El educador social trabaja continuamente con grupos donde desarrolla una
serie de habilidades, que se reflejan en su capacidad para tomar decisiones dentro del grupo, elaborar planes realistas a largo plazo y una serie de objetivos a corto plazo enfocados hacia los miembros del grupo y, según la clasificación de los grupos, abarca un amplio abanico de posibilidades, por consiguiente, la población en la que interviene el educador social abarca desde las personas con dificultades a los que ayuda para acceder e integrarse en la vida social, hasta la población normalizada a la que trata de socializar dentro del grupo.
Liderazgo
El educador social deberá ser capaz de reconocer las habilidades individuales
con el fin de ponerlas al servicio de todos los componentes del grupo, así como tener la capacidad de dirigir al grupo hacia los fines previstos.
Empatía
El educador social habrá de ser capaz de ponerse en la posición de los que
padecen el conflicto para comprender el por qué de las actitudes y comportamientos manifestados ante el problema.
Coherencia
El educador social será coherente con los valores y principios que transmite al grupo y con su propia forma de actuar en su vida profesional y personal. Habrá de servir de modelo social.