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Monografía de Guanajuato

Capital: Guanajuato

Municipios: 46

Extensión: 30 608 km2, el 1.6% del territorio nacional.

Población: 4 893 812 habitantes, el 4.7% del total del país.

Distribución de población: 70% urbana y 30% rural; a nivel nacional el dato es de 76 y


24% respectivamente.

Escolaridad: 7.2 (primer grado de secundaria); 8.1 el promedio nacional.

Hablantes de lengua indígena de 5 años y más: 2 de cada 1 000 personas. A nivel


nacional 70 de cada 1 000 personas hablan lengua indígena.

Sector de actividad que más aporta al PIB estatal: Industria Manufacturera; destaca la
fabricación de productos metálicos, maquinaria y equipo.

Aportación al PIB Nacional: 3.5%

El escudo del Estado de Guanajuato lleva en el centro la imagen de la Santa Fe de la


Granada, que simboliza el triunfo de los reyes católicos sobre los musulmanes. El escudo se
apoya sobre una repisa que representa ser de mármol de colores con adornos de oro. Tiene
en la base una concha sujetada por dos ramas de laurel que están unidas por una cinta azul.
La concha que enlaza el escudo simboliza la estabilidad del hogar, ensanchando sus
fronteras. El fondo con un campo de oro significa la nobleza, magnanimidad y pureza de
sentimientos y a la vez, la riqueza de los metales preciosos que se encuentran en la entidad.
El remate es símbolo de grandeza. Los laureles son el símbolo de la victoria y los acantos
de la fidelidad.

Ubicación Geográfica:
Las coordenadas extremas del estado de Guanajuato son: Al Norte 21º 52´, al Sur 19º 55´
de latitud al este 99º 41´, al Oeste 102º 09´ de longitud Oeste. Colinda al Norte con
Zacatecas y San Luis Potosí; al Este con Querétaro de Arteaga; al Sur con Michoacán de
Ocampo; al Oeste con Jalisco. El estado de Guanajuato representa el 1.6 por ciento de la
superficie del país.
Orografía:
La entidad cuenta con importantes elevaciones.

1. Cerro Los Rosillos 3180 altitud


2. Sierra Los Agustinos 3110 altitud
3. Cerro Azúl 2980 altitud
4. Cerro La Giganta 2960 altitud
5. Cerro El Jardín 2950 altitud
6. Cerro Grande 2930 altitud
7. Sierra El Cubo 2880 altitud
8. Cerro Divisadero de la Ciénega 2880 altitud
9. Cerro Los Amoles 2830 altitud
10. Cerro Culiacán 2830 altitud
11. Cerro El Picacho 2810 altitud
12. Mesa La Cimarrona 2730 altitud
13. Cerro Tambula 2720 altitud
14. Cerro San Andrés 2680 altitud
15. Cerro El Pinalillo 2620 altitud
16. Cerro El Cubilete 2580 altitud
17. Sierra de Jacales 2580 altitud
18. Sierra de Pénjamo 2510 altitud
19. Sierra El Azafrán 2,140 altitud

Hidrografía:

La entidad de Guanajuato tiene dos regiones hidrológicas principales, que son la Lerma-
Santiago y la región del Pánuco.

Región Lerma-Santiago Cuenca:


R. Lerma-Toluca
R. Lerma-Salamanca
R. Lerma-Chapala
L. Pátzcuaro-Cuitzeo-Yuriria
R. Laja
R. Verde Grande

Región Pánuco Cuenca:


R. Tamuín
R. Moctezuma

Clima:

Existen distintos climas distribuidos en la superficie de la entidad:

1. Semicálido subhúmedo con lluvias en verano


2. Templado subhúmedo con lluvias en verano
3. Semiseco semicálido
4. Semiseco templado
5. Seco templado

Flora y Fauna:

La Región Norte, se caracteriza por un régimen pluviométrico escaso (500 mms) , y por un
clima templado semiárido, extremoso en verano y en invierno. En ella los terrenos agrícolas
son delgados y poco fértiles y generalmente las cosechas son escasas.
Las plantas mas abundantes aquí son: Encino, mezquite, nopal, palma, uña de gato, palo
dulce, helecho, maguey, pitahaya, pirul ó árbol del Perú, joconoxtle, tronadora, estafiate,
zapote
blanco, biznaga, fresno, garambullo, ahuehete, huisache, pepahuaje, casahuate.
La fauna silvestre de la Región se compone de mamíferos como el conejo, la zorra, la
ardilla, el venado, el coyote, el armadillo, el tlacuache, el león americano, la liebre, el
zorrillo, el gato montés y la onza; aves como el zopilote, la lechuza, el aguililla, el tordo, la
codorniz, el faisán, la chachalaca, el gavilán, el búho, el carpintero, el colibrí, el cuervo, la
huilota, el cenzontle, la torcaza, la salta pared, el aura y la urraca; peces como la mojarra, la
lisa y el bagre; batracios como el sapo y la rana; reptiles como el alicante, la culebra, la
víbora de cascabel, la lagartija y el coralillo; e insectos como la cucaracha, la garrapata, la
abeja, el escorpión, la campamocha, el zancudo, la jicota, el mosco, la araña, la hormiga, el
gorgojo y el chapulín.
La región Centro ó Bajío es la región más importante del estado y fue considerada durante
mucho tiempo como el granero de la república. En ella se encuentra la mayoría de los
mejores terrenos del territorio estatal. Esta región es un distrito de riego, tomando en cuenta
el sistema de la Presa Solís y de la Presa Ignacio Allende. Sus frutos, son: jícama, pepino,
sandia, melón y betabel; sus árboles : casahuate, pino, oyamel, nogal, limón, pirul,
aguacate, tronadora, durazno, mezquite, naranjo, higuerilla, guayaba, pirul chino, eucalipto,
trueno de la India, truenillo, ficus, paraíso, cedro, tabachin, ciprés, pingüica; entre los
mamíferos están: conejo, zorrillo, coyote, tlacuache, liebre, ardilla; cuenta con aves como:
Huilota, zopilote, gorrión, paloma, aura, torcacita, tordos, gavilán, colibrí; sus reptiles:
Coralillo, lagartija, culebra, chirrionera ó limpia campos, víbora de cascabel; los batracios:
Rana, sapo; y los insectos: Cucaracha, alacrán, araña, mosca, mosquito, chapulin y
hormiga.
En la región Sur, se encuentra La Presa Solís, que contribuye a su riqueza Agropecuaria. Su
flora es muy semejante a la región central, sólo que más abundante, ya que cuenta con áreas
1 serranas de gran vegetación, es por eso que esta región es la más rica en recursos
naturales, calidad de suelos y cantidad de agua. Igualmente la producción agrícola es
parecida a la región Central, pero más abundante en cantidades.

Reseña Histórica:

Los primeros españoles que entraron a Guanajuato, por Yuririhapúndaro y Pénjamo, fueron
los
expedicionarios de Cristóbal de Olid, en 1522, y llegaron de Michoacán. Cuando en 1523
Cortés procedió a repartir la tierra, le tocó a Juan de Villaseñor, el Viejo, ser encomendero
de la
vasta región de Guango (hoy Villa Morelos, Mich.), que abarcaba las localidades de
Puruándiro, Conguripo, Pénjamo, Abasolo y Cuitzeo de los Naranjos. Yuriria, a su vez, fue
adjudicada a la Corona y en ella se establecieron, en 1539, los agustinos, y poco después
una
justicia mayor que era, al parecer, lugarteniente del alcalde de Pátzcuaro.
Entre aquellas primeras conquistas y fundaciones españolas de Guanajuato, preparadas por
Cortés, pero consumadas principalmente por guerreros otomís procedentes de Jilotepec, al
mando de los capitanes indígenas Nicolás de San Luis Montañés y Fernando de Tapia
(conocido en su gentilidad como el indio Conin), se encuentra Acámbaro, fundado por ellos
hacia 1526-1528, después de haber conquistado Querétaro. Acámbaro iba a servir de base
para posteriores operaciones.
La porción oriental de Guanajuato se empezó a colonizar en 1542, cuando se concedieron
las
primeras mercedes para estancias ganaderas en las comarcas de Apaseo y Chamacuero.
Con
anterioridad sólo se otorgaban en las regiones de Zumpango y Tepeapulco (al norte y
noreste
de la capital), o en el valle de Toluca. Hernán Pérez de Bocanegra, electo en 1538 alcalde
de la
Mesta (asociación de ganaderos) en la ciudad de México, fue el encomendero de Acámbaro
y
Apaseo, y uno de los primeros estancieros, pues antes de finalizar el propio año de 1542, ya
había recibido sendas mercedes para establecer molinos y una venta u hospedería en la
frontera con los chichemecas. El llamado “país de los chichimecas” empezaba entonces a
atraer la atención de los colonos: en 1543 se encargó a Juan Jaramillo que fuera a descubrir
tierras por ese rumbo; a Juan Infante y al conquistador Juan Jaramillo se les encomendaron
estancias en la sierra de Comanja y en San Miguel; a Martín Jofre, “entre Acámbaro y los
chichimecas blancos”; y a Rodrigo Vázquez, en 1546, en Guanajuato, que era entonces una
sierra espesa y despoblada.
Las minas de Guanajuato se descubrieron en 1552 y 1553 por Juan de Jaso; pero el pueblo
de
Santa Fe y Real de Minas de Cuanaxhuato —“lugar montuoso de ranas, en tarasco”— no se
estableció hasta 1557. La prosperidad creciente de los centros mineros estimuló la
construcción de otros caminos, multiplicó el tránsito de carros con plata y mercaderías, y
suscitó la codicia de las tribus merodeadoras. Los ataques de los chichimecas se hicieron
más
frecuentes y el camino de la plata se volvió peligroso; se viajaba en grupos de carretas, con
hombres armados, o “en conserva”, como se decía en aquella época. Varios funcionarios y
capitanes coloniales intentaron sin éxito someter a los indígenas. Entonces se decidió
establecer nuevos pueblos, casas fuertes y presidios a lo largo de la ruta, sobre todo en el
área
de la Gran Chichimeca. Así, aparte de San Miguel el Grande, se fundó San Felipe en 1562,
por
Francisco de Velasco.
Lo que no habían podido lograr encomenderos, soldados, presidios ni otros religiosos, lo
consiguió en 1589 el jesuita Gonzalo de Tapia. Procedente de Pátzcuaro, atravesó todo el
territorio guanajuatense, predicó, misionó y se ganó la voluntad de los chichimecas, gracias
a la
facilidad para entender el idioma y a su trato dulce y justo. Los persuadió de que se
congregaran en pueblo y, una vez negociados los términos de paz, buscó de acuerdo con el
virrey Luis de Velasco un lugar donde se les dieran tierras, vestido y alimentos.
De este modo fundó, en 1590, San Luis de la Paz, cuyo nombre recuerda y simboliza aquel
pacto. Las actividades de este misionero se extendieron a la zona de Dolores Hidalgo,
Palmar
de Vega y Xichú, e incluso, hacia 1591, auxiliado por el padre Nicolás de Arnaya, hasta
San
Luis Potosí, donde realizó trabajos preparatorios para la fundación de esa ciudad en 1592.
La
colonización del centro de la entidad potosina partiría después de Guanajuato,
principalmente
de las villas de San Miguel y San Felipe. Los padres Tapia y Arnaya, quienes luego pasaron
a
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Durango y Sinaloa, fueron los primeros en penetrar a territorio chichimeca y en iniciar allí
el
sistema de misiones, que tanto éxito tendría posteriomente en la conquista y
ensanchamiento
de las fronteras septentrionales de Nueva España. Otros jesuitas, asistidos por el capitán
Miguel Caldera, único mestizo —mitad español y mitad cuachichil— nombrado por el
gobierno
virreinal para la defensa de la frontera, continuaron en la región hasta consolidar
definitivamente la paz.
Los siglos XVII y XVIII fueron propicios al florecimiento intelectual y material de
Guanajuato, en
especial de su capital. A la construcción de las Casas Reales (1610), siguieron los templos
de
San Diego (1694) y La Parroquia (1696), y los santuarios de Cata (1725) y Guadalupe
(1733); y
cuando llegaron los jesuitas, el 1° de octubre de 1732, se creó un humilde plantel precursor
del
Colegio de la Purísima, más tarde del estado y actualmente Universidad de Guanajuato.
Esta promoción fue financiada por María Josefa Teresa de Busto y Moya y por Pedro
Bautista
Lascuráin de Retana, a instancias de José Joaquín de Sardaneta y Legaspi e Ignacio Rafael
Coromina, a quienes también se debe la construcción del templo de La Compañía (1765).
El 4 de diciembre de 1786 quedó dividido el territorio de la Nueva España en 12
intendencias,
una de las cuales fue la de Guanajuato, cuyos límites coincidían aproximadamente con los
del
estado actual. Su primer intendente fue Andrés Amat y Tortosa, teniente coronel del Real
Cuerpo de Ingenieros, quien tomó posesión de su cargo el 27 de noviembre de 1787. En
1790
lo sustituyó el licenciado Pedro José Soriano, quien permaneció al frente del gobierno, de
modo
interino, hasta el 28 de enero de 1792, en que tomó posesión Juan Antonio Riaño y
Bárcena.
Este fue uno de los mejores gobernantes coloniales que tuvo Guanajuato: hombre de gran
cultura y amante del progreso, su gobierno se caracterizó por el notable impulso que dio a
todos los ramos. “Por su influjo —dice Lucas Alamán— se levantaron, no sólo en la capital
sino
en toda la provincia, magníficos edificios cuya construcción inspeccionaba él mismo,
enseñando hasta el corte de las piedras a los canteros...
La madrugada del 16 de septiembre de 1810, el cura de la congregación de Los Dolores,
Miguel Hidalgo y Costilla, proclamó la Independencia de México, levantó en armas a sus
feligreses y abanderó su improvisado ejército, en Atotonilco, con el estandarte de la Virgen
de
Guadalupe. De allí avanzaron por San Miguel el Grande, Celaya, Salamanca e Irapuato, y
finalmente se lanzaron sobre Guanajuato, intimando la rendición de la plaza. El intendente
Riaño se negó a entregarla y los insurgentes la invadieron ayudados por el pueblo.
Cuando cayó la Alhóndiga, donde los españoles se habían hecho fuertes, los odios de raza y
clase, acumulados durante casi tres siglos de dominaciones, se manifestaron en actos de
extrema violencia. A la matanza de los peninsulares siguieron el incendio y el saqueo, sólo
dominados cuando al día siguiente Hidalgo hizo saber, por bando, que los excesos y el robo
serían castigados con la pena de muerte.
El ejército insurgente abandonó Guanajuato el 10 de octubre de 1810, marchando hacia
Valladolid y tocando de paso Silao, Irapuato, Salamanca, Valle de Santiago, Salvatierra,
Acámbaro, Indaparapeo y Charo.
Para 1824, el Congreso Constituyente de México, en el que se jura el acta constitutiva de la
federación, da a la entidad el nombre de Estado Libre y Soberano de Guanajuato,
característica que pierde al convertirse en departamento durante el régimen del gobierno
centralista implantado en la nación en 1847, la entidad ayuda con 6,000 hombres, bajo el
mando del General Gabriel Valencia, para defender la Nación invadida por los
Norteamericanos.
Para 1848, con el fin de la guerra contra los Estados Unidos, por medio del Tratado de
Guadalupe, se levantan en armas inconformes los generales Mariano Paredes y Manuel
Doblado y junto con el sacerdote Celedonio Dómeco Jarauta, ocupan la capital, son
derrotados, y el sacerdote es fusilado.
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El Licenciado Benito Juárez llega a Guanajuato y ante el golpe de estado de Ignacio
Comonfort, asume la Presidencia de la República y forma su gobierno el 19 de enero de
1858,
antes de marchar a Guadalajara y salir por Manzanillo rumbo a Veracruz. Entre 1858 y
1860,
durante la Guerra de Reforma (tres años), la ciudad de Guanajuato estuvo 9 veces en manos
de los conservadores, y otras tantas en manos de los liberales. En diciembre de 1863
Guanajuato cae en poder de los Imperialistas, y en marzo de 1864 es transformado de
Estado
en Departamento. La ciudad es recobrada por las fuerzas del general Florencio Antillón el
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de enero de 1867, y asume el cargo de Gobernador hasta el año de 1877.
En 1915 se libra, en Celaya, la célebre batalla entre el General Álvaro Obregón y Francisco
Villa. En 1926 toma auge en varias poblaciones como Pénjamo, León y otras más, el
movimiento rebelde cristero. En 1946 un motín de los llamados Sinarquistas provoca en
León
numerosos muertos y heridos. A partir de 1972 se lleva a cabo un evento Internacional
denominado Festival Cervantino, donde concurren artistas, literatos, poetas, músicos, etc.,
del
país y de varias partes del mundo, los eventos de este Festival se realizan por toda la ciudad
capital, en plazas públicas, teatros, parques, escuelas, etc., y también en diferentes
municipios
del Estado.
Hoy en día, dicho festival continúa siendo de gran atractivo para turistas nacionales y
extranjeros de todas las edades por sus grandes atractivos culturales y de entretenimiento

Karen Gpe. Pérez Guzmán

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