26/08/08
Hemingway escribió un texto cuyo nombre en español es París era una Fiesta.
Fue su último texto, y de hecho no alcanzó a publicar en vida. El libro es una
mezcla de autobiografía novelada. En él se da cuenta de una sensibilidad
particular. Lo escribe hacia el final de su vida en un momento en el que estaba
pasando por un estado de depresión, diría M. No estaba siendo un hombre
particularmente vital. Se aconseja leerlo.
M habla de buscar una manera de que las cosas sean fuente de consuelo, o
que satisfagan mi deseo. Y afirma que eso es lo que hacen los dos autores
anteriores, más que todo Hemingway, dado que en París era una Fiesta intenta
refugiarse en los recuerdos.
Primera unidad:
El problema del Dolor.
Ahora, este problema del dolor es bien paradójico, porque si uno lo mira con
detención hay algo que es bastante fácil de observar. En general uno podría
decir que los seres humanos terminamos adaptándonos a las situaciones
incómodas que nos tocan vivir, aunque esta sea dolorosa. Por ejemplo cuando
se nos muere un ser querido. Entonces, qué tiene de paradójico esto: el seguir
luchando, que es lo que dice Berman. Lo paradójico que hay en la capacidad de
adaptación del ser humano. Por un lado esta capacidad de adaptación es un
recurso extraordinariamente útil. Desde ese punto de vista es algo positivo, ya
que logramos sobrellevar la situación de dolor y continuar viviendo. Sin
embargo, por otro lado si bien esto es un recurso, y nos alegramos por ello, al
mismo tiempo parece ser que cuando nos adaptamos a la nueva situación, lo
que dejamos atrás, la pérdida carece de valor.
Ahora, cuál es el problema que esta pérdida de valor presenta, porque es algo
engañoso. El problema que presenta que es una situación contra intuitiva. Es
decir que la decepción que la persona siente porque ya no le importa la
pérdida, y esto a las personas le complica, porque esto no debería ser así, yo
debería seguir sintiendo dolor, porque esa es la única forma de valorar la
pérdida, algo así como conferirle sentido a lo vivido. A seguir considerando
importante aquello que lo fue y ya no lo es mas. Y entonces, surge un apego al
dolor o al sufrimiento porque es la manera de justificar, de valorar, de conferir
sentido, a la experiencia perdida.
Las religiones, todas ellas, sin excepción de ninguna especie, tienen al menos
una cosa en común; intentar conferir una explicación y sentido al sufrimiento
humano. Por ejemplo, si uno le pregunta a un cristiano por qué los seres
humanos sufrimos, la respuesta oficial es “porque somos pecadores”, donde el
pecado consiste en alejarse de la voluntad de Dios. Por otro lado, el judaísmo,
el Islam, etc.
“Cuando se produce el logro de algo que nos costó, sí, hay una sensación de
bienestar, pero la mala noticia es que dura súper poco.”
Pero no sólo las religiones se han ocupado de este tema, sino que también la
filosofía, desde luego. Brevemente, hay tres visiones filosóficas generales que
abordan este problema:
Pero, hay otras formas de ver la vida, como por ejemplo Ludwig Wittgenstein.
Él decía que la condición humana puede representarse como una mosca que
intenta salir de una botella. Ya no es Sísifo empujando una roca, sino que
somos, los seres humanos, moscas intentando salir de una botella, pero una
botella destapada, es decir hay una salida, lo que pasa es que es difícil salir de
la botella. Según Wittgenstein, el filósofo está fuera de la botella, y en
consecuencia el rol de la filosofía es ayudar a la mosca a salir de la botella. La
botella representa al lenguaje, y el pensamiento es lenguaje, entonces la tesis
de W es que hay cosas respecto de las cuales podemos hablar, y hay cosas
respecto de la cuales mejor es callarse, porque el lenguaje no sirve para
referirse a esos temas. Y la pregunta por el sentido de la vida, que incluye la
experiencia del dolor, es una de esas preguntas que no cabe formularse en un
lenguaje, ni menos responderse. Es decir, la pregunta por el sentido de la vida
no tiene sentido, lo que no significa que el tema del sentido de la vida no sea
importante. Es probablemente uno de los temas más importantes, pero es uno
de los temas respecto de los cuales es mejor guardar silencio.
Hay una tercera concepción, final, que se quisiera esbozar, y que dice que la
vida no es como el mito del Sísifo, ni tampoco como la pinta W. La condición
humana no consiste en moscas que queremos salir de una botella, más bien
parece adecuado describir la condición humana como un laberinto, y la gracia
del laberinto es que tiene un punto de entrada y salida, pero también tiene
muchos caminos bloqueados. Los seres humanos vivimos dentro del laberinto,
esa es la condición humana, es similar a la de un laberinto (los filósofos
también), y entonces todo lo que podemos hacer de acuerdo con esta
concepción filosófica es avanzar por ensayo y error, y aquí se presenta el
sufrimiento de nuevo. Y lo más sano es devolverse y buscar otro camino. La
gracia del laberinto es que uno puede ir haciendo un mapa, y uno sabe algunos
caminos que están bloqueados y que son caminos por los cuales no se puede
transitar, lo que en teoría va reduciendo las opciones. Desde este punto de
vista el sentido de la vida está simplemente en aprender, pero no se aprende
del acierto, sino que se aprende del error. Mucho más importante que los
triunfos son los fracasos. Mucho más importante que acertar es equivocarse.
Aprender duele.
Tres formas de concebir la existencia. Respecto del mito de Sísifo algunos usan
otra figura; algunos recurren a la idea de “peces en la red”. Los pescadores
cuando suben las redes del agua y están con peces dentro, lo que hacen esos
peces lo que hacen es agitarse, intentando salir. Pero, cuando logran salir,
mueren. Entonces, no tiene sentido agitarse, porque terminaremos en el
Sartén.
09/09/08
Analizábamos el problema del dolor, y apropósito de eso dijimos varias cosas,
como cuál es el significado del dolor. Por ejemplo, para la religión. Y la última
clase vimos historias al respecto. También vimos cómo la filosofía se había
encargado de eso desde el punto de vista de los seres humanos.
Distinción importante:
Esta distinción en general no se hace, y en muchos textos no se hace esta
diferencia, sino que se usan como sinónimos. Se hará para los efectos de este
curso.
- Dolencia.
Cuando hablamos de dolencia aludimos fundamentalmente a un dolor o pesar
biológico, físico. De hecho, uno usa la palabra dolor en ese sentido (me duele la
cabeza). Es simplemente una sensación biológica o física. La dolencia es neutra
axiológicamente hablando, es un hecho del mundo como cualquier otro. Es el
dolor físico o psíquico producto de un conjunto de síntomas.
- Enfermedad.
La enfermedad es una interpretación que se hace del dolor, o de la dolencia. Es
decir, se atribuye a la dolencia un significado específico, un sentido. Desde
este punto de vista, el dolor admite interpretaciones (hermenéutica del dolor).
Es la vieja pregunta de ¿por qué me está pasando esto a mí? Y esa pregunta
exige una respuesta, un significado, un sentido, y ese sentido normalmente
viene dado por una interpretación; interna o externa.
Hay que discriminar que son diferentes planos, para evitar sufrimiento inútil. Es
decir, de que uno sea depresivo y triste, no se sigue, necesariamente, que a
mí me de cáncer.
Ahora, todo esto genera un círculo de sufrimiento inútil, de dolor inútil.
M: “Desde la ignorancia buscamos interpretaciones”.
Capítulo tres.
Hay una historia de acuerdo con la cual Zeus mandó a alguien al inframundo, a
los territorios de Hades, como “prueba”. Y le dio, según la historia mitológica,
dos biscochos, porque en las puertas del inframundo, del infierno, había un
tremendo tricéfalo, entonces como esto era nada más una prueba, el bizcocho
era importante, porque cuando se llegaba a las puertas del inframundo, uno
tiraba un bizcocho, el monstruo se distraía y el personaje entraba al
inframundo.
Cuando entra, se tiene que enfrentar con diferentes situaciones, como con un
anciano que cargaba con un burro madera que había cortado, y entonces el
burro se cae raudamente y se le cayeron los maderos, y le pide ayuda a
nuestro personaje, y recordó que Zeus le había dicho que no ayudara a nadie
en el inframundo, OJO, lo que significaba no ayudar a un anciano. Eso,
diríamos, es moralmente reprochable. Y la historia sigue con similares
naturaleza, en situaciones en que cualquiera de nosotros lo que haría sería
ayudar. Pero la recomendación de Zeus era no ayudar.
Salió del inframundo y Zeus le pregunta ¿cuál es la moraleja de esta historia?
Y, nos preguntamos, ¿por qué Zeus le aconsejó esto? Fue por prudencia, ya
que si ayudaba podía perder el segundo bizcocho. En consecuencia, no
ayudar a nadie porque primero el enfermo debe ayudarse a sí mismo.
Llevado esto a lo más práctico, significa que, cuando uno está enfermo, todos
los recursos de valor, hay que usarlo en nuestro propio beneficio, porque si
empezamos a usar tiempo en hacer otras cosas distintas a las de cuidarnos,
nos quedaremos en el inframundo, permaneciendo en la enfermedad o en la
dolencia.
Una pregunta, ¿qué hace un curso y una reflexión como esta en una carrera de
Dº?
– Para defender intereses de un cliente. En la profesión legal se supone
siempre por definición es prestar servicios personales. Esta labor es
inseparable de nuestra persona, y lo que aspira este curso es
desarrollar la habilidad psicológica de entender qué quiere, qué
necesita y cómo piensa el otro, el cliente, para poder prestarle un
buen servicio profesional. Y en esta profesión nuestros clientes son
clientes con problemas.
– Los abogados vivimos siempre en el conflicto, y el conflicto no es algo
abstracto, se produce entre seres humanos, y para poder servir bien a
nuestro cliente, hay que saber comprender por qué se produce el
conflicto. Saber identificar dónde están los puntos que generan la
situación y ahí contribuir con una propuesta de valor.
10/09/08
Se llamaba el Mito de Psique.
Teoría de la Prisión.
La etiqueta es algo que ponemos sobre algo para poder identificarlo. Es una
suerte de marca, de nombre, o todavía podríamos decir un calificativo que le
ponemos a una persona o a una cosa para identificarla. La marca o etiqueta
concentra un cierto valor o ciertas veces un no- valor.
M: “El ideal sería que cada vez que nos encontremos con alguien, hacer un
switch como si lo viéramos por primera vez, y entonces uno empieza a
descubrir otras dimensiones de las personas, y ahí las relaciones se van
fortificando”.
30/09/08
Cuando hablamos de sufrimiento hay alguien que sufre, y ese que sufre es un
yo, que hemos definido como una conciencia, y a la vez como un centro de
percepciones, que parece estar limitado o condicionado por cuatro muros, y de
ahí hemos hablado de teoría de la prisión.
Hablemos ahora del muro de las creencias (que está arriba de la prisión). Una
creencia es una representación mental de cierta realidad. Pueden ser
políticas, científicas, morales, religiosas, etc.
¿y por qué las creencias pueden limitar nuestra capacidad de percepción? ¿Es
decir, nuestra conciencia?
Esto implica que no hay una realidad objetiva, sino que hay tantas realidades
como personas. Cada uno de nosotros tenemos un esquema conceptual
(software), un sistema de creencia, y ese sistema de creencias está
intrínsecamente relacionado con la realidad, en términos tales que la
configura, la modifica. Y tener conciencia de esto es importantísimo, porque lo
queramos o no, cada vez que entramos, por ejemplo a una clase, nuestro
esquema conceptual se modifica. No somos impunes hacia la creación o
modificación de realidad, en una clase, por ejemplo. Y esto es válido para
cualquier interacción comunicativa. El diálogo entre los seres humanos
modifica, lo queramos o no, el esquema conceptual, y en consecuencia la
concepción de la realidad.
Pero, el hecho es que la realidad objetiva existe, pero, bajo esta forma de
pensar, no podemos verla (en forma objetiva)m entonces no existe para el
sujeto que conoce, a diferencia que para efectos del conocimiento.
Y todo esto no nos gusta, nos es incómodo. Se nos abre una posibilidad de
nueva realidad, y eso nos complica, por eso el hábito, la rutina, es un muro de
esta prisión, porque la tendencia natural es precisamente que nuestros hábitos
se mantengan.
01/10/08
Miedo a la muerte.
El miedo a la muerte es el miedo a perder lo que se tiene, y este aferramiento
a la vida parece tener que ver con el miedo a perder lo que tenemos (porque
morimos nosotros), como nuestros seres queridos, nuestros objetos cotidianos
queridos, en fin… El miedo a morir es un apego a los apegos, y por eso es uno
de los miedos más fuertes que experimenta el ser humano.
Pero, además del impulso, hay que tener la voluntad, y eso es lo que se
puede morigerar, en cambio no el impulso. Y es entonces reprimiendo la
voluntad, racionalmente, que podemos evitar actuar instintivamente.
Muchas veces nos definimos por el hacer. Nuestro yo actual se puede relatar,
es una historia, que normalmente le contamos a aquel con el cual iniciamos
algún tipo de relación. Pero cada vez que hablamos de qué somos, o de qué
hemos hecho, lo hacemos reinterpretadamente.
“El pasado no existe”, y con esto se quiere decir que nosotros lo vamos
creando, en el presente. En cada minuto vamos re elaborando nuestro pasado.
Los hechos que algunas vez parecían claros se vuelven difusos, y el pasado se
reinventa; siempre en el presente.
Pero, y sucede que si no analizamos los recuerdos, y por ende los modificamos,
los recuerdos se estancan, no se mueven, y por lo tanto perecen.
Y si el pasado no existe, el futuro tampoco. Es el por venir. Nos podemos
imaginar cómo va a hacer, podemos proyectarnos, pero aún no ha llegado.
Las personas que tienen una tendencia a la angustia miran más hacia el futuro.
Tienen un problema con controlar los procesos, con la incertidumbre. También
esto es con la angustia.
Y quienes tienen tendencia a la depresión (no endógena), en general miran
más hacia el pasado.
Un ejemplo:
Supongamos que Fernanda se levanta en la mañana de un sábado y dice “mi
closet está muy desordenado, hay que ordenarlo”, entonces, en consecuencia,
tiene el impulso de ordenar el closet, se levantó con esa predisposición.
Entonces, empieza ordenar, y mientras está en eso, encuentra una pequeña
caja de recuerdos, y en consecuencia la abre y empieza a encontrar cartas
viejas, fotos de ex pololos, etc. cosas que le producen emociones propias de
cuando uno encuentra ese tipo de cosas. Y entonces qué pasa con Fernanda:
se entretiene observando, y empieza a transcurrir el tiempo, y de repente
Fernanda toma conciencia de que ha pasado mucho rato en eso, y que no ha
ordenado s closet, y entonces empieza a sentir una sensación de incomodidad,
ya que compiten las ganas de ordenar y las de observar los recuerdos.
Entonces Fernanda está debatiendo sobre eso en su mente, y su mamá toca la
puerta y le dice “Fernandita ¿todavía todo desordenado?” y Fernanda se
emputece y grita hacia su mama.
Y lo que pasó ahí es que Fernanda estaba complicada; tenía ganas de ordenar
el closet, pero se distrajo y esas ganas fueron compitiendo con las otras, pero
inconscientemente ella se niega a admitir que lo que se había propuesto no lo
está logrando, y eso genera una incomodidad, y necesita sacarse ese impulso,
ese desagrado, y para eso se necesita un gancho, que en este caso fue la
mamá, entonces inconscientemente Fernanda enajena, proyecta, colgándose
de su madre, diciéndole “por qué me presionas”, cuando en rigor la presión
venía de adentro. Pero la persona debe tener algo que ver con la proyección, y
si uno no encuentra la persona adecuada, le pega a las cosas.
Otra manera de detectar nuestra sombra es, cuando alguien nos dice alguna
cosa, y “nos duele”, es porque algo de razón tiene. Porque si a mí me dicen
algo, y no me identifico al menos con algo, me da lo mismo.
Pero, hemos dicho que a un nivel físico el centauro puede unirse al mundo, a la
naturaleza, pero el desafío es lograr eso a nivel de la conciencia, y uno puede
entender fácilmente al final del día que el cuerpo es parte de nosotros, pero es
difícil concebir que el resto del mundo también.
Ahora, ¿cómo ha sido la historia del ser humano con la naturaleza? ¿Cómo lo
percibimos?
La percibimos como algo hostil, porque somos vulnerables hacia los elementos
de la naturaleza. La naturaleza nos da miedo; tiene fuerzas poderosas. A veces
puede fallarnos, nos traiciona, no siempre nos es fiel a lo que pensamos.
Además, está llena de bichos indeseables, que hacen que el cuerpo se
enferme, por ejemplo.
Pero, por otra parte, la naturaleza también puede ser amiga, amable. Nos
proporciona alimento, aire, etc. Nos permite la vida, sin ella no podemos vivir.
Es decir, como casi todas las cosas, la naturaleza tiene un carácter dual; unas
veces es amigable y otras veces hostil.
Sin embargo, si bien hay algunos niveles de armonía con la naturaleza, lo que
muestra la historia de la humanidad es que el hombre ha tenido que ir a la
conquista de la naturaleza, que supone siempre un control de ella, como por
ejemplo cultivar sin que haya todas las condiciones óptimas. También
buscamos sustancias que combatan los microbios.
Como otro tema, el universo está en expansión, los cuerpos se alejan unos de
otros. Lo interesante es constatar que los que estamos relatando la historia del
universo somos nosotros, los seres humanos. El universo no tendría historia si
no hubiera alguien capaz de relatarla. Se dice que el Big Bang ocurrió hace 14
mil o 15 mil años atrás, y, hacia la mitad, nace la conciencia, es decir, la
capacidad de darse cuenta de que uno existe con independencia del resto del
universo, la capacidad de darse cuenta de que uno es una identidad separada
del universo. Ahí surge la conciencia, y eso ocurrió hace unos cuatro millones
de años. Es decir, la historia del ser humano sólo tiene 4 millones de años.
Cuando nace la conciencia, lo que era una sola línea, una unidad, una
totalidad, se separa, porque hay alguien (conciencia, ser humano, centro de
percepción) capaz de darse cuenta de que es algo separado del universo, y la
unidad se divide. Aparece el mundo dual; mundo de la conciencia y mundo
del universo. Y, cuando aparece este mundo dual, se puede contar, hacia atrás
la historia del universo, y se relata a través de la conciencia.
Preguntarse por antes del Big Bang sería una pregunta absurda porque no hay
un antes, ya que no había ni tiempo ni espacio, y en rigor antes del big bang no
había ni tiempo ni espacio, ya que ellos empiezan con el universo. Es un
absurdo lógico preguntarse por un antes del big bang. Es decir, ninguna de las
leyes de la física conocidas puede aplicarse allí. Y por lo tanto, la historia del
universo es la historia del tiempo; son procesos que coinciden. Y esa historia
del universo o del tiempo, sólo existe para nosotros porque en algún minuto
nació la conciencia y se pudo relatar la historia hacia atrás.
Ahora, simultáneamente con eso, a un nivel con eso, el universo sigue
expandiéndose. Es decir, la evolución que experimenta el universo es
expansiva, crecer, ampliarse, y la buena noticia es que la conciencia también
sigue ese mismo patrón, está siempre en expansión, en evolución, hacia
niveles más amplios. Y, es probable, en que la línea del universo y de la
conciencia puedan volver a ser uno.
Es requisito necesario que los esquemas conceptuales, que el ego, para poder
percibir más allá. Hay que callar la mente, ir más allá de ella, callando el
pensamiento. Y, lo que yo puedo ver, no lo puedo relatar, porque no hay
lenguaje, ya que el lenguaje es respecto del pensamiento, y entonces sólo
podemos mirar. A lo más, podemos hablar de ello con cuentos, con símbolos.
Hay quienes contestan que no, y por lo tanto niegan que la conciencia pueda
evolucionar.
¿Puede la materia producir un estado mental con independencia del cerebro?
Hay quienes piensan que no, y que no hay un dualismo. Y, por otra parte, otros
que piensan que la pregunta debe formularse al revés: que el espíritu, o el
“orden implicado”, produce materia.
29/10/08
Si algún valor tiene el sufrimiento, es que de él podemos aprender. El
sufrimiento siempre suponel a posibilidad de aprendizaje, aprendizaje que
expande el yo, que nos ayuda a volver al “uno”, a unir, finalmente, al centauro
con el universo.
Y ser capaz de llegar al uno es donde uno puede encontrar un refugio, para
acomodarse, y equilibrar el ego. El estado meditativo permite, desde el fondo,
la turbulenta superficie del ego, y viendo esto podemos integrar aspectos de
nuestra sombra a nuestro ego.
La historia de la conciencia es a temporal.
Letra:
(Estribillo)
(Estribillo)
La segunda evaluación del curso consiste en que, el próximo martes, hay que
escoger una frase, y sólo una, y hay que escribir una columna, como de un
diario, en el sentido de que sea limitado, no más de una página y media,
tamaño carta, letra times new roman 12, interlineado sencillo.
– Aspectos Formales.
– La frase escogida debe ser relacionada con alguno de los contenidos del
curso, cualquiera, incluyendo las lecturas, hablando de ello poniendo
algo de nosotros en el papel. Debe haber factor emocional.
04/11/08
¿Qué caracteriza a la época que nos ha tocado vivir?
Pero ¿por qué hoy hay más violencia? Parece que porque hoy la cantidad
de violencia es muy superior a la que había en tiempos anteriores. Pero
esto es trivial, ya que sólo es cuantitativo. Pero en un sentido menos
trivial, cualitativo y no cuantitativo, es que la violencia no sólo es guerra,
sino que es exclusión, está en la familia, en la universidad, está en la
burla, en la descalificación, en las etiquetas de ser exitoso o ser
fracasado. Lo que ocurre es que nosotros tendemos a identificar la
violencia con la violencia activa, pero la forma más brutal, desde el
punto de vista psicológica, es la violencia pasiva, como la ley del hielo.
05/11/08
Respuestas a la pregunta “¿cuál es el problema moral contemporáneo
paradigmático?”
Pero, parece que todo esto es un manual de autoayuda, que nació por la
década del 70. Pero, ¿qué hacía la gente antes?
Pero hay otra industria que sirve para solucionar todos los problemas
anteriores. La industria farmacéutica. Los ansiolíticos y los antidepresivos. Es
evidente que si alguien tiene una depresión endógena, una ezquisofrenia, es
necesario tener estos medicamentos, pero sucede que hay personas que
“bajan la fiebre”, pero eso nos hace andar “como si” estuviéramos felices. En
Chile se venden más o menos 3 millones de ansiolíticos al mes.
Ahora, pero esto no quiere decir que toda el autoayuda es mala; desde luego,
como en todo libro (aunque en algunos no), podemos salvar algo. Y además, es
un cuento, y lo malo es que nos venden el cuento. Hay que ser capaz de
digerir.
Efecto Placebo*
Y, todas las ideas que responden a la pregunta primera de esta clase, podría
llamarse, según M, “el problema de la aniquilación del “yo”. Se dice que
si uno urga en el fondo de uno, no somos valiosos, estoy demás, sobro, nadie
me va a echar de menos. Y buena parte de nuestra estructura de la prisión, de
nuestra rabia, nace de esa idea. Y eso a todos nos pasa.
Pero, no todo esto tiene que ser necesariamente así. Podemos decir algo.
Y, esto no es todo voluntarismo. Hay que “trabajarse” (ejemplo Obama).
11/11/08
Hemos recorrido un camino bastante largo, que va desde el problema del
sufrimiento, pasando por el espinudo problema de quién soy yo, y el
internalizar la experiencia del dolor, terminando la clase anterior con el
mensaje de que la sociedad aniquila el yo, lo que no es pesimista porque algo
podemos hacer al respecto.
Pero la abogacía tampoco puede ser hoy lo que era ayer; el abogado al estilo
Ricardo Lagos, con parsimonia, con buena oratoria, que se expresa con
claridad e infunde respeto, tampoco parece estar muy de acuerdo con el
mundo de hoy. En el día de hoy se arman sociedades de abogados, en un
mundo que se globaliza. De alguna manera hoy los abogados debemos mirar
nuestra profesión como un negocio, en el buen sentido de la palabra, teniendo
en cuenta la globalización.
Pero todo esto no nos sirve para refundar la abogacía. ¿Dónde está en juego el
refundar los cimientos de la abogacía? No en el qué sino en el cómo. Hay
formas y formas de defender los intereses de clientes, de interrogar al
acusado, a los testigos, hay formas y formas.
Un abogado debe desde luego conocer el Dº. Es obvio. Pero lo que no es tan
obvio es que el Dº, pese a Kelsen, no consiste sólo en normas. Esto es lo que
cree Monti que, desde luego el Dº es normas, pero no es sólo eso. El Dº no es
sólo un fenómeno normativo. Al parecer el Dº es un sistema, y en este sistema,
complejo, las normas tienen un papel, desde luego, fundamental, pero las
normas tienen un origen, su existencia tiene una justificación, buena o mala, y
el que la norma en cuestión sea eficaz o no, produce un impacto social. Es
decir, hay insumos que influyen en el contenido y en la oportunidad en que se
produce o modifica una norma, y una vez producida la norma, esta tiene un
impacto social, y ese impacto social a su turno vuelve a generar insumos para
la dictación de nuevas normas y así sucesivamente.