Anda di halaman 1dari 5

Definición:

Nombre que se da a la huelga general iniciada en Barcelona el lunes


26 de julio de 1909 y a la violenta represión que le puso fin. Las
protestas, provocadas por el envío de refuerzos a la guerra de
Marruecos, comenzaron el día 11. Los sindicatos llamaron a la huelga
general, que fue completa y pacífica al principio. El día 27, ante la
declaración del estado de guerra y la presencia del ejército en las
calles, comenzó a radicalizarse el conflicto, hasta derivar en una gran
insurrección. El ejército recuperó el control de la ciudad los días 30 y
31, a costa de más de 100 muertos y 500 heridos. La represión que se
desencadenó a continuación provocó fuertes protestas dentro y fuera
del país e hizo caer el gobierno de Antonio Maura.

La Semana Trágica

A partir del mes de julio de 1909 Maura, que hasta entonces apenas
había tenido problemas importantes en su gestión de gobierno, hubo
de afrontar una situación muy difícil a causa de los acontecimientos
producidos en la Semana Trágica de Barcelona, que obligaron a variar
el rumbo de la vida política.

Desde hacía algún tiempo, la situación en esta ciudad era difícil.


Barcelona, corazón en aquella época de la industrialización española,
había vivido desde principios de siglo un gran auge de las
movilizaciones obreras que había culminado en 1907 con la
creación de Solidaridad Obrera, organización anarquista que nació
como respuesta a la burguesa y nacionalista Solidaritat Catalana.

Alejandro Lerroux y su Partido Republicano Radical también se


desarrollaron en la Ciudad Condal con un programa demagógico y
anticlerical. En la práctica no proponía un cambio social auténtico,
pero su mensaje y su constante actitud crítica, hicieron que una
buena parte de las clases medias y, lo que es más significativo, de los
trabajadores catalanes pasaran a apoyarle; tuvo un gran número de
seguidores entre los numerosos inmigrantes que llegaban a Barcelona
y su cinturón industrial.

La Ley de Jurisdicciones de 1906 trajo un reforzamiento del


anticlericalismo y antimilitarismo en la ciudad. La política
autoritaria del gobierno de Maura no ayudó a calmar los ánimos.

Sin embargo, fue la guerra de Marruecos, (1) la que determinó el


estallido de la Semana Trágica:

En julio de 1909 los miembros de algunas cabilas atacaron a los


trabajadores españoles de una compañía minera. El gobierno Maura
decidió el envío de tropas para salvaguardar los intereses españoles,
pero en lugar de enviar a las tropas situadas en Andalucía, el ministro
de la Guerra decidió aprovechar la ocasión para ensayar el plan de
movilización de reservistas, y ordenó la incorporación de estos en
Madrid y Barcelona. Las protestas generalizadas no fueron atendidas.
El día 18 cuando las tropas embarcaban en el puerto de Barcelona, se
produjeron incidentes graves, también habían ocurrido en Madrid,
donde las mujeres y madres de los alistados invadieron las vías para
intentar detener los convoyes.

La tensión fue en aumento en los días posteriores. Solidaridad Obrera


convocó huelga general en Barcelona para el día 26 de julio, a la que
se sumó la UGT. Las noticias del desastre del Barranco del Lobo,
que causó más de mil doscientas bajas (2), coincidieron con el inicio
del paro, que fue total en la ciudad. Por la tarde se declaró el estado
de guerra, mientras la huelga se extendía a las ciudades industriales
vecinas y el comité de huelga perdía el control de la situación. Se
iniciaron tres días de protestas, quemas de conventos y
enfrentamientos con el ejército.

La Semana Trágica tuvo un brutal coste humano: un centenar de


muertos, heridos, destrucciones... La represión fue muy dura:
registros, cerca de 1.500 detenciones y 17 condenas a muerte de las
que se ejecutaron cinco, entre ellas, la de Francisco Ferrer y
Guardia, pedagogo anarquista y fundador de la Escuela Moderna,
una alternativa a la enseñanza católica predominante, que contaba
también con clases nocturnas para adultos y editaba sus propios
libros. La escuela respondía a la creencia de Ferrer, compartida por
otros muchos anarquistas, de que la educación (y no las bombas) era
el elemento fundamental para alcanzar el comunismo libertario. Hoy
parece demostrado que no participó en los hechos y que, en realidad,
la condena se basó en indicios insuficientes; más bien, se quería
personificar en él el escarmiento. Su ejecución se produjo en medio
de una oleada de protestas internacionales y contribuyó a mitificar el
personaje.

La Semana Trágica se llevó por delante el programa reformista de


Maura. Mientras el PSOE conseguía que Pablo Iglesias fuera elegido
diputado en 1910, el liberal José Canalejas llevó a cabo el último
intento regeneracionista dentro del sistema de la Restauración. Sus
acción reformista (servicio militar obligatorio en tiempos de guerra,
ley del "candado", Ley de Mancomunidades que se vio finalmente
frustrada en el Senado) acabó brutalmente con su asesinato por un
anarquista en 1912. En adelante, podemos hablar de una crisis
permanente de los partidos del turno.

(1) A comienzos del siglo del siglo XX, el gobierno español decide ejercer
en Marruecos una influencia que devolviera al país el prestigio
perdido como consecuencia del Desastre del 98. A este fin se
adhiere a la Declaración de Londres de 1904, que asigna a
España la misión de facilitar ayuda a Marruecos para llevar a
cabo las reformas militares, económicas y administrativas de la
que estaba tan necesitado.

En esta época el control de las cabilas que circundaban Melilla


estaba en manos de un cabecilla, Muley Mohamed, que no
acataba la autoridad del sultán Abd al- Aziz, por lo que España
negocia con este cabecilla la explotación de yacimientos
mineros por compañías españolas y francesas. Sin embargo
estas concesiones hacen que las cabilas que antes apoyaban a
Muley Mohamed consideren que este les ha traicionado y para
demostrar su enojo el 8 de agosto de 1908 atacan las
explotaciones, aunque sin causar víctimas y Muley Mohamed es
apresado y enviado a donde moriría encarcelado por el sultán.

La muerte de Muley Mohamed deja a España sin interlocutor


con los rifeños y la situación se hace más tensa. El general
Marina, Comandante General de Melilla, pide instrucciones y
refuerzos al gobierno, ya que con las fuerzas con que cuenta no
pueden continuar las labores pacificadoras, esto es la
continuidad de las explotaciones mineras. El gobierno se limita
a pedir calma al general y no hace nada, es más le prohíbe
cualquier acción militar y el 7 de junio de 1909 autoriza a las
compañías mineras a proseguir sus trabajos.

La tranquilidad dura poco, ya que a finales de junio comienza


una gran agitación, con predicación de la guerra santa, en las
cabilas próximas a Melilla. Ante la negativa gubernamental a
autorizar la ocupación y fortificación de posiciones que
permitieran defender a los trabajadores de un posible ataque
rifeño, Marina ordena una expedición por estas cabilas, que lo
único que consigue es la captura de seis agitadores que son
conducidos presos a Melilla.

Las detenciones son el detonante de la sublevación y día 9 de


julio de 1909 se produce, en Sidi Musa, un ataque de los rifeños
a un grupo de obreros españoles que construían un puente para
un ferrocarril minero, matando a seis de ellos e hiriendo a uno.

Cuando los hechos son conocidos por el gobierno, presidido por


Maura, este decreta el día 10 de julio la movilización de tres
brigadas mixtas de Cazadores, formadas en su mayor parte por
reservistas de 1903 y 1904, lo que provoca disturbios en Madrid
y en Barcelona, donde se producen los conocidos como Semana
Trágica.

En días sucesivos, menudean los enfrentamientos con


francotiradores ocultos en las alturas que dominan las
posiciones españolas. El día 16 comienza la llegada a Melilla de
las fuerzas expedicionarias y el 18 entran en combate. El 20 se
produce un nuevo ataque rifeño en Sidi Musa, aunque fue
rechazado por los españoles tras largos combates, bajo un sol
abrasador sin agua y sin comida. El 22 los ataques se
aproximan a Melilla, por lo que para detener el avance enemigo
se ordena una concentración del fuego artillero sobre el
principal núcleo atacante. El general Marina en previsión de un
ataque a Melilla acantona una columna de seis compañías de
infantería y una sección de obuses en las proximidades de la
ciudad, al mando del coronel Álvarez Cabrera. Este mando por
iniciativa propia ordena una marcha nocturna hacia Ait Aixa,
perdiéndose durante la noche y amaneciendo en el barranco de
Alfer donde son sorprendidos y diezmados por los
francotiradores apostados en las alturas. Esta imprudencia, que
cuesta la vida al coronel, produce además 26 muertos y casi
230 heridos.

El día 26 de julio se reciben noticias a través de confidentes


rifeños sobre la preparación de un potente ataque rebelde. El
general Marina, ya teniente general y Comandante del Ejército
de Melilla, ordena la salida de tropas para proteger la posición
de la Segunda Caseta. Asimismo, dispone que la brigada de
Cazadores de Madrid, mandada por el general Pintos, vigile la
zona del barranco del Lobo y el de Alfer, situados en las
estribaciones del monte Gurugú. Es en el barranco del Lobo
donde los españoles se ven expuestos al fuego graneado de los
rifeños que continúan dueños de las alturas.
Se comete, además, el grave error de intentar la retirada sin
apoyo de la artillería, lo que causa gravísimas pérdidas. El
general Marina a la vista de la gravedad de la situación se hace
cargo del mando y organiza la retirada con apoyo artillero y de
fuerzas procedentes de la posición de la Segunda Caseta.

Esta emboscada originó 153 muertos, entre ellos el general


Pintos que estaba al mando de la expedición y casi 600 heridos.

Ante la gravedad de los acontecimientos se decide la


suspensión de todas las operaciones bélicas y continuar
reforzando el contingente español en Melilla, que a mediados
de agosto ya cuenta con más de 35.000 hombres y un elevado
número de piezas de artillería y munición. A finales de agosto
se reinician los combates por parte española, aunque ahora
desde una posición de claro dominio, lo que llevaría a la
pacificación total de la zona a finales de año.

El desastre del Barranco del Lobo ha sido considerado, junto con


el de Annual en 1921, como una de las más sangrientas
derrotas sufridas por el ejército español en las guerras
sostenidas en el norte de África.
Canción popular

El Desastre del Barranco del Lobo causó una profunda


conmoción en España, siendo tema para una coplilla popular
difundida durante muchos años, especialmente entre los
soldados que servían en África, y cuya letra era la siguiente:

En el Barranco del Lobo


hay una fuente que mana
sangre de los españoles
que murieron por España.
(En otras versiones "por la patria")

¡Pobrecitas madres,
cuánto llorarán,
al ver que sus hijos
a la guerra van!

Ni me lavo ni me peino
ni me pongo la mantilla,
hasta que venga mi novio
de la guerra de Melilla.

Melilla ya no es Melilla,
Melilla es un matadero
donde van los españoles
a morir como corderos.

(2) El número de bajas varía según las diferentes fuentes, oscilando


entre 200 y 1000-1500 bajas. Se puede tener en cuenta para
clarificar que el Barranco del Lobo fue uno de los varios
enfrentamientos que se produjeron entre el ejército español y
las cabilas

Anda mungkin juga menyukai