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EL REGRESO DEL POCHTECATL

POR: Roberto Laguna Luna


Clementina Mendoza Carrillo

TRILOGÍA DEL CICLO NAHUATL

EL REGRESO DEL PCHTECATL

KUKULKAN BAJA AL MICTLÁN

LA CONJURA DE TLATELOLCO

Editorial 234 dec-l


Derechos reservados
XXI. HUNAC CEEL, REY DE MAYAPÁN
El tlacatecatl Comitl Acatzin, preocupado por lo inminente de la invasión, no puede
esperar más, toma el bastón de mando y se encamina al templo de los guerreros, donde
el halach huinic (rey) Chac-Xib-Chac, supervisa que todas sus posesiones sean
empacadas. Comitl, acercándose al ahau (rey), dice: ─Los soldados cocome no le
permitirán huir excelencia, incluso, debe haber piquetes de guerreros revisando a todos
los que salen de la ciudad─. Eso debió mover alguna fibra emocional en el rey, porque
extendiéndole un documento, pide que lo lea; es la respuesta que el ahau de Ichcaansihó
dio a sus embajadores: “No querían intervenir en favor de nadie, porque su Katún-ocho
también estaba próximo”. El rey Chac-Xib-Chac, sin saber como afrontar la situación,
ha decidido que lo mejor será esperar hasta el día señalado y salir en masa de la ciudad.
Comitl devolviendo la carta le dice: ─Lo que vaya a hacer, hágalo ya, decídase pronto
majestad, reúna a su concejo y preparen la defensa porque las tropas de Mayapán están
por avanzar y traerán consigo a los mercenarios que contrataron en Xicalanco, y los
esclavizarán a todos─.

El aspecto psicológico impide que los itzaes se organicen, y en caso de que no logren
ponerse de acuerdo, el poder centralizado que detentan sobre la península, se perderá al
llegar el Katún-ocho.

El halach huinic de la amurallada ciudad de Mayapán, Hunac Ceel, no es un hombre


malo que guste de la violencia o de la conquista, no, eso no, forma parte de la
idiosincrasia de la comarca de Tancáh. Más bien, el rey dedica su tiempo a resolver los
problemas de estado, y durante años mantuvo la esperanza cifrada en que su primo
Chac-Xib-Chac, desistiera de su loco propósito y retomara las riendas de su gobierno,
evitando el colapso en puerta. Pero Chichen-Itza ha sido edificada bajo otros conceptos
y por eso no sucede como Hunac Ceel espera; aún así, aguarda hasta el último
momento, y al acercarse la fecha no le queda más remedio que dar la orden de invadir.
Y sin saberlo, cuando los ejércitos cocome avanzan, dan inicio al drama que tardará
quinientos veinte años en acabar.

Por ir en contra del decreto celeste, los dioses mandan a las Furias a despertar la
indignación entre los vecinos de Mayapán; irritación que crecerá con el correr de los
años y será la responsable de provocar la destrucción del mundo maya. Pero Hunac Ceel
no actúa deliberadamente o por afanes de grandeza, más bien el drama se inicia cuando
los sabios descubren los razonamientos matemáticos que los faculta para prever el
futuro, y a raíz de una exhaustiva investigación, los sabios llegan a la conclusión de que
Mayapán tampoco sobrevivirá al Katún-ocho que afecta a los itzaes.

Cuando Hunac Ceel es informado sobre los estudios que se desarrollan en el


observatorio, decide guardar una distancia prudente para no verse involucrado en
asuntos desagradables. Pero entre el vulgo que no estudia y a todo le añade de su propia
cosecha, circulan fuertes rumores sobre las investigaciones que se realizan en el
observatorio, el rumor entre los cocome circula con tal fuerza que las malas lenguas
aseguran que los sacerdotes pueden prever el futuro y que según sus estudios el fin de
Mayapán está cerca. La presión que ejerce el populacho dentro de la cúpula del
gobierno, orilla a los nacom, bata boob, ha cuch caboob y ha holpo-popoob, caudillos y
hombres prominentes del régimen, a exigirle a su halach huinic Hunac Ceel, una
explicación sobre lo que dice la gente. Entonces, el rey no tiene más remedio que
entrevistarse con Ah Nachi Dzun, el ahaucán (gran sacerdote) matemático.

El ahau pregunta: ─Maestro, realmente ¿Cuáles son los alcances de su ciencia?

─No muy grandes majestad, porque carecemos de información, pero sabemos


parcialmente que el Katún-ocho acabará con Chichen-Itza y con nosotros.

─¿Y ya revisaron bien?

─ Sí, y sabemos que de no actuar el orden se pierde. Ciudades, pueblos y caseríos, no


encontrarán la forma de trascender las dificultades sociales, con lo que sobrevendrá un
debilitamiento cultural, yo diría el interregno. El problema es que la liga (Uxmal,
Chichen-Itza, Mayapán), es el último foco cultural y a nuestros descendientes les será
difícil reencontrar el orden.

El rey: ─Y si actuamos ¿Qué pasará entonces?.

Nachi: ─Las alternativas son pocas, porque la sociedad lleva una inercia que no
podemos detener, las esperanzas son desalentadoras; pero podemos prolongar nuestra
existencia algunas centurias más; después... creo... no sé si fuese conveniente decirlo...,
no; tenemos un pequeño margen de actuación... y tal vez ... podamos calcular... y con la
ayuda de los nobles, realizar las acciones más ventajosas para nuestra causa─.

─Está bien, trabaje Ah Nachi Dzun para el beneficio de nuestros descendientes y que a
ellos les vaya bien; aunque nosotros tengamos que sufrir las consecuencias de sus
investigaciones─.

Ah Nachi Dzun, saliendo de palacio, dice entre dientes: ─ ¡Idiota! Nos llevas derechito
al interregno, y no sé si lo podamos evitar─.

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