Victor Hugo
II
El horizonte ideal.
Quin puede saber, salvo los demonios y los ngeles,
Lo que sufre siguindote, y qu relmpagos extraos
En sus ojos refulgirn,
Cuando sea quemado en medio de chispas ardientes,
Ay! y en la noche cuntas fras alas
Vendrn a golpear su frente?
l grita espantado, t prosigues implacable.
Plido, agotado, expuesto, bajo tu vuelo que lo abruma
l se da por vencido con horror;
Cada paso que das parece cavar su tumba.
Por fin el trmino llega corre, vuela, cae,
Y se incorpora ya rey!