasta ese momento, la Iglesia decía que el tema de la intimidad,
de los aspectos internos y biológicos de cada persona era un tema tabú y
totalmente sometido a la reprobación, pudor y vergüenza general de la
sociedad. Los representantes morales y espirituales consideraban obsceno
todo lo relacionado con la intimidad, principalmente, lo referido a las mujeres
cuyos cuerpos y todo lo referido a ellos era considerado pecaminoso, vulgar y
prohibido.
Con el puritanismo, el estado de la mujer mejoró considerablemente, ya
que, por ejemplo, la mujer podía separarse o divorciarse si había sido golpeada
por su marido. El matrimonio comenzó a ser un contrato civil, se decretaron
nuevas leyes de derechos de propiedad y herencias, por lo tanto, la
desheredación mejoró.
Con el matrimonio, ambos cónyuges tenían muy claro que la mujer debía
ocuparse de la casa y el hombre de todas las cosas de afuera. En caso de que
el matrimonio fallase, se le atribuía a la mujer la culpa, principalmente, por dos
razones: desobediencia e intolerancia.
La obligación de la mujer era quedarse a cuidar su casa y sus hijos. En
ningún momento debían estar desocupadas y, si era posible, que no pensaran.
La maternidad era algo fundamental en la vida de la mujer, ya que no
tener hijos era considerado un castigo de Dios. Podría decirse que era su
profesión y su identidad. Las mujeres pobres tenían hijos cada 24 ó 30 meses;
las mujeres ricas tenían más hijos que las pobres para asegurar la
descendencia y garantizar una transmisión efectiva de la riqueza. También,
para compensar las altas tasas de mortalidad infantil, ya que, los recién
nacidos tenían una posibilidad de supervivencia de entre el 20 y el 50%.
Durante el embarazo, se las trataba muy bien y se les concedían
caprichos no frecuentes en otra etapa de su vida, ya que consideraban que la
maternidad era un camino posible a la muerte por las dificultades del parto.

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Una vez superado el parto, la mujer de clase media-alta podía olvidarse
de su hijo entregándoselo a una nodriza para que lo amamante, ya que a su
marido, frecuentemente, no le gustaba la apariencia de una madre dando
pecho a su hijo. Con frecuencia, los recién nacidos de Italia, Alemania e
Inglaterra, eran enviados al campo al tiempo del parto para que los
amamantaran las mujeres campesinas. Las amas de cría debían ser sanas y
virtuosas y los maridos eran muy tolerantes con la presencia de estas mujeres.
Hasta el siglo XIX todas las damas de clase alta tenían amas de cría o
nodrizas.
Las madres que no podían hacerse cargo de sus hijos, ya sea legítimo o
ilegítimo, podían abandonarlos para que algún extraño pudiese hacerse cargo
de él y solventase su supervivencia.
En la mayor parte de los matrimonios, el adulterio y la bigamia eran
frecuentes, aunque muy pocos casos llegaron al divorcio. Es estos casos, los
cónyuges no podían volver a casarse y hacían su vida por separado.
El adulterio era una práctica clandestina y estaba muy extendido entre
las clases altas y se presentaba como una solución –o excusa- a un matrimonio
desgraciado. Tanto hombres como mujeres tenían derecho de pedir el divorcio
por adulterio; sin embargo, el derecho común y real le concedía sólo al marido
vía libre para acusar criminalmente a la mujer adúltera, mientras que a la mujer
se le negaba. El marido podía llegar, incluso, a matar a su esposa adúltera.
Los procesos por adulterio eran juzgados por un tribunal eclesiástico y,
generalmente, no eran graves. El castigo era más duro según cuántos años
hubiese durado la relación. La solución era alejar geográficamente a la amante
con sus hijos para evitar que estallara el escándalo y que la esposa no se
enterase. Generalmente, las amantes eran de clase baja.
La cuna y la fortuna establecían grandes diferencias entre las mujeres.
Las amas de casa nobles supervisaban la educación de sus hijos y
dirigían a sus sirvientes, mientras que las mujeres casadas pobres trabajaban
en el hogar y fuera de él: trabajaban la tierra y realizaban diversas tareas como
el ordeñe, el cuidado de vacas, cerdos, limpiaban, preparaban alimentos,
curaban animales, etc. Sólo quedaban excluidas de tareas muy duras o de
aquellas que salían del ámbito privado, como la venta ambulante. En las
ciudades de dedicaban al comercio de alimentos (pescados, pollerías, leche) y
al servicio doméstico como sirvientas, nodrizas y comadronas. Había también
artistas en las compañías de teatro.
Las viudas que no tenían recursos vivían en un estado muy duro, ya
que, debían trabajar en el mercado masculino y pasar afuera de sus casas la
mayor parte del tiempo. La mayoría eran tejedoras, hilanderas, lavanderas;
también recurrían al servicio doméstico.
En estas ocasiones, se reunían muchas mujeres fuera del espacio
familiar y se formaban solidaridades femeninas, que buscaban apoyos para
poder mantener sus casas.
Algunos gremios permitieron trabajar a las viudas en los puestos que
habían ocupado sus maridos o las ayudaban económicamente.
A lo largo de los siglos XVI y XVII el trabajo femenino era considerado
deshonesto e infamante.
Aunque el papel social de la mujer estaba únicamente vinculado a la
familia, hubo reinas -como Isabel La Católica e Isabel I de Inglaterra-, princesas
y otras damas nobles que desempeñaron una gran actividad pública. Para

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ellas, el matrimonio era un instrumento de la diplomacia para sellar alianzas
políticas, resolver conflictos y asegurar la paz.
Las mujeres no podían formar parte del ejército a no ser que estén
disfrazadas de hombres, como el caso de Juana de Arco o Mademoiselle de
Montpensier. Tampoco podían ser notarias, ni escribanas, ni ocupar cargos de
representación en los parlamentos sociales. Sólo podían participar en la
supervisión de algunos hospitales.

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Biografías

• María Pacheco

Nació en el seno de una familia castellana


nobiliar y de alta alcurnia, los Mondejar-Tendilla, en
Granada en el año 1946, una vez iniciado el proceso
de unificación de su querida Castilla con la corona
de Aragón, que fomentó la unidad política de la
Península Ibérica. Hija de Iñigo López de Mendoza y
Francisca Pacheco.
El primer signo de diferencia con respecto a
muchas mujeres de su época es que jamás llegó a
adoptar el apellido de los varones que pasaron por
su vida, ni el de su padre ni el de su futuro esposo, Juan de Padilla; siempre
fue recordada por el apellido materno.
María tampoco fue una muchacha corriente en su educación ya que,
inmersos en un espíritu renacentista, recibió acorde con los varones y desde
luego muy diferente al papel que la sociedad guardaba a las mujeres, incluso
en el tema de la instrucción. Mujer culta y muy instruida desde pequeña, recibió
conocimiento de latín, griego, matemáticas, historia, geografía, etc. Lo que le
permitió convertirse en una muchacha con unos conocimientos de la vida, del
mundo y de la realidad política de Castilla de la que no gozaron la mayoría de
las mujeres de su época.
Sin embargo, María era una mujer que vivía en una época concreta, el
renacimiento, la edad moderna, lo que no la eximió de todos los
convencionalismos de su época y, como todas las mujeres del momento, se vio
obligada a casarse con apenas 14 años de edad, por decisión de su familia,
con un joven militar, Juan de Padilla, que poseía rango muy inferior al de su
condición nobiliar. Ello, según todas las crónicas del período, no pareció haber
gustado mucho a la joven castellana que mostró su disgusto y su desprecio un
tiempo por su joven marido.
En 1518, debido a la categoría de capitán de armas heredada de su padre,
tiene que verse obligado a trasladarse desde Granada a Toledo, lugar donde le
llevaría su nuevo cargo, y junto a él, se trasladó su joven esposa María.
Una vez allí, María se convierte con el paso de los años, y tras la subida al
trono de Castilla y Aragón de Carlos V de Alemania, y debido a su gran cultura
e inteligencia aprendida a lo largo de los años, en una de las más firmes e
insignes defensoras de los derechos y libertades de Castilla frente a la primacía
imperial de Carlos V y sus partidarios realistas e imperiales.

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Ello lo demostró cuando, tras los primeros alzamientos de las Comunidades
castellanas, se sumó pronto a la guerra. En 1520 se formó al mismo tiempo
que en toda Castilla, la Junta de Toledo y en Ávila la Santa Junta del Reino de
Castilla, encargando a Juan de Padilla el liderazgo del ejército comunero, al
cual María prestó todo su apoyo y colaboración desde los primeros momentos.
Sin embargo, a pesar de haber sido María Pacheco la más valerosa y
decidida comunera de los dos y de todo Toledo, haya sido su marido y otros
toledanos los que hayan pasado a la historia de forma más heroica que ella,
quizá por esos prejuicios patriarcales que siempre han dominado a quienes han
escrito nuestra memoria histórica.
Una batalla tras otra, condujo al ejército comunero comandado por Padilla
hasta el pequeño pueblo de Villalar, donde se produjo el encuentro definitivo
entre las tropas realistas de Carlos V y el ejército comunero de Juan de Padilla,
que en 1521 fue definitivamente derrotado en esta villa. Como consecuencia,
los líderes castellanos fueron decapitados unas horas después.
María Pacheco no asumió ninguna posición de sometimiento y debilidad y,
acorde con su ímpetu, lideró y gobernó ella sola la ciudad de Toledo por ese
año, hasta que se produjo la llegada del líder comunero religioso Antonio de
Acuña. Una vez que se enteró de la ejecución de su marido y del ejército
comunero apenas un mes después en Villalar, María recayó en una profunda
depresión y luto durante algún tiempo.
Y es que, de la indiferencia y desprecio que sentía María por Juan cuando
contrajo matrimonio obligado, según la costumbre, con él, fue pasando poco a
poco a lo largo de los años a un cariño y amor que culmino con la entrada de
Juan de Padilla en el liderazgo de la rebelión castellana en la que tanto y tan
firmemente creía María Pacheco.
Fue esta decisión y este acto de fe lo que definitivamente llevó a María a
quedar profundamente enamorada de Juan y Juan de María al ver asimismo el
ímpetu de su mujer.
Por ello, la derrota al mismo tiempo de su marido y de su causa sumió a
María en un profundo dolor, lo cual la impidió a seguir liderando el proceso
comunero donde apenas aún quedaba rastro.
Desde mayo de 1521 a febrero de 1522, María Pacheco mantuvo vivo en
solitario, alentando con es esfuerzo a los toledanos, al último foco de
resistencia comunera en Castilla, la ciudad de Toledo. Así pues, tras la huida
de Antonio de Acuña, María volvió a quedar gobernando en solitario la ciudad,
y exhortaba a los toledanos a la resistencia durante 9 meses de asedios y
combates por la ciudad.
A tal punto llegó su decisión y arrojo que, cuenta la historia que entre
septiembre y octubre de 1521 y debido al derrotismo de los toledanos, María
Pacheco incautó todos los cañones situados en el Alcázar, desde donde dirigía
la resistencia, y ordenó apuntarlos todos contra la ciudad de Toledo,
exhortando a sus paisanos a resistir a toda costa o ser bombardeados.
Sin embargo, la causa comunera militarmente estaba ya perdida y las
tropas realistas de Carlos V intensificaron a partir de septiembre el asedio, de
forma que se hizo ya insoportable. Ello culminó el 3 de febrero de 1522 donde,
tras organizar las últimas sublevaciones de resistencia, Toledo cae
definitivamente en poder de las tropas imperiales y la rebelión comunera
definitivamente liquidada.

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Tras ello, María Pacheco, perseguida por la justicia imperial de Carlos V
logró refugiarse con sus hijos en la ciudad portuguesa de Oporto, donde vive
de la mendicidad en condiciones muy lamentables, negándose a recibir
puestos de sus familiares en dicha ciudad. De esta forma, María mantuvo
firmemente sus ideales y creencias hasta las últimas consecuencias de su vida
y aunque nacida como noble y “Grande de España” murió en la más ínfima
pobreza. Allí falleció María Pacheco en marzo de 1531.
Tal fue el arrojo y las consecuencias de la rebelión comunera que lidero
María que ni muerta se le perdonó su arrojo y hasta se le negó la sepultura en
Villalar junto a su esposo, Juan de Padilla. Sirva la biografía de María Pacheco
como muestra de las mujeres que lucharon y resistieron hasta su muerte por
sus ideas en un mundo muy poco idílico y, desde luego, muy poco propicio
para las mujeres, y menos aún para las luchadoras como María Pacheco.

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Capítulo 4

Edad Contemporánea

Durante el siglo XIX, la mujer siguió ocupando un rol social de segunda


fila, y persistió su papel como moneda de cambio, por vía de matrimonio, entre
diversos patrimonios familiares vinculados a los grandes capitales.
A finales del siglo XIX, surgió un intenso movimiento social a favor de las
mujeres, que encontró su bandera en la conquista del derecho a voto. Este
movimiento fue el de las sufragistas, y empezaron a conquistar varios éxitos a
partir de 1902, fecha en la que se admitió el derecho a voto femenino en Nueva
Zelanda, y luego en otras naciones de la Tierra. Sin embargo, habría que
esperar hasta la Primer Guerra Mundial para que el movimiento de
emancipación femenina cobrara fuerza verdadera.

El feminismo es el movimiento que las mujeres realizaron a lo largo de la


historia para poder alcanzar la igualdad política, social y económica de los
hombres. Sus principales derechos de igualdad son el control de la propiedad
privada, la igualdad de oportunidades en la educación y en el trabajo, el
derecho al sufragio o voto libre y la libertad sexual.
A pesar de que gran parte de las mujeres del mundo han conseguido
esto, todavía no se ha logrado la total igualdad con los hombres en los ámbitos
político, económico y social.
Los primeros movimientos feministas se dieron a finales del siglo XVIII y
principios del XIX, luego de la Ilustración (época que pugnaba por la igualdad
política) y la Revolución Industrial (que propició grandes cambios políticos y
sociales). En Francia, por ejemplo, las mujeres republicanas luchaban para que
la igualdad, libertad y fraternidad se aplicasen por igual en hombres y mujeres.
Olimpia de Gougues llevó a cabo el primer acto feminista con el nombre
“Declaración de los Derechos de la Mujer y de la Ciudadana” (en contrapartida
a la “Declaración de los derechos del hombre y del ciudadano”). Aunque la
aprobación del código Napoleónico restringía en Europa cualquier posibilidad
reivindicativa en este sentido, ya que estaba basado en la legislación romana.
En Gran Bretaña, la obra “Vindicación de los derechos de la mujer” de
Mary Wollstonecraft reivindicaba el acceso de la mujer a una educación

25
semejante a la de los hombres para desarrollar su propia independencia
económica accediendo a actividades remuneradas y la clave para recuperar la
subordinación femenina.
La Segunda Guerra Mundial significó un gran cambio en la situación
laboral de la mujer, ya que, pasó de hacerse cargo de las labores de su hogar
para contribuir en el sostenimiento de la sociedad durante la guerra, mientras
los hombres luchaban. De este modo, la mujer se convirtió en un elemento
productivo, el cual nunca antes había sido tenido en cuenta.
Luego de la finalización de la guerra, la mujer no regresó a sus
actividades domésticas, sino que siguió trabajando porque, al incorporarse
definitivamente al mundo laboral, llevaba a su casa un sueldo extra. Esta
inesperada inserción femenina favoreció al desarrollo de los países
industrializados y benefició la apertura de algunas carreras las que las mujeres
no podían acceder por su “papel secundario”. Con el fin de la discriminación en
la educación, la mujer podía aspirar a trabajos mejores pagos.
Antes de la inclusión femenina al mundo laboral, la mujer sólo estaba
dotada para la maternidad, la lactancia y tareas similares. Esta situación
duraría hasta que se firmen acuerdos y leyes, y se promuevan acciones que
favorezcan la situación de la mujer. Un importante ejemplo se dio en Roma,
con un tratado llamado “igual salario a igual trabajo” (1951), el cual no dio
buenos resultados, por lo que en los sesenta se instauró el principio de “salario
igual a trabajos de valor comparable”. Otro ejemplo es España, que prohíbe la
discriminación en el ámbito laboral, entre otras cosas, por razón de sexo, con el
“principio general de la no discriminación”.
El aspecto negativo de esta nueva etapa en la vida de la mujer produjo
que su evolución en el mundo laboral se viera interrumpida por los deberes
familiares que debía realizar y su desigual reparto entre sexos, obligándola a
detener su actividad con mayor frecuencia; éstas antes se habían visto
interrumpidas por el nacimiento y cuidado de los hijos, y, en la actualidad, se
agrega el cuidado de los ancianos debido al envejecimiento de la población.
Hasta 1960, la mayoría de las obreras eran solteras y jóvenes. El
número de mujeres trabajadoras aumentaba hasta la edad de 20 años,
mientras que, descendía más tarde por la enseñanza, que provocaría un
aumento de trabajadoras de entre 34 y 35 años.
Esto provocó una aproximación de las tasas de actividad entre mujeres y
hombres jóvenes, debido al aumento de mujeres trabajadoras entre 24 y 25
años.
Las consecuencias de este cambio son gracias a que, luego de la
Segunda Guerra Mundial, la mortalidad infantil descendió y que el cuidado de
los niños mientras las mujeres trabajaban, corrían a cargo de las instituciones
públicas y otros entes.
La situación de las mujeres campesinas era muy diferente al ambiente
de la mujer de ciudad. Las primeras eran abandonadas a su suerte de religión
cultural, aisladas y sometidas a una fuerte presión social que dificultaba su
libertad. Estas mujeres debieron, también, tolerar las transformaciones de la
producción agrícola y fueron obligadas a emigrar a zonas industriales, donde
se sentían inseguras y sufrían graves problemas de adaptación.
Estas mujeres eran sumamente marginadas por estar supeditadas a las
tradiciones patriarcales y por habitar las zonas más abandonadas, por lo que
sufría la explotación de las sociedades industriales. A esto se le sumaba la falta

26
de escuelas y hospitales, lo que resaltaba el bajo nivel de vida que estas
mujeres sufrían.
Dentro de la industria, la participación de la mujer se ha destacado en la
industria textil, alimentación, etc.; también en electricidad y electrónica, pero
siempre realizando trabajos manuales, no mecanizados. Con el desarrollo de la
tecnología, la mujer pudo realizar trabajos técnicos con un grado superior; sin
embargo, hubo un gran número de mujeres subordinadas a otros cargos más
altos ocupados por hombres. Por lo tanto, la discriminación salarial en las
fábricas en las que coexisten mujeres y hombres, se vio realmente acentuada,
principalmente, por las barreras puestas a su promoción, el método de
evaluación de empleo, las interrupciones que sufre en el trabajo (el embarazo,
por ejemplo), el alejamiento de las mujeres del horario nocturno y la falta de
acumulación de horas extras que suponen un aumento en el salario.
Cuando hablamos de los sectores ocupados por la mujer, debemos
mencionar el aumento de mujeres dedicadas a los servicios; pero, también,
cabe señalar que, en esa época, hubo un descenso notable de las mujeres que
trabajaban en el campo y un descenso algo más leve, con respecto a las
mujeres trabajadoras en la industria.
Conviene señalar que el cambio en la situación laboral de la mujer no se
hubiera producido si, luego de la Segunda Guerra Mundial, también se hubiese
producido la gran expansión del sector terciario, el cual fue el gran impulsor del
empleo femenino.
La mayoría de las mujeres ocupadas en este sector tenían estudios
primarios; esto fue aumentando con estudios medios y, algunas veces, con
estudios universitarios. Como consecuencia, se produjo un levísimo aumento
de mujeres en categorías socio-económicas que no tenían en el pasado.
Dentro de las mujeres que ostentan niveles educativos elevados, se
destacan cargos en educación, investigación, cultural y sanidad.
La diversificación del trabajo de la mujer se dio gracias a ciertos factores,
principalmente, la distribución de asalariadas en los distintos sectores y la
adquisición de una mayor cantidad de trabajos cualificados.
En la industria, se destacan las que se dedican a la industria de cuero,
calzado y confección; textil y alimentación, bebida y tabaco, ya que significaron
un notable porcentaje de las activas de este sector. Las cinco ramas que se
destacan en él -que representan más del 80% de la industria- son: comercio,
restaurantes y hostería, educación, sanidad y servicios personales y
domésticos. Las empleadas de este sector se agrupan en personal no
cualificado y los puestos que, generalmente, ocupan son de dependientes y
puestos administrativos.
Un aspecto positivo que cabe resaltar es que, la mejora en educación y
el interés de las trabajadoras para adquirir más conocimiento sobre sus
carreras, hicieron que las mujeres adquieran mayores puestos de
responsabilidad, remuneración y consideración social.
En la actualidad, las mujeres dedicadas al sector terciario, son
cualificadas, por lo que su remuneración es mayor.
Todos estos cambios, tanto demográficos, económicos, familiares,
sociales, ideológicos y educativos, no persiguen otro fin que el conseguir una
sociedad igualitaria en la que no haya ningún tipo de preferencias ni
desigualdades sin tener en cuenta el sexo de las personas y sí sus cualidades.

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Biografías

• Juana Azurduy

Juana Azurduy nació el 12 de julio de 1780 en el


cantón de Toroca en las cercanías de Chuquisaca,
Virreinato del Río de la Plata, Alto Perú, actual Bolivia y
murió en Chuquisaca el 25 de mayo de 1862.
Azurduy y su esposo, Manuel Ascensio Padilla, se
sumaron a la Revolución de Chuquisaca que el 25 de
mayo de 1809 destituyó al presidente de la Real
Audiencia de Charcas.
Ligados con las expediciones enviadas desde
Buenos Aires, al mando primero de Antonio González
Balcarce y luego de Manuel Belgrano, combatieron a los
realistas defendiendo la zona comprendida entre Chuquisaca y las selvas que
mediaban hacia Santa Cruz de la Sierra. Vio morir a sus cuatro hijos y
combatió embarazada de su quinta hija.
Tras la derrota del Ejército del Norte en la batalla de Huaqui el 20 de
junio de 1811, los realistas al mando de José Manuel de Goyeneche
recuperaron el control del Alto Perú y las propiedades de los Padilla junto con
las cosechas y sus ganados fueron confiscadas, siendo apresada Juana
Azurduy y sus hijos, pero Padilla logró rescatarlos refugiándose en las alturas
de Tarabuco.
En 1813 Padilla y Juana Azurduy se pusieron a las órdenes de Belgrano,
nuevo jefe del Ejército del Norte, llegando a reclutar 10.000 milicianos. Durante
la Batalla de Vilcapugio, Padilla y sus milicianos debieron transportar la artillería
sin participar en el combate. Juana Azurduy organizó luego el "Batallón Leales"
que participó en la batalla de Ayohuma el 9 de noviembre de 1813, que
significó el retiro de los ejércitos argentinos del Alto Perú. A partir de ese
momento Padilla y sus milicianos se dedicaron a realizar acciones guerrilleras
contra los realistas.
Azurduy lideró la guerrilla que atacó el cerro de Potosí, tomándolo el 8
de marzo de 1816. Debido a su actuación, tras el triunfo logrado en el combate
de El Villar recibió el rango de teniente coronel por un decreto firmado por Juan
Martín de Pueyrredón, Director Supremo de las Provincias Unidas del Río de la
Plata, el 13 de agosto de 1816. Tras ello, el general Belgrano le hizo entrega
simbólica de su sable.
El cambio de planes militares, que abandonó la ruta altoperuana para
combatir a los realistas afincados en el Perú por vía chilena, disminuyó el
apoyo logístico a la guerrilla comandada por Azurduy, que se replegó hacia el

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sur, uniéndose finalmente a Martín Miguel de Güemes. A la muerte de Güemes
se vio reducida a la pobreza.
En una carta escrita en 1830, cuando vagaba por las selvas del Chaco
argentino:
"A las muy honorables juntas Provinciales: Doña Juana Azurduy,
coronada con el grado de Teniente Coronel por el Supremo Poder
Ejecutivo Nacional, emigrada de las provincias de Charcas, me presento
y digo: Que para concitar la compasión de V. H. y llamar vuestra
atención sobre mi deplorable y lastimera suerte, juzgo inútil recorrer mi
historia en el curso de la Revolución.(...)Sólo el sagrado amor a la patria
me ha hecho soportable la pérdida de un marido sobre cuya tumba
había jurado vengar su muerte y seguir su ejemplo; mas el cielo que
señala ya el término de los tiranos, mediante la invencible espada de
V.E. quiso regresase a mi casa donde he encontrado disipados mis
intereses y agotados todos los medios que pudieran proporcionar mi
subsistencia; en fin rodeada de una numerosa familia y de una tierna hija
que no tiene más patrimonio que mis lágrimas; ellas son las que ahora
me revisten de una gran confianza para presentar a V.E. la funesta
lámina de mis desgracias, para que teniéndolas en consideración se
digne ordenar el goce de la viudedad de mi finado marido el sueldo que
por mi propia graduación puede corresponderme".
Pasó varios años en Salta solicitando al gobierno boliviano, ya independiente,
sus bienes confiscados. El mariscal Antonio José de Sucre le otorgó una
pensión, que le fue quitada en 1857 bajo el gobierno de José María Linares.
Murió indigente el día 25 de mayo de 1862 cuando estaba por cumplir 82 años
y fue enterrada en una fosa común.
Sus restos fueron exhumados 100 años después, para ser guardados en
un mausoleo que se construyó en su homenaje.

29
• Coco Chanel

Nació en el año 1883 en Namur, Avernia. Cuando


murió su madre era muy pequeña, y su padre,
abrumado por la situación, abandonó a la niña en un
orfanato, donde fue educada por las monjas.
A los 17 años abandonó el convento para
convertirse en cantante de cabaret. Allí conoció a
Ettiene Balsan, un rico hombre de mundo de quien
aprendió a moverse en sociedad y con quien arribó a
París para dedicarse a su vocación: el diseño.
Comenzó su carrera en 1909 diseñando sombreros
en París, y un año más tarde logró abrir su tienda Modas Chanel, que hoy en
día sigue funcionando y es el corazón del imperio Chanel.
Coco odiaba los corsés y las estrecheces, tan de moda en su época. Creía
que la elegancia en la ropa significaba libertad al moverse, y ésa fue la premisa
de sus diseños.
El estilo que la consagró: la mujer del siglo XX. Una mujer trabajadora,
independiente y emancipada, que necesitaba ropas más cómodas y sobrias
para ir al trabajo, un vestuario que le hiciera sentirse elegante pero sin dejar de
ser ella misma.
El color negro, que hasta entonces estaba reservado solo para los lutos,
comenzó a verse en la ropa de a diario de las mujeres.
Creó muchos clásicos de la moda: Chanel suit, el vestidito negro, el suéter
con cuello de tortuga, los sacos, las gabardinas y las chaquetas que antes eran
sólo para hombres.
El juego y la combinación de los colores clásicos, como el blanco y el negro,
caracterizaron sus colecciones de ropa.
El coordinado se veía tanto en vestidos de noche como en trajes sastres. Y
otro de sus grandes sellos fue los puños y el cuello blancos.
Gracias al buen gusto que tenía Coco para la mezcla de tonalidades, llegó a
vestir literalmente a la mujer de los pies a la cabeza, dejándonos una gran
herencia clásica en los zapatos de dos tonos con traba y el talón casi desnudo.
Coco cambió radicalmente la apariencia de la mujer y sentó las bases de
la moda moderna, al tiempo que cambiaba la mentalidad femenina: al defender
los trajes de chaqueta y sus masculinos y funcionales pantalones y jerséis de
punto, defendía también una manera de vestir más cómoda y, en definitiva, una
concepción de la mujer más libre.
Durante los años ’30, Chanel introdujo una línea de cosméticos. De esta
manera se solidificó su presencia en el mundo del maquillaje y su reputación
creció como la creadora de un look total.

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Su vida estuvo llena de avatares, amantes y desencuentros. Uno de los
escándalos más sonados de su vida fue su romance con un oficial nazi hecho
que la llevo al exilio de Suiza durante la Segunda Guerra Mundial.
Regresó a París en 1954 y no tuvo problemas para reinaugurar su
actividad con enorme éxito.
Por aquel entonces la francesa presentó al mundo una de sus
colecciones más esperadas: su famoso traje de chaqueta Chanel.
Pocos años después, cualquier mujer de relevancia social tenía uno de
esos diseños en su armario.
Coco Chanel no interrumpió en toda su vida su trabajo creativo. Siguió
innovando hasta dejar una extraordinaria influencia en el mundo de la moda.
Entre sus clientes habituales estaban famosos de los ’50 como Brigitte
Bardot, Marlene Dietrich, Catherine Hepburn, Jackie Kennedy, Elizabeth Taylor,
Grace Nelly, Marilyn Monroe.
Hoy en día Chanel cuenta con boutiques en más de 40 ciudades del
mundo que se han convertido en capitales de moda.
La casa de Chanel continúa trayendo lo mejor de la moda francesa en
cuanto a ropa, fragancias, tratamientos para la piel y maquillaje.
Constantemente sigue definiendo y redefiniendo su estilo, pero conserva
el lujo y elegancia que ya son sinónimos de su legendario nombre.
La Grande Mademoiselle falleció finalmente en 1971, en París, cuando
se encontraba embarcada en la preparación de su nueva colección.
El mundo perdió a una de las grandes, pero su estilo y enseñanzas
forman parte del inconsciente colectivo.

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• Alicia Moreau de Justo

Alicia Moreau nació en Londres el 11 de octubre de


1885. Su padre, Armando Moreau, fue un revolucionario
francés, que buscó refugio en Bélgica y Gran Bretaña.
En 1890, ella y María Denanpont, su madre, emigraron a
la Argentina. Una vez establecido en Buenos Aires, el padre de Alicia se integró
en los grupos socialistas que comenzaban a organizar el movimiento obrero
argentino, a los que Alicia solía acompañarlo.
Realizó sus estudios secundarios en el Colegio Normal Nº 1 donde, recibió
una influencia decisiva de parte de Hipólito Irigoyen.
En 1906, cuando contaba con 21 años, Alicia Moreau fundó el Movimiento
Feminista en Argentina. Durante la celebración del Congreso Internacional del
Libre Pensamiento, la republicana española Belén de Sárraga le sugirió que las
argentinas deberían organizar un movimiento en favor de los derechos políticos
de la mujer. Moreau junto con otras mujeres, como Sara Justo, la Dra. Rawson
Dellepiane, la Dra. Lantieri, fundaron el Centro Feminista de Argentina y el
Comité Pro-Sufragio Femenino.
En 1907 ingresó a la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos
Aires, en una época en que la sociedad veía con rechazo que las mujeres
estudiasen una profesión universitaria. Alicia Moreau perteneció al grupo de
seis mujeres que se inscribieron por primera vez para estudiar medicina en
Argentina. Se graduó de médica en 1913 con diploma de honor.
En 1910 junto a Berta W. de Gerchunoff y su padre Armando Moreau, entre
otros y otras, fundó el Ateneo Popular con el fin de promover la extensión
secundaria y universitaria, funcionando en locales sindicales, socialistas y
mutuales, que se convirtió en uno de los centros de educación popular más
activos de la ciudad. Ese mismo año organizó el Primer Congreso Femenino
Internacional.
En 1914, al iniciarse la Primera Guerra Mundial, Alicia Moreau inició un
amplio movimiento pacifista.
En 1915 obtuvo su diploma universitario con diploma de honor y una tesis
titulada La función endocrina del ovario, convirtiéndose en una de las primeras
médicas de América Latina, especializándose en enfermedades femeninas.
Publica el libro Evolución y Educación y comienza a dar clase como profesora
de Fisiología en la Universidad Nacional de La Plata.
En 1919 Alicia Moreau fue designada por las organizaciones feministas
argentinas como delegada por las mujeres argentinas al Congreso
Internacional de Obreras celebrado en Washington, donde se relacionó con el
movimiento por el sufragio femenino norteamericano. Participó también como

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delegada argentina al Congreso Internacional de Médicas. Como resultado de
este último congreso se fundó la Asociación Internacional de Mujeres Médicas,
resultando Alicia Moreau electa para integrar su Comité Ejecutivo.
En 1920 Alicia Moreau fue una de las fundadoras de la Unión Feminista
Nacional (UFN) con el fin de unificar las distintas organizaciones feministas que
existían en ese entonces. La UFN tenía como objetivo organizar a las mujeres,
a partir de centros en todo el país, para obtener la igualdad de derechos con
los hombres, así como para mejorar las condiciones del trabajo femenino. La
acción política de la UFN resultó decisiva para apoyar la sanción de muchas
importantes leyes de reconocimiento de los derechos de la mujer y de
protección del trabajo femenino. La UFN estaba dirigida por Alicia Moreau,
quien fue elegida presidenta.
Pocas semanas después la UFN establecía una alianza con el Comité pro
Derechos de la Mujer para reclamar activamente el reconocimiento del derecho
a votar de las mujeres y apoyar al Partido Feminista Nacional que impulsaba la
candidatura a diputada nacional de Julieta Lanteri.
En 1921 decide afiliarse al Partido Socialista y al año siguiente se casó con
su fundador, Juan B. Justo, que fallecerá siete años después, y con quien tuvo
tres hijos. Alicia Moreau de Justo alcanzó en esas décadas a integrar el Comité
Ejecutivo del Partido Socialista y se convirtió en la primera mujer argentina en
ocupar un cargo político.
En 1925 las feministas obtuvieron su primer triunfo parlamentario al lograr la
sanción de la Ley 11.317 reglamentando el trabajo de las mujeres y los niños,
en la que se establecía que las mujeres no podrían trabajar más de 8 horas
diarias y 48 horas semanales, prohibición del trabajo nocturno y en tareas
insalubres, prohibición del despido de mujeres embarazadas, licencia para
amamantar y obligación de las empresas de tener guarderías.
En 1926, las feministas obtienen un nuevo y resonante triunfo con la Ley de
Derechos Civiles de la Mujer que aunque no establecía la igualdad plena entre
hombres y mujeres, establecía por primera vez el principio de que las mujeres y
los hombres debían ser equiparados en términos de derechos.

Con la aparición del peronismo a partir de 1943, Alicia Moreau de Justo


manifestó una clara posición opositora, criticando los aspectos no democráticos
del peronismo.
En 1946 escribió su libro La mujer en la democracia.
En 1947 el peronismo sancionó la ley del voto femenino, y en 1949
sancionó una nueva Constitución Nacional que establecía la igualdad plena de
la mujer y el hombre y la responsabilidad compartida frente a la patria potestad.
Alicia Moreau de Justo, a pesar de su oposición al peronismo, se alegró y
apoyó esas decisiones, que concretaban el objetivo por el que había luchado
durante 40 años.
A pesar de su oposición al peronismo, nunca tuvo una actitud despectiva
para con Eva Perón, a quien consideraba que, pese a que era utilizada por el
sistema, "era una mujer muy rebelde (…), cuando se dedicó a aliviar la
situación de los trabajadores, expresaba también ese mismo sentimiento de
rebeldía de las que querían el sufragio”.
En 1947,después de la Segunda Guerra Mundial, Alicia Moreau de Justo
fundó la filial argentina del Acuerdo Mundial por la Paz que agrupaba "a todas

33
las mujeres del mundo que desean luchar contra la guerra, con espíritu de
justicia y solidaridad humanas".
En 1951, las mujeres argentina pudieron votar y ser votadas para cargos
nacionales por primera vez en la historia. Alicia Moreau de Justo integró la lista
de diputados nacionales junto a otras mujeres socialistas. Sin embargo, en el
marco de la persecución del gobierno contra los opositores, Alicia Moreau de
Justo fue detenida y, luego de liberada, y debió esconderse, por lo que no pudo
votar.
Después del golpe militar que derrocó al Presidente Juan Perón en 1955,
Alicia Moreau de Justo fue designada por el Partido Socialista como una de los
cuatro miembros que le correspondían en la Junta Consultiva Nacional creada
por el gobierno militar. Fue el único cargo público que desempeñó en su vida,
pero personalmente no estaba de acuerdo, debido a su posición anti-militarista.
El Partido Socialista se dividió internamente en dos grupos: un ala
conservadora que apoyaba al gobierno militar y otra ala más popular, que
sospechaba de los militares en el gobierno y pretendían establecer buenas
relaciones con un peronismo democratizado. Este último grupo tenía como
cabezas más visibles a Alfredo Palacios y Alicia Moreau de Justo.
En 1956 fue nombrada directora de La Vanguardia, el importante periódico
del Partido Socialista.
En 1958 las diferencias entre ambos grupos era de tal magnitud que
produjo la ruptura del Partido Socialista en el 44º Congreso. Se formaron
entonces dos partidos: el Partido Socialista Argentino y el Partido Socialista
Democrático. Alicia Moreau de Justo, integró el PSA. Continuó como directora
de La Vanguardia hasta 1960, adoptando entre otras posturas la necesidad
urgente de la reforma agraria y el apoyo a la Revolución Cubana. Debido a la
oposición interna dentro del PSA, decidió renunciar a la dirección del periódico
en 1960.
En 1972, cuando el Partido Socialista Argentino se fusionó con otros grupos
socialistas para conformar el Partido Socialista Popular, Alicia Moreau de Justo
se alejó del mismo, discrepando con su cercanía al peronismo, para formar la
Confederación Socialista Argentina.
En 1975 fue una de las fundadoras de la Asamblea Permanente por los
Derechos Humanos (APDH). La APDH desempeñó un importante papel de
resistencia al terrorismo de estado durante la dictadura militar que gobernó
entre 1976 y 1983. En esos años Alicia Moreau de Justo acompañaba a las
Madres de Plaza de Mayo en sus famosas rondas frente a la casa de gobierno,
presentaba peticiones de libertad a la junta militar y a los jueces.
En 1979, cuando la actividad política estaba prohibida, participó junto a
dirigentes de la Confederación Socialista Argentina y el Partido Socialista
Popular, un acto en el tradicional salón de la mutual socialista Unione y
Benevolenza.
En 1981, aún en la clandestinidad, impulsó la reunificación del Partido
Socialista mediante la creación de la Unidad Socialista en alianza con el
Partido Socialista Popular y el Partido Socialista del Chaco, siendo elegida
presidenta.
En 1982 fue una de los pocos dirigentes políticos que se opuso frontalmente
a la Guerra de las Malvinas.
En 1985 cumplió 100 años y fue el centro de un homenaje en Unione e
Benevolenza, en el que participó todo el espectro político y social de la

34
Argentina, y durante el cual dio su último discurso público, especialmente
dirigido a los jóvenes y a las mujeres.
Falleció a los 101 años el 12 de mayo de 1986.

La Ciudad de Buenos Aires ha homenajeado a Alicia Moreau de Justo


poniéndole su nombre a una de las avenidas más importantes de la ciudad. Y
la designó Ciudadana ilustre de la Ciudad de Buenos Aires
A partir de 1987 la Fundación Alicia Moreau de Justo ha establecido el
Premio Alicia Moreau de Justo para la Mujer del Año, que se ha transformado
en uno de los más prestigiosos del país.

• Madre Teresa de Calcuta

Nació el 26 de agosto de 1910 en Skopje. Era


la menor de los hijos de Nikola y Drane Bojahhiu;
recibió en el bautismo el nombre de Gonxa Agnes,
hizo su Primera Comunión a la edad de 5 años y
medio y recibió la Confirmación en noviembre de
1916. Desde aquel día llevaba en su interior el
amor por las almas. En su formación religiosa fue
asistida por la Parroquia Jesuita del Sagrado
Corazón.
Cuando tenía 18 años, animada por el deseo de hacerse misionera,
Gonxha, dejó su casa para ingresar en el Instituto de Hermana María Teresa.
Luego inició su viaje hacia India, llegando a Calcuta en 1929.
En 1937, la Hermana Teresa hizo su profesión perpetua convirtiéndose
entonces en “esposa de Jesús” para “toda la eternidad”. Desde ese momento
se la llamó Madre Teresa.
Se convirtió en directora del centro de St. Mary en 1944. Al ser una
persona de profunda oración y de arraigado amor por sus hermanas religiosas
y por sus estudiantes, los veinte años que Madre Teresa transcurrió en Loreto
estuvieron impregnados de profunda alegría. Caracterizada por su caridad,
altruismo y coraje, por su capacidad para el trabajo duro y por un talento
natural de organizadora, vivió su consagración a Jesús entre sus compañeras
con fidelidad y alegría.
En 1946 Madre Teresa recibió su inspiración, su “llamada dentro de la
llamada”. La sed de amor y de almas se apoderó de su corazón y el deseo de
saciar la sed de Jesús se convirtió en la fuerza motriz de su vida. Durante las
sucesivas semanas y meses, Jesús le reveló el deseo de su corazón de
encontrar “víctimas de amor” que “irradiasen a las almas su amor”. Le reveló su
dolor por el olvido de los pobres, su pena por la ignorancia que tenían de Él y el
deseo de ser amado por ellos. Le pidió a Madre Teresa que fundase una
congregación religiosa, Misioneras de la Caridad, dedicadas al servicio de los
más pobres entre los pobres. En 1948 se vistió por primera vez con el sari
blanco orlado de azul y atravesó las puertas de su amado convento de Loreto
para entrar en el mundo de los pobres.
Madre Teresa volvió a Calcuta donde encontró alojamiento temporal con
las Hermanitas de los Pobres. Después de algunos meses comenzaron a
unirse a ella, una a una, sus antiguas alumnas.

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El 7 de octubre de 1950 fue establecida oficialmente la nueva
congregación de las Misioneras de la Caridad. El Decreto de Alabanza,
concedido por el Papa Pablo VI a la Congregación en 1965, animó a Madre
Teresa a abrir una casa en Venezuela. Ésta fue seguida rápidamente por las
fundaciones de Roma, y, sucesivamente, en todos los continentes.
Madre Teresa fundó los Hermanos Misioneros de la Caridad en 1963, en
1976 la rama contemplativa de las Hermanas, en 1979 los Hermanos
Contemplativos y en 1984 los Padres Misioneros de la Caridad. Colaboradores
de Madre Teresa y los Colaboradores Enfermos y Sufrientes, personas de
distintas creencias y nacionalidades con los cuales compartió su espíritu de
oración, sencillez, sacrificio y su apostolado basado en humildes obras de
amor.
Numerosos premios, comenzando por el Premio Indio Padmashri en
1962 y de modo mucho más notorio el Premio Nóbel de la Paz en 1979,
hicieron honra a su obra.
Durante los últimos años de su vida, a pesar de los cada vez más
graves problemas de salud, Madre Teresa continuó dirigiendo su Instituto y
respondiendo a las necesidades de los pobres y el de la Iglesia.
Después de encontrarse por última vez con el Papa Juan Pablo II, volvió
a Calcuta donde transcurrió las últimas semanas de su vida recibiendo a las
personas que acudían a visitarla e instruyendo a sus Hermanas. El 5 de
septiembre, la vida terrena de Madre Teresa llegó a su fin. El Gobierno de India
le concedió el honor de celebrar un funeral de estado y su cuerpo fue enterrado
en la Casa Madre de las Misioneras de la Caridad. Su tumba se convirtió
rápidamente en un lugar de peregrinación y oración de fe y de extracción social
diversa.

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• Marilyn Monroe

Norma Jean Mortensen nació el 1 de junio de


1926 en Los Ángeles, CA. Su madre, Gladis
Monroe, quien poseía modestos recursos
financieros y sufría de problemas mentales, la envió
a vivir con una familia adoptiva. Pero en 1935 y
durante todo ese año, fue a vivir a un orfanato. En
1942, con tan solo 16 años, se casó con Jimmy
Doughter, un joven de 21 años que había conocido
mientras trabajaba en una planta de aeronaves.
Pero se divorciaron en junio de 1946.
En 1944 fue fotografiada mientras trabajaba por un periodista que realizaba
un artículo sobre la contribución de las mujeres a la economía durante la
guerra. Éste pidió su autorización para tomarle fotos, y sin darse cuenta ella
comenzó su carrera de modelo. En 1945, su belleza se hizo inmensamente
popular, apareciendo en la tapa de 33 de las más famosas revistas de la
época.
En 1946 firmó contrato con 20th Century-Fox. Poco tiempo después ella ya
se hacía llamar Marilyn Monroe, tomando el apellido de su madre y el nombre
de la conocida actriz Marilyn Millar. Su primera aparición en el cine fue
pequeña, en el año 1947. Siguió tomando roles intrascendentes hasta 1950,
cuando el thriller de John Huston le abrió las puertas a un pequeño pero
importante papel.
En 1954 Marilyn decidió embarcarse en un segundo casamiento con Joe
DiMaggio. Pero 9 meses después se divorciaron.
Luego de aparecer como un rostro bonito de Hollywood, Marilyn
comenzó a prepararse para dejar su imagen de rubia despampanante y
dedicarse a la actuación de alto nivel.
En 1956 contrajo matrimonio con el dramaturgo Arthur Millar. Pero
también se divorciaron en el año 1961.
En 1962 fue aclamada como la estrella más popular del mundo con la
entrega del Globo de Oro, reafirmando su fama y reconocimiento internacional.
El 4 de agosto de ese mismo año, con apenas 36 años, falleció mientras
dormía en su casa de California.
Su popularidad la transformó en un mito y leyenda de inmensa
admiración. El nombre e imagen de Marilyn son símbolos de belleza y glamour.

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• Eva Perón

Según el acta Nº 728 del Registro Civil de Junín, allí


nació el 7 de mayo de 1922 María Eva Duarte. Sin
embargo existe unanimidad en los investigadores para
sostener que esa acta es falsa y que fue realizada a
instancias de la propia Eva Perón en 1945, cuando
estuvo en Junín para contraer matrimonio con el
entonces coronel Juan D. Perón.
En 1970 comprobaron que la partida de nacimiento
de Evita había sido falsificada. Fue necesario
establecer la fecha y el lugar en los que efectivamente
nació. Para ello el documento más importante fue el acta de bautismo de Eva.
Hoy se acepta de modo prácticamente unánime que Evita realmente nació
tres años antes, el 7 de mayo de 1919, con el nombre de Eva María Ibarguren.
Sobre el lugar de nacimiento las posibilidades que manejan los historiadores
son dos:
Nacimiento en el campo La Unión frente a los toldos de Coliqueo. El
campo era propiedad de Juan Duarte y allí vivió la familia de Eva al menos
desde 1908 hasta 1926.
Nacimiento en la ciudad de Junín. Otros historiadores sostienen esta
hipótesis, apoyada en los testimonios de testigos. Según ellos, Evita habría
nacido en Junín debido a que, por problemas con el embarazo, su madre debió
trasladarse a la ciudad de Junín para recibir mejor atención.
Eva fue hija de Juan Duarte y Juana Ibarguren, anotada como Eva María
Ibarguren (partida modificada durante el gobierno de Edelmiro Farrel y antes de
contraer matrimonio con Juan Perón, modificando su apellido por Duarte y sus
dos nombres invertidos en el orden).
Juan Duarte, el padre de Eva, mantenía dos familias, una legítima en
Chivilcoy con su esposa legal Estela Grisolía y otra ilegítima, en Los Toldos,
con Juana Ibarguren, con la que tuvo 5 hijos a los que nunca reconoció.
Eva viviría en el campo hasta 1926, fecha en la que el padre falleció y la
familia quedó desprotegida completamente, debiendo abandonar la estancia en
la que vivían. Estas circunstancias de su niñez, en las condiciones de
discriminación de los primeros años del siglo XX, marcaron profundamente a
Eva.
En aquella época la ley argentina establecía una serie de calificaciones
infames para las personas si sus padres no habían contraído matrimonio legal,

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genéricamente llamados hijos ilegítimos. Una de esas calificaciones era la de
hijo adulterino, circunstancia que se hacía constar en la partida de nacimiento
de los niños. Ese era el caso de Evita, quien en 1945 logró que se destruyera
su partida de nacimiento original para eliminar esa tacha infamante. Una vez en
el gobierno, el peronismo en general y Evita en particular, impulsarían leyes
antidiscriminatorias para igualar a las mujeres con los varones y a los niños
entre sí, sin importar la naturaleza de las relaciones entre sus padres,
proyectos que fueron muy resistidos por la oposición, la Iglesia y las Fuerzas
Armadas. Finalmente en 1954, dos años después de su muerte, el peronismo
logró sancionar una ley eliminando las discriminaciones más infamantes,
aunque manteniendo la diferencia entre hijos legítimos e ilegítimos. El propio
Perón, con quien se casaría, había sido registrado como hijo ilegítimo.
Muerto Juan Duarte, la familia de Eva quedó completamente
desprotegida y Juana Ibarguren debió trasladarse con sus hijos a Los Toldos,
habitando la pequeña casa de dos ambientes donde comenzó a trabajar como
costurera para mantener a sus hijos. Al año siguiente Eva ingresó a la escuela
primaria, la que cursó con dificultades, debiendo repetir el segundo grado en
1929, cuando contaba con 10 años. Por su cara aindiada Eva recibiría el
sobrenombre de Chola, por el que la llamaban entonces casi todos, al igual que
Negrita, que mantendría toda su vida.
En 1930 Juana, su madre, decidió mudar a la familia a la ciudad de
Junín. Evita tenía por entonces 11 años. Allí la familia Duarte comenzó a
prosperar sobre la base del trabajo de Juana y algunos de sus hijos. Evita
ingresó en tercer grado, en la escuela Nº 1 Catalina Larralt de Estrugamou de
la que egresaría con su educación primaria completa en 1934, cuando contaba
15 años.
En Junín afloró la vocación artística de Eva. En la escuela, donde tenía
grandes dificultades para seguir los programas escolares, se destacaba
abiertamente por la pasión que mostraba por la declamación, la actuación y la
participación en cuanto espectáculo se organizase en la escuela, en el Colegio
Nacional, en el cine del pueblo o en las audiciones radiales.
Su amiga y compañera recuerda:
“A Eva le gustaba recitar. En aquel entonces, don Primo Arini
tenía una casa de música y, como no había radio en el pueblo, colocaba
un parlante en la puerta frente a su negocio. Una vez por semana
invitaba a desfilar a los valores locales para animar el programa "La hora
selecta". Eva recitaba poemas.“

Allí fue donde participó por primera vez en una obra de teatro. También
actuaría en otra obrita teatral, con el fin de recaudar fondos para una biblioteca
escolar. En Junín Eva utilizó por primera vez un micrófono y escuchó su voz
saliendo de altoparlantes.
En esta época Eva muestra también sus condiciones para el liderazgo.
El 3 de julio de 1933, día de la muerte del ex presidente Hipólito Yrigoyen,
derrocado tres años antes por un golpe de Estado, Eva fue a la escuela con un
moño negro sobre el guardapolvo.
Ya por entonces Eva soñaba con ser actriz y migrar a Buenos Aires.
En 1934, Evita, aún sin terminar la escuela primaria, viajó a Buenos
Aires pero debió volver al no conseguir trabajo. Terminó entonces la primaria, y

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el 2 de enero de 1935, con tan solo 15 años, migró definitivamente a Buenos
Aires.

Eva Duarte era una adolescente cuando llegó a Buenos Aires el 3 de


enero de 1935 con quince años. Ella fue parte de un gran proceso migratorio
interno que comenzó luego de la crisis económica de 1929. Esta gran
migración, en la historia argentina, tuvo como protagonistas a los llamados
cabecitas negras, un término despectivo y racista utilizado por las clases media
y alta de Buenos Aires para referirse a esos emigrantes no europeos,
diferentes de los que habían caracterizado la inmigración en Argentina hasta
ese entonces. La gran migración interna de los años '30 y '40 y los llamados
cabecitas negras fueron la base social del peronismo a partir de 1943.
A poco de llegar Eva Duarte obtuvo un empleo para actuar en un papel
secundario en la compañía teatral de Eva Franco, una de las principales de la
época. El 28 de marzo de 1935 debutó profesionalmente en la obra La Señora
de los Pérez, en el Teatro Comedias.
Durante los siguientes años Eva transitará un camino de escaseces y
humillaciones, viviendo en pensiones baratas, y actuando intermitentemente
para las compañías de teatro. Su compañía principal en Buenos Aires fue su
hermano Juan Duarte, Juancito.
En 1936 fue contratada por la Compañía Argentina de Comedias
Cómicas liderada por Pepita Muñoz, José Franco y Eloy Álvarez para realizar
una gira de cuatro meses por Rosario, Mendoza y Córdoba.
En estos primeros años de sacrificios Eva estableció una estrecha
amistad con otras dos por entonces oscuras actrices como ella, Anita Jordán y
Josefina Bustamante, que mantuvo por el resto de su vida. Eva es recordada
por la gente que la conoció entonces como una jovencita morocha, muy flaca y
débil, que tenía el sueño de convertirse en una actriz importante, con una gran
alegría, fuerza y sentido de la amistad y la justicia.
Lentamente Eva fue logrando un cierto reconocimiento, participando
primero en películas como actriz de segunda línea, también como modelo,
apareciendo en la tapa de algunas revistas de espectáculos, pero sobre todo
comenzó una carrera exitosa como locutora y actriz de radioteatros.
A fines de 1938, con 19 años, Eva logró encabezar el elenco de la recién
creada Compañía de Teatro del Aire junto a Pascual Pelliciotta, otro actor que
como ella había trabajado durante años en papeles secundarios.
Simultáneamente comenzó a actuar más asiduamente en películas
como El más infeliz del pueblo, La carga de los valientes y Una novia en apuros
en 1941.
En 1942 dio el salto definitivo a la estabilidad económica al ser
contratada por la Compañía Candilejas. Ese mismo año Eva fue contratada por
cinco años para realizar diariamente por la noche, un radioteatro llamado
Grandes Mujeres de todos los tiempos, en el que se dramatizaban las vidas de
mujeres famosas. Se transmitió por Radio Belgrano y se hizo sumamente
popular.
Entre el radioteatro y las películas Eva finalmente logró una situación
económica estable y cómoda. De este modo, en 1942 pudo abandonar las
pensiones y comprarse su propio departamento, frente a los estudios de Radio

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Belgrano, ubicado en el exclusivo barrio de Recoleta, el mismo donde tres años
después comenzaría a vivir con Juan D. Perón.
El 3 de agosto de 1943 Eva comenzó también a actuar sindicalmente y
fue una de las fundadoras de la Asociación Radial Argentina (ARA), primer
sindicato de los trabajadores de la radio.
En los primeros días de 1944 Eva conoció a Juan Perón. En esa época
la Argentina atravesaba un momento crucial de transformaciones económicas,
sociales y políticas
Eva, con 24 años, conoció a Perón, viudo desde 1938, el 22 de enero de
1944 en un acto realizado en el estadio Luna Park por la Secretaría de Trabajo
y Previsión con el fin de condecorar a las actrices que más fondos habían
recaudado en la colecta de solidaridad con las víctimas del terremoto que asoló
la ciudad de San Juan.
En febrero Perón y Eva ya estaban viviendo juntos en el departamento
de esta última.
Eva siguió desarrollando su carrera artística. Por entonces trabajaba en
tres programas radiales diarios: Hacia un futuro mejor, donde difundía las
conquistas sociales y laborales que conseguía la Secretaría de Trabajo, el
radioteatro Tempestad y Reina de reyes. También actuó en dos películas, La
cabalgata del circo y La pródiga.
Ese año resultó elegida presidenta de su sindicato, la Asociación Radial
Argentina.

El 8 de octubre a la noche se produjo un golpe de Estado dirigido por el


general Eduardo Avalos que exigió de inmediato y obtuvo la renuncia de Perón
al día siguiente. Durante una semana los grupos antiperonistas tuvieron el
control del país pero no se decidieron a tomar el poder. Perón y Eva
permanecieron juntos, circulando por diversas casas. El 13 de octubre Perón
fue detenido en el departamento de la calle Posadas y confinado en la
cañonera Independencia que zarpó hacia la Isla Martín García.
A partir del día 15 de octubre los sindicatos comenzaron a movilizarse
para exigir la libertad de Perón, hasta desencadenar la gran manifestación del
17 de octubre que finalizó con su liberación. Esto provocó la recuperación de
las posiciones en el gobierno que tenía la alianza militar-sindical y abrió el
camino para la victoria en las elecciones presidenciales.
La actividad de Eva el 17 de octubre de 1945 es muy discutida entre los
historiadores. La versión tradicional le asignó un papel decisivo en la
movilización de los trabajadores que ocuparon Plaza de Mayo. Sin embargo se
encuentra probado que su papel en esas jornadas fue muy limitado si es que
jugó alguno. En ese momento, Eva Duarte aún carecía de identidad política, de
contactos en los sindicatos y de apoyo firme en el círculo íntimo de Perón.
Como Perón había dicho en sus cartas, pocos días después, el 22 de
octubre se casó con Eva en Junín.
Eva comenzó abiertamente su carrera política acompañando a Perón,
como su esposa, en la campaña electoral con vistas a las elecciones
presidenciales del 24 de febrero de 1946.
La participación de Eva en la campaña de Perón fue una novedad en la
historia política argentina. En aquel momento las mujeres carecían de derechos
políticos y las esposas de los candidatos tenían una presencia pública muy

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restringida. Desde principio de siglo grupos de feministas habían reclamado sin
éxito el reconocimiento de los derechos políticos para las mujeres.
Eva fue la primera esposa de un candidato presidencial argentino en
estar presente durante su campaña electoral y acompañarlo en sus giras.
Perón venía proponiendo desde 1943 que había que reconocer el derecho al
voto de las mujeres pero en 1945 la Asamblea Nacional de Mujeres se opuso
por considerar que era una maniobra electoral y el proyecto finalmente no logró
imponerse.
El 8 de febrero de 1946, el Centro Universitario Argentino, la Cruzada de
la Mujer Argentina y la Secretaría General Estudiantil organizaron un acto en el
estadio Luna Park para manifestar el apoyo de las mujeres a la candidatura de
Perón. Debido a que Perón no pudo asistir, se anunció que María Eva Duarte
de Perón lo reemplazaría en el uso de la palabra. Era la primera vez que Evita
hablaría en un acto político. Sin embargo la oportunidad resultó frustrada
porque el público reclamó airadamente la presencia de Perón e impidió que
pudiera pronunciar su discurso.
El 24 de febrero de 1946 se realizaron las elecciones triunfando la
fórmula Perón-Quijano con un 54% de los votos.
El 27 de febrero de 1946, tres días después de las elecciones, Evita pronunció
su primer discurso político en un acto organizado para agradecer a las mujeres
su apoyo a la candidatura de Perón. En esa oportunidad Evita exigió la
igualdad de derechos para hombres y mujeres y en particular el sufragio
femenino.
El proyecto de ley fue presentado inmediatamente después de asumido
el nuevo gobierno constitucional, el 1 de mayo de 1946. Evita presionó
constantemente a los parlamentarios para que lo aprobaran, causando incluso
protestas de estos últimos por su intromisión.
El Senado recién dio media sanción al proyecto el 21 de agosto de 1946,
y hubo que esperar más de un año para que la Cámara de Diputados
sancionara el 9 de septiembre de 1947 la Ley 13.010, estableciendo la igualdad
de derechos políticos entre hombres y mujeres y el sufragio universal en la
Argentina. Finalmente, la Ley 13.010 se aprobó por unanimidad.
En 1949 Eva Perón buscó incrementar la influencia política de las
mujeres fundando el Partido Peronista Femenino (PPF).
Las afiliadas al Partido Peronista Femenino participaban a través de dos tipos
de unidades básicas:
Unidades básicas sindicales, si eran trabajadoras asalariadas
Unidades básicas ordinarias, si eran amas de casa, empleadas
domésticas, trabajadoras rurales.

En el Partido Peronista Femenino no había distinciones ni jerarquías


entre los miembros.
La igualdad política de hombres y mujeres, se complementó con la
igualdad jurídica de los cónyuges y la patria potestad compartida que garantizó
el artículo 37 de la Constitución de 1949. El texto fue directamente escrito por
Eva Perón. El golpe militar de 1955 derogó la Constitución, y con ella la
garantía de igualdad jurídica entre el hombre y la mujer en el matrimonio y
frente a la patria potestad, reapareciendo la prioridad del hombre sobre la
mujer. La mujer argentina permaneció discriminada legalmente hasta que se

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sancionó la ley de patria potestad compartida en 1985, durante el gobierno de
Alfonsín.
Eva Perón estableció una fuerte relación, estrecha y a la vez compleja,
con los trabajadores y los sindicatos en particular, que la caracterizó.
En 1947 Perón disolvió los dos partidos que lo sostenían, el Partido Laborista y
la Unión Cívica Radical, para crear el Partido Peronista. De ese modo los
sindicatos perdieron autonomía dentro del peronismo. En este esquema de
poderes heterogéneos y muchas veces en conflicto que confluían en el
peronismo, entendido como un movimiento abarcador de múltiples clases y
sectores, Eva Perón ocupó un papel de vínculo directo y privilegiado entre
Perón y los sindicatos, que les permitió a estos últimos consolidar una posición
de poder, aunque compartido.
Por esta razón fue el movimiento sindical el que impulsó la candidatura
de Eva Perón a vicepresidenta, en 1951, candidatura muy resistida, incluso
dentro del Partido Peronista.
Evita tenía una visión sumamente combativa de los derechos sociales y
laborales y pensaba que la oligarquía y el imperialismo actuarían incluso
violentamente para anularlos. Consecuentemente Eva impulsó junto a los
dirigentes sindicales la formación de milicias obreras y, poco antes de morir,
compró armas que entregó a la CGT.
La estrecha relación entre Evita y el sindicalismo quedó evidenciada a la
muerte de aquella, cuando su cadáver embalsamado fue llevado de manera
permanente a la CGT.
La ubicación de Eva Perón en el gobierno peronista estaba
obstaculizada por la prohibición legal que existía para que las mujeres pudieran
actuar en política. Perón, Evita y otros dirigentes peronistas pensaron entonces
en una gira internacional para 1947, inédita en aquel momento para una mujer,
que pudiera ubicarla en el primer plano político.
La gira se extendió durante 64 días, partiendo el 6 de junio y regresando
el 23 de agosto de 1947. Durante la misma visitó España, Italia y el Vaticano,
Portugal, Francia, Suiza, Brasil y Uruguay. Su intención oficial era oficiar de
embajadora de buena voluntad y conocer los sistemas de ayuda social
instalados en Europa con la obvia intención impulsarla a su regreso a hacerse
cargo de un nuevo sistema de obras sociales.
La actividad por la cual Evita se destacó durante el gobierno peronista
fue la ayuda social orientada a atender la pobreza y otras situaciones sociales
de desamparo. En la Argentina esa actividad estaba en manos de la Sociedad
de Beneficencia, una antigua asociación casi-estatal creada por Bernardino
Rivadavia a principios del siglo XIX. A partir de 1943, la Sociedad de
Beneficencia comenzó a ser reorganizada y el 6 de septiembre de 1946 fue
intervenida. A partir de entonces, el peronismo debió asumir la tarea de
modernizar la asistencia y la ayuda social. Parte de esa tarea fue desarrollada
a través del exitoso plan de salud pública que llevó adelante el Ministro de
Salud Ramón Carrillo; parte fue desarrollada a partir de las nuevas instituciones
de previsión social como la generalización de las jubilaciones y pensiones; y
parte fue desarrollada por Eva Perón desde la Fundación Eva Perón.
Inmediatamente después de regresar de su gira europea Evita organizó una
Cruzada de Ayuda Social María Eva Duarte de Perón orientaba a atender
ancianos y mujeres desamparadas, mediante subsidios y hogares temporarios.
El 8 de julio de 1948 se creó la Fundación Eva Perón presidida por Evita, que

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desarrolló una gigantesca tarea social que llegó prácticamente a todos los
niños, ancianos, madres solteras, y mujeres que eran único sustento de familia,
pertenecientes a los estratos más carenciados de la población.
La Fundación realizó un amplio espectro de actividades sociales, desde
la construcción de hospitales, asilos, escuelas, colonias de vacaciones, hasta el
otorgamiento de becas para estudiantes, ayudas para la vivienda y promoción
de la mujer en diversas facetas.
La Fundación realizó también ayudas solidarias para diversos países
como Estados Unidos e Israel.
La preocupación especial de Eva Perón por los ancianos la llevó a
redactar y proclamar el 28 de agosto de 1948 el llamado Decálogo de la
Ancianidad, una serie de derechos de los ancianos que al año siguiente fueron
incorporados a la Constitución en 1949. Los 10 Derechos de la Ancianidad
eran: asistencia, vivienda, alimentación, vestido, cuidado de la salud física,
cuidado de la salud moral, esparcimiento, trabajo, tranquilidad y respeto. En
1956 la Constitución de 1949 fue derogada por una proclama militar y los
derechos de la ancianidad nunca más volvieron a tener jerarquía constitucional.
La Fundación Eva Perón funcionaba en un gran edificio especialmente
construido a una cuadra de la CGT. Cuando se produjo el golpe militar de 1955
que derrocó al Presidente Perón, la Fundación fue asaltada y el edificio fue
entregado a la Universidad de Buenos Aires. Actualmente allí funciona la
Facultad de Ingeniería.
En las elecciones generales de 1951 fue la primera vez que las mujeres
pudieron presentarse como candidatas. El movimiento obrero comprendió
rápidamente que la candidatura de Evita al cargo de Vicepresidenta de la
Nación, acompañando a Perón, significaba un fortalecimiento notable del sector
sindical en el gobierno peronista. La audaz jugada desató una aguda lucha
interna en el peronismo e intensas gestiones de los grupos de poder.
Simultáneamente a este proceso Evita desarrolló un cáncer de útero que
acabaría con su vida en menos de un año.
En ese contexto el 22 de agosto de 1951 se produjo el Cabildo Abierto
del Justicialismo convocado por la CGT. La reunión convocó a cientos de miles
de trabajadores y trabajadoras. En su transcurso los sindicatos le pidieron a
Evita que aceptara la candidatura a Vicepresidente.
A medida que las palabras de Perón y Evita ponían de manifiesto las
fuertes resistencias que despertaba su candidatura, la multitud empezó a
exigirle a Evita que la aceptara allí mismo.
Eva Perón parecía vacilar y pidió cuatro días para pensar. La multitud
gritó reiteradamente "No" y propuso una huelga general. Evita volvió a insistir
varias veces, incluso llorando. Finalmente volvió a pedir dos horas, diciendo:
“Yo siempre haré lo que diga el Pueblo.”
En 1951 fue la primera vez que las mujeres votaron en las elecciones
nacionales en Argentina. A tal efecto Evita recibió la Libreta Cívica Nº
00.000.001.
Por supuesto que la deteriorada salud de Eva Perón resultó a la postre
un factor determinante del fracaso de su candidatura a vicepresidenta. Sin
embargo ello no impidió que la propuesta de la CGT pusiera en evidencia las
luchas internas al peronismo y en la sociedad, ante la eventualidad de que una
mujer apoyada por los sindicatos pudiera ser elegida vicepresidenta y
eventualmente incluso presidenta de la Nación.

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En las elecciones que se llevaron a cabo el 11 de noviembre de 1951
Evita había sido operada seis días antes y debió votar en su cama del hospital.
Eva Perón enfermó de un cáncer de útero. Su primera manifestación sucedió el
9 de enero de 1950 cuando sufrió un desmayo en el acto de fundación del
Sindicato de Taxistas.
A comienzos de 1951 vuelve a desmayarse en la Fundación Eva Perón,
razón por la cual trasladó su oficina a la residencia presidencial...
El 15 de octubre publicó su libro "La razón de mi vida", escrito con la ayuda del
periodista español Manuel Penella entre otros, con una primera edición de
300.000 ejemplares. Luego de su muerte se convertiría en libro de lectura en
las escuelas.
El avance del cáncer la volvía cada vez más débil y la obligaba a
guardar reposo. Pese a ello participaba en los actos públicos.
El 5 de noviembre de 1951 fue intervenida quirúrgicamente por el
famoso médico oncólogo norteamericano, George Pack, en el Hospital de
Avellaneda, construido por la propia Fundación Eva Perón. Seis días después
votó allí, en su cama, en las elecciones generales que consagraron la
reelección de Perón. Actualmente esa sala ha sido convertida en Museo.
Por esa época Eva Perón empezó a dictar su último libro, conocido como Mi
Mensaje, dictado al dirigente sindical de los docentes, Juan Jiménez
Domínguez, y finalizado pocos días antes de morir. Se trata del texto más
encendido y emocional de Evita, uno de cuyos fragmentos fue leído luego de
su muerte, el 17 de octubre de 1952, en el acto de Plaza de Mayo, y que luego
se extravió, para ser hallado en 1987.
El 18 de julio de 1952 entró en coma por primera vez. Recibió
tratamiento de rayos en varias ocasiones. Murió a la edad de 33 años, el 26 de
julio de 1952, a las 20:25.
A las 21 y 36 el locutor J. Furnot leyó por la cadena de radiodifusión:
"Cumple la Secretaría de Informaciones de la Presidencia de la Nación el
penosísimo deber de informar al pueblo de la República que a las 20.25 horas
ha fallecido la Señora Eva Perón, Jefa Espiritual de la Nación. Los restos de la
Señora Eva Perón serán conducidos mañana, al Ministerio de Trabajo y
Previsión, donde se instalará la capilla ardiente...".
Tras su muerte la CGT declaró tres días de paro y el gobierno estableció
un duelo nacional de 30 días. Su cuerpo fue velado en la Secretaría de Trabajo
y Previsión hasta el 9 de agosto que fue llevado al Congreso de la Nación para
recibir honores oficiales, y luego a la CGT. La procesión fue seguida por más
de dos millones de personas y su paso por las calles recibió una lluvia de
claveles, orquídeas, crisantemos, alhelíes y rosas arrojados desde los balcones
cercanos.
Su cuerpo fue embalsamado y mantenido en exposición en la CGT.
Mientras tanto, el gobierno empezó las obras del Monumento al Descamisado,
que se había proyectado en base a una idea de Evita y que, según un nuevo
plan, sería su tumba definitiva. Cuando la Revolución Libertadora derrocó a
Perón el 23 de septiembre de 1955, el cadáver fue secuestrado y hecho
desaparecer durante 14 años.
Durante la dictadura militar llamada Revolución Libertadora (1955-1958)
que derrocó al presidente Juan Perón, un comando al mando del teniente
coronel Carlos de Moori Koenig secuestró el cuerpo de Evita, el 22 de
noviembre de 1955 por la noche, que se encontraba en la CGT. La orden la

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había dado el dictador al mando del país en ese momento, General Pedro
Eugenio Aramburu. Moori Koenig puso el cadáver dentro de una camioneta y lo
mantuvo en su interior durante varios meses, estacionándola en distintas calles
de Buenos Aires, en depósitos militares, o incluso en la casa de un militar. Una
noche incluso, los militares llegaron a matar a una mujer embarazada
confundiéndola con un comando peronista que pretendía recuperar el cadáver.
Moori Koenig instaló el féretro de pie con el cadáver en su oficina. Una de las
personas que vio en esas circunstancias el cadáver de Evita fue la cineasta
María Luisa Bemberg.
El dictador Pedro Eugenio Aramburu destituyó a Moori Koenig y le
encomendó al coronel Héctor Cabanillas, sepultarlo clandestinamente. La
llamada Operación Traslado fue diseñada por el entonces teniente coronel y
luego dictador también Alejandro Agustín Lanusse, con la ayuda del sacerdote
Francisco Rotger, a cargo de quien recayó la responsabilidad de obtener la
complicidad de la Iglesia a través del superior general de la orden de los
paulinos, el padre Giovanni Penco, y el propio Papa Pío XII.
El 23 de abril de 1957 el cadáver fue trasladado en secreto a Génova
(Italia) en un ataúd que se explicaba pertenecía a una mujer llamada María
Maggi de Magistris.
En 1969 la organización guerrillera Montoneros secuestró a Aramburu,
exigiendo entre otras cosas la aparición del cuerpo de Evita. Cabanillas
entonces se movilizó para traerlo, pero no llegó a tiempo y Aramburu fue
asesinado.
En septiembre de 1971, el General Lanusse, dictador por entonces del
país, le ordenó al coronel Cabanillas, organizar el "Operativo Retorno". El
cuerpo de Evita fue entonces desenterrado de la tumba clandestina y devuelto
a Perón. Al cadáver le faltaba un dedo que le fue cortado intencionalmente y
presentaba un leve aplastamiento de la nariz, pero estaba en buenas
condiciones generales.
En 1974, ya con Perón de regreso en el país, los Montoneros
secuestraron el cadáver de Aramburu con el fin de "cambiarlo" por el cadáver
de Evita. Ese mismo año, ya muerto Perón, su tercera esposa María Estela
Martínez de Perón, decidió traer el cuerpo de Eva al país, y lo ubicó en la
quinta presidencial. Mientras tanto, el gobierno de Isabel Perón comenzó a
proyectar el Altar de la Patria, un mausoleo gigantesco que albergaría los
restos de Juan Perón, Eva Duarte de Perón, y todos los próceres de la
Argentina.
En 1976 la dictadura militar que tomó el poder el 24 de marzo le entregó
el cuerpo a la familia Duarte, que dispuso que fuera enterrada en la bóveda que
su familia posee en el Cementerio de la Recoleta de Buenos Aires, donde se
encuentra desde entonces.

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