En cierta ocasin un hombre encontr una serpiente venenosa herida de
muerte en el camino, la serpiente toda maltrecha pareca muerta pero an
mostraba algn signo de vida, as que el hombre sinti mucha pena por el animalito, sinti realmente lstima, as que movido por su misericordia y bondad la recogi, la llev a casa, la limpio, cur sus heridas y cuidadosamente la aliment mucho tiempo. Pasado ya meses la serpiente completamente san y se restableci; pero un da cotidianamente el hombre se acerc a la serpiente para alimentarla, cuando la serpiente lo atac ferozmente y le mordi la mano inyectndole todo su veneno; seguidamente el hombre cay al suelo sorprendido retorcindose de dolor mientras el potente veneno avanzaba por sus venas, as que el hombre tristemente sorprendido por la actitud de la serpiente le pregunt: Por qu me has hecho esto?, Acaso te has olvidado que yo te salv la vida?; la serpiente le contesto: lo hice porque es mi naturaleza, Acaso te olvidaste que yo soy una serpiente venenosa?. La serpiente se fue, pasados unos minutos el hombre muri. Muchas veces en la vida suceden cosas similares entre los seres humanos; la vida misma es el mejor maestro que nos ensea con dolor.