Me encanta que mis amigos tengan ilusin, que compaeros de la izquierda
que hicieron las maletas para retirarse a sus aposentos por desavenencias ideolgicas o estratgicas, hayan recuperado las ganas de participar en la poltica y hoy sean parte de la argentinizacin de las plazas pblicas. No pretendo romper la amistad, ni amargaros el da, pero la asamblea fundacional de Podemos me huele a rancio estilo de partido clsico, combinado con formas de salvapatrias, de contenido hueco y exceso de atencin a las puestas en escena en torno a los lideres. Ya s que hago lo que no se puede hacer, criticar a Podemos y dudar de su autenticidad, pero es que esa es a la conclusin a la que llego tras observar los hechos del fin de semana. A Podemos habr que reconocerle la capacidad de convertir en ilusin la indignacin social, de haber conseguido lo que a IU se le escap con el fiasco europeo de Willi Meyer, pero su asamblea fundacional deja mucho que desear. Nos hablan de un movimiento asambleario horizontal y el resultado es un partido, con un lder que se niega a direcciones colegiadas y que introduce la exclusin para todo aquel que no comparta las tesis mayoritarias. Cul es la diferencia con lo que se critica?. Sin celebrar una primarias, Podemos ya tiene candidato a presidente de Espaa, nico secretario general e icono incuestionable de cara a la pura estrategia electoral. Es la pura anttesis de Podemos que se acompaa polticamente con ocupar la centralidad del tablero. Centralidad?, quizs esa sea la explicacin para entender superado el binomio derecha-izquierda, para seguir anclado en el discurso moral y rehuir de la confrontacin ideolgica. No entiendo ni el silencio, ni la pleitesa iconoclasta en este asunto. Podemos ha convertido su asamblea fundacional en un reality show de grandes fastos de liderazgo y discursos moralizantes descargados de grandes compromisos polticos. Cuando asaltis el cielo, contadme si Dios existe o iba en las filas de Podemos. Yo prefiero el infierno de la poltica comprometida. Marcos Quijada