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CONFLICTOS EN DEMOCRACIA la vida politica argentina entre dos siglos lilia ana bertoni luciano de privitellio compiladores >] Ere ORCL} LEO UsNLa 12 -OF-2ory CONFLICTOS EN DEMOCRACIA la vida politica argentina entre dos siglos \ 1852-1943 lilia ana bertoni luciano de privitellio compiladores SRK] sistoveintuno cexitores Sig veo eores HoScrue et (ngagoun Buenos Ae gent Siglo wintino eaten nade. NET a Delegctn Coyoscn (4550) igo dopa eons 8 crevtmger icy n (28005) lad ayaa 5), DE, México alina ene dos alos, Goalies cn democracia ls vida politica ang ene gag // eompllado por Lika Ans Bertoni Luciano de Privtelito, - 1a 6d, - Buenos Aires : Siglo Veintiuno Editores, 2009, yu peiatelg em (Bistria y culeura, 43 / dir: Las tberto Romero) ISBN g78-987-829-08-0 1: Historia Politica Angentina, I, De Prstlio, Luciano, comp, 1. Berton, Lilia Ana, comp, epp sroght © 20909, Siglo Veintinno Eattores . A. Diseio de coleceién: tholOn Kunst Diseio de cubierta: Peter Tjebbes son 978-087 629-0800 Impreso en Aries Gificas Delur // Alte Soler 2450, Avellaneda, ea el mes de agesto de 2009 Hecho el depésito que marca la ley 11.723 mprevo en Argentina // Made in Argentina Introduecién 9 Lilia Ana Bertoni y Luciano de Privitllio 1. El pueblo “uno e indivisible”. Précticas politicas del liberalismo portetio 25 Hilda Sabato 2. Estado confesional o estado laico? La disputa entre librepensadores y catolicos en el cambio del siglo XIX al XX 45 Lilia. Ana Bertoni 8: Iglesias de trasplante? Iglesias de injerto? Las iglesias protestantes en la Argentina centre 1870 y 1910 n Paula Seiguer 4- La Reforma y las reformas: la cuestién electoral en el Congreso (1912-1930) 89 Ana Virginia Persello Luciano de Privitltio. 5- “Pierrot ha dejado su traje, y enarbola la bandera roja que tan mal le sienta.” Conflictos gremiales en el mundo del teatro portefio, 1919-1921 138 Carolina Gonzilec Velasco 6. Nacionalistas y conservadores, entre Yrigoyen y la “década infame” Maria Inés Tato La ptimera experiencia democratica argentina, desarto- ada a partir de la implantacion de la Ley Sienz Pefia en 1912, inauguré la era de la politica de masas y levé al gobierno al rac calismo, el principal partido opositor al orden conservadot: Los avatares de esa experiencia tuvieron un impacto profundo sobre la derecha conservadora, enfrentada a la necesidad de adaptarse alas nuevas regias del juego para competir electoralmente con el nuevo oficialismo. La incapacidad que manifests a Ja hora de dar tuna respuesta viable a ese desaffo derivé en un creciente desen- gafio de la cemocracia que habia auspiciado hacia el Centenario y la condujo a la biésqueda de alternativas ajenas a los principios constitucionales, como e! golpismo y el fraude electoral.! Por otra parte, el despliegue democritico también dio hugar a la aparicién de una corriente diferenciada en el seno de esa tenden- cia del arco politico, iderada por una nueva generacién influida por el tradicionalismo y el autoritarismo europeos: los nacionalistas. En Ia historiografia ha predominado la tendencia a earacterizaclos como un fenémeno reciente, practicamente desenraizado de las corientaciones politicas existentes. Desde esa perspectiva, que se niutre de las versiones hagiograficas de los militantes de ese movi- :miento politico, cl nacionalismo aparece huérfano de vinculacio- nes con otras fuetzas de Ia derecha y, en ocasiones, es presentado ‘como opositor a las fuerzas conservadoras que habian moldeado a la Argentina liberal desde 1880, lo que supone trasladar ala década de 1920 la polarizacién que habria de caracterizar las relaciones en- tre nacionalistas y conservadores desde mediados del siguiente de- cenio. Sin embargo, esta corriente de la derecha compartia con los conservadores un sustrato ideoligico comtin, fundado en su an- 150 CONFLIGTOS EN DEMOCRACIA, NACIONALISTAS ¥ CONSERVADORES... 151 claje en la wadici6n liberal, que favoreci6 su accién conjunta en el contexto dela crisis de fines de los ios veinte, lo que desmiente las dlistancias originalmente auibuidas a ambas racciones de la dere cha, Por cierto que al avanzar Ia década de 1930 el perfil ideotigico Y politico de los nacionalistas habria de suftir modificaciones sus tanciales al calor del ensayo uriburista, de la gestion del justismo y de la coyuntara internacional, y finalmente conduciria a un intenso antagonismo con las agrupaciones conservadoras, El objetivo de este capitulo es bosquejar la trayectoria del vincu- lo establecido entre conservadores y nacionalistas, desde su emer gencia durante a segunda presidencia de Hipélito Yrigoyen hasta su disolucign en el marco de la denominada “restauracién con- servadora’, dado atravesaba una fase marcada por la democratizacién del sis: tema politico y una irtupci6n definitiva de las masas en la esfera pit blica que hizo tambalear las certidumbres de la elite. Los nacionalistas que se asomaron a la vida politica durante la segunda presidencia de Yrigoyen para combatirla procedian prac- ticamente de los mismos ambitos de sociabilidad de la elite con- servadora, pero representaban tuna nueva generaci6n, desvinct- Jada de la gestacién de la “reptiblica verdadera” instaurada a partir de 1912.* Entre ellos se destacaban los hermanos Rodolfo y Julio Irazusta, Alfonso y Roberto de Laferrére, Emesto Palacio, Lit sardo Zia y Juan Carulla Estos j6venes, que encarnaban las nuevas orientaciones de la derecha, introdujeron en las contiendas politicas un repertorio ideol6gico enraizado en especial en el tradicionalismo europeo y Fepresentado, entre otros, por los intelectuales de L'Action Fran- saise. Como Jo sintetizara uno de sus mis agudos referentes, Er- nesto Palacio, entre las influencias decisivas en su formacién ideo- ogica se encontraban LOS ORIGENES DE UNA RELACION TORMENTOSA En un sentido restringido, la aparicion del nacionalismo como mo- vimiento politico antiliberal y antidemocratico ha dado Tugar a Platén, Aristteles, Santo Tomés, Bossuet, de Maistre, Bonald, Rivarol, Kant, Pareto, Renan, Comte, Maurras, Donoso Cortés y ottas personas igualmente renombra- as que coinciden todas en afirmar que el sufragio uni- versal es un privilegio concedido a a incompetencia y Ia irresponsabilidad del nimero, de las bajas pastones, de Jos intereses personales o partidarios, contra la compe- tencia, la responsabilidad, el valor técnico y el culto del bien comin de la Nacién.¢ riltiples dataciones algunos ubican su aparicin en las Gltimas dé cadas del siglo XIX y otros indican el Centenario de la Revolucion de Mayo o las visperas del golpe de estado de 1980 como su fecha dde nacimiento.? Més recientemente, se ha sefialado la peculiar co- yuntura de la erisis de la primera posguerra ~coincidente con las conmociones sociales de esa etapa critica y con los primeros pasos del proceso de democratizacién al que hemos aludido~ como el ‘momento de eclosin de este movimiento politico. Por entonces, Jas expresiones aisladas de ese nacionalismo, reducidas por fo genc- ral a algunas personalidades destacadas del mundo de la cultura, fueron adquiriendo una articulacién colectiva bajo la forma de or- ganizaciones, como la Liga Patiética Argentina, surgida durante fa “Semana Trigica” de enero de 1919, 0, hacia fines de la década, en tomo de algunas publicaciones periédicas y agrupaciones nacions- listas! Bs indudable que la evolucion de este movimiento se halla inexiricablemente vinculada a las vicisitudes del proceso de cons truccién del estado nacional argentino, que en el periodo abor Por entonces era bastante periférica la impronta del fascismo, al igual que la del anticomunisino y la del antisemitismo, aspectos que en cambio cobrarian mayor centralidad en la década siguiente. Estas influencias idleolgicas se tradujeron en la exaltacién de la acci6n directa en detrimento dc los procedimientos parlamenta- rios y representativos, y en un discurso virulento contra la demo- cracia y el liberalismo, prodigado en grandes dosis desde las tribu- nas de La Nueva Repiibtica, Criterioy La Fronda. Precisamente desde 152 CONFLICTOS EN EMOCRACIA estos ambitos, a fines de septiembre de 1929 ingres6 en la accion pitblica fa primera de las organizaciones nacionalistas, a Liga R publicana, definida como “un grupo de jOvenes ajenos a toda vir calacién partidaria o con independencia de ella” que “se habian organizado en liga de accién opositora para despertar un movi miento de reaecién contra la politica del gobierno y sus comités".? Aunque se pretendié recalcar la autonomia de la Liga, su vincula- ion con La Fronda era evidente: su cuartel general estaba insta- lado en las oficinas del diario, cuyo staff militaba en las filas liguis- tas, y recibia el financiamiento de su propietario.* En su primer manifiesto, la Liga proclamé sus objetivos en lox siguientes términos: a) Resistit mediante la prédica oral y eserita, 0 la accién directa, segtin los casos, al predominio de la politica demagogica que hoy rige la vida del pats. [..] ) Combatir, mediante una campaiia activa de denuncias concretas, el régimen administrativo impnesto por el presidente Yrigoyen. [..] Iniciar una accién enérgica en defensa de la Constitucién y las leyes de la Repiblica, cuyo desconocimiento por el gobierno, cualquiera sea la mayoria electoral que lo design6, no debe consentit nningtin ciudadano, Cuando el gobierno deja de cumplit ta Constitucién, por cuya virtud ejerce su mandato, deja inmediatamente de ser un gobierno legitimo para transformarse en despotism; por consiguiente, quedan abolidos los vinculos de solidaridad y obediencia” Como surge de la lectura de esa deciaracién de principios, a pesar de su retorica y de su filiacién ideoldgica antiliberal, los naciona- listas evidenciaban su claro arraigo en la tradici6n liberal que constituia el cimiento ideologico de los conservadores argenti- nnos.!9 En efecto, ala hora de atacar al radicalismo yrigoyenista, os nacionalistas se atrincheraron en la defensa de la Constitucién na- ional, de la transparencia de la gestiGn ptblica, del equilibrio de ppoderes y de la plena vigencia de las libertades individuales, adop- NACIONALISTAS ¥ CONSERVADORES... 153, tando sin ambages la herencia del liberalismo. Por otra parte, como se desprende de la aseveracién de Palacio, exhibieron la misma mirada elitista de los procesos politicos y sociales que ca- acterizaba a los conservadores, quienes se autoconcibieron como fieles representantes de un “antiguo régimen” identificado con una edad dorada amenazada por la masificacién y se constituye- on, en consecuencia, en el patriciado encargado de custodiar las glorias pasadas frente a una plebe por completo ajena a esos lo- Bros y que desafiaba su perpetuacién, Asimismo, lejos de la postura antisistema de la extrema derecha europea, cuya eruzada englobaba la lucha contra los partidos poti= ticos, los nacionalistas argentinos no desceviaron en este estadio de ‘m desarrollo colaborar con las fuerzas partidarias opositoras al ra- dicalismo, Para las elecciones nacionales celebradas en marzo de 1980, el grueso de la Liga se inclin6 por participar activamente en la campafia electoral y respaldar en las urnas los candidatos de las principales fuerzas opositoras en cada distrito, dada la carencia de lun frente o coalici6n homogéneos a nivel nacional, No faltaron las disensiones internas acerca de este punto, pero curiosamente no gi- Faron en torno de la licitud de la participacion en los procedimien- tos electorales que el propio discurso nacionalista habia denostado. Por un lado, las divergencias se centraron en cl apoyo a deter minadas agrupaciones, como el Partido Socialista Independiente (PSI). Alfonso de Laferrére se opuso de manera categorica a la te- situra de apoyar a un partido al que concebia como ideolégica- mente incompatible con el nacionalismo, Reivindicéndose como conservador, en tanto partidario de “la conservacién social” y del “orden” frente a “Ia barbarie bolchevista”, encarnada en el pafs en un “partido revolucionario” dividido en “tres fracciones: comu- nista, socialista y socialista independiente, simples matices de una misma tendencia, descolorida a veces por razones de tactica, pero cuyo wiunfo conducirfa finalmente [...] ala implantacién de un régimen colectivista”, seital6 que el voto al PSI apuntalarfa *a un partido que no se fund6 para combatir al personalisino, sino para realizar un programa de reformnas sociales”. Yadvirti6: “que nadie se llame a engatio: quien vote por cualquiera de los partidos socia- listas votara por la Revolucién”.!* 154 CONFLICTOS EN DEMOCRACIA Por su parte, otros militantes de ta Liga, como Rodolfo Irazusta, pretendieron presentar una alternativa electoral propia y crear tuna lista mixta constituida por Manuel Carlés (presidente de la Liga Patriética Argentina), el poeta Leopoldo Lugones, algunos socialistas independientes y miembros de la Liga Republicana. ‘Como su mocién fue derrotada, Irazusta renuncid a la entidad.”” Luego de esta pionera organizacién nacionalista, se formé la Legion de Mayo, en agosto de 1930, bajo la direccién de Alberto Vitias, Esta agrupacién manifest6 las mismas ambigiedades de la Liga frente al liberalismo, como io muestra el manifiesto que acompaié su aparicién pitblica: Ciudacanos: La patria esti en peligro. El esfuerzo de ‘muchas generaciones argentinas, en un siglo de huchas gloriosas por la civilizacién, creé los resortes institcio- nnales de nuestra democracia. [..] Desde el 25 de Mayo de 1810 hasta la Ley Saenz Peita, las energias nacionales fueron absorbidas por el problema fundamental de la onganizacién republicana representativa federal. Y bien, ciudadanos: De ese patrimonio amasado por el genio, la abnegacién y el dolor de todo el pasado nacional, no queda nada. [...] La historia reclama el gesto que reate el hilo de nuestra altva tradicién de libertadores."® Tanto la Liga Republicana como la Legion de Mayo tuvieron un no- table protagonismo en el golpe de estado del 6 de septiembre de 1930 que dio paso a la experiencia del uriburismo, crucial para las posteriores transformaciones del universo ideolégico nacionalista. LA REVOLUCION ANUNCIADA, La revoluci6n de septiembre condensé las expectativas de cambio de los nacionalistas, que esperaban que el general José Félix Uri burn liderara la reedificacién del sistema politico sobre nuevos fundamentos. NACIONALISTAS ¥ CONSERVADORES... 155 Las ambiciones nacionalistas, sin embargo, pronto chocaron con la limitada gravitaci6n de sus idedlogos sobre el gobierno provisional. El repaso de la distribucién de cargos efectuada por Uriburu puede resultar ilustrativo del balance de poder entre conservadores y nacionalistas en el seno del régimen militar y,en €1 mismo sentido, de los proyectos politicos que pugnaban por imponerse. El orden conser vador se hallaba claramente represen- tado en el gabinete a través de Enrique Santamarina, Matias Sin- chez Sorondo, Ernesto Bosch, Ernesto Padilla, Adolfo Bioy, Hora: Beccar Varela y Octavio Pico, Por su parte, los nacionalistas se insertaban en los elencos de las intervenciones provinciales, sin duda en la periferia del punto neurdlgico en la toma de decisio- nes del gobierno provisional; asi, Carlos Ibarguren fue interven tor en la provincia de Cérdoba, acompaiiado de Enrique Torino, Arturo Mignaquy, Roberto de Laferrére y Eduardo Muiiiz; Er- nesio Palacio fue funcionario de la intervencién federal en San Juan, y Tomas Casares, de la de Corrientes. Tras el golpe de estado, los conservadores pronto reclamaron Uriburu el retorno a la normalidad institucional a través de la convocatoria a clecciones generales. Este reclamo presuponia ‘mantener intacto el ordenamiento politico previo, al entender que el consenso ~al menos técito- del que habia gozado el derro- camiento de Yrigoyen se traduciria automaticamente en el replie- gue electoral del radicatismo, que perdiia en consecuencia su peli- sgrosidad a los ojos de sus tradicionales opositores. Por su parte, la reforma auspiciada por los nacionalistas tenia entonces contornos muy indeterminados, aunque minimamente se esperaba su total distanciamiento respecto de la democracia de suftagio universal instalada a partir de la Ley Saenz Pefia. Por consiguiente, suponia una remodelacién drastica de las reglas del juego politico previa a cualquier convocatoria electoral, La construccién de esa alternativa politica fie adquiriendo una rela- tiva precision a partir de la formulacién oficial de una propuesta de inspiraci6n corporativa, difundida en forma de manifiesto el 1 de octubre de 1930. Alii, cl general Uriburt volvia a afirmar que la revolucién no habia sido hecha solo para suplantar homn- bres en el gobierno y reiteraba su aspiracién de reformar la 156 CONFLICTOS EN DEMOCRAGHA Constitucién Nacional, sugiriendo como posibilidad la represen- tacién funcional.”* Poco después, desde la intervencion cordo- besa, Carlos Ibarguren serfa el encargado de precisar el cardcter de Ja reforma politica uriburista, intentando deslindarla del mo- delo fascista y enfatizando su utilidad para combatir a los *politi- cos profesionales” ni yuelta a la demagogia y al imperio de los comités, ni reformas exclusivamente fascists [...]. En el Parlamento puede estar representada la opinién popular y acor- darse, también, representaci6n a los gremios y corpora: ciones que estén s6lidamente estructurados, La sociedad ha evolucionado profundamente del individualismo de- mocritico que se inspira en el sufragio universal, a la ex ‘ructuraciOn colectiva que responde a intereses genera les mas complejos y organizados en forma coherente dentro de los cuadros sociales.!® El proyecto corporativo se fue diluyendo a medida que se hacia manifiesta la tensién con los partidos politicos que habian respal- dado la estrategia golpista , en consecuencia, mientras se angos- taba el margen de maniobra de Uriburu.' Tras la derrota electo- ral en Ia provincia de Buenos Aires el 5 de abril de 1931, que demostr6 que el radicalismo ain gozaba de buena salud y marcé la debacle inevitable del experimento militar, los nacionalistas vol vieron a impulsar en vano la fallida iniciativa reformista a través de sucesivos movimientos de opinién que, al mismo tiempo, in- tentaban presionar al gobierno para que mancuviera el rurnbo ini- cial y postergara la normalizaci6n institucional. Reaccion Nacio- nal y Accién Republicana fueron dos organizaciones effmeras que operaron en ese sentido, lideradas por diversas figuras del campo nacionalista: Leopoldo Lugones, Rodolfo y Julio Irazusta, Ernesto Palacio, Justo Pallarés Acebal, César Pico y Lisardo Zfa, No falta- ron las voces que clamaron por el mantenimiento sin plazos ni condiciones de la dictacura militar, aliada a la intelectualidad na- cionalista, propuesta que abrevaba en La patria fuerte y en La grande Argentina de Lugones."” NACIONALISTAS ¥ CONSERVADORES... 157 El gobierno militar no pudo sustraerse a la dindmica de los Acontecimientos, que hicieron inevitable la reanudacién de is hi- chas electorales en una trama institucional intacta, impermeable a las vagas pretensiones corporativas de su lider y de sus huestes nacionalistas, ni tampoco al desenlace de ese proceso, la llamada “vestauracién conservadora”, Algunos de sus principales exponen- tes, como los hermanos Irazusta o Ernesto Palacio, habian experi- mentado una temprana desilusién frente a la inaccién riburista y su indeterminacién ideolégica; no obstante, la mantuvieron re- servada hasta las postrimerias de su gestion, cuando se mostrarfan abiertamente criticos desde la direccién de la tercera época de La Nueva Reptiblica.'* La mayoria de los nacionalistas, en cambio, ha- brian de refugiarse en una idealizacién retrospectiva de la expe- riencia septembrina, vista como una oportunidad perdida para la instauraci6n de la ansiada regeneracion de la politica." Para unos y otros, sin embargo, el interregno uriburista seria clave en la de- finicién de su perfil ideol6gico y en la transformacién de sus préc- ticas politicas. METAMORFOSIS DEL NACIONALISMO Una diferencia evidente entre el nacionalismo de las visperas del golpe del 6 de septiembre y el desarrollado durante la década de treinta se observa en el aspecto organizativo. Como seitalaramos antes, al estallar el movimiento revolucionatio los jévenes nacio- nalistas se encuadraban en dos agrupaciones, la Liga Republi- cana y la Legién de Mayo. En el transcurso de la década, en cam- bio, el panorama del campo nacionalista se complejiz6 y se pobls de numerosas organizaciones rivales, a menudo diferenciadas apenas por matices y ocasionaimente dispuestas a acordar vincu- Jos temporales. Sin 4nimo de dar cuenta de la totalidad de ellas, cabe mencionar a la Legién Civica Argentina, surgida durante el periodo uriburista, la Accién Nacionalista Argentina (ANA), Iuego devenida Afirmacién de una Nueva Argentina (ADUNA), Ja Logia Teniente General Uriburu, la Milicia Civica Nacionalista, 158 CONFLICTOS EN DEMOGRACIA la Guardia Argentina, el Partido Fascista Argentino y la Alianza de la Juventud Nacionalista (AJN). Los nacionalistas dispusieron también de varios érganos de prensa para difuncir sus ideas en la opinién péblica en una coyuntura caracterizada por la incert- dumbre politica y los efectos de la depresiGn econémica: Bandera Argentina, Crisal, Clarinada, Soly Luna, Baluarte, Cuadernos Advis 1as, Fl Pamper, Nueva Poiten, Nuevo Orden, entre otras publicacio- nes periédicas. A pesar de que a lo largo de la década se empren- dieton varias tentativas de coordinacién y unificacién, bajo la

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