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com/2015/06/20/la-prueba/

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La prueba
Ella estaba en un rincn de la sala orquestando sus manos largas que ms que ganchos
parecan batutas. l fumaba y tamborileaba pensamientos; nada le pareca relevante.
Intentaba recordar, pero las evocaciones pasaban veloces y livianas.
Qu haces?

Tejo.

 Es una corbata?

Ella ignor el sentido irnico y sigui con la labor.

Slo practico un punto que resista cualquier embate.

l sali dando un portazo. Respir hondo; la fina lluvia rpidamente lo cubri.

Tu gabardina! le grit.

Eres divina, ests en todo.

Slo te cuido Le dijo paciente.

Se intern por las callejuelas del barrio. La luz mortecina dejaba ver los grafitis y bajo el
dintel de un viejo portn, mir a un ciego que cantaba, percutiendo con sus pies un bote de
lata. Entr en el bar, pidi un tequila, despus otro. La luz traspasaba indiferente los
dobleces del humo que salan de la boca de los escasos parroquianos. Un saxofonista
resoplaba el instrumento. No aguant ms y pidi la cuenta.

Por la maana, su esposa lo encontr colgado con el lienzo que ella haba tejido. Dijo para s:
El punto no es tan bueno, tendr que ajustarlo, y empez a vestirse de negro.