Anda di halaman 1dari 1

Hipercolibr, lanza relmpagos!

Ametrallado el cactus por las balas de polen


que perdimos en la prehistoria. Vomitado todo
lo que haba que vomitar. Elegantes
y descastados, casi el resto sucio
de los banquetes, un escozor para cada minuto,
como trompos en el centro de la ronda
de trompadas, esquivando los nudillos, dedicamos
un encomio a la que nadie quiere ni aprecia. Su defensa
nos inflama en su algo, el no s qu de
petardismos o infantelios. Ms
que aplogos o menos: adheridos
a su goteo desde hace siglos.
Bien fundidos, sin excusas, a sus trompas
que succionan los afectos y devuelven
todo lo que hay que devolver: joyeles
de los bros en montura yerma, en la hoja
de doble, triple filo; los sentidos
mltiples del coro. Esa hija
del motn celular. Superpuesta
a las clulas, ms bien. La que nadie
quiere ni aprecia ni requiere
defensores, la que planta su impresencia
en el centro inestable del musgo, la que
cimbra el desencanto y lo deshace; es en ella, desde
ella que soplamos; es ah, en la inocencia que se asoma
en el cactus ametrallado o en
cualquier parte.

Anda mungkin juga menyukai