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los participantes tena que dar una mala noticia a un colaborador.

La situacin
obligaba a que el jefe previamente se disculpara, pero no lo hizo. Confieso que
siempre me ha extraado ver esta reaccin tan habitual, porque los mejores
lderes que he conocido saben disculparse y reconocen sus propios errores
delante de su equipo. Y siempre que he indagado en el motivo he encontrado la
misma respuesta, que podramos extender a muchos de nosotros: Huimos de
nuestra fragilidad y evitamos aquello que nos impida mostrarnos ms fuertes de
lo que realmente somos (disculpas, gestos sensibles o incluso, empata). Y aqu
est el gran error porque en la medida en que no reconocemos una parte de
nosotros mismos somos incapaces de aceptarnos completamente.
Las personas tenemos un carcter que podramos asemejar al cubo de Rubik con
el que jugamos hace aos. Tenemos diferentes caras, diferentes alternativas. A
veces somos de un modo y en ocasiones, habitamos otro opuesto. Si negamos
una parte de nosotros y nos empeamos en forzar el resto, el sistema se
descompensa. Reconocer una parte de nosotros no significa alimentarla.
Simplemente quiere decir ser conscientes y aceptarla. Es lo mismo que nos ocurre
cuando nos equivocamos. Si no abrazamos a esa parte de nosotros que sufre, es
difcil que estemos bien. Pero nos cuesta porque a veces nos empeamos en
mostrar lo que no somos.
Como descubri Bren Brown al estudiar la vulnerabilidad: Cuando nos
inmunizamos para no sentir emociones negativas, tambin nos inmunizamos para
sentir las positivas. Por ello, y aunque nos cueste, el camino para aceptarnos
pasa por abrazar tambin nuestros miedos o la vergenza de que los otros
vean algo de nosotros mismos que rechazamos.
A veces confundimos fragilidad con debilidad, y no son lo mismo. Mientras que
la fragilidad convive con la fortaleza, la debilidad lo hace con la dureza en el
trato. La debilidad significa no ser capaz de levantarse, esperar que sean otros
los que nos salven o, incluso, enmascarar las emociones. De hecho, las personas
que no abrazan el dolor y lo niegan, pueden ir congelando poco a poco su corazn
y mantienen relaciones personales a travs de capas de cemento. Mientras, la
vulnerabilidad lleva consigo aceptar que las cosas pueden dolernos, que nos
podemos caer, incluso romper pero que, al mismo tiempo, somos capaces de
levantarnos. Las personas qu

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