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N Diciembre de 1983 $a 40 DE Nl Afio VI, némero 19 REVISTA DE CULTURA | LITERATU RA Y POLITICA LA CRITICA LITERARIA: GLTIMOS LIBROS ALAIN TOURAINE Y LA INTERVENCION SOCIOLOGICA Situacién actual del psicoanilisis “Abordarlasposiciones —_freudiano— hecha a la presentes del psicoané- vez de amnesias y de lisis en la Argentinaexi- _reescrituras del pasado ge una tareaderecons- reciente, dictadas por truccion en la que ladi- las _exigencias de ese ficultad propia de un periodo ominoso abier- campo bien extendido to en 1976. Ante todo, y variable en sus agru- _cabe el llamado a la res. Pamientos y sus vaive- tauracién de una trama nes, se agrega al obs: _ histérica, y esta empre- téculo mayor de una sa sdlo ‘és concebible censura —en sentido como obra colectiva” Los deseos imaginarios del peronismo: einterpretaci6n de este movimiento o texto de batalla? Ficciones argentinas: Hebe Uhart, Luis Gusman y Hugo Foguet Origenes del sistema educativo argentino Editorial Punto de vista geen Afio VI, nimero 19 Diciembre de 1983 Consejo de Direcoin: Directora, Carlos Altuminno Beatriz Sario Maria Teresa Gramuglio Hilda Sabato Beatriz Sarlo Diagramacion Hugo Vezzetti Carlos Boceardo Suseripeiones Argentina, un affo, 120 $a Exterior, 6 nimeros (correo aéreo), 25 dblares. Punto de Vista recibe toda su correspon- dencia, cheques y giros a nombre de Bea- tz Serlo, Casilla de Correo 39, Sucursal 49 (B), Buenos Aires, Argentina, Punto de Vista fue impresa en los Talleres Grificos Litodar, Viel 1444, Buenos Aires. Hecho el depésito que marca la ley. Re- gistro de la propiedad intelectual en tré- mite. Composicién en frio: HUR, Av. Juan B. Justo 3167, Tél: 855-3472, 1414-Bue- ros Ai Editorial Después de las elecciones del 30 de octubre, a Argen na se dispone a iniciar una nueva etapa bajo el signo de la democracia. Todas las esperanzas se han condensido en esas, dos palabras, sobre las que parece necesario interrogarse, Por primera vez. en su historia, el peronismo ha perdido una lectin realizada sin proscripciones y, lo que es sin duda ‘mas significative, por primera vez en los ultimos treinta afios, otro. gran partido consiruyé una mayorfa electoral que incluye no sélo a capas medias sino a franjas importan- tes obreras y populares. Se ha producido también una doble renovacién ideoldgica y politica: si, por un lado, el radica- lismo aparece como un partido que ha logrado superar la medianis estable pero poco atractiva que constituia la he- rencia del antiperonismo, primero, y del entendimiento Perén-Balb in mas tarde: por el otro, el discurso de Alfonsin: descubrid y articulé exitosamente una temitica antiautori- taria y democrdtiea con los lemas de una sociedad menos desigual que atendiera a las urgencias de la miseria, el d- sempleo y Ia devastacion econémica, ‘A diferencia de 1973, en este elecci6n se dirimieron cuestiones mis. complejas que el repudio en las unas a una dictadurs militar y Ia altemativa ofrecida por el radicalismo es, en parte principal, responsable de ello. Los argentinos no s¢ vieron forzados a la ilusion unificadora de que la sali- da a Ia ctisis, podia provenir solamente de un proyecto (en aquellos afios, el del peronismo 0, pare decirlo mejor, los diversos y contradictorios proyectos que se albergaban bajo esa denominacién politica). En 1983, no se vot6 simpie- mente contra un gobierno militar, sino que el voto incluia una opcién clara por uno wu otro modelo de funcionamiento politico que, de varios moos, podia detectarse, no slo en Jas propuestas explicitas de uno u otro partido sino en las Puntode vista modalidades diferentes con que ambos habjan encarado las tareas de su reorganizacion interna y el tipo de relacién que éstablecfan entre sus afiliados y sus direcciones. Asi como en la década anterior el funcionamiento del peronismo en felacion a su direcciOn personal parecia proporcionar la ilysion de que, trasladado a la sociedad, ésta resolveria por vias andlogas sus conflictos, hoy los temas democriticos del discusso alfonsinista se vefan reforzados, en la practiea pre: electoral, por el funcionamiento institucional de un partido que debid, en poco més de un afo, resolver contradicciones ideol6gicas y de poder cuya profundidad se demuestre qui: 24s en los.aflos que vienen. Para miles de argentinos, el pe- riodo preclectoral se convirtié en un laboratorio politico: desde las afiliaciones masivas a las elecciones internas, se puso a prucba (aunque esa prucba no pueda reclamarse hoy ‘como definitiva) el discurso y la prictica partidarias, Si la riqueza de estos meses previos a octubre podra consolidarse en nuevas formas politicas, s6lo se resolver de ahora en mis. Lo que si puede hoy afirmarse son algunas, de las razones de un resultado electoral que hace no mis de tun afio hubiers sido impredecible. El alfonsinismo sintoniz6 no silo nevestlades reales de la sociedad argentina, sino también su expresion mas difusa: estados de énimo, huellas dejadas. por las experiencias de la déeada (y no s6lo por la dictadura militar), tensiones renovadoras que provenian del huevo electorado juvenil marealo quizis profundamente por tna subcultura con rasgos antiautoritarios. Su discurso, ue no estuvo mayormente signado por la promesa de cam bios espectaculires, enfatizaba algunas certidumbres en las que una parte de Is sociedad identifico una renovacisn me ‘os aparatosa que profunda del funcionamiento institucio- nal deseable para que el pais encare las tareas de reconstruc i6n, sin que ellas signifiquen sacrificar la eparacién moral ¥ material de lo suceulilo en estos afos, Lo nuevo que este discurso trasmitia puede resumirse en algunos temas: demo- cracia politica, democracia sindical como requisito de me- jores condiciones de nezociacion para lox sectores obretos y populares, control gubemamental de las corporaciones que, como la militar, habian reemplazado la legalidad institucio. nal por una regulacién que presuponta la violencia, En su- ‘ma: contra la prepotencia de los fuertes, de los grupos de poder, de las camarillas, era el mensaje que, tramado con el predmbulo de la Constitucién, fue vivido como algo a la vez nuevo y posible. Quiz convengs ahora reflexionar sobre lo aleanzado el 30 de octubre. Después de casi una década en que la exis: tencia misma de las formas institucionales democriticas fue reprimida, la Argentina se ha colocado en la linea de parti da: se ha abierto solamente la posibilidad de construir un pais donde la politica no sea patrimonio de minorias assti- das por la fuerza o forma de una ilusién participativa que, en los hechos, slo reffende o rechace la resolucicn de las grandes cuestiones que, de ahora en mas, deberdn ocupar el espacio del debate pliblico, del que no deberian ser extirpa: das ni por razones técnicas (que encubren una modalidad contemporinea del elitismo ilusirado), ni por las enomes dificultades materiales y concretas, urgentes como nunca, aitonat/3 ‘a enfrentar. La Argentina puede proponense, también, just cia en el terreno de los derechos hunianos y una accidn p biica e inciusiva que ponga las bases de una resiauracion éti- ea de la sociedad Se ha abierto también {a posi ticamente nuestro pasado mis reciente, condici sable para la produccién de una izquierda que no sucumba a la doble y deformante tension hacia el populismo o el dogmatismo. En esta coyuntura, la franja de las izquierdas partidarias (uno de los grandes derrotados electorales) fue tozudamente ciega a los contenidos y formas que estaban, en debate, repitiendo (con una fuerte dosis de arcaismo) ‘oposiciones que no deseribian la situacton real de la socie- dad argentina Se trata entonces de encarar el desafio planteado por la complejidad de cuestiones que hoy ha puesto sobre la mesa cl resultado electoral, expresando un reclamo profundo y Vilido de refommulacion poli nal, Se ha abies to, también, una etapa de fluidez en las identidades polit eas y, en constcueneia, existen condiciones para repensar la definicion y el lugar, tanto en el estado como en la soci dad civil, de nuevos actores vinculados, al mismo tiempo, con nuevas probleméticas. En esta tarea de imaginacién po- Iitica, que es de reforma institucional, de construccién de huevos sujetos y de resolucidn de las tensiones (que reco- rrieron los iltimos cuarenta afios de nuestra historia) entre justicia social y participacion democritica, podrin emplear- se las energias populares que la movilizacién preelectoral arrojé a las calles y que hoy debe pesar en los espacios po- liticos y sovietales a los que, mas que reconstruir, es preci- s0 redefinir globalmente. EI Consejo de Direecién 4[Psicoanstiss Punto de vista HUGO VEZZETTI Situaci6n actual del psicoanalisis Abordar las posiciones presentes del psicoandlisis en la Argentina exige una ta- tea de reconstruccién y andlisis en la que Ia dificultad propia de-un campo bien ex- tendido y variable en sas agrupamientos yen sus vaivenes, se agréga al obsticulo mayor de una censwa —en sentido freu: diano~ hecha a la vez de amnesias y de reescrituras del pasado reciente, dictaias Por las exigencias de ese periodo omino- so abierto en 1976, Ante todo, entonces, cabe el lama- miento a la restauracion de una trama his- tOrica, y esia empress slo es concebiisle como una obra colectiva. A ella quieren contribuir estas reflexiones, que no tienen probablemente otro valor que el efecto ‘que susciten Hacia comienzos de los afios 70, la ruptura de Ia Asociacién Psicoanali Argentina (1971) se produce en la cresta de una expansiin del psicoanilisis, que irrampe por diversos circuitos a la faz “pa- blica”, fuera del ambiente recoleto cons- truido alrededor del divin y del modera. docrectmiento —bien controlado poraque. lla instituciin— que lo habia caracteriza- do en sus primeras décadas. Cierta “cise minacién” del discurso pricounalitico produce por primera vez alternativas de formacién y transmisién afuera de la cor- poracién “oficial”. Por otra parte, a esa expansién contr- buyé decisivamente el despliegue de expe- riencias psicoterapéuticasnuevas(grupales, familiares, comunitarias), desarrolladas en Ambitos que nacen en es0s affos (servicios de psicopatologia en hospitales generales, eatros de salud) y sostenidos en térmi- nos numéricamente mayoritarios por un nuevo actor en el campo de la salud men- tal: el psicdlogo. Que en tales condiciones (@ las que cabe ubicar en un marco poltti- co postsordobazo que presionaba fuerte- ‘mente para alimentar una aspiracién social revolucionaria) s haya mezciado el oro con otras materias de escasa nobleza, que la ratio politica haya hecho a menudo es ‘tragos en las condiciones mismas de pro- duccién de una praxis transformada dela ‘cura, no obsta para reconocer al valor yla inventiva de mucho de lo que alli se inau- guré, Bn todo caso, cuando se escuchan hoy ciertos “ajustes de cuentas” realiza- dos notoriamente desde ls acomodacién a las nuevas condiciones abiertas en 1976, no puede menos que advertise que resal- tan més bien contrarios a cualquier tenta tiva de historia critica del psicoanilisis de Jos afios 70.Si algunos quieren poner sobre ese pasido una lépida inamovible, de lo {que se trata aqui, precisamente, esde asu- mir la exigencia de desenterrarlo e inte- rrogarlo con la mayor amplitud y los me- notes preconceptos. ¥ ante todo, porque Jo més importante de lo que estd en curso de hoy naci6. por en: Si se trata de tomiar la ruptura de la A. PA. como provisotio punto de partida, se puede arriesgar que por entonces esa cor- poracién totalitaria enchalecaba el desa- rrollo del psicoandlisis no s6l0 por st tri vializacién conceptual y Ia pretension retrégrada de atesorarlo monopélicamen- te, sino por que Ia ilusi6n de mantenerlo guardado en el placard era concomitante con fa ceguera para advertir que los tiem- pos reclamaban uns presentificacion del Tegado freudiano menos atada a las me2- quindades de un empresariado celoso de sus pretrogativas. Releer los materiales producidos por quienes protagonizaron esa ruptura, asi como algunos textos surgidos en esos affos, da cuenta de una comin yoluntad de salir al encuentro de la historia social, del poder en las instituciones, y de con- frontar la obra freudians con otras disei- plinas, desde el materialismo dialéctico e hist6rico hasta la lingilistica y la antropo- logis. En principio, lo que importa en el campo psicoanalitico argentino desde 6303 afios acontece por fuera de la corpo- racién (después serian dos) afiliada a la entidad internacional. Y esto no implica Punio de vista Psicoanitiss/s nega que también fuera de ella se repro- ducen los estigmas de una renovada tec- nnologia de a dominacion subjetiva, sino mas bien. murear nitidamente en ese ¢s- pacio ctistalizado la maxima condensa- eign de una ideologsa institucional que se hhage coherente con un modelo de forma- ‘cin de analistas y con la imposicion de idedles terapéuticos amasados con las tra- diciones mé¢ico-morales de Occidente. Queda concentrado, entonces, este

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