V1 Congreso Nacional de Palecpatolega
VI Congreso Nacional de Paleopatologia (2001)
Dénde estamos? Pasado, presente y futuro de ba Palcopatologéa
186 199 / Ver fadice de Figuas a final del anculo
Herrerin Lopez, J.
“U.D_De Antropologia. Facutad de Clenclas Bioléglas. Universidad Complutense de Madvid. 28040 Madrid.
PERIOSTITIS OSSIFICANS Y/O OSTEOMIELITIS
ESCLEROTICA DE GARRE EN UNA MUJER
ADULTA DE LA NECROPOLIS DE LA CATEDRAL
DE EL BURGO DE OSMA (SORIA)
RESUMEN: Los Sectores IIL IV de la necrépolis excavada en el elaustro de la Catedral de ta ciudad cas-
tellana de EI Burgo de Osma (Soria, Espanta), corresponden alos silos XVI y XVI. En esta necripois se
ballaron fos restos de una myer madura (entre 40 y 39 aitos de edad), que presenta una gran forma
cidm de espiculas dseas tanto en el peroné como en la tibia. Esta lesiones son compatibles com wn dia
ndstico de periostitisassificans 3/0 asteomielitisexclerética de Garré. La falta de agujeros cloacales y de
‘sequestra’ asi como la ausencia de cambios en la cavidad medular, nos separa de la osteomieltistipi-
a de los buesos largos. Varias son las casas que pueden haber estimulado esta reaccién del periostio en
la tibia y el peroné, tales como la estasis venosa, una fractura o un foco de infeccion localizado en esta
‘zona de la extremidaud 0 incluso enfermedades infeceiosas como la tuberculosis ola sifiis. a documen.
tacin bistérica de la época nos babla de esta zona dela Catedral como ef lugar en donde se enterraban
«las pobres que ejercian la mendicidad en ls aledarios de este centro de peregrinacion. Los datos arspet=
sleos y la gran cantidad de patologias observadas en este rapo de personas exbumadas, asi como la gra
edad de las mismas, lesan a pensar que, tal y como afirman los cronistas de la villa, e trata de una
necropolis compuesta por individuos de una clase social muy baja, muchos de ells con taras fisicas mu
importantes 0 con patologias deyenerativas propias de la edad senil, que les impedirian desarrollar una
actividad fisica y laboral minima, por lo que seguuramente, su modo de vida pasaria por conseguir limos-
nas de los vecinos y peregrinas de la ciudad.
PALABRAS CLAVE: El Burgo de Osma (Soria), Edad Moderna, periosttis, osteomielitis
INTRODUCCION
a ciudad de EI Burgo de Osma se sitéa en
tila (Norte de Espana), en la zona occidental
dd la Provincia de Soria, Sus coordenadas geogri
ficas son de 41° 35° 13” Latitud None y 03° 03
58° Longitud Oeste, con una alttud sobre el nivel
del mar de 895 m
En las dependencias de la galeria oeste del
186
Claus dela Catedral de HI Burgo de Osma (Figura
1 se realizaron unos trabajos de conservacion que
eolbgicas
se realizg en tes sectores (Sectones II
Wy ¥), dos de les cuales formaban una unidad ero-
nologica que solamente habia sido separada pos
_mentos munarios posteriore siento, os
Sectores Illy IV; esta zona era conocida como Paso
de Animas, pues comesponde con el tramo que ant_guamente conchcia al Cementerio desde el claustro
de la Catedral (Figura 2,
En estos dos Sectores se descubrieron cineuenta
¥y cuatro enterramientos, que incluian un total de
68 individuos, debido a la reutizacion de algunas
tumbas, Los cadiveres aparecian depositados,
zgeneralmente, en posicion de dectbito supino con
Tos bexzos flexionados sobre el pecho o la cintura,
ccon las piernas rectas y paralelas. La mayoria
ccorresponden a ‘inhumaciones simples® (cinta y
ocho), sin ningin tipo de estructura funerara,
dunque tambien se constataron 16 enterramicntos
fen fosa. Li orientacion no. presentaba un patron
1uniforme en todos ellos, ya que algunos se encon-
traban depositados de Oeste a Este (cabeza-pies),
otros de Sura Norte (Cabezi-pies), mientras la
mayoria estaban orientados de Este a Oeste (Cabe-
zie).
Los objetos de ornato personal asociados espe
ciicamente a los inhumados fueron muy escasos
“dos anillos y un pendiente de escaso valor’ lo que
segiin los arquedlogos responsables de la excavia-
ion (Taranc6n et al, 1994), nos estaria indicando,
tun estatus social muy bajo. Tal vez podamos expli-
car este hecho desde las referencias bibliograficas
de los cronistas de la Villa y de la Catedral, cuan-
ddo se nos indica que esta zona del claustro era tn
lugar *alonde se entieran los pobres mendican-
tes" (Lopez de Quirés, 1720); y tambien, segtin
Loperriez (1978), basindose en documentacién
historica de 1788: "Sus paredes dlemuestran bas-
ante antigiedad, y boy sire para enterrar d los
pobres®
la perduracion viene determinada por la misma
documentacién histérica del primer cuanto del
siglo XVII, que se reitera finales del mismo, ind
‘cindonos tna fecha inicial de actividad en el siglo
XVII, que se extendié hasta prineipios del. XIX,
‘cuando se constituyen los cementerios actuales. A
cestos datos bibliogrificas hay que afadir las tres
monedas de ocho maravedies de Felipe IV, fecha-
ddas_en un intervalo de tiempo muy conereto
(2658-60), encontradas en esta zona de la necro
polis, lo que la asignaria una eronologia de inicio
de actividad muy precisa
Durante los sighs XVII y XVIII, se realizaron en
EI Burgo de Osma varios censos de poblacién,
Consideramos muy interesantes los datos que nos
apona Alonso (1997), a partir estos documentos
localizados en el Archivo, Municipal: “Triste men-
chon especial merece el elevadisimo nimero de
pobres que figuran en el vecindario de 1746: 76
incluidos viudas, de las cuales 6 evan declarados
ppobres de solemnidad’. Este mismo censo de 1746
refleja una poblacién de 266 veeinos, incluidos 59
eclesiisticos (Frias y Campo, 1985), lo que signifi-
a que casi un 379% de la poblacién no religioss,
se encontraba en la pobreza.
Para terminar este cuadro social, estimamos de
‘gran importancia las caracteristicas de este centro
religioso y sus implicaciones sociales y cultrales,
ya que tris el "Rescripto del Arzobispo de Toledo"
se consideraba a El Burgo de Osma como centro
de peregrinacién (Alonso, 1986). Ee la Catedral se
halla enterrado San Pedro de Osma, monje francés
Y obispo fundador de la sede episcopal en el ato
1101, a quien se le atribuyen curaciones milagro-
sis, tl y como se puede apreciar en los relieves
de su sepulero. Su fama de sinador fue en aumen-
to tras su muerte y las personas con enfermedades
importantes peregrinaron durante siglos hasta la
CGudad soriana para rogar al Santo en la Catedral.
Ese hecho se encuentra documentado por las
tallas de quince personas que muestran sus taras
fisicas en el costado del sepulero de San Pedro.
Por iitimo, en el estudio de esta necropolis
(Herrerin, 2000), se apreciaron numerosos casos
de patologias; algunas de ellas eran muy graves,
provocando impedimento o merma muy impor
lante de movimiento, y seguramente no permit
ron desarrollar una actividad laboral normal los
individuos afectados. Estas patologias parecen
confirmamnos que el uso de estas dependencias de
la Catedral estaba relacionado con el entictro de
los pobres que ejercian la mendicidad en los ale-
danos del edifico religioso, tal y como lo reflejan
los cronistas de la Villa. Segiin la Iteratura de la
Epoca, muchos de ellos exhibian su pobreza y sus
taras fisicas importantes para lograr conmover
los fielesy asi conseguir una limosna, que en defi-
nitva era sit modo de sobrevivir,
EL ESQUELETO
EL individuo ndmero 7, exhumado en el Sector
Ut del claustro de la Catedral de El Burgo de
sma, se encontraba en una fos completamente
alterada (Figura 3). Su posicion ert de dectbito
Ssupino, con los brazos flexionados sobre el ablo-
‘men y la picena izquierda flexionada. Su orienta-
idm ert de Este-Oeste (cabeza-pies). El esqueleto
se encontraba en buen estado de conservacidn,
aunque no se recuperé completo (Figura 4). Se
fencontrabya enterrado a una profundidad media de
153.em y junto a él, se localizaron restos de otras
inhumaciones (otro crineo, parte del antebrizo y
de las extrmidades inferiores de ottos individuos
17V1 Congreso Nacional de Palecpatolega
no inventariados por los arquedlogos).
tencontré ningGn ajuar asociado especificamente al
inbumado.
EI sexo se determiné segiin cl método de
Bruzek (199D, utiizando el coxal izquierdo, aun-
que no se encontraba completo (falta la zona del
pubis y parte del isquion). Se realizaron dos esti-
‘maciones con un intervalo de tiempo mayor de un
mes, y sin conocer la primera. El resultado de las
dos fue el mismo: sexo femenino, Igualmente se
aplicd el método de Ferembach ef al (1979) utili-
zando la pelvis y el erineo, y los dos casos tam-
bien fueron coincidentes en el sexo femenino,
La edad a la muerte solamente pudo ser estima-
dda por el método de Masset (1982) basado en La
sindstosis de las sutras eraneales, dando como
resultado una estimacidn de entre 40 y 59 anos.
El crineo no se recupers completo, Falta parte
del esplanenocrineo, del hueso zigomaitico y
parietal del lado derecho y de la base del erineo.
‘También faktan el brazo y la pierna del lado der
cho completos.
la estimacion de la estatura se realiz6 por el
método de Pearson (1899, en Olivier, 1960), utill-
zando la longitud de los huesos largos no patolo-
sgicos que se conservaban del individo, El resul-
lado de la estimacién varia entre 149,03 em (cuan-
do utilizamos el hmero izquierdo) y 151,61 em (si
lilizamos el femur izquierdo). Estos datos sian a
sta mujer en el limite entre las categorias de
Nallois, de "baja" y ‘submediana’, muy cerca de la
media de la poblacion femenina de la necropolis,
que se sitia en 151,18 + 0,76 em (Herein, 2000)
No se
PERIOSTITIS OSSIFICANS ¥/O OSTEOMIELITIS.
ESCLEROTICA DE GARRE EN LA TIBIA Y
PERONE IZQUIERDOS DEL N°. 7
Este individuo nimero 7 exhumado en el Sector
IIE (una mujer madura, entre 40 y 59 anos), pre-
senta una serie de lesiones coincidentes con un
diagndstico de periostitisossificans y/o una. osteo-
Imielitisesclertica dle Garré, en la ubia y el pero-
né izquierdos.
EI peroné se halla totalmente alterado, con gran
crecimiento seo en forma de crestas, donde no se
aprecia ningiin agujero cloacal, aunque la infec
idm afeeté a la mayor parte del hueso, Tampoco
se aprecian restos de sequestra en ninguna zona,
La cabeza del peroné (eapitulum fibulae) pre-
senta una superficie articular con la bia (facies
larticularis capituli) en un estado normal, lo que
ros indica que los dos huesos no habrian perdido.
188
la posibilidad de articular en esta epifiis proximal
(igure 7. tnmediatamente por debajo de la eabe-
24, se empiezan a reconocer las huellas del creck.
Imiento seo del periostio, con un aumento. pro-
sgresivo del didmetro del peroné, aleanzando st
‘mayor engrosamiento en el tercio medio y distal
del hueso,
En su tercio medio, se observa un gran ereci=
rmiento Osco en forma de crestas y espiculas, con
aspecto de “dientes de sierra’, sobre todo en st
cara extema (facies fibularis), donde el periostio
hha ido creando hueso de nueva formacién hacia la
pare exterior de la pierna sin ningiin obsticul,
‘agranckindose el perimetro hasta un grosor varias
veces el normal (Figuras 6 y 1). En la cara inter
ra del peroné (facies tibialis) la posicion tan cer-
cana de la tibia impidio un crecimiento similar al
de la cara externa (Figur 5). El periostio ha segui-
do formando tejido dseo alrededor de esta linea
de contacto entre hiuesos, hasta realzar los bordes
la zona prosima a la
de este “canal” que marca
tibia Cuore 8
En el tercio distal, el crecimiento ha estado fer-
temente influenciado por el contacto mas estrecho
entre los dos besos, sumentado debido al engro-
samiento mayor que ha experimentado la uibia en
su tercio distal, lo que ha provocado que las dos
Superficies se “amoldasen’ una a la otra, En esta
‘zona encontramos una periositis con forma de pla
cc porosa fina, en los dos huesos (Figura 10)
1a bia no presenta una infeceiin tan completa
como el peroné (Figura 12). En su epifisis prox
smal, las dos cavidades glenoideas interna y exter
ra (facies articularis prossimalis) se encwentsan en
perfecto estido, lo que nos indica una correcta
aniculacién con los dos céndilos ferorales. Asi
‘mismo se observa una earilla articular con el pero-
né (facies articularis fihularis) de aspecto normal,
lo que coincide con lo apreciado en la fibula
Es a la altura de la tuberosidad anterior
(CTuberostas tibiae), en su cara externa proxima all
peroné (faces ular), donde comienza la forma-
Gidn de nuevo tejido dseo (Figura 12 que va ensan-
chando el diimetro del hueso hasta st epifisis distal,
donde presenta el mayor engrosamiento (Figura 13)
1 forma de esta proliferacion de auevo hueso
cen la difisis es diferente sein se encuientre en la
cara anterointerna o en la anteroexterna cercana al
pperoné. En la cara alejada de a fibula Gates tier
lig), el crecimiento es en forma de ondas suaves
igure 15), con pequenios poros muy disperses,
aunque no legan a aleanzar el tamano ni la forma
contante de los bores de las erestas del peroné enSin embargo, en su cara externa el crecimiento
ces muy semejante al observado para el peroné, ya
{que el contacto. hueso a hueso, ha provocada tn
acoplamiento de las dos superficies, que presentan
fl mismo crecimiento en forma de placa con
rumerosos poros muy pequenos y de textura fina
(Figura 10)
Es cn est tercio distal de las diifisis donde se
ha formando un *puente’ entre los periostios de
los dos huesos (Figur 17, lecha blanca), lo que
nos esti indicando una falta de moviidad entre
cellos en la zona cercana al tobillo
Las epifiss distales de los dos huesos se hallan
profundamente alteradas, sobre todo en la zona de
anticulacin con el astrigalo, En la tibia, podemos
fobservar que pricticamente ha desaparecido el
maleolo medial (mateolus medialis) y sa superficie
articular faces articularis malleol), encontrindo-
se fuertemente modificada la carlla articular inf
Hor (facies articularis inferior). La escotadura
peroneal (ncisura fibular; “depresion en la
superficie lateral del extremo distal ee la tibia,
superficie articular para el peroné’, Feneis, 199),
se hi engrosado por la nueva Formacién de teido
seo y no hay contacto entte la tibia y el peroné a
este nivel, lo que provoca que las carilas de arti-
ccalacién con el astrigilo de los dos huesos se
encuentren muy. separadas entre si.
Lamentablemente no se recuper® ninguna pieza
del tarso, pero creemos que la movilidad del tobi-
lio seria prtticamente nila,
CONCLUSIONES
La osteomiclits se define como ‘cambios infla-
‘matorios que se extienden por la totalidad de la
cavidad medular y, en muchos casos, el hueso cor
tical” (Suzuki, 1988). Su propagacién, con milli
piles huesos involuerados, se suele producir entre
los nifios y los individuos juveniles (Resnick: y
Niwayama, 1988; Steinbock, 1976)
lis huellas mas caracteristicas de la osteomieli-
tis, son la presencia de sequestra (Fragmentos de
huesos necrosidos, por pérdida de riego sangui-
neo en la zona, que si son pequefios son reabsor-
bidos por los tejidos blandos y si st tamano es
mayor, pueden ser expulsados por agujeros de
supuraciin, a veces aftos después de la enferme-
dad), y la formacién de cloacas, que se definen
‘como agujeros para la salida al exterior del pus.
la frecuencia de la osteomilits en poblaciones
historicas y prehistoricas no era muy elevada entre
la poblacion general (Ontner y Putschart, 1985),
pero hay constancia de ella desde los tiempos
neolitcos (Brothwell, 1981). Puede desarrollarse
‘como consecuencia de la infeecién producida por
bacterias que se introducen en el hueso al haber
se producido una fractura abierta 0 por varias
infecciones distinas no especificas que pueden
ccausar una reacci6n en la superficie del hueso, por
lo que su determinacin exacta es muy dificil en la
‘mayoria de los casos (Oniner y Putschar 1985).
Sin embargo, la periosttis se define como cam
bios en el periostio, en forma de placa poross fina,
que no ineluye al cortex Gsco que se encuentra
por debajo de él. La periostitis puede ser conse
‘cuencia de un golpe, produciéndose en tal caso un
cengrosamiento muy limitado. También puede ser
el resultado de grandes dlcenss cr6nicas en la pil,
especialmente las que se dehen a tn retardo veno-
so 0 estasis en las extremidades inferiores. Otra
rizén puede ser un foco de infeccién localizado
(Onner y Putschar, 1985).
Varios autores relacionan la aparicién de signos
de periostitis en la ubia y en el crineo eon la sifi-
lis, ya que la reaccién del periostio en este iso
tiende a producirse en las partes del esqucleto que
se encuentran cerca de la piel, donde la temper:
tura es menor que en otros huesos (por ejemplo,
cl fémur que se encuentra “arropedo” por una
gran mast de mésculo y grasa), aunque tambien
fs cierto que debido a su prosimidad a la superfi-
Ge corporal, la posibilidad de sufrir un trauma 0
tun golpe fuerte aumenta considerablemente
La ausencia de agujeros closcales en los dos
Ihucsos implicados, nos separaria de una osteo-
rmielitis piogénica clisica, Ademas no se aprecian
hhuellas de sequesina ni en la ubia ni en el peroné.
Por todo ello tna infeccién en la médula con pro
duccion de pus, puede quedar pricticamente des
canada (Anderson et al., 1992)
Por consiguiente, como diagnéstico primario,
ros inclinamos hacia una periostts. La inflamacion
pudo comenzar en el tercio distal del peroné y
pasar al periostio de la tibia mediante el prente de
contacto que se hallaba fusionado entre los dos
hhucsos. Se trata de una patologia que seguramen-
te acompano a este individuo durante un largo
periodo de su vida, ya que el crecimiento dseo
provocade por el periostio, de aspecto rugoso y
Aispero, ha sido muy importante. Por todo ello con-
sidleramos que nos encontramos ante una periosti-
tis asificans, producto de un estado erénico de la
enfermedad.
La periosttis puede presentar varios grados de
desarrollo, desde cambios ligeros y débiles a cam-
bios severos y dristicos (Strothers y Metress, 1975
189V1 Congreso Nacional de Palecpatolega
Lallo et al, 1978). En las zonas de contacto entre
los dos huesos, estariamos ante una periostitis lige
ra, que se podria definie como tna infeccién que
comprende el conjunto de la superficie peridstica,
fen forma de fina placa porosa, Sin embargo en la
cra externa del peroné nos encontrimos ante una
periostits severa, con crecimiento de la superficie
ppetiostica en forma de dientes de sierra, ast como
cen la cara interna de la ubia, con una superficie
arrugada, mostrando un tracto sinuoso (Lallo et al,
1978).
En cuanto a la etiologia de la enfermedad, pode-
‘mos afirmar que no se trata de una infeceion pro-
ducida por una fractura abierta, ya que en las
ridiografias no aparecen huellas de traumas en
rninguno de los dos huesos. Pudo haberse debide
4 una infeccién de los tejidos blandos situados
inmediatamente sobre esta parte de lt piema, 0
bien deberse a un problema de retardo venoso en
las extremidades inferiores, debido @ una inmovi-
lidad del miembro durante un tiempo prolongado
‘a sobrepeso. Nada podemos asegurir sobre ello.
En esta misma zona de la necropolis, el Sector
IL, se exhumaron los restos de un individuo, el
fnGmero 14, una mujer entre 30 y 40 ahes, que pre
sentaha una tuberculosis vertebral o mal de Pott
que le afecté a seis vértebnis, fusiondndolas
‘También en cl mismo Sector, se ha diagnosticado
tun caso de siflis teciaria 0 caries sicea, en el indi-
viduo 18, un alofiso maduro. Ambas enfermedades
infecciosis pueden ser el origen de una reaccion
cen el periostio que produzca un erecimiento 6seo
‘como el que estamos analizando, Sin embirgo, la
aausencia de senales de estas patologias en otras
zonas del esqueleto, (obre todo el erineo, en el
caso de la siflis, y las vértebnas y costillas, en la
tuberculosis) nos inducen a pensar que pueden
set otras las casas de esta periostts
Por iitimo, no se puede descartar un diagndsi-
co de Osteomieltis esclenitica de Garé. Esta osteo-
rmieliis cronica may poco comin se caricteriza
por una importante eselerosis de la lesion, sin la
Apertura de agujeros cloacales y se prochice nor
rmalmente en las diifisis de las extremidades infe-
riores de los adultos, sobre todo en la ubia
Guzuki, 1988; Aufderheide y_ Rodriguez-Manin,
1998). Ademis, una caracteristica de esta patologia
cs la localizacin de las lesiones en un lugar con-
creto, no apareciendo en diferentes lugares del
cesqueleto, tal y como sucede en el caso de esta
:mujer. El estrechamiento de la cavidad medular es
tipico de esta osteomielits,
Lo que si podemos asegurar, se trate de una
‘periostitiso una osteomielitisesclerética de Garré,
190
ces que fue una patologia crénica, que convivi
con esta mujer durante mucho tiempo y hasta su
muerte y que, muy probublemente, le produciria
dolores, hinchazén y pérdida de movilidad en esa
ppierna, No se recuperaron los huesos del tarso ni
del metatarso, pero la articulacion de la ubia y el
ppetoné con el astrigalo se encuentra muy modifi-
cada, de lo que podemos deducir que su pie
izquierdo seguramente no tendria movilidad en su
tobillo, Su capacidad de realizar trabajos fisica-
mente exigentes, se veria por consiguiente muy
reducida.
La edad de esta mujer, sobre los 50 afios, y la
ppatologia que hemos analizado, la siuatia en pre-
dlisposicion de formar parte de esta pequefa coms
nidad de mendigos que se ganaban la vida pidien-
do limosna en las inmediaciones de la Catedral.
“Tampoco descartamos la posibilidad de que se tni-
tara de un peregrino que acudiera EI Burgo de
(Osma en espera de una cunicién, de manera seme-
jante a los suplicantes que se hallantallados en el
sepuilero de San Pedro de Osma, y que incluso uno
de ellos, muestra una de sus piernas en actitud de
solictar earidad (Rguras 18 y 19)
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itV1 Congreso Nacional de Palecpatolega
Herrerin Lopez, J.
PERIOSTITIS OSSIFICANS Y/O OSTEOMIELITIS
ESCLEROTICA DE GARRE EN UNA MUJER ADULTA DE
LA NECROPOLIS DE LA CATEDRAL DE EL BURGO DE
OSMA (SORIA)
indice de Fig
Figura 2. Zona de actuacion arquco-
Topica.
Figura 3. Parte del Sector I
wzV1 Congreso Nacional de Palecpatolega
Figura 7. Cabeza del peroné
Gapitulum fibula),
Figura 8, Canal en la facies tibialis del peronéifisis del peroné, cara anterointesna (Facies tibialis)
195Wr Congreso Nacional de
Figura 11. Tercio distal de la difisis del peroné,
cara anteroexterna (facies fibularis)
Figura 12. Tibia facies fibularis
196Figura 13. Tibia, Epifisis proximal
Figura 14. Tibia, Tercio distal
facies fibular
Figura 15. Forma ondulada del crecimiento 6seo en la Facies tibialis
7V1 Congreso Nacional de Palecpatolega
Figura 16, Crecimiento en forma de placa porosa fina en la facies fibular,
Figura 17. Puente de unién entre los dos petiosteos, Flecha blanc
wsFigura 18, Hilera de suplicintes en el costado derecho del sarcofago de San Pedro de Osma
Figura 19. Suplicante tallado en el sepulezo
de San Pedro de Osma mostrando st pier
derecha en actitud de pedir limosna,
19