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LA INFLUENCIA DE LA LEY DIVINA EN EL DERECHO HUMANO * La Biblia contiene miltiples mandamientos espectficos, tales como: “No mataras, No cometerds adulterio. No robards". (Exodo 20: 13-15); pero tam- bién incluye verdades religiosas fundamentales que suministtan una guia per- manente para la formulacién de Jas leyes humanas, DerecHo ¥ RELIGION Las verdades bisicas del Cristianismo que dieron lugar a gran parte del progreso del Derecho nosteamericano contintian suministrando los principios rectores de un progreso ulterior a medida que inquirimos por una sociedad mis justa en nuestra turbulenta época. Estudios recientes han explorado la relacién existente entre el derecho y otros campos, tales como Ia sociologia, la economia y Ja psicologia. Los hechos y puntos de vista desarrollados por estas ramas del conocimiento relacionadas con el derecho han influido de alguna manera en la configuracién de nues- tro derecho. Aun cuando gran miimero de personas tienen algunos conocimien- tos sobre dichas esferas del saber, existe un volumen aan mayor que guardan una relacién més estrecha y continua con la religién. Seria algo realmente extraordinario que las creencias de un pueblo cristia- no no éjercieran influencia alguna en Ia claboracién de las leyes que rigen sus conductas. Un pensamiento, un escrito y una educacién juridicos que se desartollaran sobre bases meramente seculares, divorciadas del Cristianismo, serian totalmente inadecuados ¢ incompletos para nuestra sociedad. Los fundamentos del Cristianismo son igualmente basicos para el detecho vigente y suministran una motivaci6n adicional para someterse al mismo. * Con algunas breves adiciones, cambios y supresiones, el presente anticulo es el mismo que se public en Ia revista metodista Adult Leader correspondiente 2 los meses de junio, jatio y agosto de 1973, bajo el titulo God's Laws for Man, Las citas dé ta Biblia estin «omadas de lz versién popular revisada. 38 FRANK HANFT Verpap y VERACIDAD La verdad y la veracidad son buenas y Ja falsedad es mala -~ para el Cris- tianismo ésta no es una afirmacién casual, ni una idea incidental o contingen- te. La lealtad a la verdad constituye un principio religioso fundamental; es inherente a nuestra comprensién de la naturaleza de Dios; Pablo cscribié que Dios nunca miente (Titus 1: 2). Puesto que la falsedad es algo contrariy a Ja naturaleza de Dios, 1a doctrina cristiana la considera como parte de Ia natura- leza de Satands, o sea, la antitesis de Dios. Ver Juan 8: 44. La verdad y Ja veracidad son también principios fucdamentales del dere- cho, Ellas suministzan una amplia base sobre la que se apoyan ptincipios juci- dicos mas concretos. El falso testimonio rendido bajo juramento constituye el ddlito de perjurio, Las normas relativas a la difamacién y la calumnia estin di- rigidas a proteger a las personas contra la lengua y ta pluma del embustero, El fraude constituye una causal juridica para la anulacién de Jos contratos. El principio de la veracidad no sélo suministca el fundamento de las nor- mas juridicas que regulan multiples cuestiones, sino que Ja determinacién de 1a verdad en los casos a decidir constituye un problema juridico permanente, El vasto campo de las normas juridicas relativas a la prueba tiene como meta prin- cipal el descubrimiento de Ja verdad. Hace siglos, cuando el derecho era més primitive, se consideraba posible descubrir la fuente de toda verdad: la mente de Dios. Métodos mecinicos de enjuiciamiento, tales como el juicio de Dios (la ordalia), se utilizaban con base en la ereencia de que Dios determinaria el resultado de la ordalia de acuerdo con Ia verdad. Pero fos hombres Uegacon a comprender que no tenian autori- dad para emplazar a Dios a decidir los casos. Entonces volvieron su atencion a medios de determinacién de Ja verdad, de manera que el procedimiento es- crito (registco de ta investigacién) constituye un importante capitulo de la his- toria del derecho. Nuestro creciente cuerpo de normas juridicas relativas a la prueba, refleja esa preocupacién por Ja verdad, El radar detecta hoy en dia la velocidad de los automéviles. Los medidorcs de embriaguez verifican el grado de alcoholizacién © sobriedad de los conductores de vehiculos. Las huellas digitales dan testimo- nio del manejo de armas por los acusados. Los rayos X tienen valor de pruc- ba juridica, lo mismo que los electroencefalogramas. El detector de mentiras puede utilizarse con el consentimiento de la persona sujeta a investigacién. El derecho no puede responder a la obsesiva pregunta de Poncio Pilatos: ";Qué es la verdad?” (Juan 18: 38), pero mediante sus técnicas puede a menudo contestar con precisién a interrogantes de menor aleance, como Ja de si es ciet- to que el sefior Jones asesind al seiior Smith. LA INFLUENCIA DE LA LEY DIVINA EN El, DERECHO HUMANO: 39 Ex Vator DE LA PERSONA. La unidad de valor cristiana lo es el ser humano individual. Cristo murié para salvar las almas de los hombres. Demostr6 con ello que el maximo valor en el mundo lo constituye el ser humano. Su muerte en la cruz no fue para salvar a alguna nacién o forma de organizacién social, sino para salvat perso- nas. Su vida, asi mismo, estuvo dedicada a esas personas. Les ensefid cémo deben vivir, no sélo en cuanto a su comportamiento exterior sino en cuanto a su vida interior, de la que emana Ja conducta humana, Se interesé por lo que esas personas eran y por lo que hicieron. De acuerdo con Ja Biblia, El no tenia nada que decir acerca de cémo debieran ser sus formas de gobierno, sino que es ensetié lo que el/as mismas, en tanto que personas, debfan ser. Este principio religioso fundamental —el valor de la persona humana in- Gividual— tiene miltiples aplicaciones en el derecho vigente. Dicho principio ha venido y continéa operando vigorosamente, remodelando las relaciones ra- ciales en Norteamérica. La disputa sobre la esclavitud, basada en esta idea, se ha perdido en el pa- sado, pero ha surgido un nuevo conflicto a propésito de las relaciones raciales, a cuyas bases se halla también el principio del valor de cada ser individual. La gente de color ya no se encuentra sometida a esclavitud, pero todavia, hasta hace muy poco tiempo, fue objeto de un amplio proceso de segregacién, Una vez mas la conciencia del pueblo se vio conmocionada dando lugar a un nuevo tipo de revolucién en Norteamérica: una revolucién en Jas relaciones raciales. Se promovieron procedimientos judiciales, presiones politicas, marchas, mani- festaciones masivas y “sit-ins” contra 1a segregacién y la discriminacién racia- es, las cuales fueron éliminadas en gran parte mediante decisiones jud Ia expedicién de leyes. La RELIGION ForTALECE EL DERECHO. Sin embargo, en un problema tan vasto como Io es el de las relaciones en- tre las razas, cada una de éstas integrada por millones de los més variados se- res humanos individuales, los problemas son multiples y complejos, asi como las soluciones posibles. El éxito en la manipulacién de estas complejidades de- pendera de que la mayoria de Jos norteamericanos, blancos y negros, y sus li- deres, estén orientados por el principio cristiano que tiene en cuenta el valor de cada projimo, sea negro o blanco, Aun cuando toda huclla de segregacién y disctiminacién fuese legalmente eliminada, una y otra pueden sobrevivir en nuestro fucro interno. Cuando las ou FRANK HANFT personas sienten antipatia por los miembros de otra raza y los consideran in- feriores, tal sentimiento puede manifestarse de diversas maneras, Esos miembros de otra raza pueden ser anulados socialmente. Tales actitudes de rechazo puc- den ser percibidas por Jos rechazados. El resentimiento de los negros por las actitudes de los blancos puede volverse mas enconado por un sentimiento de trustracion. ¢Qué puede hacer un negro frente a un blanco que lo considera como un ser inferior? ¢Apelar a los tribunales? Los tribunates no pueden for- f coactivamente las actitudes de las gentes. El derecho humano no puede es- tablecer fa obligacién de que los hombres se amen reciprocamente, Dios si puede hacerlo y lo ha establecido asi. “Amaris a ta projimo como a ti mismo” (Mateo 22: 39). La voluntad divina hacia los hombres se cumple tan sélo en la intimidad de los hombres, en Ja que Cristo puede penetra pero no el legis- lador, La eliminacién de la discriminacién no podria sez completa en tanto no sea erradicada del interior del hombre. EL movimiento nacional dirigido a acabar con Ia segregacion y la discri- minacién demuestra ef lugar que fa religién ocupa en cl derecho vigente, La motivacién cristiana produce cambios en el derecho, ayuda a su opetancia y va mis allé de lo que aquél puede lograr, LA RIQUEZA AL SERVICIO DE LAS PERSONAS. El principio cristiano de Ja dignidad de la persona humana ha venido funcio- nando en otra extensa drea del desarrollo del derecho. Gran parte del progreso de Jos fstados Unidos durante el siglo presente se relaciona con la justicia en tal campo de las relaciones econémicas. Si, como el Cristianismo ensefia, el valor Ultimo radica en Ja persona humana y no en Jos bicnes materiales, nuestra ri- queza debe estar al servicio de aquélla. Nuestra época se caracteriza por un asombroso progreso material, Aviones, aparatos de televisién, acondicionadores de aire, Javadoras y otros productos han venido a hacer mas cémoda la vida, y la productividad creciente de nuestras granjas y fabricas nos brinda una abundancia hasta ahora desconocida, Hemos comenzado la tarea de hacer participar a todas las personas en esta nueva abun- dancia, Tenemos leyes que establecen medidas de proteccidn a los ancianos, La Ley Nacional de Relaciones Laborales (National Labor Relations Act) aumen- ta cl poderio de las organizaciones de trabajadores. Las leyes sobre salatios y jornadas de trabajo garantizan al obrero una retribucién minima. Las leyes so- bre seguridad en el trabajo amoxtiguan los efectos de la pérdida del empleo. Las leyes sobre compensaciones a los trabajadores aligeran los perjuicios eco- némicos que recaen en los obreros afectados. Nos encontramos lejos de una utopfa econdmica, pero Jo que hemos fogra- LA INFLUENCIA DE LA LEY DIVINA EN EL DERECHO HUMANO 61 do lo habrian considerado como tal nuestros antepasados. Hoy en dia la parti- cipacién en una mayor abundancia y en una, justicia mas completa constitu- yen todavia metas pero también son ya realizaciones. Sin embargo, gtiene acaso el Cristianismo algo que ver realmente con cues- tiones tales como salarios mas elevados para los trabajadores? Si la pobreza fue preferida por Cristo y por algunos de sus seguidores, gpor qué incluir la liberacién del pueblo respecto de la misma como una de las metas perseguidas a través del principio cristiano de Ia justicia (valor de la persona individual) ? El cristianismo admite la distincién entre la pobreza voluntaria, mediante Ja cual Jos santos mottificaron sus almas, y Ja pobreza que acartea misetia hu- mana y contribuye a la degradacién del hombre. Por otra parte, Ja realidad puede ser transformada por las ideas. Las leyes sobre salarios y jornada de tra- bajo y las que establecen una compensacién a los sin empleo, no pueden con- ducir a la salvacién, pero la buena voluntad hacia nuestros semejantes que nos impulsa a aplicar tales leyes refleja valores cristianos, Buscar una vida abun- dante para los demas va mas allé de proporcionarles ayuda material. Esa bis- queda puede incrementar la vida abundante del espjritu, El Cristianismo, al atribuir estos principios fundamentales a la mente di- yina, fortalece nuestra voluntad para acatar las leyes que sobre ellos se sus- tentan. Si los derechos de los hombres no tuvieran més base que las cos- tumbres y habitos humanos corrientes, el respeto a aquéllos setia muy débil. En efecto, las personas se resisten a admitir que sus vidas estén regidas por las creencias de otros. Pero si los hombres se convencen de que Dios constituye la realidad ultima en cl Universo y que Jos derechos fundamentales son parte de su naturaleza —y, por tanto, que estan incorporados en la naturaleza del Uni- verso—, entonces atenderin a su mandato, La REDENCION POR EL DERECHO. Cuando el derccho superd Ja etapa del castigo de los detincuentes para buscar su rehabilitacién, salié en busca del Cristianismo. El fin cristiano de Ja redencién del hombre le suministeé tanto el motive como el modelo de Ja meta social altima de la ctiminologta. Un aspecto del proceso cristiano de la redencién lo ¢s la condenacién del pecado. Esta implica dos cosas: primera, el reconocimiento de que el mal es algo nocivo; segunda, Ia verificacién y admisién de la culpabilidad. Un pecador no esta en condiciones de cambiar si se satisface con sus pensamientos y hechos y no alcanza a ver ningan mal cn ellos. Ninguna transformacién puede ope- rarse en él hasta que vea que el mal que ha causado es realmente algo daiiino, iccién del pecado Mega a alguien, el arrepentimiento cons- Cuando la conv 62 FRANK HANFT tituye cl paso inmediato, La conciencia de la propia culpa que no esti acompa- fiada del remordimiento no conduce a conversién alguna. En tanto que una persona no se convenza intimamente y se arrepienta, permanecer en el mismo estado de dnimo que la condujo a ser Jo que ha sido y a hacer Jo que hizo. Un tercer paso dentro del proceso cristiano de Ja redencién lo es el rena- cimiento 9 renovacién espiritual. El pecador arrepentido debe convertirse en una nueva persona, Su vida intima debe cambiar. A pesar de su simplicidad, la doetrina del remacimiento espiritual es dificil de entender. Jestis explicd a Nicodemo: “Lo que ha nacido de 1a carne, carne cs; mas Jo que ha nacido del Espicitu es espiritu" (Juan 3: 6). Adviértase el subrayado de la palabra Espi- rity (con maydscula); el Espiritu de Dios debe entrar en la intimidad del hombre para que se opere ese renacimiento espiritual. El espirita malo debe ser transformado; el odio, la lujuria, la gula y la envidia que llevan a realizar actos malos deben set sustituidos por cl amor, la pureza, el sacrificio y la com- pasion, Pero, ¢qué tienen que ver con cl derecho la conviccién del pecado, el asre- pentimiento y el renacimiento espiritual? La criminologia se ha venido a intere- sar no sélo en el castigo de los delincuentes, sino también en su rehabilitacién. La sociedad ha iniciado la tasea de rehabilitar a los transgresores de la Jey. Nuestras prisiones, que ya no constituyen meros sitios de castigo, se han con- vertido cn instituciones correccionales. Tenemos dispositivos tales como la li- bertad condicional, la sentencia indeterminada y la libertad bajo palabra. La sedencién cristiana ofrece un camino, Dios no desea precisamente castigar, sino redimir, La rehabilitacion no puede logratse meramente con someter a los delincuen- tes a un proceso de reeducacién. La conviccién personal del pecado es esen- cial, El arrepentimiento es también importante. Si un delincuente no experi- menta remordimiento alguno, es muy remoto que modifique sus actitudes. Continuard siendo un criminal aun antes de que cometa un nuevo delito. La rehabilitacién de un criminal reclama también un cambio similar al re- nacimiento espiritual. Pocos delincuentes estin dispuestos a aceptar el Espiritu de Dios y a volver a nace. Lo que el renacimiento espiritual significa resulta obscuro a la mayoria de las personas que asisten a los templos y con mayor raz6n a los reclusos en prisién. Pero algo de Ja substancia del renacimiento es- piritual es necesario: una transformacién intima de la persona. EI hombre promedio tiene a menudo una disposicién natural para las ver- dades fundamentales y no necesita de formulaciones cruditas para aceptarlas. Esta conciencia originaria es considerada, en relacién con el principio de Ia transformacién intima, como un fequisito necesario para Ja rehabilitacién, Si una persona con antecedentes penales va a vivir en una comunidad, muchos lo aceptarin si estiman que se ha operado en él un cambio. $i es asi, no lo consi- LA INPLUENCIA DE LA LEY DIVINA EN EL DERECHO HUMANO. 63 derarin como delincuente, Tales personas estarin actuando conforme a prin- cipios ctistianos y de acuerdo con una saludable criminologia. Hemos tratado de mostrar en este trabajo, cémo, en diversos campos de nuestro derecho, subyacen principios ctistianos que aportan un incentivo al pro- greso constante de nuestro pais. Frank Hanrt Profesor emérito de Derecho "Graham Kenan”, en la Universidad de North Carolina, Traduccién del original en inglés por Fausto E. Ropricuez.

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