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Wrich, Wintukor. 1990. Café con leche: race, class and national image in Venezuela. University of Texas Press. Austin. Yous, Rosser. 1995. Colonial desire: hybridity in theory, ‘and race. Routledge. Londres. culture sintesis musical de la ". Revista Zavara Ouventa, Deua. 1962. “La cumbi naci6n colombiana; resefa histérica y coreogr Colombiana de Folelor. 3 (7). 2 PUEDE HABLAR EL SUBALTERNO?* Gavarm Cuakravorry Spivak Nora intRopucroria, por Santiago Giraldo** [ESTA BREVE INTRODUCCION AL TEXTO DE SPIVAK TENE EL OBJETIVO DE aclarar algunos puntos que pueden facilitar la lectura de “Puede hablar el subalterno? Gayatri Spivak nacié en Calcuta, Bengal occidental, el 24 de febrero de 1942, en el seno de una familia “de clase media mo- tropolitana” (Spivak, 1990) y hace, En rio he ubadooginaien Parte de la primera goneracion de in ¢ Sotcla ern wininn telecuals indios del peiodopos-in- nn ti rose! se dependencia. Hoy en dia es mesial lina fem Cheogs mi. profesora de la Fundaci6n Avalon en em erclibo Acriueofpsclon Humanidades en la Universidad de SovodUason ren Contre Columbia, Estados Unidos, aunque {2% "atin oislon puta ha sido profesora también en Fran- Yasser niusesse manic be cia, Alemania, Arabia Saudita e In- Slane Saronic dia, ademds de ser una activista {2ehevcrase Cclonbe tvs gr politica feminista y de participar en ersgsdow ors varios movimientos sociales. * iso Colontione de Aroplogs Su carrera académica ha estado °%92%2. marcada por una proclividad a tras- pasar las barreras disciplinarias, por lo que es ampliamente citada por académicos pertenecientes a una variedad de disciplinas. Sin embargo, considera que no es lo “suficientemente erudita para ser interdisciplinaria, pero puedo romper reglas” (Spivak, 1999) y sostiene que su posicién suele ser“‘una de reaccion, Soy vista por Jos marxistas como demasiado codificada, por las feministas como demasiado identificada con lo masculino y por los tebricos indi- genas como demasiado comprometida con la teoria occidental. Estoy inquietamente complacida por esto” (Spivak, 1990). Hizo ne de Antropolegia Volumen 3, eneto-diiembre 2003, pp.207464 298 Goyorri Chokraverty 5: ‘Puede haber laure? sus estudios de pregrado en la Universidad de Calcuta (1959) y su dloctorado enla Universidad de Cornel, produciendo una diserta- cién sobre la obra de Yeats bajo la direcci6n del critico literario y teérico de la deconstruccién Paul de Man. Desde su traduccién al inglés de De la gramatologia de Jacques Derrida (1974) en la que escribié el prefacio introduciendo la obra de Derrida al mundo académico anglofono, su prosa ha sido cali- ficada como “ilegible”, “incomprensible", “densa” y “opaca’, re- saltando en todo caso su brillantez te6rica y rigor analitico. Su trabajo posterior ha estado enmarcado dentro de la critica litera- ria posestructuralista, empleando de manera deconstructiva el fe minismo, el marxismo, y el poscolonialismo, incluyendo su trabajo dentro del Subaltern Studies Group (Grupo de estudios subalter- nos) y varias traducciones de poesia y literatura bengalf al inglés. Puede decirse que su ensayo de 1985, “iPuede hablar el subalter- no?" es un clésico dentro de la teoria social contemporénea, La pregunta y su consiguiente respuesta no deben sor tomadas de manera literal, ya que el argumento en general apunta al silen- ciamiento estructural del subalterno dentro de la narrativa histori- ca capitalist. Es claro que el subalterno “habla” fisicamente; sin embargo, su “habla” no adquiere estatus dial6gico -en ol sentido en que lo plantea Bakhtin-, esto es, el subalterno no es un sujeto que ocupa una posicién discursiva desde la que puede hablar 0 responder. Como indica Spivak, es el espacio en blanco entre las palabras, aunque el que se le silence no significa que no exista. En su ensayo, Spivak critica y elogia al 1. Rooit Gho,Potke Choteee, Gaon mismo tiempo el proyecto del Grupo Sev Opes hotcbarysonoaunesdede estudios subalternos de la India, Lermiantyr sconce dese ovo- Credo por un grupo de historiadores leva ners aceon del Grop lok feamercano de esudios subst cor- indios en la década de 1980", fomodo,etramuchor aos porFlewsco Fertemente influenciados porel overlay (rose Rodiguce, 2000) trabajo del historiador E. P. Thomp- son, el Grupo de estudios subalter- nos surge en respuesta a lo que ellos consideran como la preponderancia de una historiografia nacionalista en la que las, luchas de los pobres y desposefdos son vistas como una exten- sin de la agenda propuesta por la elite nacionalista y subordi- nadas a una propuesta nacional especifica que surge a partir de Gandhi. En este sentido adoptan el concepto de “subalterno bropuesto por Gramsci, volviéndolo un sujetoistrica que rs ponde también a las categorias de género y etnicidad -a dife- Revista Colombian _ ‘de Antropologia ‘alumen 3 enero-dice br rencia de “clase”-, adoptando, ademés, las propuestas analiti- ‘cas posmodernas y posestructurales en su historiografia. El “sub- alterno” como tal es visto como poseedor de una politica de oposicién auténtica que no depende de y se diferencia de manera radical del movimiento nacionalista. Para este grupo, “subalter- no” se refiere especificamente a los grupos oprimidos y sin voz: el proletariado, las mujeres, los campesinos, aquellos que perte- hecen a grupos tribales. Y es sobre este punto en especial que Spivak monta una parte de su critica al deconstruir “subalterno” ‘como categoria monolitica en la que se presume una identidad y conciencia unitaria del sujeto. Por ultimo, otro aspecto importante es su critica al trabajo de los intelectuales poscoloniales -y los intelectuales y académicos engeneral-, en el que terminan reproduciéndose los esquemas de dominacién politica, econémica y cultural neo-coloniales. Debe tenerse en cuenta que “poscolonial” hace referencia a una época hist6rica que comienza con la “descolonizacién’ de la India en 1047, ¥ atin no termina, ya una orientacién critica hacia el pasado (Bhabha y Comaroff, 1998 [2002]). La critica de Spivak resalta los eligros del trabajo intelectual que acttia, consciente o incons- cientemente, a favor de la dominacién del subalterno, mante- niéndolo en silencio sin darle un espacio o una posicién desde la que pueda “hablar”. De esto se desprende que el intelectual no debe -ni puede-, en su opinién, hablar “por” el subalterno, ya que esto implica proteger y reforzar la “subalternidad” y la opre- sién sobre ellos. Claro ejemplo de este problema ha sido la rela- cién problemdtica entre la antropologia y los estados y gobiernos coloniales, y el trabajo de antropélogos a favor de entidades como la cta (cf. Asad, 1973) 0 el de las historias universales en las que “Europa” ocupa el papel protagénico como nico sujeto vilido para la historia (cf. Chakrabarty, 1992). Como indica Ortner (195: 183) su proyecto esta enmarcado de manera goneral en el anélisis del problema de la relacién de la persona individual o sujeto, y la dominacién, especialmente en 'o que tiene que ver con la conciencia, la subjetividad, la inten- clonalidad y la identidad que emergen de esta relacion, Como parte de una corriente analitica posestructuralista, uno de sus Objetivos centrales es des-centrar el sujeto, resaltando cémo la idea del individuo -usualmente masculino~ dotado de libre albe- drio es una construccién ideoldgica que responde a una situacion, cultural, politica, histérica y social especifica que no es aplicable Gayatri Chokravort ‘Puede hablarelsubaemo? en todos los tiempos, todas las sociedades y todos los hugares (Ibid: 185). Es por esta razén que la pregunta de Spivak en “Puede hablar el subalterno?” sigue teniendo tanta vigencia hoy dia como hace dieciséis afios cuando fue publicado por primera vez, en inglés ya que nos fuerza a repensar nuestras presuposiciones analiticas y ‘nuestra posicién politica como intelectuales y académicos. BIBLIOGRAFIA ADICIONAL pe GayaTRI CHAKRAVORTY SPIVAK Guna, Rann v Seivax, Gavaret Cuaxnavorry (eds.). 1088, Selected Subaltern studies. Oxford University Press Seivak, Gavaral Craxravorry. 2003. Death of a discipline. Columbia University Press. Nueva York. 1099. A critique of postcolonial reason. Toward a history of the vanishing present. Harvard University Press. Cambridge, Mass, 1953, Outside in the teaching machine. Routledge. Nueva York, 1992. Thinking academic freedom in gendered post- coloniality. University of Cape Town. Cape Town, 1988. In other worlds, essays in cultural politics. Routledge. Nueva York. c1987. Srivax, Gavarar Cuaxravorry, Doxwa Lanper, Geraup M. MacLean. 1096. The Spivak reader, selected works of Gayatri Chakravorty Spivak. Routledge. Nueva York Srwvax, Gavarm Cuaxnavorry, Saran HaRasia. 1990. The post-colonial critic, interviews, strategies, dialogues. Routledge. Nueva York. Dexsuns, Jacques. 1976. 0f Grammatology. Traduccién de Gayatri Chakravorty Spivak. Johns Hopkins University Press. Baltimore. 197 BimBuioGRaFia crrapa Asab, TaLAL. 1973. “Introduction”. Anthropology & the Colonial Encounter. Humanity Books. Amherst Busia, How y Jon Comanorr. 1998. “Speaking of Postcoloniality, in the Continuous Present: a Conversation”. En Relocating Postcolonialism. David T. Goldberg y Ato Quayson, Blackwell. Malden y Oxford. 2002. (Cuaxsaoanry, Deesit. 192. “Postcoloniality and the Artifice of History: Revista. Colombiana ‘de Antropologi Volumen onera-dembre 2003, ‘Who Speaks for ‘Indian Pasts”. Representations. 37. Winter. Special Issue: Imperial Fantasies and Postcolonial Histories. Orrver, Stine’ B. 1995. “Resistance and the Problem of Ethnographic Refusal”. Comparative Studies in Society and History. 37 (i) Rooricuez, Izawa (ed.). 2001. The Latin American Subaltern Studies efecto, cualquier poder que puedan tener estas meditaciones ha sido ganado por medio de la negacién politicamente intere- sada de empujar hasta el Iimite las — an Presuposiciones fundamentales de, ojegpitincon heh lon por mis deseos, hastael punto hastadon- — 2a sisalgu ae de estén a mi alcance. Esta formula vulgar de tres golpes, aplica- da igualmente al discurso mas comprometido y al més irénico, sigue lo que Althusser (1971: 66) de manera apropiada ha llamado “filosofias de la negacién”. He invocado mi posicionalidad de esta manera incémoda para asi acentuar el hecho que el cuestionar el Jugar del investigador es un acto de piedad sin sentido en muchas de las criticas recientes al sujeto soberano. Asf, aunque trataré de hacer obvia la precariedad de mi posicién a lo largo del texto, sé que tales gestos nunca son suficientes. Este texto se moverd, a lo largo de una ruta necesariamente dilatada, de una critica a los actuales esfuerzos en Occidente de problematizar al sujeto hacia la pregunta de cbmo es represen- tado en el discurso occidental el sujeto del tercer mundo, A lo largo del camino tendré la upurtunidad de sugerir que un des. centramiento atin més radical del sujeto esta, de hecho, implici- toen Marx y Derrida. Y recurriré, quiza de manera: sorprendente, al argumento que la produccién intelectual occidental es, de muchas formas, cémplice de los intereses econémicos interna- cionales occidentales. Al final, ofreceré un anélisis alternativo de las relaciones entre los discursos de Occidente y la posibili- dad de hablar de (0 por) la mujer subalterna. Usaré ejemplos especificos del caso de la India, discutiendo detalladamente el estatus extraordinariamente paraddjico de la abolicién britanica del sacrificio de la viuda. L THTULO ORIGINAL DE ESTE ENSAYO ERA “PODER, DESEO, INTERES”. EN Gayatri Chakravorty Spivak ‘BPvede hablar! ssbobemot es el resultado de un deseo interesado en conservar al sujeto de Occidente, o al Occidente como Sujeto. La teoria de “su- jetos-efectos” pluralizados da la ilusién de socavar la soberania subjetiva mientras con frecuencia provee una cubierta para este sujeto de conocimiento. Aunque la historia de Europa como ‘Sujeto es narrativizada por la ley, la economia politica y la ideo- logia de Occidente, este Sujeto encubierto pretende *no tener determinaciones geopoliticas”. Y asf, la muy publicitada critica del sujeto soberano inaugura en efecto un Sujeto. Argumentaré esta conclusién considerando un texto de dos grandes practi- cantes de la critica: “Intelectuales y 2 che! Fovcuh lorqoge, Cooner, poder: conversacién entre Michel Memory, Froctice: Selected essays and Foucault y Gilles Deleuze”. neem oacintabia dod Hie escogido oste intercambio loco, 1977-20517 [decienodelorio amigable entre dos filésofos activis- faa aia FO) He ae tas de la historia porque deshace la lederondo lo Weldadoloagal” oposicién entre produccisn teorica Es importonte observar que la “influencio” autoritaria y la practica despreveni- ‘més importante de los inolocoles de fv- da de la conversacién, permitiendo esse emesete pote Y.ete. vislumbrar el rumbo de la ideologia. medic de colecciones de ensayos qve Los participantes de esta conversa- mediante libros extensos traducides. ¥,en cién enfatizan las contribuciones eee eee eee mds importantes de la teoria poses- Crcvlon es elcosode “Siuclure, anand tucturalista francesa: primero, que ploy” de Dewrido- En consecuencia. desde Jas redes de poder/deseo/interés son re eereeae oesuccerseercore? tan heterogéneas, que su reduccién Gnconsdeodonohosdorecasoionen. a una narrativa coherente es contra- te suse. S producente se necesita una critica persistente-; y segundo, que los in- telectuales deben tratar de dejar al descubierto y conocer el dis- curso del Otro de la sociedad. No obstante, los dos ignoran sistemticamente la cuestién de la ideologia y su propia impli- cacién en la historia intelectual y econémica Aunque uno de sus presupuestos principales es la critica del ‘sujeto soberano, la conversacién entre Foucault y Deleuze est ‘enmarcada por dos sujetos-en-revolucién monoliticos y anénimos: “Un maoista” (FD: 205) y “la lucha obrera” (FD: 217). Los intelec- tuales, sin embargo, son nombrados y diferenciados; ademas, un P sii in to ssa onenmrer oo maofsmo chino no es operativo en ninguna parte. El maofsmo aquf simplemente crea un aura de especificidad narrativa, la que seria una trivialidad retorica inofensiva si no fuera por la apro- piaci6n inocente del nombre propio “maofsmo” por parte del excéntrico fendmeno del “maoismo” intelectual francés y la consecutiva creacién sintomética de una imagen transparente de “Asia” por parte de la “Nueva Filosofia’. La referencia de Deleuze sobre la lucha obrera es igualmente problemética; es, obviamente, una genuflexién: “Somos inca- paces de tocar (el poder) en cualquier punto de su aplicacién sin encontrarnos nosotros mismos confrontados por esta masa difusa, asi que somos levados necesariamente... al deseo de hacerla explotar completamente. Cada ataque o defensa parcial do carécter revoiucionario esta ligado de esta forma a la lucha obrera” (FD: 217). La aparente trivialidad sefala una negacién. Elenunciado ignora!a divisi6n internacional del trabajo, un gesto que marca frecuentemente la teoria politica posestructuralista’, La invocacién de /a lucha de los trabajadores es funesta en su propia inocencia; es incapaz de tratar con el capitalismo global: el sujeto-produccién del obrero y el desempleado dentro de las ideolo- _3,"#sihor uno relarenciomplica ala ola : " de reoismo pos 88 en Fron, Veose gias del estado-nacién en su centro; jhchel oucath “On sonic enens con la creciente disminucién de la moska) esté en el pasivo (mo- cyate), y la palabra para aquello que es anulado en el ciclo de nacimiento es la palabra usual para cuerpo. El mensaje ideol6gi- co se escribe a si mismo en la benevolente admiracién de los historiadores masculinos del siglo veinte: “El Jahuar [autoinmo- lacién en grupo de viudas de guerra Rajput aristocrdticas o de inminentes viudas de guerra] practicado por las damas Rajput de Chitur y otros lugares para salvarse ellas mismas de indecibles atrocidades a manos de los musulmanes victoriosos es bien co- nocido para necesitar cualquier otra explicacién” (HD, , 2: 629). Aunque jahuar no es, estrictamente hablando, un acto de sati, y aunque no deseo hablar a favor de la violencia sexual aceptada de los ejércitos masculinos conquistadores, “musul- manes” o cualquier otro, la autoinmolacién femenina ante esta posibilidad es una legitimacién de la violacién como “natural” y funciona, a largo plazo, a favor de la exclusiva posesién genital de la mujer. La violacién en grupo perpetrada por los conquista- dores es una celebracién metonimica de la adquisicién territo- "ial. Ta como la ey gonoral para las viudas no fue cuestionada, 53 354_| Goyatei Chokrovorty Spivok Revista Colombiono ‘2Peade haere sbober® . de Anropoiogie | 355 Toumen3e enero: deme 2005 J acto de herofsmo femenino persiste entre las historias -as contadas a los nifios, operando asf sobre el nivel mas natural de reproducci6n ideolsgica. Esto también cumple un tre- mendo papel, precisamente como significante sobredetermina- do, actuando en el comunalismo hindd. Simulténeamente, la cuestion més amplia del sujeto sexuado os ocultada poniendo en primer plano la violencia del sati. La tarea de recuperar un sujeto -sexualmente- subalterno se pierde en una textualidad institucional en su origen arcaico. mo mencioné arriba, cuando el estatus de sujeto legal como tario podia ser temporalmente otorgado al sobreviviente Jemenino, la autoinmolacién de viudas fue rigurosamente forza- da, Raghunandana, el tiltimo legalista de los siglos quince-die séis, cuya interpretacién le presta supuestamente la més grande autoridad a tal ejecucién, toma como su texto un curioso pasaje del Rig-Veda, el mas antiguo de los textos sagrados hindiies, el primero de los Srutis. Haciendo esto esté siguiendo una tradi- cién centenaria, conmemorando una mala interpretacion pecu- liar y transparente en el preciso lugar de aprobacién. Aqui esté cl verso bosquejando ciertos pasos dentro de los ritos para los, muertos. Incluso para una lectura sencilla es claro que “no esté dirigido a viudas del todo, sino a las esposas de la casa del hom- bre muerto, cuyos maridos estaban vivos”. {Por qué entonces fue tomado como una interpretacién importante? Esta, no mar- cada transposicién del marido muerto por el vivo, esta en un orden diferente de misterio en el origen arcaico de los casos que hemos estado discutiendo: “Dejon que aquellas cuyos esposos son dignos y que viven entren a la casa con mantequilla clarifi- cada en sus ojos. Dejen que aquellas esposas pasen primero a la casa, sin lagrimas, lozanas y bien adornadas” (1. 1, 2: 34). Pero esta crucial transposici6n no es el (nico error aqui. La autoridad se aloja en un pasaje discutido y en una lectura alterna, En la segunda linea, traducida aquf “Dejen que aquellas esposas pa- sen primero a la casa”, la palabra para primero es agré. Algunos Ia han lefdo como agné, “Oh Fuego”. Como Kane aclara, no obs- tante, “incluso sin este cambio Apararka y otros confian para la prictica del sati en este verso” (Hib, IV, 2: 199). Aqui esta otra pantalla alrededor de un origen de la historia del sujeto femeni- no subalterno. Es una onirocritica hist6rica que uno deberfa rea- lizar a una declaraci6n como: “éDebe admitirse por consiguiente que bien los MSS son corruptos o que Raghunandana cometié un error inocente” (11D, 1, 2: 634)? Deberfa mencionarse resto del poema es bien acerca de la ley general de brehnecan: ya-en-estaticidad para viudas, con respecto a la cual saties una bxcepei6n, o bien acerca del nivoga ~ “sefalar a un hermano o algiin pariente cercano para ocupar el lu esposo falleci Caséndoso con su viuda™ nn M8*" Get esposofallecido SiP. V. Kane es la autoridad sobre la historia del Dharmasds- tra, el texto de Mulla Principios de la ley hinddi es la oe rei a. Es parte del texto hist6rico de lo que Freud llamé “logica del hervidor” que estamos desenredando aqui, a lo que aduce el trabajo de Mulla, de manera tan definitiva, que el verso del Rig- Veda bajo consideracién era prueba de que “las segundas nup- cias de las viudas y el divorcio eran reconocidos en algunos de Jos antiguos textos” (Mulla, 1982: 184). Uno no puede sino preguntarse acerca del papel r yoni. En contexto, con el adverbio de lugar ate (enleeney Te Palabra significa “lugar para vivir". Pero eso no desvanece su sentido primario de “genital” tal vez todavia no especificamento genital femenino-. {Como podemos omar como autoridad para la elec- 39, Si won Mone cién de la autoinmolacién de una rst érgahDutenoy Cowra ee, viuda un posaje que celobts Ia cx, Grouse: Loe aoa, trada de esposas adornadas a un lu- oorde necro ney Sareea Bar para vivir invocado en esta ses pomorcodo Le cveston esl nor Gcasion por su nombresyont, a tal Snares Sn grado que el icono extracontextual musicatsenonst sop aaet escasi unaentradaen la produccién S21 re waccoe iene hee ne civicaonacimiento? Paraddjicamen- Sars ie sow na ace" desoralo: te, la relacin imaginaria de vagina cestona on exondors Je exec y fuego presta una clase de fuerza a Peserade come tel por fo adeion la autoridad atribuida". Esta para- tower ave un wchonens oe tee doja es reforzada por la modifica.

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