Has visto tu mirada en el espejo, sola, mal encarada y muy distante. Momento tras
momento juegas con tus rizos; tienes el rostro serio, sin chispa y esas mallas en
tus antebrazos que simulan dureza y que provocan a su vez molestia en los
dems. Si bien no te conozco, deseo hacerlo porque somos iguales. Terribles,
deformes
S cmo te sientes, conozco esas miradas llenas de horror que puedo notar, el
disgusto y sobre todo esas arcadas que nunca se convierten en vomito.
Tristemente tambin te das cuenta de mi forma de ver el mundo, esa ira casi
patolgica o esa continua necesidad que mis sentidos muestran al ver cercana
cualquier suciedad; no es otra cosa ms que desesperacin.
Cuntas veces has llorado y hecho rabietas por el miedo provocado tan siquiera
por hablar de estos obscuros temas? O bien dime: Cmo superas esa ansia de
gritar y casi golpear lo que se te coloca en frente? Sabemos cunto te aborrece el
utilizar tu imaginacin para concretar esos tristes pensamientos. Cunta
desesperacin revela una mirada fra con los alrededores? Toda
Esa, justamente esa es la razn de mi inters, ese es el porqu de mi
acercamiento y de esta triste conversacin para que al final terminemos sentados
embriagando nuestro odio por los dems. Tenemos algo en comn pero, an
somos extraos aunque los tragos aumentan la familiaridad entre nosotros, basta
con que alguien se postre a nuestro alrededor para notarlo; los dems nos
importan un carajo.
Comienzo a conocerte y no sabes cunto me agradas; resultas cautivante a mi
inters pero, todava hay algo que me cuesta explicarme. Es un sentimiento
complicado; te siento como sombra, porque en la oscuridad te pierdes y a pesar
de eso sigues aqu; no me has abandonado. Me miras, tus ojos son constantes e