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Los Vikingos en la Historia

Se les llama Vikingos a la población de Escandinavia (Noruega, Suecia y Dinamarca


principalmente) que aterrorizaron el territorio europeo alrededor del siglo VI al XI y
quiere decir "Hombres del Norte". También se sostiene que viene le frase "Vik in",
que significa "bahía adentro", refiriéndose así a sus desembarcos. Aventurados
marineros y excepcionales guerreros, establecieron un régimen donde sólo su
conversión al cristianismo podría detenerlos, ya que al cabo del tiempo terminaron
siendo absorbidos por la cultura de las regiones que conquistaron.

Los Vikingos atravesaban velozmente el mar


asolando las costas desde sus "drakkars"
(llamadas así porque las proas y popas de sus
naves estaban adornadas con cabezas de
dragón). Los vikingos, que significa "hombres
del norte", fueron la última de las tribus bárbaras
llamadas germanas por los romanos que
aterrorizó Europa. La población se sentía
atemorizada por los vikingos debido a su
ferocidad y crueldad. Por otra parte, además de
buenos guerreros, los vikingos eran diestros
artesanos, marineros, exploradores y
Los vikingos poseían veloces naves comerciantes.
llamadas "Drakkars" que utilizaban
para saquear los pueblos europeos de Las tácticas de los Vikingos
manera rápida y brutal, antes de que
se organizara una resistencia seria. El modo de saqueo de los vikingos impulsa la
Con el tiempo sus saqueos se construcción de castillos y favorece la
convirtieron en conquistas. descentralización política del feudalismo.
Además los vikingos establecieron regímenes
políticos y administrativos en los territorios conquistados. Algunos de ellos no
sobrevivieron a la era de los vikingos, como los reinos de Dublín y York; pero Islandia
sigue existiendo como Estado, la monarquía de Kiev sería la base del Imperio Ruso, y
huellas del talento organizador de los jefes vikingos son claramente visibles hoy día en
la Isla de Man y en Normandía.

Se dice que el inicio del nombramiento de vikingos a los escandinavos tiene lugar con
el saqueo del monasterio de Lindisfarne (793), siendo pronto seguido por ataques a
otros monasterios, ya que los Vikingos tenían tradiciones paganas y creencias en los
dioses nórdicos (Odín, Thor, Heimdall). Los anales y crónicas de los dos siglos
siguientes están llenos de relatos aterradores. Los vikingos emplean un modo de
saqueo parecido a la guerrilla, haciendo uso de sus veloces naves, llegan a las costas
europeas de manera impredescible y atacan rápida y violentamente, tratando de
conseguir el mayor botín, para retirarse tan rápido como llegaron, dando pie a que no
se les pueda hacer una fuerte resistencias, dando lugar al desgaste. Las poblaciones de
las costas de Alemania, Francia y Gran Bretaña vivían en el terror de ser presa de las
incursiones de los vikingos. Pero con el tiempo se volvieron más audaces, llegando a
ocupar y a asentarse en gran parte de Europa. La magnitud y frecuencia de las
incursiones vikingas en Inglaterra, Francia y Alemania aumentó hasta el punto de
convertirse en verdaderas invasiones, en las que se establecían asentamientos con
miras a incursiones posteriores. El territorio de asentamiento vikingo del noroeste de
Francia se denominó Normandía, que procede del término "hombres del norte" y dio
el nombre de normandos a sus habitantes.
Las conquistas de los Vikingos

La ganadería, la agricultura y la pesca fueron la base


de subsistencia de los habitantes de Escandinavia
durante siglos. En los siglos VI y VII, se desarrolló
el comercio a lo largo del Mar Báltico y con Rusia a
través de sus grandes ríos. Repentinamente, a
finales del siglo VIII los vikingos comenzaron sus
agresivas incursiones sobre las costas de Europa.
Las razones pueden ser diversas. La incursiones de
los vikingos posiblemente se debieron al Casco Vikingo. Los vikingos
descubrimiento de la riqueza de los pueblos del sur usaban lo impredescible de sus
por los comerciantes, aunado a la relativa debilidad llegadas como medio para
de éstos y su ventaja como navegantes provocar un terror psicológico a
experimentados y veloces embarcaciones. las poblaciones que atacaban.

A finales del siglo VIII, ya realizaban grandes incursiones a través de los ríos de Rusia,
estableciendo fortificaciones defensivas. En el siglo IX gobernaban Kiev; y en el 907,
una escuadra de 2.000 embarcaciones y 80.000 hombres de los vikingos atacó
Constantinopla, aceptando el ventajoso acuerdo comercial que el emperador
bizantino les ofreció a cambio de su retirada.

Un gran ejército danés de los vikingos


invadió Inglaterra en el 865, continuando a
lo largo de dos siglos su expansión por la
mayor parte de la isla. Canuto, quien
gobernó simultáneamente Dinamarca y
Noruega, fue uno de los últimos reyes
vikingos de Inglaterra antes del año 1066.
Una gran flota que atravesó el Sena con la
intención de atacar París en el año 871
tuvo sitiada la ciudad durante dos años,
hasta que se llegó a un beneficioso
acuerdo económico para los vikingos.
Este incluía un elevado pago en metálico y
el permiso para saquear el oeste de
Francia sin impedimento.

A cambio del cese de las incursiones y de


la conversión de los vikingos al
cristianismo en el año 911, el rey de
Francia dio el nombramiento de duque al
La región de Escandinavia está formada jefe vikingo de Normandía. Del ducado
principalmente por Noruega Suecia y de Normandía, surgieron varios famosos
Finlandia. Posteriormente los Vikingos guerreros vikingos. Entre ellos se
conquistarían territorios en Inglaterra, encuentran: Guillermo I, que conquistó
Alemania, Francia y Rusia, para Inglaterra en el 1066; Robert Guiscard y
posteriormente ser asimilados por su su parentela, que le arrebataron Sicilia a
cultura. los Árabes entre 1060 y 1091; Balduino I,
rey del reino cruzado de Jerusalén.

Los Vikingos y sus descendientes controlaron durante algún tiempo la mayor parte de
la costa Báltica, gran parte del interior de Rusia, Normandía (Francia), Inglaterra,
Sicilia, el sur de Italia y parte de Palestina. En el 825 descubrieron Islandia, donde se
asentaron en el 875 (aunque ya estaba habitada por monjes irlandeses). Los Vikingos,
al mando de Erik el Rojo, colonizaron Groenlandia en el 985 y se dice que su hijo Leif
Erikson llegó al nuevo mundo y exploraron parte de Norteamérica 500 años antes que
Colón.

El fin de los Vikingos

Las incursiones de los vikingos cesaron a finales del


siglo X. Dinamarca, Suecia y Noruega se habían
convertido en reinos, y los reyes dedicaron la mayor
parte de sus energías al gobierno de sus dominios.
Con la expansión del Cristianismo, los antiguos
valores guerreros de los vikingos se debilitaron hasta
desaparecer. Las culturas que habían conquistado
los absorbieron; y así los ocupantes y conquistadores
de Inglaterra se volvieron ingleses, los normandos
franceses, y los varegos rusos.

La era de los vikingos se cree que se extinguió con el


último reducto hostil que representaba el rey Harald
III el despiadado (Hardrada), el cual murió en acción
en la batalla por intentar tomar posesión del
territorio de Inglaterra en la batalla de Stamford
Bridge en el año 1066. Aún así los descendientes de Los vikingos adoraban
los vikingos, lograron consolidarse en el ámbito principalmente a los dioses
europeo y construyeron el primer reino ruso en Kiev. paganos de la mitología
Los normandos por su parte, salieron de normandia nórdica, de los cuáles Odín era
y subieron a los tronos del reino de Jerusalén, el más importante. Seguido de
Inglaterra, Cecilia, Nápoles, y del Imperio Latino. otros como Thor y Heimdall.

Los vikingos dejaron de hacer incursiones a finales del siglo X, en parte debido a su
conversión al cristianismo que implicó el abandono de sus pasadas creencias paganas
y valores guerreros. Escandinavia se dividió en varios reinos y los nuevos gobernantes
se concentraron en el gobierno de sus territorios. Las culturas que rodeaban los
emplazamientos vikingos en Rusia, Francia y Gran Bretaña absorbieron a los
vikingos. El desarrollo militar que generarían las batallas de los vikingos encontraría
pronto uso en el oriente medio con el advenimiento de las cruzadas.

HISTORIA DE LOS VIKINGOS II

En la historia popular europea, los vikingos, llamados también normandos y en


Rusia varegos, tienen una reputación temible de depredadores marítimos. Durante los
siglos IX y X atacaron y saquearon las costas de Europa occidental y amenazaron la
estabilidad de Inglaterra, Irlanda y el imperio franco. Esta violencia, sin embargo, no
era más que uno de los múltiples aspectos de un complejo proceso en el curso del cual
los pueblos escandinavos exploraron y colonizaron islas remotas y deshabitadas del
Atlántico Norte, al mismo tiempo que comerciaban con los exóticos productos
septentrionales en los mercados de Europa occidental y oriental.
Los depredadores, colonizadores y mercaderes vikingos procedían todos ellos de
Escandinavia (noruegos y daneses se dirigieron a Occidente; los suecos, a Oriente);
consiguieron ampliar a regiones nuevas y, en ocasiones, muy remotas, las actividades
-pacíficas unas y violentas otras- que durante mucho tiempo habían practicado en sus
países de origen. Los hombres que colonizaron las islas Oreadas y Shetland en los
últimos años del siglo VIII, o que en el siglo siguiente fundaron nuevos hogares en las
islas Feroe y en Islandia continuaban un proceso de colonización que con anterioridad
se había limitado a las costas noruegas. Los piratas que atacaban los monasterios y
mercados del Occidente cristiano hacían con otros lo que antes habían hecho entre
ellos. El tráfico vikingo, fundamentalmente con pieles, cueros y otros productos
escandinavos muy apreciados en el mundo civilizado, era simplemente la expansión de
contactos existentes desde mucho tiempo atrás.

Esta expansión en sus actividades fue casi simultánea en muchas zonas de


Escandinavia, lo que indica que sus causas han de buscarse allí más que en el
extranjero. Ciertamente, la debilidad del imperio franco y de los reinos ingleses pueden
explicar en parte las incursiones vikingas a esas tierras durante el siglo IX, pero no
aclaran en absoluto la colonización anterior de las islas Oreadas y Shetland, del mismo
modo que en la extensión de las actividades suecas hacia Rusia no influyeron los
cambios producidos en Occidente.

Desgraciadamente, no disponemos apenas de pruebas documentales relativas a la


Escandinavia previkinga. Todo lo que existe es un puñado de misteriosas inscripciones
rúnicas y unas cuantas valiosas referencias en fuentes occidentales. La información ha
de extraerse de tradiciones consignadas por escrito siglos después, en particular de las
sagas islandesas. Por ello, la mayoría de lo que sabemos sobre la Escandinavia anterior
y coetánea a los primeros tiempos vikingos depende de lo que los arqueólogos han
descubierto de su cultura asi como de los testimonios lingüísticos, en especial de la
toponimia.

Historia de la expansión vikinga


¿Qué provocó la explosión vikinga? Algunos
historiadores apuntan hacia el exceso de población
como causa fundamental, mientras otros sugieren
que la creciente autoridad de tos reyes
escandinavos obligó a muchos hombres a buscar
en el exterior una mayor libertad.

La gran demanda de productos del norte subártico


desempeñó probablemente un papel vital en la
expansión vikinga. Las pieles, disponibles sólo en
Escandinavia en aquellos tiempos, y el marfil, que
únicamente podía obtenerse de los colmilíos de
morsa, eran productos muy apreciados y objeto de
demanda constante en Europa occidental. Pero, en
el siglo VIII, esta demanda se hizo más imperiosa.
Florecieron centros mercantiles como Dorestad,
situada en un brazo del bajo Rin, y que era el final,
en territorio franco, de una ruta de suministro que
partía de lugares como Helgó en el lago Malar, en
el mar Báltico, o de diversos puntos de la costa
noruega.

La creciente demanda estimuló a los escandinavos


a buscar suministros tierra adentro, mediante la caza o la exacción de tributos a lapo-
nes y fineses. En el siglo IX, un noruego llamado Ottar traspuso el cabo Norte y llegó
navegando hasta el mar Blanco, aventura que relató al rey inglés Alfredo y que éste
mandó consignar por escrito. Las travesías de este tipo permitieron importantes
mejoras en la construcción de las embarcaciones. Las naves vikin-gas se volvieron a la
vez robustas y veloces, características que ofrecían las ventajas de la sorpresa y de la
posibilidad de una retirada segura.

Navegaciones como la descrita por Ottar, con fines de caza y exploración,


constituyeron un aspecto muy importante de las actividades vikingas, y condujeron, de
modo natural, a la exploración de mares remotos y a la explotación de los nuevos
recursos.

Piratería y saqueo

El tráfico creciente en pieles, cueros, marfil y quizá


también colchas de plumón, y los cargamentos de
retorno con armas, objetos metálicos, joyas, vidrio
y metales preciosos, fomentaron la piratería. Por
ejemplo, se sabe que en el año 829 unos piratas
vikingos atacaron a un grupo de mercaderes en su
ruta desde Dorestad al mercado sueco de Birka, en
el lago Malar, cerca de Estocolmo; no pasaría
mucho tiempo antes de que los vikingos acosaran
ese tráfico hasta su punto de partida. Así, los
primeros ataques daneses en Occidente no fueron
a iglesias y monasterios, sino al mercado de
Dorestad, saqueado cuatro veces entre los años
834 y 839. Pronto los saqueadores descubrieron
otras oportunidades, pero fue el comercio lo que
primero les atrajo a tierras occidentales.
Los ataques se dirigían tanto contra las ciudades como contra los monasterios
importantes de Europa occidental. Ni los paganos vikingos tenían respeto alguno por el
carácter sagrado de los monasterios, ni las viejas defensas romanas de las ciudades
eran efectivas contra ellos, abandonadas como estaban desde hacía muchos años;
algunas incluso habían sido demolidas en la relativa seguridad de la paz carolingia.
Pronto descubrieron aquellos tránsfugas y aventureros que podían hacerse ricos
saqueando aquellos lugares, exigiendo rescates por los obispos y abades cautivos e
incluso por ciertos libros preciosos, o mediante la extorsión de tributos y dinero a
cambio de protección. A mediados del siglo ix, las costas y ríos de Inglaterra, Irlanda y
Francia eran objeto de frecuentes y, en ocasiones, salvajes ataques por parte de
pequeñas bandas, cuyo principal aliado era la sorpresa.

Sin embargo, los primeros depredadores vikingos no fueron los piratas daneses, sino
los colonizadores noruegos que se habían desplazado hacia el oeste en busca de
nuevos hogares. Al igual que sucedió con los daneses, una vez descubierta la
existencia de buenas oportunidades y tras comprobar que sus naves podían realizar el
viaje con un margen razonable de seguridad, no resultó difícil a los cabecillas reclutar
tripulaciones que, por una razón u otra, agradecían la oportunidad de iniciar una nueva
vida: tránsfugas, inadaptados o proscritos así como jóvenes ansiosos de aventuras.
Desde sus nuevos hogares en las islas septentrionales de Escocia, se dedicaron a
explorar, no sin librar en ocasiones choques sangrientos con los sorprendidos y poco
acogedores nativos, como los monjes de Lindisfarne, cuya paz se vio perturbada en
j.unio del año 793, o los indígenas de América del Norte, unos dos siglos después.
Algunos de los nuevos colonizadores se contentaban con erigir sus nuevos hogares y
explotar los recursos intactos que hallaron en las islas Fe-roe, en Tslandia y en
Groenlandia; otros, como

hicieron los daneses más al sur, se dedicaron de lleno a la piratería. Estos fueron los
que fundaron plazas fuertes, como la de Dublín, desde donde salían para someter y
poner bajo tributo las tierras e islas vecinas, como, por ejemplo, en el año 873, cuando
tomaron y saquearon la ciudad británica de Dumbarton, a orillas del río Clyde.

Mientras la colonización noruega daba lugar a saqueos, las incursiones danesas


terminaban en el establecimiento de colonias. Muchos de los piratas daneses eran
desterrados, al igual que los noruegos. De grado o por fuerza, mantenían muy pocos
contactos con su patria y desde los primeros momentos establecieron bases en el
oeste, al principio en Frisia (la actual Holanda), y más tarde en Inglaterra y Francia.
Con el tiempo, abandonaron Frisia, pero sus bases en Inglaterra y Francia se
convirtieron en lugar de residencia permanente, aceptados de mejor o peor talante por
los indígenas, unas veces como conquistadores, otras como vecinos.

No se conoce el número aproximado de colonos. Las bandas de guerreros debieron ser


bastante reducidas; quienes creen que la colonización escandinava tuvo relativa
densidad afirman que se produjo una segunda migración de campesinos daneses al
amparo de las bandas armadas que dominaban, por ejemplo, las extensas zonas del
norte y este de Inglaterra, a las que por ello se denominaría Danelaw. Los defensores
de una migración masiva a Inglaterra aducen como prueba la enorme cantidad de
vocablos daneses que se incorporaron entonces a la lengua de este país, algunos para
expresar ideas básicas. Los invasores dejaron también su marca en el mapa con
cientos de topónimos basados en nombres escandinavos de personas. La influencia de
los vikingos en la lengua y la toponimia inglesas son claras e indiscutibles. La única
duda está en cuanto al número de invasores necesarios para producir tal resultado.

La conversión al cristianismo de los pueblos vikingos


Fueran muchos o relativamente pocos los colonizadores daneses, lo cierto es que
pocos cambios más introdujeron en sus nuevas colonias. Los que se establecieron en
Inglaterra muy pronto aprendieron a hablar inglés, aunque influyeran
considerablemente en los dialectos locales; se convirtieron al cristianismo y, en
muchos otros aspectos, se adaptaron rápidamente al nuevo mundo en que habían
buscado asentamiento. Fue su gran capacidad de adaptación la que determinó que sus
distintas conquistas tuvieran características tan diferentes. Así, los jefes vikingos
establecidos en Norman-día aparecieron como los sucesores naturales del conde franco
al que habían desplazado, mientras que los cabecillas vikingos de Dublín se
comportaron como reyes irlandeses, y los gobernantes escandinavos de Kiev y
Novgorod pronto se eslavizaron.

Los vikingos de Europa occidental no sólo fueron asimilados, sino que pronto se
sometieron a los reyes indígenas. En Inglaterra, el último rey escandinavo de York fue
depuesto el año 954, y los northumbrios, tanto de ascendencia inglesa como
escandinava, aceptaron la autoridad del rey inglés. Así nació el reino unido de
Inglaterra. La asimilación de los vikingos fue posible una vez que establecieron
asentamientos parmanentes; entonces resultaban tan vulnerables a los ataques como
lo habían sido antes sus víctimas, pero a ello contribuyó en gran medida el evidente
cese de las incursiones procedentes de Escandinavia.

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