Hoy les contare una historia de joven que vendia pollos, en el 26, a los 16,

pero parecia de 36 con esa barba blanca, negra en ese tiempo muy larga como
sus ganancias, parecia que el joven traficaba armas, por eso siempre se
activaban las alarmas, el conocia a la mafia, al mosca, el lagartijo, que mato a
varios mijos, un par de asesinos, despues hizo amistad con el coreano,
despues dejo un retoito, alias coreanito.
Con el coronel a un lado de el, en la granja comprando el pollo, por
camiones le llegaban todas las maanas, en grandes cantidades, en toneladas,
a veces le lleganban los pollitos enfermitos, con esa famosa gripe aviar, y
despues los mandaba a volar.
Un dia nos mando a volar, como sus gallinas enfermitas, se enojo por
llevarnos la trocota, la cheyene, el jair manejaba penso que la robababa, el
morro se espanto, por que las velocidades no entraban, no cuajaban. Como
las gelatinas que vende el abuelo del jair por la gasolinera, por magdalena,
por aquella lejana pradera.
Continuando con la historia el tio ruben me decia ven ven, hay que hacer
idolos antaos, pero aprende chamaco antes de que pasen mas aos, pero oye
bien, tienen que ser detallados, como una piedra de obsidiana, brillante hasta
en la noche.
El tio nos chamaqueaba nos contaba historias de cuando se los rebentaba,
decia que le decian el rubas, tio rubas como cobarrubias, que se mueve entre
las rubias, que las cita en el tlalok y las planta entre las lluvias.
El nos enseo a pelar los pollos, como los retoos, pero el dia de hoy no le
pudimos ayudar, por que andabamos tendidos rifando trucos en el skatepark
Pollito con molito y arrocito un vaso de cokita tomando con la rukita de la
esquina, pero hoy le cantamos lo acompaamos toda la pandilla, toda su
familia, asi termina esta historia del cumpleos del tio ruben, que llegaba en
la noche que nos espantaba, pero hoy solo partiremos el pastel.